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Sin darme cuenta, seduje a mi guardián por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~

Vengo a dejarles el capítulo de la semana

Solo debo decir una cosa *.*

 

Me alegra llegar a este capítulo jajajaja, es uno de mis favoritos ^^

 

 

 

 

Las luces de la mañana se colaban por la cortina que olvidó cerrar la noche anterior, bostezó mientras se daba cuenta que ni siquiera se quitó el traje. Con pereza se levantó escuchando los pasos fuera de su cuarto, seguramente las labores empezaban ya. Se quitó cada prenda mientras observaba la ciudad por su ventana, estaba planeando visitar al dame-Tsuna y averiguar cómo se estaba desenvolviendo en la universidad… además podía averiguar si Yasu o Carlo estaban en la zona, se quedó solo con los pantalones y escogió una toalla limpia colocándosela en su hombro. Su baño era privado, todavía recordaba cómo le quitó la habitación a la vaca estúpida que ahora compartía cuarto con Fuuta. Sin apuro ingresó, mientras se lavaba los dientes observaba su reflejo, de nuevo estaba molesto pues incluso su altura no llegaba a ser la necesaria, decidió entonces centrarse en la ducha caliente, abrió el grifo y… ¡maldita sea! Lo  había olvidado… no avisó a nadie que la ducha estaba estropeada, ni siquiera salía agua. Tal vez fue por el pequeño accidente en donde lanzó a Tsuna hasta romper una parte de la estructura de la casa, la misma que seguramente no fue reparada porque después ocultaron la evidencia detrás de cajas para que Nana no se preocupara

 

 

 

No tenía opción, entonces usaría la ducha en la habitación de Tsuna. Quitó esa posibilidad ya que seguramente el castaño estaba apurado usándola antes de ir a la universidad, eso lo respetaría. Le quedaba entonces usar la del pasillo. Su torso desnudo le daba a libertad de sentir la calidez del hogar, adoraba pasearse así en esa época del año pues el clima era agradable. Estaba pensando en quedarse en casa… tal vez se merecía un descanso más, o mejor no… su mente divagaba en las actividades de ese día

Ingresó sin prestar atención, sus ojos cerrados mientras se quitaba el pantalón que le estorbaba, bostezó levemente mientras deslizaba el cristal que lo separaba de su cálido baño de agua caliente pero… el vapor salió con brutalidad invadiendo sus sentidos, dio dos pasos hacia atrás instintivamente reconociendo una figura al interior del compartimento. No se había fijado que interrumpía a alguien, mejor dicho ¿quién diablos usaba a esos horas el baño del pasillo? Siempre estaba desocupado a esas horas, entonces “¿quién es?” el susurro calmado de aquella persona era inconfundible. El hitman se tensó al ver la silueta distorsionada por aquellos vidrios con detalles en figuras “Fuuta todavía no termino de…” la cabeza de alguien se asomó entre la abertura, los cabellos largos, negros, ondeados, cubiertos por agua que se deslizaba con delicadeza terminando en gotitas que sucumbían por su propio peso al suelo, las hebras pegadas en desorden a aquella piel blanca y suave ante la mirada del azabache que solo se limitó a observar.

Apenas la cabeza y una parte del pecho de aquella persona sobresalía del lugar pero fue suficiente como para dejar al mayor sin habla, ninguno de los dos dijo nada hundiéndose en un incómodo silencio. El menor tensándose al ver a su eterno rival parado, con aquella mirada afilada y oscura, semidesnudo, en pose altiva, típico de Reborn. Por el contario el hitman, memorizando los caminos de aquel líquido que se deslizaba por esa piel sin marcas… quería… quería… ¡un baño pero en el cuarto de Tsuna!... un leve gruñido surgió de sus labios mientras se giraba hacia la salida ignorando el rostro confundido del menor, quien no entendía nada y se limitó a quedarse allí. Cuando la puerta se cerró un Lambo de 12 años alzaba sus hombros restándole importancia al asunto y regresando a su tarea de terminar de quitarse el jabón del cuerpo mientras tarareaba una canción que apenas escuchó el día anterior

 

 

Para cierto hitman el asunto era diferente, ni siquiera le importó caminar semidesnudo por el pasillo en dirección al cuarto de su dame alumno, porque… ¡no podía quitarse esa imagen de la mente! ¿Cómo diablos Lambo se podía ver tan malditamente erótico si apenas eran un niño blandeque y sin gracia? Su ceño fruncido, el cuerpo tenso, apretando la toalla con fuerza ingresó sin pedir permiso “Reborn que…” el castaño se tensó de inmediato silenciando su voz o reclamo. Su intuición le decía que dejara a su adolescente maestro en paz, lo vio encerrarse en el cuarto de baño que apenas había acabado de utilizar y… silencio, pues mejor para él porque necesitaba apresurarse para no llegar tarde a su clase de economía

Dentro del baño un azabache lanzaba a toalla a una esquina mientras sostenía sus cabellos con sus manos peinándolos hacia atrás “demonios… esto no puede estarme sucediendo, la maldita vaca estúpida… joder” abrió la ducha sin consideración ingresando hasta sentir el frio liquido mojarlo por completamente, se quedó ahí sin regular la temperatura puesto que quería borrarse esa imagen que… demostraba un hermoso cuerpo sin mancha. Se concentró varios minutos mientras se repetía una y otra vez “no es más que la vaca idiota, el fastidioso niño amante de las uvas, enano de ojos verdes que…” se golpeó la frente al tener esa palabra en su cabeza “lindo” se mordió el labio  desesperado puesto que con claridad podía verlo delante de él. Después se vengaría de ese mocoso por verse tan lujurioso con una simple ducha… ¿o es que acaso el lujurioso era él?

 

 

-Reborn aquí te dejo un cambio de ropa – Tsuna no entendía el comportamiento de su tutor, tampoco estaba interesado en saberlo, solo se fijó que Reborn llegó sin decir nada y sin traer nada, así que se tomó la molestia de ayudarlo – no te tardes, la comida ya está lista, mamá nos espera – dijo al no recibir respuesta alguna

-ya lo sé dame-Tsuna – ya se había tardado en salir y con la mente fresca hizo su aparición con solo una toalla rodeándole la cadera

-no sé qué tienes Reborn pero ¿estás bien?… ¿sucedió algo en Italia? – lo observaba y sentía que algo le pasaba, aunque su intuición le gritara que se callara… le preocupaba su familia

-que te importa, dame-Tsuna – gruñó enfadado, esa asquerosa miradita de piedad, lo estaba enfureciendo más

-no es normal que ni siquiera saludes correctamente a mamá, Lambo y los…

-¡silencio! – dijo con el aura oscura rodeándolo, la sola mención de ese nombre le hizo recordar la imagen que con tanto esfuerzo borró – si quieres que te salude…

-no te desquites conmigo – sonrió nervioso viendo a su tutor erguirse con aquella mirada oscura e infernal hasta cierto punto – Re… hiiiiieee

-este es mi saludo – sonrió de lado mientras atacaba a su alumno, se desquitaría con el castaño al menos un rato

-maldición – dijo por último antes de esquivar el primer golpe. Con los años aprendió a responder a todos esos ataques, aunque le daba un poco de terror saber que las fuerzas o habilidades de Reborn aún no se desarrollaban por completo ya que le faltaba crecer, pero en ese momento Tsuna era y capaz de dar batalla sin llevarse con él  algún objeto preciado de la habitación, que al menos ahora era más amplia que la anterior. El primer golpe en su estómago le dolió pero no tenía ni tiempo de respirar cuando saltó hacia atrás esquivando el siguiente  

 

Abajo era otra cosa…

 

 

 

 

En la cocina se presentaban a desayunar los miembros del hogar. Nana sonreía dichosa con el cabello largo recogido en un moño alto. Fuuta que ahora tenía sus 16 años mostraba el uniforme de Namichu mientras consumía con agrado el arroz de su plato. Cierto azabache llegaba recogiendo su cabello en una coleta puesto que estaba más largo de lo que lo tenía cuando era niño, las hebras llegaban a sus hombros dándole un toque especial que todos apreciaban claramente

 

-Lambo no te tardes o saldremos fuera de tiempo – mencionó Fuuta cuando un Lambo de 12 años se sentaba a su lado agradeciendo por la comida

-es porque no pudimos usar el baño de Tsuna-ni hoy – se quejó el ojiverde quien sonreía al probar el desayuno – esta rico, gracias mamá

-es un placer que disfruten de mi comida – sonreía la castaña mientras se sentaba con ellos un momento, esperando a que los demás bajaran – parece que se divierten – se rio bajito mientras todos escuchaban el ruido en la planta alta

-ni siquiera acaba de llegar y ya busca pelea con Tsuna-nii – se quejó Lambo mientras escuchaba los pasos presurosos de un castaño que llegó a la cocina agitado

-lo siento, me entretuve, se me hará tarde – se quejaba mientras se acomodaba la ropa de ese día y regulaba su respiración – Reborn no está de buen humor – les advirtió por si acaso

-no sabía que Reborn-kun llegó – se entusiasmó Nana

-ni me lo digas, me lo encontré en el baño – Lambo hizo un puchero – no sé qué tiene pero creo que quería matarme

-tal vez pasó un mal viaje – aseguró Fuuta

-lamento no haber avisado sobre mi llegada – de pronto el centro de atención en esa mesa llegó, ya vestido, saludando con cortesía a la dueña de la casa que gustosa le servía su porción

-Es un gusto tenerte de regreso – sonreía la castaña – nos hacías falta

-lo siento oka-chan pero debo irme – se asustó Tsuna al ver la hora – ¡me voy! – salió corriendo entonces dejando a todos en silencio, silencio provechoso cabe recalcar, puesto que cierto hitman pudo apreciar un poco en los detalles de la familia, nada raro solo los años que cambian a las personas pero… ESE mocoso ya no era… un mocoso

-mamá, hoy tengo práctica en el club – escuchaba la voz de Fuuta, más gruesa y madura, nada raro después de que cruzó la pubertad

-pensé que podríamos ir a la librería juntos – se quejó Lambo, ahí la atención de Reborn se centró en el más joven. De manera casi imperceptible observó rápidamente el perfil de la vaca estúpida… esa cabellera larga atada sin cuidado, no le sentaba mal puesto que su cabello rizado se soltaba de vez en cuando dejando un par de mechones que descendían en su rostro, la piel clara y esas facciones finas, aniñadas, sin madurar, los ojos verdes intensos y llenos de vida… ¡pero que carajos estaba viendo!

-lo siento hoy no se puede, puedes ir con I-pin – Reborn recordó entonces  a la niña china que ahora junto con Bianchi vivían en casa de Haru, ellas también cambiaron. Bianchi era una mujer bella que al parecer los años no le afectaban, por el contrario la favorecían. I-pin era otra historia, su cabellera larga, un cuerpo pequeño tal vez un poco más alta que Lambo ya que eran causas de la pubertad, aunque si pensaba bien, Lambo no era tan bajito en comparación con las niñas, por el contrario. Con el rabillo del ojo vio al ojiverde hacer un puchero infantil, seguía siendo un mocoso después de todo…. Un mocoso que ahora era calmado, tal vez no dejó de ser un llorón pero era bastante calmado comparado con hace siete años en donde corría por allí y allá haciendo travesuras. Al menos ese defecto se le quitó, Reborn daba gracias al cielo que no lo tenía detrás persiguiéndolo con intenciones de matarlo

 

-pero ella me llevará a esa pastelería con sus amigas, no quiero eso, no me dejan  tranquilo, no me gusta

-es porque estas empezando a gustarles a alas chicas – se burló Fuuta despeinando al menor – debes ser gentil con ellas

-las niñas son complicadas – elevó sus hombros mostrando su poco interés en ese asunto

-pues I-pin es una niña también

-pero no golpea como una – las risas estallaron en la mesa, Reborn iba a quejarse hasta que lo vio… la sonrisa del mocoso, sencilla, sin escándalos, el leve movimiento de los cabellos rizados, las mejillas sonrosadas y…. ¡pero qué demonios! ¿Acaso estaba viendo eso en cámara lenta?

-deberían apurarse en vez de perder tiempo – se quejó Reborn fastidiado por su propia mente que jugaba con su cordura. Los vio tensarse al ver la hora, levantarse, tomar en su boca lo que pudieron de la comida faltante, Lambo casi se atora en el proceso y el hitman se burló de eso

-me voy mamá – sonrió el menor de todos mientras fruncía su ceño al ver a Reborn – y tú no te burles, no tenemos tu suerte, no somos superdotados que no necesitan ir a la escuela – el azabache de patillas quiso gritarle que era un idiota pero se contuvo mientras analizaba al niño frente a él. Esos ojos verdes su distintivo, un cuerpo delgado, se veía más serio que antes pero ¡seguía siendo un maldito mocoso!

-vete ya, vaca tonta

 

 

 

 

Dejando de meditar se disponían a actuar…

 

 

 

 

 

-papá, Reborn-senpai ya ha vuelto~ – sonrió cierto chico en un árbol cercano a la residencia – me parece que Nono no confía en mi

-confía en ti, lo sabes perfectamente – se sentó junto al castaño mientras lo observaba sonreír como hace años no lo veía hacerlo, sincero y con ganas de… sangre – pero es el tutor del décimo y necesita estar aquí

-cierto… pero me intriga que la basura de Iemitsu no este por aquí también – hizo un puchero cambiando a su faceta infantil

-dos días – susurró mientras restaba importancia al hecho de que su hijo tal vez tuviera una doble personalidad, pues para él eso era como un beneficio, dos jefes en uno

-¿a qué te refieres?

-te di dos días de libertad – vio al menor emocionarse mientras se acercaba

-así que… ¡me quieres! – picó la mejilla del mayor con delicadeza

-vete a la mierda, mocoso – gruñó mientras empujaba al chico de forma brusca como si quisiera lanzarlo al vacío y que muriera

-yo también te quiero papá~ – sonrió mientras soportaba el duro contacto

-aprovecha esto, me tardé en convencer a Liliana para que te diera el tiempo suficiente sin interrupciones de ese tipo

-las aprovecharé, molestaré al décimo un poco en este tiempo – mencionaba mientras sonreía con maldad

-no te pases – vio a su hijo levantarse y estirarse

-lo sé papá – susurró mientras observaba el paisaje y suspiraba

-entonces no me sonrías de esa forma

-es que estoy emocionado, me pregunto qué tan rápido es en reaccionar – parecía un niño a punto de hacer una travesura pero en este caso, la travesura sería a nivel de la sombra de Vongola, la locura estaría presente

 

 

 

 

 

La locura es divertida, eso lo sabe bien…

 

 

 

 

Cierto castaño ni se imaginaba lo que ocurría fuera de su rango familiar, tampoco estaba demasiado consiente de lo que sucedía a su alrededor, por el momento tampoco era necesario estar pendiente de todo puesto que su mente se enfocaba en la universidad, al menos hasta que realizara el examen de ese día, ¡de eso dependía su vida! El estrés lo mantenía tenso puesto que ahora era un hombre maduro, al menos eso es lo que veía la sociedad en él, solo de vez en cuando podía relajarse y comportarse como lo hacía en la etapa de segundaria o preparatoria. Ese momento llegaba cuando el profesor indicaba el final del tiempo mientras empezaba a recoger las dichosas pruebas, sonreía satisfecho puesto que le fue mejor de lo que esperaba, debía agradecerle a Hayato de inmediato. Se apresuró a dirigirse al medio del campus, puesto que esa hora libre lo compartía con Yamamoto y Gokudera, amaba esos momentos de paz cuando podía sentarse en medio del césped para  disfrutar de la dicha de la vida. Como siempre las discusiones entre el par de sus guardianes se daba, Tsuna se había dado cuenta de algo… esas peleas tenían algo diferente, las miradas tiernas de Yamamoto lo decían todo, tal vez Gokudera no se diera cuenta pero… era evidente, incluso para Tsuna era evidente, era gracioso que pudiesen ser despistados en ciertos aspectos

 

 

-si estuviéramos en Namichu, Hibari nos hubiese mordido hasta la muerte por armar escándalo – sonrió Yamamoto al darse cuenta que terminaron armando suficiente ruido para atraer la atención de los demás estudiantes que pasaban por el lugar

-el maniático de las peleas nos daba muchos problemas – gruñó Gokudera recordando las veces que la nube actuaba por su cuenta – aquí podemos mantener la disciplina sin su ayuda

-sabes que sin él las cosas se hubiesen salido de control – Yamamoto meditaba eso desde hace años, la disciplina era extrema pero valió la pena

-no es necesario ya – Gokudera miró al castaño que se había mantenido callado unos momentos – ¿qué piensa usted, décimo?

-no me llames así, Gokudera-kun – suspiró a pesar de su insistencia esas cosas no cambiaban

-lo lamento… Tsuna-san

-deja el san

-Tsuna-kun – sonrió divertido al ver el leve ceño fruncido de su cielo – es difícil hacerlo, décimo… es decir Tsuna

-eso suena mejor – le devolvió la sonrisa – no ocurre nada

-pero pareces pensativo – habló Yamamoto – ¿hay algún problema?

-estaba pensando en Hibari-san – los demás le pusieron atención, después de todo, era su cielo preocupándose por la nube… algo que sucedía bastante seguido, pero la tonalidad de esa voz era diferente – es raro que no haya terminado sus estudios

-sabes que él siguió en Namichu incluso después de graduarse, por lo que sé todavía tiene influencia allí – sonrió Yamamoto

-ese idiota solo hace lo que quiere, no debes preocuparte por él, Tsuna – añadió el peliplata quien no agradaba de escuchar a su cielo tan preocupado por el idiota de la disciplina, algo que odiaba era los problemas que le causaba a su jefe

-aun así me da curiosidad, después de todo es Hibari-san de quien hablamos, no sabemos nada de él, si necesitaba ayuda o algo… el jamás lo diría, tal vez tuvo problemas para ingresar o cosas así

-¿quieres que le preguntemos a alguien? – añadió la lluvia con calma, le parecía divertido ver a Tsuna preocupado de esa forma, puesto que… ya percibía cierto interés extra de su líder por uno de sus guardianes

-no es necesario – sonrió Tsuna con calma – creo que no debo preocuparme por Hibari-san, él siempre ha  sido autosuficiente

-Tsuna… usted siempre será un buen líder, de eso no cabe duda – sonrió Gokudera pues admiraba esa preocupación del castaño, cosa que nunca se fue, el cuidado hacia los demás, esa cualidad no desaparecía a pesar de los años

 

 

 

 

 

Las meditaciones del cielo Vongola se centraron entonces en algo más aparte de sus estudios. Primero estaba el mal humor de Reborn, bueno su tutor siempre era serio y malvado pero esa mañana estaba más extraño de lo normal. Después estaba su intuición que saltaba de vez en cuando, algo extraño  puesto que las sensaciones variaban en comparación con las que le avisaban del peligro a futuro, en otras ocasiones simplemente era peligro y nada más. Tsuna pensaba en el limitado tiempo de libertad le quedaba, a pesar de aceptar que se haría cargo de la familia, no cambiaba el hecho de que sus dudas acerca de no ser suficientemente bueno para tal cargo jamás desaparecieron… su familia era otro tema, la continua temporada de paz le gustaba, puesto que hasta Lambo creció sin problemas. El castaño sonreía cada vez que lo veía leyendo un libro con calma, la transformación de su guardián más joven era la más sorprendente de todas, pasó de ser ese niño problemático pero dulce, a un jovencito maduro y hasta más calmado de lo que creyó que sería, tal vez la influencia de Fuuta fue buena para el desarrollo de Lambo, no cabía duda… al final pero no menos importante estaba sus guardianes, los mantenía cerca, los vio madurar con él, ayudarse mutuamente al igual que las chicas, pero uno de sus guardianes estaba lejos todavía. Hibari era difícil de tratar, eso no era raro pero en los últimos años parecía haberse mantenido en el mismo nivel, no trataba mucho con los demás a excepción cuando tenía que mandar a uno de ellos para buscar a su nube y traerla. Tsuna al menos trataba de convivir con Hibari en las ocasiones en donde las oportunidades ameritaban, quería tenerlo cerca, no perderlo de vista, por eso seguía sin rendirse. La última vez aquel almuerzo fue un gran paso y a la vez un grato recuerdo en su vida, casi nunca socializaban de esa forma, si se ponía a pensar en eso, no sabía casi nada acerca de su guardián, al menos nada importante, como por ejemplo la razón por la que no estudiaba igual que ellos. Para esa época la educación superior era vital, ¿preocuparse? Como no hacerlo si era su familia. Con eso en mente se perdió entre la gente al salir de su última clase, al menos ese día podía relajarse un poco y meditar, estaba feliz por un rendimiento ejemplar, seguramente Reborn estaría satisfecho también, con buena suerte cambiaría ese pésimo humor que tenía en la mañana. Sus pasos lo llevaron a Namichu, se preguntaba si estaba volviéndose loco o estaba extremando medidas pero tenía curiosidad, mucha para ser sincero, quería saber que era lo que pasaba por la mente de la nube que se desliza a voluntad… quería saber cómo vivía su vida, quería… verlo, nada más

 

 

Estaba a punto de entrar, incluso subió la mitad de las escaleras sin dejar que los alumnos lo detectaran. Ahora aceptaba que aprendió a deslizarse sigilosamente por cualquier lugar, tal y como lo hacía Reborn cuando era solo un bebé y lo asustaba repentinamente. No pudo evitar sonreír al recordar aquellos días, Tsuna estaba decidido a entrar pero… ¡no lo estaba! ¿Qué era lo que le iba a decir? “Hibari-san quiero saber de su vida, puede darme detalles, como… ¿qué es lo que hace en las mañanas o antes de dormir?”  No, no, no, ¡simplemente no!... eso sería demasiado extraño, incómodo y terminaría empezando una pelea. Por su propia seguridad se giró nuevamente saliendo con prisa de aquel lugar, suspirando por la falta de juicio que lo envolvía. Todo  esto sin saber que alguien lo había visto en la vergonzosa situación de debate interno

 

 

Tsuna regresaba a su casa entonces, tomando la ruta más ligera, escuchando la brisa de ese día, sonriendo por dentro ya que quería probar la nueva receta de su madre “deberías averiguar más acerca de tu guardián” ese pensamiento de pronto surcó su mente. Dio varias negaciones para quitarse esa idea de la cabeza pero era insistente “acéptalo Tsuna, quieres saberlo” dudó por un instante que esa voz insistente en su mente fuera su conciencia, pero “debes asegurarte de que tu familia tenga un buen futuro” esas palabras terminaron por convencerlo, sería interesante ¿verdad?... Volver a la distancia en que se encontraba, estaba negado por totalidad así que…

 

-es molesto que me vigilen – la voz detrás de él lo tensó de inmediato – herbívoro

-Hi-Hibari-san – mencionó mientras se tensaba más aun al girarse y encontrar a su guardián mirándolo con aquella expresión calmada – yo no…

-has estado indeciso cerca de la escuela, dando vueltas sin saber qué hacer, es molesto – a pesar de que su ceño estaba fruncido, Hibari no estaba molesto, tenía curiosidad

-lo siento – el castaño se sonrojó al entender que había sido observado con claridad, ¿tan obvio era?

-¿Qué es lo que quieres Sawada? – lo admiró temblar e internamente sonreía al verlo tan dubitativo

-bueno yo… solo – ahora no sabía ni como hablar, nunca fue su fuerte enfrentar la mirada penetrante, no soportaba mirarlo directamente por mucho tiempo – la verdad, tenía una dudas acerca de usted Hibari-san

-¿dudas? – eso era nuevo, ver rondar al castaño Namichu por su causa, eso subía el ego de cualquiera

-me di cuenta que… no sé nada sobre usted – confesó avergonzado ya que podía apreciar una leve mirada burlona

-así que quieres saber de mi

-un poco, pero creo que fui imprudente al ir y arrepentirme al final

-hmm – no podía decir nada, puesto que no quería arruinar el momento. Ver al cielo avergonzado, diciendo todas esas cosas, que para cualquiera serían una confesión, podría repetirlo en otras ocasiones con gusto

-lo lamento pero es verdad que me da curiosidad saber sobre usted – sabía que fue una mala idea ir a su antigua preparatoria, ahora pasaba por un momento bochornoso y luchaba por disminuir ese sonrojo que lo atormentaba

-¿por qué?

-porque me sorprende que alguien co-como usted no se encuentre estudiando con nosotros – se golpeó mentalmente puesto que su voz se había quebrado a la mitad… ¿nervioso? Eso era poco, más bien estaba avergonzado totalmente

-no tienes que saber nada – sonrió de medio lado al ver un leve puchero por parte del menor, tal vez el propio castaño no se daba cuenta de esas expresiones que de vez en cuando se mostraban, dañando así toda esa imagen de formalismo que adquirió con el tiempo

-esa respuesta… me la esperaba – suspiró resignado, era realmente difícil tratar con su nube

-entonces porqué insistes – sacarle un poco de información no era nada malo

-porque es Hibari-san… me interesa saber de usted

-¿Por qué? – insistió admirando la duda en la mirada chocolate

-porque es mi guardián – ¿por qué en su interior sintió que esa no era la respuesta correcta?

-esa no es razón suficiente – se molestó al escucharlo, Tsuna no estaba siendo sincero

-¿qué más podría decir? – esa pregunta iba para sí mismo, más bien era una duda

-hmm – se alejó entonces, no dijo nada, tampoco demostró nada, el pequeño debía reflexionar sobre lo que había oculto en su mirada

-Hibari-san, ¿en verdad no me dirá nada? – se sentía derrotado

-no

-me lo imaginé

-tienes que ganarte el derecho a saber – añadió antes de que el castaño suspirara nuevamente

-¿ganármelo?

-adiós…  herbívoro – sonrió de medio lado cuando le dio la espalda a su cielo

-Hi… Hibari-san – suspiró al ver la espalda amplia de su guardián alejarse, sabía que terminaría así pero… al menos le había dado una pista ¿no?... Ganárselo… ¿cómo haría eso? ¿Una pelea tal vez? Pero se negaba, no quería participar en una pelea, lo que Tsuna quería era… “quiero pastel de moras” era verdad, quería algo dulce para calmar su ansiedad, su conciencia estaba muy activa ese día

 

 

 

Paso a paso…

 

 

 

Tsuna estaba en el centro, tenía antojos y era también buena idea llevarles algo a los más jóvenes de su casa, incluyendo a Reborn, porque aunque su tutor lo negara sabía que los postres de ese lugar eran bien vistos por el hitman. Compró unos cuantos pedazos, salió muy feliz con su paquete, tarareando una melodía muy bajito para que nadie lo escuchase, pero no esperó encontrarse en el camino con… ¿Lambo? ¿No debería estar en la escuela?

 

-Tsuna-nii, ¿qué haces por aquí? – aquella voz todavía suave, calmada, familiar hizo que  Tsuna se relajara

-eso debería decir yo – frunció el ceño fingiendo molestia pero claro, le alegraba ver al que consideraba como su hermano menor, años de convivencia eran evidentes

-acompaño a I-pin y sus amigas... ¿eso es pastel? – dejó de lado toda explicación sin importancia, concentrándose en el paquete que el castaño llevaba en sus manos

-si… pero es para la cena – ya sabía la fascinación de Lambo por los dulces

-yare, yare… quiero un poco de adelanto – hizo un leve puchero, cosa que lograba convencer a su ni-chan, estaba consciente de eso, no era manipulador pero la situación lo ameritaba

-Lambo… bien – no podía negarle nada, lo consentía con placer puesto que era como su pequeño hermano

-¿te parece si lo comemos en la terraza de aquel lugar? – dado su triunfo total, el menor de ellos sonreía ampliamente mostrando un leve sonrojo, la piel blanca simplemente resaltaba cada facción del pequeño

-¿cual?

-la cafetería – apuntó entonces al lugar mencionado

-se ve muy bonita – sonrió al apreciar aquella casona de dos pisos con las mesitas de cristal en la terraza, al parecer era un nuevo negocio

-la inauguraron hace poco

-vamos entonces – sonrió mientras el menor casi saltaba de la emoción

-¡genial! – Tsuna vio caminar a Lambo en frente de él, lo siguió con una sonrisa, después de todo la alegría del Bovino era contagiosa, a pesar de lo maduro que ahora se  mostraba también era dulce, e incluso infantil en ocasiones – Tsuna, tomemos el ascensor – Lambo lo tomó de la mano con delicadeza mientras subían al cubículo, el castaño pensaba que esa mirada caramelo era bastante particular… un momento ¿caramelo? ¿Pero qué?

-tú… tú no eres Lambo – apenas logró pronunciarlo antes de que el pequeño impostor lo tomara con fuerza, hasta sacarlo de un solo movimiento del cubículo – ¡demonios!

-eres fácil de manipular – esa voz cambió de pronto, más profunda, más seria, más fría

-dime tu nombre – se puso serio entonces, levantándose de inmediato, su intuición le gritaba peligro, un peligro que antes no sintió  – y abandona la figura de Lambo inmediatamente – exigió con ira, pues su familia era sagrada

-falto de carácter – susurró el enemigo mientras deshacía la ilusión

-¿quién eres?

-si digo “tu peor pesadilla” sería demasiado asqueroso – sonrió con malicia. Un castaño vestido con un pantalón desgastado de color café, una chaqueta amplia negruzca, llana y portando algunas cadenas en su cuello se mostró. La cabellera larga atada en una trenza, los cabellos castaños ocultando su mirada, algunos mechones largos descendiendo por el rostro, se veía lamentable de cierto modo, muy mala apariencia para ser sinceros

-solo di tu nombre – se tensó al no poder apreciar sus ojos ya que sintió una ligera descarga de adrenalina recorrerle, reacciones muy raras en él

-soy tu sombra – habló mientras sonreía ladeando levemente su cabeza

-no juegues

-no lo hago – sonrió retorcidamente mientras se acercaba – soy tu sombra –

-exijo saber  tu nombre – se tensó al sentir el cálido aliento del sujeto en su oído, ¡qué demonios pasaba! Si hace unos segundos lo tenía en frente  – ¿qué?

-soy tu sombra… pregunta a cualquiera y te lo dirá – la voz tétrica, suave, ligera, Tsuna se quedó helado – ¿miedo?

-ilusiones – pronunció mientras saltaba alejándose, había sido tan real que aun su piel se ponía de gallina – ¡deja de jugar!

-pero es divertido – sonrió mientras ladeaba su cabeza como quien no sabe controlar sus movimientos – un idiota temeroso… lamentable – su puño se apretó con fuerza mientras la sonrisa se borraba

-¿qué pretendes? ¿Qué quieres? – gruñó enfadado con el enemigo por haber usado la apariencia del pequeño Lambo, por llamarlo idiota, por causarle escalofríos, hace tiempo que no se sentía tan… dame

-tu muerte – susurró atacándolo de pronto. Un puñal sobresalía de la mano del desconocido. Tsuna apenas fue capaz de desviarlo con su mano antes de que se incrustara en su piel a la altura de su cara – al menos sabes defenderte – empuñó el arma blanca girándose de repente, sin soporte alguno trató de cambiar dirección y Tsuna supo que estaba enfrentando a alguien demasiado talentoso como para dar esos movimientos impredecibles

-no te he hecho nada – Tsuna apenas logró golpear la pierna del otro para dejar al enemigo sin equilibrio, al momento que el atacante posó su pie en el suelo no dudó en quitarle ese punto de soporte, lo hizo caer – ¿por qué me atacas? – el de mirada chocolate suspiró profundo encendiendo sus llamas, aquel color anaranjado invadió su mirada, su frente mostraba un intenso fuego que brotaba como símbolo de poderío, no tenía sus guantes en ese momento, pero con los años aprendió a usar sus lamas a voluntad, los guantes solo incrementaban su poder

-tu sola existencia me fastidia – sonrió con malicia mientras corría hacia Tsuna – ¡quiero desgarrar tu cuello! – el chico sin temor alguno enfrentó al capo quien defendiéndose apenas tuvo la suficiente distancia golpeó el rostro del enemigo sin compasión, atinó un golpe certero en el estómago ajeno usando su rodilla y cuando estaba a punto de terminarlo…

-imbécil, despreciable, débil, INDIGNO – gritó con fuerza al momento de usar su mano para sujetar la pierna de Tsuna apretándolo con fuerza y usándolo como soporte para levantarse – no lo acepto – de un fuerte tirón elevó la pierna de Tsuna, la misma que se usó para dañarlo, el cielo de Vongola perdió el equilibrio cayendo estrepitosamente al suelo – débil… demasiado – el enemigo atinó un golpe en la rodilla con intenciones de romperla, pero no pudo forzarlo ya que Tsuna apoyándose en sus manos se zafó del agarre pateándolo con fuerza hasta arrojarlo lejos

-no me juzgues tan pronto – suspiró profundamente, solo en esos instantes pudo comprobar su hipótesis, alguien intentaba matarlo y no tenía piedad

-eso quiero – sonrió mientras se desvanecía apareciendo detrás del capo que sin inmutarse  se giró lanzando un golpe con su puño – demuéstrame que… no eres despreciable – susurró agachándose para evitar el golpe y atinando un fuerte puño en el estómago desprotegido – no eres capaz de proteger a tu familia – susurró en el oído del castaño que se quejaba por el dolor en su abdomen

-no sabes nada de mi – corrigió mientras le daba un cabezazo fuerte, su frente sangró por el acto – no hables de mi familia así como si nada

-eres débil, incapaz de sobrellevar la carga – sonrió como desquiciado mostrando uno de sus ojos marrones llenos de locura, sin temor. Empujó la cabeza del capo sin vacilar dándole pelea mientras sujetaba los brazos del otro para detener los movimientos – esa llama en tu frente carece de fuerza y decisión

-tus palabras no me afectan – tomó la chaqueta apretándolo y haciendo presión para levantarlo del suelo

-pues deberían – sonrió alejándose de un salto – porque es la verdad

-dime tu nombre y familia – exigió ya enfadado

-soy tu sombra, adivina de dónde vengo – de nuevo corrió al ataque. Tsuna lo pateó al llegar pero sin quejarse, el enemigo dio una vuelta completa en el aire, hasta posar sus pies en el suelo y levantarse – imbécil… – lanzó una daga que Tsuna esquivó con facilidad pero…

-demonios… ¿qué?... ugh – dolor era lo que se extendió por su brazo… ¡pero la daga ni siquiera lo topó!

-inútil – en un movimiento veloz el de trenza logró agarrar a Tsuna por la espalda, sosteniéndolo de los brazos de forma brusca, evitando que las extremidades superiores de Tsuna tuvieran con movilidad – ni siquiera puedes matarme porque primero quieres saber mis intenciones

-¿acaso quieres que te mate? – estaba incrédulo, ¿por qué un chico desconocido tenía esas intenciones?

-eso quiero – aceptó sonriendo como maniaco, mostrando sus dientes blancos

-¿por qué debería hacerlo? – se removió intentando soltarse pero era difícil

-porque soy tu enemigo – le susurró en el oído

-no te conozco, no sabría decirlo – Tsuna no quería matar a nadie, no quería herirlo sin tener un motivo muy fuerte

-tu falta de sangre fría me da nauseas – gruñó con la voz grave

-yo soy el futuro líder de Vongola, no me dejo llevar por los impulsos – rebatió con seriedad, mantenía la calma a pesar de la situación

-eso es bueno pero no siempre – soltó al décimo, entonces  caminó dos pasos hacia atrás

-dime tu nombre

-Yasu – sonrió infantilmente mientras daba pequeños saltitos – soy tu sombra y vine por ti~ – Tsuna se desconcertó por el cambio de actitud – no me agrada la gente débil así que…

-… - su intuición gritó entonces, su cuerpo se tensó al verlo sonreír – ¿qué quieres de mí?

-ya te lo dije, quiero que mueras – dio otro par de pequeños saltos como si de un infante se tratara incluso su apariencia cambió a la de un niño

-¡deja de usar ilusiones! – lo estaba desconcertando, aquellas palabras, las acciones, todo estaba abrumándolo, confundiéndolo

-te confundes Tsuna – de pronto el pelilargo apareció enfrente del castaño, mostrando una sonrisa hermosa pero que a Tsuna le dio escalofríos – eso es bueno porque tu mente es frágil y puedo destruirte desde adentro~ – su mirada infantil cambió por una oscura, demente, insana

-¿qué demonios intentas?... sea lo que sea, fallarás

-mentira – sonrió – porque te tengo donde quería – golpeó el estómago de Tsuna y este ni se movió

-¿qué demonios?… mi cuerpo – tenía una parálisis, eso era cosa del enemigo  ¿pero cuando demonios lo había hecho?

-eres frágil, eres demasiado frágil y bueno… eso me molesta – sacó entonces otra daga de su bolsillo mostrándola. Tenía un pequeño hilo que salía del mango, al final… una aguja, Tsuna revisó su ropa con la mirada, ahí estaba clavada en su hombro… ni siquiera lo había notado

-un líder vela por su familia, un líder decide con cabeza fría, no juzga solo por apariencia y no lo haré contigo – habló con calma, mostrado firmeza en su voz, observando al chico de frente, podía ver la maldad en aquella persona

-bellas palabras – sonrió mientras saltaba en frente de Tsuna tomando la forma de una niña de unos nueve años – pero son solo basura si no tienes el poder para cumplir con lo que dices, solo mira… - apuntó con su dedo a un lado de Tsuna

-puedo hacerme cargo de todo – giró su cabeza como pudo puesto que sus movimientos eran limitados, muy limitados, vio a su alrededor sin perder la calma, pisaba el borde del edificio… ¿Cuando llegó a ese lugar? Entre tantas cosas no se fijó en las ilusiones, ahora estaba a solo un paso de caer

-¿seguro?

-¿por qué haces esto? – no era una casona… era un edificio alto, ahora entendía la necesidad del ascensor, calculaba seis pisos, tal vez más

-porque es divertido~

-eso no es lo correcto – gruñó sin poder moverse aun

-al demonio lo correcto – gruñó enfadado mostrando su verdadera forma y apretando la camisa del castaño – un mafioso no duda en asesinar, un mafioso no duda en hacer lo que sea para emerger… un mafioso no perdona

-tienes una idea muy equivocada de las cosas – debatió sin miedo, a pesar de la amenaza latente

-soy un asesino, vivo, respiro, disfruto este mundo turbio – mostró una sonrisa retorcida que a Tsuna le recordó a Belphegor de Varia

-no todo es maldad, muerte, destrucción, dolor

-si lo es y por eso eres débil… por esos pensamientos no podrás proteger a tu familia – una leve risita resonó en aquel lugar, el viento golpeaba sus cabelleras, a esas alturas hasta hacía frío de cierta forma

-te demostraré que si – gruñó enfadado con aquel chico de pensamientos horrendos

-mataré a cada uno – su rostro tomó seriedad – lo haré

-no lo harás – reclamó Tsuna

-los destrozaré en frente de tus ojos – apretó el cuello de Tsuna con un poco de fuerza

-no lo permitiré – de pronto se sentía desesperado, no podía moverse, no podía defenderse, las dudas…  el miedo… todo empezaba a aparecer

-te demostraré que eres débil – con rabia fue apretando el agarre, su voz neutral calaba en la mente del castaño cielo

-no lo soy – gruñó pero… “débil”… ¿acaso no era el dame Tsuna?... ¿en realidad logró cambiar?

-despreciable – susurró en el oído de Tsuna – despreciable

-¡silencio! – la desesperación empezó a invadirlo

-indigno

-¡basta!

-sucio, asqueroso, inútil, rastrero – cada palabra estaba cargada de veneno

-¡basta!

-no te mereces a ninguno de tus guardianes

-¿qué dices? – Tsuna lo meditó… ¿qué había hecho de especial para merecerse a cada uno de ellos?... nada

-solo les causas molestia, porque eres débil

-no sabes nada – su voz bajó de tono, su mirada perdió brillo, estaba cayendo ante esa desbordante duda… ¿soy inútil?

-¡TSUNAYOSHI! –esa voz  sacó a Tsuna de sus pensamientos, el castaño de ojos marrones y cabello largo se tensó mientras Tsuna solo veía de frente, aturdido por esa discusión – ¡herbívoro! – gruñó Hibari quien parado a la salida del ascensor miraba con desprecio la escena, un cielo lleno de pánico, un herbívoro que lo amenazaba

-la nube – sonrió Yasu al ver al mayor ingresar a la terraza

-así que tú eres el que anda rondando por aquí – gruñó con fastidio al ver la sonrisa del muchacho, varias veces había visto a alguien por la zona, una persona  que emitía esa energía asquerosa de un ilusionista

-¿quieres que empiece con él? – susurró Yasu en el odio de Tsuna quien solo abrió los ojos. El castaño quiso atacarlo, hacer que sus llamas rondaran por su cuerpo tratando de reaccionar a la parálisis pero… ¿cuándo perdió sus llamas?

-no… espera no – Tsuna  estaba en pánico, sin poder moverse, sin fuerzas, sin llamas, sin…

-te morderé hasta la muerte – Hibari se acercó a paso firme, sin temor, así era la nube de Vongola

-La nube de Vongola… que rudo – fingió temor por unos instantes causando la furia del azabache

-suelta al herbívoro – Tsuna se sintió inútil tratando de zafarse pero su cuerpo no le reaccionaba

-Hibari-san… lo siento – sentía dolor en su pecho, las palabras del chico se repetían en su cabeza

-que débil – sonrió Yasu mirando a Tsuna y acariciando su mejilla

-te destrozaré – sonrió Hibari ocultando la leve preocupación por el más joven… su cielo

-muy tarde – sonrió el chico mientras se dirigía a Tsuna –  ¿verdad?

-oye… tu

-MUERE – gritó Yasu mientras abrazaba al cielo y se lanzaba al vacío – ¡INDIGNO SEAS!

-que… –  todo fue repentino. Ahora Tsuna sentía el viento golpear su espalda, perdió de vista a la nube, solo observaba el rostro del chico que mostraba una sonrisa desquiciada, el cielo estaba ahí, azul y profundo, su cuerpo no le respondía, el dolor en su pecho aumentaba – no puede…ser

-¿dudas? – sonrió Yasu mientras se dejaba caer con Tsuna – las dudas matan

-lo sé… – suspiró resignado, pensando en una salida, estaba cayendo de prisa, no sabía cuántos pisos eran, no sabía que tan rápido iba, no sabía que…

-agh… - Yasu se quejó entonces, soltando el agarre que mantenía al cuerpo de Tsuna, gimió de dolor mientras desviaba su mirada hacia arriba. La nube descendía también y lo que ahora Yasu tenía incrustado en la espalda era una pequeña esfera con filosas puntas. El enemigo gritó levemente de dolor al sentir como se incrustaba en su piel otra de esas cosas – maldición… está demente – gruñó sin creer que la nube sería así de imprudente

-Hibari-san – pronunció apenas sintiendo el pánico invadirlo, ¡todo el mundo estaba demente! ¿Cómo demonios Hibari se lanzaba también?… La nube bajaba en picada hasta lograr el suficiente espacio para golpear a Yasu con sus tonfas, el dolor del chico se mostró en una mueca y en la sangre que de su labio brotó. Yasu golpeó al mayor en el rostro de repente, lo que recibió como pago fue una fuerte patada en las costillas que lo hizo gritar levemente, le siguió un golpe en el estómago con la tonfa, ahí Yasu abrió sus brazos deteniendo su caída, su ropa actuaba como freno dejando que el aire golpee fuerte, tal como si fuese un paracaídas

-Hibari-san… – sintió la desesperación de frenar, ayudar al azabache, no podía soportar que alguien dañara a su familia. Se forzó a moverse, a recuperar su conciencia, le dolió mover su mano pero pudo encender su llama del cielo, giró su cuerpo observando el suelo, sintió la calidez recorrer su piel, sereno volvió a ser y usando sus llamas se impulsó. Ascendió  hasta sostener a Hibari del brazo, expulsó las llamas de su mano libre frenando la caída, aunque el proceso le fuera en extremo doloroso. Un último esfuerzo hizo que la velocidad disminuyera de golpe, Tsuna sintió su cuerpo desgarrarse, quejándose de dolor cerró sus ojos, un par de lágrimas se le escaparon debido al alivio en su alma combinado con el dolor de toda célula existente en su sistema, al final sintió ¿un abrazo?... la nube lo sostenía mientras dejaba a Rol agrandarse y multiplicarse debajo de ellos formando una especie de escalera extraña, Hibari saltó con facilidad entre las esferas hasta apoyarse en algo estable, sosteniendo a su cielo, logró llegar al suelo sin problemas – el chico… – su corazón gentil lo traicionó de nuevo, mirando hacia arriba admiró al chico de nombre Yasu caer de espaldas

-déjalo – gruñó molesto, no solo porque el castaño liberaba lágrimas de dolor. La mayor parte de su ira era por el corazón gentil que jamás terminaba de tener rencor hacia alguien

-no

-intentó matarte – rol se había posado en su hombro y las esferas desaparecido

-pero… – se calló al escuchar un grito. Ambos miembros de Vongola levantaron su vista al cielo, el muchacho pataleaba mientras caía sin control, de pronto se giró y unió sus manos, una flama negra se formó de golpe,  desapareciendo casi instantáneamente y parando la caída del chico quien solo se aferró al barandal del segundo piso

-¡demonios! – Pronunció Yasu sosteniendo sus costillas adoloridas – NOS VEREMOS DE NUEVO… Y LA SIGUIENTE VEZ, YA NO JUGARÉ – Tsuna y Hibari vieron al chico saltar del barandal hacia el techo del local contiguo, saltar un par de veces más y desaparecer entre los tejados  

 

Hibari quiso seguirlo y morderlo hasta la muerte pero el leve agarre en su pecho era más importante “me duele… todo” susurró Tsuna mientras temblaba. Su mirada estaba perdiendo brillo, las lágrimas surgieron de aquellos ojos chocolates, era una mala señal. Hibari lo cargó entonces en sus brazos al mismo tiempo que el cielo de Vongola perdía la conciencia, el azabache chasqueó la lengua mientras a paso apresurado se dirigía al auto que cerca de allí estaba estacionado "vámonos Kusakabe" el mencionado ayudó a su jefe a colocar al castaño dentro y partieron inmediatamente, ambos ocultando la preocupación por el castaño y su estado

 

 

Continuará… 

 

 

Notas finales:

No sé ustedes, pero yo adoré la escena de Hibari. Fue hermosa

También les dejé un pequeño RL, así que completamos

¿Se dieron cuenta que el capítulo es más grande que los demás? Y a partir de aquí serán de este tamaño o más grandes jejejeje

¿Reviews? ¿Merecemos reviews?

De veras que me animan cuando dejan reviews, ruedo en mi cama y salto de felicidad XD

Cualquier, duda, sugerencia, crítica es bien recibida en reviews ^^

Actualizo para subirme el ánimo~

Les agradezco mucho leer los capítulos, nos veremos la siguiente semana

Bye~Bye~

Beshos~


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