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Abre tus ojos por girlutena

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Notas del capitulo:

¿Es el capitulo 13???bueno

Lamento mucho haberme tardado...no recuerdo el tiempo, pero... como la historia está a punto de acabar, necesitaba resolver algunas cosas que quedaban sueltas...

pero...¡aún falta la boda!! :O ¿quien quiere boda?? T_T

 

El tiempo había pasado demasiado rápido, algunos dirían que era para bien, pero él sabía que no deseaba que pasara tan rápido, casi tres años habían pasado desde que el rubio doncel volvió a entrar en su vida, tan estrepitosamente, con esos ojos tan azules y aquella sonrisa tan radiante.

Había querido cubrir sus ojos y alejarse de lo que todos llamaban amor, había querido luchar por no enamorarse, pero ahora sentía como su vida estaba casi completa. Cerró lentamente sus ojos al sentir como el fresco viento primaveral soplaba contra su cuerpo, y alzó su bruna mirada para observar como el cielo azul y despejado dejaban que el sol alumbrase todo a su paso.

El dulce aroma de las flores de cerezo que ya habían abierto, rodeaban todo el hermoso lugar, mientras que los altos árboles tan hermosos y brillantes daban sombra a las decoradas sillas.

Las personas ya habían llegado y algunos ya ocupaban sus respectivos asientos, mientras que algunos padres observaban cautelosos a los pequeños niños, quienes corrían de un lugar a otro, intentando divertirse.

Sasuke caminaba por los corredores, observando la hermosa decoración para aquel gran evento, tres años había esperado para aquel momento y ahora había llegado. Lentamente fue deteniéndose para observar como los pequeños pétalos iban cayendo sobre el suelo de cemento.

Una pequeña sonrisa se mostró en su rostro al observar a su pequeño Keishi corriendo por todo el lugar, mientras reía emocionado al ver a las blancas palomas volar muy cerca de él.

-¡Papi! ¡Papi! –El pequeño varoncito de unos dos años y medio corrió a los brazos del mayor, y Sasuke lo estrechó contra su cuerpo, llenando sus pulmones del dulce aroma que emanaban los rubios cabellos de su pequeño niño.

-Te escapaste de tu tío. –El pequeño Keishi rió divertido al sentir como la incipiente barba de su padre le raspaba su tierna mejilla, pero rápidamente hizo un tierno puchero al recordar como sus tíos lo tenían sentado en la silla sin poder divertirse.

-¡Tío aburrido! –Sasuke no pudo evitar soltar una corta, pero divertida sonrisa. –¡Quiero Oto-chan! ¡Oto-chan! –El pequeño rubito alzó sus brazos, mientras que sus hermosos y grandes ojos negros brillaban con emoción.

-Yo también quiero a tu oto-chan, bebé. –El niño sonrió feliz, y aceptó gustoso el beso en su mejilla, rodeando con sus cortos bracitos el cuello de su padre. –Vamos a buscar nuestros asientos.

-¡Oto-chan! –Sasuke besó la frente de su pequeño niño, y caminó con una apenas perceptible sonrisa en su rostro.

Estaba feliz por su doncel, orgulloso y enamorado. Su hermoso y rubio doncel, con esos ojos tan azules y una actitud jovial, había terminado de estudiar educación inicial; sabía que el menor amaba a los niños, le encantaba enseñar y para ello tenía una gran paciencia.

Todos los días intentaba llegar temprano a casa para poder presencia como su joven novio le leía cuentos al pequeño retoño, a veces se les unía y hacía los sonidos de los dragones, pero muchas veces solo se quedaba observando los hermosos ojos azules del doncel, brillar con emoción. Cada día le enamoraba un poco más.

Sonrió enternecido al sentir como su pequeño y hermoso bebé empezaba a removerse entre sus brazos. Alzó su bruna mirada y observó como las esponjosas copas de los árboles traspasaba tenuemente los rayos del sol.

-¡Sasuke, por aquí! –El varón siguió caminando lentamente, escuchando a lo lejos las voces de los invitados, las risas joviales de los amigos de su novio.

Aquellos años había sufrido por alejar a todo varón que miraba o intentaba acercarse al doncel; casi todas las semanas había peleas, pero él confiaba en su novio, pero no podía decir lo mismo de los varones hormonales que había en la universidad.

Le sonrió a su familia, y dejó que Minato tomara entre sus brazos al pequeño Keishi, quien rápidamente se removió entre los brazos de su abuelo, quejándose por ser alejado de los brazos de su padre. Con tranquilidad se sentó muy cerca del pasillo, esperando el momento en que empezara la ceremonia.

Giró su mirada y observó cómo pequeñas lagrimas intentaban salir de aquellos grandes y penetrantes ojos negros, sonrió al ver como su pequeño niño intentaba aferrarse con sus pequeñas manitos a su camisa, tomó al varoncito y lo sentó sobre sus piernas, acarició los sedosos cabellos rubios del menor y le dejó que apoyara su cabecita entre su pecho, dejando que calmara su pequeño llanto.

La gruesa y penetrante voz del director se escuchó detrás de los parlantes; sabía que todos estaban emocionados por aquel día, y él ya estaba ansioso por ver a su rubio. Una pequeña sonrisa empezó a mostrarse en su rostro al escuchar la suave música de fondo, los jóvenes empezaron a pasar, y su bruna mirada tan solo se topó con aquel azul zafiro.

Era un tonto al sentire como un adolescente, pero su corazón bombardeaba con fuerza al estar tan cerca del doncel, sintió el calor acumularse en sus mejillas al ver como el rubio le sonreía, pero se sintió complacido al saber que el menor también tenía las mejillas sonrojadas.

-¡Oto-chan! ¡Oto-chan! –El pequeño niño alzó sus cortos bracitos esperando que su papi lo tomara entre sus brazos y lo llenara de besos, pero rapidamente una mueca llena de dolor se mostró en su infantil rostro.

-Mira bebé, tu papi se ve hermoso. –El pequeño varoncito limpió sus lagrimitas en el terno de su padre y observó como su papi subía al podio donde se encontraban los demás alumnos.

Tres años habían pasado desde que el menor le había dicho que estaba embarazado y que deseaba ingresar a la universidad. No podía negarle nada al menor, él deseaba que Naruto hiciera lo que más deseara, y a él solo le tocaba apoyarlo.

El pequeño Keishi había nacido en invierno, unas semanas antes de lo programado y Sasuke tuvo que salir corriendo de una importante reunión con unos inversionistas para estar al lado del doncel.

Naruto habia llorado tanto por miedo a que algo malo le pasara al pequeño, él tan solo se quedó aferrando el cuerpo del menor entre sus brazos, esperando a que se calmara poco a poco, besó con parsimonia y ternura los enrojecidos labios y le secó aquellas lágrimas que caían por sus mejillas.

El momento en que la enfermera trajo consigo al infante, Naruto lo tomó con una delicadeza extrema para empezar a contarle sus diez pequeños deditos. Todo estaba bien, el cuerpecito del bebé era de un color rosadito y sus manitos se apretaban con fuerza, mostrando su ceño fuertemente fruncido, molesto por haber sido arrebatado de su lugar de confort.

Y cuando el pequeño niño abrió sus ojitos, mostró unos ojos tan negros como la misma noche, pero con un brillo azulado, el niño alzó sus cortos bracitos y con sus pequeñas manitos agarró dos dedos de su padre.

-¡To-chan! –El suave y emocionado grito del pequeño Keishi le hizo salir de sus recuerdos, sintió como era jalado por la corbata, mientras que el infante señalaba a su papi.

Sasuke vio como su doncel sonreía suavemente al tener la atención del pequeño varoncito, la voz del director dejó de escucharse para dar paso al llamado de los nerviosos y emocionados alumnos, para la entrega de los diplomas.

-Namikase Naruto. –Los aplausos se escucharon con fuerza, los vitores por parte de la familia, hicieron que las mejillas del doncel se sonrojaran con mucha más fuerza.

Sasuke se puso de pie, con su hijo en brazos; el pequeño niño aplaudó con fuerza, mientras que gritaba el nombre del doncel. Naruto volteó su cuerpo para alzar su diploma y dejar que sus familiares le sacaran todas las fotos necesarias, aunque nunca iban a ser suficientes, o aquello había dicho su padre, sonrió emocionado al ver a su moreno cargando en brazos a su pequeño Keishi, los dos sonriendo y emanando felicidad y orgullo.

El sol ya se estaba escondiendo por las altas montañas, y el fresco viento con olor a cerezos solpaba con suavidad removiendo los mechones de las personas. Sasuke podía ver como los ex alumnos empezaban a juntarse para poder tomarse las ultimas fotos; y no pudo evitar fruncir su ceño cuando vio como un varón se acercaba hasta su doncel, con la intención de pedirle una cita; pero antes de poder hace alguna cosa, un gruñido le hizo bajar su mirada y vio como su primogénito fruncía notablemente su ceño y alzaba sus bracitos con dirección al doncel.

-¡Mi papi! ¡Mío! –Cuando volvió a alzar la mirada vio que tenía la mirada de su rubio doncel sobre au cuerpo, le vio sobreír y él le devolvió la sonrisa, amaba tanto cuando aquellos ojos zafiros le miraban con un brillo especial y nunca se iba a cansar de decirlo.

Lentamente Naruto fue acercandose, y su corazón latió con fuerza cuando aquellos delgados y delicados brazos se aferraron con fuerza a su cuerpo, dejando al pequeño Keishi entre sus dos padres.
-¡Papi bonito!

-¡Mi bebé! –Naruto tiró aquel pedazo de papel para tomar en brazos al pequeño infante, quien rió y aceptó gustoso los besos de su progenitor. -¡Te extrañé tanto!
Sasuke tan solo se quedó observando aquella hermosa imagen, los amaba, amaba a su familia y sabía que había sido un tonto por haber negado el amor que el menor estaba gustoso de darle.

Sasuke se acercó al doncel y sin que el menor se diera cuenta posó sus labios sobre los del menor, escuchó las fuertes e infantiles palmadas de su primogenito, y sintió como Naruto apretaba su brazo con su mano vacía.

-Te amo. –Naruto no pudo evitar mostrar una embobada sonrisa al sentir la frente del moreno sobre la suya, su corazón latía como loco a pesar de llevar unos cuatro años viviendo junto. –Eres hermoso.

-¡Papi bonito! –Sasuke tomó entre sus brazos al pequeño Akio y lo sentó sobre sus hombros, aprovechando para acercar a su cuerpo al doncel.

-Vamos a comer. –Naruto se detuvo un momento observando como su familia y amigos se iban alejando. Llevó sus manos hasta su vientre plano, mientras que una pequeña sonrisa iba formandose en su rostro.

-¿Naruto? –El doncel giro su mirada para observar a un compañero, le sonrió suavemente dándole a entender que tenía parte de su atención. –Me gustas, por favor acepta mis sentimientos.

-Lo siento Tai, pero mira, esa es mi familia, mi esposo y mi hijo, y muy pronto habrá un nuevo integrante. –A Naruto poco le importaba lastimar los sentimientos de los varones que se le confesaban, todos sabían que estaba comprometido y que tenía una familia.

-Eres muy feliz. –El doncel no tuvo que responder a nada, se olvidó del varón que hace poco se le había confesado, tan solo para observar las hermosas gemas del varón, del que llevaba más de una década enamorado.

-¡Oto-chan!

Caminó despacio hasta donde se encontraba su familia, sentía el corazón latiendo desbocado, lo amaba, y nunca se iba a cansar de decirlo.

Notas finales:

¿Quien llegó hasta aquí?

Muchas gracias a todos por leer!!!!!!!! 

...tengo el siguiente capitulo un poco avanzado, pero no prometo nada, porque luego se me corta la inspiración, o no tengo tiempo por los trabajos T_T

pero espero leer sus comentarios!!! siempre me animan cuando estoy deprimida.

(:

Besos!!!

PD: lamento si es que por ahí hay algún error ortografico T_T


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