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El "nya" que nos unió por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi niñas y niños~~~

*rueda por el piso*

Les contaré que, me pasé en esto todo el tiempo que estuve desaparecida, no fue mucho creo, pero la cosa es que aquí se termina el fanfic, me da mucha alegría y a la vez tristeza, hasta se me fueron las lágrimas al ir terminando con la última revisión TuT

 

Esto empezó siendo un onse-shot y terminó en todo esto, no sé como pasó pero fue hermoso, disfruté escribir cada capítulo y leer cada review, a todos ustedes les agradezco que me hayan acompañado hasta aquí

Este fic es mi consentido, mi adorado, mi orgullo, en verdad, pues me tomó mucho tiempo terminarlo y también las hice sufrir puesto que cada capítulo salía con más y más lios, jajajaja al menos espero que lo hayan disfrutado mucho

Sin más, les dejo con el último capítulo y advierto que está extenso coftienelemoncof....

cofdoblecof

^_^

 

 

 

Neji ahora guardaba reposo en casa, en su casa propiamente dicha, se instalaron en el departamento de Neji que estaba más vacío, ya que en la temporada que Gaara pintaba para quitarse las emociones negativas, había llenado de lienzos por todas partes en su departamento. La adaptación de la habitación para Azusa fue organizada y aplicada por Temari, quien ahora con una barriguita pequeña, ordenaba por aquí y halla los detalles para un nuevo desfile con Lee y Ten-ten como protagonistas. El cuarto era color de rosa con flores de colores adornando las paredes, muebles en tonos azulados, verdosos y amarillos que contrarrestaban con los coloridos peluches que cada visita iba dejando en casa, la ropa inundaba el pequeño armario, la cuna diseñada por Kankuro quien talló la madera con ayuda de Sasori… en resumen todos habían puesto su granito de arena hasta formar aquella habitación  

 

La pequeña Azusa estaba a punto de cumplir un mes de nacida, estaban bien instalados y felices de la vida, pues su hija era calmada, casi no daba problemas a menos que tuviese hambre o necesitara un cabio de pañal, aunque se despertaba varias veces en la noche, era normal en sus primeros meses. Gaara empezaba a trabajar de nuevo en sus pinturas que ahora tenían tonos fuertes y coloridos o alegres en colores pastel. Neji se encargaba del cuidado de la pequeña puesto que todavía no terminaba de recuperarse totalmente, le faltaba unos quince días de recuperación para una evaluación definitiva, allí sabrían qué medidas tomar, pero los médicos estaban seguros que el resultado sería favorable y podría regresar a sus actividades normales, pero por el momento Neji era el encargado de la casa a tiempo completo

Azusa era muy apegada a su padre, obediente y en ocasiones Gaara sentía un poco de celos de ese par, solo un poco pero también le alegraba inmensamente que Neji sonriera tanto. El artista podía quedarse viendo como Neji arrullaba a Azusa hasta que ésta bostezaba y se quedaba dormida, también los veía dormir juntos puesto que la bebé no deseaba separarse mucho de ellos e incluso la cuna estaba en la habitación de la pareja. Gaara solía bañarla con tanto cuidado que terminaba más mojado que la propia Azusa y el mayor terminaba riéndose al verlos. Los felinos sabían guardar espacio con la recién nacida, pero siempre se acurrucaban en un ladito de la cuna como vigilando cuando la pequeña se despierte, era gracioso en ocasiones pues apenas Azusa abría sus ojitos y empezaba a gimotear, Momo salía de la habitación maullando para captar la atención de los mayores, Kichi en cambio solía quedarse ronroneando cerca de la manito de la pequeña como calmándola… era simplemente adorable. Cuando Ten-ten los visitó y vio ese comportamiento en los felinos, los comparó con perros guardianes pero en verdad parecían serlo, en todo caso Neji disfrutaba mucho de la calmada convivencia

Ese día Gaara bajó como siempre a terminar su pintura, tenía un retrato de su hija a medio terminar, se quedó allí enfrascado en lo que hacía hasta que una alarma sonó y supo que la hora del almuerzo llegaba. Con paso calmado subía, se encontró con Kakashi en las escaleras, platicaron un rato prometiendo que se reunirían el fin de semana con Iruka también. Al entrar no vio a Neji aunque el aroma a deliciosa comida inundaba la estancia, ingresó buscándolo pues seguramente estaba en la habitación y era verdad pero…

 

-Azusa – susurraba con delicadeza mientras acariciaba la manita de su hija, se limpiaba las lágrimas que derramaba en silencio mientras observaba la suave respiración de la bebita, quien despierta abría y cerraba su boquita, movía sus piernas levemente, estaba recostada admirando a su padre con atención – pequeña… – su voz se quebró de repente y Gaara se asustó

-¿Qué sucede? – Neji se sorprendió limpiándose las lágrimas y recomponiendo su estado – Neji… ¿por qué lloras?

-no es nada – sonrió forzadamente pero una lagrima se le escapaba, la pequeña soltó un sonidito para llamar la atención de su otro progenitor, Gaara se acercó a acariciarla besando la frente de la pequeña y tomándola en brazos, se sentó en frente de Neji que tomaba la pequeña mano temblorosa entre sus dedos

-¿qué tienes?... ¿pasó algo malo?

-no, es solo que…

-¿acaso el médico te dio malas noticias? – muchas ideas se venían de repente, ver a su pareja en ese estado lo estaba preocupando

-no

-¿entonces?

-recordé algo – sonrió limpiándose de nuevo las lágrimas y riéndose por las muecas que la infante hacía mientras se removía entre los brazos de Gaara

-¿qué cosa es para que te ponga de esa forma?

-ella… es igual a mi madre – sonrió Neji mientras observaba el color de ojos de la pequeña, perlas como los suyos y en el borde el color cambiaba a ser ligeramente turquesas, un iris extraño pero muy bello a la vez – excepto por los bonitos ojos

-¿por eso te has puesto así?… has recordado a alguien muy especial

-cuando era pequeño y charlaba con mi madre – se acercó  a Gaara hasta hacer que este se sentara de lado, en su regazo, lo abrazó acariciando las hebras rojizas y con su otra mano tomaba los pequeños dedos de Azusa – antes de que ella muriera… ella…

 

 

*Flashback*

 

 

-¿por qué sonríes tanto mamá? – un pequeño niño se hallaba sentado en la mesa, mezclando la ensalada que su madre estaba preparando

-porque vi a la hija de una amiga, es muy pequeña y bonita – el cabello de la mujer ondeaba en cada movimiento, tenía una sonrisa muy tierna y tarareaba alguna melodía suave

-¿quieres tener una bebé también?

-tal vez – sonreía mientras se limpiaba sus manos y se sentaba, el almuerzo estaba listo – pero eso será cuando mi querido Neji este más grande y pueda cuidar de su hermanita

-si quieres yo puedo darte una nieta – sonrió con ternura tomando asiento junto a su madre, para un niño de siete años algo así parecía tan fácil… era tan ingenuo

-ese sería un lindo gesto – sonreía mientras acariciaba la mejilla de su hijo

-quiero verte feliz así que te daré un nieto y una nieta – sonreía

-estoy segura que me darás una nieta muy bonita… porque tendrá el color de tu cabello y tus ojos

-pero mis ojos se parecen a los tuyos – sonreía pues su madre le apretaba las mejillas con suavidad

-ese sería mi mayor alegría… la nieta que me dará mi lindo hijo

-le pondré tu nombre, mamá –

-claro que no – hacia un leve puchero que acentuaba las rosadas mejillas que tenía  – Yuu sonaría muy anticuado – bromeaba mientras pensaba en algo mejor

-pero a mí me gusta tu nombre, mamá

-mi primera nieta se llamará Azusa, una niña hermosa que se parecerá a su abuela, tendrá el lunar en el cuello como el mío – la mujer se acariciaba la parte derecha del mencionado… era una característica hereditaria de su familia – y tendrá mi carácter

-¿puedes ver el futuro, mamá?

-no… pero mi corazón me dice que así será

-será Azusa y será igual a ti, la llevaré a casa para que juegue contigo y después le enseñaremos a hacer la tarta de chocolate que tú sabes hacer

-lo haremos – sonreía cargando a su hijo en brazos – pero ahora es hora de comer y tenemos que llamar a tu padre

 

 

*End Fashback*

 

 

 

-es como si mi madre hubiese predicho como sería su nieta – volvió a quebrarse su voz, recordar a su madre le hacía feliz pero a la vez era doloroso

-tiene su lunar – y era verdad, en el cuello de su hija se denotaba esa marquita pequeña – a veces las coincidencias son extremas

-es el vivo retrato de mi madre – sonreía melancólico mientras acariciaba el rostro de su hija, quien abría la boquita bostezando – incluso en la tonalidad de su cabello, un poco más claro que el mío

-deberíamos visitar la tumba de tus padres – se aferró a Neji reposando su mejilla en el pecho ajeno, escuchaba el latir tranquilo, estaba en paz si lo tenía a su lado

-lo haremos cuando Azusa esté más grandecita – susurró besando la manita de su hija y la frente de Gaara  

-Neji, lamento haber renegado de nuestra hija – aún se sentía culpable de algo así, ver la carita inocente de su pequeña era lo mejor del mundo

-estabas asustado, no tienes que disculparte de nada

-Azusa, lo lamento – sonrió a la pequeña quien le devolvía la mirada sin entender nada

-ella no te culpará de nada tampoco, eres su papi después de todo

 

Se quedaron allí hasta que Neji se tranquilizó, Azusa empezó a sollozar bajito pues era hora de alimentarla y ahí terminaba su momento de paz. Neji agradecía a su madre por haberle otorgado la dicha de su nueva familia, de una niña que mantuviera su recuerdo vivo, de la calidez de un hogar… de la paz que necesitaba. Su padre debía estar orgulloso también y en donde quiera que ambos estuviesen… les agradecía infinitamente por haber estado con él hasta el último día de sus vidas

 

 

 

Al fin te presento…

 

 

 

Alexander anunciaba su regreso al extranjero, se había quedado bastante tiempo porque faltaban algunos detalles por culminar con un negocio. Rin regresaba esa noche acompañada de Matsuri y Kano quienes la estaban ayudando hasta esta fecha, así que como siempre y con esas escusas estaban de nuevo en una cena en conjunto en donde los ancianos estaban bebiendo con gusto. Matsuri había cumplido con sus objetivos y la cede estaba trabajando con eficacia, la fundación iba viento en popa e incluso Nagato había dicho que viajaría pronto y que Lee lo acompañaría. Ellos se quedarían por allá unos meses antes de volver, Kankuro suponía que era para presentar formalmente a Lee ante la familia de Nagato, eso era bueno

 

-al parecer las mentes maestras se han unido – sonreía Yamada que ya con las mejillas rojas brindaba – el aprendiz de Kankuro, quien está próximo a cumplir con su formación en el campo empresarial y la señorita que Kankuro-kun eligió para viajar

-estoy muy agradecida con Sabaku-san por haberme dejado encabezar ese proyecto – sonreía Rin y Kankuro podía ver las miradas furtivas que entre ella y Kano se daban, estaba feliz por su querido amigo rubio, se merecía lo mejor y al parecer Rin era la indicada

-yo solo confío en las capacidades y habilidades que demostrarte tener – sonreía el castaño divertido al ver el sonrojo de la muchacha

-¿no merezco ni un poco de crédito? – se quejaba Sasori, quien divertido y ahora relajado al ver que Kano ya no tenía interés en SU castaño, bromeaba sin dudarlo

-usted también tiene mi eterna gratitud Akasuna-san – se rectificaba la chica con nerviosismo y ocasionando varias risas

-es una chica muy bonita – opinaba Alexander mientras ingería el sushi de esa ocasión – además parece que tiene a un gran hombre a su lado – la muchacha se sonrojó por la indirecta – Kano-san debe cuidarla bien – sonreía Alexander con picardía hacia el rubio que solo afirmaba con la cabeza

-lo haré, de eso debe estar seguro – Kankuro se reía al ver a Kano fresco mientras Rin se moría de vergüenza, era divertido

-y yo pensé que te gustaba Matsuri – Kankuro le susurraba a Kano que estaba a su lado, lamentablemente Matsuri se había ido y no podía molestarla

-ella es una gran amiga, Kankuro-san en verdad le debo todo a usted

-no digas eso – sonreía sirviéndole más sake al chico – todo te lo ganaste y ya te falta poco para que finalmente seas capaz de hacerte cargo de las empresas en el extranjero, recuerda que confió en ti

-no lo defraudaré – era la respuesta sincera del rubio

-solo concéntrate en hacer bien tu trabajo y cuidar de Rin – palmeaba la espalda del chico ignorando el tema que en ese momento se trataba en la mesa

-mi hija también debería casarse ya – se quejaba Yamada quien empezaba de nuevo con las cosas referentes al matrimonio… los solteros en esa mesa suspiraban, sonriendo forzadamente trataban de no sentirse incómodos con la plática – Kankuro-san me ha dicho que lo consideraría pero hasta ahora no he visto disposición de su parte

-lamento eso, Yamada-san – sonreía Kankuro, pues ya sabía que el tema se le chantaría a los solteros, en especial a él y a Sasori – pero no podré pretender a su hija

-¿no me digas que ya has encontrado a alguien? – todos pusieron atención y Alexander se veía muy tenso, espiando de vez en cuando a Sasori que estaba de lo más normal bebiendo sake – ¿usted sabía de eso, Sasori-san? – las miradas cambiaron hacia el pelirrojo instantáneamente

-estoy enterado – el pelirrojo se reía bajito, pues esos ancianos ni se imaginaban cuan cerca de esa relación estaba – así que supongo que los matrimonios arreglados ya no son una opción

-he perdido mi oportunidad – bufaba otro de los ancianos bebiendo de un solo trago su bebida y mordiendo la porción de sushi que le faltaba de su plato

-puedo preguntar ¿quién es la persona a quien eligió? – Alexander se veía tan asombrado y triste al mismo tiempo y la pregunta salió sola

-es verdad, queremos saber… una foto tal vez – insistió otro de los sujetos y Kankuro buscó la mirada marrón que estaba al otro extremo. Sasori solo le sonrió

-creo que eso es la vida personal de Kankuro-san – soltó Sasori pues sabía que Kankuro aún no estaba listo para declarar su relación al público, así que era mejor ayudarlo para salir de ese tema

-pero tenemos curiosidad – insistió otro accionista – ¿quién es? ¿Cuál es su nombre?

-¿conocemos a esa persona? – insistió Yamada – ¿está en la oficina?

-la conocen y si… está en la oficina – les sonrió a los presentes, Kankuro ya estaba harto de toda esa locura, si esa noche hablarían con su familia sobre el asunto… podría también hacerlo allí y mandar al diablo las propuestas de matrimonio

-ya cuéntanos Kankuro-kun – insistió Alexander aunque en el fondo ya sabía la respuesta

-está allí – Kankuro señaló a Sasori con un movimiento de sus ojos y el pelirrojo soltó los palillos con el camarón que estaba a punto de comer

-¿dónde? … no veo a nadie – comentaba Yamada y los demás intentaban ver a la supuesta pareja que todos suponían que era una mujer, solo Kano y Alexander entendieron las palabras y tan impresionados como Sasori se quedaron callados, observando el intento de Kankuro por no reírse a carcajadas – no bromees Kankuro – bufó Yamada al ver como el castaño bebía un poco de agua para calmarse

-no les miento, ahí está – volvió a mirar en la dirección de Sasori pero los demás no entendían – el único pelirrojo en esa dirección – las miradas se posaron en Sasori quien todavía sin creerlo… estaba pasmado ¿era en serio que Kankuro revelara su relación, así nada más?

-está saliendo con… -  el silencio invadió el lugar y Kankuro con naturalidad siguió consumiendo su bebida

-sí, estoy saliendo con Akasuna Sasori – contestó a las dudas de todos los presentes, mientras sin importarle nada seguía comiendo y Kano a su lado lo imitaba mientras palmeaba levemente la espalda de Rin para que reaccionara – pueden preguntarle si desean

-Sasori-san… ¿es verdad? – Yamada salió del shock apoyando sus manos en la mesa y levantado la voz, soltó la pregunta del millón, la misma  que a todos se les atoraba en la garganta

-claro – jamás pensó que Kankuro lo diría así de fácil, en  ese preciso momento, peor aún a esas personas que regarían el chisme por toda la empresa… ¿estaba soñando a qué? – es verdad

-¡felicidades! – sonrió Kano golpeando levemente la espalda de su antiguo jefe y amigo – me alegro por usted, Kankuro-san

-es una gran noticia – sonreía Alexander pero en verdad estaba más impactado que nadie, ya que había perdido sin darse cuenta

-¿desde cuándo? – se exaltó Yamada y más preguntas llegaron de parte de los demás

-¿es verdad?... Pero ustedes se conocen desde hace años y jamás parecieron llevarse tan cercanamente – comentaba otro de los presentes

-no puede ser – y las palabras seguían llegando, nadie se lo creía

-¿acaso es algo malo que salga con Kankuro-kun? – al fin Sasori reaccionaba y enfrentaba algunas miradas reprobatorias – es una persona inteligente y agradable, una pareja incomparable – sonrió con ternura mientras seguía con su actitud desinteresada

-te dije que había que tener una fecha fija – Kankuro servía otra copa a Kano y Rin así como a Alexander y los demás también empezaban a recuperarse del impacto – la verdad no tengo idea de cuando comenzó esto

-por qué no lo dejamos en tres meses – sonreía Sasori mientras observaba el total desconcierto en Yamada quien empezó a reírse – me gusta ese tiempo

-no lo puedo creer – opinó otro de los ancianos – pero… bueno… hay que celebrar su noviazgo – sonreía y se lo tomó con calma – esta ronda la invito yo –  llamó a las meseras

-¿cómo pasó? – sonreía Yamada resignado… tampoco se iba a acabar el mundo – esto es muy raro…

-todo fue progresivo – sonrió Sasori viendo un par de rostros que mostraban total… asco – pero si alguien tiene problemas con eso… están libres de irse – de pronto dos de los socios se levantaron y abandonaron el lugar en silencio, bueno sabían que algo como eso podría pasar

-no pensé que serían tan intolerantes – opinó Alexander quien ya empezaba de nuevo con la bebida

-Parece que perdimos dos inversionistas – suspiraba Kankuro, la verdad no le gustaba eso pero si no pensaban en tolerar su homosexualidad, que se fueran al infierno – espero que los presentes no se incomoden con nuestra relación – los demás solo negaron y siguieron con lo suyo, festejando a la nueva pareja

 

Y ahí terminaba ese asunto, Sasori aún no se creía que Kankuro revelara todo de esa forma tan abrupta y feliz de la vida siguió al castaño cuando ya la hora rodeaba las diez “ya eres oficial… más te vale apreciar ese papel porque si fallas una sola vez, tendremos problemas” fue lo que Kankuro dijo antes de ingresar a su auto, Sasori solo se reía mientras ingresaba al suyo y seguía la ruta ya conocida. Todavía faltaba presentarse con alguien más, la noche estaba siendo divertida. Ya estaban en la mansión de los Sabaku y antes de que entraran, el pelirrojo besó a Kankuro con ternura hasta que ambos se quedaron sin aliento, el pelirrojo no podía evitar su emoción, era normal

 

Kankuro no dudó en soltar la bomba en frente de los presentes, ni siquiera amortiguó la caída y muchos estaban sorprendidos pues no se imaginaron que el castaño llegara a cenar con compañía, declarando estar en una relación con el invitado. Neji, Nagato y Shikamaru fueron los únicos sin impacto alguno, felicitando a la pareja y después…

 

-¡estas bromeando! – se quejó la rubia que ahora mostraba un vientre más o menos grande – y así sin más… ¡necesito una explicación!

-no hay nada que explicar, Temari – Kankuro ya se esperaba esas reacciones y tal como hizo con los ancianos se mantuvo sereno, no por algo se preparó mentalmente para eso con anterioridad – estoy saliendo con Sasori… es muy simple

-¡pero se suponía que no te caía bien! – siguió la rubia en shock mientras Shikamaru le daba un vaso de agua para que se tranquilizara

-entonces por eso ustedes estaban más juntos de lo normal – opinó Gaara quien todavía no se podía creer el hecho… era raro, bueno sospechó algo cuando Kankuro llegó a su casa junto con Sasori mientras dejaban la cuna que ambos habían detallado en madera… pero no pensó que sus sospechas se volvieran realidad

-fue divertido hacer la cuna junto con Kankuro, fue como hacer una marioneta pero más elaborada – sonreía el pelirrojo mayor divertido pues esa familia era un mar de emociones, jamás dejaba de sorprenderse 

-entonces… ¿usted era el padre del pequeño que no nació? – habló Gaara y el silencio se instauró en el lugar. Neji ya había escuchado de eso, recordaba la última vez que peleó con Kankuro, sintió algo raro y ahora entendía que era porque el castaño estaba embarazado en esa época, lamentaba que ese bebé no llegara al mundo… era muy triste

-¡desgraciado! – Temari se alteró pero Shikamaru logró detenerla – tu… no sé qué pasó con ustedes pero…

-fueron muchas cosas y de las que más me arrepiento en esta vida – explicó Sasori con la melancolía surcando su cuerpo, pero su mirada y su voz eran firmes… sabía que cometió muchos errores pero ya no lo haría

-ya está todo en el pasado… Temari por favor cálmate, te hará daño – Kankuro se acercó a su hermana acariciando su cabello, calmándola de la mejor manera posible – ¿acaso no confías en mi buen juicio? – ni tan buen juicio porque estaba enamorado de un pelirrojo pervertido y celoso

-pero… todo eso… ¿estás seguro, Kankuro? – el castaño solo asintió y sonrió a su hermana, acariciándole la mejilla

-de no ser así Kankuro-san no estaría aquí presentando a Sasori-san – mencionó Nagato que con tranquilidad permanecía en silencio – ha sido duro para ambos pero lo han superado, usted también debería dejar de lado todo y apreciar que al fin las cosas se arreglan

-es verdad – suspiró la rubia al ver la seguridad en la mirada oscura de Kankuro – si así lo decides… está bien

-los felicito – habló Gaara con una sonrisa – que sean felices… al fin mi hermano encontró a alguien

-cuidaré de Kankuro – prometió Sasori

-más te vale – gruñó Temari mientras le apuntaba con el dedo índice – o la pagarás caro… no tienes idea de lo que soy capaz de hacer por cuidar de mis hermanos menores

-creo que me lo imagino – sonreía Sasori al ver la expresión de Neji que decía “yo si lo he vivido” era divertido, sin pensarlo ya era parte de esa loca familia

 

 

 

 

Una pequeña visita…

 

 

 

 

Neji cargaba a Azusa mientras levemente la balanceaba para que conciliara el sueño, el pelirrojo por su parte se hallaba terminando de lavar los platos que ensuciaron para la comida, era una rutina demasiado normal pero no por eso molesta, eran una familia como cualquier otra, tranquila, estable hasta que el timbre sonó y con ello la bebé empezó a llorar nuevamente. Azusa podía ser muy tranquila pero en esos días había estado teniendo problemas con su barriguita, lloraba a menudo, en ese momento apenas estaba quedándose dormida y Gaara iba a insultar a cualquiera que haya sido el que se atrevió a quitarle unos minutos de paz. Abrió con brusquedad y estaba a punto de mandarlos al demonio cuando…

 

-parece que soy inoportuno – la larga cabellera estaba atada en un moño amplio, la sonrisa amable brindaba una disculpa muda

-ha pasado mucho tiempo – se calmó al ver a aquella persona – ¿Zabuza-san está contigo? – lo hizo pasar y en cuanto iba a cerrar la puerta la mano de aquel hombre lo detuvo y no estaba solo

-el mocoso me retrasa – gruñía mientras en brazos sostenía a un pequeño de cabellos negros y de ojos marrones vivaces que se parecían mucho a los de Haku – buenas… – saludó al ingresar

-que buenos modales – se reía Neji en la entrada mientras abrazaba a Haku como bienvenida, la pequeña seguía llorando y Haku la cargó con cuidado – vaya que tienes talento con los bebés – Azusa al ver a la persona que la cargaba paraba de llorar y solo gemía bajito – le agradas a Azusa

-no lo creo – sonreía mientras con ternura analizaba a la niña, quien después de un ratito empezó a llorar nuevamente – lo ves, solo es curiosa, pero muy bonita… son afortunados

-tu igual – sonreía Gaara al ver como el pequeño gateaba por allí ingresando como si fuese su propia casa, el pelirrojo lo tomó en brazos para verlo de cerca – ¿cuál es tu nombre pequeño?

-Mitsuo – gruñó Zabusa mientras se sentaba en una silla cercana y observaba como su hijo en seguida empezaba a analizar a las nuevas personas y balbucear cosas – es un dolor de cabeza

-es un niño… ¿qué querías que hiciera? – Neji se reía al ver a aquel hombre, no tenía porte de padre de familia, aun así el pequeño lo señalaba con insistencia y en cuanto Gaara lo bajó, gateó en dirección a Zabuza sin dudarlo

-vete, déjame un rato en paz, mocoso – Zabusa fruncía al ceño en cuanto el menor ya estaba agarrando su pantalón para llamar la atención

-pensé que jamás los vería de nuevo – empezaba Gaara quien ahora sostenía a Azusa y le daba un leve masaje en su espaldita para calmarla, se iba quedando calladita hasta solo suspirar de vez en cuando

-la policía ya nos dejó en paz – sonreía Haku al ver que su hijo trepaba a las piernas de su padre… era normal verlos así – Hana nos absolvió cuando la ayudamos con un caso difícil… además no tenía pruebas para fundamentar las acusaciones contra nosotros –

-genial, así vendrán de visita de vez en cuando

 

Se la pasaron platicando sobre sus vidas, Haku había estado pendiente del progreso en la salud de Neji, todo en las sombras, como solía hacerlo con anterioridad, tenía talento en esas cosas. Haku y Zabusa permanecían viviendo en un pueblo de la prefectura de Gifu, una vida muy sencilla y alejada de los problemas que les trajo su antigua vida. Neji no podía imaginarse a Zabusa en la quietud de un pueblo pequeño, simplemente no podía, pero al verlo en calma mientras mantenía ocupado a su hijo… tal vez podría darse una idea. Azusa ahora dormía en brazos del pelirrojo quien rodeado de un par de felinos estaba sentado junto a Haku y un Mitsuo que no dejaba de ver a la pequeña bebé, parecía muy interesado en los deditos de la infante

 

-parece que mi hijo robará a tu hija – mencionó Zabusa para hacer enfadar a su antiguo vecino de habitación

-jaja… eso jamás – respondió con seriedad, su hija ni siquiera llegaba a los dos meses y ya tenía pretendiente pues Mitsuo no se alejaba de SU hija

-ya quisiera ver que lo impidas – sonrió con superioridad al ver a su hijo besar la mejilla de la bebé

-¿buscas pelea? – lo enfrentó, era celoso con su pequeña, jamás dejaría que se la llevaran

-digamos que hace mucho que no me ejercito con una buena…

-si empiezan así los echare fuera de aquí… a ambos – fue Gaara quien cortó el intento de pelea de ese par

-Mitsuo aún es un niño – Haku cargaba a Azusa ocultando la risa por ver a los dos mayores pelear como si fueran niños – podría ser que en algún futuro se vuelva amigo de Azu-chan – sonreía divertido al ver la molestia en Neji – ustedes no deciden eso

 

 

 

Una pequeña pelea, celos de padre… era todo demasiado normal en aquella casa

 

 

 

Haku hablaba con Gaara cuando al fin dejaron a los otros dos adultos con los niños, ellos salieron de compras riéndose porque parecían amas de casa, era divertido convivir con alguien que pasaba por la misma etapa

 

-¿cómo superas la abstinencia? – comentó Gaara cuando caminaban hacia el combini lejos de casa

-no fue fácil – se reía bajito al recordar ese periodo de tiempo – Zabusa no es del tipo calmado y cuando Mitsuo nació no teníamos tiempo de hacer nada

-Azusa es calmada pero aun así se despierta varias veces en la noche, Neji la atiende la mayor parte del día, por lo que terminamos agotados y bueno…

-así que te hace falta intimidad

-me siento culpable, se supone que debería pensar en mi hija y no en… pero me estoy frustrando

-es normal, Neji estuvo en coma y después te acompañó los últimos meses, han estado ocupados, seguramente Neji también está un poco ansioso

-¿cómo lo superaste? – suspiró mientras seguía con aquella plática, ¿era normal hacerlo en medio de la calle?

-somos bastante callados – un leve sonrojo adornó sus mejillas al recordar apenas la noche anterior, antes de salir de viaje – Mitsuo duerme en la habitación de alado, tenemos un intercomunicador y cuando verificamos que en verdad duerme profundamente… podemos relajarnos un poco

-Neji me contó que ustedes no eran callados

-jajaja no lo éramos – era divertido pues Gaara parecía no avergonzarse por temas así, eran pocas las personas que hablaban sin problemas – pero ahora tenemos que hacerlo, es cuestión de acostumbrarse… además Zabusa-san prefiere ser silencioso a quedarse sin sexo

-entiendo

-también puedes dejar a Azusa con tus hermanos – sonrió Haku al ver la expresión pensativa de Gaara – solo un rato

-es muy pequeña todavía

-entonces solo debes ser creativo – Haku sonreía con amabilidad mientras ingresaban por las cosas necesarias para una pequeña cena, de vez en cuando observaba a su acompañante, entendía porque Neji lo amaba tanto, era sincero, agradable, un poco callado pero brindaba paz… eran perfectos

 

 

 

Problemas comunes…

 

 

 

 

Gaara pensaba en la conversación con Haku, podía ser que el frustrado sexualmente no fuera solo él, pero le daba un poco de pena… aunque ¿por qué ahora le daba vergüenza hablar de eso? Antes lo hacía con normalidad, debía simplemente decirlo, esperar el momento adecuado pero… cada vez que lo intentaba veía una escena tierna entre las dos personitas que más amaba en este mundo. Azusa adoraba dormir en el pecho de su padre, boquita abajo chupaba sus dedos y agarraba la camiseta de Neji, quien también terminaba dormido con la respiración calmada, tal vez por eso Azu dormía tan plácidamente, era como un arrullo para ella. El pelilargo solía recostarse en medio de la sala, acomodando algunas almohadas a su lado solo por si acaso su bebita se removiera y resbalara pero nunca había pasado, en ocasiones kichi y momo también se acurrucaban en las almohadas, cuando el pelirrojo ingresaba después de comprar algo o simplemente volvía de su taller, los veía así y tomaba algunas fotografías sin que ellos se dieran cuenta… era simplemente encantador. En otras ocasiones los veía conversar, Neji hablaba de cualquier cosa y la bebita de tres meses le respondía con balbuceos leves o muecas, moviendo sus manos o simplemente pateando… era lindo, muy callado Gaara observaba la situación unos momentos.

Alimentar a la bebita ahora también incluía biberón pues los donceles producían una cantidad limitada y los bebés necesitaban un suplemento, Gaara se encargaba de eso con suma paciencia mientras besaba las manitas de su hija o la frente de la pequeña, quien con esos hermosos ojos lo miraba y sonreía a veces, Neji solo se sentaba en frente de ambos, observaba en silencio. Dormir a Azusa era otra tarea que compartían, solían recostarla en medio de ambos y cantarle algo, frotarle la barriguita o cuando se ponía rebelde, cargarla hasta lograr que cerrara sus ojos, era un lío y los días pasaban con rapidez. Era su hermosa familia, era su vida perfecta y aun así… era egoísta al querer tener mucho más y sobre exigir a Neji, quien ya estaba bien completamente, solo tenía algunas molestias en su rodilla y caminaba cojeando un poco, pero solo le faltaba un único análisis para que al fin le dieran paso libre para volver a su empleo y con ello sus vidas cambiarían de nuevo

Dormían juntos y en la cunita reposaba Azusa, ya no solía despertar muy seguido en las noches así que Gaara se aferraba a Neji para dormir a gusto, dejándose envolver por el aroma que desprendía, se besaban con tranquilidad antes de dormir, se susurraban promesas de vida, profesaban su amor… solo había un pequeño problema y es que cuando Gaara intentaba seguir un poco más allá, dejando que la lengua de Neji se introdujera para jugar con la suya se abrazaba y sentía las caricias en su espalda… todo se detenía ya que su hija despertaba, sollozaba bajito y Neji se disculpaba para ir a atenderla. Besaba la frente de Gaara diciéndole que descansara… el pelirrojo se frustraba y al parecer debía hacer algo, antes de que todo se saliera de su control

 

Una de esas noches fue su oportunidad, recostados antes de dormir, Gaara escondía su rostro en el pecho ajeno, la caricia en su espalda era agradable, los latidos acompasados, el cálido ambiente… momento de soltar sus palabras

 

-Neji… ¿puedo pedirte algo?

-has estado muy raro últimamente, ¿Qué te sucede?

-yo… tengo que…

-puedes decírmelo sin problemas – acarició el rostro de Gaara, poniéndole toda la atención del caso

-quiero… que me toques – susurró avergonzado, sintiendo como sus mejillas se calentaban – quiero atención también

-Gaara debiste decírmelo antes – sonrió un poco avergonzado pues la petición vino de la nada

-no quería  ser inoportuno… pero yo te necesito – se aferró a Neji quien lo abrazaba con cautela

-creo que nos hemos enfocado mucho en Azu… lo lamento – besó los labios con delicadeza, acarició las mejillas ajenas, se abrazó al cuerpo delgado del pelirrojo, también extrañaba la intimidad con su pareja, debía de admitir que se estaba controlando al tenerlo tan cerca. Gaara era su todo y necesitaba sentirlo de nuevo, deslizó sus manos por la espalda ajena, sabía que tenía que ser cuidadoso, sin ruido o sino Azusa…

 

-Azusa… ella… creo que no está dispuesta a colaborar – se reía el pelirrojo mientras se acurrucaba en el pecho de Neji escuchando como su pequeña hija empezaba a sollozar – me siento avergonzado…

-la atenderé – sonrió besando los labios de su pelirrojo y apartándose con cuidado

-creo que es muy celosa – tenía las mejillas rojas y podía ver a Neji tomar a su pequeña entre sus brazos – quiere toda tu atención… creo que no tengo derecho a pedir nada más

-yo también lo quiero – sonrió cómplice – la intimidad entre nosotros…  debemos retomarla – el llanto de la menor hizo que todo cambiara de repente – pero primero atenderé a esta pequeña – sonrió besado la frente de su hija y saliendo de la habitación

 

Gaara lo siguió en silencio, observando la dedicación de Neji, a veces pensaba que no se merecía a tan buen hombre a su lado, siempre pendiente de su familia, trabajador, amable, capaz de dar la vida por él… eso ya lo comprobó y no fue nada agradable superar todo, ahora entendía que jamás debía desconfiar de nuevo, basta de inseguridades… tenía al amor de su vida allí, preparando el biberón y lo ayudó sosteniendo a la nena que con los ojitos llorosos miraba a su papi, era afortunado, tenía todo y aun así quería mucho más. A veces Gaara creía que Azusa quería tener a su papá solo para ella, podría ser verdad…. Y más ahora que la veía feliz de la vida jugando con los dedos de su Neji en vez de dormir

 

-Azu… debes dormirte – sonreía Gaara pues era gracioso que su hija evitara dejarlo a solas con Neji – tu papá tiene que levantarse temprano mañana

-déjame descansar junto con tu papi – susurraba Neji acurrucando a su hija que luchaba por mantenerse despierta, era gracioso verla bostezar insistentemente y aun así removerse y patalear – si te duermes ahora… mañana saldremos juntos

-¿crees que funcione?

-es una niña buena y sabe que sus padres necesitan un momento a solas… ¿verdad? – como respuesta obtuvo un bostezo seguido de unos ojitos que se cerraban

-en verdad solo te hace caso a ti – eso era una ventaja, así que no se quejaba

-deja que le de cariño a tu papi hoy – susurraba en la orejita de la bebé que parecía profundamente dormida – duerme tranquila el resto de la noche

-en este punto ya nada me sorprende – Gaara observaba todo con detalle, Azu se había quedado profundamente dormida. Mientras Neji la colocaba en la cuna, él salía de la habitación y escuchaba los pasos detrás de él

-se durmió… parece que no despertará hasta mañana – susurró mientras abrazaba al menor por la espalda – si quieres lo dejamos para…

-claro que no – hizo que las manos de Neji se deslizaran por su vientre hasta casi llegar a su intimidad – no quiero esperar – se pegó más al cuerpo ajeno, rozando sus glúteos con la intimidad del mayor, estaba siendo atrevido pero lo deseaba

-entonces no me detendré – susurró mientras deslizaba su lengua por la oreja del menor, mordiendo el lóbulo con suavidad – ¿sabes?… la sala es un buen lugar

-mientras esté contigo… lo será – soltó una leve risita mientras se giraba para abrazarse al cuello ajeno… como amaba a su novio

-entonces – deslizó sus manos hasta las nalgas del menor que soltó un leve chillido – al parecer estas sensible – deslizó su nariz por el cuello ajeno mientras obligaba a Gaara a subir las piernas y rodearlo por la cintura, a paso tranquilo se dirigió al sofá, sentándose con el más joven en su regazo, deslizó sus manos por aquella espalda delgada, levantando la pijama que Gaara usaba, dejando expuesta esa piel clara, hermosa en todo sentido, sin mancha, sin marca, aunque no duraría mucho

-mgh… ah – soltó un suspiro al sentir como la lengua de Neji se deslizaba por su cuello, un toque suave, lento, húmedo que le erizó la piel… extrañaba la intimidad, extrañaba el calor de aquellas manos que ascendían sobre su piel. Deslizó sus dedos por el pecho del mayor, delineando cada músculo, suspirando ante la mordida en su hombro, dulce cosquilleo que lo estaba encendiendo con rapidez, quería sentirlo… descendió su mano hasta el pantalón que le impedía verlo en totalidad. Neji dormía sin camisa esa noche, hacía un poco de calor debido a la calefacción, era comprensible y a la vez apetecible, ingresó sus dedos hasta deslizarlos por encima del bóxer que ocultaba el falo que pronto se albergaría en su interior, lo escuchó gruñir bajito y eso lo hizo estremecerse – Neji… puedo meterlo en mi boca – susurró con vergüenza pues llevaba tiempo queriendo hacer eso, algo que Neji le hacía con frecuencia pero que Gaara jamás intentó

-estoy a tu disposición – susurró en el oído del menor mientras de paso apretaba las nalgas firmes, tentadoras, rozó sus intimidades levemente pero fue suficiente para que su pelirrojo soltara un largo suspiro lleno de ansiedad – pero yo también lo haré – al ver la confusión de Gaara le sonrió besando las mejillas rojizas – ¿has escuchado del sesenta y nueve? – se le escapó una pequeña risita al ver lo rojo que Gaara se puso, al parecer si lo sabía

-¿me enseñarás? – lo que recibió fue un beso casto mientras los dedos de Neji deslizaban las restantes prendas que cubrían su cuerpo, levantó sus caderas hasta arrodillarse y dejar que las Neji lo desnudara con libertad, la mirada blanquecina repasaba cada centímetro de su piel y eso lo avergonzaba – me miras… como si fueras a devorarme – susurró cuando en total desnudez se sentaba en el regazo de Neji, sus mejillas le ardían y tenía una erección evidente, intentó cubrirse pues el ojiblanco no hacía más que mirarlo, eso lo abrumaba

-eso haré – su voz estaba cargada de deseo, Gaara se veía más hermoso que antes, con la mirada vidriosa, la desnudez completa, la cintura pequeña, la respiración agitada. Neji movió sus caderas haciendo que el otro se deslizara un poco y su erección rozara la piel del menor quien mordiéndose el labio se dejó hacer – te deseo… – susurró mientras se rozaba nuevamente y escuchaba un gemidito bajo, después fue Gaara quien se mecía para sentir aquel roce entre sus nalgas… era lindo – date vuelta – lo vio dudar un poco pero con demasiada lentitud lo vio girarse, hasta que podía ver la bien definida espalda que terminaba en ese par de músculos firmes que acarició con amabilidad, ayudó al pelirrojo a ponerse en cuatro, nunca habían hecho algo así pero la petición anterior fue la detonación de lo que ahora hacía… su excitación crecía cada vez más y ahora tenía la erección de su pequeño justo en frente, acarició las piernas con lentitud de forma ascendente – estoy a tu disposición

-yo… no sé hacerlo – de pronto la cobardía o la vergüenza le llegó, tenía aquel bulto justo enfrente del rostro, la tela cubría la evidencia del deseo carnal de su pareja y lo besó… por encima de la tela, cálido… era lo único que logró pensar mientras empezaba a acariciarlo y descender el pantalón, al mismo tiempo sintió como Neji besaba la punta de su falo y soltó un gemido – Neji… ah… ah – pronto sintió una leve succión en la punta que lo hizo temblar, decidió simplemente no pensar mucho, podía ver la erección escondida en el bóxer y deslizó su lengua sobre este, la prenda estaba mojada, el líquido pre seminal era evidente “Neji me desea”… un sabor un poco salado, extraño pero no por eso desagradable, permaneció explorándolo un poco mientras sentía las leves caricias en su vientre, el sonido de succión, cuando observó, Neji estaba mojando tres dedos con su propia saliva… Gaara sintió un escalofrío al recordar aquella sensación invasora y decidió seguir… deslizar la tela hasta que tenía la erección de su amante ante sí, no sabía muy bien cómo hacerlo pero trataría de imitar lo que Neji le hacía… besó la punta, deslizó su lengua con suavidad, lo rodeó con sus dedos empezando un vaivén lento, escuchó los roncos gemidos de Neji y sonrió, seguramente lo estaba haciendo bien – ¡Neji!… ah – de pronto sintió el roce de los dedos del mayor en su erección, un escalofrío lo recorrió entero, la sensación le nubló la mente y sin pensarlo simplemente empezó a succionar del miembro de Neji, lo metió en su boca con lentitud, deslizando su lengua al mismo tiempo, era extraño, era cálido y palpitaba. Empezó a subir y bajar con lentitud al mismo ritmo que los dedos en su erección, dejó que su lengua jugara con el miembro en su boca, con su mano cubría la parte que no cabía en su cavidad

-Gaara… mgh – podía sentir el cosquilleo en su vientre bajo, la sensación de aquella lengua en su intimidad, la pequeña boca de su artista era acogedora, un movimiento suave, una succión leve en la punta, el frio del abandono temporal en aquella parte, la lengua repasando toda su extensión con extrema lentitud, Neji suspiró mientras deslizaba sus dedos entre las nalgas de su pequeño novio, sus dedos lubricados tantearon la entrada, acariciándola levemente – mgh… si sigues así me correré primero – era verdad, pues el leve roce de los dientes de Gaara le dio escalofríos

-lo siento – se disculpó pero solo recibió cierto intruso en su interior y soltó un gemido largo que trató de acallar con su mano… aquello se sentía como la primera vez, incómodo y satisfactorio al mismo tiempo… dejó su labor de felación hasta que su mente procesara la sensación en su parte trasera – ah… ah… ah

-lo haces bien – susurró mientras dejaba que su dedo jugara en el interior de su pequeño, debía dilatarlo bien para no hacerlo sufrir… era lo que menos quería, pero el aliento de Gaara cerca de su falo era… deliciosa, apresuró su dedo hasta que podía moverse con facilidad e ingresó el segundo

-Neji… ah… yo… – sentía una leve punzada que lo descolocó, pero admiraba la erección abandonada… la tomó, metiéndola y sacándola de su boca, besando la punta, succionándolo… – aah… mgh… ah – la calidez rodeando su miembro lo descolocó, se sentía tan bien ser atendido en ambos lugares, el aire se le escapaba, sus piernas le temblaban, sus lágrimas se desbordaban. Gaara de nuevo se enfocó en atender a su novio, no quería quedarse sin hacer nada, necesitaba corresponder, tratando de seguir el ritmo que la boca de Neji también le daba… quería hacerlo sentir tanto placer como se lo daban a él… sentía el calor recorrerle el vientre y el tercer dedo lo dejó sin aire, dolor y placer se combinaron hasta que sus brazos le fallaron, tuvo que detener su tarea – Neji… – susurró antes de sentir como su interior era abandonado y le daban vuelta, dos iris blanquecinos lo admiraban con devoción

-ya no puedo esperar – susurró Neji mientras se colocaba entre las piernas de su artista, lo recostó en el sofá para admirarlo brevemente, la saliva se escurría por la comisura de esos labios rojizos, las mejillas competían con ese color, esa mirada llena de deseo, el rastro de lágrimas que borró con pequeños besos – pero debes ser… silencioso – le sonrió y Gaara asentía despacito mientras se cubría la boca con sus manos… era simplemente hermoso

-mételo – susurró mientras abría más sus piernas, se mostraba sumiso pero ya no podía aguantar… lo necesitaba tanto, había esperado mucho por aquello, su entrada era torturada con leves roces de aquel falo, se estremeció y apretó sus manos contra su boca para no dejar salir el gemido alto

-te amo – susurró antes de presionarse abriéndose paso en el pequeño cuerpo debajo suyo, Gaara se arqueó un poco y empezó a respirar con dificultad, el ojiblanco se deslizó con lentitud para no hacerle daño, se mordió el labio inferior para controlarse pues aquellas paredes lo apretaban de forma deliciosa – relájate… – susurró mientras besaba las manos que acallaban los gemidos de Gaara quien lagrimeaba – eres tan… cálido – soltó esas palabras cuando ya estaba completamente dentro, dejó escapar  el aire y esperó… el mayor besó el pecho que ascendía y descendía erráticamente, lamió los pezones escuchando la respiración agitada, mordió la piel blanca con suavidad, deslizó sus manos por las piernas ajenas hasta que el cuerpo del pequeño empezó a  moverse solo, pidiendo sin palabras que lo usurparan… así lo hizo, suave, muy suave para empezar… con tranquilidad, sintiendo como Gaara se acostumbraba al movimiento e intentaba no gemir con fuerza

-Neji… ah… más… por favor – suplicó cuando la necesidad de sentirlo tan profundo como fuese posible lo invadió, se mordió el labio para callar sus gemidos cuando la velocidad aumentaba, se aferró a los hombros ajenos incrustando sus uñas – Neji… – suspiró sin evitarlo pues la sensación era sublime, sentirse uno solo con Neji, tenerlo para él, escucharlo gruñir bajito mientras lo embestía – mgh… mgh… ah – el artista cubrió con sus manos su boca cuando aquel punto que lo hacía delirar fue tocado, las manos de Neji lo sujetaban de las caderas y la sensación eran tan deliciosa que sus gritos amenazaban con salir, aprisionó al mayor con sus piernas, pidiendo con la mirada que lo embistiera más rápido

-eres tan lindo – susurró mientras quitaba aquellas manos y las reemplazaba por sus labios, lo besó introduciendo su lengua y jugado con la de Gaara quien se abrazó a él con desesperación… se concentraba en llegar profundo, mover sus caderas con fuerza, llegar  hasta el punto dulce del más joven y así sentir como las paredes internas  lo apretaban… era su pequeño, su niño, su todo, su… vida – muerde mi… hombro… mgh – susurró cuando se sentó llevando a Gaara con él, ahora él podía ver aquel rostro que derramaba finas lágrimas de placer, lo veía jadear y aguantar su voz, al final sintió el dolor pulsante en su hombro… lo embistió con fuerza tomándolo de las caderas, ahogó sus propios gruñidos cuando el apretón en su miembro daba señal de que Gaara se había corrido, pero el necesitaba un poco más, lo embistió un par de veces y también se liberaba, de forma intensa, con desesperación, abrazándose al cuerpo del más pequeño que lo acogía

-te amo… te amo… Neji – al fin podía sentir la calidez en su interior, aquel líquido que lo llenaba, su respiración agitada, su corazón se salía… se sentía completo, abrazó al mayor escondiendo su rostro en el cuello ajeno, dejándose embriagar por el aroma a sexo

-yo también – sonrió mientras besaba esas hebras rojizas, sin salir de aquel cálido interior dejando que el tiempo corriera, compartiendo la calidez y dejándose llevar por el momento

-me siento avergonzado de alguna forma… tenemos a nuestra hija en la habitación

-creo que no quiero dejarte dormir hoy – susurró en el oído ajeno, aquella inocencia en la voz de Gaara era mucho para su autocontrol, tenía esa extraña necesidad de corromper la mente de su pareja

-tampoco es como si quisiera hacerlo – confesó mientras se abrazaba al cuello de Neji, lo besó con calma, deslizó su lengua por los labios ajenos y pidió por más… lo necesitaba

 

 

 

Tú otra vez….

 

 

 

Neji y Gaara ahora estaban de visita en el hospital, muchas cosas pasaron en un par de meses, sin darse cuenta su pequeña Azusa estaba más grandecita, completaba los cinco meses e iba a su visita con Tsunade y de paso verían a Rei, el hijo de Temari que acababa de nacer apenas el día anterior, la familia crecía con rapidez. Cuando llegaron a ver a Temari y al pequeño se encontraron también con cierta sorpresa, en el pasillo estaban riéndose dos personas conocidas, Sasori y Deidara… Gaara y Neji entendían la presencia de Sasori puesto que era la pareja de Kankuro pero ¿Deidara qué hacía allí?

 

-no pensé verlo aquí Deidara-san – Gaara fue el primero en hablar, cargaba a Azusa quien sostenía entre sus manos un juguete que Tsunade le dio por ser una buena niña

-y yo no pensé verte cargando a una niña… es muy raro, apenas me acabo de enterar que eras doncel y que aparte tuviste una hija – el rubio se mostraba serio mientras Sasori se reía bajito

-tú eras el que no quería escucharme cuando te llamaba – habló Sasori acercándose al pelirrojo menor – ¿puedo cargarla? – sostenía con mucho cuidado a la pequeña que atraída por el cabello rojizo empezaba a balbucear e intentar agarrarlo – es tan linda… hola Azu-chan – se quedó entretenido jugando con la niña, era hermosa

-supongo que no quería estresarme con nada de este país… Estados Unidos es más relajante – bromeaba Deidara mientras se acercaba a ver a la niña en brazos de su amigo – se parece a él – señaló a Neji reconociéndolo al instante, como aquel sujeto del retrato que hace años vio… en verdad era un hombre interesante, con esos ojos blanquecinos… alto y con buen porte

-es normal – se reía Neji al ver la intensa mirada esculcándolo, suponía que eso era la curiosidad artística – soy el padre de esa linda pequeña

-deja de mirarlo – gruñó Gaara al incomodarse por la mirada azulada de aquel rubio

-es buen ejemplar – sonrió Deidara para enfadar al pelirrojo de mirada turquesa – pero ya tengo a mi propia inspiración

-¿porque estás aquí? – susurró Gaara con desagrado, pues le molestaba la presencia del rubio

-porque viene acompañando a su pareja – sonreía Sasori devolviendo a la pequeña a brazos de Neji – ¿adivinen quién es la afortunada?

-Sasori-san… ¿acaso conocemos a la novia?

-claro y está adentro con Kankuro – sonreía el pelirrojo mayor, mientras se alejaba de la puerta de la habitación. Gaara y Neji ingresaron encontrados con…

-Gaara, mira que belleza – la castaña se encontraba sosteniendo a un bultito de rubios cabellos

-Matsuri… tú y Deidara… – la sorpresa de los recién llegados quedo en segundo plano cuando el bebé empezó a llorar y con ello Azusa también empezaba a sollozar y los bebés fueron el caos en ese momento… era conspiración

 

Las sorpresas no terminaban, ¿cómo rayos pasó eso? Pues Matsuri solo dijo “nos encontramos en un restaurante, peleamos por una mesa, lo insulté por ser grosero y nos empapamos en la lluvia… al final del día estábamos riéndonos de nuestra mala suerte” que linda forma de empezar a conocerse, dejando de lado los malos entendidos y otras cosas. Temari era quien feliz de la vida sostenía a su hijo entre sus brazos, junto a ella un feliz Shikamaru miraba a su familia. Kankuro por su parte solo dejó a su hermana con su esposo y salió del lugar, de paso llevándose a Sasori de vuelta a la oficina pues escaparse era una de las travesuras favoritas del mayor, aunque tampoco le incomodaba mucho estar un tiempo junto a aquel pelirrojo

Deidara parecía adorar a Matsuri quien feliz de la vida entrelazaba sus dedos con los del rubio, si ellos eran felices nadie tenía reclamo alguno, aunque los comentarios que el par de artistas se lanzaban todavía eran un poco mordaces en ocasiones. Ese día ambos se enteraron que habría un festival próximamente, puesto que Sai llegó con la gran noticia, un ramo de flores y un canasto de frutas… Deidara y Gaara se miraron unos momentos “que gane el mejor” se retaron a llevarse la atención de todos los presentes exponiendo sus trabajos, era sana competencia… se veían motivados

 

 

Neji de nuevo trabajaba por lo que su horario para cuidar a Azu se acortaba solamente a las tardes, al principio fue difícil pero después de un par de meses ya se acostumbró y la pequeña también, quien al ver llegar a su padre pedía atención a gritos, literalmente pues a sus cinco meses podía saber exactamente como manipular a Neji para que la tomara en brazos, era una niña vivaz. En esta ocasión Neji estaba en casa, tomaba su día libre, así que desde la mañana pasó el tiempo con su pequeña quien sonreía al verlo… era graciosa

 

-Gaara iré a comprar – avisaba al pelirrojo, quien se encaminaba a su taller – me llevaré a Azu para que tengas tu día libre también

-perdona por encargarte a nuestra pequeña en tu día libre – se disculpaba besando con delicadeza los labios de Neji, así como también la frente de su pequeña que haciendo muecas llamaba la atención

-no hay problema alguno, tú debes terminar tu pintura para aquel evento, así que tómate tu tiempo – besó los labios de Gaara antes de verlo salir del departamento – bueno ahora estamos solos – sonreía al ver a su hija mordiendo el juguete con forma de un pollito y a momo mover la cola observando todo con curiosidad – vamos a prepararte para salir

 

Su primera tarea era vestir a su hija con la ropita apropiada pues esos días estaban un poco fríos, el invierno llegaba después de todo, así que después de cambiarla de pañal terminaba colocándole esa gorrita de color rosa que Temari le regaló, se veía adorable, su abrigo de color celeste combinado con las mallitas y falda plisada… tenía que ser Temari para diseñarle esas ropitas tan bellas. Neji cargó a su niña en brazos colocándola en el portabebés de tela que apenas acababa de adquirir, el supermercado no estaba lejos así que no habría problemas, no tendría que llevar pañalera. Pensaba en lo que tenía que comprar y platicaba con su pequeña en el camino, besaba la frentecita y a veces se quejaba porque Azu lograba alcanzar su cabello y tirarlo con fuerza, era un problema liberarse pero cuando lo hacía, podía ver el pequeño puchero que la infante hacía… era más pequeña que los bebés de su edad pero Tsunade decía que heredó la contextura de Gaara, delicada y fina. Las mujeres que lo veían solían hacerle plática halagando el buen padre que era, Neji les contestaba con un gracias y una sonrisa pero trataba de no entretenerse, no quería molestar a su pequeña hija que odiaba a la gente extraña, mucho más si eran mujeres, incluso había llorado en brazos de Matsuri la primera vez que estuvo en brazos de la castaña, no cabía duda que Azusa era celosa. Cuando terminó con las compras, escuchó los suspiros de la pequeña que se había quedado dormida, agarraba el suéter de su padre y movía sus labios como si succionara el biberón, se veía tan linda

 

-Neji – aquella voz sacó del trance a Neji, quien identificando a esa persona se dio media vuelta – ¿en verdad… eres tú?

-¿Karin? – no podía estar más sorprendido de verla, era la misma

-me alegra verte – la pelirroja mostraba sus lágrimas, las cuales empezaron a brotar sin control y se acercó a Neji con rapidez – al fin te encuentro

-¡espera! – detuvo a la pelirroja apenas un poco antes de que se lanzara a abrazarlo – no te acerques

-Neji… – lloró con más insistencia hasta que mordió su labio, el rechazo era doloroso pero el hecho que ni siquiera dejarla acercarse era mucho peor – yo no voy a hacer nada raro y…

-no es eso – sabía que tenía que ser serio pero solo al ver a Karin tan desesperada, le estaba costando mantenerse alejado y en calma – es que… despertarás a mi hija – explicó mientras colocaba el par de bolsas plásticas en su mano derecha y acariciaba la cabecita de Azu con la izquierda

-… - se quedó estática al escucharlo, su hija… su hija, era la hija del hombre a quien… – yo no sabía que tú

-es mi hija – Neji sonrió con amabilidad – discúlpame pero debo regresar a mi casa, no me quiero demorar

-Neji, espera por favor – suplicó Karin, deteniéndolo apenas

-creo que no deberíamos hablar después de lo que ocurrió, adiós Karin – se zafó del agarre y de nuevo retomó su caminata

-solo quiero disculparme – Neji se detuvo a escucharla, se veía tan desesperada, sentía pena por ella – en verdad lo siento… yo estaba desesperada y… en verdad fui una idiota

-Karin – la interrumpió – no te guardo rencor, pero debo pedirte que no te me acerques… es por el bien de ambos

-es tu hija y la de… Gaara, ¿verdad? – se limpiaba las lágrimas pero no dejaba de llorar, su voz se quebraba en ocasiones – es la hija de ambos

-si – sentía pena por la muchacha, se la veía tan afectada, incluso se había recortado el cabello hasta que solo le llegara a los hombros – se llama Azusa – acarició la mejilla de su pequeña sonriendo al verla hacer una mueca – es mi mayor tesoro

-ya veo – se guardó su llanto para seguir con su disculpa – lamento haberles hecho daño, sé que tu accidente fue mi culpa y…

-son cosas que pasan, Karin… como ya te dije, no te guardo rencor

-pero mi culpa no se aleja con eso… me he pasado todo este tiempo reflexionando, alejada de casa, de mi padre, sintiendo culpa cada vez que recordaba mis palabras, arrepintiéndome de cada una de mis acciones – miró a Neji con melancolía – te hice daño por mi obsesión… lo siento tanto

-al menos ya sabes que era una obsesión

-lo entendí muy tarde y supongo que necesito una terapia o algo así – se mordió el labio al ver la pena que Neji transmitía a través de aquellos hermosos ojos – regresé a disculparme sinceramente

-ya lo has hecho

-también quisiera hablar con Gaara y…

-no es buena idea – la interrumpió de inmediato – estoy seguro que él no te perdonará por esto

-le dije muchas cosas horribles, causé mal entendidos, sé que me debe odiar y le doy la razón – su desesperación se reflejaba en las manos temblorosas, sus lágrimas no cesaban… no aguantaba la culpa

-tendrás que vivir con eso, Karin

-no volveré a aparecerme en Japón – confesó mientras agachaba la mirada – no quiero causar más problemas

-eso es bueno, porque todo esto te afecta más a ti misma que a nosotros – Karin se veía tan arrepentida, le removía el corazón… pero no podía hacer nada – disculpa pero no puedo decirte nada más… ten buen viaje

-Neji… ¿puedo abrazarte?

-eso no puedo cumplirlo – ya estaba más que advertido, no volvería a caer – así no tengas malas intenciones, no quiero que te me acerques… lo siento pero mi confianza en que algún día cambiarías se esfumó hace mucho tiempo

-me lo merezco – su voz se quebró y de nuevo sus lágrimas brotaban, aguantó el sollozo – lo siento

-adiós Karin… espero que tengas un futuro mejor

-gracias – fue lo único que dijo antes de ver como Neji se alejaba sin mirar atrás – me lo merezco… ni siquiera pude tocarte

-todo esto te lo buscaste sola – Karin solo lloró en silencio sin mirar a su padre – ahora es hora de irnos, hija mía – Karin solo siguió a su padre, tragándose todo el dolor y la culpa – tu castigo será tu propia conciencia

 

 

La realidad era a veces muy dura, Neji lo sabía, sentía pena por Karin pero tampoco podía hacer algo para ayudarla, solo esperar a que se forjara un mejor futuro. Al llegar a casa dejó a su pequeña en la cuna, suspiró profundo intentando borrar la imagen de Karin de su mente, le contaría a Gaara sobre el pequeño encuentro, tal vez así dejaría de sentirse mal por aquella chica.

 

Una semana después los tres estaban visitando la tumba de los padres de Neji, pero ya no había dolor, solo una sonrisa sincera cuando el castaño le hablaba a su madre sobre lo feliz que era, o contándole a su padre que ahora podía levantar la cabeza orgulloso pues volvía a las competencias y ganaría en su nombre. Gaara era feliz al ver a su pareja con el ánimo completamente avivado, sonreía con su pequeña en brazos que murmuraba cosas inentendibles y movía sus manitas queriendo agarrar algo que no se veía… tal vez el espíritu de Yuu y Hizashi los acompañaban y solo Azu lograba verlos, quien sabe…

 

 

 

Un momento a solas con Azusa…

 

 

 

Gaara lo había llamado la noche anterior, era fin de semana y supuso que quería estar a solas con Neji un rato, eso era obvio y por ello ese día Kankuro sería niñero de Azu que con nueve meses era una diablilla que gateaba por todos lados, curiosa y habladora, o al menos eso parecían ser los soniditos que salían de aquella boca. Kankuro no se quejaba pues adoraba a su sobrina y de paso también cuidaba de su otro sobrino ya que Temari tenía una reunión importante que atender y Shikamaru estaba en viaje de negocios… ahora extrañaba a Nagato que hace un mes había viajado con Lee y Alan a Estados Unidos pero ya sabía a quién llevar para ayudarlo… ese sería el plan pero no contó con que se dejara llevar y terminara durmiendo con su queridísimo desvergonzado ¡estúpido y sensual Sasori!

 

-¿Qué demonios haces? – gruñó al ver como alguien se colaba en la tina junto a él, estaba tan enfrascado en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Sasori ingresaba, sumándole que el maldito era silencioso… demasiado silencioso

-nunca nos hemos bañado juntos, así que vine a hacerte compañía – abrazó al castaño por la espalda antes de que se saliera de la tina – ¿me vas a dejar solo? – susurró besando los hombros ajenos

-ese es el plan – se quejó tratando de apartarse pero la leve mordida en su cuello lo estremeció – maldición… ¿acaso no te cansas?

-estás sensible aún – susurró en el oído ajeno, pues su vida sexual era bastante activa cuando Kankuro colaboraba o cuando él se disponía a someter a su pareja… entonces sí, no se quejaba pues el sexo era frecuente

-debo ir a casa – luchó para alejar aquellas manos que empezaban a deslizarse por su pecho – te lo dije ¿verdad?

-pues es temprano, tenemos tiempo de jugar un poco – apegó su cuerpo al de Kankuro hasta que se rozaba con aquella piel que empezaba a erizarse

-sabes que Gaara es puntual, maldición… ¡suéltame! – pero era como si una víbora se enredara en su cuerpo

-te ayudaré a limpiarte – Sasori deslizó sus dedos por la espalda baja hasta llegar a aquella partecita que hacía que Kankuro soltara suspiros – aquí… mis dedos pueden entrar con facilidad

-maldición… mgh – se quejó pues la intromisión le estaba robando la noción del tiempo y el lugar – quita… tus dedos

-entonces los pondré en otro lado – desvió su mano libre hasta el miembro del castaño… iba a jugar un rato con su amante… lo acarició superficialmente, delicado… solo un roce con el filo de sus dedos

-ah… mgh – quería insultarle pero cuando iba a hablar, aquellos dedos en su entrada se introdujeron profundo de forma brusca haciéndolo temblar – Sasori… no juegues – se quejó pero solo pudo agarrarse del filo de la bañera cuando su miembro empezaba a ser atendido con lentitud desesperante

-succionas mis dedos aquí atrás – susurró en el oído del más joven, mientras sus dedos asemejaban a unas tijeras, el movimiento era fácil de hacer, incluso si aquellas paredes lo apretaran de vez en cuando debido a las otras atenciones que le daba… ya que morder esa piel era un derecho único que tenía – que lindo… – Sasori deslizó su lengua por los omóplatos y lo vio arquearse, escuchaba los jadeos y…

-¡quítalos! – su voz no salió con dureza, sus manos se agarraban del borde, sus piernas no le respondían correctamente y aquellos dedos jugando con la punta de su miembro que estaba reaccionando no lo dejaban pensar muy bien – dije que… los quites – trató de apartar al menos la mano que torturaba su miembro, pero solo logró retroceder, pegándose al pecho de Sasori y sentir más profundo aun aquellos invasores en sus entrañas – agh… mgh… ah

-tu linda voz me dice otra cosa – Sasori ingresó el tercer dedo simulando penetraciones, mordió el lóbulo derecho y repartió besos pequeños por el cuello de su castaño… acarició aquellas piernas con su mano libre, las abrió e hizo que Kankuro se sentara en su regazo a la vez que quitaba toda atención del cuerpo ajeno

-cállate – protestó cuando ya no podía sentir aquella sensación en su parte baja, solo aquellas manos ascendiendo por su pecho hasta llegar a sus pezones – ya déjame… ah – sostuvo con fuerzas los bordes al sentir el escalofrió que le recorrió cuando sus botoncitos eran levemente apretados… pero no fue solo eso

-sientes mi amor por ti – susurró divertido pues Kankuro se arqueaba levemente, su miembro rozaba los glúteos del castaño y se movió un poco para rozarse, el agua caliente solo aumentaba la temperatura de su cuerpo – ¿qué dices?

-que eres un… desgraciado – se quejó cuando al moverse podía sentir aquella dureza ¿cómo demonios estaba así tan temprano en la mañana?

-tú me pones así – tomando las caderas de Kankuro y mordiéndole el cuello levemente hizo que las caderas se movieran despacio

-ah… ah… basta – odiaba sentirse tan débil pero… ¡al diablo la hora! Solo podía sentir su erección punzarle y hasta sus caderas se movían solas, el falo entre sus nalgas rozaba su entrada… se sentía bien, sumándole a las caricias en su cuerpo, sobre todo en su vientre bajo sin llegar más lejos… ¡maldito Sasori y su vasta experiencia!

-pídelo… – susurró mientras con uno de sus dedos acariciaba toda la erección del castaño, bajaba con lentitud hasta acariciar los testículos de forma tortuosa – solo dilo…

-no te cansas… ¿verdad? – susurró apenas pues su mente estaba nublada, su cuerpo sensible, incluso podía ver algunas de las marcas que tenía en sus piernas, Sasori solía morderlo en aquellas zonas que casi llegaban a su entrepierna… el desgraciado tenía una fascinación insana por marcarlo

-¿quieres que meta mi pene en… tu pequeño… – se calló al sentir como Kankuro giraba un poco y lo besaba introduciendo su lengua e invitándolo a jugar un poco… adoraba cuando esos pequeños gestos le daban la indicación de callarse

-asqueroso – le gruñó mientras mordía el labio inferior del pelirrojo – ninfomaníaco… ¿no te cansas… de tener sexo? – reunió todas sus fuerzas para mantener su voz firme

-si es contigo… jamás – sonrió mientras empujaba al cuerpo ajeno para que se sostuviera del filo, abrió aquellas piernas y apoyo su propio cuerpo sobre Kankuro

-¿qué diablos… haces? – Kankuro suspiró al sentir el roce de los dedos en sus costados, sus caderas fueron levantadas y ahora tenía la erección de Sasori rozándose con su entrada, un tortuoso vaivén que lo hizo temblar, sus piernas fueron separadas un poco, estaba arrodillado en ese lugar, el agua goteaba de la parte superior de sus cuerpos y la podía sentir chocar contra la piel de sus piernas

-ayudarte con esto – susurró en el oído ajeno mientras empezaba a torturar el miembro del castaño conjuntamente con uno de los pezones – puedes protestar… pero también lo disfrutas

-espera… espera… ah… mgh… ah – la intrusión fue repentina, podía sentir su interior expandiéndose, recibiendo al intruso, duro, cálido, húmedo… el agua chapoteaba, se aferró a la tina e incluso apoyó su pecho para no caerse, su respiración agitada, su mirada llorosa – Sasori… idiota – susurró pero su cuerpo rogaba atención, sin pensarlo movió sus caderas, suplicando contacto, quería ser embestido… una y otra vez, quería sentirlo dentro… ¡que se joda el maldito… si ya empezó ahora tenía que terminar!

-dilo… – susurró en el oído de Kankuro – si no lo dices… no me moveré – amenazó mientras detenía todo movimiento y lo dejaba como estaba, la vista era maravillosa, el cuerpo de Kankuro temblaba levemente, los músculos tensos por el fuerte agarre que su castaño tenía, su miembro desaparecía entre los glúteos del menor y el agua tenía un leve vaivén acompasado con los leves movimientos que Kankuro luchaba por controlar… le gustaba torturarlo un poco, necesitaba escucharlo rogar por mas – Kankuro… – susurró mientras acariciaba las nalgas ajenas

-muévete… ahora – sintió como Sasori se pegaba a su espalda

-dilo bien

-demonios Sasori – gruñó pero estaba desesperado por sentirlo – hazlo… penétrame… ahora

-como ordenes – susurró mientras empezaba a moverse, ese cálido interior era su perdición, a pesar de las veces que lo hicieran siempre se sentía tan apretado, tentador, escuchar los suspiros que poco a poco se volvían gemidos llenos de placer, como la espalda se arqueaba… llegar profundo y hacerlo delirar

-Saso… Sasori – se perdió en el placer, se estremecía cada vez que llegaba a ese lugar, un golpe certero en su interior lo hacía jadear o soltar un largo gemido, sus labios separados, un poco de saliva se resbalaba por las comisuras… – ah… ah... Sasori… más fuerte – al fin lo pidió y sintió la mordida en su hombro derecho, su mente confusa ignoraba el dolor, rogaba por atención en su miembro y como si el pelirrojo leyera su mente aquella mano se deslizaba por su intimidad

-te amo – susurró mientras lo giraba un poco para poder besarlo, no dejó de embestirlo o de atenderlo pues el placer debía ser de ambos, sentó a Kankuro en su regazo y sostuvo sus piernas separadas, escuchaba el movimiento errado del agua, adornado por los gemidos que su castaño emitía, el agarre en sus cabellos de un desesperado Kankuro que buscaba soporte alguno

-ah… Saso… me… me vengo – advirtió tirando un poco más fuerte de los cabellos del mayor, podía sentirlo tan profundo desde esa posición, cada embestida certera… cada lágrima que se desbordaba de sus ojos valía la pena, estaba sumido en el placer y rasguñaba el brazo que atendía a su miembro al mismo ritmo en el que el falo salía y entraba de su interior

-un poco… espera – gruñó al sentir el apretón en su miembro, pero no dejó a Kankuro  eyacular, aun no – Kankuro… eres adictivo – susurró besando el cuello que se mostraba, apretó la punta del falo de Kankuro y lo hizo sollozar un poco, pero quería estar así un rato más

-ya... déjame… ya… no puedo – susurraba desesperado, quería liberarse, su punto sensible le enviaba miles de corrientes eléctricas y… ya no lo soportaba

-agh… Kankuro – susurró al momento en que sintió su orgasmo llegar, dejó que su amante también dejara salir su esencia, apretó a su castaño contra su cuerpo en un abrazo necesitado

-ah… ah… – su respiración irregular hacía eco en aquella habitación, el goteo del agua que se desbordó, cerró los ojos y se dejó envolver por el calor del ambiente, estaba sofocándose, se acurrucó en el pecho de Sasori mientras se concentraba en regularizar su respiración… la falta de palabras era agradable – llegaremos tarde – dijo cuando por fin retomó el control de su mente y cuerpo

-valió la pena – sonrió mientras se abrazaba al menor

-tendré que limpiarme de nuevo – ya mucho trabajo le daba quitarse la evidencia de la noche anterior… repetir el proceso era molesto y vergonzoso

-te ayudaré – en silencio, sin dobles intenciones, usando sus dedos con toque dulce, Sasori quitó su propia esperma de aquel interior, besó los hombros del más joven cuando escuchó pequeños quejidos

-alguna vez podrás dejar de pensar solo en…

-no lo creo – se reía bajito cuando ya limpió con cuidado, giró a Kankuro para bésalo con dulzura, roces dulces… un toque tierno, caricias sutiles, una forma de disculparse por la rudeza

-puedes ser cruel a veces – se quejó alejándose un poco

-y tú puedes ser amoroso si quieres

-es verdad lo que dicen… el amor es ciego y sordo, no puedo creer que me enamorara de ti

-y yo no puedo creer que me correspondas – Sasori sonreía mientras de nuevo besaba aquellos labios dulces, lo abrazó posesivamente… adoraba esos momentos en los que la paz invadía el ambiente

 

Por causa de la obsesión de Sasori por el sexo, llegaron retrasados a la mansión de los Sabaku, Gaara estaba allí dando las últimas indicaciones a las empleadas para cuidar a Azusa cuando el castaño llegó a casa, se disculpó como era debido tratando de no entrar en detalles ya que los intereses de cada quien permanecerían en secreto. Temari también bajaba llevando en brazos a Rei y en cuanto vio a su hermanito le cedió la custodia del pequeño, poco después solo Kankuro y Sasori se hallaban con dos pequeñas criaturas

Jugar con la pequeña Azu era un reto, tenía energía de sobra y se movía de aquí para allá, Kankuro la seguía para que no se lastimara, Sasori estaba fascinado con el más pequeño, frágil, sonriente, bullicioso, era bastante lindo de ver, ni siquiera le importó cuando Rei lo bañó en pipi al cambiarle de pañal, fue divertido y hasta tenía un perfume nuevo. Kankuro se le había burlado pero el castaño terminó lleno de papilla cuando intentaba darle de comer a Azusa, ahora los dos estaban hecho un asco, al mirarse se reían de su falta de experiencia, aun cuando Kankuro cuidó de Alan y de otros niños todavía no tenía ese don, y Sasori ni se diga pues su experiencia era casi nula. Debieron pensarlo mejor cuando rechazaron el ofrecimiento de las empleadas para ayudarlos, pero era tarde para eso

 

-son demasiado lindos – sonreía Sasori cuando mecía a Rei para que durmiera

-son bebés, es normal – sonreía al ver a Azu quien bebía la colada de su biberón, tenía todavía rastros de papilla en sus mejillas y golpeaba su pierna con su manita para llamar la atención – pon  su cabecita en tu hombro y golpea su espalda con suavidad para que pueda dejar salir los gases de su barriguita

-¿cómo hago eso? – no entendía nada de esas cosas y Kankuro solo suspiraba

-así – ya que Azu terminaba su biberón la cargó con cuidando, le mostró la posición correcta  y Sasori aun con un poco de dudas, lo hizo – bien, sé cuidadoso y pueda ser que te deje…

-¿algo así? – sonreía al ver la pequeña mancha blanca en su hombro – no sé si debería asustarme o asquearme

-es normal que vomiten un poco, no te quejes, después te limpiarás

-a la orden – se reía, jamás había sido niñero así que las cosas eran difíciles, pero valía la pena si podía ver aquella bonita sonrisa llena de dulzura de parte de Kankuro. Ver al castaño con la mirada iluminada al ver a Azusa entre sus brazos, la dedicación que mostraba en cada acción, los besos en la frente de la pequeña… las pequeñas pláticas con aquellos infantes que no podían responder, todo eso era una recompensa para el pelirrojo – Kankuro… ¿puedo preguntarte algo?

-ya lo estás haciendo – soltó una risita baja al ver como Azu se quedaba dormida pero ni así dejaba de balbucear cosas

-es que… no sé cómo vas a reaccionar – confesó mientras recostaba al más pequeño en la cuna correspondiente, aquel cuarto de color azul pastel, era sencillo pero lindo

-creo que ya sé qué me vas a preguntar – Kankuro suspiró mientras colocaba a Azusa en la misma cuna, era bastante amplia para que ambos bebés durmieran cómodos – pero dilo

-¿extrañas a nuestro hijo? – era un tema delicado, le daba miedo tocarlo

-claro que lo hago… si hubiese nacido, estaría aquí… tal vez corriendo por la habitación – le dolía pensar en aquello, pero ya no era tan intenso como antes – para esta época tú ya habrías aprendido a cuidar niños y…

-hubiese sido tan bello – suspiró resignado pues también se había imaginado algo así

-tenemos que limpiarnos, ellos estarán bien – caminó hacia la puerta y Sasori alcanzó a abrazarlo antes de que lograra salir, sentía el roce de los cabellos rojizos en su mejilla – Sasori…

-¿has pensado en… formar una familia conmigo?

-¿no te has dado cuenta que ya eres mi familia? – levantó su mano hasta lograr acariciar las hebras rojizas de Sasori quien seguía abrazándolo por la espalda

-y doy gracias al cielo por eso… pero me refiero a tener un hijo

-es demasiado pronto todavía – se tensó al escucharlo, de solo imaginarlo se estremecía... tenía miedo

-podemos planear algo – no quería presionarlo pero… a la vez si quería, era complicado

-no lo sé…

-¿no quieres?

-debo pensarlo un poco…  yo…

-lamento haber dicho algo así – besó la mejilla de Kankuro y se alejó – no quiero obligarte a nada y…

-termina de escuchar, idiota – sacó al pelirrojo al pasillo y lo arrastró hasta su cuarto para hablar sin molestar a los niños – estoy en mis treinta, no es tan fácil – levantó su voz cuando ya estaban en privacidad

-soy mayor que tú y…

-no me refiero a eso – se quejó mirándolo directamente – si ya tuve problemas de salud con mi primer embarazo, ¿cómo crees que será ahora?

-podemos hablar con un médico… pero la verdad… en verdad quiero tener un hijo contigo – su mayor deseo, recuperar la familia que pudo haber tenido

-tengo un poco de dudas – miedos era la palabra correcta, no quería sufrir nuevamente

-no insistiré – susurró besando a Kankuro con delicadeza – lo más importante para mi eres tú… con eso me basta

-pero quieres un hijo – reprochó pero no se alejó, se dejó querer

-solo lo mencioné

-lo tendremos… cuando me asegure de todo, por ahora solo disfruta de tus sobrinos – no miró los ojos marrones que seguramente mostraban sorpresa

-¿mis sobrinos? – qué bonito sonaba y parecía irreal

-¿no te dije ya que somos familia?... acostúmbrate – sonó autoritario como de costumbre, pero escondía dulzura… algo que no podía demostrar con facilidad

-me enamoré de ti nuevamente

-deja de decir tonterías – golpeó la frente del pelirrojo para que dejara de decir esas cosas sin importancia… pero ya tenía algo más en qué pensar

 

Sasori no podía estar más feliz, sin pensarlo ya tenía un par de sobrinos, aunque no pensó pedirle a Kankuro formalmente matrimonio, porque estaba seguro de que no era una idea que el castaño compartiera con él, ahora lo estaba reconsiderando… aunque sea solo algo simbólico o algo legal viajando al extranjero, de todos modos ya tenía a su familia formada

 

 

 

 

 

Cinco años después…

 

 

 

 

Los cambios fueron pequeños… ¡eso ni en broma! todos cambian según las circunstancias que marquen la vida, algunos se volvían calmados, otros formaban familia, otros se volvían millonarios, otros se volvían famosos, muchos viajaban y después estaban nuestros protagonistas que hacían todo al mismo tiempo. Para ser exactos en un día de fiesta significaba que muchas cosas pasaban. Era la boda de Matsuri con  Deidara, habían esperado algunos años para al fin unirse en matrimonio, pero estaban completamente seguros esta vez y con un futuro provechoso por delante, en este momento los últimos detalles se estaban terminando de completar, los novios se hallaban alistándose, los invitados esperaban y hasta el juez se estaba arreglando el traje. Muchas eran las familias formadas, las mismas que con paciencia esperaban la señal para ir a sentarse en la hileras de sillas adornadas con blancas flores para observar al fin la ceremonia, unas destacaban más que otras, entre todas una sobresalía por sobre todas las demás

 

-¡vamos Alan, tu puedes!.... ¡muestra tu fuerza de la juventud! – Lee apoyaba a su hijo. Mientras esperaban para que al fin el matrimonio se llevara a cabo, los más pequeños participaban en una pequeña carrera improvisada para entretenerse, ya que estaban cansados de esperar que la ceremonia empezara. El pequeño pelirrojo se adelantaba entre los otros pequeños, con casi siete años era vivaz y demasiado activo, tanto como su padre lo era, Nagato cerca de allí se reía al ver a todos los pequeños presentes luchando por llegar a la meta y trepar el árbol para ganar la carrera, los niños variaban en edades, eran los hijos de los allegados a la pareja

 

-¡GANÉ! – sonreía el ojilila que se hallaba en una de las ramas de aquel árbol – ¡¡¡papi, gané!!!

-¡felicidades! – Nagato cerca de allí sonreía saludando a su hijo

-¿no crees que ya deberías tener otro hijo? – Temari a su lado, también saludaba a su hijo que haciendo un puchero aceptaba la derrota – Lee se lo merece ¿no crees?

-es verdad, será un buen padre… le daré la noticia mañana – soltó aquel comentario con naturalidad mientras se acariciaba el vientre, después de todo no era sorpresa que planeaban tener un hijo pronto

-¿en serio? – Temari exageró su reacción agarrando de los hombros a Nagato y zarandeándolo un poco

-tengo cinco semanas – susurró aquella información pues todavía era una sorpresa, era gracioso ver el rostro impresionado de su amiga

-¿por qué no me lo dijiste antes? – le reclamó con un puchero – si es niña yo quiero decidir el nombre – le susurraba a su amigo

-está bien Temari-san

-Dios, estoy emocionada – sonreía la rubia mientras soltaba un gritito bajo pero de repente se ponía seria, algo le faltaba en esa fiesta – ¿has sabido de Kankuro? ¿Va a llegar pronto?

-lo llamaré de nuevo, no sé dónde está

 

Muchas personas iban y venían, unas encargadas del banquete, otras de las mesas, arreglos, todo lo que en una fiesta debe darse, una boda solo con conocidos cercanos, sencilla pero con unas cincuenta personas invitadas, sin contar con los niños, claro, chiquita, como Matsuri le gustaba y claro Deidara se encargó en prohibir a la prensa, todavía estaban en escándalo con el asunto de Gaara.

Fue hace como un dos años pero todavía la revuelta circulaba en algunas redes sociales, cuando Gaara ganó un premio en un concurso internacional de fotografía por mostrar el trabajo con niños con enfermedades terminales, su fama se lanzó al cielo, con ello su pareja también, ese evento coincidió con que Neji participó en un desfile con Tanaka y fue solicitado para una presentación internacional, la polémica estalló allí, ya que a Neji se le negó la visa extranjera… la prensa extranjera insistía en tener a Neji en el desfile, se realizó investigaciones y el pasado de Neji salió a flote.

Gaara un famoso artista plástico actualmente tiene como pareja a Neji Hyuga, un modelo salido de un gimnasio que se ha vuelto prestigioso, pero detrás de tan maravillosa máscara hay algo oscuro… todo empieza con una visa negada y después se halla acusaciones sobre asesinato, tráfico de drogas, negocios sucios… ¿por qué un hombre como Neji con un pasado manchado está con Gaara, un artista de alto renombre y de buena familia? ¿Qué dice la prensa?”

Era en resumen lo que las presentadoras de televisión hablaban, era el chisme del año, era un asunto tan problemático que volvió la vida de los involucrados en una pesadilla, acoso de la prensa, llamadas pidiendo entrevistas, Neji incluso escapó de nuevo, llevándose consigo a Gaara y Azu desapareció sin decir nada. Un problema inmenso que culminó cuando enfadado Gaara habló en una entrevista, regresó solo por eso, lo hizo solo pues no quería que su pequeña se viera envuelta en ese acoso

“¿por qué debería dar explicaciones sobre mi novio y padre de mi hija?... un hombre bueno que lucha por su familia, una persona maravillosa, amable, amorosa, todos los que lo conocen en verdad, lo saben… tal vez su vida no fue fácil, todos cometemos errores pero Neji ya los pagó todos… no permitiré que sigan metiéndose en mi vida, ni en la vida de mi pareja, de ser necesario dejaré mi profesión y mis compromisos, todo para evitar estar en boca de presentadores que se ganan la vida dañando la de los demás… les exijo dejar a mi familia en paz, pueden seguir especulando… pero sepan todos, que las mentiras emitidas o exageraciones del caso, les costarán caro… aquí termina mi carrera como artista y la de Neji como modelo, así no tendrán famosos a los que acosar… ustedes tienen la culpa de todo

Todos recordaban ese día, ni bien la entrevista acabó y Gaara dejó a todos con la boca abierta, llegaron los reclamos de los fanáticos tanto del pintor como de modelo, la prensa recibía reclamos por cada patrocinador, amenazas para que dejaran el acoso y así poder recuperar a sus mejores figuras en el campo, después de todo Gaara y Neji eran invaluables en cada trabajo en el que se desempeñaban, pero más que eso…  exactamente recordarían  la ira de Kankuro, quien en aquella época también estaba en boca de todos debido al escándalo que tiempo atrás su empresa protagonizó, pues uno de sus socios se declaró gay abiertamente, sus negocios bajaron, sus pactos comerciales se cancelaron y claro, el asunto con su hermanito fue la chispa faltante para que el lado oscuro del castaño estallara

Kankuro mandó al demonio a toda la prensa y de pasó confesaba su doncelismo, el de su hermano y el de medio mundo, fue un caos completo. Hubo marchas en favor del respeto a los donceles, tendencias homosexuales y demás, también hubo rechazo, polémica, discusiones, demandas, libertad… y al final un vencedor. Kankuro se enfrentó a medio mundo, Sasori a su lado lo apoyó en todo desde el principio del caos, los Sabaku terminaron siendo la base de todos aquellos que sufrían discriminación… todo siguió siendo tormento pero ya nada importaba, si el mundo quería odiarlos les daba lo mismo, nadie les quitaría el hecho de ser felices

 

Otra familia que destacaba era Ten-Ten e Itachi quienes con dos pequeñas niñas nacidas apenas con un año de diferencia, actualmente tenían tres y dos años, ellos formaron un proyecto, ahora asentados en Japón, tenían una de las empresas en software más destacadas, era increíble pero todo fue por azares del destino. Itachi era bueno con la tecnología, hubo una oportunidad y ahora eran millonarios, era gracioso pues Ten-ten era una modelo, típica pareja farandulera y aun así lograron esconder a sus dos pequeñas, tener una vida más o menos normal, sin lujos, sencilla… raros conceptos de vida

 

-Azu, busca a papá – Gaara hablaba con su hija, quien a sus casi seis años, era dulce y muy pegada a Neji. Llevaba uno de los vestidos que Temari le fabricaba, de tono blanco, con volantes y flores de color rosado al final de la tela, su cabello suelto y un pequeño adorno agarrando parte de este

-sí, creo que lo vi en el piso de arriba – la castañita salió corriendo pero de inmediato regresó – papi… ¿estarás bien?

-claro que sí, no te preocupes, además hay muchas personas y podrán ayudarme – sonrió el pelirrojo mientras acariciaba su vientre de cuatro meses que no era más que un bultito y que a pesar de ser pequeñito, le causaban mareos y nauseas interminables – ve tranquila mi niña

-si – sonreía mientras de nuevo empezaba a caminar en busca de su padre

-¿seguro estas bien? – Iruka estaba a su lado, era un invitado especial ya que era uno de los empleados más fieles a Itachi, era un círculo vicioso, todos terminaban involucrados con los demás, un buen lio pero una gran familia a la vez

-sí, los medicamentos que me recetó Haruno-sensei hacen su trabajo – Kakashi se hallaba charlando con Naruto, los miraban de vez en cuando, aquellos dos eran un claro ejemplo de lealtad absoluta. Naruto siempre estuvo cerca para ayudar a Neji e incluso fue quien en silencio, ayudó al escape en la época del lío con la prensa, era el compinche del ojiblanco, le debían muchas cosas

-si tienes algún síntoma, no dudes en decírmelo y te llevaré a descansar

-estoy bien además quiero ver a Matsuri

 

Un auto llegó entonces, la persona que más cambios había tenido en esos años… mejor dicho, la persona que causó las mayores sorpresas, llegó. Kankuro salió del auto con un pequeño niño en brazos, no superaba los dos años y apenas vio a los demás niños exigió que lo bajaran,  era castaño al igual que su papi de iris marrón y muy cariñoso. Sasori aparecía también con otro bultito en brazos, la cabellera rojiza destacaba pero al igual que su hermano la mirada marrón era dulce, esa fue la sorpresa, el susto del año y de toda esa generación, un periodo difícil.

Kankuro había aceptado tener hijos con Sasori, un tratamiento para mejorar su condición era lo único que Tsunade-sensei recetó, el proceso iba viento en popa, hasta que la noticia llegó… la concepción de mellizos, debería ser la noticia más feliz, pero claro, el castaño no se lo tomó muy bien “maldigo tus genes, ¿cómo te atreves a dejarme en estado de dos pequeños?... ¡dos!… desgraciado, disfrútalo porque no volveré a embarazare de nuevo” ese fue el primer reclamo que causó la risa de la familia, pero un par de meses después también era la preocupación de todos. No era fácil para Kankuro sobrellevar el proceso, los síntomas tan poderosos como en su primer embarazo, reposo total a partir de los cinco meses, el deterioro de su salud y los constantes cuidados médicos. Sasori estaba muy afectado por aquello, el miedo de perder a su castaño o el riesgo de perder a sus hijos… fue duro, pero al final lo lograron. Tsunade prometió que saldrían bien, que no habría problemas, que serían una familia feliz, así se hizo… dos pequeños un poco pequeños y un castaño muy cansado llegaron al séptimo mes, al final pararon en casa para recuperarse. Valió la pena ya que ahora los dos pequeños eran sanos, los torbellinos de la mansión, Kankuro aún mantenía su cabello largo, en una coleta que le llegaba hasta la cintura, tal vez no volvería a dejar su cabello corto, su primer hijo fue importante, y lo seria para siempre

 

-Sasori, cuídalos, tengo que ir a ver a Matsuri – Kankuro arrodillado besó la frente de su hijo, que con sus ojitos muy atentos, ponía atención a lo que decía – Taiki, cuida bien de tu hermana… Saki es traviesa así que debes estar cerca de ella – sonreía el castaño mientras su hijo asentía levemente

-papi… te quiero – Taiki era muy dulce y Kankuro sonreía feliz de la vida al tenerlo cerca

-yo también – besaba las mejillas de su pequeño hijo

-nosotros también queremos a papi – dos pelirrojos arrodillados cerca, hacían un leve puchero para llamar la atención – merecemos un beso también

-Saki es mi dulce pequeña – sonreía Kankuro acercándose  y recibiendo en brazos a su hija, besó las mejillas sonrosadas como con el pequeño, ese par eran su luz, sus dos amores

-papi… te quiero – sonreía la pequeñita

-¿y yo? – sonreía Sasori – también quiero un beso

-a ti te dejo a los niños – Kankuro empujaba a los más pequeños a los brazos de sus padre, sonriendo al ver la depresión de Sasori – todas las personitas que amo deben estar juntas – sonrió al ver la ligera emoción en Sasori, no era de su estilo ser cariñoso pero algunas palabras al aire eran buenas de vez en cuando – ahora me retiro, necesito ver a Matsuri, debe estar en pánico

-bueno… hijos míos – Sasori miró las caritas de sus hijos, eran tan lindos, Taiki era dulce, Saki heredó el duro carácter de Kankuro pero no dejaba de ser cariñosa también, eran su mundo en ese momento – abracen el cuello de papá, los cargaré hasta donde están sus primos – sus pequeños le hicieron caso, Sasori los cargó a cada uno en cada brazo, sonrió al ver a Itachi a lo lejos, quien le hacía señas para que juntos fueran a ver a Deidara en su gran día

 

Dejó a su familia allí, Kankuro saludó a los que encontraba en el camino y siguió hasta aquella habitación en donde una castaña se veía al espejo, traía un vestido sencillo, blanco, que le llegaba hasta un poco más debajo de las rodillas, solo sería una ceremonia civil, sin tanto drama pero de todos modos ella estaba nerviosa. El castaño la conocía desde hace años, la consideraba su hermana, cuidaba de ella y estaba a punto de dejarla junto a su futuro esposo, aun no podía creer que aquella niña molestosa se hubiese convertido en una hermosa mujer, inteligente y talentosa, podía recordar las veces en que pelearon cuando eran adolescentes, por cosas sin importancia pero el problema siempre se solucionaba con pizza y una película… eran buenos tiempos

 

-Kankuro… estoy ansiosa – dejó a las maquillistas de lado, lanzándose a los brazos del mayor que de buena gana la recibió

-deja eso de lado… te ves muy hermosa – levantó el rostro de la chica acariciando suavemente la mejilla, el maquillaje resaltaba sus ojos, el leve rubor acentuaba esas mejillas, se veía tierna

-gracias – se ruborizaba levemente, Kankuro era su mejor amigo, era importante tenerlo a su lado en ese importante momento

-ya era hora que te casaras – bromeó apretándole la mejilla levemente

-lo mismo digo – se reían juntos ignorando a las demás personas que guardaban sus materiales

-si te hace algo me vengaré por ti – no podía quedarse sin decir nada, si Deidara se atrevía a dañar a Matsuri… no tenía idea del enemigo que se ganaría

-no digas eso, tonto –

-Kano te manda saludos, Rin también – cambió de tema pues no era buena idea molestar a su amiga, al menos no en ese día

-me acabaron de llamar, además dicen que desean que vayas allá, harán un evento de solidaridad para fondos en la organización y quieren tu presencia

-Nagato me lo dijo, iremos el siguiente mes para Estados Unidos

-aprovecha y cásate – picaba la mejilla del más alto quien fruncía el ceño levemente

-ni loco – sonrió divertido apartando aquellos dedos – Sasori se subirá a las nubes si acepto algo así

-igual lo amas demasiado

-hasta me cuesta creerlo – poco después  llegaba Temari con una sonrisa para abrazar a su amiga y de paso apurarlos para que bajaran – pero ya deja eso, debemos bajar, todo está listo

 

Matsuri tomó el pequeño ramo de flores y se dispuso a salir, le temblaban las piernas, Kankuro se burlaba de tanto nerviosismo, era normal y a la vez irreal, Kankuro sería quien llevaría a la novia, así que se quedó con el castaño. Temari por su parte avisó a todos para que la música empezara, era algo así como una boda occidental, todos vestidos para la ocasión, con trajes formales, corbatas o vestidos largos  de tonos claros, los niños junto  a sus padres, en silencio esperando a ver algo que nunca han visto pues para muchos una boda era algo nuevo. Todos se levantaron cuando la tonada empezó, el sonrojo en Matsuri era adorable y la sonrisa tierna de Kankuro terminaba por adornar el ambiente, a paso lento llegaron a donde el abogado los casaría. Kankuro dio la mano de su amiga  y con sutileza le  sonrió a Deidara  diciendo “si le haces algo, charlaremos un rato” una amenaza muy suave que causó escalofríos al rubio novio y también la risita de Matsuri, quienes notaron eso terminaban aguantándose las ganas de reír, definitivamente ese lado de Kankuro jamás cambiaría

Kankuro se sentó junto a Sasori y en seguida Saki se acomodó en su regazo mientras Taiki trataba de quitarle la flor al adorno de su papá pelirrojo, las palabras del juez empezaban, aburridas y repetitivas pero necesarias. Naruto se hallaba con su familia al fondo de las filas pues trataba de ocultar que su hijo había robado uno de los platos llenos de bocadillos y los devoraba con gula, aunque el rubio mayor también lo hacía a escondidas de las miradas de Hinata y Himawari, quienes estaban más pendientes en ver el proceso del matrimonio. Gaara recargaba su cabeza en el hombro de Neji suspirando al sentir una leve movimiento en su vientre, Azusa sentada junto a Alan sonreían viendo a la pareja que firmaba su acta matrimonial. Nagato se reía porque Temari empezaba a sollozar diciendo que era una hermosa boda, Shikamaru reconfortaba a su esposa y Lee terminaba distrayéndose con el pequeño Rei que lo saludaba desde las sillas de enfrente, los demás invitados protagonizaban escenas similares, excepto Ten-Ten que cargando a su hija mayor, Nagi, trataba de calmarla para que se quedara quieta al igual que a Mei en brazos de Itachi, ellos se hallaban más ocupados que los demás

Los “acepto” terminaron la pequeña ceremonia, los aplausos, el beso, lo tradicional y luego las risas, felicitaciones, familias… todo era normal, excepto por la carrera que los niños empezaron a hacer cuando las sirvientas llegaban con las bandeja de bocadillos, dulces y demás cosillas que faltaban en las mesas, eso se salió de control. La fiesta siguiente, era al estilo de Temari, es decir ostentosa, llena de música, brindis, charlas, juegos, de todo un poco y hasta el hecho de “debes lanzar el ramo” fue divertido, jamás se vio tanto desorden junto, pues las solteras y solteros eran muchos. Kankuro se alejó con Gaara pues tenían un leve antojo de chocolate que se hallaba en las mesas, platicaban con tranquilidad escuchando de lejos, cómo las muchachas batallaban para alcanzar el ramo de flores blancas

 

-que tonterías – bufaba el castaño mientras escogía un pequeño pastelillo de chocolate y se lo llevaba a la boca

-pues parece gustarles – sonreía Gaara mientras probaba algo parecido al de su hermano, sus antojos le exigían comida combinada así que también tomó algo salado y se lo metió a la boca en conjunto

-te enfermarás si haces eso – acarició la mejilla de Gaara y se fijó en el bultito que tenía – ¿ya saben qué va a ser?

-un niño – sonrió con seguridad – tengo el presentimiento de que será un niño… pero no lo sabremos hasta que nazca

-ya veo – de nuevo se llevaba un dulce a la boca, tenía antojos… era raro – serás padre de nuevo

-yo creo que seremos dos… estás con antojos y eso no es normal en ti – su hermano casi se atora con la comida y tuvo que golpearle la espalda levemente

-no digas cosas como esa, tengo dos niños pequeños todavía – aún le albergaba un miedo a aquello, no era tan joven, las cosas se complicaban y si de nuevo se repetía un embarazo doble no creía soportarlo – no quiero pasar por algo así nuevamente

-con un buen tratamiento será más fácil

-Gaara… no quiero pasar por eso de nuevo, fue demasiado para mí – suspiró mientras sin importar nada, seguía comiendo… ahora tenía ansiedad

-solo fue un comentario – comentó pues entendía el miedo de Kankuro, su hermano mayor era más débil de lo que parecía ser – además… supongo que si lo estás… te pondrás muy feliz

-Gaara, si espero un hijo seré feliz… pero también entraré en pánico – confesó pues recordaba los problemas en sus embarazos, según Tsunade podría ser un mal genético, o simplemente su edad, pero eran cosas que no podían comprobarse tan fácil y Kankuro no quiso indagar mucho tampoco, pero tenía en cuenta que si de nuevo pasaba por un embarazo… sería muy difícil y con riesgos – así que mejor no me metas ideas en la cabeza, mi familia debe quedarse como está

-yo si quiero más niños – se reía bajito pues a lo lejos veía a Naruto cargando a Alan y a Rei en sus brazos, Neji mientras tenía en la espalda a Boruto, no sabían porque terminaron de esa forma – es lo más anhelo… una familia grande – se acarició el vientre con dulzura

-es porque no tienes mellizos – sonreía divertido pero se calló al sentir que su ropa era tirada levemente, cuando bajó la mirada se topó con unos ojitos marrones acompañados de unos blanquecinos – Azusa, Saki, Taiki, ¿qué hacen?

-trajimos esto – sonreía Azusa, mientras mostraba su botín

-eso es… – Gaara se agachó un poco para tomar las flores que su hija le daba – el ramo de la novia

-¿acaso ustedes lo atraparon? – el castaño se estremeció al ver las flores blancas que hace poco vio entre las manos de Matsuri

-sí, yo lo atrapé – sonreía Azusa mientras abrazaba a su papi – para que te cases con papá – lo dijo con tanta inocencia que Gaara quiso llorar, pero solo sonrió

-papi, toma – sonreía Taiki y Saki lo imitaba, unas flores blancas estaban en posesión de esas pequeñas manos, ambos mellizos ofrecían las plantitas

-gracias – fue lo único que Kankuro pudo decir mientras se arrodillaba ante los mellizos y besaba sus frentes – esto es muy lindo – pero sus pequeños no sabían lo que significaban, el enorme peso que esas florecitas llevaban

-parece que se casarán pronto – Nagato llegaba a verlos, divertido por el pánico en la mirada oscura de Kankuro y en la dulzura en la turquesa de Gaara – eso dice la tradición, ¿no es verdad?

-no juegues – susurraba Kankuro mientras suspiraba y guardaba las flores en uno de sus bolsillos del bléiser, las puso en su bolsillo como adorno, rogando porque cierto pelirrojo no se diera cuenta

-pues a mí me parece buena idea – hablaba Gaara tomando la mano de su hija, caminaba despacio en dirección en la que Neji estaba – vamos por tu papá y le diremos la noticia

-siii, pronto habrá boda y pastel – canturreaba la pequeña con inocencia, al menos para los niños era algo tan sencillo como comer dulces

 

Poco a poco las cosas iban animándose, la gente empezaba a bailar, la noche empezaba a caer, la mansión estaba llena de vida, luces, música, risas, los niños cansados uno a uno caían dormidos, cada padre los llevaba a alguna habitación en la mansión, uno de esos casos era Azusa que con un bostezo se aferraba al cuello de su padre, Gaara entrelazó sus dedos con Neji y juntos subieron a su respectiva alcoba temporal

 

-debes estar cansado – Neji dejaba a su hija en la cama, tapándola y besando su frente, después simplemente abrazaba a Gaara y admiraban la fiesta a través de la ventana

-un poco – sonrió recibiendo los mimos y acariciando su vientre

-¿has tenido más molestias? – estaba preocupado pues era como si viviera esa fase por primera vez, se perdió los primeros meses del crecimiento de su hija, pero ahora lo compensaba al ayudar en la gestación de su segundo hijo

-ya no tantas, el medicamento es efectivo – sintió los besos en su mejilla, la caricia de Neji en el bultito que últimamente se movía

-ustedes son lo más importante que tengo – se sentaron en el filo de la cama, admirando como su pequeña hija suspiraba entre sueños – Azu, tú y el pequeño

-gracias por amarme – sonreía con gentileza mientras entre sus manos tomaba el rostro de su gran amor – gracias por llegar a mi vida

-Gaara… soy yo el que tiene que agradecer – susurró rozando los labios contrarios, besándolo con devoción y el más grande amor que podía mostrar

-¿viste lo que me dio Azu?

-lo vi… pero no puedo viajar, así que… - un matrimonio sería excelente pero jamás podría simplemente salir de Japón así porque si

-me basta con tenerte a mi lado – lo interrumpió besándolo con suavidad, abrazándolo y suspirando al sentir las manos de Neji en su espalda

-te amo

-lo sé y te correspondo – susurró con un leve rubor en las mejillas – Neji… quédate a mi lado

-por el resto de mi vida – un juramento sin necesidad de serlo realmente, además jamás podría ser capaz de dejarlo, era su vida, su todo

-y yo también – la vocecita adormilada de Azu hizo que los mayores sonrieran

-ven aquí – sonrió Neji cargándola y besando su mejilla – somos una familia y así seguiremos siempre

-¿incluso si papi se va de viaje? – hablaba la castañita pues ya se había quedado una semana sin ver a Gaara con anterioridad, pues tuvo que viajar para una presentación

-eso es diferente – sonreía Gaara – eso es trabajo

-entonces está bien – se acercaba a la barriguita de su papi y susurró – también cuidaré de ti, bienvenido a la familia

 

Así eran ellos, así se quedaron, así vivieron, su amor duró, su vida prosperó, sus anhelos se cumplieron, sus sueños se realizaron, siempre juntos, eso fue lo que juraron. Los años pasaron, los niños crecieron, sus cuerpos envejecieron pero en la mirada siempre permaneció vivaz, llena de amor, de gratitud, cada mañana se besaron, cada tarde se amaron, cada año festejaron el principio de su relación, sin importar los problemas… Ellos siguieron juntos, incluso cuando sus hijos formaron sus propias familias, ellos se quedaron juntos, tomados de las manos caminaron por las calles, y cuando al fin terminaron sus deberes como padres, decidieron descansar en el pueblo de la leyenda, los hijos de la diosa de la nieve que vivían en un pueblito, allí Neji y Gaara vivieron hasta el último de sus días, sonriendo cada mañana… sus vidas prósperas, sus corazones en paz, sus vidas realizadas… su amor intacto y todo comenzó con un nya… el par de felinos que en la vejez murieron juntos, eran esos pequeños los que marcaron un comienzo y ahora Neji contaba su historia a los niños que lo visitaban, sus nietos siempre escuchaban cada relato… y cada uno se maravillaba por las historias, así de simple

 

 

Cuéntalo… ¿Quién cuenta los años?

 

 

 

-… y fue el nya que los unió… el amor verdadero existe, es fuerte y perdura… es blanco como la nieve y suave como algodón – una voz madura terminaba con las palabras

-fue hermoso – sonreía cierto hombre cuya edad se notaba en su cabello blanco, pocos eran los mechones rojizos que todavía se veían pero que terminaban siendo opacados por la cabellera canosa – es un gran trabajo

-me tomó tiempo pero lo logré, lo entregaré hoy en la tarde pero quería que escucharas el último capítulo – un jovencito de 20 años con unos hermosos ojos blanquecinos dejaba el libro con aquella portaba en letras grandes y blancas “el nya que nos unió”, el jovencito tenía el cabello rojizo y la piel clara, un lunar adornaba una de sus mejillas

-¿pero estas seguro que quieres narrar mi historia con tu abuelo? – todavía tenía dudas por lo que su nieto haría – no es muy común que escribas una especie de novela y más si donceles son los que lo protagonizan, aun la sociedad no acepta esto por completo

-es por eso que quiero hacerlo – sonreía el ojiblanco mientras empezaba a guardar su cosas en el maletín, había empezado a escribir ese libro desde los 17, en secreto y estaba orgulloso de verlo terminado, impreso, publicado y a punto de lanzarse al mercado  – es hora de sacar a la luz alguna historia de esas, la gente no debe callarse… y me encanta la vida que ustedes tuvieron, no fue simple, problemas por doquier, casi murieron, es todo un conjunto de hechos que parecen algo irreales

-te deseo éxitos, y tu abuelo seguramente te ayudará a conseguir el reconocimiento que te mereces – una sonrisa cálida se instauró en su rostro, las arrugas rodeaban sus ojos y sus expresiones faciales estaban marcadas, pero la luz de sus ojos seguía intacta e intensa

-¿lo extrañas?

-mucho más de lo que te imaginas

-¿crees que él debió vivir más que tú? – se atrevió a preguntar a pesar de que no quería ver a su abuelo triste

-no – sonrió mientras observaba una fotografía en su mueble, Neji y él salían sonriendo tomados de las manos cuando eran muy jóvenes, otra imagen a su lado los retrataba cuando ya estaban viejos pero la sonrisa y la mirada llena de amor seguía intacta, tomó entre sus manos la fotografía de toda su familia, sus tres hijos, sus cinco nietos, la hicieron apenas un par de meses antes de que Neji pereciera – pero agradezco mucho que fuese así

-¿por qué dices eso? – interrogo con curiosidad, pues pensó que la respuesta sería otra

-porque Neji se merecía ser feliz y así lo hizo, me sonreía cada mañana, me decía cuanto me amaba, su últimas palabras fueron para profesar el amor que me tenía, besó mis labios como despedida y agradeció la feliz y plena vida que tuvo… el ya no se merecía ver morir a las personas que amaba, si yo hubiese muerto primero él seguramente no lo habría soportado

-recuerdo que no lloraste hasta que el abuelo cerró sus ojos por última vez – cómo olvidar ese día… un día triste, la edad le quitó fuerzas a su abuelo y en su lecho se despidió de cada uno, una sonrisa adornaba el rostro apacible de su abuelo hasta el último momento en que lo vio, justo antes de dejarlo solo con su abuelo Gaara, ellos dos se merecían estar solos durante los últimos minutos

-es porque quería que me viera sonreír y así terminara su vida, con una imagen mía llena de la felicidad que él me proporcionó, quería que supiera cuan feliz era y siempre seré – aun recordaba cada movimiento de Neji en ese último día, era como si hubiese pasado ayer

-y después de perderlo lloraste en silencio, sin protestar, sin quejarte puesto que agradecías cada minuto a su lado

-me esforcé por darle los mejores años, por verlo sonreír, por darle la familia que quería… creo que ambos luchamos por hacer feliz al otro, no me quejo de nada porque no tengo que hacerlo, todo fue bueno, a veces malo pero siempre existía una luz brillante al final

-ustedes son el claro ejemplo que el amor verdadero existe – suspiró al ver las demás imágenes en cada retrato, todas y cada una mostraban cariño infinito

-no olvides a tu tío abuelo, Kankuro fue feliz, mucho… y Temari también lo fue – tomaba el cuadro que los tenia a los tres cuando eran apenas unos adolescentes, sonrió al recordar su vida pasada… cuando ignoraba el mundo cruel

-por eso quise escribirlo, cada historia que escuché del abuelo, cada detalle que tú me contaste, todo es tan interesante que seguramente la gente lo reconocerá

-para mi todas son cursilerías – se reía bajito y su nieto lo acompañaba – pero fueron parte de mi vida

-abuelo, quiero venir a vivir aquí contigo – se puso serio mientras observaba la mirada turquesa que lo analizaba en detalle

-no deberías Yuki, la ciudad ha sido tu hogar toda la vida

-pero en este pueblito – sonrió al ver afuera de la ventana, todo seguía igual que las fotografías de sus abuelos, nada cambió –  el pueblo natal del abuelo me llena de paz, lo esencial para un escritor

-si es porque me vez viejo y acabado… será mejor que te regreses a casa – le dio la espalda, odiaba que lo trataran como un inútil, mientras tuviera fuerzas podía vivir solo

-no es por eso – se reía con ganas al ver lo enfadado que estaba su abuelo – no siempre puedes vivir en la tierra que alberga a los hijos de una diosa de la nieve, todos aquí son descendientes del hijo doncel de esa diosa… por Dios, es lo que todo mundo desearía hacer

-tú eres uno de los pocos que cree eso – veía la decisión en esa mirada blanquecina, se parecía tanto a Neji, incluso en las expresiones

-abuelo… tal vez debería escribir sobre esa diosa también – se lo había estado planteando desde hace mucho tiempo

-conociéndote lo harás

-entonces decidido, me vengo a vivir contigo – sonrió satisfecho

-espero que no te arrepientas

-para nada, además así podré seguir escuchando tus historias y viéndote concentrado en tus pinturas, hasta puedes dedicarme una y regalármela, solo con una me basta para ser rico – pues el nombre de Gaara estaba en todas partes, muchos luchaban por tener una de sus pinturas, pero el artista era receloso y las tenía en custodia, cada una era especial pues la mayoría eran pensamientos acerca de su difunto novio

-¿la venderás?

-claro que no, será mi tesoro, mi riqueza, el dinero no es importante

-entonces te haré una especial – sonrió con cariño pues aquel chiquillo era especial, un nieto escritor, el único de esa generación que se encomendó al arte como profesión – mis manos todavía están firmes y mis trazos siguen con la misma calidad

-y tus pinturas siempre son hermosas, tienen ese brillo especial

-esa felicidad mezclada con amor, Yuki tu deberías ya saberlo

-lo sé, solo quería escucharte decirlo – sonreía divertido al ver el leve ceño fruncido de su abuelo

-deberías irte o se te hará tarde – sugirió al fin, mientras ubicaba cada cuadro en su lugar

-abuelo… ¿puedo pedirte algo? mejor dicho… ¿puedo preguntarte algo?

-dilo

-¿Qué fue lo último que te dijo el abuelo Neji? – era algo que nunca supo, la verdad nadie sabía

-… - se quedó callado unos minutos recordando, claramente veía la mirada de Neji, el movimiento de sus labios y decidió repetir esas palabras – eres mi luz, eres mi complemento, eres mi felicidad, eres mi todo… gracias por elegirme y gracias por permitirme estar a tu lado, no me olvides porque a donde vaya, yo siempre te llevaré en mi pensamiento… te amo y te amaré por siempre

-¿y no lloraste con eso? – se quejaba Yuki, mientras él mismo se limpiaba las lágrimas que se le escaparon

-lo único que le dije fue… soy yo el que tiene que agradecer, me enseñaste a amar, me mostraste que hay vida más allá de mi propio mundo… sostuviste mi mano cuando lo necesité, me protegiste con tu vida… gracias… y espérame, porque en algunos años te seguiré… luego solo me dijo te amo, lo besé y escuché su última respiración

-de verdad no puedo creer que no hayas llorado – pues hasta él mismo sentía el nudo en la garganta, era la cosa más bonita que ha escuchado

-¿por qué lo haría? … estaba feliz de que mis sentimientos siguieran intactos, así como los de él

-si tengo la fortuna de casarme, espero que sea con alguien tan fiel como el abuelo Neji… y que me diga alguna cosa parecida a lo que ustedes se dijeron

-quien sabe – sonrió mientras dejaba el último retrato en su lugar – tal vez lo encuentres o tal vez encuentres a alguien mejor

-abuelo… te tengo un regalo – de pronto el timbre sonó, solo ahí Yuki recordó el pequeño encargo

-¿qué es?

-espera – se tardó unos minutos en regresar y traía un paquetito de cartón, cuando Gaara lo abrió se quedó helado y un par de lágrimas se cayeron de sus ojos

-hablabas tanto de ellos que quise devolvértelos una vez más – se acercaba con cuidado de no mover bruscamente la cajita abierta

-kichi y momo – pues el par de felinos que aún eran unos cachorritos, eran idénticos a sus antiguas mascotas

-ellos fueron los que los unieron… así que me parece buena idea que los vuelvas a tener y te ayuden a rememorar los momentos buenos de tu vida

-gracias – Gaara cargó al pequeño animal negruzco, lo miró con atención y en cada detalle era igual, tomó al siguiente y los reconocía, muchas emociones retomaron a su viejo corazón, su alma rejuveneció entonces, recordando la primera vez que vio a Neji, el primer beso, el primer te quiero, el primer te amo… todo

-ahora me voy abuelo… regresaré en unos días con mis cosas – sonrió feliz y a la vez dejaba a solas a su abuelo, todo para que asimilara las emociones que seguro tenía

-ve con cuidado

-si… y gracias por todo – se retiró al fin, con una sonrisa pues llevaba su trabajo en la maleta… era grandioso

-Neji… tengo un recuerdo nuevo, te lo contaré cuando vuelva a verte – susurró viendo la fotografía de ellos dos juntos… Gaara ingresó a la cocina con los felinos, tenía a dos pequeños que cuidar y muchas cosas que recordar aun

 

 

Fin

 

 

 

Notas finales:

Les contaré que la última parte la escribí en medio de una clase que tenía e incluso me quedé en la solitaria aula cuando terminó, porque no me podía detener y dejarlo así, se me salieron las lágrimas y traté de disimular pero bueno, unos cuantos me vieron, ni modo, lo hecho hecho está

Supongo que Kankuro al final tuvo más protagonismo que Gaara, pero creo que hice lo correcto, pues siempre me pasa que la pareja segundaria toma más interes y cuando el final no les dá el reconocimiento que se merecen, como que queda un toque de inconformidad y quise evitar eso, por eso el SasoKanku al final fue el que más participó, creo jajajaja

Aquí es donde les agradezco cada comentario que me dejaron, Mariy quien me siguió desde el principio, gracias.... también toki toki-san, Momo600, Hazuki Yin, Isaya, amayablop, thais, quienes me dejaban sus comentarios, si me falta mencionar a alguien pido disculpas, pero igual muchas gracias, me han dado ánimos para seguir, cada vez que releía los comentarios era emocionante para mí, fueron esa chispita que animaba mi inspiración, de nuevo muchas gracias

Fue muy divertido llegar hasta aquí, nos veremos en un siguiente trabajo que tengo empezado pero aún no publicado (será un KakaIru) claro si es que lo leen

Aquí su loca fanficker, que jugó con sus korkoros, se despide....

Responderé sus reviews en cuanto pueda, no se preocupen, espero que entiendan que no he podido hacerlo por falta de tiempo

Espero que lo hayan disfrutado, muchos besos y abrazos

Bye-bye~


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