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Sin darme cuenta, seduje a mi guardián por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~~~~~

Debo disculparme, pero he tenido poco tiempo libre ultimamente, universidad sobre todo, es agotador 

 

Bueno, bueno, no quiero cansarlos más y espero que disfruten de este capítulo

 

Lunes, hermoso y lindo día, amaban los lunes… no tanto, dependía del desayuno que preparaba mamá. Esa mañana era un lindo tamagoyaki cuyo adorno era una linda carita feliz, arroz blanco, y el aroma a café para que Iemitsu degustara, una taza también estaba servida para Reborn. Mamá solía dársela en la mañana únicamente, pues decía que la cafeína evitaba su desarrollo normal… Reborn nunca protestó, mejor dicho no podía protestar, era la dueña de casa después de todo, la mujer amable que siempre los cuidó como a su propia sangre. Lambo esa mañana tenía una bandita en la nariz, según había contado, tenía un corte profundo que Liliana no quiso curar porque decía que para no dejar marca, era mejor hacerlo con lentitud, tampoco iba a protestar por aquello ya que no tenía ni la más mínima idea sobre temas médicos. Fuuta sonreía mientras comentaba sobre el festival de Tsuna, todos acordaron en visitarlo en cuanto lograran escapar de las clases. Basil un poco callado solo degustaba de aquel desayuno, la noche pasada había recibido órdenes de encontrar la guarida de los asesinos, no sería fácil pues tendría que seguirlos, ellos simplemente jugarían con él, de eso estaba seguro. Lal se burlaba de la mala cara que Iemitsu tenía porque Nana comentaba lo buen ayudantes que Carlo y Yasu eran, que debía invitarlos a cenar en otra ocasión e incluso comenzar a preparar recetas de la natal Italia de ese par, para darles un pequeño trocito de su tierra, era buena idea

 

-I-pin y yo te alcanzaremos después de las tres de la tarde – sonreía Lambo al pensar que le permitieron el día libre en esa ocasión, solo porque Tsuna participaría en varias tareas, y todos como tradición lo visitaban – también llevaremos a Bianchi

-creo que a esas horas estaré en la cafetería – meditaba Tsuna con un poco de duda, pues no estaba seguro a qué hora terminaría con esa tarea, pero sabía que al final tendría que hacer ese cosplay… del cual no había visto el disfraz

-Tsuna-nii… primero jugarás shoji, ¿verdad? – preguntó Fuuta mientras pensaba en que jamás había visto al castaño jugarlo – pensé que no sabías jugar

-aprendí con Gokudera-kun – sonreía divertido al recordar el lío que fue aprender ese juego, el peliplata era demasiado inteligente, estrategias, movimientos, todo… le costó mucho acostumbrarse, y pero aún ganarle un juego. Sería divertido volver a practicarlo de vez en cuando y sentir esa incertidumbre de ganar o perder

-así que eso fue – murmuró Reborn quien mostrando desinterés cambiaba de página en el periódico que leía… el cual curiosamente era de Italia… ¿de dónde lo habrá sacado? – pensé que serías el hazme reír de ese evento – comento con burla observando el leve mohín que Tsuna hacía… había ocasiones que ese lado tierno de su alumno salía a flote

-siempre tan gruñón – Lambo se calló al momento de recibir una mirada molesta de su actual tutor, esa mirada que lo cohibía y le mandaba un escalofrío a la columna vertebral

-cállate, vaca estúpida – gruñó por lo bajo, pues no quería que Nana lo escuchara. Lo vio tensarse y apartar la mirada, ese cabello largo le estaba fastidiando pues le daba la sensación de que el mocoso estaba siendo afeminado – y córtate ese maldito cabello

-de nuevo con eso – se quejó haciendo un leve puchero – pero creo que tienes razón – enredó uno de sus mechones entre sus dedos, suspirando – quería dejarlo crecer

-¿por qué? – fue Fuuta quien se atrevió a preguntar – es raro que lo tengas así de largo

-a I-pin le gusta mi cabello – sonrió divertido al recordar que acordaron que se dejarían crecer el cabello y después lo cortarían para donarlo a una asociación de personas con cáncer… fue solo porque vieron un reportaje en la televisión pero al final terminaron acordando aquello – por eso…

-me importa muy poco porque lo hagas… pero te lo cortarás – ordenó Reborn, de nuevo estaba de mal humor, el solo escuchar esa absurda razón, le ocasionó… algo, algo que comenzaba en su estómago y lo enfurecía, sea lo que fuere no le agradaba ni un poquito

-es buena idea – una vocecita se coló en el desayuno de todos – así Liliana no tendrá oportunidad de jalarlo para obligarte a caer – una voz calmada, desinteresada, pero muy conocida – le traje su encargo Nana-san – Matt sonreía con amabilidad mientras le daba una bolsa a la castaña que sonreía

-gracias Matt-kun, eres muy amable – después de escuchar a la castaña reírse mucho y a Matt corresponder con la mayor de las felicidades… todo quedó en silencio

-¿qué haces aquí?... pensé que serían terreno neutral y… ¿de dónde conoces a mi linda Nana? – interrogó Iemitsu, pero claro, el mocoso solo le sacó la lengua y lo ignoró… a veces quería golpearlo y…

-Nana-san es una persona amable – sonrió el chico mientras tomaba la porción que le era cedida, pues jamás rechazaría una comida cacera – si necesita que le ayude con las compras no dude en decírmelo

-fue una buena casualidad encontrarte entrenando en la mañana – comentó la castaña, dando la explicación a aquella pregunta que rondaba por la cabeza de muchos que concentrados observaban al extraño en esa mesa

-solo pasaba por aquí mientras recolectaba información… Yasu-sama me dijo que encontrara un buen lugar para… - se calló cuando probó la comida, un aura rosa lo rodeó debido al sabor increíble de aquella cosita hecha de forma delicada y que tenía una carita hecha de salsa – ¡está delicioso! ¡Mis felicitaciones a la hermosa cocinera! – sonrió ante la sonrojada Nana que adoraba el halago

-¿un lugar para pelear? – completó Lambo viendo como el chico devoraba el tamagoyaki hasta relamerse los dedos

-para cazar ratones – completó mientras se levantaba y consigo llevaba el plato usado. Matt platicó un poco con la castaña y al final terminó ofreciéndose a lavar la losa

-¿qué cosa dijo? – comentó Fuuta, quien sin entender las cosas que hacían aquellos asesinos, solo ladeó la cabeza

-se los dije – Reborn se levantó también, ya había terminado – no hay que tratar de entenderlos… ellos simplemente están dementes

-definitivamente – Tsuna se rio bajito, eso le pareció divertido – me pregunto… ¿para qué querrá ratones?  

-¿quién sabe? – sonrió Lambo… le estaba picando el bichito de la curiosidad. Se planteó entonces preguntarle a Matt o Liliana pues ya le hablaban, ni idea de porqué, pero lo hacían… eso era bueno, porque ser ignorado no era nada lindo  

 

 

El castaño heredero salió con apuro, pues esa pequeña visita ya le quitó el tiempo, debía correr sino quería llegar tarde, debía preparar algunas cosas antes de que las puertas para el festival se abrieran. Ni bien entró al salón ya tenía a unas compañeras diciéndole que arreglara los detalles de la mesa, comentaban que los anuncios dieron frutos y que había como cincuenta jugadores inscritos… eso iba a ser agotador, pero el premio lo valía, una dotación mensual de comida en uno de los restaurantes de la familia de una de las chicas era tentador, comida gratis siempre es buena oferta. Y el valor de las inscripciones les dio una buena ganancia, un trabajo sin ser trabajoso… hasta sonaba gracioso  

 

 

 

Muchachos… curiosos

 

 

 

Era las nueve de la mañana, dos figuras caminaban por las calles, eran singulares pues llevaban una capa con capucha. Algunos mechones se escapaban de la capucha que cubría sus cabezas, daban la imagen de ser dos condenados pero al no haber gente en su trayectoria, nadie los podía juzgar. Ese par caminó hasta meterse entre unos arbustos y sentarse junto a otras dos figuras con las mismas singularidades… cuatro encapuchados en silencio, miraban el dibujo en un papel

 

 

-Yasu-sama… ¿cómo demonios logró que…? – Liliana no entendía por qué su líder estaba sentado allí, se suponía que tenía un duelo matutino y…

-que te importa – lo cortó mientras señalaba el punto de interés – ahora mira, aquí es la universidad, aquí está el iluso que nos quiere seguir, aquí está la casa de Nana-san y aquí… la escuela de Lambo

-Nana-san da miedo – se quejó Liliana abrazándose a sí misma – pero cocina de muerte – sonrió mientras peinaba sus cabellos lilas hasta forma una coleta alta

-me asusta – admitió Yasu con una mueca, mientras se frotaba el brazo que estaba dándole una oleada de cosquilleos – no quiero volver con ella, así que ustedes serán los que ocasionalmente la visitarán para cumplir con lo que pida… pero solo si es necesario

-es porque no creciste con tu madre – argumentó Carlo, quien miraba de refilón a las dos personas que le temían a una simple mujer – y tú… llevas la misma impresión – le dijo a Liliana quien asentía varias veces – el cariño materno les es extraño… mejor no se estresen  con eso, alejados de Nana estarán bien

-gracias por entenderlo – suspiró Yasu ya más tranquilo, de verdad no quería tratar con una mujer que despedía un aura tan… tan… tan rosa – ahora si… ¿quién va a donde y por qué?

-quiero los ratones – sonrió Liliana apuntando a un lugar con marca azul – quiero atrapar veinte, necesito sujetos experimentales para la toxina 45

-trae veinte más – ordenó Carlo – tengo una toxina de clase 3 que analizar, trata de que todas sean hembras

-entendido – sonreía la chiquilla quien hacía un saludo militar – estaré libre a las dos de la tarde y podré ir a jugar con Basil-chan

-apártalo hasta que se encuentre a las afueras de la ciudad, de ahí reúnete con nosotros en el festival – ordenaba Carlo tachando dos de los sectores dibujados en papel

-papá, tu puedes ir con Nana-san, seguro y te gusta estar comiendo todo lo que haga – sonrió Yasu mientras palmeaba la espalda de su padre

-entendido – sonrió satisfecho, no negaría tener una rica comida a disposición y a la vez una agradable compañía, pues admitía que la amabilidad de aquella mujer era agradable, hasta le recordaba a su difunta esposa

-y no te pongas celoso Matt – sonrió Yasu al ver al chico que desinteresadamente apuntaba a la escuela del mocoso – así que quieres jugar con ellos – ni siquiera se molestó en enfadarse pues Matt era… era Matt y punto

-hay dos más a los que quiero ver, el tal Fuuta fue el de los rankings, esas listas eran muy útiles… quien sabe, tal vez pueda recomponerlo… y en cuanto a Lambo, pues la mocosa entrenada por Fon-senpai también estudia allí, los visitaré entre los periodos 

-Matt… que no te vean, los quiero analizándolos en su ambiente natural – ordenó mientras tachaba los lugares – y yo pues… iré al festival~… quiero observar en detalle el comportamiento de las mujeres esas~ - canturreaba emocionado, pues también tenía otros planes

-hablas de la muchachita… como se llamaba… Kyoyo… Kyoko – sacó su libreta para rememorar las notas que tenía, Carlo verificó su información y miró a su hijo con duda – no me digas que…

-digamos que tendré que tener una cita… pero elegiré una, las demás… bueno ya veré que otra ocasión tengo para verlas – sonrió mientras rememoraba algunas cosas que ya analizó con anterioridad, observando de lejos la interacción entre parejas, e incluso observó a Matt con su futura pareja, aunque no eran muy demostrativos que digamos – ya sabes, el comportamiento de la hembra es bueno analizarlo de cerca, nivel de feromonas, desarrollo físico y…

-eso es un desperdicio – se quejó Liliana con una mueca  – Nono dijo que al bastardo le gustan los machos

-ya sé, pero de todas formas puede ser de la especie con gusto por ambos lados – sonrió Yasu con notable interés, si era algo experimental siempre le llamaba la atención – quien sabe… tal vez es como papá

-no me metas en tus análisis – se quejó Carlo mientras comía una presa de… ¿pollo? – y ni crean que les voy a dar – decía mordiendo la piernita que se veía sabrosa, jugosa y que causó que los demás trataran de no babear

-demonios, sabía que debí guardarme la ración – se quejó Matt quien buscaba entre sus ropas – ya me dio hambre

-comes en el camino – se reía Liliana mientras sacaba una bolita de arroz – esto esh sabroso –decía ya con una porción en su boca

-yo prefiero el camarón – sonreía Yasu sacando un pequeño tazón de entre su capa oscura – delicioso~ – todos comían mientras se reían al ver a Matt fruncir el ceño

-idiotas – gruñó el pelinegro antes de levantarse y caminar entre los arboles de ese parque – los veo después

-clarosh – decía Liliana tratando de no reírse porque su querido compañero estaba enfadado por olvidarse la comida, ¡pero eso era lo primero que se alistaba! – ratash~~… – sonrió mientras también se levantaba para desaparecer con rapidez

-no armes mucho alboroto, mocoso – sonrió el mayor antes de morder el hueso de pollo – te veo en el festival Yasu – golpeó la cabeza de su hijo con un poco de brusquedad, esa era su habitual despedida

-oshu – guardó el mapa con rapidez y degustando su rico almuerzo adelantado, miró al cielo – ujuju… creo que tengo que vestirme primero~… esto será tedioso pero divertido – se quitó la capa y la dejó colgando en una copa de árbol – Kyoko Sasagawa, Haru Miura, Hana Kurokawa… la que encuentre primero y… más les vale que mi sacrificio valga la pena – sonrió con malicia mientras se encaminaba por las calles. Se coló en una casa y tiró de las prendas que se secaban al sol, escogió las que pensó eran de su talla, después de todo no tenía tiempo de ir a la zona centro para comprar algo… un par de cosas no le harían falta a esa familia

 

 

 

 

Mente brillantemente cansada

 

 

 

 

Pasaban de ser las diez de la mañana, el concurso empezó más temprano de lo que creyó, pero no dijo nada pues la mayoría era gente mayor, supuso que atraídas por la competencia llegaron entusiasmados sin importar lo temprano del evento, eso sucedía cuando el premio era algo como comida ilimitada y gratis por un mes. Alrededor de unas cincuenta personas participaron en el juego, ocuparon dos salones grandes para que se agilizara el proceso, el silencio reinaba y la concentración se palpaba en el ambiente. Tsuna estaba en la habitación número uno, que poco a poco iba dejando menos participantes, pues era una competencia piramidal, quien gana sube de nivel. Llevaba ya tres juegos en los que ganó con facilidad, con una sonrisa despedía a su contrincante, un apretón de manos terminaba el juego. Sus compañeros solo lo felicitaron  por deshacerse de los concursantes con facilidad, empezaba la segunda hora cuando terminó con su cuarto oponente, generalmente hacían un mal movimiento lo que le daba al castaño la oportunidad de adelantarse y pronunciar un leve ote… o tsumi, esas palabras eran temidas pues los participantes suspiraban derrotados. Hayato estaba participando en la otra sala y Tsuna supuso que estaba terminando al igual que él. Empezaba con su última partida mientras pensaba en lo que tenía que hacer después, afuera de ese salón se escuchaba la música, los anuncios, quería salir a ver pero no podía hasta derrotar al siguiente concursante, el cual seguramente era Gokudera y eso hasta lo emocionaba un poco, esa si sería una verdadera partida… aunque el oponente que tenía tampoco se lo hacía sencillo

 

 

-demonios… eres bueno – sonreía el muchacho de lentes que se rascaba la barbilla mientras pensaba en su siguiente movimiento

-tengo un amigo que me hace las cosas difíciles… supongo que es practica – sonrió el castaño al ver que su pieza era capturada, analizó su movimiento, también los dos siguientes y si… ya tenía el ote

-me tienes – suspiró cansado – me encerraste… tú ganas, no puedo hacer otro movimiento – movió su última pieza con resignación y Tsuna solo sonrió antes de capturar al rey de su oponente

-buen juego – dio una leve reverencia como respeto, el perdedor se fue y Tsuna sintió que sus compañeros se le lanzaban encima felicitándolo efusivamente

-¡sabía que podías hacerlo Sawada-san! – gritaba una de las chicas, feliz porque si el castaño llegaba a ganar, el premio quedaría en buenas manos… si, esa era la estrategia, si Tsuna ganaba, los gastos en el restaurante serían limitados muy por el contrario de lo que anunciaban en los volantes. Tsuna no se quejaba, tampoco era como si  necesitara tanta comida gratis, en casa había suficiente comida y su madre adoraba cocinar. Mucho más ahora que estaba aprendiendo a preparar comida extranjera y los usaba como experimento… el miedo de sus compañeros era en el caso de alguien extraño ganara, podrían sufrir una gran pérdida monetaria. A Tsuna le venía a la mente ciertas personas que solían comer el sushi más caro y luego huir dejándolo con el lio de pagar la cuenta, esos días siempre serian una mancha negra en su memoria… todo gracias a Reborn, Bianchi y Lambo.

 

 

Todos se tensaron cuando avisaban que la partida del otro salón estaba reñida, Tsuna se preguntaba quién podría darle la contra a Gokudera, debía ser verdaderamente bueno como para que su tormenta se tardara más de lo esperado. Por su parte, se dedicó a estirarse y relajarse pues estaba agotado por el juego, miraba por la ventana notando la cantidad de gente en el campus, en verdad eran muchos. Reconoció entonces una cabellera larga y castaña, pero cuando quiso verla de mejor forma… se había esfumado. Seguramente estaba desvariando, volviéndose paranoico, negó repetidas veces. Suponía que Yasu a esas horas debía estar peleando con su guardián de la nube, esos locos estarían en batalla, que seguramente no sería nada sencilla pues su intuición… ¡espera! su intuición no había saltado en todo el día, eso significaba que estaría tranquilo… pero cuando escuchó que ya había un ganador en la otra sala, su corazón dio un salto… eso era raro, mucho más cuando le dijeron que alguien venció a Gokudera… imposible, ¿quién podría ganarle a un genio estratega? a menos que… ¡imposible! ¿O no?

 

 

-Sawada-kun, tu oponente te espera en la otra sala… ten cuidado, porque da miedo – se quejó una de las muchachas quien temblaba ligeramente

-¿cuál es su nombre? – intentó averiguar, pues su curiosidad lo estaba matando

-no sé pero apúrate – lo empujaron hasta el otro salón, del mismo que salía un Gokudera con el ceño fruncido y maldiciendo entre dientes – Gokudera-kun, ¿qué pasó?

-décimo… es decir Tsuna-kun, su oponente le dará problemas… mejor véalo usted mismo

-… - con duda ingresó a la sala y se quedó de piedra. Pensó que eso sería imposible pero ahí estaba – Hibari-san… ¿cómo está? – ahora entendía el terror de sus compañeros, la imponente presencia de su guardián asustaba hasta el más valiente. Hibari vestía ropa normal, se veía relajado con aquel conjunto semiformal con un pantalón de tela y una camisa blanca

-así que tú eres mi oponente – sonrió de medio lado al ver al castaño impresionado. Tomó asiento en aquella mesa de juego y esperó hasta que el otro se colocara en posición, sería divertido comprobar las habilidades de aquel herbívoro

-no sabía que usted estaba aquí, Hibari-san – recibió un par de palmadas en su espalda y una mirada de apoyo por parte de Gokudera, les sonrió a todos en una promesa muda de triunfo

-hmm – admiró a todos los herbívoros que le brindaban apoyo a su cielo, los miró en advertencia para que dejaran de cuchichear y al fin silencio… cómodo y agradable silencio – puedes comenzar herbívoro

-está bien – suspiró pues esa palabrita jamás lograría ser quitada de vocabulario de Hibari – ¿puedo hacerle una pregunta antes de empezar? – el mayor solo asintió y Tsuna se iba a quitar la curiosidad – ¿qué paso con Yasu?

-prefiero morder a herbívoros bulliciosos que perder el tiempo con ilusionistas baratos – fue el comentario mientras veía el primer movimiento básico del castaño, a la vez que el movía su primera ficha

-ya veo – sonrió al imaginarse el fastidio de Hibari al enfrentar a las ilusiones de Yasu. Su guardián no era muy paciente que digamos, seguramente fue una pelea rápida y aquel asesino cayó ante las garras de su nube – ¿qué piensa de él?

-eso no importa – veía los movimientos premeditados de Tsuna, era bueno había que reconocerlo, cada uno ya llevaba atrapadas dos fichas de forma simultánea

-¿cree que es una amenaza?

-es una molestia – después solo fue el silencioso pasar de los minutos y el chasquido que proporcionaban las fichas al ser movidas, sacadas o cambiadas. Ambos concentrados en el juego, serenos, parejos y luego estaban las miradas curiosas de los presentes, quienes impresionados solo veían a los dos jugadores, incluso Hayato se había quedado observando, pues le costó mucho jugar con la nube. Siempre en encrucijadas, tal como un cazador, Hibari lo acorralaba constantemente, obligándolo a recorrer los movimientos que deseaba…. Y Tsuna iba por el mismo camino

-veamos – el castaño se quedó pensando un momento al verse de nuevo en una trampa, pero no iba a perder, no señor, se lo prometió a sus compañeros, debía ganar pero… era verdaderamente difícil cuando se sentía como un pequeño ratón acorralado por un gato… en verdad su guardián de la nube era un depredador – listo – pero claro, siempre había escapatoria, sonrió satisfecho cuando salió del callejón en donde estaba

-así que… no eres malo – sonrió divertido al ver la molestia en el menor – pero no me ganarás – le envió una mirada de superioridad cuando de nuevo lo acorraló. Tsuna solo frunció el ceño mientras pensaba, era tan infantil en ocasiones

-lo haré – se quejó enfadado, pues podía sonar como un capricho, pero quería ganarle a su guardián, quería al menos en esa ocasión demostrarle superioridad

-hmm – sonrió al ver la pequeña mueca molesta de su oponente mientras pensaba en su siguiente movimiento, eso se estaba alargando bastante, ya eran  casi las doce de la mañana, se habían tardado más de lo que pensó, pero las piezas ya eran pocas, tal vez en tres movimientos más… – no lo creo – Hibari lo retó con la mirada recibiendo un leve mohín y una mirada enfadada. El azabache quiso reírse pero se mantuvo sereno  cruzando sus brazos y esperado a que de nuevo le tocara mover sus fichas

-mo… este – se sentía enfadado al ver la serenidad de Hibari, se supone que estaban en una competencia pareja, no podía simplemente quedarse así de tranquilo. Tsuna movió su última ficha y creyó haber obtenido la victoria, incluso Hayato hizo una seña de triunfo pero…

-no lo harás – repitió con una sonrisa antes de colocar su última pieza en el tablero

-es… es empate – susurró uno de los chicos al ver el tablero, ya nadie podía hacer otro movimiento debido a la falta de piezas, los reyes en territorio contrario y… – ¡es empate en todos los sentidos! – se alarmó el chico al revisar todas las piezas – pueden hacer otra partida para el desempate si lo desean

-lo lamento pero eso no podrás ser – sonrió Tsuna con amabilidad hacia sus compañeros – tengo otro evento que realizar – se excusó levantándose – en verdad lo lamento pero deberá quedarse así

-entonces… ¿qué deberíamos hacer? – susurró una chica

-pueden cederle el premio a Hibari-san – pues eso le parecía justo

-no lo quiero – habló el azabache mientras se levantaba y caminaba a la salida – si no gané prefiero dejarlo así… además los restaurantes son molestos

-claro – sonrió Tsuna nerviosamente mientras veía la espalda de la nube atravesar la puerta, así era él, no le gustaba los lugares concurridos y bulliciosos, era su nube solitaria y… - debo irme – se dejó de bromas al recordar la obra de Haru y Chrome, debía correr si quería llegar a tiempo

-Tsuna-kun… tenemos diez minutos – habló el peliplata revisando su reloj, pues se comprometió en ir también, a donde quiera que fuese el décimo, él lo seguía

-corre Gokudera-kun – se reía bajito al ver las pequeñas muecas de sus compañeros que querían que se quedara o al menos los ayudaran a decidir qué hacer con el premio, aunque para eso no necesitaban su ayuda, era obvio que el premio quedaba en nada, nadie ganó después de todo – fue divertido – susurró antes de empezar a transitar los pasillos y esquivar personas

-el maldito carnívoro sabe jugar muy bien

-me asombra que perdieras

-fue suerte – se quejó negándose a aceptar que la nube era mejor estratega, eso jamás

 

 

 

 

¿Qué sucede con los espías?

 

 

 

 

Liliana ya tenía en una gran cajita como 20 roedores, entre ellos diez hembras, así que descansaba con normalidad. No pasó mucho tiempo cuando alguien la espiaba, un sujeto escondido detrás de un poste, la chica fingió no darse cuenta y siguió con lo suyo, metiendo sus manos en las rendijas entre unas maderas gastadas en donde escuchaba el chillido de aquellos roedores, Matt sabía elegir bien el lugar de cacería… pero…

 

 

-¿por qué me persigues? – Basil se dio vuelta al escuchar esa voz, ni siquiera se dio cuenta cuando cayó en una ilusión, en verdad eran pésimo con ellas – ¿qué quieres?

-supongo que debo ser sincero, quiero saber en dónde…

-no me interesa – lo interrumpió mientras lo empujaba – shu... shu – logró que Basil quedara en medio de la calle de la otra intersección, le sacó la lengua y de nuevo volvió a su tarea

-este será un largo día – suspiró cansado mientras de nuevo se encaminaba a donde estaba la chica, que tatareando sacaba un ratón tomándolo por la cola – solo quiero saber en dónde se hospedan, es necesario reportar su ubicación al noveno y…

-el noveno ya lo sabe, no te tomes por idiota – en un rápido movimiento tiró de la camiseta del chico e introdujo al roedor – ¡ahora corre!

-¡maldición! – Basil se quejó al sentir aquellas pequeñas patas en la piel de su pecho, mientras escuchaba la risa de la chica que cargando la caja que reposaba en el suelo empezaba a correr… de verdad le iban a hacer muy difícil la vida

 

 

En otro lugar cierto castaño de cabello corto llevaba en una de sus manos la bolsa de compras para el día, claramente se veían las hojas de algunas verduras sobresalir, con una sonrisa charlaba amenamente con una castaña quien encantada por saber más cosas de Italia, preguntaba sin detenerse. Carlo llevaba ropa normal en esta ocasión, afeitado y peinado, decente sin llegar a ser exagerado, no llevaba el parche en su ojo y solo lo cubría con un mechón de su cabello, el único mechón largo que tenía y que solía ocultar, eso lo hizo para no llamar la atención

 

 

-¿podría decirme que platillos son típicos de tu tierra natal?

-pues en casa comemos de todo, pues algunos miembros de mi pueblo son de otros países, pero cuando comemos comida italiana generalmente son Panzerotti, pastas, lasaña, risottos, macarrones, calzones, bistecca alla fiorentina, piccata, bresaola o simplemente hacemos una comida comunal y asamos algún lechón

-ara, ara, eso suena interesante

-si desea se lo puedo enseñar

-¿de verdad? – emocionada mostraba una brillante sonrisa

-nos turnamos en la cocina, así que todos sabemos defendernos bastante bien – sonrió cuando llegaron a esa casa y encontraron a Iemitsu que feliz de la vida salía a encontrarse con su esposa en una de esas escenas románticas de película pero…

-Carlo

-Iemitsu-san – le mandó una sonrisa burlona mientras veía a Nana abrazarse a su esposo y besar la mejilla de este – seremos compañeros de vez en cuando

-es verdad… Carlo-san me enseñará a cocinar algunos platillos de su natal Italia – sonreía la castaña emocionada por aprender

-espero no ser una molestia – acentuó la última palabra, eso iba a ser divertido, molestar a la basura de vez en cuando era relajante

 

 

Matt se hallaba colgando de cabeza en una rama de un árbol que le daba una vista bastante buena de un salón en especial. Podía ver a Fuuta vestir el uniforme de la preparatoria Namimori, sonreír con sus amigos, atender a clases, nada raro y al pelinegro ya le estaba dando sueño, incluso llegó a soltarse y sentir el viento golpeando su cabello debido a la gravedad de la caída, escuchó un grito a lo lejos, supuso que había llamado la atención. Con sutileza dio un par de volteretas haciéndose un ovillo para terminar aterrizando sobre sus piernas flexionadas, casi arrodillándose en el suelo, miró a las voces histéricas de los salones que lo observaron, sonrió, saludó con la mano y dio una reverencia. Escuchó los aplausos, después a un profesor regañándolo pero solo lo ignoró y con ágiles movimientos escaló las paredes de salida de la escuela y se fue… su investigación en ese lugar fue una pérdida de tiempo, el chico ranking estaba llevando una vida normal, sin malas influencias y eso le daba la idea de que devolverlo a como era antes sería difícil si al niño no le agradaba la idea, ya discutiría eso con su jefe

Caminó durante largo rato, comprándose en el camino un par de aperitivos, pues espiar a los otros mocosos de secundaria sí que sería aburrido, a menos que hiciera un par de travesuras y… no, no podía hacerlo, sus órdenes era investigar en el ambiente natural. Utilizó la misma estrategia, vio un árbol alto, iba a trepar pero…

 

 

-¿tú qué haces aquí? – se le olvidó investigar que clase le tocaba al niño vaca y a la niña china – Matt, ¿qué haces aquí? – repitió el joven Bovino que usando solo un short y una camiseta, típico uniforme, llevaba una pelota de futbol

-finge que no me viste – trepó al árbol de todas formas, sentándose en una de las ramas y sacando una bolsa de papitas para consumirlas, haciendo el ruidito al morder cada fritura – ¿qué esperas?... vete

-¿para qué querían ratas? – haciendo caso omiso a aquella orden, se paró a observar el comportamiento de Matt

-experimentos – soltó sin inmutarse al ver que la chica china también venía a ver porqué su amigo se retrasaba – ahora par de mocosos, los quiero en clases, ignoren mi presencia

-¡oye! no te permito que me insultes – se quejó I-pin quien traía su cabello atado en una coleta alta, lo tenía largo, hasta su cadera, con pose firme apuntaba al muchacho del árbol – ¡quién te crees!

-I-pin, no enojes al enemigo – Lambo palmeó la espalda de la chica mientras suspiraba – es mejor irnos, no nos hará caso

-así que tú eres ese asesino

-frentona – susurró sin importarle escuchar el reclamo de la jovencita. Lambo tuvo que empujar a I-pin para que volviesen a la clase, no había nada más que hacer – supongo que debo saber qué relación tienen ese par – susurró Matt para sí mismo anotando que ambos chicos se llevaban bastante bien, se reían juntos, se golpeaban de vez en cuando, relacionaban con las demás personas de la clase – tal vez… el ojiverde no esté interesado en Reborn-san… pobrecito – hizo una pose dramática que lo hizo perder el equilibrio y de nuevo terminó quedándose colgando de cabeza, sus pies aguantando su peso y aferrados a la rama mientras él… seguía con la siguiente bolsa de papitas

 

 

Y por último estaba Yasu, quien concentrado en su tarea… se distrajo con el juego de tiro al blanco que encontró entre las carpas de la entrada, ya se había ganado todos los malditos peluches y seguía pidiendo tiros. Los dueños se quejaban, pero solo eran los hombres, porque las chicas los callaban de inmediato, después de todo Yasu…

 

 

-¿te gusta? – sonreía con galantería mientras ofrecía el peluche a una de las chicas que tenía a su lado y que esperaban que él les dijera algo – Questo orso è tuo… es tuyo – rectificaba sus palabras en italiano, sonreía con amabilidad y entregaba el osito blanco a una muchacha de facciones delicadas y largos cabellos negros – per la bella ragazza

-gra-gracias – tartamudeaba mientras las otras solo soltaban leves grititos emocionados. Ante ellas, un muchacho de porte elegante, usando unos jeans un poco sueltos y rajados en una de las rodillas, con el cabello recogido en una coleta alta, con un flequillo ocultando uno de sus ojos, usando una camiseta negra de magas largas aunque recogidas un poco, en donde el cuello en v dejaban ver una pequeña porción de la clavícula del chico  y un chaleco negro, abierto, que lo hacía ver un tanto salvaje pero que contrarrestaba con la sonrisa amable y brillante mirada cuando hablaba en otro idioma – ¿disculpa cuál es tu nombre? – hablaba la chica mientras las otras mostraban interés también

-è un segreto – sonreía posando su dedo índice en sus labios y dejando al fin el rifle – me debo ir – dio una leve reverencia con la cabeza, dejó un par de billetes de alta denominación para el puesto y se encaminó lejos de allí – creo que me distraje – sonreía cuando compró una bolita de colores, no recordaba el nombre pero sabía que eran dulces – pero me sirvió practicar… las películas sirven de algo~ – sonreía con infantil porte, mientras paseaba su mirada por los diferentes atractivos de ese festival

 

 

Algo llamó la atención del chico castaño, un anuncio para una obra de teatro, le dio curiosidad así que iría a hacer una visita, no tenía apuro, después de todo su objetivo no estaba localizado. Compró otras cosas,  usando una mezcla de italiano y japonés, coqueteó con algunas chicas y sonrojó a algunos chicos tímidos cuando invadía sus espacios personales. Se estaba divirtiendo con todas esas reacciones interesantes y solo porque se arregló lo suficiente como para mezclarse con todo ese mar de gente… pobres ingenuos que se dejaban llevar por las apariencias. De vez en cuando se entretenía con algún puesto de exhibición, jugó algunos juegos, participó en un improvisado concurso de fuercitas, en donde venció a todos con facilidad… sin darse cuenta ya estaba retrasado así que pidiendo amablemente que le mostraran el camino hacia el teatro. Yasu se apresuró a llegar y abrirse paro entre las personas que paradas en la parte trasera veían la actuación de… ¡qué buena suerte tenía!

 

 

 

 

Tsuna ni idea de lo que le espera…

 

 

 

 

Lograron llegar a tiempo y tomaron los asientos reservados para ellos en la parte de enfrente. Se sorprendieron por la cantidad de gente, teatro lleno y supuso que también se pararían en la parte trasera, bueno la obra tenía temática tradicional después de todo, además que la facultad de artes lo organizó con detalle, debía ser bastante popular. Tsuna se emocionó mucho cuando vio salir a Chrome en la primera escena, como una mujer joven que era cortejada por un hombre humilde pero amable, con una sonrisa suave, la niebla mostraba sus dotes de actriz. Ninguno de los guardianes  sabía muy bien que papel tenían sus amigas así que les sorprendió que su guardiana de la niebla saliese primero, pero no era la actriz principal, sino algo así como la madre de la actriz principal, vestía un kimono en tonos rosados, sencillo, pero muy bello. Junto a Tsuna, Hayato observaba todo con calma, tan solo unos minutos después llegó Yamamoto y al final se unieron Mukuro y Ryohei. Cabe decir que los aplausos de su sol llamaron la atención, pero ya todos se habían acostumbrado a eso. Los presentes se quedaron en silencio cuando la narradora empezaba a armonizar el lugar con su suave voz, los guardianes junto en su cielo estaban tan concentrados en la historia, que no se fijaron que cierta figura se movía entre la gente con sigilo, sonriendo pues acaba de entrar en escena Haru Miura, y como prometió ella sería su presa ese día, ya vería como sacarla de a vigilancia de los Vongola, los mismos que inconfundibles estaban en los primeros asientos

 

Tsuna sintió un escalofrío recorrerle, giró hacia la parte de atrás pero no había nadie, su intuición le gritaba que algo estaba por suceder y deseaba que no fuera algún problema que involucrara a sus amigas

 

 

-¿Sucede algo décimo? – fue Hayato quien se dio cuenta de la tensión en el cuerpo de Tsuna

-no es nada… eso espero – susurró para sí mientras observaba como Haru… interpretaba a ¿la princesa Kaguya? Wow, tenía el personaje principal… pero eso era diferente a lo usual

 

 

Haru era la princesa lunar, encontrada cuando un anciano cortaba bambú para venderlo. Tsuna y los demás veían embelesados la bella escena, con una pequeña Haru de diez centímetros… ¡De diez centímetros! No… era de unos treinta, como para que fuese visible hasta la parte de atrás del teatro. El asombro en todo el lugar llegó de inmediato, en verdad era una pequeña niña de solo treinta centímetros, vestida con un hermoso kimono de tonalidades pasteles, rosas, blancas y doradas, bordados simples que asemejaban a flores de loto… la piel clara, el cabello largo y ¡DE TREINTA CENTÍMETROS!

 

 

-kufufu… mi pequeña Chrome es una verdadera artista – sonreía Mukuro  orgulloso de las habilidades de su querida Nagi, quien detrás de telón mantenía la ilusión para el público asistente. Claro que los demás solo pensaron que era un truco, pero de todas formas el asombro quedaba plasmado debido a los pocos minutos que la vieron a Kaguya en esa forma

-las chicas lo hacen bien – sonrió Tsuna al ver ahora a Chrome que representaba a la madre adoptiva de Kaguya. Cierto momento su mirada cruzó con la de Chrome, quien con un ligero rubor en sus mejillas correspondió con una sonrisa, esa timidez era un aspecto especial de su amiga

-¿ahora qué pasará? – preguntaba Ryohei intrigado al ver el cambio de escenario, la historia tenía la misma base de siempre, la pequeña que fue criada por ancianos, la hermosa mujer que se convertía en el gran amor de muchos hombres

 

 

Escuchaban con atención cada palabra que era emitida, las muchachas se tomaban demasiado enserio sus papeles, incluso Haru se ruborizaba normalmente al ver a sus pretendientes, con aquella cabellera larga que traía se la veía más delicada que antes, en verdad todos habían madurado, Tsuna lo podía apreciar. Chrome era la encargada de los efectos especiales, sutiles pero especiales después de todo, pues no siempre ves a una mujer brillar como la luna, o que el viento ondeara solo la cabellera de la protagonista. Era divertido, pero claro, siempre había problemas en este tipo de eventos…. y el actual problema en esa ocasión eran dos personitas que detrás del escenario se miraban retadoramente

 

 

-herbívoro… pretendías que te dejara arruinar la paz del lugar

-la verdad si – Yasu sonrió con malicia al verse en frente de su rival

-¿qué pretendes? – gruñó al ver al castaño parado en frente de sí

-no sé… dejar caer el telón, una caída menor, rasgar la escenografía, un pequeño incendio... tengo de donde elegir – sonreía con descaro ante el imponente hombre en frente de él

-¿crees que te voy a dejar? – Hibari frunció su ceño al ver la expresión infantil de aquel asesino… no había conocido persona tan fastidiosa como ese herbívoro, solo con verlo tenía ganas de destrozarlo

-buuu yo quiero jugar~ - tomando su faceta infantil se preparó para una batalla, iba a ser divertido

-te morderé hasta la muerte

-si habla de mordidas me da hambre – Yasu se frotó el estómago como reflejo

-herbívoro

-sexy hombre – sonrió antes de ver como el azabache se acercaba para golpearlo, pero claro no le iba a dejar las cosas fáciles ahora que ya estaba al cien por cierto, esquivó el primer golpe y de paso analizó el lugar, las estructuras para las luces le darían soporte para una pelea aérea justo encima del escenario… eso lo iba  a aprovechar

 

 

Gokudera tuvo que callar a Yamamoto después de soportar las preguntas que este hacía sobre las escenas de la obra, le insultó en susurros para después calmarse y seguir admirando la obra. Tsuna se reía al verlos así, pues esa relación -aunque ya más calmada  y sin tantas explosiones por parte de su tormenta- seguía siendo la misma. Mukuro estaba concentrado en admirar a su pequeña Chrome y de paso memorizar las caras de un par de sujetos que hacían comentarios nada decentes acerca de las muchachas. Ryohei solo mantenía su mirada fija analizando cada comportamiento y pensando en qué tan fuertes serían los soldados de esa era, tal vez pudieron tener grandes batallas, de cierta forma los envidiaba. La actuación de Kaguya se centraba ahora en despreciar a sus pretendientes con palabras dulces, incluso a hombres de respeto que traían finas joyas como regalos, era tan lindo cuando…

 

 

-¿Yasu? – susurró Tsuna al ver que alguien asomaba su cabeza detrás del telón y no exactamente en el piso, sino colgando de la parte superior. El castaño se quedaba allí algunos segundos, sonreía y saludaba al público con un movimiento de su mano, para después desaparecer de repente… Tsuna pudo escuchar un leve golpe… ¿qué diablos pasaba por la mente de aquel asesino?

-¿qué demonios hace ese tipo aquí? – gruñó la tormenta al ver a ese muchacho

-no sé pero… tenemos que ir a ayudar o la obra fracasará – susurró Yamamoto

-yo iré, lo detendré, ¡al extremo! – se ofreció Ryohei mientras ya se levantaba pidiendo disculpas para salir

-ten cuidado onii-san – susurró Tsuna esperando que el peliblanco arreglara las cosas y no terminara de arruinar la obra, aunque claro, los actores seguían perdidos en lo suyo

 

 

Yasu acababa de esquivar la tonfa que intentó golpearlo, un salto hacia atrás lo hizo caer al escenario, eso fue una fortuna… pero el agarre del prefecto en su espalda le impidió hacer su pequeña travesura. Luchaban arduamente en un silencio casi molesto, pero Yasu quería saber hasta dónde era capaz Hibari de mantenerse sereno, sin mandarlo al infierno de una buena vez. Estaban apoyándose en la plataforma, con movimientos gráciles se trasladaban en la estructura, golpes precisos para no hacer movimientos en la iluminación, era difícil pero no imposible y eso denotaba la habilidad que ambos tenían en batalla. Pero pronto alguien más los desconcentró y tuvieron que saltar de su escenario aéreo de lucha

 

 

-¿qué demonios hacen?... es la función de Haru y Chrome, ¡al extremo! – se quejó Ryohei lo más bajo posible, quien ya tenía en frente a los dos peleadores

-no te escucho – dijo Yasu en voz alta mientras colocaba su mano detrás de su oído – ¡habla fuerte! – pero el golpe de la tonfa en su estómago lo calló

-herbívoro – gruñó mientras de una patada mandaba a volar al castaño junto con el peliblanco, quien ahora evitaba el golpe a puño cerrado de Yasu y de paso  retrocedía hasta la zona en que terminaba el escenario y agarrando al muchacho lo lanzaba fuera del teatro, justo a la salida de emergencia

-ya basta, ¿quién te crees? – reclamó el sol cuando ya estaban fuera y cerró la puerta de emergencia

- yo soy Yasu – sonrió con burla, para después terminar riéndose sonoramente al ver que la nube de nuevo lo atacaba – ¿y tú? – después de esquivar el golpe saltó hasta estar en frente de Ryohei, quien usando un jump quiso golpear al chico

-basta… se supone que nos diste tres meses – gancho izquierdo, derecho, middle upper, juego de pies, con cada técnica de boxeo aprendida y perfeccionada con los años, Ryohei hacia retroceder al castaño. Yasu usando movimientos sutiles lo esquivaba, era bueno… había que admitirlo

-tienes talento en este deporte – sonrió el pelilargo  cuando ya retrocedió unos tres metros

-¡a un lado! – gruñó Hibari mientras atacaba al castaño, quien agachándose esquivaba el golpe inminente de aquella tonfa. Se levantó en seguida tratando de asestar un golpe en la quijada del guardián más poderoso pero terminó recibiendo un cabezazo que lo mareó

-itte... itte, ittteeeeee – se quejó Yasu sobándose la zona afectada – no pensé que me golpearía así – se quejó con un puchero

-herbívoro

-bueno ya entendí – sonrió al ver a los dos guardianes preparándose para la batalla – solo estaba aquí para entretenerme… no se pongan agresivos

-vete

-no – y de nuevo el enfrentamiento empezó

 

 

Cuando los diferentes guardias del emperador trataban de proteger a la princesa para que la corte lunar no se la llevaran, se apreciaron varios guerreros con trajes militares, pero al final Haru… es decir Kaguya fue alcanzada y reverenciada como la princesa lunar. La escena bien elaborada, los textos bien pronunciados, el drama de la época siendo entendida hasta el punto que las chicas en las filas ubicadas detrás del castaño empezaban a llorar. Todo era genial hasta que un PUM resonó de pronto, todos pensaron que eran efectos sonoros de la obra y siguieron con lo suyo, pero algo le decía a Tsuna que eso se salía de control

 

 

-Matt, te pasaste – sonreía Liliana que recogía el resto carbonizado de su asado de ternera

-ups, lo siento – sonreía divertido al ver que hizo estallar una parrilla que sacó del laboratorio de medicina… o al menos él pensó que era una parrilla, pues en realidad era una especie de esterilizador de instrumentos – pero bueno, busquemos algo más que hacer

-de todos modos esa cosa ya no servía – sonreía la muchacha mientras veía a algunos estudiantes acercarse y preguntar por lo ocurrido – cuando llegue ya estaba así – dijeron los jovencitos para después como si nada alejarse del lugar

-llamaré a Carlo para saber si Nana-san ya viene – sonreía Matt al ver los puestos un poco más alejados de su actual posición – vamos Lili~

-si~ Matti~ - sonreía mientras saltaba haciendo ondear el vestido de color azulado que llevaba puesto, sin mangas y de tirantes blancos, flores en los bordes del vestido, el cabello largo y suelto atraía miradas, una chica normal a simple vista – por cierto te ves más guapo – pues su compañero traía unos jeans al cuerpo y una camisa de manga corta, en su cuello destellaba un grueso collar de plata y en sus muñecas algunas pulseras de cuero

-y tu lindura... te ves más femenina

-¡cuántas veces te dije que no me digas lindura!

-189 si no estoy mal… lindura~

-190 bastardo – se quejaba pero ni así perdía la sonrisa y caminaba cerca de los puestos de comida

 

 

Tsuna observaba las lágrimas de la princesa cuando se lamentaba no poder volver a ver a su amado en la tierra. Haru lloraba de verdad, cosa que demostraba qué tan metida estaba en el papel. Era la escena final y las luces se encendían mientras la princesa tomaba brillo y se levantaba al aire, el kimono ondeante se extendía. Brillantes lucecitas formaban el techo del teatro, los asombros eran transmitidos a través de expresiones incrédulas o suspiros leves, tal vez uno que otro gritito mientras la princesa descendía hasta posarse cerca de los primeros asientos

 

 

-debo dejarte en la tierra, a menos que decidas venir conmigo – sonreía la princesa que en frente de Tsuna mostraba una sonrisa melancólica y una lágrima se escapaba de sus ojos

-décimo… acepte – susurró Hayato quien entendiendo la vocecita de Chrome en su cabeza, transmitía la orden de la chica

-si mi destino es estar junto a ti… será un honor permanecer una eternidad a tu lado – habló el castaño tomando la mano de Haru, podía observar el sonrojo de la chica y escuchaba el suspirar de las demás asistentes

-feliz soy de amarte… dichosa me siento al tenerte aquí… acompañarme a la luna por la eternidad… será por tu propia voluntad – Haru no se creía que Tsuna le siguiera el acto, esa escena era improvisada, así lo habían decidido en el teatro. A la persona que se halle en la primera fila se le daría el derecho de interactuar con la princesa... pero el castaño parecía estar actuando después de días de ensayo y no solo como una simple improvisación

-con humildad pido me llevéis contigo… amarte sin restricción de tiempo ni espacio… seré feliz con mi princesa lunar – terminó diciendo Tsuna, mientras se ponía de pie y tomaba la mano de Haru entre las suyas, besando el torso delicado y sonriendo con complicidad ante la princesa que sonrojada mostraba una bella sonrisa

 

 

Una estela de humo de color rosado cubrió a los asistentes que rodeaban a la princesa. La narradora hablaba con calidez confirmando que los dos amores predestinados ascendieron a la luna para vivir eternamente. Tsuna y Haru desaparecieron unos minutos ante el asombro de todos los asistentes,  para al final quedar en medio de la tarima, el castaño abrazando a la suave figura de la princesa y Haru apoyando su mejilla en el pecho ajeno. El telón se cerró de pronto, los aplausos no tardaron, palabras de aliento, grititos confirmando que había sido un éxito. El elenco salió a dar su respectiva reverencia y después desaparecieron detrás de la tela que ocultaba a todos los objetos usados para aquella presentación

 

 

-¡fue perfecto! – sonreía la coordinadora que abrazaba a Haru y después a Tsuna – gracias Sawada-san… ¡en verdad su dialogo fue increíble!

-solo seguí el juego – sonrió cuando Haru levantó sus manos en forma de festejo

-hahi… ¡esto fue hermoso! – sonreía contenta, aun manteniendo el leve rubor en sus mejillas

-estuviste maravillosa, Haru – felicitó el capo acariciando la cabeza de la chica que sonriendo aceptaba el gesto cariñoso

-boss – susurró Chrome quien recién llegaba terminando con la ilusión de las estrellas – ¿le gusto?

-claro Chrome, me fascinó – también acarició la cabeza de la tímida niebla antes de que los demás ingresaran y felicitaran a las chicas y a los demás

-¿Tsuna-san se quedará un poco más? – Haru lo miraba con súplica pues eran pocas las veces que permanecían tan cercanos, su amor platónico se veía inalcanzable en muchas ocasiones

-lo lamento Haru, Chrome, pero tengo que ir a ayudar a Kyoko-chan y a Hana – sonrió antes de despedirse y llevarse consigo a la tormenta y a la lluvia… al igual que con Kyoko fingía no entender esas miradas, no quería darles falsas esperanzas, lo único que podía brindarles era una amistad sincera

-décimo, el cabeza de césped no ha vuelto – se quejó el peliplata cuando ya se alejaban del gentío

-pero ya no hay estruendos ni rastro de pelea, seguro ya lo solucionaron – al menos eso esperaba, su intuición le decía que por el momento todo estaba bien

-más les vale a ese idiota detener a ese demente – gruñó Hayato mientras se apresuraba a seguir a su jefe

-tengo hambre jajaja – Yamamoto sonrió apenado pues su estómago rugió, normal si no habían probado bocado desde la mañana – deberíamos comer algo antes de ir a la cafetería

-silencio friki del béisbol

-creo que Yamamoto tiene razón… debemos comer algo primero

 

 

Y las cosas se ponían mejor cuando la familia se reunía, Carlo ya traía a Iemitsu y Nana consigo, se le unieron Bianchi, quien alterada al tener a ese asesino cerca estaba tensa y enfadada. Reborn apareció más tarde seguido por Fuuta, Lambo e I-pin para completar el grupo y al ingresar al campus Matt y Liliana los esperaban. Tres asesinos que al parecer causarían problemas ese día se mezclaban entre la familia Vongola…

 

 

 

La hora de Yasu…

¿Y la pelea con la nube?

 

 

Era muy temprano en la mañana, las ocho cuando dos figuras se encontraban en medio de un lote baldío, el cabello azabache ondeaba con la leve brisa, el castaño mostraba mechones desordenados y bostezaba debido al sueño que no logró terminar de completar…

 

 

-empieza – habló Hibari

-déjeme estirarme – bostezaba mientras estiraba sus brazos y flexionaba sus piernas – esto ser bueno

-silencio herbívoro – no esperó más de dos minutos cuando se lanzó a la batalla en donde por primera vez el castaño le dio contra a manos limpias deteniendo su tonfa – hmm… al fin te pondrás serio

-claro – sonrió Yasu con malicia mientras apretaba el agarre con intenciones de hacer retroceder a la nube, cosa que era muy difícil, la presión en la tonfa y sus manos los hacía temblar… usaban todas sus fuerzas en ese primer intercambio físico

 

 

Pelaron un par de minutos en esa posición, después se alejaron para evaluarse mutuamente, al ver que tenían las mismas defensas se dejaron de bromas y la seriedad en sus rostros dio paso al primer golpe destructivo. Yasu apenas pudo esquivar el impacto de aquella arma metálica, cambiando su centro de gravedad dio un giro completo sobre su eje, su puño cerrado fue dirigido a la nuca de la nube, quien un poco antes del impacto se agachó y proporcionó una patada que impacto en el estómago en el castaño. El golpe fue interceptado por los brazos de Yasu que satisfecho sonreía y presionaba hasta alejar la pierna de su adversario. El intercambio de golpes siguió como si nada, el polvo se elevaba de vez en vez, un par de caídas se dieron pero seguían parejos en fuerza y habilidad

 

 

-que… - Yasu se distrajo por un sonidito extraño, siendo así, que el impacto de la tonfa en su mejilla fuera inevitable – auch – se quejó cuando estaba en el suelo

-concéntrate herbívoro – iba a impactarlo en el estómago y sonrió satisfecho cuando lo hizo… pero el polvo se disipaba mostrando que el muchacho se esfumó… Yasu se hallaba parado a unos pasos, concentrado en mirar el horizonte

-¿escucha eso?... es el festival – sonrió mientras esquivaba un nuevo ataque y respondía veloz, sus piernas en movimientos gráciles le impulsaban en los saltos pero…

-deja eso – se quejó Hibari cuando de nuevo era presa de una ilusión, cuando encontraba al ilusionista gruñía molesto. Yasu apretaba sus puños mientras veía en la dirección de los sonidos

-el festival – susurró sonriendo una vez más

-basta – gruñó un Hibari enfadado mientras observaba al chico tratando de centrarse

-lo siento es que esa bulla me distrae

-deja de usar ilusiones – protestó pero el chico de vez en vez desviaba su mirada hacia otra dirección

-bien, ahora me pondré serio – Yasu quiso a atacar pero de nuevo la música y la prueba del altavoz lo distrajo haciéndolo caer – ¡demonios!

-vuelve cuando estés centrado – no iba a gastar tiempo en enfrentar a un enemigo que no era capaz de enfocarse en la batalla – tengo mejores cosas que hacer

-usted también quiere ir, ¿verdad?

-hmm

-hagamos un trato – sonrió Yasu mientras se colocaba en frente de la nube

-¿qué trato?

-aplacemos el combate

-¿qué planeas?

-quiero ver el festival universitario, nunca he visto uno – explicó con un puchero, con esa mirada infantil que hacía a Hibari recordar a alguien… – apenas termine continuaremos… además usted

-herbívoro idiota – se recriminó al comparar a ese herbívoro ilusionista con Tsunayoshi… no tenían ni el más mínimo parecido

-usted también quiere ir… quiere verlo – comentó con malicia, pues tenía ciertos informes que sus espías -de nombre Matt y Liliana- le habían proporcionado con anterioridad – no lo niegue

-prefiero morder herbívoros escandalosos que… a alguien patético que usa ilusiones – comentó con furia en su mirada

-lo veré después del festival, Hibari-san~

-te morderé hasta la muerte si causas destrozos – amenazó para en seguida darle la espalda e irse

-eso es un acepto – canturreó al ver a la nube alejarse – aunque en verdad me hubiese gustado pelear con usted lo más pronto posible – se mordió la uña del pulgar con frustración

 

 

El castaño suspiró pues le fastidiaba tener que fingir que no le interesaba una pelea, pero era verdad que quería ir al festival, ya después pelearía con la nube, pero por el momento tenía que ir a investigar el comportamiento del Sawada menor, molestarlo un poco, quizá hacer travesuras, comer un montón, jugar con los materiales médicos de la facultad…

 

 

-una mujer – susurró al final, pues su plan ya lo había trazado mientras descansaba, se iba a divertir un rato – ya después me divertiré con la nube solitaria… una nube muy atractiva, cautivadora – sonrió Yasu con malicia mientras tomaba el camino contrario al de Hibari… así terminó aquella mañana… un pacto entre adversarios… así se aplazó la batalla

 

 

Continuará…

 

Notas finales:

¿Cómo estuvo?

¿Merezco review?

 

Bueno, debo decir que... tengo un bloqueo, ¡maldito bloqueo! jajaja, es triste *suspira*

Pero bueno, aun tengo capítulos escritos, así que no os preocupeís :v

 

Muchas gracias a las personitas que me han dejado reviews, los mismos que los contestaré mañana~~~

No tego más que decir por ahora... solo que... ¡¡¡empezó el festival señores!!!! ¡¡¡empezó!!!!

Y con eso, ¿qué creen que va a pasar? ¿qué travesuras abrá? ¿qué ocurrencias los asombrarán? XD

 

Nos veremos en otra ocasión~~~~

Bye-bye 

Besos~


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