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Anhelando la lejanía por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~~

Waaaaaaa al fin puedo actualizar siiiii *rueda por el piso*

Ya poniendome seria, pido perdón por la tardanza, en verdad el tiempo pasa volando, se preguntarán porqué no actualicé con anterioridad, bueno el resumen es "fin de semestre y desmadre con los exámenes finales" ....

Bueno al menos hoy me tomé un descanso para escribir y terminé esto, es algo bastante pasivo, lo entenderán cuando lo lean

 

Ya me acostumbré al temor de cometer una estupidez y arruinar la trama asi que los veo en las notas finales~

 

 

Como pudo Lambo llegó a casa, no sabía ni siquiera la hora, lo único que supo es que tomó el primer taxi que encontró, llegó cerca de su hogar, pagó y sin emitir sonido algunos, con las lágrimas ya detenidas hace más de diez minutos, las cuales ni siquiera sabía cómo surgieron… ¿acaso no estaba de acuerdo en que todo eso ocurriera? caminó despacio, sintiendo la incomodidad en su parte baja,  poco le importaba puesto que nadie lo miraba deslizarse con movimientos un poco extraños, se apoyó en la pared de la entrada a su casa, respirando antes de entrar, suspiró profundo antes de abrir las puertas, hizo el menor ruido posible para ingresar, caminó buscando las escaleras a oscuras, subió a su habitación pero al estar en ella…

 

-Lambo, al fin llegas – I-pin se hallaba sentada cerca de la ventana y se levantó para abrazar al recién llegado – me tenías preocupada

-lo siento y… ¿los demás? – no sabía cuánto tiempo estuvo fuera, no quería generarles más preocupaciones de las que ya tenían, cerró la puerta detrás de sí para que nadie los escuchara

-les dije que te necesitaban para ayudar a un amigo que tuvo un problema con el auto – ella sonreía mientras acariciaba el rostro del azabache que estaba un poco desganado, con los símbolos claros del cansancio

-gracias

-puedes decirme a dónde fuiste – su suave voz, gentil, compresiva era su mejor carta de presentación y su arma natural también

-bueno a… a – ver esa mirada profunda, de cierto modo le recordaba a Reborn, debido a la semejanza del color, pero nada se comparaba con I-pin, la felicidad no abandonaba sus ojos a pesar de las dificultades vividas, fuerte, decidida, era su eterna compañera – a ti no te puedo mentir

-te conozco demasiado bien Lambo, tus ojos están hinchados, has llorado

-lo siento – se resignó a confesar, a pesar de que escondió muy bien el tipo de trabajo que hacía con Lancia esto era totalmente diferente, su propia conciencia le jugaba malas pasadas, podía sentir que era un libro abierto en esos momentos, no tenía energía para mentir

-dime – deslizó sus dedos por el rostro del chico para de inmediato tomar una de las manos del ojiverde entre las suyas y apretarla dándole confianza

-he conseguido el dinero – susurró al fin y vio un pequeño brillo naciente en los ojos negros de I-pin

-pero… o mi Dios, Lambo – una leve sonrisa surcó sus labios, era inevitable

-debes estar tranquila, ya no pasa nada – acarició la mejilla de su amiga sonriéndole forzadamente

-pero… es demasiado maravilloso para no tener un precio muy alto – de inmediato muchas ideas se agolparon en su mente, ver a Lambo llegar a esas horas de la madrugada, cansado, triste, algo debió pasar

-tranquila, nada que los afecte – sonrió para darle confianza, pero un pequeño momento de duda lo hizo hacer una mueca de dolor

-pero a ti si – apretó más la mano de Lambo, tenía un mal presentimiento desde que su amigo se había marchado de casa, preocupada por imaginarse que tal vez Lampo lo había encontrado proporcionándole una agresión como en varias ocasiones ya lo había hecho

-no importa – le importaba muy poco lo que le ocurriera, nada a decir verdad – mi felicidad son ustedes

-pero has llorado… dime qué es – su voz preocupada, su mirada suplicante

-no es buena idea – no quería decirlo, se sentí asqueroso al entender lo que hizo

-quiero saber cuál fue el precio de tener a nuestros hijos junto a nosotros

-mi conciencia… - en parte era la verdad, puesto que jamás se olvidaría de la transacción que marcó su venta

-sé más claro

-I-pin en serio no es buena idea – se alejó de ella mientras se sentaba en su cama, con mucho cuidado cabe recalcar, puesto que no quería demostrar dolor alguno

-dímelo por favor – insistió acercándose a su amigo, sentándose a su lado – Lambo… por favor

-me vendí – agachó su cabeza, dejando que su flequillo ocultara su mirada avergonzada, confesarse a la persona que nunca lo dejó solo, era difícil

-¿qué? – quiso fingir que no escuchó eso… ¿qué tipo de venta pudo realizar?

-te dije que no era buena idea – suspiró mientras levantaba un poco su mirada por curiosidad

-pero cómo – no tenía palabras que emitir, la mirada triste de Lambo ocasionó que su rostro se quedara en blanco, sin expresión

-mi cuerpo – admitió al fin, observándola impresionarse e incluso abrir sus ojos un poco más, el silencio siguiente lo lastimó demasiado

-¿por qué… lo hiciste? – susurró mientras veía a su amigo perderse en la amargura, esa mirada verdosa perder el poco brillo que mantenía

-porque era necesario – le sonrió levemente, estaba fingiendo de nuevo

-¡idiota! – lo abofeteó apenas logró reaccionar, no fue fuerte, solo un pequeño contacto que Lambo ni siquiera quiso evitar, eso le dolió más, significaba que su amigo se sentía despreciable y merecedor de aquella agresión  – no tenías que… hacer eso – lo abrazó con fuerza de inmediato sintiendo como sus lágrimas empezaban a anublar su visión

-era la única forma – susurró deslizando sus manos por la espalda de la chica, con miedo de corresponder al abrazo ¿era digo de esa preocupación?

-Dios mío, eso no… por nosotros – empezó a derramar lágrimas sin control, odiando al mundo, odiándose por no ser capaz de sobrellevar los problemas, odiando a su esposo, odiando a su debilidad, odiando a la vida – no es justo… – susurró con la voz quebrada, aferrándose al azabache que conocía desde que apenas eran unos niños

-Lampo tampoco fue justo – al fin la estrechó para sentir el calor de su compañera, reconfortarse con el pequeño abrazo – nos dio una semana… menos de eso para cumplir con el pago

-pero mi cielo… - ahora se quebraba, sus sollozos empezaban – no puede ser que el precio sea… tan caro – empezó a hipar, ¿cuántas lágrimas derramó en esas horas? Más de lo que había derramado en las constantes visitas de Lampo

-no te preocupes – acarició los cabellos de su amiga, su cabeza, porque la escuchaba llorar y se sentía impotente

-Lambo tu… por Dios – se mordió el labio para no gritar por el dolor en su pecho

-no es tan malo – la calmó

-¡cómo no puede serlo¡ – no sabía qué hacer, no sabía que decir, solo se aferraba rogando porque nada de esto sucediera, que fuese una pesadilla

-las personas deberían estar felices de entregarles su virginidad… a la persona que aman – reflexionó más para sí mismo que para I-pin, sonrió melancólicamente al entender ese sentimiento que volvió a mostrarse esa noche oscura

-¿Qué? – se separó de él para verlo directamente, lo tomó con ambas manos para que hiciera contacto visual – no me digas…

-no fue tan duro hacerlo – se sentía tan imbécil al pensar eso, una compra era una compra, nada cambiaba eso

-Lambo quieres decir que… - sus lágrimas se detuvieron instantáneamente, años de convivencia, sabía cosas de Lambo que nadie más sabía, lo conocía, sabía incluso lo que su amigo sentía antes de que el propio Lambo lo entendiese

-Reborn compró mi cuerpo – se apoyó en el hombro de su amiga, dejó que su cabeza reposara, le dolía… le dolía mucho – le di mi virginidad por un buen precio – sonrió mientras dejaba sus lágrimas salir en silencio

-eso es peor aún… cómo pudo – quiso completar la frase “¿cómo pudo aprovecharse del amor que tú sientes por él?” pero sería una daga más para el pobre Lambo

-dejémoslo ahí… no quiero hablar de eso – sintió paz en su alma al revelarlo… sabía que I-pin jamás diría nada al respecto, que sufriría en silencio acompañándolo, entendía que por más que intentó, jamás dejó de lado ese amor que nació por un hombre que le superaba con 14 años, a pesar de la rabia del abandono, del dolor de verse usado… lo amaba, amaba a Reborn, amaba a su maldito exprofesor

-lo siento… – I-pin acarició las hebras rizadas con cautela

-solo… sé feliz porque Fuuta y Fon estarán aquí… nadie se los llevará – sonrió al pensar en sus pequeños, todo valía la pena, se repetía mentalmente

-lo sé – de nuevo sintió esas ganas inmensas de gritar pero no lo hizo, solo dejó que los ríos de agua salada surcaran sus mejillas

-gracias por estar a mi lado – pronunció al fin

-gracias… por todo – le debía la vida, le debía todo y juraba que lo iba a recompensar por eso

 

 

 

 

Ojalá ese humo que se desvanece… me guiara

 

 

 

 

 

Reborn se hallaba en medio de su departamento, en la sala para ser específico, el lugar estaba destrozado, las cosas regadas por todos lados, fumaba un tabaco fino con desesperación, todo debido a  la maldita noche que tuvo, no pudo perseguir a Lambo puesto que apenas vestía un pantalón, más aún porque al no creer en tanta absurda palabrería, en donde le dijeron que acababa de comprar la virginidad del chico que… abandonó… ¡que se joda el maldito mundo! La noche anterior, o debería decir, la madrugada de ese fatídico día, al mismo tiempo que fue a buscar algo que ponerse, para evitar morir por congelamiento al proponerse perseguir al mocoso, por simple curiosidad se acercó a la cama, allí… surgió la furia, las manchitas de sangre comprobaban lo que el menor había dicho… se había robado la virginidad de Lambo y pagó mucho dinero por eso, mucho peor que toda esa mierda llamó puta al jovencito, repitió la palabra cliente muchas veces hiriéndolo, ahora él se sentía la mayor basura del planeta, nadie además de esas cuatro paredes sabía cuánto le había afectado enterarse de eso, lanzó todo lo que estuvo a su paso para quitarse un poco del auto odio que sentía  “¿tan desesperado estabas como para venderte?” susurró para sí mismo, se sentía completamente imbécil al creer que el mocoso altanero se había convertido en una zorra que andaba de cama en cama abriéndose de piernas ante extraños, ¡pero todo apuntaba a eso!... Maldito sea el mundo por dar doble sentido a las cosas, ahora estaba allí sin saber cómo actuar, siempre se caracterizó por mantener la calma pero en ese momento no podía ver más que el rostro lloroso del menor, la sonrisa leve que dio cuando recibió el dinero, el suspiro de alivio que le pareció imaginar, las lágrimas que brotaron de esos ojos verdes cuando su virginidad le fue arrebatada, ahora entendía que en esa mirada todavía pura se mostraba el dolor que él quiso ignorar y fingir que no existía, había sido un cretino impulsivo, dejándose llevar por el maldito odio hacia el más joven que solo… ayudaba a su familia, si lo pensaba un poco esa debió ser la razón, por lo que averiguó en los días que rondaba la casa del menor, Lambo junto a I-pin eran los pilares de ese hogar, el padre era anciano, la madre también, dos niños pequeños a los que cuidar… era normal que Lambo estuviese estresado, trabajando en lo que pudiese, ganándose el pan de cada día, pero lo hacía honradamente… al menos eso quería creer porque conociendo a Lambo, eso se volvía realidad, el mocoso tenía el orgullo a flote, honesto, ingenuo aunque ahora ya no tanto, compasivo, amable… todo eso lo cautivó hace años pero… la noche anterior lo vio tan desesperado que ni siquiera escuchó los típicos “yare, yare” que soltaba cuando estaba completamente relajado o al menos en un nivel aceptable-…. ¿cómo no se dio cuenta antes? Algo pasaba con su… SU mocoso y ni siquiera tuvo la amabilidad de preguntar…

 

 

Reborn estaba agotado mentalmente, no quería levantarse de su lugar, muchas cosas en su cabeza, mucho en que pensar, la culpa torturándolo puesto que la necesidad de buscar a Lambo agolpaba sus pensamientos, pero no podía hacerlo, ¿por orgullo?... Tal vez, pero más que todo eso era por culpa, nada más. Con desgano se levantó dirigiéndose a la cocina, Xanxus había dejado un par de botellas intactas, sonrió al ver el porcentaje de alcohol, un cuarenta era aceptable, se sirvió aquel líquido opaco sin nada que amortiguara el sabor, bebió todo de un solo trago, debía mantener su cabeza serena hasta pensar qué demonios iba a hacer para tratar con Lambo una vez más, en momentos cómo ese se arrepentía de las decisiones que le obligaron a tomar, apresuradas, malditamente difíciles, peor aún así, se divirtió más de lo que se imaginó. Otro vaso lleno de ese licor logró que sus recuerdos llegaran, ese día hace cinco años… el día que dejó a Lambo dormido en su casa

 

 

 

 

**Flashback**

 

 

 

 

La intención de Reborn  solo había sido ir a comprar algo para comer, tal vez unos cigarros o algo que hiciera desaparecer esos deseos incontrolables de tomar a la vaquita y robarle su virginidad, suspiró profundo para dejar de lado aquellos pensamientos, tenía ganas de café, muchas ganas, el vibrar en su bolsillo lo despistó de su ruta justo cuando iba a doblar la esquina

 

 

-¿qué quieres? – ver ese número con la etiqueta de “escandaloso bastardo” le causó un horrible sabor de boca

-madre a muerto – tres palabras rudas, sin tacto, simples y sin muestra de dolor, al menos esa voz no daba señales de algún sentimiento

-maldita sea – gruñó por lo bajo, podía ser un maldito en ocasiones pero algo como la pérdida de su madre jamás lo ignoraría

-sus últimas palabras fueron “haz que regrese” – rasposa, esa voz era inconfundible ni siquiera necesitaban saludarse amenamente

-arreglaré unos asuntos y viajaré de inmediato – chasqueó la lengua mientras se disponía a cortar la llamada

-¡maldita escoria no te atrevas a colgarme! – cómo odiaba ese tonito que tenía ese azabache de ojos rojos como los de su madre, pero sin esa pisca de calidez maternal

-entonces no pierdas el tiempo y habla Xanxus – estaba enfadado, no solo porque su madre murió sin siquiera despedirse apropiadamente sino porque su pecho le dolía, en ese momento poco le importaba las ideas o emociones erradas que tenía, solo quería estar en paz un rato

-el viejo está destrozado, me temo que no durará mucho tiempo en soledad

-¿y eso que tiene que ver conmigo? – la sola mención de su padre le desagradaba, nunca se llevaron bien

-debe descansar, si lo perdemos estamos fritos – Xanxus parecía estar un poco melancólico, hasta esa persona podía sentir tristeza al perder a su madre

-insisto, eso que tiene que ver conmigo – gruñó enfadado, quería colgar y nada más

-un auto te recogerá esta misma noche, no hables con nadie sobre el tema o tu destino, solo toma el maldito boleto, deja lo demás tal y cómo está

-no me jodas Xanxus, esto tiene algo detrás, no quiero…

-no te lo estoy pidiendo, te lo estoy informando escoria – antes de que Reborn reclamara de nuevo el hombre al otro lado del teléfono empezaba con sus malditas órdenes – la voluntad de nuestra madre por sobre todas las cosas y el secreto de familia siempre intacto

-maldita sea, ¿cuánto tiempo me tendrás en Italia?

-el necesario, tú solo cumple escoria

-imbécil, tengo que cerrar mi vida aquí

-tienes hasta las diez de la noche en Japón, así que corre – el sonido se fue, odiaba cuando el maldito le decía que hacer, peor que eso, el hecho de que tendría que viajar de improvisto era absolutamente malo, justo cuando empezaba a plantearse la idea de mandar al demonio las leyes y follarse a Lambo… se golpeó la frente mientras se formaba una lista mental de las cosas que tenía que hacer ese mismo día, claro que la mayoría sería inventar historias para justificar su viaje repentino

 

 

 

El maldito par de horas se pasó hablando con el director de la escuela, diciéndole que ese domingo viajaría después de arreglar sus cosas y bla, bla, bla, viles mentiras pues esa misma noche se desaparecería de allí, esperaba que no fuese mucho tiempo puesto que quería estar alejado de aquella familia, sobre todo de su padre, no por nada se fue de Italia con tan solo 19 años, después de esa horrible plática tuvo que dirigirse al banco, cerró las cuentas que en ese país tenía, compró algunas prendas ya no pensaba quedarse allá más de dos semanas como máximo, sería bueno presentarse con elegancia, además que un traje para el funeral era necesario, el dolor le estaba molestando, su madre era la única mujer que siempre estaría en su corazón, la extrañaría más de lo que ya lo hacía, pocas veces volvió a Italia para verla, la llamaba de vez en cuando, era lo que un hijo alejado de la familia haría

 

 

 

Volvió muy tarde a su casa, lo hizo a propósito para que Lambo no empezara a preguntar, la orden era irse sin decir nada, algo que cumplía ya que no quería arriesgar a que alguien se enterara ni un mísero detalle de su familia, encontró todo a oscuras, al parecer el jovencito se había ido  furioso ya que la hoja arrugada en el suelo destacaba por sobre todas las cosas, estaba pensando en cómo reaccionaría Lambo cuando el timbre lo alertó, era hora de irse y sin siquiera mirar atrás tomó las bolsas de compras ahora guardadas en una maleta de mano, se marchó junto con el chofer que con un traje negro reverenciaba con respeto “nosotros nos encargaremos de lo demás, señor” el azabache no lo miró y sin decir nada ingresó al auto, no le gustaba esa atención por parte de Xanxus, mandar a un chofer no era su forma normal de actuar

 

 

 

 

**End Flashback**

 

 

 

 

 

 

Fue iluso al pensar de que se trataba solo de un corto viaje, el maldito de Xanxus lo obligó a quedarse, ayudar con los asuntos familiares para librar un poco de presión a su padre, claro que jamás dejó su tarea de educador, al menos eso había sido divertido, no siempre te asignan a impartir clases permanentes a un grupo de veinte personas, lo que incluía enseñarles idiomas, defensa personal, manejo de ciertos instrumentos, convertirlos en verdaderos hombres de “sociedad” las restricciones no existían y con eso los castigos que les daba ni siquiera tenían opción de reclamo, ¿piedad? Para nada, esos mocosos vieron lo que en verdad es tener un tutor espartano, inspirado en el enfado que tenía por no poder volver a su hogar, estresado al tener que tratar con un hermano mayor escandaloso e irresponsable, furioso al ver que su padre trataba de recomponer la vida familiar con sus hijos, esa que hace años dejó de existir, y aunque intentara negarlo tristeza al ver la tumba de su madre, melancolía al saber que jamás volvería a verla, todo eso funcionó perfectamente bien para “torturar” a  sus alumnos

 

 

 

Reborn quiso servirse más pero la botella ya estaba vacía, estaba frustrado, ahora debía lidiar con el maldito Xanxus que de seguro seguiría en Japón un rato más y con Lambo a quien… terminó hiriendo, debería pedir perdón… mejor dicho pedir perdón sin pedirlo directamente, jamás se rebajaría a pronunciar aquellas palabras como cualquier ser normal, tenía orgullo, el chiquillo se había portado bastante arisco como para tratarlo bien, debía darle una lección y con lo de la noche anterior… ¿a quién engañaba? Se había pasado de la raya, estaba alterado porque se ganó el odio del ojiverde, solo quería volver a tenerlo junto a él, por voluntad propia, algo así como “una relación normal”… caso contrario, lo obligaría…

 

 

 

 

 

 

Dejando al terco con su meditación errada, se concentra mejor en la normalidad…

 

 

 

 

 

 

 

Habían sido dos días sumamente difíciles para el azabache de ojos verdes quien ahora descansaba en su cama, abrazando a su amiga, lo que debería ser una navidad hermosa se había vuelto en una lucha contra el pasado, la plática sobre la forma en que ahora tenían el dinero fue dolorosa, se habían quedado dormidos debido a lo exhaustos de sus cuerpos, ni siquiera se habían cambiado de ropa, simplemente estaban allí, respirando despacio, con los ojos un poco hinchados, pues dormirse derramando lágrimas no era buena idea, cuando la alarma sonó se asustaron despertándose de un brinco y aunque pareciese una broma se golpearon las frentes ante la acción repentina, se rieron al verse directamente ya que jamás les había pasado algo así, unos minutos después Fon ya lloraba pues tenía un horario que cumplía fielmente, I-pin fue a atenderlo “ayer adelante muchas cosas mientras te esperaba, toma tu tiempo para ducharte, relájate un poco” Lambo le agradeció infinitamente puesto que su cuerpo le pesaba horrores, necesitaba bañarse urgentemente, deshacerse de esos penosos recuerdos… con paciencia se dirigió a la bañera, se desnudó con rapidez, sintiendo el dolor en ciertas zonas, las podía reconocer claramente, las costillas, esos eran los golpes de Lampo, el muslo derecho, esa fue la caída cuando fue empujado en la calle, el cuello… esa era la marca de Reborn, con curiosidad se reflejó en el espejo, era evidente su piel tomaría un  tono oscuro que contrastaría con su piel, descendió su mirada a su pecho, otra mordida, acarició la parte afectada sintiéndose un poco extraño puesto que jamás había dejado que nadie lo tocara de esa manera, al menos nadie que no fuera ese odioso azabache de patillas extrañas, se golpeó la frente para alejar esa imagen de su cabeza a la vez que ingresaba a la ducha, ni siquiera quería ver su cuerpo con totalidad, podía sentir esa extraña sensación de suciedad en su piel, algo meloso que le desagradaba completamente, sabía qué sustancia era la que parecía haberse secado en su parte baja pero no quería verla, solo dejaría que el agua le quitara esa sensación, que humedeciera sus heridas para poder limpiarlas, cerró sus ojos al sentir el frio contacto, tardaría unos momentos en entibiarse, estaba allí de pie esperando a que la tina se llenara un poco con el líquido que en esos momentos se deslizaba por su piel, estaba un poco sensible al parecer ya que se erizaba con el toque del agua… una caricia, a eso le recordaba, el agua tibia que se resbalaba formando caminitos se parecía a aquellas manos, el roce suave que sintió en ocasiones cuando… ¡pero en qué estaba pensando! Golpeó su mejilla para traer su mente de nuevo a la realidad, la noche pasada debía quedar en su recuerdo o mejor aún, debía olvidarla totalmente… con el nivel perfecto de agua se arrodilló en la tina, con la suave esponja empezó su tarea, la espuma iba tomando forma, una blanca capa que le quitaría esas sensaciones, repasó su pecho un par de veces mientras la imagen de aquella mirada oscura llena de deseo desenfrenado se aparecía en su mente “el roce se parece” las sensaciones estaban frescas, con tan solo acariciar levemente sus pezones podía recordarlas, los dedos, los labios, su lengua, el calor que le producían cuando aquellas toscas caricias se regaban por su cuerpo, se mordió el labio sintiendo la culpa mezclada con la satisfacción, “todo fue malo” intentó auto convencerse pero… era imposible, aquella voz profunda, los besos que anhelo por años… no iba a poder olvidarse de eso, varias veces tuvo que agitar un poco su cabeza para abandonar esos recuerdos, limpiar su parte superior, sus piernas ¿Cómo podía ser posible que recordara cada cosa que Reborn le había hecho? Y que peor aún, su piel se erizaba como si de nuevo sintiera a aquel hombre mientras le robaba la inocencia… suspiró al ser consciente de que aquella parte era la única que no estaba limpia, sus mejillas ardieron cuando deslizó su mano hacia aquella zona, se mordió el labio rogando por no recordar eso y que el dolor fuera fuerte para que su memoria fallara, acarició su entrada con cierta duda, le ardía un poco pero el agua ayudaba, debía quitarse el semen ¡Y CON LA SIMPLE PALABRITA REPITIÉNDOSE EN SU MENTE, EL TRABAJO NO ERA FÁCIL!...  usando sus dedos dejó salir aquel líquido, podía sentirlo deslizarse, se tensó suspirando bajito pues era algo nuevo para él, trataba de mantenerse centrado pero “Lambo… haré que nunca te alejes de mí… córrete” eran susurros producidos por su conciencia, jadeó al rozarse por error, la corriente eléctrica surcó su parte baja, sabía que no debía pero el calor empezaba a crecer, se acarició de nuevo, su entrada era una zona sensible al parecer, un leve roce le hacía suspirar “Reborn… Reborn” susurró y el eco de aquel lugar solo lo repitió como un silbido, lo recordaba, la voz cerca de su oído, podía sentir aquellas manos alrededor de su cuerpo, ascendiendo por sus piernas, descendiendo por su vientre, dejó de acariciarse esa zona… se había excitado con sus propios delirios, sus mejillas rojas, su respiración agitada, temblaba ligeramente y ahora hasta tenía una erección “¡qué demonios me hiciste Reborn!” se recriminó… pero lo disfrutaba, acarició su pezón ya duro con una de sus manos cerrando sus ojos podía sentirlo con claridad, el deseo… gimió bajito pero necesitaba más, para ese momento ya no había vuelta atrás, se sentó en la tina, abriendo sus piernas un poco, acomodándose, jamás pensó hacer eso en tales condiciones pero lo necesitaba, liberarse le haría bien, se mordió el labio para acallar un poco los sonidos. Usando una de sus manos acariciaba de forma circular su pezón, cerrando sus ojos dejó que su otra mano se deslizara por su falo, disfrutó la sensación soltando el aire que guardaba, recordó detalles de aquella noche, instintivamente se daba placer imitando los movimientos que aquel azabache de profunda mirada hacía hace algunas horas, gimió bajito cuando apretó la punta de su erección “Reborn… Reborn” ese nombre le causaba dolor pero también placer, un placer único que se reflejaba en las sensaciones en ese momento, el vaivén aumentaba a la vez que repetía los sucesos mentalmente, los besos, mordidas en su piel, caricias en sus muslos, se arqueaba cuando  pellizcaba uno de sus botones, un par de lágrimas surgieron cuando sentía que estaba llegando a su punto más alto de éxtasis, rememoraba aquel olor entremezclado de ambos cuerpos, se fascinaba con el recuerdo de aquel cuerpo desnudo, se cubrió la boca para acallar el gemido alto que soltó al derramar su semilla y dejar que esa sustancia se entre mezclara con el agua… la respiración agitada, las lágrimas descender, sus manos temblorosas, sus piernas tensas, después de unos segundos tomó conciencia de nuevo, asustándose de la habilidad de su mente, la sensibilidad de su cuerpo, todo era nuevo, no podía controlarse… quería más pero no podía, no era correcto, sonrió melancólicamente al recordar ciertas partes de su noche pasional, aún estaba agitado “soy un idiota”

 

 

 

Suspiró pesadamente pensando en cómo iba a esconder las marcas, bueno tampoco era difícil, había tenido peleas esos días así que eran la excusa perfecta,  con jabón borró la evidencia de lo ocurrido, al menos físicamente, dejó que el agua se fuera llevándose con ella el momento anterior, ¡era la última vez que hacía algo como eso! Se lo juraba…  dejó que de nuevo, agua limpia cayera sobre su cuerpo desde lo alto de la ducha, relajando sus músculos tensos, peinó sus cabellos con ayuda de sus dedos, le gustaba tenerlo largo puesto que podía ocultar las heridas con el… se lo iba a dejar así, miró sus piernas y se acarició las marcas que tenía, era un idiota al apreciar cada una de ellas, pero admitía que parte de su sueño se cumplió, ¿verdad? Siempre quiso a Reborn, tenerlo para él… aunque las cosas no eran así, al menos… mejor olvidaba eso o se deprimiría de nuevo, ya no tenía ganas de llorar, solamente tenía que seguir y con suerte se golpearía la cabeza para borrar ese par de días horrendos

 

 

 

 

Normalizó su caminar  porque tenía que hacerlo obligatoriamente, ocultó las marcas usando unas vendas en su cuello, curó adecuadamente las verdaderas heridas tanto en su frente como en su labio, sus padres le preguntaron qué le había ocurrido, algo normal si veían a alguien con el labio partido, vendas en diferentes lugares y un parche recién puesto en la frente, les mintió diciendo que tuvo una caída accidental mientras ayudaba a su amigo con el auto, era buen mentiroso así que los mayores no sospecharon nada, ayudó a sus hijos a alistarse, los dejó terminando el desayuno mientras él se dirigía al trabajo, debía retomar su vida, ya sabría qué hacer cuando la hora de entregar el dinero llegase, I-pin lo miraba con un poco de tristeza, Lambo la abrazó susurrándole que todo estaba bien, estaba feliz, eso nadie lo negaba, no tenía presiones, era libre, era… ¡CONSCIENTE DE LA BURRADA QUE ACABABA DE HACER! Apenas cruzó la puerta de salida y estuvo solo, se golpeó la frente levemente contra la pared un par de veces, cuando se masturbó…. ¡Y esa palabra hizo que sus mejillas le ardieran! ... pudo recordar algunos detalles que se le habían pasado por alto, primero, la voz de Reborn era un cántico de ángel…. ¡NI DE BROMA! ¡LO IMPORTANTE ERA EL SEXO SIN PROTECCIÓN, EL SEXO MALDICIÓN! ...  Protección, ¡se le había olvidado la maldita protección!

-Lambo – la voz de I-pin hizo que Lambo saltara de la impresión y se alejara de la pared con la cual se estaba autocastigando

-me asustaste – se agarró el pecho dramáticamente tratando de recuperar compostura pero ¡al carajo todo, estaba entrando en pánico!

-estás impactado por algo – se reía bajito al ver a su amigo en tal condición que hasta jugaba con sus dedos – creo saber porqué

-no es nada I-pin – sonrió nervioso mientras la chica solo negaba con la cabeza divertida

-olvidaste que eras doncel ¿verdad? – tan directa como siempre, la pelinegra le susurró a Lambo su hipótesis  y el otro se puso  de piedra

-yo… etto – trataba de sonar normal pero – yare, yare, tienes razón – suspiró al final

-me lo suponía – divertida se acercó a Lambo mostrándole una botella de agua

-¿agua?

-toma – secretamente le pasó un pequeño paquete

-¿qué es esto? – observó al cajita pero I-pin lo obligó a guardarla

-en la noche te explico cómo funciona – al ver la confusión en Lambo le susurró – son píldoras, tómate una ahora

-¡qué! – un leve sonrojo le llegó de repente, esas cosas era ajenas a él, creció como un hombre en todo sentido, gracias al cielo por eso, no sabía de esas cosas, al menos no tenía mucha información, lo básico lo averiguó en internet o en la escuela pero jamás puso demasiada atención

-eres demasiado despistado, cuando dudes pídeme ayuda, te lo he dicho ciento de veces – I-pin sonrió divertida, recordaba como desde que eran niños cosas así se repetían, Lambo vivía en su mundo, siempre se sintió responsable de lo que le pasara y por eso estaba pendiente de él en todo momento

-yare, yare… te lo estás tomando demasiado bien – sonrió mientras le brindaba un rápido abrazo – eres fuerte, eso es bueno

-tengo que serlo caso contrario nos derrumbaríamos sin remedio

-creo que tienes razón – guardó la cajita y tomó el envase – me pregunto… ¿qué hubiese pasado si tú y yo nos hubiésemos casado desde un principio?

-seríamos felices, millonarios, estudiaríamos en Francia y cenaríamos pizza todos los días – ambos se quedaron mirando unos segundos antes de estallar en carcajadas

-se me hace tarde – se limpió las pequeñas lágrimas con la manga – ¿quieres que te traiga algo?

-bombones por favor – sonrió divertida

-pues así será – adoraba esos momentos cuando bromeaban entre sí, aunque ahora esas oportunidades estaban desapareciendo de a poco

-no me arrepiento de nada de lo que he hecho hasta ahora… supongo que tú tampoco – sonrió mientras veía a su compañero de vida alejarse, en verdad muchas veces se habían planteado la misma pregunta, la respuesta era la misma, ellos eran felices así, con un amor basado en la hermandad

 

 

 

 

 

 

Llegar al trabajo y ser observado como si te hubieses muerto y resucitaste era incómodo, más que incómodo era asfixiante, ni bien pisó la puerta del local todos lo miraron, tratando de averiguar qué fue lo que le ocurrió, preocupados por las vendas y esas cosas, Lambo solo les sonrió diciendo que tuvo un pequeño intento de robo, cosa que Tsuna apoyó, después de todo el castaño  tenía vendado el tobillo y moretones también, ambos habían pasado por muchas cosas esos días así que su jefe les creyó, volver al trabajo diario incluso cumpliendo horario completo era genial, así su mente estaba ocupada con algo, la única diferencia era que lo asignaron a ayudar en la cocina, después de todo hasta que pudiese quitarse al menos el parche de la frente y algunos raspones dejasen de notarse no sería conveniente que los clientes lo vieran, seguramente harían preguntas innecesarias, incluyendo a unos cuantos que solo visitaban la cafetería para ver a Lambo en persona atendiéndolos con una sonrisa… al jovencito le gustaba la cocina, podía aprender observando al chef que elaboraba los postres y esas cosas, además en ese pequeño lugar evitaba caminar largas distancias con frecuencia, ya esa mañana podía sentir la incomodidad en su parte baja pasar de a poco, eso era excelente puesto que quería visitar a alguien esa tarde

 

 

-¿Por qué tienes tantos moretones? – cuando apenas habían tenido un pequeño descanso a cierta hora del día Tsuna emboscó a Lambo en busca de explicaciones, estaban acomodando las cosas en la bodega y era buena oportunidad – sé que me ayudaste ese día pero no estabas tan herido  

-Tsuna te lo dije antes, yo ya tengo problemas aparte de los que adquirí cuando te ayudé a zafarte de esos tipos – levantó sus hombros quitándole el interés el asunto

-me preocupas, ¿en qué rayos estás metido? – tenía una mueca de ansiedad, Lambo no había visto esa desde hace mucho

-yare, yare puedes dejar de preocuparte, puedo lidiar con esto por mi cuenta – sonrió de medio lado mientras colocaba las cajas en un montón que después irían al reciclaje

-es normal que me preocupe por ti, somos amigos, además eres menor que yo

-solo por un año – se rio bajito por la expresión de molestia del castaño – Tsuna, de verdad no tienes que preocuparte

-quiero saber, tal vez pueda ayudarte – era insistente, debía serlo ya que tenía el ligero presentimiento de que algo raro pasaba con su amigo

-sería muy largo de explicar y ya mismo es la hora pico en la cafetería

-hazme un resumen y otro día lo platicamos con más calma

-yare, yare creo que es justo, después de todo también me contaste parte de tu pasado, nos apoyaremos mutuamente – sonrió comprensivo pensando por dónde debía comenzar

-entonces te escucho – se cruzó de brazos con la expresión seria

-todos piensan que estoy casado y tengo dos hijos – le indicó el anillo que traía y Tsuna lo vio sorprendido – incluso tú lo creías pero no es verdad

-¿cómo no hacerlo? hasta los he visto algunas veces cuando te visitan – de hecho se llevaba bien con el pequeño Fuuta

-dejando eso de lado, puede decirse que soy el padre de los niños, los crie junto a mi mejor amiga I-pin que está casada con el hijo de puta de mi hermano, Lampo es un malnacido que se fue de casa cuando se enteró que sería padre por segunda vez, ninguno de nosotros sospechó que él era un… - respiró para calmarse, se estaba alargando con la historia y Lampo era innecesario de detallar – el punto es que Lampo se fue llevándose todo lo que había de valor en mi casa, desde ahí me pide dinero para no volver a hacernos la vida imposible, cada que regresa es un infierno, ésta navidad no fue la excepción, la única diferencia fue que no controló su furia y se quitó la máscara, ahora mi familia sabe la verdad que yo estaba intentando ocultar, Lampo se desquitó conmigo, peleamos y terminé así – habló tan rápido como pudo puesto que el tema no le agradaba nada

-así que tu hermano te hirió de esa forma… debes denunciarlo entonces – muchas cosas para una pequeña plática pero trató de asimilarlas y buscar una solución con rapidez

-I-pin cree lo mismo pero es imposible – hizo una mueca de fastidio, la idea inicial también era esa

-¿Por qué?

-Tsuna… que esto se quede entre nosotros por favor – se acercó a su amigo con una mirada llena de súplica

-dímelo, sabes que no diré nada

-mi hermano está en una especie de organización, no sé qué mierda sea pero puede manipular incluso a los jueces, no me interesa en qué está metido, estafa, robo, me importa un comino pero… no quiero que mi familia sepa eso o se vea involucrada – esa realidad había sido su chantaje durante tanto tiempo, cuando lo descubrió no podía creerlo, tantos años conviviendo con Lampo y jamás sospechó nada de eso

-¿nadie a parte de ti sabe eso?

-I-pin me descubrió un día hablando, mejor dicho peleando con Lampo, así que terminó enterándose – y ahí su amiga también entró al juego de fingir no saber nada

-acaso tenemos tanta mala suerte, yo con Yakuzas y tú con estafadores, debí ser una persona horrible en mi vida pasada – se quejó Tsuna mientras se tiraba los cabellos con desesperación

-son solo coincidencias – sonrió mientras golpeaba el hombro de su amigo – bueno ahora ya sabes así que me regreso al trabajo

-¿en verdad no hay forma de ayudarte? – suspiró pesadamente mientras veía a Lambo tan calmado como si le hubiese contado que fue a comprar pan o algo así

-¿yo puedo ayudarte en algo?

-no

-entonces, es lo mismo que te respondo – salieron del lugar sin decir nada más, sus problemas eran complicados, parecía que la vida estaba confabulada en su contra, eran muchas cosas por las que tenían que pasar

 

 

 

 

Tal vez las cosas eran complicadas pero de alguna forma eso unió a Lambo y Tsuna, era irónico que sus problemas fueran el lazo que los volvió cercanos pero no podían negar que es grato tener con quien desahogar sus problemas sin problema alguno, esa tarde platicaron un poco al salir del trabajo, caminaron por las calles desoladas desviándose un poco de su ruta, compartieron la frustración de no saber qué hacer, Lambo se guardó algunas cosas para sí mismo, como  el tema de Reborn y Tsuna por su parte también omitió detalles, después de todo siempre hay cosas que guardar como secretos permanentes.

Después de despedirse de Tsuna empezaba su plan de esa tarde, completamente decidido tomó el camino correcto, necesitaba verlo, después de todo tenían que hablar un poco, era tiempo de ser maduro e ir… aunque no sabía que expresión pondría cuando…. No, no, mejor no se empezaba a imaginar cosas, llegó a ese sector, con prisa, concentrándose en el plan analizó el lugar, el silencio era total así que debía adentrarse en la casa, esta vez no quería hacer lo mismo de siempre así que observó con cuidado y ahí estaba su oportunidad, la ventana estaba un poco abierta, lo suficiente como para verificar si era deslizable y… ¡gracias al cielo que le brindó un descuido del propietario! Con cuidado se adentró al interior, quitándose los zapatos ingresó, silencioso atravesó la sala dejando en un rincón sus pertenencias, buscó con la mirada al dueño pero no había rastro, así que se adentró un poco más, el pasillo estaba solitario pero podía escuchar algo en la cocina, seguramente estaba preparando algo de comer, la música era suave, como un arrullo, muy extraño… respiró profundo para empezar su ataque, dio un par de pasos cuidadosos, lo pudo ver de pie con un sartén a fuego mientras picaba algo que no lograba definir y…

-ya sé que estás ahí Lambo – la voz profunda, la reconocería en cualquier lado

-¡joder! – se puso en guardia preparado para el ataque

-terminó el juego – de pronto el más alto se giró, tenía el cuchillo en mano, Lambo tragó en seco

-¿cómo me detectaste? – no era momento de dudar así que analizó la situación

-yo sé quién entra en mi casa-kora – soltó el cuchillo mientras daba los pasos faltantes hacia Lambo

-creí que… fui lo suficientemente… waaa… silencioso – hablaba mientras esquivaba cada golpe y lanzaba el suyo, casi recibe uno directamente en el estómago y tuvo que retroceder hasta chocar con el refrigerador

-atacarme por la espalda… no funciona – sonrió con superioridad mientras se agachaba y usando su pierna intentaba hacer que Lambo perdiera el equilibrio

-maldición – quiso saltar para alejarse pero la punzada en cierta parte de su cuerpo hizo que no pudiese evitar perder el equilibrio, sintió que sus piernas le fallaron

-¡te atrapé! – el rubio hábilmente lo sostuvo en brazos antes de que el más joven tocara el suelo – si no estás en condiciones de enfrentarme mejor no lo hagas-kora

-quería sorprenderte – suspiró resignado mientras sentía como era mantenido en pose de damisela en peligro salvada por el príncipe azul quien lo cargaba para la fiesta de matrimonio, como odiaba que lo cargara así  y frunció el ceño

-no me mires así,  yo solo evité tu caída – dijo colocándolo en el suelo y dejando que se sentase solo, ese chiquillo era un gruñón en ocasiones

-¡Genial! – ignorando el leve dolor se lanzó hacia Colonello abrazándolo por el cuello y casi logrando que cayesen al suelo – ¡tengo que contarte lo que pasó! – casi gritó emocionado, debía presumir de sus peleas esos días

-por las vendas y la herida de tu frente puedo imaginármelo – sonrió rodeando al menor por la cintura, en un abrazo forzado ya que uno de sus brazos era el que le impedía caer de espaldas  – pero deberías esperar a que me levante, si alguien no ve pensarán cosas raras

-¿hablas de Basil? – dijo maliciosamente apartándose un poco para ver al rubio  ocultar un leve sonrojo

-gracias al cielo no hay nadie más aquí hoy – se levantó ayudando al ojiverde quien se quejó un poco por el dolor

 

 

 

Lambo le contó detalles de sus días, las peleas sobre todo, con la excusa del robo pudo presumir sus habilidades, aunque cuando tocaron el asunto de las heridas, Lambo simplemente se excusó como “recuerdos de batalla” se entretuvieron por estar peleando o al menos simulando hacerlo, debido a  esto la comida se quemó, cuando intentaron hacerlo de nuevo no había ingredientes, dejando todo eso de lado fue divertido compartir un par de sándwiches con jugo de naranja, cambiar la música que ya empezaba a aburrirles, reírse de las burlas que se daban el uno al otro, planear un paseo en familia, puesto que Colonello era un amigo cercano de todos en casa de Lambo, platicar con Basil quien llegó con noticias sobre un supuesto negocio que harían con no se quien, Lambo no puso atención mientras esos dos hablaban puesto que no era asunto suyo y porque concentrarse en revisar la lista de discos del rubio era más emocionante ya que poseía desde música clásica hasta heavy metal, incluso algunas bandas que Lambo nunca en su vida había visto, así terminó su día… le gustaba aquella normalidad.

En casa se concentró en jugar con Fon y Fuuta, rodaron por el piso de la sala, armaron barquitos de papel, cenaron pizza ya que estaban felices, ayudó a su madre a decidir la ropa que usaría para cuando fuera a visitar a su amiga, platicó con su padre sobre Lampo recordando cómo solía ser cuando apenas eran niños, esas épocas eran realmente agradables, el final de día se basó en charlar con I-pin, quien explicaba el funcionamiento de esas benditas pastillitas “sin fallar un solo día” aunque le daba curiosidad saber por qué su amiga todavía tenía de esas cosas en casa siendo que no tenía esposo con quien… “me traje por error la bolsa de mi compañera de trabajo, se las devolveré después” a veces a Lambo le daba miedo saber que su amiga lo conocía mejor que nadie hasta el punto de leerle la mente

 

 

 

 

Los días venideros eran normales, aun no tenía clases en la facultad así que ayudaba en jornada completa en la cafetería, cada mañana se revisaba los moretones, suspiraba al saber que tardarían en desaparecer, su cuello era el que más le importaba pero se resignaría a esperar, estaba tomándolo bastante bien, al menos ya podía quitarse de la mente aquellos recuerdos y no había vuelto a tocarse a sí mismo, con tan solo dos días de no ver a cierto azabache de singulares patillas sintió la capacidad de superar esa noche fatídica, claro que aún le dolía saber que su venta estaba marcada por el dinero en su cuenta bancaria pero tenía que sobreponerse, si no volvía a ver a Reborn tal vez podría tener paz y… ¡cómo si eso fuese posible! Al tercer día lo tenía como cliente, al menos Lambo no tuvo que atenderlo pero al salir a ayudar con los platos para llevarlos a la cocina cruzaron miradas, el ojiverde solo ignoró ese hecho, regresó a su trabajo, su pecho le dolía, solo con verlo… podía escuchar un susurro en su mente “él te compró como a una puta” sonreía con melancolía puesto que era la maldita realidad “él compró mi cuerpo” incluso se lo había repetido varias veces “cliente” nunca le había dolido tanto una palabra tan simple, que horror era tener que sufrir en silencio fingiendo que nada pasó, retornó a su estado normal concentrándose en las labores, preparándose porque presentía que a la hora de salida tendría un acosador tratando de tomarlo por sorpresa, y no estaba equivocado

 

 

 

Le rogó a Tsuna para que lo acompañara a tomar el camino normal, le contó sobre el acosador que tenía, así que sin dudarlo el castaño accedió a acompañarlo, con lo que no contaba era con que al salir no hubiese nadie, un poco más relajado al no sentir que los seguían decidió quitarse la paranoia, además… era Reborn, demasiado maduro como para empezar con el acoso ¿verdad?, demasiado egocéntrico como para rebajarse a insistir con alguien, por si fuera poco ya había obtenido lo que quería ¿no?... después de bromear un poco con Tsuna acerca de su acosador se despidió “estaré bien, al parecer exageré… nos vemos Tsuna-kun” era temprano así que con una sonrisa planeó lo que haría con Fuuta, si leían un cuento o jugaban en el patio, Fon tendría la misma energía que siempre así que tal vez jugarían algo más para ayudarlo a pronunciar bien las palabras, ese niño evolucionaba cada día y quería ser parte de eso, así que…

 

 

-¿Vas a seguir evitándome? – a Lambo el dieron ganas de gritar al escuchar aquella voz cerca de su oído pero aguantándose el susto solo dio dos pasos alejándose de él

-¿Reborn?... que – se golpeó la frente a la vez que con su otra mano se apretaba el estómago inclinándose un poco para hacer que su corazón se estabilizara

-no trabajas como el mesero, así que tu infantil actuación me tiene enfadado – se notaba molesto

-yare, yare es mi trabajo y me dedico a lo que me mande mi jefe – gruñó ya recompuesto, a veces distraerse demasiado le traía esos sustos de muerte

-pues quería hablar contigo así que no tuve más opción que esperarte – Reborn quería gritarle que era su culpa pero se contuvo, no debía perder el control

-no tenemos nada que hablar – el ojiverde siguió con su caminata sintiendo que lo seguían – no tenías que venir hasta acá… no me gusta que me intercepten de camino a casa

-es la única forma de encontrarte sin compañía – adelantó un poco su paso para estar al nivel del jovencito

-¡y darme un susto de muerte! – se quejó haciendo un leve puchero sin darse cuenta, solo quería que el azabache desapareciera, le dolía verlo de frente – eres demasiado silencioso

-Lambo deja de evadir el tema, quiero hablar sobre…

-¡no quiero recordarlo! – le interrumpió, si hablaban de eso sería una tortura – si es sobre la noche pasada… ni siquiera quiero escuchar

-es necesario – quería gritarle que era un mocoso terco, se estaba conteniendo por el simple hecho de que se sentía un poquito culpable por lo de esa noche

-no lo es, lo dejé todo en claro así que vete

-¡mocoso idiota! – Lambo se volteó hacia él para mandarlo al demonio pero entonces el mayor aprovechó para estrecharlo entre sus brazos, Lambo no supo cómo reaccionar cuando ya podía sentir la calidez contraria, el aroma a café desprenderse del mayor, la caricia en su espalda y sus cabellos – ¡escucha lo que la gente te dice!

-¿podrías soltarme? – apenas reaccionó intentó que lo soltara pero al mismo tiempo tampoco quería que lo soltase ¡en qué demonios estaba pensando! – alguien podría vernos y me causarías dificultades

-¿por qué no me dijiste que tenías problemas? – lo apretó un poco más aunque el más joven se removía, la voz de Reborn todavía mostraba enfado mezclado con ¿preocupación? – te hubiese ayudado sin llegar a esos extremos

-eras tú el que me creía una puta – Lambo gruño enfadado dejando de luchar para que lo soltase, solo dejó que sus brazos cayeran, estaba cansado de pelear, si Reborn quería discutir lo escucharía refutaría y cómo si nada se iría – aproveché la oportunidad cuando estaba desesperado

-¡entonces para qué demonios tienes esa lengua! – se  apartó del menor al sentir que el abrazo era unilateral, no iba a insistir, si el mocoso no quería tampoco iba a rebajarse a rogar un contacto – desde joven hablas como una cotorra, lo haces por horas y ahora decides cerrar la maldita boca

-¿esa es tu forma de disculparte? – Sonrió irónico – pues no es agradable

-solo estoy afrontando la situación, si necesitabas dinero podías pedírmelo, no simplemente hacerme creer que te vendías así de fácil – al demonio el control, el mocoso era desesperante en ocasiones ¿cómo pudo enamorarse de él?

-¿fácil? … ¿Acaso crees que me vendo así de fácil? – respiró profundo para no enfadarse más de lo que ya estaba, sabía que actuó de una forma estúpida pero que se lo dijeran era un golpe duro, tiró de sus cabellos ligeramente – tengo orgullo, pero si tengo que dejarlo de lado porque no me queda de otra, lo haré y ya

-me robé tu virginidad

-¿no era lo que querías?... tenerme en tu cama – se mordió el labio por la rabia – ya lo hiciste, así que aléjate

-Acaso no entiendes – podía sentir un tic en su ceja debido al enfado, ese mocoso era atrevido – ¿por qué demonios crees que regresé?

-no lo sé, tal vez tienes una mejor oferta de trabajo, sinceramente no me interesa – de donde demonios sacaba tantas tonterías juntas… Lambo solo quería salir corriendo para no escuchar tantas cosas

-no me gusta dejar las cosas sin aclarar, así que tenía intenciones de explicar todo – esa era la maldita razón por la que se escapó de Italia y como recompensa tenía a un mocoso idiota que intentaba huir cada que podía, Reborn hasta se sentía estúpido

-no es necesario, no quiero explicación de nada, tienes tu vida y yo la mía, no estamos relacionados – se guardaba el deseo de escuchar la verdad, sabía que si Reborn le decía algo coherente y aceptable cedería ante todo… ¡eso no podía pasar! No después de haber luchado tanto

-en eso te equivocas, Lambo – el menor lo vio con confusión, sonrió de medio lado, Lambo era gentil demasiado como para no escuchar a los demás – hicimos el amor sin protección, qué crees que pasará después

-¡idiota! – se puso rojo con solo la mención de ese hecho – ¡estamos en medio de la calle!... ¡Si alguien te escucha sería horrible! – definitivamente odiaba la normalidad de Reborn ante esos temas tan privados

-me importa poco que la gente escuche, tú eres mío y te marqué como tal – tratar de ser comprensivo no funcionó… ya no tenía paciencia alguna, actuaría como normalmente lo haría

-¡vete al infierno! – el maldito no tenía decencia, ¿marcarlo? Esa palabra era un explosivo para su mal humor

-¿acaso tengo que recordártelo? – abrazó a Lambo de inmediato antes de que se atreviera a reaccionar mal

-¡púdrete vejete infeliz! – se removió con fuerza pero el agarre le limitaba el movimiento – ¡suéltame de una maldita vez! – quería gritarle pero eso atraería la atención de la gente y estaba en su vecindario, estaba bien en ese solitario lugar, debía evitar hacer escándalo

-no te librarás de mí fácilmente – sonrió con malicia mientras deslizaba sus manos por la espalda del menor haciendo que este se tensara

-¿qué demonios?… mgh – se quedó estático al sentir la leve caricia en su cadera – oye vejete pervertido que crees que me… agh – se mordió el labio cuando sintió como aquellas manos se deslizaban por sus nalgas de forma descarada para terminar apretándolas

-pero que sensible – se burló satisfecho por la reacción del menor, deslizando uno de sus dedos por la separación de los firmes nalgas del joven lo escuchó ahogar un gemido

-¡ALEJATE MALDITO INFELIZ! – se liberó de un solo empujón tratando de golpearle el rostro al mayor por tal descarado acto

-y falta esto – logró detener el golpe tomándolo por la muñeca y tirando de él hasta tenerlo de nuevo aprisionado

-IMBÉCIL – podía predecir lo que sucedería y trató de evitarlo pero de pronto ya podía sentir los labios de Reborn sobre los suyos, los dedos se deslizaban por su cabellera, sosteniéndolo para que no se apartara de forma impulsiva, a pesar de que impidió el paso de aquella lengua que repasaba sus labios sintió sus piernas temblarle al recordar lo que hace días hicieron, una imagen que instantáneamente surcó su mente, el perfume de Reborn era… único… ¡PERO NADIE OSABA HACERLE ESO EN MEDIO DE LA CALLE! … retomando el control de su mente logró enfocarse, con fuerza lanzó un fuerte golpe con objetivo de herir las costillas del más alto, cosa que gracias al cielo salió perfectamente, al menos para darle tiempo a liberarse

-aunque antes eras más dócil, no me quejo – le había dolido y el aire hasta se le escapó, pero valió la pena, Lambo respiraba con dificultad mostrando un sonrojo muy bello, el ojiverde estaba retrocediendo unos pasos más por seguridad

-no… no vuelvas a… ¡no vuelvas a tocarme y mucho menos besarme! – su mente ahora era un caos, se limpiaba los labios con ligereza, quería morirse porque estaban en medio de la calle, quería golpear a Reborn por ser un idiota pervertido y por sobre todas las cosas quería que sus piernas dejaran de temblarle, ellas le decían que en verdad ese hombre lograba hacerlo vibrar con tan poco contacto

-pues al parecer lo disfrutaste – se relamió los labios admirado el sonrojo que se hacía más notable en el mocoso

-¡CÁLLATE!

-solo recuerda algo mocoso

-¡DEJA DE LLAMARME MOCOSO!

-no dejaré que nadie más te toque entendiste – habló con tanta seriedad que Lambo se estremeció

-no eres mi dueño ni nada parecido, no tengo que pedirte permiso para…

-no pedí tu opinión – sonrió altanero – deberías agradecerme

-¿agradecerte? ¿Por qué debería hacerlo? – lo odiaba, definitivamente odiaba esa maldita actitud

-porque me haré responsable de lo que hicimos, si me robé tu virginidad significa que te atas a mí – se cruzó de brazos, de una u otra forma Lambo sería suyo

-¿acaso estás loco?… no puedo creer lo que estoy escuchando – se tiró los cabellos con desesperación, sentía su furia crecer

-si llevas a mi hijo en tu vientre no podrás negarte a nada

-¿que?

-olvidaste que no usamos protección – el rostro de Lambo era un poema, el ceño fruncido pero el sonrojo surcando su piel – ¿acaso pensaste que no iba en serio?

-tu… ¿acaso tu ego es infinito? ¿Cómo crees que llevo un hijo tuyo?

-solo lo sé

-idiota… VIEJO IDIOTA – ¡al demonio todo! Reborn lo había planeado desde el principio, era evidente

-desde el principio mi intención era tenerte solo para mí, fueras o no fueras virgen, me interesa poco lo que pasó, si quiero que estés a mi lado lo harás

-Dios santo eres un… un – ni siquiera sabía cómo describirlo, agitó sus manos hacia el cielo, estaba completamente furioso, ese idiota lo trataba como a un ¿objeto? – ¿y que hubieses hecho si yo estaba casado con I-pin?

-te demostraría que solo conmigo puedes sentirte completo

-no tiene caso hablar contigo, solo eres un idiota que se cree superior a los demás – su voz cada vez subía de tono, era comprensible después de escuchar tantas tonterías juntas – no eres superior a nadie, Reborn

-lo soy, soy el mejor en todo lo que hago – Lambo solo se dio media vuelta y se alejó, con personas como esa no había caso hablar – iré a conocer a tus padres

-VETE AL INFIERNO – le gritó antes de desaparecer en la primera esquina, había sido la situación más extraña de su vida y eso que ya había tratado en su juventud con un Lampo celoso de todo aquel que se acercara a su pequeño hermano menor, le daba escalofríos de solo recordarlo

 

 

 

 

 

Lambo solo quiso llegar a casa y reposar, tanta locura en tan poco tiempo era agotador, al menos Reborn ya no lo siguió, además… ¿era en serio lo que dijo? No podía ser verdad, no se atrevería a llegar a su casa y presentarse a sus padres… ¿o si? Negó reiteradamente con la cabeza, eso no podía ser verdad, pero solo por si acaso le diría a I-pin que si ve a Reborn tocar la puerta no le abriese, al menos ella lo ayudaría ya que se tomó esos días de vacaciones en la fábrica, se recostó en el pasillo de la entrada, dejó que sus cuerpo se relajara un poco, tenía que hablar con el idiota de Reborn para aclararle que no quería nada con él, que dejara esas locuras y también tenía que visitar a…

 

 

-¡oto-chan! – ese grito hizo que la sonrisa de Lambo apareciera como por arte de magia, en pocos segundos ya tenía a Fuuta sentado sobre su estómago – ¿a qué jugaremos hoy?

-tochan… tochan – la otra vocecita terminó de completar su felicidad

-Fon estas cada vez más grande – abrazó al pequeño y a Fuuta levantándose del suelo con ellos a cuestas, corrió hacia la sala para lanzarlos al sofá y hacerles cosquillas, las risas eran música para la casa – ustedes son lo que más quiero ¿sabían eso?

-bienvenido a casa – I-pin apareció con una sonrisa pero con un ligero toque de tristeza

-¿pasó algo?

-toma, solo lee – le dio el celular y quitando esa tristeza se dirigió hacia sus pequeños – vamos la abuela ha hecho galletas, las comeremos con oto-chan, pero tenemos que lavarnos las manos – les sonrió viendo a sus hijos tomados de la mano dirigirse al baño para cumplir con el aseo

-así que el lugar está indicado – suspiró pesadamente mientras leía el mensaje del anónimo

-Lampo es precavido, allá nadie sospecharía nada

-está muy lejos de la zona residencial, demasiado al sur – sonrió para darle ánimos a la pelinegra – pero a todo está bien, no te preocupes

-quiero hacer la entrega – miró a Lambo con decisión

-nada de eso, iré solo – se puso serio pero…

-me niego, quiero ir también

-eso sería demasiado peligroso y…

-quiero ir Lambo – la pose, las manos en la cintura, la mirada seria, algo que decía a todo el mundo “ya tomé la decisión”

-bien – suspiró después de todo I-pin era demasiado terca – ¿le dirás algo?

-solo quiero verlo… preguntarle la razón por la que quiere quitarme a los niños

-no te dirá nada

-al menos lo intentaré

-deja de pensar en eso, nos quedan tiempo todavía, así que mejor por buen ánimo y comamos esas galletas – se sonrieron en complicidad mientras se adentraban a la cocina, los más viejos de la casa estaban listos en la mesa y los más jóvenes llegaban también… la familia estaba completa

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno espero que no se hayan aburrido mucho, pero necesitaba darle a Lambo un poco de paz antes de... lo que sigue, ésta vez me dio un periodo de romanticismo mezclado con alegría, supongo que se notó en la trama, ñeee me avisan si se notó mucho

 

Los reviews empezaré a responderlos de inmediato, muchas gracias a los que se toman el tiempo de escribirme alguno ^_^

 

1827Forever1827 te agradezco mucho por las ideas y espero que haya sido de tu agrado querida~

 

Cualquier duda, reclamo, hipótesisis, queja, lo que deseen expresar me pueden dejar en un review ^_^

Me despido por ahora

Besos a tod@s!!!

 

*se va dando saltitos*


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