Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

1 palabra, 1 drabble por Dashi Schwarzung

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este fic lo hice para una dinámica del grupo "AoKaga 5x10", y va dedicado a Vanesa Beisti en FB c: 
espero que les guste!! <3

..::Playa::..

.:.

.

 

Se encontraban sentados sobre la arena; hacía minutos se habían metido al mar y habían nadado un poco.

El clima era perfecto para un día en la playa: sol, arena y nada más ellos dos, disfrutando el día.

Ambos portaban trajes de neopreno, ideales para surfear; las tablas descansaban en la arena, a los lados de ambos; las olas eran perfectas para un poco de surf, y aunque Aomine aún no sabía mucho sobre el tema, intentaba seguir los pasos de su novio, pues, claro que no iba a dejar que Kagami le ganara en el surf.

 

—Vayamos a tomar las olas. — Comentó Taiga, luego levantándose y tomando su tabla. —¿Vienes? — Preguntó, mirando desde arriba a su novio, quien parecía no mover ni un solo músculo de la arena.

—Meh… creo que paso. Yo te daré el visto bueno desde aquí.

Taiga frunció la boca ante el comentario; en sus planes no estaba que el moreno se quedara sentado allí mirándolo tomar esas grandes olas, pero parecía que Daiki era lo suficientemente flojo como para levantarse de su lugar.

—Tch como quieras.

 

Kagami no iba a desperdiciar su día en la playa, pues no sabía cuándo sería la siguiente vez en la que podría sentir la arena bajo sus pies y practicar uno de sus más amados hobbys.

Sin hacer caso a Aomine, se dirigió hacia el mar; cuando el agua salada le llegó hasta la cintura, se posó sobre la tabla y empezó a remar con sus brazos, tratando de hallar alguna ola adecuada para él.

 

Daiki, con ojos asombrados miró cómo su novio tomaba una ola de buen tamaño; se subía a su tabla, posando ambos pies sobre ella y se deslizaba con maestría sobre el agua.

No se había dado cuenta de que, alrededor de él, varias personas se habían amotinado para ver cómo Kagami demostraba sus habilidades de surf.

 

Para Daiki la visión de su novio sobre esta tabla era majestuosa; no podía despegar sus ojos de aquella figura que, con maestría y elegancia, se deslizaba sobre el agua, además de que ese traje de neopreno, típico de surfistas, se le amoldaba a la perfección al cuerpo.

 

Otra ola fue la encargada de terminar con la exhibición de Taiga, pues lo arrastró, haciéndolo caer de la tabla.

El poco bullicio hizo que el moreno regresara a la realidad, y en verdad no estaba nada feliz al ver cómo la gente, y muchas chicas jóvenes, no dejaban de hablar de su novio.

 

—Hey. — Mencionó Kagami, tras salir del agua, mirando fijamente a Daiki. —¿Qué te parece? ¿Cómo lo hi- — Pero no pudo terminar su oración, ya que las chicas se acercaron a él a felicitarlo y a conversar un poco con él.

 

Daiki se levantó de la arena… ¡Nadie acaparaba a su novio! Sin pensarlo dos veces se acercó a la escena, escuchando la pequeña conversación que se estaba suscitando.

—Kagami, tengo hambre, vayamos a encontrar algo de comer. — Le habló, jalando al pelirrojo del traje negro, para que éste le hiciera caso.

—Ah, Aomine. ¿Puedes esperar unos minutos? Les estoy dando a estas chicas unos consejos de surf.

 

Estaba molesto por la respuesta, parecía que a su novio le encantaba llamar la atención de esa forma; pero era obvio que a él no le gustaba para nada, y su posición a la defensiva, cruzando los brazos, era suficiente expresión corporal como para dar a entender su molestia.

Sin embargo, trató de no ser tan dramático. No quería que su día se arruinara por esos estúpidos celos que estaban naciendo en él.

 

Pero la gota que derramó el vaso fue aquella chica de cabello negro, que se había acercado hasta Kagami y prácticamente había abrazado su brazo, sin perder la oportunidad de sentir los bíceps del pelirrojo.

—¡A la mierda! — Dijo, dando media vuelta, yendo hasta su tabla de surf y tomándola con furia.

 

Kagami estaba sintiéndose importante, recibiendo la atención de aquellas chicas, que se había olvidado por completo de su novio.

—¡Miren, seguro él es un buen surfista también! — Una de esas chicas habló en voz alta, señalando al mar.

Cuando los orbes de Kagami se fijaron en la dirección que ella señalaba, vislumbró a su novio, nadando lejos, subido sobre la tabla y remando con sus brazos.

—¡¡Aomine!! ¡Maldición! — De inmediato se alejó de las chicas y fue al encuentro con su novio.

 

Tenía miedo, pues su novio sólo sabía lo básico del surf, aún no sabía tomar una ola, ni mucho menos pararse sobre la tabla. Kagami se había encargado de enseñarle lo básico sobre ese deporte. Entonces… ¿Por qué el idiota se aventuraba a surfear?

Por más que el pelirrojo trató de gritar el nombre de su novio, éste no lo escuchó. En lugar de eso, Aomine se alejó más, atreviéndose a tomar una ola grande.

 

El miedo que de repente sintió Taiga fue reemplazado por estupefacción, al ver cómo el moreno se ponía de pie sobre la tabla y se deslizaba por esa gran ola.

Una sonrisa nació en sus labios al ver a su novio de esa forma. Daiki se veía tan majestuoso; tan imponente.

Pero ese temor regresó de nueva cuenta al ver cómo el moreno perdía el equilibrio y la ola lo arrastraba.

 

Sin pensarlo dos veces el pelirrojo se apresuró a nadar y tratar de encontrar a Daiki, quien pudo resurgir después de algunos segundos.

 

—¡¡Maldito idiota!! — Gritó, pero más que molesto, estaba aterrado por aquella ola grande que había arrastrado a Daiki unos cuantos metros.  

Aomine no pudo responder de vuelta, porque sintió dos brazos rodearlo con fuerza.

 

No se había dado cuenta de la tontería que había hecho. No había pensado dos veces la aventura de lanzarse al mar y surfear sin saber hacerlo. Por eso Kagami estaba temeroso y abrazándolo con fuerza.

Había sido un tonto…

 

—Lo siento. — Fue lo único que pudo decir al percatarse de que el pelirrojo no quería soltarlo.

—No… yo lo siento. — Sabía que también debía disculparse por querer atención de otras personas que no eran su novio. Tenía claro que el que Aomine se aventurara por sí solo al mar, había sido solo un berrinche de éste, pero Taiga había tenido mucho que ver en ello.

—¿Ahora sí iremos a comer? — Preguntó con una pequeña sonrisa, sintiendo sobre él las miradas de las chicas que anteriormente habían estado conversando con su novio, pero dándole ninguna importancia a ello.

—Vamos… tu pagarás mi comida, por ser un idiota.

—¿Qué? ¿Y si mejor pagas tú por dejarme solo?

—¡Fuiste tú el tonto que fue a surfear sin saber cómo!

—¿Me estás llamando estúpido?

 

Y bueno, era obvio que las peleas entre ambos no terminarían fácil.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).