Perdón y Humillación
Un hermoso rubio de ojos azules se encontraba saliendo de su trabajo después de un agotador día cuando fue arrastrado a un callejón.
-[Pero qué diablos sucede, este sujeto es fuerte no puedo soltarme]- pensaba preocupado.
-Cálmate por favor.
-[No, no, no y no, por todo lo que más quieras que no sea él, cualquiera menos él por favor]- Rogaba en pensamientos.
-Te soltare y por favor no hullas.
-[Orgullo no me dejes]- el peliverde soltó lentamente a su “victima” con miedo a que esta escapara, pero este no lo hizo- ¿Qué quieres? -pregunto indiferente el rubio
-Hablar contigo.
-Y por eso me arrastras a un callejón como si fueras un delincuente.
-Lo siento es que no hallaba como hacerlo sin que huyeras de mí.
-A caso vez que estoy huyendo.
-Lo siento pensé que lo harías
-Entonces significa que no me conoces bien [Por supuesto que huiría, pero ahorita no puedo hacerlo porque me vería como un cobarde] Y como que te disculpas mucho no crees.
-Lo sien… [Diablos Zoro contrólate]- Se quedó un momento callado tras de este pequeño desliz.
-Ahora si me dirás para que me “secuestraste” o te quedaras callado toda la noche.
-Yo solo… Sanji yo…- Un escalofrió invadió al cocinero, hace tanto tiempo que no escuchaba decir su nombre de esos labios que un día lo volvieron loco.
-¿Hablaras o qué?
-Quiero decirte que lo siento- soltó triste.
-Solo para eso, ya me has dicho lo siento unas 3 veces. Ahora si me disculpas creo que me retiro.
-No, espera- retuvo al rubio sujetando su mano, soltándolo rápidamente por la impresión.
-Entonces habla maldita sea que tengo mejores cosas que hacer- Sanji estaba perdiendo los nervios en ese momento quería largarse de ahí lo antes posible.
-Yo quiero que me perdones, quiero que me des otra oportunidad, quiero que no me odies, quiero que nuestra vida vuelva a ser como antes, quiero que me ames, quiero que seas mío y yo tuyo, quiero que volvamos- soltó todo rápidamente- Lo siento sabes que no soy bueno en estas cosas.
-Wow quieres muchas cosas Zoro, pero te recuerdo que el que no me dio otra oportunidad aun cuando se lo roge fuiste tú, el que quiso que te odiara fuiste tú, el que destruyo nuestra vida juntos fuiste tú, el que perdió mi amor fuiste tú y el que nunca fue mío adivina… si fuiste tú. Así que Zoro te digo yo ya no quiero volver a eso y sí, siempre has sido malo con estas cosas. Pero una pregunta ¿Y Luffy?- Roronoa se sentía a morir en esos momentos realmente fue él el causante de todo el mal en esa relación y eso lo sabía pero escucharlo de los labios del rubio lo hizo sentir como la peor escoria de este mundo.
-Luffy fue un error.
-¿Como yo?
-Tú nunca fuiste un error
-Eso no es de lo que yo recuerdo.
-Sanji lo siento, sé que todo fue mi culpa pero es que no sabía lo que realmente significabas en ese momento.
-Es cierto no sabías que podías perder, es decir quien más iba a ser tan estúpido como yo, a quien más podías utilizar a tu antojo, si disculpa no me había dado cuenta del daño que te provoque- dijo con ironía y dolor.
-Sanji tu no…
-Zoro ya basta de esto, dime Luffy te dejo, te aburriste de él, o mejor me estas engañando sigues con él pero quieres una puta y pensaste que al venir aquí yo te recibiría con los brazos abiertos, lo siento pero no estoy interesado en el puesto.
-No es eso, Luffy y yo no funcionamos porque a los días me di cuenta que él no eras tú.
-Entonces le hiciste lo mismo a Luffy.
-Él está bien seguimos siendo amigos.
-Lo siento tanto, pensé que ustedes durarían para siempre pero bueno encontraras a ese alguien algún día.
-Pero yo quiero que ese alguien seas tú.
-No, lo siento. Además si dices que a los días te diste cuenta que ya no sentías nada por Luffy porque regresaste hasta ahora, 6 meses después.
-Yo…
-Querías divertirte y luego regresar.
-NO- grito- yo tenía miedo- dijo agachando la cabeza.
-Oh por favor Zoro, tú no sabes qué es eso.
-Es verdad
-Y dime a que le tenías miedo
-A tu rechazo
-Y qué es lo que cambio para que creyeras que ahora no lo haría.
-Nada.
-jajaja- rio triste e irónicamente negando con la cabeza, tratando de reprimir todo lo que estaba sintiendo.
-Cómo puedo recuperarte, lo que sea dímelo y yo lo hare, solo dame una oportunidad Sanji.
-Ya una vez te la di y mira como terminaron las cosas- Pero se le ocurrió algo- dijiste lo que sea.
-Lo que sea- repitió.
-mmm… que tal una estrella o no mejor se mi esclavo, espera no... mejor humíllate así como lo hice yo una vez.
-Sanji si con eso tú me perdonas lo hare- y el peliverde se dejó caer de rodillas- Perdóname por favor, yo no soy nadie sin ti, mi vida no significa nada si tú no estás en ella- lloro- por favor perdóname todo el daño que te he causado, me haces falta y no sabes cuánto, me he maldecido tantas veces al recordar cómo te trate, sé que no soy nadie para pedirte esto pero por favor ámame otra vez- suplico- cambiare por ti, destrúyeme si es lo que quieres pero por favor no me rechaces, vuelve a mi- Sanji ya no quería seguir viendo, nunca pensó que el peliverde cumpliría su capricho, nunca pensó que lo haría, que se humillaría que dejaría de largo su orgullo, eso lo dejo sin escudo.
-Zoro, levántate- pero el otro no le escucho o se negaba a detenerse y siguió rogando su perdón- levántate por favor- suplico.
-Perdóname- le dijo de frente, viéndolo a esos hermosos ojos azules que contemplaba todas las mañanas al despertar de lo cual nunca se dio cuenta hasta que en su lugar encontró unos negros como los suyos, y descubrió que lo que siempre deseo ya lo había tenido.
-Zoro no es tan fácil, me hiciste mucho daño.
-Por favor perdóname
-Zoro yo te perdono- eso hizo que el espadachín se sintiera muy feliz hasta que…- pero no puedo volver a lo mismo.
-Sanji yo…
-Pero podemos ser amigos si tú quieres ¿Qué dices marimo?
-Hace tanto que no me dices así.
-jajaja es verdad.
-Está bien Cejillas pero esto no significa que me rendiré, te conquistare te lo aseguro.
-jajaja animo aunque no creo que eso sea posible [porque nunca deje de quererte]
-Hare que lo imposible sea posible- dijo agarrando la blanca mano del rubio besándola en el proceso, lo que provoco un sonrojo en la blanca tez de este.
-Zoro yo ya tengo a alguien [Créeme por favor]- rogo en su interior.
-No me importa yo hare que vuelvas a amarme a mí y solamente a mí.