Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sexo casual por Haruka Eastwood

[Reviews - 295]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!! Espero que esten muy bien y que no me maten por el retraso y por las barbaridades que escribo, no sé tal vez debo de dejar de fumar marihuana :'v nah, broma (? En fin, cualquier duda o comentario es bien recibido y de paso os quiero decir que esta historia esta por concluir, tal vez dos o tres capis más. Por lo pronto les dejo leer nwn

Título: Sexo casual

Resumen: Solo pretendían tener un poco de sexo rápido en el elevador, ninguno de ellos imaginó que protagonizaría el video porno más visto de las redes sociales…

Categoría: Kuroshitsuji

Clasificación: Mayores de 16 años

Género: Romántico. AU.

Advertencia: Lemon. Mpreg.

N° Capítulos: 17 de x

Autor: Haruka Eastwood

 

~ • o0O0o ♦ o0O0o • ~

Sexo casual

Ciel Phantomhive Pov

Capítulo 17: Destino obligado

Kelvin, Kelvin, Kelvin. Para mi siempre sera Kelvin, a secas, sin respeto y con desprecio. Mi muy odiado esposo no es un hombre desagradable, no, claro que no, él es el ser o criatura más nauseabunda que he tenido la desdicha de conocer. Me repugna y me asquea, no solo él sino todo lo que le rodea y todo lo que toca. Decir que lo aborrezco es poco, tan solo deseo su muerte y maldigo que tenga sesenta y dos años y no más, porque entre más viejo más cerca se encuentra de arder en las llamas del infierno.

Pero no tiene caso pensar en eso, así que suspiro con rabia mientras salgo de la bañera. Al mirarme de soslayo en el espejo siento arcadas, me siento despreciable, sucio y peor que desecho. Mi pecho y cuello tienen visibles marcas que empiezan a tomar un tinte purpúreo tan nauseabundo que me provoca enterrar las uñas y rasgar la zona, rasgar tan fuerte que termine arrancando mi piel, como si al hacerlo, manchandome de mi propia sangre, estas sensaciones van a desaparecer completamente.

Pero ya han sido casi cuatro años desde que yo sigo siendo incapaz de escapar, aunque en este tiempo pude aprender algo muy importante y es que Kelvin es incluso más peligroso que mis padres, tiene más influencia en el bajo mundo y es tan idiota que no se da cuenta que poco a poco pasó a convertirse en un títere que manejo a mi antojo. Es cuestión de meses o incluso semanas para que toda esta situación termine.

Rachel y Vincent se han mostrado complacidos por mi comportamiento y han bajado la guardia, se han vuelto descuidados creyendo que simplemente me quedaría sentado sin hacer nada, lo cual me garantiza la seguridad de Sebastián y la de mi bebé. Mi amado bebé del cual no sé ni su nombre, y lo único que tengo de él es una pequeña foto, la misma que usó mi padre para amenazarme y lograr que me casara.

—Mi señor —la suave voz de la sirvienta me saca de mis pensamientos, por lo que termino de ponerme los zapatos volteandola a ver—. El señor Soma llamó, dijo que vendría en media hora, ya que tuvo un pequeño inconveniente.

—Tsk, como sea.

Sin decir nada más, paso a su lado yendo a la habitación de enfrente. Al abrir la puerta, un sollozo capta mi atención, así que con calma me acerco al cunero viendo a mi pequeña Doll que levanta sus bracitos en busca de atención, removiendose inquieta en cuanto me ve. Le dedico una sonrisa y la acuno entre mis brazos, besando su frente.

—Papi… —gire la cabeza hacia el alféizar esbozando una sutil sonrisa para mi pequeño que me mira curioso, por lo que caminó hasta él, acariciando suavemente su cabello.

—¿Qué pasa, cielo? —le susurro mimoso.

Doll y Joker, son mis amados hijos. Actualmente, solo con ellos dos soy amable, como si con eso compensará el hecho de haber abandonado a mi bebé, pero sé que nada lo hará, Joker es un niño sumamente amable y sonriente que recientemente cumplio diez años, es hijo de la anterior esposa de Kelvin, ella murió en el parto pero a él no le importó, tampoco se preocupa por él, incluso hay momentos en que lo ignora deliberadamente como si lo despreciara, sin embargo él sigue buscando la aprobación de su bastardo padre.

—¿Puedo comer helado?

—No lo sé —lo medito un poco, fingiendo seriedad—. ¿Ya terminaste la tarea?

—Si —sonrió ampliamente—, y también le ayude a Paula a meter las compras.

—Wow, entonces vamos por tu helado.

Muchas veces me he preguntado si mi pequeño será así de sonriente, o si tendrá el carácter de Sebastián. Tal vez sea una idea pesimista, pero aunque logre librarme de Kelvin y hacer que mis padres me dejen tranquilo no creo poder recuperarlo, tampoco sería capaz de quitárselo a su padre, y la idea de formar una familia con él quedó en el olvido en cuanto me marche de ese hospital sin decir nada. Pedir que me entienda es como desear que mis padres sean buenas personas, simplemente imposible.

—Papi ¿te sientes bien?

—Si… solo estaba pensando —intente sonreir.

Joker me da un fuerte abrazo y besa la cabecita de Doll antes de seguir comiendo su helado, ahora no solo es mi “libertad” lo que está en juego, sino también la de ellos.

 

•••

 

Suspire con pesar y repase todo mentalmente, cuidando cada detalle. Nada podía salir mal ya que solo había una oportunidad. Así que decidido y con los nervios a flor de piel, tome mi bolso y cargue a Doll quien seguía profundamente dormida. Joker me sonrió y sin decir nada tomó la pañalera de su hermana, caminando casi de puntillas como si sus pasos pudieran despertar a Doll, e inevitablemente le regale una sonrisa en cuanto llegamos al recibidor.

—Se puede saber, ¿a dónde van? —Kelvin me sujetó del brazo con fuerza, girandome para que lo viera. Fue tan brusco que Doll se despertó y comenzó a llorar—. No recuerdo haberte dado permiso para que salieras de la mansión.

—Voy con mi hermano —espete soltandome de su agarre, meciendo a mi nena para que dejara de llorar—. O es que ahora también debo pedirte permiso para ir con él.

Su ceño se contrajo por unos segundos antes de esbozar su asquerosa y retorcida sonrisa. Detestaba el hecho de que no podía salir de aquí sin su consentimiento, y en todas las veces anteriores terminaba siendo acompañado por él o uno de sus guardaespaldas personales, aunque hacía una excepción cada que visitaba a mi hermano. Afortunadamente era el único lugar a donde podría ir solo.

—Pasare por ti dentro de cuatro horas —sentenció dándome un nauseabundo beso en la comisura de los labios.

Internamente me pregunté si le importaran mis muecas de asco que según yo, intento ocultar tras mi fachada de indiferencia, la verdad no es que me importe él, pero detestaba que se molestara y me tuviera más controlado. En este punto sabía que rechazar su contacto no era una opción, porque si me negaba bastaba con que dijera, “obedece o te meto al primer avión rumbo a casa de tus padres”.

Yo estaría encantado de largarme de aquí, pero estaba atado a una vida con él. He de admitir que era una amenaza estupida pero bastante efectiva y algo rebuscada viniendo de alguien como Kelvin. Y es que los primeros días después de que nos casamos, le rompí un florero en la cabeza cuando quiso intimar, estuvo unos días en el hospital y mis padres lo visitaron con una sonrisa hipócrita, buscando que él me perdonará y no anulara el compromiso, hablaron por horas y desgraciadamente lo convencieron de que “siguiera casado con una bestia salvaje como yo”. Me sigue dando escalofríos cada que recuerdo su ronca y vieja voz susurrandome: ”Estaré complacido de domarte, bonito”.

Era simple, entre comillas, porque ya no podía tener esos arrebatos de molestia, y sería imperdonable gritarle todo lo que pienso en su asquerosa cara porque estaría poniéndolos a ellos en problemas, sin mencionar que de cierta manera intentaba que su atención se centrara en mi y no en Doll o Joker. Simplemente no tenía caso dirigirle la palabra, ni hoy ni nunca, por lo que salí de allí subiéndome al auto, acomode a Doll en su asiento y después le abroche el cinturón a Joker que se mantuvo extrañamente callado todo el trayecto.

Veinte minutos después, llegué a la mansión de Baldroy, que era casi tan ostentosa como la de Kelvin. Rodé los ojos estacionando el auto en la entrada, siendo recibidos por un sonriente Finnian, el hijo de mi hermano que estaba por cumplir los ocho años, era un doncel alegre y demasiado dulce aunque tan torpe como su madre.

—¡Tío Ciel! ¡Tío Ciel, que bueno que viniste!

Ni siquiera me dio tiempo de contestar, cuando me di cuenta, ya había corrido hacía Joker para abrazarlo y llevarlo dentro ante la atenta y seria mirada de mi hermano.

—Solo porque son primos permito que estén tan juntos —farfulló Baldroy, recibiendome con un beso en la frente.

—Tsk, como sea…

—Y bien —murmuró en cuanto llegamos a la estancia—, ¿a que se debe tu agradable visita, hermanito?

Lo fulmine con la mirada logrando que riera nervioso y levantara las manos en son de paz, como si evitara que salte sobre él para golpearlo por idiota. Al principio me molestaba estar con él, y es que no podía dejar de compararlo con mi madre, después de todo ambos son rubios y de ojos azules, aunque la sonrisa de Baldroy es realmente reconfortante, no como la de Rachel teñida de hipocresía, aunque si bien, es cierto que ambos son diferentes en cuanto a carácter, comparten aquella ambición y ansias de poder.

—Negocios.

—¿De qué clase? —Me miró con suspicacia.

—Sabes exactamente el tipo de negocio al que me refiero.

Con una simple seña, una mucama se acercó hasta nosotros, haciendo una reverencia.

—Lleva a mi sobrina con Meyrin y dile que estaré con Ciel en mi despacho.

—No hablaremos aquí —sentencie dejando a Doll en brazos de esa chica.

—¿Entonces…?

—¿Desconfias de mi?

—No —tajó con seriedad viendo a la mujer que mecía dulcemente a Doll—. Llevala y dile a Meyrin que no tardaremos.

—Como ordene.

—¿Tu auto o el mio?

—El tuyo —sonreí—, pero yo manejo.

Tras un berrinche nada propio de un adulto, accedió a que yo manejara y en tan solo quince minutos, estábamos frente a una mansión sencilla que bien podría pasar inadvertida. Su ceño se contrajo y me miró fijamente, sin embargo lo ignore y salí del auto indicandole que hiciera lo mismo, no muy seguro obedeció y escaneo todo el lugar.

—¿Qué pretendes?

—Nada de lo que te estás imaginando.

En ese momento, las puertas se abrieron de par en par, dejándonos ver a una preciosa mujer de origen asiático, que portaba un vestido rojo muy descubierto. En cualquier otra persona se hubiese visto vulgar, sin embargo, en ella resaltaba una sensualidad abrumadora.

—Pero si es el pequeño Ciel —un varón se acercó hasta la mujer, abrazándola de la cintura mientras nos sonreía invitándonos a pasar—, y compañía.

—Lau —murmuré y él sonrió.

Lo había conocido un año atrás por casualidad, ese día Kelvin necesitaba ir a Madrid y me llevó con él a la fuerza. Entramos a un enorme y lujoso edificio dejándome en recepción mientras me ordenaba que no me moviera de allí, como si fuera un estúpido perro. Poco faltó para que le diera un puñetazo en su amorfo rostro, pero me contuve y asentí viendo como se metia al elevador, cinco minutos después, Lau se sentó a mi lado e inició una conversación sin sentido, hasta que menciono lo poco caballeroso que era “mi abuelo” por dejarme ahí. Fue la primera vez en años que solté una verdadera risa, aunque terminó cuando le aclare que ese hombre era mi esposo. Su ceño se contrajo y susurró lo increíble que era.

Estuvimos en Madrid una semana y me lo topaba casi a diario, aunque fue fácil darme cuenta que no se trataba de una coincidencia, Lau nos estaba siguiendo. El quinto día me tendió un papel con su número, después de que lo guardara muy bien, apareció Kelvin, me tomó de la cintura y le apuntó con su arma, preguntando con molestia qué interés tenía un traficante de drogas con su esposo. Y para no hacer un escándalo allí, Lau sonrió y fingió una disculpa muy mal actuada mientras se iba, dejándonos solos.

Está de más decir que me gane una paliza por parte de Kelvin pero valió la pena, desde entonces he mantenido contacto con Lau, y por muy extraño que era todo confíe plenamente en él y le ayudaba a frustrar uno que otro negocio de Kelvin, obviamente al final él se quedaba con todas las ganancias, al principio me ofreció una parte y me propuso ser socios pero lo rechacé y le dije que después me cobraría el favor, no estuvo muy de acuerdo pero no le quedó más remedio que aceptar.

—¿Por qué hemos venido aquí? —la postura de mi hermano era rígida, parecía un soldado que se adentra a territoria enemigo con los ojos vendados y tal vez así sea, sin embargo pronto pasarían de ser “rivales” a aliados.

—Ya lo dije, negocios.

—No me refiero a eso.

—¿Entonces? —con la cabeza señaló a Lau y yo sonreí—. Paciencia.

En ese momento entramos a su oficina, y como si fuera algo muy común el reunirnos, Baldroy y yo nos sentamos en uno de los sofás y Lau frente a nosotros, mientras la chica se acomodaba sobre sus piernas, rodeando su cuello ligeramente con su brazo izquierdo al mismo tiempo que su mano derecha jugueteaba con la corbata.

—Y bien —la sonrisa de Lau se amplió—, ¿a qué debo esta grata visita, pequeño Ciel?

—Voy a proponerles un negocio único que no podrán rechazar —la actitud de mi hermano se tornó más seria, casi molesta, e ignorándolo olímpicamente, tome mi bolso sacando dos carpetas negras—. No es un secreto para nadie el hecho de que Kelvin tiene muchos enemigos que desean verlo muerto, pero si hasta ahora nadie lo ha logrado es porque no tienen esto —sostuve en alto ambas carpetas—. Es una copia exacta de su agenda, que abarca los siguientes tres meses, no solo eso, también incluí una lista de proveedores, compradores y todo lo necesario para que su “imperio” quede en poder de ustedes.

—Eres mi hermano, aun así esto suena como una trampa.

—Es demasiado bueno para ser verdad —Lau acarició suavemente la pierna de la chica—. ¿Tu que opinas Ran-Mao?

—Tsk, no es una trampa. Y Lau, recuerda que me debes un favor, y a llegado el momento de recibir algo a cambio.

Él se mantuvo callado mientras a cada uno le daba una carpeta, sabía perfectamente que si algo tenían en común las personas que manejaban el bajo mundo, eso era la ambición y las ansias de poder, por ende, ni mi hermano ni Lau se pondrían a comparar la información que les estoy ofreciendo. Sabían que estaba dividiendo las posesiones de mi esposo entre ellos, pero siempre quedaría la duda sobre si fue una repartición justa o no. Evidentemente no lo era, y por muy bizarro que sonara todo, Lau se estaba quedando con un 65% y no es porque desconfiara de Baldroy, sino porque a pesar de todo, él seguía estando bajo la influencia de mis padres, y lo último que quería era darle más poder a ellos del que ya tienen.

—¿Qué es lo que pides a cambio de esto, pequeño Ciel?

—Yo no te entiendo —Baldroy dejó la carpeta a un lado, mirándome directamente a los ojos—, podrías quedarte con todo lo que posee tu esposo y no me refiero a las propiedades o el dinero de las cuentas, sino a los negocios que son más que lucrativos, sin embargo nos los estás ofreciendo a nosotros en bandeja de plata, como si se tratara de un caramelo.

—No me interesa manejar los negocios de ese bastardo y tampoco podría erradicarlos, así que es más fácil cederlos y que alguien se haga cargo a cambio de algo.

—Todo tiene un precio —con una pequeña sonrisa, Lau me miró con determinación—, ¿cuál es el tuyo?

—Exijo dos cosas muy sencillas, la primera es obvia. Quiero a Kelvin muerto —sonreí tomando nuevamente mi bolso, saqué mi cartera y con cuidado agarre la foto de Sebastián colocandola en la pequeña mesa de cristal que estaba entre nosotros—. Su nombre es Sebastián Michaelis, quiero…

—Mañana mismo estará muerto si así lo prefieres —Baldroy sonrió ampliamente tomando la foto.

—No lo quiero muerto, idiota.

—Oh, ya entiendo —con una sonrisa pícara, Lau me miró de tal forma que me estremecí—. Dinos donde encontrarlo y mañana lo tendrás desnudo y con un mono en la habitación de un hotel.

Mi rostro enrojeció, aunque no precisamente de vergüenza. Suspire y llegue a la conclusión de que ambos eran unos idiotas, aun así confiaba ciegamente en ellos, tenía que hacerlo si quería volver a ver a Sebastián y a mi bebé, por lo que le arrebate la foto a mi hermano volviendola a poner en la mesa.

—No se trata de eso —dije seriamente y en segundos el ambiente se tenso—. Quiero que me aseguren su bienestar y el de su familia.

—Supongo que si deseas mantenerlo a salvo, lo más lógico sería eliminar aquello que podría poner en riesgo su vida, ¿no crees hermanito?

—¿Aun si ese algo fueran Vincent y Rachel?

 

•••

 

Una de las reglas básicas de este mundo es dar la menor cantidad de detalles posibles, todo por seguridad, así que agradecí el hecho de que Lau y mi hermano no indagaran en porque deseaba proteger tanto a un varón “ordinario” de mis padres. Ellos se limitaron a conversar llegando a un acuerdo que los convierte en socios temporales mientras planeaban todo, al final, me miraron y con una expresión que iba de la seriedad a la satisfacción, y me dijeron a coro que en un mes.

Yo solo pude asentir con incredulidad, había esperado años y un mes no sería nada, sin embargo creí que el tiempo pasaba demasiado lento aunque el día esperado llegó. Kelvin asistió a una reunión de gente pija en el piso treinta de un lujoso edificio, todo estaba perfectamente planeado. Baldroy y Lau también fueron, desconozco los detalles, solo sé que Meyrin se encontraba en el edificio vecino y fue ella quien mató a Kelvin, lo demás es un misterio que no me interesa, era suficiente para mi saber que mande a matar a mi esposo y entregue todo lo que poseía a cambio de la seguridad de Sebastián.

—Papi… —gire el rostro y vi a mi pequeño Joker vestido de negro, hace unas horas había sido el funeral de Kelvin—, ¿estas triste por la muerte de papá?

Mi cuerpo se tenso y reprimí un impulso de reír como maniático. Era irónico, yo deseaba su muerte, estaba feliz por ello, sin embargo, Joker era un buen niño que a pesar de todo amaba a su padre.

—¿Tu estas triste? —pregunté con suavidad mientras lo sentaba en mis piernas.

—No… quiero estar triste pero no puedo.

Entonces sonreí abrazándolo con fuerza.

—¿Te digo un secreto? —susurré y él asintió emocionado—. Yo tampoco puedo estar triste.

—¿Entonces por qué lloras?

—Porque extraño mucho a alguien.

—¿A quien?

—A alguien que no veo desde que vine aquí.

—Puedes ir a verlo —sonrió abrazándome con fuerza—, ya no está papá, así que puedes ir a donde quieras pero… pero…

—¿Qué pasa?

—Prometeme que volveras.

—Mejor vas conmigo, ¿te parece?

Su rostro se iluminó mientras asentía. Pensaba regresar a Londres cuanto antes aunque pensé que sería difícil convencer a Joker, afortunadamente no fue así por lo que dos días después, suspire de alivio mientras entrabamos a una modesta mansión, propiedad de Lau, estaba a hora y media de mi antiguo departamento, pero por el momento no pensaba regresar ahí. El lugar era muy acogedor aunque bastante solitario, ya que solo estábamos nosotros tres y una mucama de nombre Paula, es una chica bastante agradable que trabajó para Kelvin durante muchos años, al parecer estaba más contenta que yo por la muerte de mi bastardo esposo, que por un momento sentí lástima por ella y su pasado.

—Ya es un poco tarde —susurró en cuanto terminamos de comer—, voy a ir a preparar las habitaciones para los niños, deben estar cansados.

Asentí viendo como cargaba a Doll y le hacía mimos adentrándose a los pasillos, siendo seguida por Joker que no dejaba de bostezar. También estaba cansado pero no podía dormir, ya que apenas eran las seis. Actualmente todo parecía tranquilo pero sé que nada es fácil, mucho menos ahora, por lo que termine llendo al mini bar, sirviendo un poco de whisky que bebí de un trago. Estaba por servirme otro cuando mi celular sonó.

—”¿Ciel?”

—Soma, ¿qué pasa?

—”Tengo la información que me pediste y muy malas noticias con respecto a Sebastián”.

—¿Él está bien?

—”Si, por ahora lo está, pero será mejor que te lo explique en persona, actualmente estoy en el hospital pero saldré dentro de unas dos horas y tomaré el primer vuelo a España”.

—No será necesario, estoy aquí en Londres.

En cuanto me dio la dirección del hospital colgó y fui con Paula, estaba bañando a Doll, por lo que la ayude mientras le explicaba que tenía asuntos que atender y que probablemente tardaría en regresar. Su rostro mostraba genuina preocupación por lo que le ordene que contactara con Baldroy y Lau si no llegaba mañana antes del mediodía, aunque esperaba que no fuera necesario. Así que tras despedirme de Joker y escuchar a Paula diciendo que tenga cuidado me cambie por algo más cómodo, cogí la moto y me marché.

La forma más rápida de llegar era por carretera, pero veinte minutos después tuve que parar en medio de la nada porque el tacaño de Lau no le había puesto suficiente gasolina a la moto, lo bueno es que había una gasolinera a pocos metros. Y mientras esperaba a que se llenara el tanque, sentí mis manos temblar, en este momento era un manojo de nervios, necesitaba irme porque estaba anocheciendo aunque la vista del atardecer era fascinante no tenía tiempo para contemplarlo, sin embargo jamás esperé ver a Sebastián, lucía molesto aunque había algo más en su mirada.

Deseaba olvidarme de todo, saltar a sus brazos, besarlo y repetir las veces que sean necesarias hasta que me crea, cuánto lo había extrañado, que lo amaba más que a nada y que deseaba conocer a mi bebé, había tantas cosas que anhelaba contarle, pero no podía, no ahora y tal vez cuando pueda decirle la verdad será demasiado tarde porque es seguro que me odiara. Y con cada palabra hiriente que le decía, algo dentro de mí se rompía, creí que no lo soportaría y que me derrumbaria ahí mismo cuando con una expresión dolida me pregunto si lo quise. Quererlo era poco, lo amaba y estaba dispuesto a todo con tal de que estuviera bien, pero en vez de eso solté una risa y dije cosas impensables.

Le di la espalda y subí a la moto, por el espejo retrovisor lo observe inerte y no pude más, las lágrimas escapaban sin control de mis ojos, estaba temblando entre espasmos incontrolables que me decían que era la peor persona del mundo. Entonces me detuve, no podía seguir manejando, no así. Quise gritar lleno de rabia, y por un momento fui egoísta, nada me importo, me limpie el rostro con el antebrazo y regrese, necesitaba verlo y explicarle todo, no pensé en las consecuencias, tan solo acelere.

No tarde casi nada en divisar la gasolinera, pero en cuanto pude ver mejor el aire de mis pulmones escapó y tuve miedo. Sebastián estaba en el suelo y a su lado había un hombre alto que al parecer bajó de una camioneta negra. A escasos tres metros de ahí estaba el empleado de la gasolinera, sentado en el suelo mientras levantaba sus manos como protección mientras otro hombre igual al primero le apuntaba con un arma.

Golpee con la moto al hombre que le apuntaba al chico, viendo como escapaba, mientras que de mi cazadora sacaba un arma que me regaló Baldroy por mi cumpleaños veintitrés, la cual jamás pensé usar y sin miramientos le apunté al otro tipo. Tal vez a esto se refería Soma con que tenía malas noticias con respecto a Sebastián, era consciente que si dejaba que se lo llevaran tal vez no vuelva a verlo.

—Los estúpidos con complejo de héroe abundan —se mofó un tercer hombre seguido de otros dos que salían de la camioneta—. Será mejor que bajes el arma, precioso.

No respondí, tan solo le quite el seguro al arma y disparé tres veces intentando herirlos, era caso perdido, ellos eran cuatro y yo solo tenía un arma con seis tiros y a un Sebastián inconsciente que no podría mover. Incluso en esas condiciones escuche el chillido de dos de ellos mientras el tercero se abalanzaba sobre mí golpeándome con la base de su pistola, después todo se vuelve borroso y sentí un intenso calor que me quemó el hombro, grite y aun entre mi estado de semiinconsciencia, lleve una mano a mi hombro haciendo presión. Uno de ellos me arrastró y me subió entre empujones y maldiciones a la camioneta arrojandome junto a Sebastián, entonces perdí el conocimiento.

 

~ • o0O0o ♦ o0O0o • ~

Continuará

Notas finales:

Tal vez se preguntaran y me quieran matar por lo de Doll, pero pues yo no especifique nada, puede ser hija de Ciel y Kelvin o puede que no, de todas formas saben que me gusta ver arder el mundo :v 

Mil gracias a los que leyeron y sobre todo a los que comentan, saben que me animan un montón y alegran mi kokoro. Me despido y les mando un abrazote virtual.

Haruka Eastwood


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).