Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ramo de Flores por Abyss

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Finlamente! Y despues de mucho tiempo he logrado subir continuacion ;D.. Me siento orgullosa de mi misma... me enflorezco yo sola (?)

En fin, no tengo mucho mas que decir que no se que flor usar a continuacion :v

Total, nos vemos abajo~

Movió sus dos pares de alas con forma de rombos de forma tan rápida que la ceniza volcánica no alcanzaba a aglomerarse en aquella parte de su cuerpo. Cosa totalmente contraria que ocurría con el resto. Se movió de un lado a otro, tan impaciente y veloz como siempre lo había sido desde antes de haber evolucionado.

—Masquerain.

El pokémon de antenas con forma de ojos se movió de manera inmediata con dirección a su entrenador, notando apenas que, nuevamente, se había separado una buena distancia de él.

—Se que a ninguno de ustedes les agrada la ceniza volcánica...—se disculpó Drew mientras veía a su equipo pokémon un tanto molestos o incómodos por encontrarse fuera de su pokeball—Excepto tu, tu estas como Magikarp en el agua—se quejo el de cabellos verdes, señalando a Flygon quien se encontraba durmiendo tranquilamente bajo una montaña de ceniza que poco a poco se iba haciendo más grande—Bien, ignoremos al bicho verde.

Masquerain se movió de un lado a otro mientras observaba la reacción del resto del equipo, Roselia obviamente se rió a su manera al escuchar la forma más normal en que su entrenador llamaba a Flygon cuando no se encontraba de buen humor, Absol por su parte se sacudió brevemente donde se encontraba, intentando quitarse ceniza lo más posible —con todo él pelo que tenía, era él que peor la pasaba— estornudando en él proceso, y él… Bueno, él también rió un poco cuando vio al gran pokemon verde acomodarse una vez más en la ceniza, para continuar con la siesta que estaba tomando.

—Bien, recuerden que hemos venido aquí para buscar MT que a un imbécil perdió justamente por aquí y como al señor le dio flojera venir a buscarlos… En fin, ya ni quejarse es bueno, al menos no somos nosotros lo que tenemos que estar en él desierto buscando un Baltoy de distinto color.

Después de un momento para asegurarse que todo su equipo pokémon —excepto Flygon que seguía durmiendo cómodamente bajo su ya gigantesca montaña de ceniza volcánica— se encontrara en buenas condiciones, finalmente se separaron, recordándoles también que no se fueran tan lejos y mucho menos se perdieran.

—Me pregunto… ¿Estara por aqui?... ¿O por ahi?

Se cuestionó Masquerain mientras avanzaba en solitario, moviéndose de un lado a otro en su forma hiperactiva, aquella que ni evolucionando se le había quitado. Con su normal felicidad se metió entre unos árboles, acercándose de vez en cuando al nivel del suelo intentando ver algo parecido al extraño disco gris que su entrenador les había mostrado antes de separarse, lamentablemente no había dado con nada que tuviese aquella apariencia, unicamente habia visto una pelotita dorada muy grande y uno de esos extraños objetos que su entrenador usaba para espantar a pokémon salvajes.

Finalmente y después de volar un rato llego a un pequeño claro —pues sin darse cuenta había terminado metido entre unos árboles— por lo que se fijó de un lado para otro en la curiosa búsqueda que su entrenador les había encargado.

Hasta que lo noto… Ahí a la distancia y mirando detenidamente él suelo se encontraba aquel chico de cabello plateado que a Roselia no le agradaba mucho —aunque aquí entre nos, a Roselia casi nadie le agrada—y justamente a su lado se encontraba él novio de Absol… Bueno, no estaba seguro de que realmente fuera su novio, pero Roselia había dicho que lo era… Y Roselia no mentía.

—¡Oh!¡Tengo que decirle a Roselia!

Exclamó finalmente reaccionando, obviamente los dos únicos presentes —o que él había visto— no lo escucharon pues si estaban a una considerable distancia, por lo que se dio velozmente la vuelta y avanzó a esa misma velocidad sin fijarse en absolutamente nada.

Olvidando que venía de entre unos árboles, y debido a la emoción… Terminó golpeando con uno de ellos, cayendo al suelo como si de una hoja de árbol se tratara.

La situación no mejoró cuando, ya inconsciente, él árbol contra él que chocó término resintiendo él golpe… Soltando toda la ceniza volcánica que tenía acumulada en sus ramas… Enterrandolo vivo, literalmente.

0.o.0

Se mueve tranquilamente por toda la extensión del lugar que alguna vez llamó su hogar, hasta que fue capturado por él amable humano de cabello de un tono casi similar a su cuerpo y entonces comenzó a conocer otros lugares además de la blanca tierra que conformaba él lugar más cercano con él volcan. Estar una vez mas ahí le traía recuerdos, no muy agradables, pues a la mera hora tener un lugar en él mundo significaba pelear diariamente por él, tanto con otras especies vecinas como con aquellos que se supone eran iguales.

Razón por la cual no se arrepentía en lo más mínimo de dejar aquel lugar atrás. Detuvo un poco su caminar para estirar las patas y las alas una vez más y lanzar un bostezo al aire, a diferencia de Metagross —quien se encontraba al lado de su entrenador— él aún no se acostumbraba totalmente a la fascinación de su entrenador por las piedras, objetos que a su vista no eran tan valiosos como los hacia ver. Estuvo a punto de empezar su caminata en círculos una vez más, hasta que un ruido llamó su atención, un poco más al frente vio las ramas de un árbol verde deteniendo todo movimiento, y abajo se encontraba un montículo blanco de ceniza.

Curioso se acercó rápidamente a aquel árbol, era totalmente anormal que las hojas normalmente verdes se mostraran, pues la ceniza se acumulaba rapidamente en todo él árbol en sí, cambiando él verde por él gris en muy poco tiempo, razón por la cual la única posibilidad de las hojas de un árbol mostrarán su color natural debía ser un fuerte golpe proporcionado por algun otro pokemon en las cercanías.

Pero cuando finalmente se encontró al lado del árbol —algo lejano de su entrenador— noto con curiosidad que no habia ningun pokemon cerca y mucho menos huellas a la cercanía.

Ladeo la cabeza confuso mientras continuaba con su tarea de inspeccionar él suelo en busca de alguna explicación al curioso suceso, hasta que, finalmente, la pequeña montaña que se creó debido a la ceniza volcánica… Se movió.

Su primera reacción fue la de moverse instintivamente hacia atrás, a la espera de alguna reacción hostil hacia lo que sea que se encontrase enterrado por la ceniza, pues podría ser cualquier cosa pequeña, un Spinda por ejemplo. Sin embargo, tal reacción jamas llego, detalle que le hizo ladear la cabeza una vez más y acercarse de nueva cuenta a la pequeña montaña grisácea que algo mantiene enterrado. Bajo él pico con cuidado y movió la ceniza con su pico, con él suficiente cuidado como para tener tiempo de retroceder si es que en realidad aquello le fuese a atacar.

Pero no.

Lo único que encontró bajo la ceniza, fue él cuerpo medio muerto de un pokemon azulado con dos ojos muy grandes en un curioso tono anaranjado, que tras verlos durante un buen rato… Llego a la conclusión de que no, esos no eran los ojos. Con él mismo cuidado que cuando removió la ceniza pico una vez —lo que suponía— él pecho del pequeño pokemon que yacía aparentemente desmayado, probablemente con él golpe que se debió de haber propinado contra él duró árbol. Después de dicha acción retrocede una vez más sin apartar su vista de aquella pequeña criatura, ladeando continuamente la cabeza a la espera de alguna reacción.

Cosa que no recibió.

Una vez más bajo su pico, y en lugar de solo tocar una vez él esponjoso —o al menos así lo sentía— pecho, se dedicó a picar continuamente con la esperanza de que así reaccionara de una vez, obteniendo finalmente, una reacción.

Dicha reacción se mostró en forma de estornudo, él cual terminó alzando un poco de ceniza que terminó cayendo en su rostro, lo que le hizo retroceder e intentar quitarse aquella molesta de los ojos a toda costa, moviendo las alas sin éxito alguno. Debido a experiencias pasadas, él restregar su rostro contra él suelo no iba a ser de ayuda alguna, asi que su unica opcion seria ir con su entrenador… Lo único malo de dicha opción, es que aquella persona era tan silenciosa que dar con él, sin importar lo cerca que se ha de encontrar iba a ser todo un reto.

—¿Estas bien?

Un extraño sonido, de algo batiéndose a gran velocidad muy cerca de donde se encontraba, un sonido curioso que acompañó al suave susurro, como si quien lo soltó se encontrase arrepentido por algo.

—Creo que me entró ceniza en los ojos.

Comentó como si no fuese la gran cosa o como si aquello que le acababa de dirigir la palabra no fuese amenaza alguna, uno nunca sabe, tal vez sabía alguna clase de ataque de tipo fuego y ahora a causa de confiarse le iba a tumbar de un solo ataque… Tal cual como la historia de Aggron sobre la vergonzosa derrota de Metagross ante un Absol.

—Quédate quieto un momento…

Se quejo la suave voz que rondaba alrededor de su cabeza, razón por la cual debido a la inercia no podía evitar moverse en dirección al extraño sonido. Él pedido sin duda alguna le pareció extraño pero decidió hacer caso, total, no tenía nada que perder.

Así que tras hacer caso sintió como si algo se posara en su pico, muy ligero, suave y que le hacía cosquillas debido a que se encontraba cerca de los orificios por donde respiraba. Un momento después sintió como aquello que se había posado en su pico —que suponía era él pequeño pokemon que encontró enterrado en ceniza— se desplazó por él largo del mismo acercándose a sus ojos, para posteriormente sentir una molesta rafaga y él peso extra desaparecer.

—¡Listo!¡Ya no tienes nada!

Él Skarmory parpadeo confuso, notando entonces como la molestia que había estado sintiendo hasta hace unos pocos minutos se desvaneció con aquella rafaga directa, mirando al frente noto entonces, las enormes antenas que parecían ojos observandolo fijamente, reconociendolo finalmente como aquel pokémon que acababa de desenterrar hasta hace un momento.

—¿Gracias?—soltó dudoso mientras miraba con curiosidad al pokémon que se mantiene volando en todo momento.

—¡No es nada!—respondió totalmente animado él pokemon de grandes antenas en su lugar, haciendo incluso una mueca como si estuviera sonriendo.

Un pequeño silencio se instaló entre ellos antes de que Skarmory volviera a hablar, notando que aquello no iba a ninguna parte.

—¿Eres de por aquí?—pregunto curioso, intentando hacer memoria sobre la especie a la que debía pertenecer él más pequeño, pero llegó a la conclusión de que no, nunca había visto a uno de ellos por ese lugar.

—Oh no, yo vengo con mi entrenador—soltó como si no fuera la gran cosa y todavía sonriendo, como si estuviese pasando de un agradable momento.

Él silencio entre los dos apareció una vez más, Skarmory no pudo evitar notar la despreocupada actitud del pokemon que tenia en frente, ladeando la cabeza con curiosidad tras ver la manera tan rápida en que se movían las dos pequeñas alas que le mantenían a flote.

—¡Skarmory!

Él tipo metal brinco en su lugar antes de girarse para mirar hacia atrás, notando como su entrenador le hacía señas con la mano en señal de que fuese hacia ellos.

—¡Es verdad!

Una vez más brinco, ahora regresando toda su atención al pokemon de grandes antenas que se movió de una forma que le pareció chistosa, exaltandose por alguna razón que no alcanzaba a comprender.

—¡Tengo que decirle a Roselia!—dijo para sí mismo ignorando por completo al pokemon de metal con quien minutos antes había… ¿Charlado? Para posteriormente darse la vuelta con toda la intención de irse, tal cual como había intentado hacer la primera vez.

Lamentablemente y una vez más… Volvió a olvidar que justamente frente a él… Había otro árbol lleno de ceniza.

Aquella que lo volvió a enterrar a los pies del pokemon tipo metal.

0.o.0

Steven Stone miró con curiosidad —igual que su Metagross— él regreso de Skarmory unos minutos después de que le hubiese gritado para que se acercara a ellos. Ahí en su pico y bien sujeto se encontraba un pokemon que tras ver un minuto las grandes y medio anaranjadas antenas logró identificar como un Masquerain. Pensó durante unos minutos antes de señalar al pokemon que su Skarmory mantenía en su boca, soltando lo primero que se le vino ala mente debido a que él Masquerain parecía más muerto que vivo.

—¿Te lo vas a comer?

Cuestionó alzando una ceja, recibiendo un gruñido de molestia por parte del pokemon, quien posteriormente pasó a sacudir al Masquerain que mantenía en su boca, tras no ver una reacción Skarmory hizo una curiosa mueca —de molestia para ser exactos— para posteriormente apretar al Masquerain con su boca, haciendo que este instintivamente y debido a la molestia, convulsionara un poco a pesar de que Skarmory lo tenía bien sujeto.

—Oh… Está vivo.

Comentó con sorpresa Steven antes de acercar sus manos al pico de Skarmory quien finalmente soltó al Masquerain.

—Me pregunto… ¿Dónde estará su entrenador?

Soltó Steven con una leve sonrisa mirando enternecido al pokémon que ahora tenía entre sus manos.

—Demos una vuelta por él lugar, tal vez esté cerca de aquí.

0.o.0

Soltó un suspiro cansado cuando finalmente su Flygon se levantó de donde se encontraba cómodamente recostado —tirando toda la montaña de ceniza por todos lados— alzando polvo en él proceso y haciéndolo estornudar al igual que a Absol, mientras Roselia no se quedó callada y en su propio idioma comenzó a reñir a Flygon por hacer eso.

Drew no pudo prestarles tanta atención como hubiese querido cuando noto, que en él lugar donde anteriormente él gran pokemon verde se había recostado, justamente ahí, los dos discos que había estado buscando durante poco más de una hora se encontraban ahí. Brillando tranquilamente como si nada en él mundo les perturbara. Aunque tenía sentido, a fin de cuentas eran objetos inanimados.

—Vaya suerte—comentó para sí mismo un poco enojado, ignorando a Roselia y Flygon quienes parecían estarse diciendo de cosas y Absol quien les observaba entretenido—Esto no podría empeorar…

—¡Drew!—a la distancia y seguido de un Metagross y un Skarmory, él campeón de la región Hoenn se acercaba a él.

—Si… Hablé demasiado pronto.

Soltó ahora en voz alta, llamando la atención de su equipo pokemon presente, estrechando un poco la mirada cuando noto algo curioso en la cabeza del Skarmory del campeón, una pequeña cosa que ya se había dado cuenta, le hacía falta.

—¡Roselia!

Exclamó feliz Masquerain sin moverse de su lugar, ignorando por completo él como su entrenador y él entrenador del Skarmory —que juraba y perjuraba ahora era su mejor amigo— se ponían a platicar… Aunque su entrenador no parecía muy feliz por eso, de igual forma, Metagross se encontraba un poco más rezagado, admirando —como siempre— a la distancia al pokemon de blanco pelaje que solo sentía la pesada mirada recaer en su figura.

—Buenas tardes—saludo Roselia al pokémon de tipo metal sobre él cual Masquerain se encontraba descansando, quien simplemente asintió con la cabeza, curioso de la plática entre su entrenador y él de cabellos verdes… Así como curioso del famoso Absol que derrotó a Metagross—¿Que haces ahi, Masquerain?

—¡Antes que nada!—exclamó emocionado Masquerain como si tuviese algo muy importante que decir, cosa que no sorprendió en lo más mínimo a Roselia, obviamente.

—¿Si?—cuestiono Roselia, insistiendo para que Masquerain finalmente soltara lo que sea que tenga que decir.

—¡Vi al novio de Absol!

Tanto Skarmory como Absol y Flygon saltaron en su lugar, dos sorprendidos y otro sumamente avergonzado —cuyo rostro pasó de una tonalidad azulada a roja en un instante— Roselia por su parte se echó a reír.

—¿Es su novio?—cuestiono Skarmory a Masquerain con curiosidad, seguro de que Aggron se encontraría totalmente interesado por la noticia, e ignorando por completo la pelea que Roselia y Absol se encontraban llevando a cabo.

—Eso dice Roselia.

Ambos se quedaron en silencio una vez más, observando como la pequeña riña se estaba volviendo una batalla pokemon, con sus dos entrenadores totalmente ignorantes de la situación, es más, hasta ellos dos parecían estar discutiendo.

—Lo tomare como una verdad.

Soltó de repente Skarmory, tras ver como Roselia fácilmente le sacó ventaja a Abso, paralizandolo y esquivando cada uno de sus ataques sin problema alguno.

Gracias a Arceus, las cosas no pasaron a mayores… Excepto por Masquerain, quitárselo de la cabeza fue sumamente difícil… Aunque realmente aquello no era para quejarse, pues en todo momento él pokemon de grandes antenas había estado usando dulce aroma, un gesto hecho para no incomodarlo. Algo que, sobre todo, le encanto.

Notas finales:

Siendo sincera, este capitulo se me hizo ligeramente aburrido de escribir, supongo que porque ya estoy intentando entrar en el terrirotio del romance o algo asi :V

Quiero tambien decir, que el ¿romance? de Skarmory y Masquerain se me hace de lo mas suave y transparente, y probablemente asi sea a futuro porque sin importar la diferencia de apariencias, no los puedo ver de otra forma...

Ademas de que la pregunta "¿De que tamaño sera el huevo que ponga Masquerain?" no deja de rondar mi cabeza... En fin.

Como ya dije mero arriba, no tengo la mas remota idea de que flor usar a continuacion, asi que si, esto va para largo... Pero intentare no quedarme en hiatsus, lo prometo ;-; ... lo prometo sobre sempai que si esta en hiatsus... (??)

Nos leemos luego! Bye :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).