Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cheerleader por Yewooki

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

:v más vale tarde que nunca(?)

Los padres de Taiga no dejaban de abrazarlo y darle consejos antes de abordar su vuelo de regreso a Estados Unidos, Daiki estaba a su lado por pedido de su novio le apretó la mano.

 

- ¿Para que querías que los acompañara?- le preguntó curioso, ya que sentía que esos momentos eran más bien familiares.

 

-P-Porque te daré una pequeña recompensa por ser mi héroe- le dijo sonriéndole suavemente, mientras sus mejillas se tornaban rosas, más valía que las horas de incomodas conversaciones con Kise y Kuroko valieran la pena.

 

- ¿Cocinaras para mí?- preguntó emocionado, la comida del pelirrojo rápidamente se había vuelto su comida favorita.

 

- Algo así- dijo sonrojándose más.

 

Tomaron el metro hasta llegar a su parada, para después caminar unas cuantas cuadras hasta que llegaron al departamento del pelirrojo, quien dejó pasar al moreno, antes de cerrar con seguro la puerta y tomar una gran bocanada de aire.

 

- ¿Te sientes bien?- cuestionó preocupado, viendo a su novio negar, antes de tomarlo de la mano llevándolo a su habitación, obligándolo a sentarse en la cama- ¿Veremos películas sucias?- preguntó moviendo sus cejas sugestivamente, antes de ver como el sonrojo en el rostro ajeno aumentaba- ¿Es en serio?

 

Taiga negó energéticamente, antes de sentarse con cuidado sobre las piernas ajenas, dejando las suyas a cada lado de la cadera ajena, rodeó con sus brazos el cuello ajeno y se inclinó suavemente para unir sus labios en un beso suave y lento, calentándose poco a poco, hasta que se alejaron con la respiración agitada.

 

- Q-Quiero entregarme a ti- dijo avergonzado, no sé sentía nada sexy, mucho menos deseable, pero algo que si sabia y sentía era que deseaba entregarse a Daiki.

 

Los ojos de Daiki brillaron como mil soles juntos, sonrió dulcemente, notando ese algo opacando los preciosos rubíes que tenía su novio.

 

- ¿Qué pasa tigre?- preguntó preocupado, acariciando suavemente sus caderas sobre la ligera playera que portaba.

 

- ¿Qué pasa si no soy lo que esperabas?- preguntó nervioso, y es que, sabía que el moreno tenía ciertas expectativas de lo que conllevaba el sexo y a él lo estaban comiendo vivo los nervios.

 

- Taiga- le llamó obligándolo a sostenerle la mira- desde el primer momento en que te cruzaste por mis ojos, ya eras muchísimo más de lo que esperaba, pensé que este sería un espantosamente aburrido año, pero entonces apareciste tú e iluminaste todo a mi alrededor, eres el sol que mueve mi mundo y me mantiene cuerdo- confesó avergonzado, escondiendo su rostro sonrojado, en el cuello del pelirrojo, aspirando su dulce aroma- nada en ti podría hacerme sentir decepcionado, excepto tal vez que me hayas engañado y tu comida, en realidad era de servicio.

 

La risa de Taiga llenó la habitación rompiendo la tensión que se había formado, con cuidado tomó el rostro del moreno, obligándolo a alejarse de su cuello, uniendo una vez más sus labios, saboreándose a consciencia, disfrutando de los escalofríos y los rápidos golpeteos de sus pechos, sus manos se deslizaban con lentitud sobre el cuerpo ajeno, memorizando cada curva, cada pequeño detalle, aún si era sobre sus ropas.

 

Cuando rompieron el beso, Daiki aprovechó para deshacerse de la molesta playera que portaba el pelirrojo, admirando por unos segundos su perfecto cuerpo, sonrió dulcemente, dándole un corto pico, antes de bajar a su cuello, donde dejó un par de besos húmedos, arrancándole un par de gemidos bajos al otro, continuó su recorrido bajando, hasta que se encontró con los pezones rosados, los cuales tomó entre sus dientes dándoles un suave jalón, para después pasar su lengua a consciencia sobre ellos, dejándolos húmedos y sensibles, para después volver a subir y besar de nuevo esos adictivos labios.

 

Taiga aprovechó el beso, para terminar empujando al moreno por completo sobre la cama, acomodándose bien, rompiendo el beso y siguiendo su instinto, apoyó sus manos sobre el pecho ajeno, comenzando a restregarse muy, muy, lentamente contra su novio, sintiendo como su bulto crecía a cada movimiento, sonrió al saberse creador de aquella erección y sintiéndose lo suficientemente desinhibido, comenzó a soltar suaves gemiditos, mientras cerraba sus ojos y mordía sus labios, estaba tentando al moreno, quien ya había llevado sus manos a su cadera, apretándola con fuerza.

 

Sin poder controlarse un segundo más, se levantó obligando al pelirrojo a quedar bajo su cuerpo, sonrió victorioso y se deshizo de su playera lanzándola, soltando un pequeño improperio ante el dolor que lo atacó, sus heridas aún estaban muy recientes.

 

-No seas bruto Daiki- le regañó el pelirrojo, con una preocupada expresión- ¿Te duele mucho?, podemos dejarlo para otro momento.

 

-Claro que no, tú me prometiste algo, y lo quiero ahora- le dijo regalándole una felina sonrisa, antes de inclinarse lentamente sobre su cuerpo para comenzar a besar desde su vientre bajo hasta su pecho, dejando un par de juguetonas mordidas por toda esa bronceada piel, saboreándolo con cuidado.

 

Taiga solo pudo dejarse hacer, se sentía nervioso, pero la mirada cargada de deseo y amor de Daiki lo tranquilizaba enormemente, llevó sus manos al rostro ajeno obligándolo a subir, uniendo sus belfos en un ósculo apasionado y caliente, mientras sus manos recorrían despacio la musculosa espalda del moreno, cuidando no lastimarlo, hasta que llegó a su pantalón, y sin romper el contacto entre sus labios, comenzó a desabrochar el molesto cinturón, para continuar con el botón.

 

-Eres un travieso Taiga- le dijo rompiendo el beso, alejándose suavemente para terminar sentándose, el pelirrojo lo vio con curiosidad, pensando que tal vez eso había molestado al moreno, pero cuando vio sus profundos ojos azules viéndolo con perversión, supo que todo lo contrario, lo había calentado aún más- quiero tus lindos labios sobre mi pene.

 

Kagami respiró profundo, nunca había pasado con nadie de los besos, y obviamente el tener el conocimiento teórico de cómo hacer una excelente mamada, era diferente a verdaderamente meterse un pene en la boca, pero tragando su ansiedad, gateó juguetonamente hasta bajar de la cama y antes de agacharse el moreno le detuvo con una seña.

 

- Primero quiero que te desnudes para mi- pidió, estaba sonrojado, eso era obvio, pero su mente pervertida maquinaba a toda prisa, el pelirrojo frente a él tenía los ojos brillantes de excitación, su cabello revuelto y sus labios rojos y levemente hinchados, de solo pensar que pronto se posarían sobre su pene, lo sintió brincar, pidiendo de inmediato atención.

 

 Mordiendo nerviosamente sus labios, llevó sus manos de forma lenta y cuidadosa por su pecho hasta su vientre, encontrándose con la orilla de su pantalón el cual abrió despacio moviendo sus caderas al ritmo de una lenta canción que no existía, cuando estuvo abierto lo bajó con cortos y sensuales movimientos, hasta quedar solo en calzoncillos, los cuales bajó lentamente, hasta quedar completamente desnudo, ante la penetrante y deseosa mirada ajena, que lo hizo temblar completo.

 

-Eres verdaderamente hermoso tigre- le dijo antes de abrir sus piernas, sonriéndole de nuevo- aún tienes algo que hacer- le dijo y Taiga se sonrojó más de lo que ya estaba, se puso sobre sus rodillas y gateó hasta quedar entre esas fuertes piernas, con coquetería brillando en sus preciosos ojos, mordió el zipper, bajándolo muy despacio, para después con ayuda de sus manos y un poco del moreno, deshacerse de esos molestos pantalones y estorbosos bóxers.

 

Pasó su lengua sobre sus labios, antes de tomar aquel erecto miembro, viéndolo con asombro, era grande, más de lo que había esperado, suficientemente grueso y palpitaba en su mano, sonrió un poco y llevó sus labios a la hendidura la cual dejaba salir el pre-semen como cascada, y dio una probada, el sabor era almizclado y fuerte, pero no completamente desagradable, metió dentro de su boca la cabeza y jugueteó con su lengua sobre la cabeza.

 

-Demonios bebé- jadeó el moreno, cerrando sus ojos, ni en su más loca fantasía, había pensado que eso se sentiría tan bien, jadeó sorprendido al sentir como Taiga abría más su boca, tragándolo un poco más- Me harás correrme- le advirtió, y vio aquellos preciosos rubíes brillar con diversión, mientras su otra mano viajaba a sus testículos dándoles un suave masaje, que lo empujó brutalmente a la orilla, sintiendo como su orgasmo se forma violentamente rápido- para con la tortura Taiga, quiero venirme dentro de ti- le suplicó y el pelirrojo lo dejó libre, pero quedando unidos por un ligero hilo de saliva.

 

-Hay lubricante debajo de mi almohada- susurró nervioso, sintiendo su piel erizarse de pura y deliciosa anticipación, el moreno sonrió y estiró su mano sacando la pequeña botellita riendo al ver su color.

 

- Fresas, ¿eh?, creo que se volverán mi fruta favorita- le dijo obligándolo a subir a la cama, quedando con su espalda pegada al colchón, mientras él se colaba entre sus piernas, se unieron un beso caliente y deseoso, para después oír como abría la tapa, y alejándose de sus labios, lo vio dejar caer una generosa cantidad del líquido sobre sus dedos, los cuales llevó a su palpitante ano, en cual se estremeció ante del frío toque- lo haré despacio- prometió, antes de inclinarse para llevar ahora él, el pene del pelirrojo a su boca, ayudándolo a relajarse y dejar que el primero de sus dedos se abriera paso.

 

Después de unos cuantos segundos, introdujo lentamente otro dedo, oyendo ésta vez una queja suave, pero después solo suspiros y suaves jadeos, los movió despacio, haciendo forma de tijera, hasta que lo sintió suficientemente relajado, para meter otro dedo, mientras él bajaba para jugar succionando sus testículos, sintiendo repentinamente un chorro de líquido viscoso y caliente bañar su rostro.

 

El rostro de Taiga fácilmente se asemejaba al color de su cabello, era tanto el placer que ni siquiera pudo avisarle al moreno corriéndose sobre su rostro, manchando también su cabello, estaba avergonzado, pero ¡no era su culpa!, Daiki era muy bueno.

 

- L-Lo siento- jadeó tratando de incorporarse, pero el moreno lo detuvo, tomó su playera y apresuradamente se limpió, sonriéndole divertido al pelirrojo.

 

-Fuiste rápido- se burló, recibiendo un suave golpe en el pecho, que le sacó un pequeño quejido.

 

-Diablos, lo siento- se disculpó de nuevo, levantándose para darle un dulce beso- acuéstate- le pidió, y sin hacerse del rogar el moreno accedió, quedando con la espalda pegada a las sábanas, con la vergüenza carcomiéndole a la par de los nervios, el pelirrojo se levantó acomodándose sobre la cadera ajena, tomó su pene y embadurnándolo con lubricante para después llevarlo con delicadeza hasta que rozara su entrada, y respirando profundo y relajándose, comenzó a bajar, suaves gruñidos escaparon de los labios del moreno, quien apretó sus manos sobre la cadera ajena, ayudándolo a terminar de bajar.

 

Taiga gimió bajito, cuando lo sintió completamente dentro, era una sensación extraña, se movió un poco, gimiendo un poco más, antes de verdaderamente comenzar con las estocadas, dejándose llevar por completo, apoyándose en la cama para tomar mayor impulso.

 

La habitación rápidamente se llenó de sus gemidos, jadeos y gruñidos, acompañados con el sonido de sus pieles sudadas chocando y su cama rechinando ante el nada común movimiento.

 

- Eres delicioso Taiga- le dijo el moreno, tomándolo con fuerza de la cadera, para poder cambiar de posiciones, arremetiendo con fuerza contra el pelirrojo, sintiendo como sus manos se aferraban con desespero a sus hombros- y muy hermoso.

 

Kagami apena y podía concentrarse en algo fuera del enorme placer que nublaba su mente y juicio, gimió alto cuando el moreno golpeó con fuerza contra su próstata haciéndolo ver la galaxia entera- ¡Ahí, ahí de nuevo!- suplicó arqueando su espalda y de nuevo penetración tras penetración sintió el choque, haciéndolo llegar al orgasmo, corriéndose en un fuerte gemido, aprisionando en su interior al moreno, quien poco después de se corrió llenándolo con su simiente, se dejaron caer, Aomine sobre su pecho, con las respiraciones agitadas y sus mentes nubladas por el efecto del orgasmo, cuando se tranquilizaron un poco y con el miembro más flácido Daiki salió de su interior, arrancándole un último gemido.

 

Se dejó caer a su lado y sin pensarlo más, Taiga se acomodó dejando que su cabeza descansara en el pecho ajeno, oyendo su corazón aún acelerado, sonrió sabiéndose el primero del moreno y con algo de esfuerzo, sería el último también.

 

- Fue increíble- le dijo con voz algo ronca el moreno, acariciando dulcemente su espalda, con suaves y delicados movimientos de sus yemas- para la próxima, pídele un uniforme de porrista a Yuriko- le dijo.

 

-No lo haré Daiki- se rió cerrando sus ojos, dejando que el sueño lentamente lo llenara- si quieres me pongo tu uniforme, sin nada debajo.

 

-Eso suena excelente- murmuró adormilado el moreno- una pequeña siesta y continuamos.

 

- ¿Continuamos?- preguntó frunciendo un poco su ceño.

 

- Por supuesto, una sola vez, no es suficiente- le dijo sonriente- lo haremos hasta que no podamos más.

 

Taiga solo pudo reír, nunca antes había estado tan malditamente feliz de formar parte de un equipo de porra, tal vez, y solo si el moreno se portaba bien, le pediría el uniforme a Yuriko para su cumpleaños.

Notas finales:

Agradezco cada uno de sus comentarios y la paciencia <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).