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Cheerleader por Yewooki

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Notas del capitulo:

Hola, perdón por no haber subido capitulo antes, pero una serie de eventos un tanto desafortunados me cayeron encima toda la semana pasada, pero aquí tienen el capitulo de esta semana, gracias a Majo por ser mi beta~

Daiki jaló a Taiga hasta su habitación, donde le pasó una toalla para que se secara, una vez menos húmedos, se tiraron a la cama del moreno, contemplando el techo blanco, sus dedos se enlazaron curiosos y tímidos, ambos sonreían suavemente disfrutando de ese momento solo suyo.

 

-Aomine- llamó bajito Kagami, como temiendo que si elevaba su voz despertaría dándose cuenta que solo había sido un sueño.

 

- Creo que sería correcto decirme Daiki ahora que salimos- dijo volteándolo a ver- ¿O no?, Taiga.

 

Un sonrojo adorable apareció en las mejillas del tigre quien terminó ocultando su rostro en el pecho del moreno en un movimiento muy natural, sorprendiendo a ambos, quienes se quedaron completamente quietos largos segundos, hasta que el celular de Daiki comenzó a sonar, con fastidio lo tomó contestando.

 

- Dai-chan, ¿estás libre?, quería saber si me acompañas a una fiesta- dijo en tono alegre Satsuki.

 

- Estoy ocupado- dijo simple, acariciando los sedosos cabellos rojizos de su ahora pareja, viéndolo ocultar su rostro contra su pecho, haciéndolo sonreír- dile a Tetsu o mejor aún invita al escandaloso de Kise.

 

-Moh, ¿Te estás masturbando o algo así?- preguntó burlonamente la peli rosa, alterando a su amigo de la infancia.

 

- ¡¿Pero qué carajos Satsuki?!- gritó asustando a Taiga quien se levantó de su pecho, alejándose, dejándole sentir de inmediato el frío que empezaba a hacer.

 

- C-Creo que mejor me voy- dijo algo tímido Taiga, viendo como el peli azul negaba con fuerza.

 

- Tengo que colgar- anunció, pero antes de que pudiera hacerlo Satsuki gritó llamando su atención.

 

- ¡¿Estás con Kagamin?! ¿Están en tu casa?, iré para allá- dijo y colgó.

 

Daiki frunció su ceño, cerrando su teléfono, dejándolo de lado, tomando las manos de Taiga atrayendo su atención.

 

-Satsuki viene para acá, quiere que la acompañe a una fiesta- le dijo sincero, viendo como Taiga hacia una mueca de molestia- no quiero ir, prefiero pasar el resto de la tarde contigo, incluso podrías quedarte a dormir.

 

Y ante aquellas simples e inocentes palabras, el rostro del pelirrojo se incendió, su mente le había jugado chueco mostrándole una imagen de él gimiendo bajo el fuerte cuerpo ajeno.

 

- ¿Qué clase de cosa sucia acabas de pensar?- se burló Daiki inclinándose hacia enfrente dejando su rostro muy cerca del ajeno.

 

-N-Nada- medio gritó, pero Daiki lo calló de inmediato con un beso suave, volviéndose lentamente más y más exigente, hasta que el timbre de la residencia resonó obligándolos a separarse, notando sus labios rojos e hinchados.

 

- Ignoremos a Satsuki- propuso Daiki, y antes de que Taiga le contestara volvió a besarlo como si la vida entera se le fuera en ello, dejando recostado al pelirrojo bajo su cuerpo, sus manos lentamente comenzaron a pasearse curiosas debajo de la playera húmeda del otro, hasta que la puerta de su habitación de abrió tempestivamente asustándolos.

 

- ¡Aomine Daiki!- gritó Satsuki, para después sonreír enormemente mientras sus mejillas se coloreaban de un rojo fuerte- ¡Tengo que llamar a Tetsu-kun!

 

Taiga completamente apenado por haber sido visto en semejante posición empujó a su novio, para después correr al baño de la habitación ocultándose dentro, el rojo de su rostro competía con el color de su cabello, dejó su cuerpo caer pegado al pared mientras ocultaba su rostro entre sus rodillas, y a pesar de toda la vergüenza que lo estaba llenando una enorme sonrisa estaba plantada en sus labios, ¡por Dios!, ¡era pareja oficial de Aomine Daiki el As de Tōō!

 

Oyó de forma algo lejana los reclamos de Daiki por haberlos interrumpido y los cometarios subidos de tono de Satsuki, juntando todo su valor, salió lentamente del baño, viendo a Satsuki con una sonrisa de suficiencia plantada en la puerta del cuarto, mientras Daiki tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados.

 

- Eres una bruja de los peor Satsuki- se quejó Daiki, antes de notar la presencia de su lindo novio- ¿Te gustaría ir a una fiesta hoy en la noche?- le preguntó dulcemente, sorprendiendo tanto a Taiga como a Momoi.

 

- Pero que lindo puedes llegar a ser Dai-chan- dijo encantada Satsuki, ganándose una mirada molesta de su amigo de la infancia.

 

- N-No c-creo que sea buena idea, mañana tenemos entrenamiento temprano- trató de justificarse, pero la peli rosa sonrió.

 

- La fiesta es en casa de Yuriko- dijo- y como parte del equipo de porra es obligatorio que vayas.

 

- P-Pero…- intentó zafarse de la fiesta, pero vio a Daiki negar suavemente con su cabeza, diciéndole que  se diera por vencido, una vez que a la peli rosa se le metía algo a la cabeza era imposible hacerla cambiar de opinión.

 

-Nos veremos frente a la estación a las ocho treinta- les dijo con una enorme sonrisa en los labios, despidiéndose de ambos, dejándolos solos de nuevo.

 

- Momoi da un poco de miedo- murmuró Taiga soltando el aire que no sabia que había estado reteniendo.

 

- Si, es un poco especial- dijo Daiki soltando un bostezo, contagiando rápidamente al pelirrojo- ¿Te parece que tomemos una pequeña siesta?

 

- ¿Qué durmamos juntos?- preguntó nervioso Kagami, ganándose un tierno beso en la frente por parte del moreno, que se alejó hasta llegar a su ropero sacando un par de playeras secas y un par de shorts.

 

- Por supuesto, no dormiré en la sala- declaró el moreno quitándose la playera dejando ver su vientre bien formado, que hizo sonrojar al otro, quien tomando la ropa que poco antes su novio le había extendido corrió al baño cambiándose.

 

Una vez que ambos traían puesta ropa seca se acomodaron en la cama del moreno, quedando abrazados, se sonrieron y el cansancio y tantas emociones juntas les cobraron factura cayendo rápidamente dormidos, despertaron cuando Satsuki les llamó para decirles que mejor se vieran en casa de Kuroko para irse todos juntos.

 

Daiki le prestó algo presentable a su novio, y una vez listos, dejaron la residencia Aomine para dirigirse a la casa de Kuroko, en el camino se toparon con Kise quien también había sido invitado por Momoi.

 

- Ne, Kagamicchi, ¿algún día tendremos una cita?- preguntó el rubio acercándose mucho al pelirrojo, ganándose una mirada furiosa por parte del as de Tōō- ¿Por qué esa cara Aominecchi? ¿Tu quieres tener una cita conmigo?- dijo coqueto parpadeando seguido, en un intento de darse un look más inocente.

 

- Ugh, no, preferiría venderle mi alma a Akashi, antes de salir contigo, además tengo pareja- dijo orgulloso, viendo a Kagami sonrojarse y desviar la mirada.

 

- ¿Una chica linda?- preguntó curioso Kise, él casi podía asegurar que Daiki estaba enamorado de Taiga.

 

- Absolutamente, pero no es una chica- soltó como si nada, logrando que Kise abriera grande sus ojos y volteara  a ver violentamente rápido al pelirrojo, quien sintiendo la taladrante mirada ajena en su rostro caminó más rápido rebasando incluso a su novio- ¡Kagamicchi no huyas!

 

- Lo asustas rubio oxigenado- le dijo Aomine riendo bajito, no quería hacer enojar a su novio.

 

- ¿Eso quiere decir que ustedes…?

 

-Si- murmuró alto Kagami, muerto de vergüenza, lo último que esperaba era ser interrogado por su reciente relación en el medio de la vía pública.

 

- ¡AHHHH!- gritó alto el rubio con una cara de emoción que solo le había visto Aomine en los partidos reñidos.

 

- ¿Qué te pasa?- le preguntó algo asustado, el rubio era bien rarito a veces.

 

- ¡Tendré una cita con Kurokocchi!- dijo con tal emoción que sorprendió a los novios, quienes se voltearon a ver un poquito confundidos.

 

- Pobre Tetsu- soltó Aomine bajito haciendo reír al pelirrojo, quien se ganó una mirada entre molesta y curiosa por parte del rubio.

 

- No seas malo Kagamicchi, llevo enamorado de Kurokocchi desde nuestro último año de secundaria y nunca había aceptado una cita conmigo.

 

- Eso es porque eres demasiado escandaloso y eso agota muy rápido a Tetsu- argumentó el moreno, tomando la mano de su novio, dándole un tierno apretón ganándose una sonrisita de parte del rubio.

 

- ¿Quién diría que eras tan adorable Aominecchi?- se burló y antes de que el moreno pudiera patearlo se encontraban frente a la casa de Kuroko, Kagami tocó el timbre y de inmediato Momoi salió abriéndoles la puerta.

 

Una vez dentro de la residencia esperaron solo unos pocos minutos antes de que llegaran Akashi y Midorima, Murasakibara les había avisado que los vería en la fiesta porque iría con un amigo suyo, cosa que llamó la atención de todos los presentes, una vez todos listos, emprendieron rumbo a la mansión de la familia Fujigawa, donde el ambiente ya estaba en su punto.

 

Se adentraron a la casa, donde la música sonaba fuerte, una mesa ubicada en una esquina estaba llena de comida y en el otro lado había una llena de bebidas, cuando Taiga volteó se dio cuenta que solo estaba Daiki a su lado, así que aprovechando la poca luz tomó su mano, lo último que quería era terminar perdido en aquella mansión.

 

- ¿Quieres beber algo?- le preguntó el moreno al oído, haciéndolo sonrojar y asentir, se movieron hasta quedar cerca de la mesa de bebidas, cuando Kagami sintió un par de largos brazos aprisionarlo con fuerza, obligándolo a soltar la mano de Aomine, quien rápidamente se perdió entre la gente.

 

- ¿Qué demonios?- farfulló Kagami molesto, antes de oír la voz aflojerada de Murasakibara.

 

-Kaga-chin,  ¿Por qué no me dijo Kuro-chin que vendrías?- se quejó cual niño pequeño.

 

-N-No lo sé, Murasakibara, pero podrías soltarme, es incomodo- confesó tratando inútilmente de soltarse del abrazo apretado del otro.

 

-No, Himu-chin me abandonó y esta fiesta es aburrida, pero ahora que Kaga-chin está aquí podemos buscar dulces juntos- expresó antes de moverse entre la genta sin soltar en ningún momento al pelirrojo.

 

- ¿Dónde diablos quedó Kagami?- se quejó Aomine cuando llegó a la mesa, después de haber sido empujado por la gente que llenaba el lugar, su ceño se frunció, cuando sintió una mano tocar su hombro, apresurado se volteó topándose con un ojo gris viéndolo coquetamente.

 

- Aomine, que sorpresa encontrarte aquí- dijo acercándosele un poco- ¿Vienes con alguien?

 

-Con Kagami, pero desapareció- dijo algo preocupado, distrayéndose al buscarlo entre la multitud, sin ser capaz de ver la sonrisita malvada que se dibujaba en los labios del peli-negro.

 

- ¿Qué te parece si bailamos en lo que logramos encontrarlo?- le propuso tomándolo de la mano, jalándolo suavemente hacia el medio de la habitación donde la gente estaba reunida bailando.

 

Aomine pensaba negarse pero antes de darse cuenta estaba en medio de la gente, la música sonaba fuerte y las luces tenues le imposibilitaban ver donde estaba su novio, de pronto sintió las manos de Himuro rodeando su cuello, incitándolo a bailar cerca.

 

Lentamente comenzó a moverse sin dejar de buscar a su novio, cuando de pronto vio una cabellera rojiza con las puntas oscuras, así que soltándose del agarre de Himuro caminó apresurado hasta alcanzar a su pareja tomándolo del brazo, viendo el alivio pintar los ojos rubíes del otro.

 

- ¿Dónde estabas?- le preguntó el pelirrojo cuando se alejaron un poco terminando uno de los patios, donde había menos gente y el ruido era menos.

 

-Me encontré con Himuro, estábamos bailando- dijo viendo como una mueca de molestia se pintaba en el rostro de su pareja- ¡Ni siquiera lo toque!, estaba preocupado buscándote.

 

-Más te vale Aomine Daiki- le dijo el  tigre, antes de besarlo con fuerza, dejándole muy en claro que no le perdonaría la menor infidelidad.

 

- Me encanta que seas un celosote- dijo risueñamente después de que rompieran el beso, viendo el sonrojo que adornaba sus mejillas.

 

- Cállate Ahomine- dijo escondiendo su rostro en el cuello del moreno, sintiendo como los brazos del alto rodeaban su cintura pegándolo a su cuerpo.

 

- Vaya, vaya, ¿Quién diría que les gusta llevar la contraria?- dijo Imayoshi recargado en un árbol a unos cuantos metros de ellos.

 

Daiki frunció su ceño con fastidio, apretando más fuerte al porrista contra su cuerpo.

 

- ¿Qué quieres Imayoshi?

 

La típica sonrisa zorruna del capitán del equipo de básquet apareció, causándole escalofríos al moreno.

 

- Kagami, ¿sabes que Aomine, junto al resto de la generación de los milagros apostaron que quien ganara el Inter-High tendría el derecho a tener una cita contigo?

 

- ¿Soy solo un premio, del cual presumir frente a tus amigos? ¿Es eso?- dijo alejándose de forma molesta viendo furioso al moreno.

 

-Por supuesto que no, esa apuesta fue hecha antes de que me enamorara verdaderamente de ti- se defendió el moreno, pero la mirada molesta y dolida del pelirrojo lo habían detenido por completo.

 

- No sé si creerte- murmuró bajito, mientras que Imayoshi sonreía contento con el resultado.

 

- Créeme que si no estuviera enamorado de ti, no te hubiese besado- le aseguró, dando un paso al frente pero Taiga retrocedió indeciso.

Notas finales:

Gracias por leer~!


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