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Karma por Abyss

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Notas del capitulo:

¡Al fin mundo! La parte cinco de Karma ;D

y al final termine cortando la idea y ahora en lugar de seis, seran siete capitulos, fock, pero bueno, ¿que se le podra hacer?

No les dire nada para hacerla de emocion :D!

Espero que les gusste~

Y si no pues ni modo :x

Pd: lo que esta en cursvia es, la entrevista de Steven que es atraves de la television, y lo otro porque esta hablando por telefono.

solo por aclarar

Nunca se había sentido inseguro de su relación con su novio que le llevaba diez años. Mucho menos había sentido temor a que en algún momento determinado fuesen a cortar de un momento a otro y su extremadamente cariñoso y amoroso novio le fuese a dejar por alguien más.

Hasta que partió hacia la región de Kalos.

La lejana región había solicitado la presencia del campeón de Hoenn para una entrevista, la cual fue ofrecida amablemente por la Asociación Pokémon de Kalos —si, había una por región— como parte de una serie de programas especiales donde se entrevistaron a campeones de todas las regiones, exceptuando aquellos que, pese haber derrotado al campeón de la región y recibir el título, sino era nombrado por la asociación como tal, no entraba a formar parte en las entrevistas o eventos oficiales donde se requería la presencia de un campeón propiamente dicho.

Por el momento únicamente Mirto, Iris y Cynthia habían sido los primeros en ser entrevistados, y finalmente la invitación había sido hecha llegar hasta la región Hoenn. La emoción de Steven ante dicha noticia había sido tan palpable como aquel día en que le dijo que sus primos querían que fuese a cenar con ellos.

—Solo serán unos días—Explicó Steven mientras miraba como Drew guardaba la ropa limpia que el mayor iba a necesitar durante su estadía en la lejana región—No tardare mucho, te lo aseguro.

—Si te entiendo—replicó el menor ligeramente fastidiado debido a la insistencia de su novio en explicar su viaje—No me pienso sentir abandonado ni nada similar. Te lo prometo.

Aseguro el de cabellos verdes mientras finalmente aplastaba la tapa de la maleta que había llenado a rebosar, teniendo una obvia dificultad en cerrarla hasta que finalmente Steven se acercó para ayudarle, sin muchas ganas por supuesto.

—Te voy a extrañar…

Comentó el mayor, tan melosamente y triste, abrazando al menor instantáneamente después de ver que finalmente hubiese cerrado la maleta.

—Yo también—susurro el menor correspondiendo al extremadamente dulce abrazo—Pero volverás pronto, y además te veré por televisión—sonrió, sintiendo un extraño orgulloso nacer en su pecho ante la idea de ver a su novio siendo entrevistado—Ya veras que estarás en casa antes de lo que te imaginas.

Tres días más tarde de haber partido finalmente fue el momento en que la entrevista —en vivo— se mostrará por televisión abierta, aunque debido a la diferencia horaria había tenido que quedarse despierto hasta tarde para poder ver la original y no una repetición por la mañana.

Así que ahí estaba, acurrucado en el sillón de la casa en Mossdeep City mientras miraba la plasma que Steven había comprado —en las rebajas del año pasado— cuando buscaban más cosas para remodelar el lugar que, de un momento a otro, terminaron compartiendo.

—¡Con todos ustedes, el campeón de la región Hoenn…!

Fijó su verde mirada una vez más en la pantalla, dejando finalmente lo que se encontraba haciendo a un lado, para prestar toda su atención al programa donde saldría su novio, notando al cliché presentador del programa, y viendo, con curiosidad, a la hermosa dama que se encontraba ocupando uno de los sillones, a quien reconoció como la campeona de la región Kalos, Dianta.

—¡Démosle un cálido recibimiento a, Steven Stone!

Sintió su mirada volverse borrosa cuando la luz de la televisión aumentó —tenía toda la habitación a oscuras, normal que aquello le calase la mirada— cuando el invitado de honor hizo acto de presencia en el lugar, con un elegante traje negro de vestir con su camisa blanca y una corbata plateada que le hacía ver como el adonis que era… Aunque eso jamás lo admitiría en la cara de su novio, con tal de no subirle mas su inflado ego.

—El campeón de la lejana región que nos honra con su presencia, aceptó muy amablemente formar parte de nuestro programa de entrevistas—continuó hablando el hombre de traje a cuadros en tonos grises y cabello negro que le tendía la mano a Steven dándole la bienvenida sin usar el micrófono—Muchas gracias por acompañarnos esta noche, Sr.Stone.

—El gusto es todo mío, me siento privilegiado por haber sido invitado—agradeció el de cabellos plateados—Y no es necesario que me llame señor, aparte de que aun no lo soy, eso simplemente me recuerda a mi padre.

Se rió ligeramente cuando escucho el curioso pedido de Steven a través de la televisión, y no le parecía ningún pedido ridículo, estaba seguro que no fue la única persona a cuya mente vino la imagen del padre de Steven ante aquella formalidad en que fue recibido en el programa.

—Claro que si, disculpe la molestia—se apresuro a agregar el presentador alejándose del campeón, caminando los dos a donde se encontraba Dianta, quien de inmediato se levanto del sillón que se encontraba ocupando—En la entrevista de hoy, nuestra amada campeona, la señorita Dianta. Nos acompañara para entevistarle.

—Es un gusto conocerlo, Joven Stone—saludo la dama de cabello en un curioso tono grisáceo y con un elegante vestido corto en color blanco y con pedrería bordada en lugares estratégicos.

—El placer es todo mío, Señorita Dianta—Steven copió el gesto, tomando la mano de la joven, para inclinarse de tal forma que terminó depositando un beso en el dorso de la mano que sostenía.

Drew miró atentamente la pantalla —ignorando por completo el como la entrevista poco a poco iba tomando forma— para pasar a sentarse en el sofá donde se había recostado, mirando el cómo las cámaras se encargaban de hacer un énfasis extraño en los dos campeones que se encontraban compartiendo palabras educadas, formales y algunas cuantas preguntas que no alcanzaba a procesar, simplemente veía lo que los medios querían mostrar.

Por un momento sus ojos simplemente captaron la forma en la que tanto Dianta como Steven parecían congeniar, ambos con esa aura de grandeza y belleza que solía envolverlos, como si no existiese nada más a su alrededor, que ellos dos.

—¿Entonces usted ya no vive con su padre?—preguntó el entrevistador sentado un poco alejado de los dos campeones, dándoles un espacio planeado de antemano.

—Oh no, tengo ya poco más de cuatro años de haber salido de la casa de mi padre—contestó amablemente Steven mientras sonreía con amabilidad—Cuando me convertí en campeón decidí finalmente vivir por mi cuenta.

—¡Vaya! Muchos pensarían que por ser el heredero a una empresa, no le dejarían fácilmente irse de casa—comentó el hombre mayor.

—Me imagino, pero gracias a los dioses mi padre siempre ha sido una persona que me ha apoyado en muchas de mis ideas, independientemente si realmente ha estado no de acuerdo con ellas—hablo el de cabellos plateados mientras se rascaba ligeramente la mejilla con un solo dedo, en una especie de gesto nervioso—Me alegro mucho de tenerlo como padre.

El lugar se llenó con un ligero silencio, hasta que Dianta se movió de tal forma que reveló que le habían mandado algún mensaje, una pregunta más para el campeón que le hizo sonreír incluso antes de siquiera haberla formulado.

—Bueno Steven—comenzó la campeona de Kalos mirando fijamente al invitado, manteniendo el contacto visual lo más posible—Te preguntare algo que obviamente toda la población femenina, y tal vez uno que otro varón, está que se muere por saber—comento con una sonrisa la dama, como si aquello fuese algo para reírse—Actualmente, ¿Estás saliendo con alguien?

La almohada que en algún momento —que ni el se había dado cuenta— llegó a sus brazos, fue abrazada de tal forma que, de no ser por la funda, muy probablemente le hubiese sido capaz de sacar el relleno.

Sus nervios nacen de lo obvio y lo más lógico, aun cuando ambos ya tenían casi tres años saliendo, el noviazgo que llevaban era uno secreto, solos sus primos —más que nada por lo insistentes que habían sido tras darse cuenta que algo extraño le estaba pasando— Wallace de forma superficial debido a consejos que Steven le había pedido, la Elite Four… La secretaria Razor, sus pokemon… Y ya. No había más gente que supiese de su relación, tal vez hacían suposiciones, una que otra conjetura, pero nada que fuese confirmado por ellos dos.

Y así era más fácil para los dos.

Para Steven, el revelar que salía con alguien no tendría que ser algún problema inicialmente, simplemente era algo que con el tiempo se terminará aceptando, el problema ya era con él.

Salir con alguien famoso significaba y atraía muchas cosas. Significaba que tenía que ser llamativo, que la gente hablaría a sus espaldas —más de lo que ya lo hacían— que esperarían cosas de su persona, que fuese… Especial y se encontrará a la altura de su novio. Atraía problemas, dolores de cabeza, preocupaciones que realmente ni venían al caso, y lo más probable es que la gente que no le agrada que estuviesen juntos harían mil y un cosas por simplemente quitarlo de en medio, porque se desvaneciera.

—No… No me encuentro saliendo con nadie actualmente.

Aquella frase le hizo tragar saliva al sentir un nudo en la garganta, por alguna razón y aun a sabiendas de que aquello no había sido dicho para causarle algún malestar, al contrario, su novio lo hacia para que no tuviera problemas ni preocupaciones en primer lugar, que pudiese salir a la calle sin tener que ser reconocido únicamente por "ser el novio de un campeón" o peor, que le diesen un trato preferente por esa ridiculez.

Pero eso no evitó el nudo en la garganta, ni la acidez en la boca del estomago, y mucho menos las lágrimas en sus ojos. Porque la frase sonaba sincera, como una verdad… Tan real que le hacía sentir mal.

—Eso es asombroso. Cualquiera pensaría que alguien como usted ya se encontraba separado a estas alturas—comentó la campeona de la región, obviamente sorprendida ante tal revelación—Supongo que mucha gente se ha de insinuar o cosas similares… ¿No?

Antes de contestar Steven se mostró ligeramente nervioso, mirando de un lado a otro como si no supiera exactamente qué contestar.

—La verdad si, pero eso suele ser muy molesto, sobre todo con gente que no comprende y es difícil que acepten el no como respuesta.

Tras dicha revelación automáticamente el campeón de Hoenn se quedo en silencio, sin nada mas que agregar y mirando la hora en el reloj que llevaba de una forma discreta.

—¿Y que dices de Dianta?—soltó de repente el comentarista, sorprendiendo a ambas personas—Ella es muy linda, ¿No le interesa salir con ella?

El control remoto impacto automáticamente contra la televisión, con tal fuerza que el aparato se tambaleó sobre la mesa donde se encontraba —no, no era de esas televisiones que se colgaban—para finalmente caer por su propio peso hacia el frente, golpeándose fuertemente contra el suelo, jalando los cables a los cuales que minuto antes habían estado conectados a la luz. Apagándose al momento, y muy obviamente, dejando de funcionar… Tal vez para siempre.

—Mier…

Susurro a la vez que escondía su rostro con la almohada que de milagro continuaba viva.

Tendría que comprar otra televisión antes de que Steven volviera.

0.o.0.Una semana después.0.o.0

—¿Como que vas a tardar más tiempo?—pregunto Drew mientras sostiene el teléfono contra su hombro e intenta peinar a Absol, que últimamente se había encontrado muy inquieto—Habían dicho que solo seria una semana.

—Lo se, y solamente iba a ser la semana, pero estuve platicando con el señor que me dio la información de las mega piedras y pues… Una cosa llevó a la otra—contestó el mayor a través del auricular—Confía en mi, solo serán tres días, te lo aseguro.

Dejo salir un suspiro agotado que se escuchó a través del teléfono, con su novio obviamente esperando su respuesta.

—Pero no te tardes mucho, que tengo que partir a un concurso de coordinación...

0.o.0.Dos semanas despues.0.o.0

Camino furioso a través de Mossdeep City, pisando fuerte en cada uno de sus pasos, tal y como le había advertido a Steven, en poco tiempo tuvo la necesidad de retirarse de la isla y asistir a un importante concurso al que fue invitado cordialmente, evento al que debía de asistir y no podía posponer.

Su mal humor actual se debía a Steven, no solo no había regresado en los tres días prometidos, sino que acababa de hacerlo hace dos días —algo de lo que se enteró gracias a que era amigo de la secretaría— casi llegando a dos semanas, muy diferentes a lo que realmente le había prometido.

Pero eso no era todo.

Su mano se cerró aún más, haciendo crujir el papel de la revista que sostenía fuertemente, era el número más reciente, no solía comprar revistas, le parecía molesto y una pérdida de dinero, la mayoría —como tal vez lo era la que llamó su atención— no eran otra cosa más que noticias amarillas, que se encargaban de exagerar para atraer a la audiencia.

Y mira que la revista de todas formas terminó cumpliendo su objetivo.

Ahí, en grande, se encontraba una foto de su novio paseando muy tranquilamente por las calles de Lumiose City en ropa normal y al lado de Dianta… Si, de ella, ambos muy alegres en la maldita fotografía y sonriendo mutuamente, tanto así que la imagen daba para hablar, demasiadas cosas para hablar y que si trataban en el jodido artículo que alcanzo a leer por el simple hecho de intentar enterarse de lo más vital —intentando descifrar qué era lo amarillista y cual lo real— claro, de todo lo que termino leyendo, ninguna de las cosas fueron de su agrado.

—¡Drew!

A la distancia, y saliendo de la tienda con techo azul se encontraba Steven Stone. Extremadamente feliz por volver a ver a su novio y probablemente ante la dicha de regresar a casa después de un buen tiempo.

El de cabellos verdes no contestó, simplemente continuó caminando pisando el suelo de tal forma que se mostraba su enojo —algo que, cuando finalmente lo noto el mayor, no pudo evitar sentirse ligeramente desconcertado— moviéndose de forma tan tiesa que la gente a su alrededor simplemente se hacía a un lado para dejarle el pase libre.

Steven Stone miró a su novio, con una expresión que mostraba desconcierto y nerviosismo, se encontraba consciente de que debía estar enojado —lo supuso todo el camino de regreso cuando noto que se tardó más de tres días— la confianza entre ellos era un asco, o al menos en el lado del menor, él se encontraba totalmente consciente de que Drew, de una u otra forma, jamas haría las cosas que él sí era capaz de hacer, cosas que poco a poco iban terminando la confianza que el menor deposita en su persona.

Pero aun con todo eso, no comprendía que podía tener al más joven tan enojado…

—¡Se puede saber qué es esto!

De un momento a otro, la mochila —nada ligera por cierto— de Drew se había ido a estampar contra su rostro, tomando desprevenido de tal forma que terminó cayendo al suelo de sentón, aquello no terminó ahí, pues instantáneamente Drew lanzó algo a su rostro, pegándole con la suficiente fuerza que su poco paciencia se escuchó quebrarse.

—¡¿Por eso es que no volviste a la región cuando debía ser, maldito bastardo!?

Steven intentó contener la ira y las ansias de contestarle de la misma forma —brusca y en la cara, pero no, ya había aprendido a controlar su mal carácter aunque fuese un poco— en lugar su vista se quedo pegada en el suelo, justo ahí donde había terminado cayendo la revista por cosa del destino, viendo atentamente la portada… Tragando saliva cuando vio la fotografía que le habían tomado con Diantha, aquella que ocupaba toda la portada en sí.

—Drew… Puedo explicar—contestó, comprendiendo el porqué de la reacción de su novio, claro, que la reacción era mucho más fuerte de lo que se esperaba que pudiese ser, pero se lo merecía, él era un peor celoso, y ya había hecho pasar un mal al más joven, por lo que, con mayor razón, intentó controlar sus impulsos de contestarle igual—No es lo que parece…

—Para tu información, jamas es lo que parece—respondió bruscamente Drew sin darle más oportunidad a hablar, la gente a su alrededor comenzaba a aglomerarse, pero no fue algo que logró llamar su atención—No me pienso enojar si me dices que ella te pareció linda, ¿Sabes?

—Pues no es exactamente lo que estás demostrando, mi amor—Steven respondió de forma sarcástica mientras se levantaba del suelo, mordiéndose la lengua tras darse cuenta de la estupidez que acababa de soltar.

Aquello obviamente no mejoró la situación en lo más mínimo.

—¿Me estas dando la razón?—pregunto el menor sin bajar su tono de voz, con las manos en la cintura, su playera de licra negra pegada al cuerpo se movía al compás de su acelerada respiración—¿Has vuelto para volver a irte, verdad? ¿Como siempre haces?

Steven cerró sus manos en dos puños ante el no tan agradable recuerdo de lo que había hecho con anterioridad, recordando las veces que desapareció para investigar sobre los legendarios, manteniéndolo al margen lo más posible, mintiendo siempre que tuviera la oportunidad.

—De seguro nada más has venido para hacer una vez más las maletas e irte a desaparecer a algún lugar donde nadie pueda contactarte...—continuo el menor, soltando aquellas palabras que siempre había querido decir pero que terminaba callando, porque no era el momento, porque no debía decirlas… Pero hoy sí era su momento—Y aquí voy a estar yo como estúpido, teniendo que esperar, tenie…

—¡Podrías confiar en mi!

Pide Steven moviendo su mano diestra rápidamente, de tal forma que terminó tomando el brazo de Drew de una manera lo suficientemente brusca que terminó obligándolo a ponerse de puntillas. Amaba a su novio, y por él durante un largo tiempo había intentando controlar su mal genio, su mal carácter, pero había situaciones que simplemente se le escapaban de las manos… Y sentir como su zona de confort era invadida con la verdad, no hacía otra cosa más que ponerle a la defensiva, sacando a relucir esa parte violenta que deseaba abandonar.

—¡¿Confiar?! ¡¿En verdad te dignas a pedirme algo así?!—exclamó totalmente enojado el menor, sin romper el contacto visual, mostrándose firme a pesar de lo violento que en un instante se había vuelto la situación, ignorando si aquello tenía sentido o no—¡¿Cómo es que eres capaz de venir a pararte frente a mi y pedirme confianza?!

El de cabellos plateados iba a contestar, pero las voces a su alrededor llamaron su atención, recordando rápidamente que se encontraban en un lugar público y donde esa clase de "discusión de pareja" no debía de ser tan… Pública como la estaban haciendo.

—¡Este no es lugar para discutir!— le grito, para posteriormente caminar y jalar de forma brusca, con la necesidad de poner un límite, algo que le ayudará a tranquilizarse.

Hasta que se sintió siendo frenado, con una fuerza que, aunque menor, fue capaz de frenarlo.

—¿Quien te dijo que iba a ir contigo?—respondió amenazante el menor, solo para ser jalado por el mayor quien dejó acercó su rostro para ya resistir el impulso de seguir gritando.

—Yo.

Corto secamente el mayor, antes de volver a arrastrarlo.

0.o.0

—¡Solo fueron unos cuantos días más!

—¡Dos semanas no son unos días!

Drew resistió el impulso de llorar. Intento ignorar la ridícula necesidad de agacharse en el suelo y ponerse a llorar a la espera de ser consolado, porque sabía que no lo sería, y no es como si quisiera serlo con el tipo que tenía enfrente.

—¡¿Es que acaso no eres capaz de mantener una promesa?!

—¡Ya te dije que no paso nada, maldita sea!

Era una lucha perdida entre los dos, algo que obviamente no iba a terminar bien. Porque Steven no explicaba la razón de su tardanza ni el porqué de tanta amistad repentina con Dianta, tanta amistad que los medios decidieron señalarlos como posibles novios o el interés romántico del otro. Y porque Drew no pensaba escucharlo, no podía creerle.

—¡¿Porque tanto misterio?!—exigió el menor avanzando valientemente hacia Steven, quien se había alejado con miedo a hacerle daño.

Se conocía lo suficientemente como para saber que eso podría acabar peor.

—¿Si te lo llego a decir me creerías?—pregunto con el sarcasmo pegado a la lengua, volviendo una vez más a establecer contacto visual.

—¿Me crees estúpido como para pensar en que me dirás la verdad a la primera?

Una vez más, y por un impulso, las manos de Steven se alzaron de forma que sostuvo al de ojos verde de los brazos, quién no se movió, simplemente se quedó quieto en su lugar, sin cambiar su expresión en lo más mínimo. Obviamente se encontraba consciente del, hasta dónde, era capaz de llegar Steven cuando mostraba su mal carácter, no es como si él lo quisiera totalmente. Pero era una persona que le gustaba tener las cosas bajo control, como el quería. Y así era Drew, había momentos donde podía manejarlo a su gusto, moldearlo a su manera, mantenerlo tal cual como lo quería… Pero eso no significaba que el menor no se cansara, vivir de esa forma no era sano... Pero…

—No pienso dejarte ir.

El de cabellos verdes frunció el entrecejo ligeramente ante aquellas palabras. No era la primera vez que las escuchaba, y sabía que tampoco iba a ser la última.

—Tu no decides eso.

El mayor suspiro de tal forma, que fácilmente podía ser leída la frustración que sentía ante dicha respuesta de su novio.

—Ya te lo he advertido, no me importa que tenga que hacer, te tendré a mi lado sin importar que.

El silencio inundo la habitación mientras el ambiente tenso se sentía fácilmente, siendo en si, lo único que eran capaces de respirar en ese momento.

—¿Porque temes que me vaya? ¿Es que si hiciste algo? ¿O simplemente estás cambiando el tema?

Insistió Drew, sintiendo como las manos de Steven se cerraban aún más en sus brazos, ocasionándole dolor, y muy probablemente, le dejarían la piel marcada. Pero no podía culpar únicamente al mayor de la situación, era una culpa compartida. Porque mientras Steven siempre intentaba hacer con el como quería, como deseaba tener las cosas… El se lo permitía, le daba ese enfermizo consentimiento. Aquel que le recordaba que lo amaba, sin importar el daño que aquello le llegara a ocasionar.

—Siempre lo he temido…

Contestó el mayor, una vez más, haciendo gala de su fuerza para sentar al menor en el sillón que había cerca, manejándolo a su gusto como si fuese una muñeca, pues este tampoco ponía resistencia alguna… Pero sus ojos, sus bellas esmeraldas, eran el aviso de que aquello no había terminado.

—No hice nada… Es verdad… Únicamente…

Steven dejo que el silencio consumiera el lugar soltando finalmente a Drew, quien ahora se encontraba sentado. Con tranquilidad se arrodillo en el suelo frente al de cabello verde y posó su cabeza en las piernas del menor con delicadeza y extremo cuidado.

—No puedo decirte… Quiero protegerte… No dejare que nada ni nadie te haga daño.

Drew tembló en su lugar, de la ira y frustración, una vez más el mayor había cambiado el tema, dejando todo de lado y simplemente moviéndolo a su antojo, como quería, tal cual como deseaba.

Y él simplemente se quedó allí, respondiendo a su gusto, actuando tal cual como él deseara. Sintió la bilis subir por su garganta, acompañada por una frase que en su vida había deseado volver a repetir, pero ahí estaba, en el momento justo para volver a decirlo, en una situación tan parecida que le daba asco de tan sólo suponer en lo que venía a continuación.

—Que me quieras proteger, no significa que me debas dejar al margen de todo.

Su única contestación, tras dichas palabras, fue el silencio, un tenebroso silencio. Sintió las lagrimas acumularse en sus ojos, hasta que finalmente alzó una de sus manos y… Con cuidado, comenzó a acariciar la cabeza del mayor en una especie de gesto reconfortante, algo que hizo a Steven suspirar y —podía jurar— sonreír.

¿Cómo es que podía seguir confiando en ese hombre?


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