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Inexistente por Drakarfox

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Notas del capitulo:

Y aquí estoy después de... ¿dos semanas?, creo que si, pero volví, me quede algo atascada en este capítulo, lo admito, más porque no sabía como darle seguimiento, pero al final lo logré y espero que el siguiente capítulo no me cause tanto problema. Sin más aquí les dejo el nuevo capítulo. Espero lo disfruten. 

Capítulo XXV

 

La calma antes de la tormenta

 

Había varias cosas de las cuales Roxas estaba por completo seguro, una era que la primera vez, fuese como fuese, dolía, en verdad que dolía y sobre todo no era tan mágica como se tenía pensada o como muchos la pintaban. No era que realmente le preocupara, pero pensaba que sería diferente, completamente diferente, pero que quedará claro, no se quejaba. Para nada. Sólo que hacerle entender eso a Axel era algo… complicado. Esa era la segunda cosa de la cual Roxas estaba por completo seguro. Picar el orgullo del pelirrojo en ese sentido era de los peores cosas que podría cometer, no sólo porque el otro se lo tomaría muy MUY personal, sino que también se encargaría de, tal como el mayor dijo, hacerle tocar el cielo así su cuerpo terminase pagando las consecuencias. Sin duda algo que nunca volvería a hacer, más porque esa semana había sido en verdad larga. La tercera cosa de la que Roxas estaba por completo seguro era de que; los tiempos de paz le hacían daño, muchísimo daño a la organización. Y es que las continuas reparaciones a ciertas salas de la organización lo dejaban todo completamente claro. Los trece miembros, sí porque Roxas también se había visto envuelto en algunas de las situaciones, necesitaban mantenerse ocupados casi todo el tiempo. Más por el hecho de que incluso los castigos que Xenmas o Saix les llegaban a imponer no servían de nada, y eso que eran castigos efectivos, pero cuando se habla de “una casa de locos” lo tradicional no suele funcionar. Había muchas cosas más de las cuales Roxas estaba seguro, pero esas eran las que más importaban en ese momento, pero sólo porque necesitaba entregar un reporte de la más reciente “travesura” en la cual se había involucrado de forma involuntaria.

-¿De verdad tengo que hacer esto?- preguntó al pelirrojo que estaba acostado en la cama, mientras que el chico estaba tratando de encontrar la mejor manera de explicar el desastre hecho en la cocina. Decir que simplemente las llamas de Axel habían ocasionado que el intento de comida de Luxord, Demyx, Marluxia y él saliera volando no era muy efectivo, tampoco lo era el comentar que Larxene molesta por tanto escándalo había tratado de callarlo con algunas descargas a todo aquel que se dejara y que Vexen, bueno, Vexen pasaba por el sitio equivocado en el momento equivocado y había sido principal blanco. Y la única razón por la que estaba sufriendo era porque en su intento de huida Saix lo había interceptado, el resto, o casi el resto habían logrado huir, incluyendo a Axel.

-Fue a ti a quien le dijeron que lo hiciera, así que debes terminarlo.- contestó con mofa.

-También le dijeron a Luxord y a Demyx.- Se defendió.

-Entonces, sabes que si sus historias no congenian todos estaremos en problemas.

-¿Todos?- preguntó alzando una ceja y viendo al otro. -¿No sólo a los que Saix atrapó?

-¿De verdad crees que Saix no sabe quiénes estuvimos ahí? Larxene se dio a notar y ese tipo de “explosión” sólo pude ocasionarla yo.

-¡Entonces también deberías ayudarme!- exclamó indignado.

-No, te dijeron a ti y tienes que ser tú quien lo haga.

-… a veces te odio, que lo sepas.- contestó entre dientes para seguir batallando con la manera de correcta de describir todo lo que había sucedido. – Al menos dime que todos vamos a recibir el castigo ésta vez.- murmuró, no se creía capaz de soportar el solo. No después de ver a Luxord sufrir con eso.

-Seguramente, tal vez no. Puede que te manden con Zexion a ordenar la biblioteca, a los demás cosas peores, tal vez a Larxene la manden a disculparse con Vexen y ayudarle en sus experimentos, sin armas claro. A Demyx y a Luxord posiblemente los manden a limpiar la sala de tronos. Y a Marluxia, bueno no se me ocurre una forma en que puedan castigarlo a él. Ayudar a Säix tal vez.

-¿Y a ti?

Alzó los hombros –lo más seguro sea que limpie los pasillos, ya sabes todo lo doméstico.

-¿Todos los pasillos?

-Puede, puede que no, a lo mejor Saix se apiada de mí y sean sólo los de las habitaciones.

-Creo que estas muy acostumbrado a esto ¿verdad?- preguntó algo divertido.

-Sólo un poco, no es normal que estemos más de una semana sin misiones ni nada.

-Sí, sobre eso tengo duda. Creí que ya todo se había calmado, digo, ha pasado ya un mes. ¿No debería de haber un ritmo de trabajo normal?- preguntó rindiéndose ya con el reporte, sabía que no había una manera decente para explicar el cómo había terminado todo, al menos no una que pudiese convencer a Saix de que todo había sido un accidente o algo parecido.

-Debería, sí, pero el hecho de que las cosas se hayan calmado no significa que se hayan arreglado.

-Entonces, ¿estás diciendo que esto es algo así como la calma antes de la tormenta?- preguntó manteniendo la mirada en el otro.

Giró un poco el cuerpo para ver mejor al menor. –Ven- pidió extendiendo un brazo para pedirle que se acercara. El rubio se levantó viéndolo algo curioso pero acercándose, primero sentándose para después recostarse bien a un lado del otro, sintiendo que el brazo le rodeaba ahora parte de la cintura.

-Entonces…

-Podría decirse que sí, estamos hablando de un momento de calma antes de una gran tormenta.

-A veces… sólo a veces, me arrepiento de haber entrado a la organización- dijo con voz calmada.

-¿Por qué?- preguntó extrañado por esa confesión.

-Porque sólo hay problemas, uno detrás de otro. También son muchos reportes, muchas amenazas, mucha destrucción, toda una casa de locos. –agregó con una risa.

-¿Sí?, pues déjame decirte que tú encajas bien en esta casa de locos- dijo al momento que se giraba para poder abrazarlo mejor con ambos brazos y acercarlo más a él. –Y no tienes ni como negarlo.

-Bueno, soy tu novio, es obvio que encajo en esta casa de locos.

-¿Me estás diciendo que de estar del todo cuerdo, no estarías conmigo?

-Algo así.

-Ten cuidado con lo que dices Roxas, podría tomarlo como una amenaza y ya sabes que no reacciono bien a las amenazas. –le dijo en un susurro al oído.

-Ni a las amenazas, ni a las dudas sobre tu orgullo y hombría.- Comentó burlón.

-Vale, tú lo has querido. Hoy tenemos otro día libre y voy a hacerte pagar por todo lo que me acabas de decir. No tienes escapatoria.

-Realmente… no es como si la quisiera.- Sí, Roxas sabía algunas cosas y podía presumir que estaba del todo seguro lo que cada una podía ocasionar, pero a veces, sólo a veces, era divertido provocar que algunas de ellas se dieran. Más si pasaban tres semanas desde la última vez que las había provocado.

 

 

 

Algo andaba mal, lo sabía desde hace unos días, Cloud lo había mantenido al tanto de toda la situación, desde el hecho de los pocos movimiento que había logrado avispar de la Organización, hasta los que había conseguido de los KM. Peor no les daba mucha importancia, él estaba, como le decían sus dos hermanos, en su momento de luna de miel con Vanitas. Y es que no era para menos, de verdad que estaban que derramaban miel e incluso a él le daba algo de vergüenza aceptarlo, pero era la verdad, ya, lo había hecho, no volvería a decir nada. Pero regresando al punto, debía de haberse estado más al pendiente de lo que pasaba con los grupos, con todos, porque lo que estaba viendo en ese momento, fuera de su casa, era toda una señal de que las cosas estaban mal, totalmente mal. –No sé si quiero preguntar.- dijo sin apartar la mirada del chico frente a él. 

-No, no quieres, no preguntes.- contestó tratando de quitarse esa cosa pegajosa del cabello, ¿qué le habían dicho que era?, algo de dulce, con salado, algo que parecían pedazos de carne,  pegamento y quien sabe que tantas cosas.

-Pero… enserio ¿qué diablos es eso?- preguntó tratando de tocar la sustancia que comenzaba a endurecerse en el cabello del otro.

-No lo sé, uno de los experimentos de Vexen, la pésima cocina de la organización, no tengo idea- contestó entrando al lugar sin alguna invitación ni nada, tomando camino directo al baño.

-¡¿Fuiste a la Organización?!- preguntó sorprendido, cerrando la puerta y siguiendo al pelinegro. Eso era raro, Vanitas no se acercaba a la Organización por nada del mundo, al menos no después de dejar endeudada hasta el alma.

-No fue por gusto.- contestó entrando al baño sólo para ver en qué condiciones estaba.

-¿Entonces por qué fue?, y ¿qué fue lo que te echaron?, estas escurriendo.

-No lo sé, no quiero saber, sólo quiero limpiarme- contestó comenzando a quitarse parte de la ropa, en verdad estaba bastante mojada, no quería saber de qué, podría vivir con la duda. –Tuve que ir por un encargo de Cloud.- comentó dejando la sudadera y la playera en un rincón para comenzar a aflojarse el cinturón y desabrochar los pantalones.

-¿De Cloud?- preguntó extrañado -¿hiciste algo que el molestara? Porque no encuentro razón alguna por la cual te mandará a ti.

-¿No te parece suficiente el hacerlo contigo el mayor tiempo posible? Después de todo tienes dos hermanos mayores sobreprotectores, si hasta Roxas participó en echarme todo esto, sólo alcancé a escuchar que había sido un intento fallido de comida.

Tenía que admitir que tuvo ganas de golpear al otro al escuchar su magnífica razón por la cual su hermano estaba molesto con él, pero tenía que aceptar que era cierto, Roxas y Cloud lo cuidaban demasiado. –Aja, si, como si Roxas también pudiese participar en eso.

-¡Es verdad!- exclamó viéndolo, estando sólo en ropa interior –si hasta él me llevó al sitio correcto, justo para que me cayera la bomba y tal parece hasta participó en preparar lo que sea que haya sido esto.

-SI, como sea, seguramente ahorita con el baño se te va a quitar, pero ¿por qué te mandó Cloud?

Suspiró antes de contestar – Las cosas han estado muy tranquilas en las calles, parece que incluso en los barrios de mala muerte y ni que decir con… los KM- eso último lo dijo en voz baja, sabía que el rubio todavía tenía ciertas reacciones al escuchar hablar de ellos. –La Organización está haciendo uso de los sin corazón y los incorpóreos, pero no parece que consigan mucho, es como si los KM se hubiesen esfumado. ¿Has sabido algo de ellos?

-No… Terra no ha llamado desde hace tres días.

-¿Has contestado algunas de sus llamadas o mensajes?

Negó con la cabeza- no, realmente no me siento preparado todavía para hablar con él.

-Entonces, volviendo al punto. El que estén tan calmados no les agrada mucho a la organización, así que han tenido que cobrar algunos favores… y hemos descubierto algo grande o al menos Cloud y Valentine lo han hecho.

-¿Y que ha sido eso grande que han descubierto?

-Están planeando un nuevo ataque.- dijo serio.

-¿Un nuevo ataque?

-Si, tal parece que por alguna razón de orgullo o de rencor, no lo sé muy bien, los KM quieren cobrarse lo que les hicieron.

-¿Orgullo, rencor?, no lo creo, no es por lo que los KM están regidos.- dijo totalmente convencido.

-Ven, Terra y Riku conocen muchas cosas que el resto de los integrantes no conocen, ni siquiera tú que antes formabas parte de ellos.

-¿A qué te refieres?

-Pensemos en esto- dijo sentándose en el inodoro, bajando la tapa para poder estar más cómodo. –imagina que todos ustedes, todos los KM son seres de completa luz.

-No somos hadas.

-Ya lo sé, sólo sígueme la corriente, ¿quieres?

-De acuerdo, de acuerdo- dijo para sentarse en el borde de la bañera, escuchado lo que el otro tenía que decir. –Haber, aja, somos seres de completa luz.

Asintió para continuar- todos ustedes ven la vida de una forma, una muy limpia, muy linda donde creen que el bien lo es todo, que la justicia siempre va a aparecer y se respetara. Todos unos bienhechores.

-En serio, ¿de verdad crees que es así?- preguntó con sarcasmo.

-Sólo escucha. Todos ustedes han visto sólo el lado bueno de la humanidad o si quieres verlo de otra manera, han vivido en la “ignorancia” pero eso es sólo por los afortunados que han sido. Son ingenuos por creer que si la vida es buena es porque así tiene que ser. Las chicas piensan eso y Sora también. Tal vez tú ya no, pero antes lo pensabas. Se proclamaron héroes, sin saber la carga que eso conlleva. Un héroe al final de cuentas es humano y por tanto comete errores y actúa sin pensar en ocasiones.- Se tomó un momento para ver la reacción del rubio y después continuar. –Ahora piensa en todos los de la organización, incluyendo a Roxas, en seres compuestos totalmente por oscuridad, completa oscuridad. Ellos, cómo bien ya has de saber, han conocido un lado de la vida que seguramente tú ni siquiera has imaginado. Ellos han visto maldad, desgracia, traiciones, rencores, venganzas, sufrimiento y más recientemente muerte. Todos ellos crecieron de una forma distinta, la luz es fuerte Ven, eso todo mundo lo sabe. Pero la oscuridad también lo es, sólo que ella es más llamativa, algo mala a ojos de los “correctos”. Porque puede llegar un punto donde la oscuridad puede ser tan densa que no permita que la luz ilumine más allá de tu propia nariz. Son opuestos pero equilibrados. Ahora, imagina que Terra y Riku son dos seres de luz, pero no son tan brillantes como ustedes, ellos tienen ese tinte oscuro. Eso Ven, sin duda es de lo más peligroso que puede haber.

-¿Por qué?- preguntó, comenzando a comprender al punto al cual quería llegar el otro.

-Porque una persona que vive en un extremo o en otro es fácil de manejar, porque sus acciones son basadas en su propia forma de pensar, si alguien es bueno en su mayoría, todo lo que haga va a ser regido por ese bien, si alguien es malo en su mayoría, y usemos el termino malo sólo por comodidad, va a basar sus actos en maldad. Uno puede acostumbrarse a eso y no extrañarle, pero alguien que se encuentra en el centro, “equilibrado” va a basar sus acciones en lo que crea conveniente, en bien y en mal. Y eso hace que no sea fácil de saber lo que va a hacer. Porque no es obvio. Terra y Riku son así, pueden haber sido buenos la mayor parte del tiempo, pero no hay que olvidar que son humanos, que todos lo somos y no nos es posible mantenernos todo el tiempo en un solo lado, siempre estamos en un tira y afloja en todo lo que hacemos, por eso es que tienen ese tinte oscuro, por eso es que ellos guardan rencor, quieren hacer pagar por la vergüenza que sufrieron, que les hicieron pasar.

-Pero, eso sólo les va a traer más problemas.- Exclamó viendo lo que para él era obvio.

-Sí, eso lo sabemos, pero ellos no lo ven. Muy pocos pueden ver las consecuencias de sus actos antes de hacerlos. Pero Ven de alguna forma, por muy raro que te suene, es correcto que lo hagan. Así es como crecen y no vuelven a cometer las mismas idioteces.

-Pero- empezó a decir al momento que se ponía de pie- van a meter en un lío a las chicas, a Sora, a Roxas…

-Y a ti- dijo manteniéndose tranquilo, todavía en el sitio. -También te están involucrando en esto aunque ya no estés con ellos. Y eso es porque la gente aún te asocia a ellos.

Se quedó callando procesando eso último, viéndolo por donde lo viera todo eso era malo. –Entonces.

-Entonces, Cloud supo de sus planes y me mandó a comunicárselo a la Organización, Xigbar, Xaldin, Luxord, ya no sé quién más, quisieron que pagara mi deuda y me han dejado así. –Explicaba mientras se acercaba a la ducha para poder abrir la llave, dejando que corriera el agua y esperando a que saliera la caliente. –El punto es que logré decirle a Xenmas y tal parece que pronto le dirá a sus chicos- sin importarle que el otro todavía estuviese en el baño se quitó la ropa interior y entró a la regadera, sintiéndose más aliviado al sentir el agua caer y llevarse parte de lo que sea que le hubiesen echado. –Aunque estoy seguro que Roxas va a llamarte si conocen la otra parte de la información.

Se giró a ver al otro al escuchar eso. -¿Qué otra parte?

-Tal parece que Terra y Riku, incluso las chicas, están diciendo a ciertas personas que tú estás involucrado en esto, que tú estás diciendo que puedes meterlos hasta la organización sin ningún problema, que conoces bien el camino y así podrán infiltrarse con más facilidad.

-Eso es…

-Mentira, lo sé, lo sabe Cloud, lo va a saber Roxas y lo sabe Xenmas. Pero la cuestión es que no logro dar en la razón de los KM para decir eso. No sé bien que es lo que quieren lograr.

-Bien, entonces, para resumir. Todo este tiempo de paz y tranquilidad es sólo un pre para lo que en verdad se acerca.

-La calma antes que al tormenta Ventus, ¿acaso no lo has escuchado?- preguntó estirando el brazo para tomarlo de la muñeca y jalarlo un poco hacia la regadera. –Mejor ayúdame a quitarme todo esto primero y después veremos cómo resolver este problema.

-… vale, solo porque en verdad necesito algo que me pueda enfriar la cabeza. –Contestó comenzando a desnudarse.

-Y yo necesitó ayuda, voy a vengarme de Roxas, lo juró.

-¿Qué no mencionaste algo de la venganza hace poco?- preguntó al momento que entraba en la regadera.

-Pero la ventaja es que yo siempre he estado en el lado opuesto al tuyo, así que no es de extrañarse.

Negó de nuevo mientras levantaba los brazos para tomar algunos mechones negros. –Tú no tienes remedio.

-Y eso es lo que te encanta.

-A veces.

 

 

Todos estaban hablando del plan, no había fallas, incluso él sabía eso pero no le agradaba. Una pequeña voz, más que nada impulsada por su madre, le decía que todo eso estaba mal. ¿Por qué había de exterminar a ese grupo? Es decir ni siquiera habían buscado pelea, habían sido ellos quienes los habían provocado. Sí, aceptaba que su orgullo estaba algo herido, más que herido de hecho. Sí, sabía bien que habían sido golpeados, maltratados, amenazados, todos comenzaban a comentar acerca de esa derrota, los héroes y las leyendas habían sido derrotados por un grupo de personas inexistentes. Y eso le enervaba, hacía que su cabeza comenzará a calentarse y no escuchara de razones. Pero después de unos momentos volvía a pensar, ¿qué había de malo?, tal vez ya no era necesario que él se preocupara por ser el elegido, no tenía por qué seguir con esa carga, con la de tener que salvarlos a todos, tal vez podría mandar todo al diablo. También podría hacerle caso a su madre sobre lo de dejar de ser algo egocéntrico. Se levantó al ver que los demás también se alejaban tomando a camino a distintas partes del lugar, él fue camino a los sillones, necesitaba pensar. Esa maldita duda en su cabeza no lo dejaba pensar bien. ¿Estaba haciendo lo correcto?, él lo único que quería era arreglar las cosas con los gemelos, disculparse y volver a su relación tal como la tenían antes de todo este desastre, pero ahora incluso estaban metiendo a Ventus, quien había de recordar ya no era parte del grupo. Se recostó en el sofá, poniendo una almohada sobre su rostro. Todo eso era muy complicado. Por un lado estaban sus ideales, por otro estaba el vengar a su orgullo herido. -¡Maldita sea!- exclamó dejando que el grito se ahogara en la almohada, él también era humano, también tenía problemas, también tenía dudas y sobre todo también tenía un lado bueno y un lado malo. Todos, y eso incluso Cloud se lo había dicho, cometían estupideces, unas más grandes que otras y él había cometido una bastante grande, lo sabía, pero es que la fama era algo con lo cual era difícil lidiar. El tener que cumplir órdenes, fue con eso que lo supo. Lo estaban tratando como un soldado y él no era eso, no era un soldado, era un chico idiota de 18 años, casi 19, que apenas estaba conociendo la verdad de las cosas, que apenas conocía el lado real de la vida y había llegado a una conclusión… no le gustaba. La vida de esa forma, esa realidad no le gustaba. Se sentó primero tratando de calmar sus pensamientos, de ordenarlos. Después de unos minutos de estar así se levantó y fue camino a la salida. Necesitaba hacer algo y no podía si se quedaba en el sitio. Salió del lugar sintiendo el aire que golpeaba su cuerpo, hacía frío, demasiado para su gusto. Se abrazó a sí mismo y comenzó a tomar rumbo a su casa, lo mejor sería hablar con quien pensaba estando solo, aunque todavía tenía duda de a quién debía llamar.  

 

En cuanto entró a su hogar agradeció haberse dado prisa, conforme avanzaban las horas la temperatura bajaba. Corrió a su habitación, tal parecía estaba solo, eso era lo mejor, tomo una sudadera y se la puso de inmediato, quería entrar en calor de forma rápida. Cuando se froto los brazos lo suficiente como para volver a sentirlos, aunque realmente sabía que exageraba un poco, se sentó en la cama sacando el celular de los bolsillos y buscando el número que necesitaba. Se había decidido, iba a afrontar todas las consecuencias de sus acciones, posiblemente se llevaría un par de golpes, eso lo tenía seguro, pero era mejor eso a que el plan se llevara a cabo. Marcó el número de quien había elegido, sólo esperaba que pudiese ayudarlo.

-¿Sora?- preguntó algo sorprendido –vaya, el problema sí que debe ser grave como para que me llames.
-Cloud… necesito tu ayuda.

-Déjame adivinar, ¿tiene que ver con cierto par de gemelos revoltosos, problemáticos y dramáticos?

Suspiró ante eso. –Sí, eso mismo. Crees que, ¿crees que podría hablar con ellos en tu casa?, ya sabes, decirles que quieres verlos y dejarme hablar con ellos allá.

-Y ¿eso por qué?

-Si les digo que quiero hablar con ellos no van a aceptarlo, diablos, estoy seguro que ni siquiera van a contestar mis llamadas, mis mensajes o dejar que me acerque.

-Los conoces bien.

-Entonces, ¿crees que podría reunirme con ellos allá?

-Bueno… podrías supongo, no es como que tenga mucho inconveniente con eso, aunque ¿quieres que me quede también?

-Sí, sería lo mejor o ellos terminarán yéndose.

-De acuerdo, podría decirles que vengan mañana, a eso de las diez, ¿te parece bien?

-Creí que eras de los que se levantaban temprano, así que, ¿por qué tan tarde?

-… Sephiroth se levanta tarde y mañana se va a eso de las nueve de la mañana.

-¿Sephiroth?, ¿no estaban peleados?

-Pues, tuvimos una buena reconciliación. Como sea, esa no es la cuestión. Entonces te espero mañana temprano. ¿De acuerdo?

-De acuerdo, gracias Cloud.

-Si, si, mucho sentimentalismo, sólo, no lo arruines ¿quieres?, ya suficiente se ha hecho con los rumores que hay acerca de ustedes y mi hermano. Pero ya te diré mañana. Te dejó. –dijo para después colgar.

­Al escuchar que el otro colgaba se recostó en la cama, iba a ser un largo día mañana, sólo esperaba elegir bien las palabras para tratar con esos dos. Porque los conocía bien y un solo tropiezo con lo que iba a decir y podía mandar todo su trabajo a la borda. –A veces detesto que sean tan ellos. 

Notas finales:

Pues.... no hay más que decir, espero la continuación sea la próxima semana, nos estamos leyendo. 

 

Drakarfox


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