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Sin darme cuenta, seduje a mi guardián por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~

 

Debo decirles que actualizaré medio dormida jajajaja las pasantías no han sido sencillas, pero de todas formas estoy aquí, dejándoles lo prometido

 

Que lo disfruten~~

 

 

En la casa todo estaba de cabeza, cuando ya la bienvenida de Iemitsu pasó. Eso incluía el llanto de un padre desesperado porque recordaba la charla con el Noveno jefe Vongola, en donde declaraban a su hijo homosexual lo que conllevaba que no iba a tener ningún nieto, el abrazo protector mientras Tsuna luchaba por zafarse, concluía con el proceso de “regreso a casa”. Al final se tenía tres personas más que se unieron a la mesa en conjunto, el rubio dueño de casa, Basil y Lal que en susurros charlaba con Reborn riéndose de vez en cuando. Los antiguos arcobalenos solo estarían allí por si las cosas se ponían feas, pero estaban conscientes de las prohibiciones de aquellos asesinos “no pueden dañar civiles” esa era la regla a cumplir.

Nana sonreía mientras dejaba la carta que Yasu pensaba dejar en el buzón para entregar  Tsuna y se iba a la cocina con sus dos ayudantes, todos con curiosidad observaban como el décimo Vongola leía la dichosa carta, luego la mostraba a todos, las letras eran grandes y suficientemente visibles

 

PREPÁRATE, DEMOSTRARÉ QUE NO ERES DIGNO, TODOS A TU ALREDEDOR SUFRIRÁN

 

 

-Todos estamos en peligro… hasta mamá – se alarmó Tsuna

-ellos tienen prohibido atacar a civiles o ajenos al asunto que les compete – expresó Iemitsu y algunos soltaron un suspiro de alivio

-pero Lambo-kun sí corre riesgos – Chrome solo atrajo la atención, a su lado Lambo tembló ligeramente, la muchacha le palmeó la espalda sonriéndole apenas – pero yo lo protegeré

-al menos arreglaron todo en esta casa – sonrió Reborn mientras bebía su té, él mismo había llegado cuando Carlo reparaba la tubería que alimentaba a su bañera, se ahorró el trabajito

-pero no me gusta que conviva con Nana-san – Basil solo estaba razonando, nervioso porque ya una vez trató con Yasu y no fue una experiencia agradable, un mes de pesadillas después de ser aturdido con una ilusión

-El noveno les prohibió expresamente dañar a mi querida Nana – Iemitsu suspiró mientras bebía el contenido de su taza de un solo bocado – Yasu le es completamente fiel y cumplirá con su juramento

-por eso mamá puede tratarlos como basura y ese par no dirá nada – sonrió Reborn cuando Yasu aparecía en frente de todos

-senpai tiene toda la razón – la voz de Yasu estremeció a todos, profunda y tenebrosa – pero con ustedes es diferente – soltó una leve carcajada mientras a pasos pequeños se acercaba al grupo, tomaba la forma de un pequeño niño y saltando por la mesa se acercaba a Tsuna, quien estaba en el otro extremo

-no te atrevas a acercarte al décimo – Gokudera ya estaba a punto de agarrar el brazo del niño pero Yamamoto lo detuvo – idiota qué… - se calló cuando siguió la mirada del pelinegro observando el rostro serio de Tsuna

-¿qué pretendes al entrar a mi casa? – el castaño tomó seriedad, pocas veces lo habían visto así,  molesto… amenazador

-matarte – sonrió infantilmente dando pequeñas volteretas – y si me llevo a otros contigo… será más divertido yey~

-soy el décimo Vongola – se mantuvo firme, sus guardianes estaban controlándose para no atacar, pero por ahora una confrontación no era bueno

-¡no hasta que yo te reconozca! – le apuntó con el dedo tomando ese tono grave y adulto pero la figurilla solo sonreía, estaba jugando con sus mentes

-kufufufu~ deja las ilusiones a los profesionales – Mukuro hizo que el pequeño estuviera rodeado de serpientes, la figurilla gritó alejándose, pero un par de esos reptiles lo rodearon – es de principiantes tomar la forma de un niño – escucharon los leves gritos del niño que estaba siendo aprisionado con esos animales verdosos

-¿tú crees? – Yasu sonriente, estaba sentado en medio de Lambo y Chrome. Sorprendió a todos, pero en seguida el niño y la figura del asesino desvanecieron – pero bueno…  ahora no puedo hacer nada – Yasu se mantenía parado en el mismo lugar en la que inició la conversación

-¿por qué? – Basil soltó esa pregunta, nunca había visto a Yasu tan calmado, según los rumores era un ser despiadado, desquiciado… pero ahora estaba diferente

-porque es hora de comer – sonrió Yasu cuando Nana ingresaba con la comida y Carlo lo seguía – iré por lo demás, Nana-san – el chico desapareció después de eso

-gracias, Yasu-kun – la castaña miró a todos tensos pero ella simplemente les sonrió – el amigo de Tsu-kun es un buen chico

 

Todos comieron en silencio, preparados para cualquier ataque, el par de asesinos estaban sentados a la derecha de Nana quien solo les preguntaba cosas acerca de Italia, su vida, sus sueños, sus comidas favoritas y otras cosas. Yasu con una leve sonrisa le respondía, Carlo a su lado, elogiaba la cocina y la belleza de la dueña de casa, se veían tan normales, nadie se imaginaría que eran en realidad  dos seres que disfrutaban del sufrimiento ajeno. Reborn se reía al ver la cara de todos, claramente la nube se mantenía en un extremo. En un momento vieron a Yasu acercarse a Hibari, ofreciéndole un platillo más, sonriente… fue ignorado completamente pero eso solo causó la risa de Carlo y del propio ignorado “que lindo ejemplar” había soltado el castaño de coleta mientras se devolvía a su lugar

 

-debe ser difícil trabajar con maleantes – sonreía Nana pues Carlo le había dicho que ellos se encargaban de “enfrentar a las personas que atenten contra la seguridad de su jefe” claro que los demás solo observaban cada movimiento del par de castaños – deben tener cuidado

-es nuestro trabajo, es gratificante cuando las cosas van como queremos – sonreía Yasu mientras trataba de sostener correctamente los palillos – esto si es difícil… no puedo usarlos

-si quieres puedes tomar los cubiertos

-descuide Nana-san, deje que mi hijo siga intentándolo, parece que se divierte

-Yasu-kun, debes disculparme, los he tenido ayudándome en casa y no te he dejado charlar con Tsu-kun

-no se preocupe, no me hace falta… además ayudarla a sido divertido, he visto muchas cosas en esta casa – las palabras de Yasu fueron una indirecta para los presentes, después de todo un reconocimiento del lugar de batalla era indispensable

-seguramente tendrán cosas importantes de las que hablar, después de todo acaban de llegar desde Italia – Nana estaba pendiente del pequeño ruido detrás de ella, se giró para localizar el origen de aquello

 

-hablar con una mierda es innecesario – sonreía Yasu mientras tomaba en sus manos una de las tazas de té que antes sirvieron

-Yasu, cállate – el asesino mayor, se puso serio mientras probaba un poco más de pescado

-una maldita basura que no merece reconocimiento – presionó más la taza mientras los demás ya empezaban a tensarse y prepararse para atacar al castaño de cabello largo, Tsuna solo les detenía con un gesto de su mano – maldito bastardo

-mocoso, cierra el pico – Carlo suspiró mientras veía a los demás mirarlos con odio, la bomba iba a estallar

-una puta barata que ni siquiera pudo enfrentarme como es debido – todo pasó en un instante, Yasu mantenía la mirada puesta en Tsuna mientras soltaba el insulto, la taza se rompió en sus manos por la presión ejercida – mierdecilla insulsa – todos  los guardianes ya tenían un pie puesto para proceder a lanzarse a pelear, pero la voz de Carlo los detuvo

-¡dije que te callaras! – Carlo golpeó el rostro de Yasu y lo hizo callarse, la rapidez con que actuó ese par, los dejó sin palabras, apenas notaron lo sucedido pero ahora hasta  Reborn apuntaba al enemigo – o tendré… que castigarte – Carlo estaba arrodillado detrás de su hijo, agarrando los cabellos largos enredados con fuerza en sus dedos. Tiraba de la cabeza del menor con fuerza,  sostenía la lengua de Yasu con sus palillos mientras con un bisturí procedía a presionar contra aquel musculo rosa… pero el menor solo sonreía mientras que con un pequeño cuchillo presionaba a la garganta de su padre. Alguien debía tomar una fotografía de ese momento, nunca jamás verían a un padre y un hijo tratándose de matarse mutuamente

-qué demonios – soltó Fuuta quien aterrado temblaba ligeramente presenciando todo sin poder hacer nada

-¿cuántas veces te dije que las palabras obscenas te las guardaras?… respeta a la dueña de casa – todos apreciaron el líquido rojo que se deslizaba por la lengua de Yasu y otro hilillo de sangre resbalaba por el cuello de Carlo

-estás incumpliendo con la promesa hacia Nono – regañó Iemitsu más calmado al darse cuenta de la situación. Los ex arcobalenos ya relajados, volvieron a su estado inicial

-discúlpate mocoso – soltó a su hijo ubicándose nuevamente en su asiento ignorando la sangre

-muérete viejo – gruñó mientras encendía la llama de sol en su dedo y lo pasaba por su lengua. Carlo hacía algo parecido con su cuello, limpiando las evidencias con un pañuelo

-te cortaré la lengua, mocoso idiota – el sudor resbalaba por la cien de la mayoría de los presentes pero Tsuna, Hibari, Mukuro y Chrome se mantenían en calma, sentados y esperando la finalización de esa pelea

-en verdad lo lamento Nana-san,  a veces pierdo el control – Yasu se inclinó ante la mujer pero… ¿ella no estaba?

 

-Ara, ara~ - la castaña se giró ante ellos – lo siento pero se cayó el cuadro y estaba colocándolo en su lugar – parada de espaldas a la mesa no presenció nada del asunto, tal vez por eso algunos no reaccionaron

-me disculpo – el asesino más joven de nuevo se inclinó ante la mujer – dije algo indebido

-¿en verdad? – la castaña ladeó la cabeza y nadie entendía nada

-estaban hablando en italiano – explicó Lambo que muy tenso había roto los palillos en sus manos, estaba aterrado, el instinto asesino de ese par lo estaba dejando sin aliento y apenas lo experimentó en los momentos en que Nana arreglaba el cuadro – mamá no lo entiende

-no me di cuenta – sonrió Carlo mientras retomaba su comida con normalidad

-dejando eso de lado, me disculpo con usted Nana-san, fui irrespetuoso aunque usted no haya escuchado nada – Yasu se acercó a la mujer con el puño cerrado

-tranquilos – ordenó Tsuna quien se había tenido que morder el labio para mantenerse calmado. La escena fue riesgosa, el castaño admiró a su madre a cada momento, estaba consciente de que el par de asesinos lo hizo todo a propósito, provocarlo y rebelar  el entorno mafioso a su madre… así hasta Nana estaría en peligro – no hará nada

-pero décimo – reclamó Gokudera que ya tenía sus nudillos blancos por la presión en sus puños, quería obligar a ese tipo a disculparse por aquellos insultos

-solo observa – el capo  le sonrió forzadamente logrando que Hayato retomara su  lugar

-Nana-san… un regalo – Yasu abrió su mano ante la atenta mirada de la castaña mostrando una pequeña semilla

-¿qué es esto? – Nana quiso tocarla pero Yasu la detuvo, mientras de nuevo cerraba su mano

-es magia – sonrió mientras de nuevo abría la palma y con su otra mano hacia mover sus dedos como si insertara una energía misteriosa a la semilla, que de a poco empezaba a germinar, crecer, formar un capullo – ¿Qué flor desea? – sonrió el castaño de cabello largo, mientras tocaba el botón, que cerrado permanecía en un hermoso verde con hojas amplias y hermosas

-una rosa azul – sonrió la castaña emocionaba al ver como el capullo se abría, el primer pétalo se mostró y el brillo en la mirada de la mujer se hacía notorio

-un ramo – con rapidez más de esas flores surgió de su palma hasta que doce de esas raras plantas se mostraban abiertas, brillantes y hermosas. Todos se vieron curiosos por esa ilusión, Mukuro se burlaba por la simpleza, pero hasta Chrome veía la bella muestra que Yasu daba – para una bella mujer – sonrió al escuchar un bufido de parte de Iemitsu… ¡amaba molestar a la basura!

-y por último – sonrió Carlo acercándose y acariciando los pétalos superiores, de pronto las hojas fueron cayendo y desaparecían antes de tocar la mesa – estrellas… – aplaudió Nana y las flores se convirtieron en muchas lucecitas que ascendían al techo

-¡qué lindo! – sonreía Nana, aplaudiendo al ver su techo, un hermoso paisaje nocturno con estrellas titilantes – es maravilloso

-en honor a nuestra señora – sonrió Carlo apartándose, siendo seguido por su hijo

-por la deliciosa comida – completó Yasu sentándose en su puesto y volviendo a mostrar serenidad

 

 

Nervios, ansiedad, indignación, furia, un conjunto de emociones negativas que estaba poniéndose peor a cada momento. Hibari ya estaba harto de la situación, quería lanzarse al ataque y destruir a los herbívoros que allí permanecían como si invitados se trataran. Mukuro mantenía fija su mirada en Carlo quien le sonreía de vez en cuando “no te preocupes ilusionista, tu cabeza ya no está en nuestra lista” las palabras en susurros cuando le retiraba los platos vacíos, no solo eso, Yasu pasó a un lado de Mukuro completando la frase “porque ahora eres un guardián a prueba y eso puede ser peor aún”… el ilusionista trató de dar pelea pero la voz de Nana en casa lo detuvo. Todos en ese lugar sabían que la casa era lugar neutral, ningún conflicto podía desarrollarse alrededor de Nana y Fuuta…  “¿Por qué no me enfrentas de nuevo?” Yasu besó la mejilla de Basil que sin decir nada sintió el miedo volver a recorrerlo. Lal fue quien alejó al castaño, Yasu con una sonrisa seguía retirando los platos y se ofrecía a lavarlos… eso estaba siendo divertido de cierta forma

 

Tsuna trató de que sus guardianes se fueran, era innecesario mantenerlos juntos si ese par no iba a atacar, pero nadie se retiró, querían quedarse allí porque ya Reborn les había dicho que eran impredecibles. Lal y Reborn se mantenían juntos observando detenidamente a los asesinos, riéndose cada vez que Carlo fruncía el ceño al cruzar miradas con Iemitsu o jugando con Yasu que parecía feliz de estar cerca de sus senpais. Claro que Yasu reconocía a la peliazul desde hace mucho tiempo, los ex arcobalenos eran como un maravilloso descubrimiento para un médico “Lal-senpai… ¿puede enfrentarse a mí en algún rato libre que tenga?... será divertido” como respuesta solo recibía  un coscorrón, algo normal. Lambo y Fuuta evitaban acercarse a los enemigos, estaban muy tensos, pero cuando Yasu pasaba a su lado les sonreía de forma amable… era extraño. Hibari un par de veces trató de golpear a uno de los castaños pero lo esquivaban con habilidad, era frustrante en ocasiones. Hayato, Yamamoto, Chrome, Ryohei, Iemitsu eran ignorados completamente la mayor parte del tiempo, en parte era buena idea ya que Tsuna podía mantenerlos calmados y evitar peleas innecesarias

 

Lo más raro que en esa larga tarde se dio, fue ver a Nana peinando a Yasu, se la veía tan feliz mientras cepillaba el largo cabello castaño, mientras tanto el menor peinaba los cabellos de su padre riéndose bajito. Reborn estaba sentado junto a Lal y se burlaban al verlos, Carlo solo los miraba feo sin poder protestar y ¡partirles la cara!... “En verdad tienes un lindo cabello Yasu-kun… hubiese deseado también tener una hija” mencionaba Nana al momento de empezar a trenzar el cabello del muchacho. Yasu soportaba la risita disimulada de los tres adultos que ahora se mantenían admirando el nuevo peinado que le era regalado. Yasu respiraba profundamente mientras esperaba y al final cuando Nana se fue a atender a su esposo… “te ves muy bien” sonreía Lal y las carcajadas empezaban. Yasu solo se miraba al espejo ¿cómo diablos dejó que le hicieran algo así? Tenía una larga trenza, era normal… tenía su mechón bien definido que cubría la mitad de su rostro, muy normal… un pequeño adorno en su cabello que recogía el mechón rebelde que se escapaba, aceptable, conveniente… una pequeña flor amarilla en el lado derecho de su cabeza… horrendo y la causa de que ahora sus senpais y su padre se murieran de risa, claro que Carlo se retorcía en el piso después de haber tomado un par de fotografías. Yasu se mordía el brazo para calmar su indignación porque no podía dejar salir su furia o terminaría rompiendo todo a su paso

 

Ya las penumbras se mostraban afuera, la noche cayó hace una hora y los asesinos seguían allí como si de una visita agradable se tratase. Muchos se habían reído al ver a Yasu con su nueva apariencia y como recompensa recibían una pequeña ilusión que los hacía retorcerse de dolor momentáneo, claro que Mukuro era inmune y disfrutaba de hacer enojar al asesino que en frente de Nana era una inofensiva ovejita. Iemitsu no se alejaba de su esposa, Hibari se mantenía charlando junto a Tsuna y Ryohei… para Yasu, eso era muy interesante, al igual que ver las mini-peleas de la tormenta y la lluvia, un poco más lejos, la charla calmada entre la ilusionista, Fuuta y Basil… “anota todo eso” le susurró Carlo y claro, como buen hijo Yasu escribía todo en una pequeña libretita que no sabía de donde apareció de repente

 

-deberían quedarse a dormir – sonreía Nana cuando el par de castaños ya con su ropa normal le informaban que deberían regresar a su hotel – pero si en verdad se irán, entonces esperen un momento, les traeré un par de bentos para que disfruten de comida casera cuando les de hambre – la castaña desapareció del comedor y como por arte de magia todos los demás aparecieron en frente de los dos acusados

-si quieren matarme esta es su oportunidad – sonrió Yasu admirando a todos los presentes – estoy herido y mi movilidad es muy limitada~

-así que eres más débil de lo que pensé – Hibari se mostró entonces con sus tonfas, estaba enfadado no solo porque soportó horas con la manada, sino también porque tuvo que aguantar las ganas de una buena pelea, sentía arder su sangre – te morderé hasta la muerte

-y yo te morderé otra cosa – sonreía Yasu mientras mostraba su faceta infantil – amo a la nube y la quiero para mi~

-es mi guardián, no es algo que puedas reclamar como tuyo – reclamó Tsuna haciendo que Yasu sacara su libretita y anotara algo desconocido para los presentes – no puedes tomar a las personas como posesiones

-que rudo – se burló Carlo mientras se colocaba una capa amplia y negra que cubría su cuerpo entero, Yasu lo imitó enseguida, parecían dos parcas pues Yasu se acomodaba la capucha ocultando el peinado que aún conservaba para no decepcionar a la anfitriona – pero no nos afecta

-maldito bastardo, pagarás por hacerle daño al décimo – Gokudera era detenido por Yamamoto que sereno visualizaba al enemigo

-ustedes no debieron atacar a Tsuna de esa forma – se quejó la lluvia

-supongo que ese es el mismo discurso que todos me darán… bla, bla, bla… que fastidio – Yasu bostezó con pereza tratando de salir por la puerta correspondiente, pero la figura de Iemitsu se interponía – waaa un maldito insecto en mi camino~

-idiota, parece que nos quedaremos a jugar con ellos hasta que Nana-san regrese – Carlo jaló a su hijo para que se alejara y no cometiera locuras

-¿porque haces esto? Sawada no ha hecho nada, ¡al extremo! –

-Boss es buena persona – susurró Chrome y Lambo se mantenía unos pasos detrás de ella, Reborn estaba cerca también, manteniendo la mirada fija en todo y Lal reposaba contra una pared, ellos solo intervendrían si las cosas se salían de control

-¡y es por eso que no lo aguanto! – escupió con rabia Yasu apuntando al cielo – es un maldito pacifista… ¡no sirve para la mafia!

-interesante – sonrió Carlo anotando en su propia libreta – esperen lo anoto, el apoyo al décimo, fidelidad… bla, bla, bla, basura de emociones… listo, pueden seguir – guardaba su bolígrafo y seguía expectante

-¡alto! – ordenó Tsuna al sentir que Hibari y Gokudera  se lanzarían al ataque – ninguna pelea en mi casa

-quiero irme en paz – sonrió Yasu mientras se acariciaba su herida – ya se me terminaron mis días de plazo, ya no haré nada estúpido como lo de ayer… aunque fue divertido y me encantó que me abrieran la herida – trató de irse pero nuevamente se vio rodeado – senpai… después no me eche la culpa – admiró al ex arcobaleno  pero no recibió respuesta

-Yasu, Carlo – sonrió Lal cruzándose de brazos – par de idiotas, saben que está prohibido una pelea aquí, no me hagan enojar

-lo sé, senpai – Yasu brincó hasta estar al centro de todos – pero quiero… ¡un beso por parte de Reborn-senpai como recompensa! – todos observaron al chico… ¿cómo que un beso? Era la petición más ridícula para ese momento

-jamás – gruñó Reborn observando despectivamente al chiquillo – te ganarás una bala en medio de la frente

-qué pena – suspiró Yasu haciéndose un ovillo y su padre se le unía… ¡eso era raro! – papá, yo solo quería un beso

-me leíste el pensamiento… Lal es una mujer única – se lamentaba mientras palmeaba la espalda de su hijo

-¡cállate, Carlo! – protestó la mujer al ver la escena – asqueroso viejo del infierno, y deja el drama, mocoso bastardo sin corazón

-no me hará sentir mejor con esos halagos – se quejó Yasu sentándose en medio de la sala, ni siquiera se inmutaban al estar siendo observados, sentían la furia de todos y ellos parecían no afectados

-kufufu~ que escena más absurda – pero ver esa sonrisa sádica de Yasu le dio un mal presentimiento

-¡atrás Lambo! – la advertencia de Tsuna fue tardía, en un movimiento apresurado, Yasu golpeaba al menor y con él también arrastraba a Chrome fuera de la casa. Los guardianes más jóvenes cayeron al jardín amplio, el pasto verde disminuyó el golpe de ambos cuerpos – demonios – gruñó Tsuna queriendo atacar pero Carlo se interpuso entre todos, apuntando con dos armas

-dije que nada de ataques en la casa – protestó Lal un poco alterada pero analizando las posibilidades de ataque

-y no lo hago dentro de la casa – pues Carlo estaba parado en el césped mientras ya sentía el ataque de la nube y de la niebla

-un paso más y los degollaré  – sonreía Yasu mostrando las navajas en el cuello de los caídos que impresionados permanecían inmóviles

-¡basta! ¡Suéltalos! – Ryohei estaba en pose de ataque mientras veía a la nube querer atacar pero Tsuna lo tomaba del brazo deteniéndolo y Mukuro era detenido por Yamamoto

-solo quiero charlar un poco – Yasu sintió un dolor en el brazo, sabía que la ilusionista no se quedaría tranquila – quieta o… mataré al pequeño – se guardó la navaja con rapidez y en su lugar apretó el cuello de Lambo levantándolo para apoyarlo en su pecho y mostrarlo a los demás

-está bien – susurró la muchacha sintiendo como su cuello era rozado por el arma blanca, un frío le recorrió la piel y después solo sentía que su cuello también era apretado, poco a poco fue obligada a levantar su cuerpo

-¡suéltalo! – gruñó Reborn al ver los rostros adoloridos de los prisioneros, entonces apuntó a Carlo – dile a tu hijo que…

-el tiempo de prueba… comienza – susurró mientras apuntaba a Reborn. Carlo podía ver como los guardianes más problemáticos eran detenidos y le daba gracia, no podía ver a Yasu pero adivinaba que estaba torturando a los pequeños, un solo movimiento en falso y su pobre hijo tendría dos cadáveres a sus pies  – no se meta, Reborn-san

-¡basta!...  calma – sonrió Yasu observándolos a todos mientras analizaba el rostro del más joven, tenía que anotar las reacciones de cada uno de los que permanecían estáticos dentro de la casa – solo quiero decirles algo, pero los prisioneros… – miró a Lambo que gemía dolor – es para que eviten tratar de matarme o será aburrido…

-¿temes que te hagamos pedazos? – sonrió Mukuro viendo a su querida Chrome siendo amenazada, incluso ya sentía un poco de sangre derramarse por lo apretado de sus puños

-no me gusta las victorias sencillas – Yasu hizo rabiar a más de uno, pero de pronto sintió un golpe en su nuca que lo hizo soltar el agarre de sus prisioneros, la ilusionista alejó al castaño del mocoso y lo derribó – que ruda~ – se burló cuando tenía a la muchacha encima de él intentando ahogarlo, Yasu le dio una bofetada que resonó en el frío de la noche, forcejeó hasta que ahora la chica estaba debajo de él

-¡quietos ahí! – amenazó Carlo escuchando toser al más joven de los guardianes – o las cosas se pondrán feas – retrocedió dos pasos para aumentar su rango de ataque. Gokudera ya se había acercado bastante y Carlo le disparó a los pies haciéndolo retroceder nuevamente

-¡Lambo, retrocede!… – Tsuna vio caer al muchachito, al menos ya no estaba en manos de aquel demente pero Yasu le lanzó algo que hizo al ojiverde quejarse – ¡Lambo! – quiso correr a ver que sucedió con el menor pero…

– Solo fue un relajante, está consciente… no siente dolor pero no se moverá – explicó Yasu que mantenía a la muchacha sujeta por el cuello

-no le hagas daño – Mukuro estaba preocupado por la chica pero sonrió al ver como la pequeña Chrome abofeteaba al atacante

-… - Yasu le devolvió el golpe con el doble de fuerza ante el desconcierto de un castaño que dispuesto a atacar encendía sus llamas y un Mukuro que ya saltaba en contra de Carlo – ¡lamentablemente me importa una mierda que seas mujer! – levantó su voz mientras de nuevo asestaba un golpe fuerte, se reía ante la actitud protectora de todos quienes ya atacaban a su padre, chasqueó los dedos en frente de la ilusionista y la dejó allí… Yasu podía escuchar los disparos de su padre y le ayudó disparando también

-¿qué le has hecho? – reclamó Mukuro mientras escuchaba a Chrome quejarse bajito

-perdió el control – sonrió Yasu mientras balanceaba las dos armas que sostenía y apuntaba a los pies de los guardianes – sus órganos ya no existen – se sentó a lado de la chica, para picar con un palito el cuerpo que se estremecía, mientras escuchaba a su padre reírse divertido

-¡atrás o la haremos sufrir mucho más! – exclamó Carlo pero al carcajearse por ver la expresión horrorizada de los presentes dejó de apuntarles

-¡qué demonios! – los demás ya no aguantaron, atacaron a Carlo y este solo les lanzó unas agujas que la mayoría esquivó, Tsuna ya se los había contado… no era conveniente recibir una de esas cosas, lástima que Basil en una imprudencia recibió una directamente en su brazo derecho – maldición – susurraba Tsuna que frustrado se mantenía quieto admirando todo con impotencia

-un mes – sonrió Yasu mientras seguía jugando con el cuerpo de la muchacha que mostraba ya el vientre hundido y emitía sonidos debido al dolor – o si quieren más tiempo pues…

-tres meses – habló Tsuna con autoridad – estaremos preparados en ese tiempo

-me llevaré a la chica – sonrió Yasu tratando de levantar a la ilusionista, pero un leve golpe lo detuvo

-¡suéltala! – Lambo apenas podía moverse pero logró lanzar una piedrecita – basta… – escuchaba los quejidos de Chrome y estaba desesperado… verla sufrir era más desesperante

-valiente – sonrió el castaño de coleta mientras dejaba a la chica y se acercaba a Lambo – pero… las agallas no sirven si eres una basura – sonrió agarrando del cuello del menor  y levantándolo del suelo

-prefieren dolor intenso o parálisis – sonreía Carlo mientras mostraba muchas de esas agujitas entre sus dedos – dejen hablar al idiota de mi hijo, les puedo asegurar que les interesa escuchar

-¡deja a la vaca estúpida! – Yasu sintió el arma a un lado de su cabeza y sonrió, le gustaba la agilidad de su senpai, se había deslizado en silencio incluso atravesando la defensa de su padre

-tres meses… debería hacerse cargo del mocoso, senpai – lanzó a Lambo para que Reborn lo tomara en brazos – eso es todo, papá…  ya vámonos

-que aburrido – sonrió el mayor alejándose de los que enseguida querían atacarlo, se acercó  hasta la chica ignorando la amenaza y lanzando las agujas sin fijarse en su objetivo  – si quieres quitarte esa debilidad… – susurró haciendo que Crome lo mirara – ven con nosotros – colocó una tarjeta en el pecho de la chica que empezaba a retomar el control de sus ilusiones y volvía a crear sus órganos

-les daremos un tiempo muerto, en tres meses regresaré… hasta entonces cumpliré con el encargo – Yasu los miró a todos una última  vez mientras se paraba a la parte más alejada del jardín, su padre se colocó a su lado para imitar la pose desinteresada del menor  – Iemitsu… empezaré con ese asunto, puedes decirle eso a Nono

-se enfadará cuando sepa de esto – gruñó el rubio mayor mientras se mantenía parado con los brazos cruzados

-no lo hará – sonrió Yasu mientras se recargaba en el hombro de su padre y suspiraba  – yo pedí permiso primero

-quien dijo que te iras así sin mas – Yasu esquivó el golpe de una tonfa y saltó lejos… ¡eso era hermoso!

-si alguien quiere matarme antes, puede hacerlo – sonrió el castaño de coleta mientras retrocedía evadiendo los ataques de la nube – pero este día ya no quiero pelear, estoy cansado… mañana jugamos, linda nube – sonrió mientras volvía junto a su padre

-cobarde – gruñó molesto pero a la vez emocionado pues parecía que Yasu era más ágil que la última vez que lo vio

-las provocaciones no van conmigo… no me afectan – Yasu le sonrió a la nube

-si la alondra no te mata, lo haré yo –  ambos asesinos esquivaron a Mukuro y se posaron en la pared que limitaba la casa con la calle

-tres meses y al primero que busque… será al mocoso – Yasu solo bostezó y su padre le dio un coscorrón

-ya basta, suelta la ilusión – le retó, fastidiado porque esas cosas no le gustaban – no podemos quedarnos más tiempo

-está bien… – Y todo se tornó oscuro para después mostrarse la escena real, todos en el comedor como antes de que empezaran a hablar –… pero fue divertido y algunos creen que el efecto es real… bueno las heridas de algunos sí son reales – miraron a Lambo que seguía sin moverse ahora sentado en contra de la pared, Basil se mordía el brazo aguantando el dolor y Chrome seguía agitada volviendo a la normalidad

-Carlo-san, Yasu-kun aquí tienen – sonreía Nana ingresando al comedor viendo a todos con los rostros serios – ¿sucede algo?

-solo me despedía pero dije algo errado, lo lamento – sonrió el castaño de coleta tomando el lindo arreglo que le ofrecía la castaña. Podía ver a la basura de Tsunayoshi dar órdenes a sus guardianes, claro algunos estaban heridos, no sería bueno que Nana se diera cuenta

-Nana-san fue un placer compartir el día con usted – Carlo se inclinó hasta poder tomar la mano de la castaña y besar el dorso suave – grazie

-gracias por todo – sonrió Yasu imitando a su padre, Nana solo se sonrojó en respuesta – nos veremos en otra ocasión

 

Sin mirar a nadie  salieron de la casa, la calle les dio paso a que al fin se pusieran las capas negras y colocar las capuchas para confundirse con la oscuridad. Cierta nube los persiguió pero eso era cosa aparte

 

 

Paz momentánea…

 

 

Tsuna aprovechó el pequeño momento de distracción de su madre para ordenar el traslado de los heridos, Mukuro se llevó a Chrome en brazos, Reborn cargó a Lambo que se quejaba bajito, y Fuuta ayudó a Basil a pararse y retirarse en silencio, el castaño presenciaba la despedida de aquellos asesinos. Eran tan naturales que nadie sospecharía nada, Tsuna estaba un poco perturbado debido a la ilusión en que cayeron sin darse cuenta,  se sentía impotente al no haber protegido a sus amigos… todavía podía sentir el terror en su piel, la mirada de Yasu… estaba empezando a odiar esos ojos

 

Mukuro recostó a la muchacha en la amplia cama del cielo, acariciando los cabellos de Nagi quien todavía estaba sufriendo al recuperarse, no entendía cómo diablos Yasu pudo hacerla perder el control, solo fue un chasquido de esos dedos, la sonrisa maliciosa, no lo vio encender llamas o algo por el estilo. También estaba esa ilusión, por momentos él mismo creyó que lo que pasaba era real, era casi imposible pero sabía de la fama de esos dos, no sería tan raro que sus habilidades en ilusiones fueran decentes, no perfectas pero bastante realistas… escuchó muchos rumores acerca de la tortura mental que ellos eran capaces de aplicar, pero no creía que pudiera perder ante ellos, eso sería golpear su orgullo. “Mukuro-sama, estoy bien, solo un poco cansada”. Chrome al fin podía sentirse completa, no estaba segura de lo que le hicieron pero no quería volver a repetirlo, apreciaba el cuidado que el mayor le daba, cerró los ojos para relajarse, tal vez dormir un poco le ayudaría, pero se hallaba pensando en aquellas palabras “si quieres quitarte esa debilidad… ven con nosotros” ¿acaso se refería a su carencia de órganos? No sabía nada acerca de la sombra de Vongola así que ese ofrecimiento carecía de sentido…. Pero era tentador, así que lo investigaría un poco 

 

 

Fuuta estaba preocupado por Basil quien aún se quejaba y sudaba, el dolor debía ser insoportable. Se hallaban en la habitación que ocuparía el mayor, Fuuta tomando un pañuelo procedía a colocarle compresas para bajar la temperatura del herido “gracias, Fuuta-kun… lamento dar problemas” respiraba con dificultad y sus expresiones mostraban dolor, preocupando así al jovencito “si te duele mucho puedo llamar a Tsuna-nii y te llevaremos a un hospital” ofreció Fuuta pero el otro se negó,  así que al menor solo le quedaba atenderlo lo mejor posible  y evitar que sus manos siguieran temblando, tenía miedo por lo que en un futuro pudiese suceder. Fuuta recordaba cuando todavía hacía rankings en su infancia, tal vez no recordaba todas las listas con detalle, pero algunos nombres se le venían a la cabeza… Yasu y Carlo Dattani ellos encabezaban una lista especial “asesinos desconocidos bajo encargo” aquellos que se ocultaban en las sombras y solo eran conocidos por los más poderosos, asesinos exclusivos y letales, lo peor de todo era que el menor de ellos permanecía entre los primeros diez de “los asesinos más jóvenes” no recordaba los detalles ni su posición, pero con esa pequeña información ya era para ponerse en alerta, se lo diría  a Tsuna en cuanto pudiese

 

 

 

Reborn en silencio dejaba a Lambo en su respectiva cama, el menor estaba inconsciente y seguramente no despertaría hasta en algunas horas, tenía heridas pues entre toda esa ilusión pudo ser que de verdad el mocoso de Yasu lo golpeara. Con paciencia se encargó en curar cada herida significativa, la del labio se veía dolorosa, seguramente el propio Lambo se había mordido debido a la desesperación, el cuello tenía las marcas de los dedos que trataron de asfixiarlo. Reborn vendó el brazo derecho del menor, que tenía una cortadura de unos cinco centímetros ¿Cuándo se hizo eso? La ilusión fue bastante perturbadora como para darse cuenta de lo que en realidad pasaba, así que no tenía una maldita idea de cómo esa vaca estúpida se hizo ese corte, pero ya se desquitaría con aquel par de dementes. Ahora lo que le preocupaba era el entrenamiento que le daría al mocoso, por el honor de los Vongola, Lambo debía conseguir la maldita aprobación de la sombra y él se encargaría personalmente de darle una buena rutina para quitarle lo debilucho

 

 

 

Un poco oscuro…

 

 

 

-anotaré eso, seguro y Yasu-sama le gustará saber – cierta persona encapuchada escribía su observación en una libreta, permanecía lejos de la casa de los Sawada pero con los binoculares apreciaba la escena que Reborn protagonizaba – ¿tú qué opinas, Matt?

-que es raro – otra figurilla reposaba a pocos pasos también investigando –parece que está preocupado por el guardián del rayo – ellos podían ver como el mayor acariciaba la mejilla del que permanecía inconsciente – Liliana, ¿qué opinas sobre toda esa batalla?

-Yasu-sama pudo matarlos a todos mientras estaban en esa ilusión, ese corte lo hizo mientras Carlo-sama mantenía la ilusión por unos momentos breves, le gusta jugar

-¿recuerdas cuando nos hirió en medio de una ilusión?... estuvimos a punto de desangrarnos

-fue divertido… y no cabe duda que Yasu y Carlo se conocen demasiado bien – sonreía la muchacha con picardía mientras guardaba sus apuntes – pero ahora tengo hambre

-quiero ver lo que pasa con los demás – Matt parecía serio mientras se colocaba en la boca uno de los dulces que compró en el camino – me quedaré un rato, si quieres adelántate

-¡creo que me quedo! – se exaltó la muchacha mientras miraba algo con interés – mira que el tal Ryohei está hablando con Tsuna, anotando, anotando… ¿será verdad lo que nos dijo Carlo-sama?

-¿lo que debemos verificar sobre sus sexualidades? – la verdad poco les interesaba eso pero trabajo era trabajo

-no, eso no – se quejaba mientras seguía observando por los binoculares

-¿entonces qué?

-¡que Nana Sawada hace la mejor comida del universo! – sonreía con emoción pues podía ubicar la cocina, tenía mucha curiosidad

-¿quieres robarte un poco y probar? – secundó interesado pues Carlo no siempre halagaba a una persona

-pero nos matarán si descubren que nos acercamos mucho

-te reto… ¿o acaso careces de valor, maldita bastarda? – miraba a su compañera de forma retadora

-ya me adelanté, puto cerdo – se reía la chica quien ya saltaba al siguiente techo dejando atrás a Matt

-yuju~ comida – la siguió sin dudarlo, después de todo… tenía hambre

 

 

Día…

 

 

El sol se mostraba con timidez, algunas nubes lo acompañaban, en las habitaciones todos dormían… ¡eso era una completa mentira! En realidad era de madrugada, el reloj marca las tres y media de la mañana, a pesar de que algunos si descansaban, otros no podían hacerlo. Tsuna se había quedado cuidando de Chrome quien había caído en una especie de letargo, un profundo sueño del que no quería despertar a pesar de que lo intentaron para darle alguna medicina. Algo parecido había ocurrido con Lambo, Basil era el único de los heridos que ya estaba en total normalidad caminando por la casa. Yamamoto, Gokudera y Ryohei se habían ofrecido a vigilar los alrededores solo por si lograban encontrar alguna cosa extraña que pusiera en riesgo a los Sawada o por el contrario encontrar al par de castaños para que así les explicaran qué demonios les hicieron a los guardianes más jóvenes. A pesar de que todo estaba en conmoción, la solución se presentó sola, cierto ilusionista acompañado del dueño de casa atrapó a cierto par de ratones que se hallaban en la cocina, quienes atados en manos y pies esperaban la condena por la imprudencia, se quejaban y rogaran que los soltaran, aunque las causas fueran… diferentes

 

-así no puedo comer esa cosita de ahí – se quejaba la muchacha de nombre Liliana

-lo repetiré una vez más, ¿qué demonios hacen aquí? – hablaba Iemitsu que no reconocía los rostros pero que las capas negras y las palabras en italiano que de vez en cuando los intrusos soltaban, le dio una idea

-así que son subordinados de ese par de locos – Mukuro observó que los jovencitos asintieron, la muchacha mostraba unos hermosos ojos lilas al igual que su cabello y el jovencito, quien se veía más maduro, tenía el cabello negro y ojos marrones – ¿qué quieren? Se supone que nos han dado tres meses y ustedes…

-¡no se lo digan a Yasu-sama! – soltaron al mismo tiempo poniéndole atención solo al ilusionista – ¡peor a Carlo-sama!, nos torturarán en nivel 3 si están de buen humor – parecían extrañamente coordinados

-entonces ¿que vinieron a hacer? – amenazó Reborn que curioso por el escándalo llegó a la cocina – más les vale hablar o…

-debíamos reportarnos primero con Carlo-sama pero estamos aquí solo porque queríamos saber si… - Matt hacía un puchero

-cállate, Matt – Liliana miró a Reborn y sonrió – si nos dan esas cositas de ahí soltaremos la lengua

-están dementes – Mukuro les dejó el plato de onigirirs en frente de ellos – pero antes de soltar sus manos deben decir que… - no dijo nada más, cuando observó que los chicos se lazaron como perros a tomar en sus bocas uno de los bocadillos. Los adultos solo se quedaron allí observando la escena… algo anormal

-ahora tienen que decirnos… - los menores no le ponían atención… Iemitsu odiaba eso, seguramente eran como Yasu

-delicioso – dijeron en conjunto cuando se terminaban el segundo onigiri y lamían los restos en sus labios – primero, ignoraremos a la basura – miraron por un segundo a Iemitsu sacándole la lengua – segundo, nos presentamos… soy Matt/Liliana – dijeron con sincronía – seremos sus médicos personales para asegurar que Yasu-sama y Carlo-sama tengan la mejor diversión del maldito mundo – Matt decía la primera parte de la oración y Liliana completaba la segunda, ¡era fastidioso!

-tengo 19 años – sonreía Matt mientras se rascaba la oreja con su mano derecha

-y yo tengo 16 – Liliana se limpiaba la boca con una servilleta…

-cómo demonios… – hablaba Mukuro irritado al ver la misma actuación infantil de Yasu en el par de mocosos

-no es de sorprenderse si son alumnos de Yasu – habló Iemitsu quien miraba a ambos chiquillos levantarse y lavar el plato que ensuciaron – y al parecer no me tomarán en cuenta… odio a su líder, escucharon mocosos

-espero que no se le ocurra insultar a Yasu-sama – hablaba Liliana con su compañero – caso contrario tendremos que defender el honor de nuestro jefe y nos ganaríamos un regaño

-ignóralo – susurró Matt quien se mostraba más serio que la más joven – además necesitamos verificar el estado de la muchacha y ese muchacho pequeño, el narcótico en su sangre puede afectarles

-¿narcótico? – habló Reborn atrayendo la atención del par – ahora mismo me dirán qué es lo que les dieron a vaca estúpida y a…

-senpai – sonrieron ambos mientras se colocaban en frente de Reborn – no es grave, solo que Yasu-sama a veces olvida que los efectos varían dependiendo de cada persona, al parecer los heridos no respondieron bien a los elementos presentes en…

-dijeron que serían los médicos – habló Mukuro mientras agarraba la capa de ambos impidiendo que sigan hablando y los obligaba a seguirlo – me interesa muy poco sus explicaciones médicas, quiero que reparen el error ahora mismo

 

 

Los chicos permanecían en silencio mientras lo seguían, detrás de ellos Iemitsu y Reborn charlaban sobre el par de médicos que ahora estarían a su disposición “nuestro sensei no es Yasu-sama, tampoco Carlo-sama, pero somos los favoritos para las misiones suicidas” sonreía Matt mientras explicaba, aquella sonrisa no era infantil, era gentil y honesta, algo muy raro, aunque tampoco era como si supieran más acerca de la Sombra

Al llegar a la habitación el par de médicos ignoraron a todos los presentes. Tsuna y sus guardianes preocupados por la salud de su amiga permanecían en vigilia. Liliana y Matt por su parte se encaminaron directamente hasta Chrome revisándola de pies a cabeza, con seriedad escuchaban los latidos, verificaban la reacción de las pupilas, los instrumentos aparecían de entre sus capas y estaban tan bien coordinados que ni siquiera se hablaban, cuando al parecer terminaron, con simpleza sacaron un frasquito y colocaron la respectiva inyección en la muchacha. Todos pensaron que terminó la revisión, pero de repente los chicos empezaron a jugar… ¿jan, ken, po?… ¡las locuras no terminaban!... a pesar de que los presentes lanzaban preguntas ese par parecía no escuchar… así eran ellos

 

 

-respondan, ¿Qué demonios hacen? – rugió Mukuro fastidiado y se ganó un par de sonrisas

-Mukuro-san debe ser paciente, al parecer existe un conflicto en la ilusionista de nombre Chrome – explicaba Matt quien al parecer había ganado el jueguito – su ilusión no es perfecta y está afectando a la salud de la señorita

-¿cómo que la ilusión no es perfecta? – se molestaba Mukuro pues era un ilusionista nato, superaba a cualquiera y su mayor orgullo era la muchacha que ahora permanecía dormida

-hay algunas conexiones nerviosas, venas, arterias que no existen y eso podría causarle la muerte, la repararemos en seguida – Liliana sacó un arma y empezó a apuntarles a todos – pero necesito que se larguen de una maldita vez, no mostraremos nuestro trabajo a nadie que no se lo merezca

-senpai y Mukuro-san pueden quedarse – habló Matt calmando a su compañera – espero lo comprendan – reverencio al resto

-¿cómo sabemos que ustedes son de confianza? – Ryohei se hallaba serio, preparado para cualquier cosa

-porque Nono nos envió – contestó Matt con simpleza y los demás se relajaron un poco, ya sabían que la lealtad de esos tipos estaba por sobre todas las cosas

-¡oye! se supone que no debemos hablarles a estos – bufó Liliana recibiendo un golpe por parte del mayor

-creo que debemos acostumbrarnos a hacerlo, después de todo estaremos a cargo de su salud a partir de ahora – Matt tomaba un aire sereno, muy parecido a Carlo, se notaba que era el mayor de los dos recién llegados

-entonces quiero quedarme – Tsuna se veía desconfiado, en estos momentos su intuición le fallaba y sentía el peligro en todos lados. Gokudera y Yamamoto a su lado trataban de reconfortarlo pero de poco servía

-lo lamento pero ese derecho nosotros lo cedemos al quien se lo merece, retírese por favor – insistió mientras con la mirada pedía ayuda a su senpai. Reborn en seguida sacó a los presentes – deberían confiar más en sus médicos personales – fue lo último que dijo el pelinegro antes de ver a todos salir

 

Apenas se vieron en soledad, Matt se sentó en el vientre de la chica, Mukuro trató de quitarlo pero Reborn lo calmó justo a tiempo, Liliana les explicaba que era el proceso normal. El chico se veía concentrado mientras colocaba sus manos en la piel expuesta del vientre de Chrome, se mantuvo así mientras de sus dedos brotaba las llamas de la niebla, cuando terminó abofeteó levemente a la muchacha, quien en seguida abrió sus ojos “recuerda el nuevo orden de la ilusión” fue lo que dijo mientras se levantaba sin dar explicación alguna “pero si fuera tú, yo aceptaría la oferta de Carlo-sama” le susurró en el oído antes de salir de la habitación junto con Liliana. Mukuro se quedó con la chica aliviado al verla despierta y preguntando qué tantos cambios había en los órganos ilusorios… dejaría la furia a un lado para poner atención a su querida Chrome  

 

Liliana fue la que se encargó de Lambo, bajo las mismas condiciones y repitiendo el hecho anterior, la única diferencia fue el corte en el brazo que el más joven tenía, la chica explicó cómo se realizó aquel corte y luego enfocó sus manos en esa zona vendada, el tiempo se extendió bastante, Reborn se mantenía apoyado en la pared admirando todo el proceso. Matt jugaba con un cigarro mientras observaba por la ventana, parecía no importarle mucho aquel asunto. La espera valió la pena cuando la piel del jovencito quedaba intacta sin rastro alguno de maltrato y al fin el muchacho abría sus ojos, el par de intrusos reverencio a su senpai, otorgándole una tarjetita con un número y salieron por la ventana, desapareciendo con una única frase…

 

-no dude en llamarnos  si nos necesita… por favor que esta noche quede entre nosotros, las sombras permanecen en silencio y hemos roto ese pacto, el castigo que nos espera va a ser cruel – cuando Lambo y Reborn estuvieron solos, un silencio incómodo se dio entre las dos personas en la habitación – por cierto… creo que usted tiene buen gusto Reborn-senpai, la piel es tersa, músculos firmes, contextura delgada y se nota que se convertirá en un gran hombre – comentó Liliana quien regresó de repente, sonrió divertida al ver la molestia en el hitman y antes de recibir un disparo decidió mejor saltar y desaparecer

-mocosos idiotas – gruñó molesto mientras cerraba las cortinas

-Reborn… me puedes decir qué rayos pasó – Lambo se sentó un poco mareado, sus músculos le dolían pero al menos no estaba herido, escuchó un susurro mientras estaba inconsciente, la voz de una muchacha que le aseguraba que solo lo estaba curando… al parecer era otra de esas personas extrañas

-¿no recuerdas nada, vaca estúpida?

-déjame ver, estábamos en la cena… Yasu, Carlo se iban a despedir pero después nos atacó y…

-te desmayaste – veía al ojiverde un poco confundido, en parte se veía adorable… ¡pero en qué rayos pensaba!

-me atrapaste – hizo un puchero leve  mientras muchas imágenes le llegaban – que horrible

-¿te quejas de que te haya ayudado? – hablaba con seriedad tratando de ignorar las expresiones de Lambo

-no es eso – se volvió a recostar mientras suspiraba – me refiero a que tengo tres meses antes de que ese maniaco intente matarme – se revolvió el cabello, estaba más que frustrado, mejor dicho… asustado

-tienes que superar la prueba – el mayor se sentó al borde de la cama evitando mirar al chico, ya muchos conflictos tenía mentalmente como para añadirle preocupación por Lambo

-soy débil… ¿cómo demonios lo voy a hacer? – quería que la tierra se lo tragase o que mejor se tragara a Yasu y Carlo

-seré tu tutor y te volverás… - miró al menor por unos segundos, se perdió en el miedo en aquellas esmeraldas – fuerte

-¿en tan poco tiempo? – gateó hasta poder sentarse junto a Reborn, abrazó sus propias piernas… tenía miedo era obvio – ni tú lograrás hacer eso

-¿dudas de mis capacidades? – Reborn se peinó los cabellos que sin la fedora podían admirarse negros, brillantes en ocasiones debido a la luz

-dudo de mí – suspiró profundamente mientras entrelazaba sus dedos y los apoyaba en sus rodillas

-idiota, con esa actitud cualquiera se volvería un perdedor – posó su mano en la cabeza de Lambo presionando hasta que el menor se quejó

-no seas rudo – apartó la mano de su cabellera – sé que eres buen maestro – confesó mientras se sentaba como era normal –… escuché la historia de los arcobalenos, aun no creo todo eso… era solo un niño cuando todo pasó y aun así aquí te veo como un adolescente de 15 años cuando deberías ser menor que yo… deberías parecer de diez años

-¿por qué hablas acerca de eso? – le reprochó. Lambo se veía tan indefenso, ni rastro del mocoso fastidioso que había sido a los cinco años

-no sé… supongo que yo también quisiera crecer así de rápido –

-idiota – se ganó una mirada enfadada por parte del más joven – solo quiero recuperar mi edad normal pero no se puede

-serás un anciano – sonrió forzadamente tratando de darse un poco de diversión pero era imposible

-aquellos asesinos son especialistas en medicina… a todos los ex arcobalenos nos han dado la posibilidad de crecer hasta alcanzar los 18 años mediante uno de sus tratamientos, en un año o un poco más completaré esa edad – Reborn no supo ni porque le decía eso a la vaca estúpida, aunque nada tenía sentido esa noche – después de eso creceré como todos los demás

-ellos son eruditos – Lambo apretó sus puños con frustración – eso me pone más nervioso

-tienes que demostrar que eres fuerte, nunca te exigieron que ganes

-¿a qué te refieres? – lo miró con duda, ¿acaso estaba tratando de reconfortarlo?

-ellos solo quieren saber qué tan apto eres para el puesto de guardián del rayo

-pero dijeron que querían matar a Tsuna-nii

-si Tsuna les demuestra que es un líder sin comparación, ellos se inclinarán ante el décimo Vongola, pero Yasu se pondrá mucho más exigente con él porque no lo tolera… no trates de entender a esos imbéciles, nadie llega a entenderlos totalmente

-me duele la cabeza – se quejó mientras trataba de que los mechones largos dejaran de molestar, tal vez de verdad necesitaba cortarlos

-escúchame vaca estúpida – no miró al menor, cerró sus ojos relajándose un poco – te entrenaré hasta que puedas defenderte solo, pero necesito que tu mente esté preparada… no tenemos tiempo así que deja  de lado tus inseguridades

-Es difícil – ni siquiera le importaba los insultos, no estaba de ánimos para discutir

-Tsuna se preocupa por ti, pero te tiene confianza así que corresponde a eso

-lo haré – Lambo sonrió débilmente

-sigo sin escuchar confianza en tu voz – golpeó la cabeza de Lambo, tampoco iba a ser suave con el mocoso

-¡lo haré! – intentó sonar más animado pero…

-patético – empezaban una discusión entre ellos, al menos la tensión que había fue desapareciendo

 

Afuera de la habitación se encontraba cierto chico quien por órdenes de Tsuna fue enviado a averiguar si Lambo ya estaba bien, Basil se había quedado escuchando por simple curiosidad pero en cuando percibió que todo terminaba se alejó en silencio. Algo percibió en esa conversación, aunque si le dijera a alguien pensaría que estuviera loco. Reborn y Lambo no dijeron nada raro, nada en particular, pero se notaba un poco de cariño en cada palabra, a pesar de los insultos y las rudas frases o acciones, ese par se entendía… sonaba loco, tal vez no tanto… “pero en que estoy pensando” se dijo a si mismo pero al bajar las escaleras seguía dando vueltas a ese comportamiento, de cierto modo se parecía a las conversaciones cortas que tenía con aquel muchacho de ojos avellanas “pero no puede ser, tal vez solo confundo las cosas” sacudió un poco su cabeza para quitarse esos pensamientos, debía aclarar su mente antes de ir a informarle a Tsuna que todo estaba bien

 

Continuará… 

 

 

 

Notas finales:

¿Merece review?

 

jaja, antes de nada debo disculparme por no contestar reviews, apenas he tenido tiempo y puede que demore en hacerlo, es más... en mi otro fic llegamos a los 50 reviews, muajjaja, triunfa el mal, le haré mención especial al 50avo review y aceptaré una de sus ideas.... bueno me desvié del tema XD

El hecho es que ni hoy ni mañana podré contestar, tal vez el fin de semana, pero me encanta leerlos porque se que están por allí con ansias de otro capítulo, y eso me emociona

 

Nos veremos la siguiente semeana!!!

Muchas gracias por todo

Besos~~~


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