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Golpes de la realidad por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Hola, luego de mucho camino recorrido, llegue al capitulo final de este fic.

Duele saber que tendré que dejar de hacer esta historia, pero considero que es momento dejar descansar la trama y que con todo lo que ha pasado hasta ahora podemos darles en conjunto un hermoso final.

A todos los que se han tomado su tiempo para avanzar con esta historia a lo largo de los meses, les estoy completament agradecida, pocos saben que esta historia nace por una imagen de Daiki en la que sudaba mucho, luego mi cabeza se llenó de locas ideas y pude llegar a entregarles esto.

A todos los que dejaron rw, leyeron, lloraron o incluso rabiaron con esto, se los agradezco, espero que nos leamos prontamente.

 

Si quieren agragarme a mis redes y conversar o esas cosas, no duden en hacerlo SAMANTHA ANDREA!! (EN RESPUESTA AL MENSAJE QUE ME ENVIARON)

 

Espero que el ultimoc capiulo les agrade 

 

Había pasado dos meses desde que Aomine se había encontrado con Akashi, la verdad es que el pelirrojo le había ofrecido cargos bastante buenos, pero el moreno simplemente acepto algo relacionado a sus capacidades, sabía que el sueldo era menor, pero al menos lo que había estudiado en la universidad le ayudaría bastante.

 

Había hablado con sus padres, la verdad es que extrañaba lo reconfortante que era su hogar, pero les había dicho que no volvería, que por ahora quería quedarse junto  Kise, al menos mientras el rubio se lo permitiera.

 

Por su lado Ryota había tratado de actuar lo más normal que sus nervios le habían permitido, Daiki no le había hecho comentarios después que le conto como había perdido a su bebé, era como si ese día nunca hubiese pasado.

 

Fue un viernes en que el Kise no soporto más y simplemente arremetió contra el moreno.

 

Kise se sentía realmente confundido por la actitud del otro y aunque no le había dicho comentarios y tampoco lo había alejado del pequeño Ryou, el simplemente había sentido como que algo cambiara.

 

Esa tarde decidió ir a esperar a que Aomine saliera del trabajo, el cumpleaños de Ryou sería al día siguiente y Kise estaba inseguro de que debía comprarle al menor, pero la sorpresa del rubio no pudo ser menor al ver al moreno salir acompañado de una curvilínea mujer, que le sonreía y se le apegaba más y más al cuerpo.

 

—Aominecchi…

 

—Kise…— Aomine abrió los ojos de forma desmesurada, pero no cambio su semblante, ni mucho menos su actitud. —Tanaka-san, lo lamento, pero me están esperando, con su permiso.

 

—Así que él es, que increíble y que terrible a la vez, con cosas como esas que queda para mí, bueno Aomine-kun, espero que lo que me pediste le quede bien, envíame un mensaje, estaré ansiosa.

 

Daiki le sonrió y llego rápido donde se encontraba el rubio. —Kise, me sorprendiste, ¿Y Ryou?

 

—Está bien, no tienes que preocuparte. — Kise sentía como el pecho se le apretaba, lo primero que el mayor había preguntado era por su hijo, ni siquiera se había dado el tiempo de preguntar cómo se encontraba él—Yo también me encuentro bien Aomine, se te interesa saberlo.

 

El moreno notó inmediatamente el cambio de humor y las muecas de molestia que reflejaban las actitudes del rubio. —Lo siento, es solo que a veces solo puedo pensar en él, no quiero que nada le pase.

 

Kise sintió algo muy frio recorriendo su columna, las palabras de Aomine tenían lógica en su cabeza,  Ryouta no estaba en buenas manos cuando estaba con él. —No te preocupes Aomine, lo deje con una buena persona, Tatsuya y Shun se quedaron a cargo de él, con ellos deberías dejar de preocuparte, ellos trajeron un niño vivo a este mundo, no son como yo.

 

—Kise, ¿qué tienes? No entiendo que te pasa, solo estoy preocupado por el cuidado de mi hijo, estuvo enfermo, no quiero que algo más grave le pase.

 

— Claro, si está bajo mi cuidado algo malo puede pasarle, es eso verdad, es por mi bebé, es por no haber sido capaz de salvar a tú hijo, por no haber sido capaz de cuidarlo, de darle un lugar digno donde el pudiera crecer, es por eso. — Kise levantó la voz, estaba casi gritando.

 

—Ven vámonos Kise, este no es el mejor lugar para estar discutiendo.

 

—No me toques. — Kise se veía pálido y molesto. —No me vuelvas a tocar Aomine Daiki.

 

Aomine no comprendía que pasaba con el rubio, ellos habían estado realmente bien las últimas semanas, incluso dormían en la misma cama, repentinamente el moreno se dio cuenta que la figura del rubio se alejaba a grandes zancadas, tendría que alcanzarlo le costra lo que le costara.

Kise se apoyó como pudo en una banca, había corrido varias calles, quería llorar, gritar, hasta sentía ganas de reír por lo idiota que estaba siendo, era probable que Aomine estuviera realmente molesto, el mismo lo estaba, había hecho una escena, sin tener sin siquiera motivos.

 

Se dejó caer en la banca, sentía que la cabeza le bombeaba, los ojos le dolían, la carrera había sido un esfuerzo innecesario, después de todo Aomine no lo seguía, o al menos eso pensaba hasta que sintió unas manos que trataban de levantarle el rostro.

 

—Kise, mírame, vamos Kise abre los ojos.

 

El rubio no entendía que pasaba, la cabeza le estaba doliendo más todavía, tenía frio y sentía las manos y las piernas entumidas, le hormigueaban.

 

—Aomi…

 

—Shuuu, tranquilo, ya llame a una ambulancia, vienen para acá, llame a Himuro, él se quedara con Ryou, me iré contigo a ver a Midorima.

 

—mmmm. — todo se volvía lejano y borroso, no entendía el motivo de que Aomine llamara a una ambulancia,  el solo estaba en la banca del parque, había corrido, le había gritado, pero solo eso.

 

Kise abrió los ojos nuevamente, busco el rostro de Aomine, ya no estaban en el parque, la habitación era de un hospital.

 

 

—Buenos días. — Kise choco de lleno con los ojos verdes de Midorima. — me alegra que despertaras, ¿Cómo te sientes?

 

—Confundido, ¿qué paso Midorimacchi? Yo estaba en el parque, había discutido con Aominecchi y ahora…

 

—Te descompensaste, te desmayaste en el parque, Aomine te encontró sobre una banca, al parecer no te habías golpeado, pero se asustó demasiado, lo envié por un café, estuvo toda la noche despierto a tú lado, solo le permití quedarse por ti.

 

—Estuvo aquí toda la noche.

 

—Me dijo que habías ido por él, pero que empezaste a gritarle cosas.

 

—Solo sentí la necesidad de gritárselas, no entiendo que me pasa. —El rubio se pudo las manos sobre el rostro, se sentía tan estúpido, se suponía que ese viernes sería para terminar de preparar el cumpleaños y el regalo de Ryou, pero él había terminado en el hospital y el menor no había estado con su padre las primeras horas de su cumpleaños. —Soy lo peor, por mi culpa todo está mal, no entiendo que pasa con mi cuerpo, que demonios tengo.

 

—Kise, escúchame. — Midorima lo miraba con el ceño fruncido, pero con una mirada y un gesto tremendamente dulce en su rostro. — te hicimos varios análisis, no quise decirle a Aomine hasta que despertaras, quería que lo supieras primero, Kise, estas embarazado.

 

El mundo se congeló para el rubio, todo se puso tremendamente frio a su alrededor—Midorimacchi no debes jugar con eso, ese tipo de bromas no se hacen.

 

—Kise. — El peliverde miró nuevamente al modelo. — Ryota, es la verdad, estas en cinta, tienes casi 9 semanas.

 

Kise se llevó las manos al rostro y miró su vientre como si algo extraño fuera a salir de él, sintió sus ojos llenarse de lágrimas, estaba feliz y asustado, todo al mismo tiempo, repentinamente recordó el desmayo en el parque, esa extraña opresión en su vientre, miles de dudas pasaron por su cabeza, no tenía idea si había puesto en riesgo a su hijo o si eso había sido otro aborto. —yo perdí…

 

—Ryota mírame, eso respira, tranquilo. —Midorima le había tomado las manos, ni siquiera había notado cuando estas habían comenzado a temblar de forma notoria. — tú y el bebé están bien, te hicimos un ultrasonido y todo está en orden , no fue una perdida, ni una amenaza de aborto, ni ninguna de las horribles cosas que están pasando por tú cabeza, simplemente fue es desmayo, si quiero que tomes medicamentos y te controles, pero ambos están perfectamente sanos.

 

—Midorimacchi, gracias, de verdad gracias. — los brazos del rubio rodearon el cuerpo del médico. —Aominecchi, ¿ya lo sabe?

 

—No, esperaba que despertaras, quería darte la noticia, sabía que era de él, pero preferí esperarte.

 

—Gracias Midorimacchi. — Kise soltó el cuerpo del mayor justo cuando el moreno abrió la puerta.

 

—Kise, despertaste, ¿Cómo te sientes? —La presencia del peliverde fue omitida por el moreno, quien solo podía centrar su concentración en el modelo. —cuando te vi desmayado, me imagine lo peor, Himuro y Izuki insistieron en venir, Ryou no paraba de decir que quería estar contigo hoy, llame a todo el mundo, Midorima dice que te descompensaste, pero no comprendo más ¿te habías sentido mal? Debiste decírmelo, corriste mucho, por mi culpa, lo siento, si algo te pasa yo no sé…

 

—Ahomine déjalo respirar. — Midorima miró al rubio quien le hizo una señal para confirmarle que estaba bien y que él le daría la noticia, salió en silencio con una sonrisa en el rostro, la vida de Kise por fin estaba completa.

 

—¿Cómo te sientes?

 

—Ya estoy mejor Aominecchi. —el moreno sonrió, notando como el rubio bajaba la cabeza. —yo lamento lo que ocurrió, si estas interesado en esa chica yo…

 

—No, yo no quería salir con ella. —Aomine miró el rostro de su compañero, antes de dejar salir el aire de sus pulmones. — Mi madre, me dio esto, era de mi abuela, pero como no tuvo hijos hombres, me lo dio, tus manos son más grandes que las de una mujer, por eso lo mande a ajustar, Himuro me ayudo con la medida, mi compañera de oficina tiene un hermano que no me cobraba tanto y era un trabajo de buena calidad, yo quería, quería pedirte que fueras oficialmente mi pareja y que te casaras conmigo. — un pequeño anillo descansaba en las manos del moreno, Kise sentía que todo a su alrededor era un sueño, pero no podía responderle, por más que quisiera hacerlo no podía.

 

—Puedes… puedes traer a Ryou…

 

—pero…—No le dio respuesta, Aomine sintió que el pecho se le apretaba, realmente le dolía, Kise lo estaba rechazando, salió del cuarto aguardando las ganas de llorar, quizá era una forma menos dolorosa de hacerlo, pero sentí que nuevamente su mundo se tambaleaba.

 

—Himuro, Kise quiere ver a Ryou. — Aomine sentía que el nudo en su garganta le impedía respirar.

 

—Aomine…— Himuro no tenía que ser adivino, pudo ver los ojos del peliazul para saber qué había ocurrido.

 

Kise se sentó en la cama, estiro las sabanas, necesitaba al pequeño en ese lugar. —¿Kisecchi? — la puerta se abrió dejando de ver a un pequeño rubio con los ojos hinchados, junto al moreno.

 

—Hola amor, feliz cumpleaños, lamento lo de tú fiesta, quería que tuvieras un lindo cumpleaños, pero lo arruine, suelo arruinar las cosas — Kise sabía que comenzaría a llorar, levantó la vista percatándose de la distancia a la que Aomine permanecía. —Neee, amor, creo que sería bueno que le pidieras el regalo que conversamos a papá. —el rubio le tomó las manitas al menor, para darle ánimos. —yo te cuido.

 

—Papi. —el niño miró al mayor de forma intensa. —papi ya no quede buscad a tu angel, yo quedo a Kisecchi, quedo que sea mi mami.

 

Aomine sintió como el pecho se le detenía, el rubio lo había rechazado pocos minutos antes y ahora su hijo le pedía algo que nuevamente no podría darle, algo que era distinto al dinero. —Ryou yo…

 

—Daikicchi— El rubio levantó su mano, esperando que Aomine pusiera el anillo en su lugar. —Seamos una familia.

 

—Kise….— Aomine sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas, la vida le había dado un nuevo comienzo. —Te amo rubio idiota.

 

—Seremos muy felices los cuatro. —Tanto Ryou, como Aomine miraron al rubio sin saber  a que se refería, pero la sonrisa del rubio se agrando. — Ryou, amor, te tengo un regalo más, tendrás un hermanito. —Kise llevó la mano del menor a su vientre. —Feliz cumpleaños hermano mayor.

 

Daiki se cubría la boca, mientras las lágrimas bajaban caudalosas por sus mejillas, la vida le había dado golpes por sus errores, había sufrido, había aprendido lecciones, pero había llegado a las puertas de la felicidad, había llegado su momento, suyo y de sus tres hermosos ángeles, el momento de ser feliz.

 

 

 

 

Fin.

(lean la nota final )

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

TIENE UN EPILOGO!!!

 

+

 

SORPRESA!!!


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