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Little pain por girlutena

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Notas del capitulo:

Vaya...siento como si hace mucho no actualizaba... 

((:

Toda la manada se había reunido en el centro del pequeño pueblo, los alfas se encontraban transformados en su forma animal, listos para atacar a cualquier enemigo, todos se encontraban deseosos de matar a todo aquel que se atreviera a atacar a su joven líder.

Observaron como Carlise llevaba en brazos el cuerpo de Jacob, mientras que rápidamente Billy se acercaba a ellos.

-¿Qué pasó? -Intentó palpar el rostro de su hijo, y sintió como su corazón se agitaba con fuerza y dolor al sentir como el calor empezaba a acumularse en aquel pequeño cuerpo.

-Primero llevémosle a su habitación. -Billy parecía querer replicar, pero ante la mirada del mayor se quedó callado, su lobo interior rugió fuertemente al sentir el aroma de Edward. Frunció su ceño con molestia, deseaba atacarlo, calvar sus colmillos en aquella piel lechosa, pero sintió la mano de Carlise sobre su hombro -Sígueme.

Los lobos soltaron sus fuertes y molestos rugidos al ver como Edward se detenía junto a Emmet, deseaba seguir a su padre y cobijar el cuerpo de Jacob entre sus brazos, pero tan solo pudo quedarse de pie y aceptar las turbias miradas de los lobos; Sam caminó con pasos calmados hasta los dos vampiros.

-No puedo permitir tu ingreso. Pero puedes quedarte en la playa hasta que hables con Carlise. –Ed aceptó y le dedicó una simple sonrisa a su hermano, Emmet no dijo nada, escondió sus manos en los bolsillos de su pantalón y caminó hasta la cabaña que compartía con su nueva familia.
Sabía que a su hermano le iba a costar recuperar la confianza de la manada, todos ellos eran una familia, y si dañaban a uno, los dañaban a todos.

-Él se encuentra bien. –Emmet se quedó en la puerta junto con su padre, observando como Billy se encontraba en la cama, acariciando los oscuros cabellos de su hijo. –Por lo poco que pudo decirnos; le dio batalla a James, pero perdió sus fuerzas poco antes de que llegáramos.

-Entiendo. -Los hermanos se acercaron a su padre, habían sentido los movimientos de Edward. Una extraña, pero fuerte energía se sentía muy cerca de ellos, era pesada y fría. -¿Qué vamos a hacer?

-Pelear. –Billy solo vio como Carlise salía de la habitación, sabía que lo iría a ver, aquel aroma se podía sentir en todo el lugar.

-Él es fuerte, después de todo es mitad licántropo y mitad vampiro. –Billy sonrió despacio ante las suaves palabras de Emmet, dejó que el joven apoyará sus manos sobre sus hombros y acarició con ternura aquellas grandes manos.

Emmet era tan grande, se podía ver como cada músculo se flexionaba ante cualquier pequeño movimiento; pero era tan amable y tierno, que sabía que su hijo Seth se encontraba en buenas manos. Acarició los cabellos del más joven, sonriendo al saber que su familia había crecido aún más.

Cuando Carlise llegó hasta la orilla de la playa, pudo darse cuenta que el aura de Edward se encontraba desestabilizada, aquella mirada ámbar se encontraba perdida y molesta, sus manos cerradas en fuertes puños, daba la idea que podía explotar en cualquier momento.

-Me alegra que estés bien. –Edward bajó su mirada hasta la tierra húmeda, podía sentir con fuerza el aroma de su cachorro, y sabía que a su pequeño Jake le gustaba ese lugar. -¿Qué fue lo que pasó?

-Yo… pensé que mi camino era el de hace siglos, pensé que mi amor hacía Lara seguía intacto, pero ella no es la misma. Nunca lo fue.

Carlise se sentó sobre la arena húmeda y sonrió suavemente al sentir que el menor hacía lo mismo, intentando buscar su consuelo. Recordó el día en que estuvo enfermo y su madre le hizo jurar cuidarlo, sabía que había sido difícil desprenderse de lo que conocía. Su lado humano siempre iba a estar latente.

-Me siento perdido, Carlise. –Edward sintió la mano de aquel ser que había hecho de su padre, acariciar sus cabellos, y sabía que si pudiera llorar en esos momentos se encontraría derramando infinitas lágrimas. –No me puedo perdonar si algo malo le llegase pasar a Jacob o algunos de ustedes.

-Él se encuentra bien, pero supongo que la manada te tendrá sumamente vigilado. –Edward lo sabía, había sentido como dos lobos se encontraban muy cerca de él, pero no tenía derecho alguno de decir o hacer algo en contra de ello. –Lo más importante ahora es hacer un plan de ataque.

-¿Papá? -Jake había despertado en la comodidad de su cama, podía sentir todos los aromas juntos, frunció levemente su ceño y llevó su mano hasta la parte derecha de su cabeza, sintiendo una fuerte punzada.

-Mi niño. –Jake se vio envuelto entre los brazos de su padre, sonrió suavemente al sentir las pequeñas lágrimas caer sobre su piel. -¿Te duele algo?

-Tengo hambre. –Billy sonrió despacio y besó los cabellos del menor, acarició la mejilla de su cachorro, sonriendo al saber que aquel lazo nunca se iba a romper. -¿Dónde está papá?

-Él está con Sam. –Billy observó cómo su hijo comía el almuerzo, aún le parecía extraño saber que su familia estaba completa, saber que el padre de su hijo se encontraba con ellos, como Seth había entrado a su familia, para terminar, siendo como un hijo más. Aún le sorprendía como aquellos jóvenes vampiros habían transformado sus vidas para ahora vivir junto a su manada. Sintió una punzada al ver como su niño iba dejando el tenedor sobre el plato, como sus hermosos ojos empezaban a oscurecer lentamente.

-Yo intenté pelear contra él, pero él. –La voz de su hijo sonaba tan lejana, tan suave y pausada, Billy pudo ver como su hijo llevaba su mano hasta su cuello; había visto aquella marca, pero Carlise le había prometido y jurado que nada malo le pasaría a su niño. –Sentí como me mordía.

-Pero ahora estás bien. -Billy aferró con fuerza el cuerpo de su hijo, escondiendo el rostro del menor en su pecho.

-Pá, quiero hacerme más fuerte. No quiero depender de los demás. –El mayor asintió suavemente ante las palabras de su hijo.

-Pero por ahora debes comer y descansar. –Jake sonrió abiertamente al ver como Alice se acercaba a él y le desordenaba sus cabellos. Cerró sus ojos al sentir como la vampira besaba con cariño su sonrosada mejilla. –Después que descanses te ayudaremos a entrenar.

Edward aún no podía acercarse al menor, tan solo había podido observarlo desde lejos como entrenada con sus hermanos, escuchó los pasos de Carlise y pudo sentir el aroma de Billy combinado con el resto de la manada.

-¿Qué es lo que sabes? -No deseaba apartar su mirada de su hermoso cachorro, pero tampoco podía ignorar las preguntas de los mayores.

-Aro y los demás están aquí. -Billy pudo sentir como Carlise empezó a molestarse, había fruncido su ceño y todos se dieron cuenta que aquello no era nada bueno.

-¿Quién es Aro?

-El líder de los vampiros. -Carlise tomó la mano de su lobo e intentó sonreírle, pero aquello no calmó las ansias del menor. -Ya saben la verdad de Jacob.

-¿Qué piensan a hacerle a mi hijo?

-Ellos piensan llevárselo. -Billy pudo observar la tristeza que había embargado en los ojos de Ed, podía sentir la pena de aquel joven vampiro y pudo recordar aquellos momentos en los que él no supo que hacer, el momento en que huyó de su propia manada.

Se acercó lentamente hacia el vampiro y palpó aquella fría mejilla. Intentó sonreírle suavemente, los ojos ámbar de Ed se fijaron en la pequeña cicatriz que había quedado en la frente del mayor, cuando tuvieron su pequeña disputa.

-Yo… lo siento mucho. -Acarició la mejilla del menor e intentó sonreírle, haciéndole saber que ya había pasado.

Edward tuvo que aferrarse al cuerpo de aquel lobo, escondió su rostro en la curvatura de aquel cuello, tranquilizándose al sentir aquel aroma, muy parecido al de su cachorro. Sintió las manos del mayor acariciando su espalda y sonrió al sentir los pequeños besos sobre su cabeza.

-Gracias, muchas gracias. -Billy le dedicó una pequeña sonrisa. Acarició los cabellos del menor, sintiendo como el calor se incrementaba en su pecho. -Ellos esperan a que la noche de luna roja acabe para atacar.

Un fuerte grito se escuchó con fuerza por todo el lugar, todos de la manada se transformaron con demasiada rapidez. Pero cuando todos llegaron a la zona, solo podían observar como el lobo de Jake se encontraba encima de Emmet, soltando un fuerte rugido lleno de satisfacción.

-Estaban haciendo una carrera y pues, Jake ha terminado ganando.

-¿Le ganó a Emmet? -Carlise se acercó a su hijo mostrando una emocionada sonrisa, acarició la cabeza del lobo y le escuchó soltar un rugido. -Lo estás haciendo perfecto, hijo.

-Tengo hambre, pa. -Carlise sonrió orgulloso al escuchar la voz de su hijo en su mente. Se quitó su chaqueta y cubriendo el cuerpo del lobo, dejó que su hijo se transformara, cubrió su delgado cuerpo y el menor se agradeció que aquella prenda le quedara hasta más debajo de las rodillas.

-Vamos a comer, campeón. -Emmet desordenó los cabellos del menor, podía sentir la penetrante mirada de Edward, pero no hizo nada por separarse del menor.

Jacob dejó que sus padres y Emmet le llevaran hasta la pequeña casa, había sentido como su corazón empezaba a bombardear con fuerza al sentir la presencia de su imprimación. Quiso buscarlo, deseó hacerlo y correr a sus brazos, pero no podía olvidar como le abandonó, agachó su mirada e intentó mantenerse sereno ante la mirada de aquel vampiro.

-Necesito hablar con él. -Su voz había salido como un suave susurro, tan solo pudo ver como Carlise se alejaba lentamente con el menor en brazos.

-No hoy. -Alice se acercó a su hermano y palpó suavemente su hombro. -Ya sabe que estás aquí, él te dará el momento.

Nadie dijo nada cuando el menor salió de la casa, Billy se acercó a la ventana, observando como su pequeño tomaba el camino hacia la playa, cerró lentamente sus ojos al sentir los fuertes brazos de su vampiro alrededor de su cintura. Soltó un fuerte suspiro, mientras que su vampiro apoyaba su quijada sobre su hombro.

Jacob sintió la arena húmeda bajo sus pies, había tenido que pedirle a Sam que alejara unos momentos a los guardias, ya que deseaba hablar a solas con el vampiro, su corazón no pudo evitar latir con fuerza. El cuerpo de Edward seguía tan grande como siempre, pero él ya no era tan pequeño, ni delgado y aquello lo agradecía.

Pero aquella sensación que sentía cuando veía al vampiro no podía quitarse de su pecho, dio unos pasos más y pudo observar como los músculos del vampiro se tensionaban. Se detuvo unos centímetros algo alejado del mayor, sintió el aire fresco soplar contra su cuerpo y aquello siempre traía una buena experiencia.

-Cometí varios errores. -Su voz sonaba arrepentida y aquello Jacob no solo podía escucharlo, podía sentirlo. -Pero el mayor error que cometí y por el que me arrepiento fue haberme ido, abandonarte.

-Tú te fuiste apenas la viste. -No deseaba recordar nada de aquella noche, de cómo observó a su imprimación besar a una hermosa joven, ni como recordar los ojos de Bella sonriéndole con pura malicia.

-Cuando era un humano, pensé y realmente creí haberme enamorado, pero cuando pasaron todos estos años pensé que no tenía nada por lo que vivir, me hundí en una depresión que en la cual nunca pensé salir, pero el día en que te vi, pude sentir como este corazón muerto podía volver a latir.

Yo no supe cómo reaccionar, no sabía cómo seguir con esto, cada vez que te veía a los ojos tan solo deseaba estar a tu lado, tenerte conmigo, pero ahora lo único que puedo hacer es cuidarte hasta que la vida se me vaya en ello.

Jacob no tuvo tiempo de decir nada, cuando sintió que recién podía hablar, Edward ya había desaparecido, mordió con algo más de fuerza su labio inferior, intentando que aquel dolor punzante en su pecho desapareciera.

Todo pasó muy rápido, una fuerte explosión obligó que las pequeñas aves salieran volando estrepitosamente, el olor a pólvora consumió todo el lugar. Jake pudo sentir como la tierra empezaba a temblar bajo sus pies y no sintió el golpe que llegó con fuerza contra su cuerpo.

Pudo ver como Edward le defendía de otro ataque, su respiración se encontraba agitada, empezó a ponerse de pie al ver como uno de esos vampiros apretaba con fuerza el cuello de su imprimación. Soltó un fuerte rugido, mientras sus huesos iban rompiéndose uno a uno, pero vio como la mirada carmesí de una hermosa mujer se posaba sobre sus ojos, quiso moverse, pero sus extremidades no respondían.

-Qué lindo perrito. -Solo pudo soltar un rugido, podía sentir la desesperación de Edward por ir hacía él, pero ninguno podía hacer nada. -No eres muy diferente a nosotros.

-Suéltalo. -A todos les sorprendió que aun teniendo tu garganta siendo aprisionada, pudieras hablar. -Aleja tus sucias manos de él.

Edward se movió tan rápido que su captor salió volando, pero Aro se detuvo al frente de ellos, mostrando una sonrisa algo tétrica.

-Vaya, vaya. -Jacob intentó ponerse de pie, sentía como la furia empezaba a recorrer su cuerpo, no le gustaba para nada ver como aquellos ojos le miraban con cierta burla y admiración. -Así que es verdad; medio licántropo, medio vampiro.

Podía escuchar los fuertes rugidos de su manada, podía sentir la desesperación recorrer por las venas de Edward, pero por alguna extraña razón no tenía miedo, cerró lentamente sus ojos, al sentir como el calor de su lobo interior volvía a salir.

Un fuerte rugido salió de su garganta, y de un solo cabezazo alejó al mano de aquel vampiro de su cabeza.

-No soy tuyo, no soy de nadie. -Jacob mostró sus afilados colmillos al sentir como la esencia de aquella mujer se acercaba cada vez más.

-Vaya, vaya. Eres un hermoso ser. -Aro caminó alrededor del cuerpo del lobo, observando cada detalle de su espeso pelaje. -Te has imprimado mi querido lobo.

Los ojos de Jake cayeron sobre los hermosos ojos ámbar de Ed y sintió una fuerte punzada en su pecho al ver la congoja en sus ojos.

-¿Deseas hacerte más fuerte, mi querido Jake? -Aquellas palabras le llamaron mucho la atención, alzó su cabeza interesado en que el vampiro tuviera que decirle. -Si es de ese modo, tan solo tendrás que seguirme.

-¿Qué esperas tú de esto? -Aro soltó una gloriosa risa, al saber que el menor no dejaba influenciarse.

-Nada, claro que nada. -El vampiro colocó sus manos en su cintura, observando sin mentiras los ojos rojos de aquel hermoso lobo. -Podrás conocer sobre tu otra mitad y luego podrás regresar, más fuerte.

-¿Qué pasará con ellos?

-¿Ellos? -Edward se ha dado cuenta que no puede estar alejado mucho tiempo de ti, es obvio que te seguirá hasta el fin del mundo con tal de estar a tu lado. Pero ella, mi querido Jake; ella hará todo lo posible por alejarte de su camino.

-No puedo dejar sola a mi manada. -Jake dio un paso atrás, deseando que aquel vampiro quitara la barra de energía que impedían que los demás entrasen. Podía escuchar los fuertes golpes de Emmet, de su padre, de su manada y de su imprimación. Podía sentir las fuerte vibraciones traspasar por las delgadas paredes, pero nada parecía romperlas.

-Vamos mi pequeño Jacob. -Aro levantó sutilmente su mano para acariciar los mechones caoba del menor, y todo pasó en un instante.

Los colmillos del vampiro se notaron con más claridad, pudo ver como aquellos hermosos ojos ámbar se volvían de un rojo sangre y sintió como el frio empezaba a envolver tu cuerpo. Podía escuchar los ruidos un poco más fuertes, podía escuchar a lo lejos las voces de su familia.

Pudo sentir como su cuerpo era fuertemente aprisionado por los brazos de Emmet y tan solo en un instante pudo ver como el cuerpo de Edward se embestía con tal fuerza contra el cuerpo de Aro. No pudo hacer nada, tan solo se quedó ahí de pie, siendo aferrado con fuerza por Emmet, pudo sentir como su corazón dejaba de latir, rápidamente las lágrimas se aglomeraron en sus ojos pardos, mientras observaba con terror como el cuerpo de su imprimación caía por el acantilado.

Notas finales:

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Besos!!!!!!


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