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Cheerleader por Yewooki

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Notas del capitulo:

No pude subir el capitulo ayer, porque me desvele por ir a ver Batman vs. Superman y pasé toda la tarde en el extranjero de compras y regresé muy tarde, pero aquí el nuevo cap.~

Los minutos pasan lento, demasiado para su gusto, las lágrimas por fin pararon de correr, ahora solo queda el sentimiento de vacio dentro de su pecho que se va creciendo poco a poco con cada minuto que pasa y Daiki no despierta.

 

Cierra sus ojos y recarga su cabeza contra la pared detrás suyo, las voces y los sonidos lentamente se van haciendo más y más lejanos, en un punto el cansancio le gana y comienza a dormir, pero en cuanto siente una mano sobre su hombro sus ojos se abren viendo frente suyo a la madre de Daiki.

 

- No quería despertarte- se disculpó sonriéndole un poco apenada, le estaba colocando una manta encima- ¿Tus padres no estarán preocupados porque estás aquí?

 

- Mis padres viven en Los Ángeles- murmuró bajito, la mujer asintió y se sentó enseguida de él.

 

- Daiki siempre ha sido un poco problemático- dijo sonriendo triste- nunca fue bueno haciendo amigos, su padre siempre le decía que tenía la habilidad de presionar todos los botones incorrectos en la gente, nos sorprendió gratamente cuando en secundaria nos pido permiso para invitar a sus amigos a la casa- recordó riendo un poco- cuando los conocimos, mi esposo no pudo evitar llamarlos el equipo arcoíris- dijo ella y Kagami sonrió divertido- Poco después de entrar a la preparatoria comencé a notarlo diferente, había días en los que llegaba con una sonrisa enorme, otros donde se veía confundido y molesto, al principio pensé que era normal en el cómo adolescente, hasta que un día en sueños nombró a alguien.

 

Kagami se tensó un poco, su vista bajó hasta sus manos con las que estaba jugando nervioso, la mujer a su lado lo volteó a ver de forma bastante neutra, poniéndolo aún más nervioso.

 

- Llamó a un Taiga en sueños, pensé que era uno de sus jugadores favoritos de algún equipo de básquet, pero mi esposo me dijo que no había ningún jugador con ese nombre, entonces pensé que era un nombre raro para una chica, hoy me doy cuenta que no es una chica.

 

-Y-Yo lo siento señora Aomine- dijo antes de sentir de nuevo la mano de la mujer sobre su hombro, haciéndolo voltear.

 

- Yo no, llámalo instinto materno, pero cuando te vi tan afectado por lo que le pasó a mi hijo, supe que no eran solamente amigos, Daiki puede llegar a ser un poco idiota, pero tiene siempre las mejores intenciones aún si no sabe bien cómo expresarlas.

 

- Lo sé- dijo Taiga sonriendo, sintiendo de nuevo como las lágrimas se acumulaban en sus ojos cayendo rápidamente- lo siento.

 

- Oh cariño- dijo la mujer abrazándolo, Taiga se abrazó a la mujer llorando hasta que el sueño lo venció, cuando despertó aún se encontraba entre los brazos de la madre de su novio, apenado se alejó lentamente viendo a la mujer sonriéndole dulcemente- Daiki despertó, y no ha dejado de preguntar por ti.

 

- D-Debería ir usted a verlo primero- dijo Taiga y la mujer sonrió asintiendo.

 

La mujer se paró y desapareció por uno de los pasillos, Taiga suspiró alto antes de pararse para ir al baño donde se mojó el rostro, sus ojos aún estaban rojizos delatando que había estado llorando, su rostro se veía agotado, pero sonrió, al parecer su novio estaba bien, lo cual era un completo alivio, sonrió un poco y salió caminando de regreso a la sala de espera, casi quince minutos después, vio de nuevo a la señora Aomine, quien le sonrió indicándole el cuarto donde estaba su bebé.

 

Taiga caminó despacio por el largo y blanco pasillo, cuando llegó a la habitación respiró profundo antes de tocar y entrar, en la camilla estaba Daiki sentado con una venda rodeando su frente, las lágrimas volvieron, el moreno le sonrió un poco y estiró sus brazos, Taiga se movió rápido para abrazarse a su novio, llorando en su pecho.

 

- Ya, Taiga respira, estoy bien- le dijo acariciándole el cabello, minutos después el pelirrojo se tranquilizó lo suficiente, así que se alejó lentamente, Daiki tomó su rostro limpiando con sus pulgares las lágrimas que aún caían.

 

- Me asuste mucho cuando Akashi dijo que estabas en el hospital- dijo con la voz ronca de tanto llorar, haciendo que el moreno se sintiera mal.

 

- Lo siento- murmuró besando delicadamente los labios ajenos- cuando me di cuenta el auto estaba demasiado cerca, solo pude brincar para que el daño fuera el menor posible, aún así me lleve una contusión fuerte, el médico dice que tendré que quedarme en observación por esta noche y que no podre jugar durante la siguiente semana.

 

- Fue mi culpa- dijo y de inmediato el moreno negó- p-pero si yo no…

 

- No fue tu culpa Taiga, fue culpa del imbécil que me atropelló, supongo que fue una excelente presentación- dijo sonriéndole.

 

- Kise estaba grabando, supongo que es por Kuroko, pero podemos pedirle la grabación- dijo el pelirrojo, antes de que alguien tocara la puerta, Daiki frunció su ceño pero permitió el acceso y vio a toda la generación entrar.

 

- Aominecchi- gritó el rubio abrazando al moreno, haciendo que Kagami se moviera sonriendo un poco- Kagamicchi casi se muere del susto, no nos hagas esto.

 

- ¿Estas mejor Kagami?- preguntó Midorima, y el pelirrojo asintió sonriendo un poco.

 

- Zanahoria deja de coquetear con mi novio, que aún en la camilla puedo patearte el trasero.

 

- Por dios Aominecchi no seas idiota, Midorimacchi solo tiene ojos para Akashicchi, así que como Kagamicchi solo tiene ojos para ti- dijo el rubio rodando los ojos, haciendo reír a todos.

 

Después de unos minutos entró una enfermera corriéndolos a todos, porque la hora de visitas había terminado, Kagami se despidió de su novio con un beso  y la promesa de ir al día siguiente, el camino a su departamento fue tranquilo, pero al llegar se encontró con Himuro recargado en la puerta de su departamento, su ceño se frunció con molestia.

 

- Tranquilo tigre, no vengo a pelear- dijo el pelinegro levantando sus manos en señal de paz.

 

- ¿Qué demonios quieres?- dijo el pelirrojo dejándolo pasar.

 

- Hacer las paces- dijo Tatsuya sentándose en uno de los sillones- Aomine no me interesa- declaró atrayendo la atención de su amigo- solo le coqueteaba porque sabía que te gustaba, pero no sería capaz de llegar a más con él o alguien más con quien salgas.

 

- No puedo creerte- dijo el pelirrojo cruzándose de brazos, viéndolo desconfiado.

 

El pelinegro asintió sonriendo disimuladamente.

 

- Lo sé, solo quería poner las cartas sobre la mesa, además yo ya tengo mis ojos puestos en alguien más- dijo parándose.

 

- ¿Quién?- cuestionó Kagami parándose frente a él.

 

- Atsushi- dijo y vio como el rostro de su amigo se volvía un completo poema.

 

- ¿Murasakibara? ¿En serio? ¿Él?

 

- Es muy lindo- dijo riendo el pelinegro, viendo la mirada confusa y desconfiada de su hermano.

 

- Está bien… si en verdad te gusta, no me queda más que apoyarte, pero si vuelves a coquetear con mi novio te sacaré los ojos- advirtió viendo como el pelinegro reía divertido.

 

- Ok, pero no seas tan celoso Taiga- le dijo antes de moverse hasta la puerta- espero que se recupere pronto.

 

- ¿Cómo…?

 

- Atsushi me habló desde el hospital, dijo que estabas muy triste- murmuró antes de despedirse y dejar solo al tigre en la sala.

 

 

Al día siguiente se dirigió temprano al hospital, pero al llegar vio en el pasillo al equipo de básquet, su mirada se topó con los ojos molestos del capitán, quien con el rostro serio se acercó hasta él.

 

 - Espero que ahora estés feliz, Aomine no podrá jugar en los siguientes partidos los cuales son los calificadores para el Inter-High- le dijo en tono áspero- sinceramente espero que pronto se dé cuenta de la clase de error que está cometiendo al estar junto a ti.

 

- No sé cuál es tu maldito problema conmigo, pero lo que pase entre MI novio y yo, es cosa nuestra- siseó con fastidio el tigre, sacando a flote su personalidad explosiva.

 

- Mi problema es que existes- dijo Imayoshi- que las cosas con Aomine iban perfectamente hasta que apareciste en su vida, que él estuvo a punto de ser mío cuando te metiste entre sus ojos, que por tu culpa ahora él está en esa camilla con una venda alrededor de su cabeza, ese es mi problema- escupió el capitán furioso, pero manteniendo la voz baja lo último que quería era llamar la atención.

 

Kagami se quedó hecho piedra ante la declaración del capitán, Imayoshi estaba celoso de él, antes de que pudiera reaccionar los padres del moreno salieron de la habitación.

 

- Chicos, ya darán de alta a Daiki, si quieren ir a nuestra casa, su casa, para visitarlo sin bien recibidos- dijo la mujer antes de notar la presencia de Taiga- Taiga-chan- saludó la mujer atrayendo su atención- Daiki no ha dejado de preguntar por ti- dijo riendo, viendo como el pelirrojo se sonrojaba y asentía caminando hacia la puerta entrando en la habitación, notando también el ambiente pesado y tenso a su alrededor.

 

- Pensé que ya no vendrías- dijo el moreno sentado en la camilla con el cambio de ropa que sus padres le habían llevado.

 

- Prometí que vendría ¿no?, siempre cumplo mis promesas Daiki- le dijo sonriéndole, no quería decirle nada a su novio, suficiente tenia sabiendo que no podría jugar durante un tiempo como para decirle que acaba de pelear con Imayoshi.

 

- ¿Pasa algo?- lo cuestionó notándolo distraído.

 

- ¿Eh?, no, solo estaba pensando en que la capitana nos aviso hoy por la mañana que tendremos una competencia el martes- dijo sonriendo nervioso.

 

- Lo harás bien- murmuró convencido de ello- sé que mi novio es increíble- presumió viendo divertido como el rostro del pelirrojo se coloreaba de rosa.

 

- Cállate- pidió avergonzado el tigre, antes de sentir los brazos de Aomine rodeándolo.

 

- Es la verdad- murmuró a su oído, haciéndolo temblar suavemente- eres increíble Taiga, nunca permitas que nadie, ni siquiera yo, te diga lo contrario.

 

- Sigo sin poder creer que puedes llegar a ser así de cursi- dijo sonriendo, escondiendo su rostro en el cuello ajeno, oyendo el bufido que soltaba el moreno.

 

- Si que sabes cómo romper el ambiente amor.

 

Taiga rió, pero la sensación de desazón no lo abandonaba, saber que Imayoshi lo odiaba no ayudaba a tranquilizarlo, al menos estaba seguro de que Daiki le quería.

 

Después de pasar toda la mañana con su novio, Taiga regresó a su departamento, donde se encontró con la sorpresa que sus padres habían tomado un par de días de descanso para pasarlos con él.

 

- ¿Y cómo va la escuela?- preguntó su padre, mientras ayudaba a su madre  a servir la comida, mientras el pelirrojo terminaba de acomodar los cubiertos.

 

- Bien, el equipo de porra aquí es muy bueno- dijo sonriente.

 

- ¿Alguien te ha molestado?- preguntó ahora su madre preocupada.

 

- No, todos son muy tolerantes- dijo sonriendo, no quería preocupar a nadie, él podía lidiar con Imayoshi y sus cosas.

 

- Nos encantaría ver una presentación- dijo su padre sonriéndole, causando sorpresa en su hijo, pues nunca habían asistido a ninguna de sus anteriores presentaciones.

 

- El martes tengo una competencia- murmuró y sus padres sonrieron.

 

- ¡Excelente!, nuestro vuelo sale hasta el miércoles por la mañana, así que fácilmente podemos ir a tu presentación y apoyarte.

 

- Y, ¿ya tienes novia?- preguntó su padre moviendo sus cejas de arriba abajo haciéndolo sonrojar.

 

-A-Algo así- dijo bajando la mirada jugando con su comida.

 

- ¿Algo así? ¿Ella no quiere algo serio?

 

- E-Es novio, en realidad.

 

- ¡novio!- gritó exaltado su padre.

 

Taiga cerró sus ojos y bajó la cabeza, no quería ver la decepción en los ojos de sus padres, hasta que oyó como su padre renegaba abriendo su cartera, así que llenándose de valor abrió los ojos y levantó la cabeza viendo como su padre le entregaba su tarjeta de crédito a su madre.

 

- ¿Segura que no eres alguna clase de adivina?- preguntó el señor Kagami, con el ceño fruncido.

 

- Segura, amor- dijo ella con una enorme y brillante sonrisa.

 

- ¿Qué…?

 

- Tu padre dijo que terminarías con novia cuando vinieras aquí y yo dije que sería novio, apostamos la tarjeta de crédito- dijo ella, viendo a su hijo fruncir su ceño y formar un puchero- no te lo tomes a mal bebé, yo siempre supe que a ti las chicas no te llamaban la atención románticamente.

 

- ¿Y cómo es? ¿También es porrista?- preguntó su padre curioso.

 

- E-Es guapo- dijo Taiga sonrojándose y sonriendo bobamente- es el as del equipo de básquet de la escuela.

 

- Oh Darling, eso es maravilloso- dijo su madre emocionada- ¿lo podemos conocer o es muy pronto para que tu padre y yo lo aterremos?

 

La risa que escapó de los labios de Taiga alegró a sus padres, les tranquilizaba mucho saber que su hijo estaba bien y feliz ahí, que sus problemas en Los Ángeles no le estaban afectado ahora.

Notas finales:

Gracias por leer~!


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