En otra de las empresas más importantes de la ciudad…
-Reborn-san- llamó a la puerta de la oficina de su jefe una mujer pelirrosa
-Pasa
Bianchi entró a la estancia donde se hallaba un pelinegro de rizadas patillas fumando sentado tras su escritorio.
-Jefe, vine a informarle la agenda de hoy
-Te escucho- respondió sin mucho interés el hombre apuesto mientras recargaba su cabeza en el respaldar de su asiento
-Hoy miércoles a las 10 de la mañana tiene una junta con la compañía Sagara, luego, a la 1 de la tarde tiene una reunión aquí con el vicepresidente de la empresa Shimada y por último a las 4 ehh…
-¿Qué ocurre? ¿Porque te quedas callada?- el pelinegro se reincorporó de su asiento y miró a Bianchi fijamente… su asistente nunca titubeaba cuando iba a informarle algo
-A las 4 tiene una reunión con el presidente de HIBARI CORP, una reunión con Hibari Kyoya, señor
-Uhm…. interesante, al fin nos veremos cara a cara- ahora entendía la actitud de Bianchi
Al fin conoceré a mi rival en los negocios
-Jefe…
-Puedes retirarte, haz sido eficiente, pronto tendrás tu recompensa, Bianchi- Reborn sonrió de medio lado mientras apagaba su cigarro en el cenicero que había sobre su escritorio
-S-Si jefe, con su permiso- la mujer salió de la oficina con una gran sonrisa
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Mientras tanto en “El túnel de la ambrosía”…
-Colonello-san -dijo un chico de cabellos negros
-Dime Lambo ¿qué ocurre?-respondió un rubio, quien se encontraba sentado en la gran sala del lugar mientras realizaba unos apuntes
-Yo… vine a hablarle de mi situación actual
-¿Tu situación?
-Sí, yo… no he podido encontrar empleo, por más que he buscado y suplicado el que me den una oportunidad para trabajar, nadie quiere ayudarme, dicen que es porque soy menor de edad- los ojos del adolescente se llenaron de gruesas lágrimas, toda su frustración salía a flote al hablar con el rubio
-No llores Lambo, ya verás que…
-No Colonello-san, ya busqué en todos los lugares, nadie quiere a un mocoso como yo
-No digas eso, Lambo, te dije al principio que era muy difícil el que consiguieras empleo, pero tú debes…
-¿¡Puedo trabajar aquí?! Colonello-san- sugirió Lambo mientras hacía una pequeña reverencia
-¿Q-Que?
-Sí, yo- levantó la mirada decidido- ¿puedo trabajar aquí como todos los demás chicos?- afirmó
-Pero que dices, Lambo ¿estás seguro que eso es lo que quieres? porque después puede que te arrepientas
-Yo estoy seguro, así que permítame comenzar hoy mismo por favor
-ahhhh- suspiró el rubio- si eso es lo que quieres puedes ir ahora mismo con Ryohei para que elijas la prenda que debes usar hoy
-Lo haré en seguida- el chico estaba a punto de irse pero fue detenido por la voz de Colonello
-Espera Lambo, quiero preguntarte una última cosa
-Dígame
-Tú… ¿eres virgen?
El sonrojo en el rostro del menor no se hizo esperar.
-Ehh... s-sí, lo soy- agachó la morada avergonzado
-Comprendo, puedes ir a buscar a Ryohei- Colonello sonrió ya que el pequeño Lambo le hizo recordar a Tsuna cuando llegó al burdel
Es muy inocente, tal como lo era él
-Ehh sí, p-pero puedo saber ¿porque me preguntó eso?
-Porque si eres virgen debemos buscar un buen cliente para ti y además, tu primera paga es aún mayor… ya lo entenderás después, Lambo
-Entiendo, voy con Ryohei-san- dicho esto el chico se dirigió a las escaleras rumbo al segundo piso en busca del peliblanco de sonrisa encantadora
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Universidad de Tokio…
Un castaño se encontraba en el salón de clase, pero en lugar de atender lo que el sensei explicaba, que era algo relacionado con Negocios y ventas al exterior, él estaba inmerso en sus pensamientos… o para ser específicos en los pensamientos relacionados con cierto pelinegro de ojos color azul metálico y porte elegante.
Han pasado 4 días, no creo volverlo a ver ya que dijo que era hetero- el brillo en los ojos de Tsuna se fue apagando
“-Te equivocas Tsunayoshi… soy capaz de conocer esa y muchas de tus otras facetas… no lo olvides”- el recuerdo de su voz al decirle esas palabras y de la sensación de su caliente aliento sobre su oído hicieron que su cuerpo se estremeciera completamente.
Maldición ¿porque siento esto tan solo con recordarte? Hibari Kyoya
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-Tsk… 3 meses pasaron demasiado rápido- un chico de cabellos plateados se encontraba en la habitación en la que había despedido la noche anterior a su último cliente, del cual por cierto no recordaba siquiera el nombre.
Se levantó de la cama y se dirigió a la ducha no sin antes ver el pequeño reloj que había sobre la mesita de noche, el cual marcaba las 10:00 am, indicándole que se había quedado dormido.
Pasaron unos 15 minutos para luego salir completamente aseado y cambiado del lugar.
Llegó a su habitación, ya que en la que se despertó era cualquier otra porque su último cliente no quiso esperar hasta que llegasen a la suya, y entró en esta para luego sentarse en su cama.
Abrió el cajón de su mesita de noche y sacó una cinta de cabello de color rojo, frunció el ceño y la apretó entre sus manos.
-Es miércoles 23 de mayo, hoy regresa… me pregunto si vendrá a verme- el peliplata apretó la cinta entre sus manos aún más y aunque puso todo de su parte no pudo evitar que de sus ojos cayesen algunas lágrimas que trató de parar en vano.
Gamma…
Gokudera se recostó en su cama y lloró amargamente mientras abrazaba la cinta sobre su pecho, recordaba al hombre que amaba, sus caricias, sus palabras dulces, su sonrisa, sus promesas… ya todo se le hacía tan lejano.
¿Por qué? ¿Por qué aún no pudo sacarte de mi corazón?
...