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Little pain por girlutena

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Nunca había pensado en la necesidad de tener una cama, le parecía algo ilógico y sin sentido. Pensó que nunca más en su vida iba a necesitar de una, pero en esos momentos se agradecía de tener una. Sonrió embobado al sentir el calor de otro cuerpo. Tenía el cálido cuerpecito de su alma gemela pegado al suyo, observó el cabello color ébano de Jacob, su piel bronceada, y su rostro; un rostro que había dejado atrás las marcas aniñadas, para convertirse en un hermoso joven.
 
Pasó lentamente sus dedos por sus mejillas, pasando sutilmente sus dedos por sus labios, acariciando aquella piel, tan caliente a su tacto, una piel tan limpia y suave, acarició aquella pequeña y respingada nariz y quiso reír al ver como el menor fruncía su naricita.
 
Lo amaba tanto y sabía que iba a pasar toda su vida para enmendar todo el dolor que le había causado, besó sutilmente la frente del moreno y dejó que su cachorro se acomodara entre sus brazos, su cabeza se apoyó sobre su pecho, dejando que sus cabellos se desparramaran por todo su fino rostro.
 
Pasó sus brazos un poco más por su estrecha cintura, atrayéndolo mucho más a su cuerpo, deseando ser uno, fusionarse con ese calor, necesitaba sentirlo mucho más cerca, sentía aquella necesidad de hacerlo suyo, de marcarlo, pero no podía hacerlo, no cuando estaba recuperando su confianza.
 
-No… puedo respirar. -Rápidamente soltó aquel cálido cuerpo, sintiendo como el fría los envolvía con rapidez, pudo escuchar un suave rugido por parte del menor. -Pero tampoco quiero que dejes de abrazarme.
 
Edward sonrió ligeramente al escuchar aquellas palabras, pasó nuevamente sus brazos alrededor de su cintura, mientras que Jacob se removía ligeramente, hallando una posición que le gustara, pero terminó por quedarse entre los brazos de su imprimación, cerró sus ojos, sintiéndose complacido al sentir como el mayor repartía suaves besos por el largo de su cuello. 
 
-Te amo, Mi Jake. -Edward sintió como aquel cuerpo se estremecía entre sus brazos, y sin soltarse el menor se fue volteando gasta observar aquellos ojos ámbar, tan brillantes y hermosos. -Mi cachorro. Eres mío. Solo mío.
 
El menor apoyó su frente en el pecho desnudo de su vampiro, sintiendo como se complementaban, frío y caliente. Pasó sus dedos por la lampiña piel y una ligera sonrisa se mostró en su rostro al saber que el mayor se estremecía ante su caricia.
 
-Pero ya no soy un cachorro.
 
-Para mí lo seguirás siendo. -El menor alzó suavemente su mirada, sentía como el calor empezaba a acumularse en sus mejillas, podía sentir como su corazón saltaba fuertemente y pudo escuchar a su lobo gruñir satisfactoriamente. -Por siempre.
 
-Por la eternidad. -Jacob sonrió ante la pequeña sonrisa que le mostró su vampiro, cerró lentamente sus ojos, su lobo rugió con fuerza, satisfecho ante aquellas palabras, ante aquellas caricias, podía sentir como su otra mitad le pedía unirse.
 
Edward le besó, fue un beso tierno, lleno de sentimientos y emociones, la mano del mayor se posó sobre la nuca del pequeño, demandando sus labios. Jacob sintió un suave gemido cuando la lengua de Edward acarició sus labios para luego, lentamente irse introduciendo en su cavidad.
 
Empezó a sentir como el fuego recorría su cuerpo, el calor y el contacto ya no era suficiente, lo necesitaba. Sus pequeñas manos se posaron en el fuerte pecho del vampiro, intentando controlar las ganas de sentirlo aún más cerca.
 
-Espera. -Edward intentó alejar aquel cuerpo, pero Jacob se había impregnado en él, no quería soltarlo, pero temía lastimarlo. Besó la respingada nariz de su pequeño lobo y sonrió al ver como fruncía su naricita. -Te deseo, pero no deseo que nuestra primera vez sea de este modo.
 
Jacob intentó cubrir su rostro fuertemente sonrojado en el pecho del mayor. Se sentía avergonzado, había podido sentir como el calor subía por su cuerpo, había deseado que aquellas manos le acariciaran, y había estado a punto de pasar.
 
-Te deseo. -El mayor acunó el rostro de su cachorro entre sus manos, apoyó sus frentes y le sonrió ligeramente. -Deseo que nuestros cuerpos se complementen, pero antes deseo pasar más tiempo conociéndote, saber cada pequeña cosa de ti, para mí es importante.
 
Los brazos de Edward lo apresaron aún más, había cerrado sus ojos, sintiendo como los labios del mayor pasaban suavemente por el largo de su cuello, soltó un suave jadeo cuando sintió como los colmillos del vampiro acariciaban su manzana de Adán.
 
Pasó sus brazos alrededor del cuello de su vampiro, y se sentó a horcadas, dándole una pequeña, pero pervertida sonrisa. Edward cerró sus ojos, sabía que el menor lo necesitaba, que su lobo lo necesitaba. Sintió como las uñas de su lobo se clavaban sobre su espalda, pudo sentir como los colmillos del menor se incrustaban, tan solo unos milímetros en su hombre. Y sonrió suavemente al sentir como pasaba su lengua por su herida.
 
Edward lo abrazó con fuerza y volvieron a acostarse sobre la cama, mientras que Jacob apoyaba su cabeza sobre el pecho del mayor. Se sentía relajado y feliz, había despertado en una amplia cama, donde sus dos cuerpos solo abarcaban la cuarta parte de la cama tamaño King Size. Los adornos de la habitación eran de la época medieval, sus altos candelabros, y las pinturas. Todo al estilo de la familia Cullen. 
 
-Tenemos que volver. -Rio bajito al sentir como el menor empezaba a removerse fastidiado. Besó los cabellos de su pequeño y lo aferró con más fuerza. -Vamos, vamos mi niño.
 
-No quiero irme. -Jacob se alejó de aquellos confortantes brazos y se arrodilló al frente del mayor. -¡Salgamos! Quiero conocer esta ciudad antes de irnos. 
 
-Bien, bien. -El menor sonrió feliz al recibir un beso sobre su frente, le gustaba sentirse mimado, y aquello también parecía gustarle a su lobo. -Ve a tomar un baño, te espero. -Edward intentó no hacer caso a las mejillas fuertemente sonrojadas del menor, había pensado en la imagen de aquel cuerpo desnudo, pasar sus manos por aquella piel y llenarlo de besos.
 
Jacob sintió el agua fría cayendo sobre su piel caliente, cerró sus ojos imaginando aquellas escenas, los ojos amarillos y rojos de Edward, observándole desnudo. Soltó un frustrado suspiro, tenía miedo, miedo de no ser lo suficientemente fuerte, ni lo suficientemente hermoso para el vampiro.
 
Edward observó como el sol de invierno resplandecía con fuerza, las personas caminaban con prisa, intentando que el frio no calara sus huesos. Aún podía recordar como los vampiros atacaron a los humanos, aún podía sentir el aroma de la sangre revolotear en el aire, pero todo aquello se encontraba tan solo en sus pensamientos.
 
Apoyó sus manos en la baranda de metal de aquel edificio, había alquilado el penthouse del mejor de los hoteles de Italia. Cuando Jacob cayó desmayado entre sus brazos no había querido separarse de él y aunque Billy y su padre intentaron que regresaran a La Push, él había decidido quedarse unos días más. Necesitaba recuperar el tiempo que habían perdido, necesitaba de él.
 
Pero era un momento en que tan solo deseaban descansar. Giró su cuerpo al ver el reflejo de su pareja, le vio vestido con un pantalón de mesilla y una polera algo ancha para su cuerpo. Se acercó lentamente y pasó sus brazos alrededor de su cintura para atraerlo a su cuerpo, besando sus labios, sintiendo como el calor traspasaba su fría piel. 
 
-Tengo un lugar al que quiero ir. -El menor se aferró al cuerpo del vampiro, mientras escondía su rostro en aquel pecho, dejando que su frío temperada su cuerpo.
 
-Entonces vamos. -Salieron del hotel ante la mirada de todos. Edward sintió el fuerte agarre en su mano por parte del menor. -¿Deseas caminar?
 
-Sí, el lugar está a las afueras, pero me gusta sentir la naturaleza.
 
En ningún momento Edward soltó la mano de su pequeño, le veía observar las calles decoradas, el sol brillaba y agradecía que el invierno no les afectara. La sonrisa del menor era tan resplandeciente, y aún más cuando pudieron ver las laderas y las pequeñas casas distribuidas por la zona.
 
-¡Es ahí! -Y por primera vez en el día, Jake soltó su mano, no pudo evitar sentir un suave estremecimiento al ver como su pareja destinada se iba alejando, mientras que él tan solo podía observar su espalda, pero inmediatamente alejó aquellas ideas, para poder observar como el menor corría hacía una pequeña casa de madera que se encontraba en una de las colinas. 
 
Siguió camino, sin prisa y observando como un hermoso can saltaba alrededor de su omega, le dedicó una pequeña sonrisa al ver aquella felicidad en su pequeño.
 
-¡Mi niño! -Jacob se vio siendo rodeado por los brazos de aquella pareja, y se sintió feliz al tener los brazos de Adán. -¡Me alegra tanto que hayas vuelto!
 
-Él es Edward, mi pareja. -La familia se quedó en silencio al ver como un extraño se detenía al lado del menor, pero rápidamente fue bien recibido. Edward sintió la mano de Jake y agradeció aquel pequeño acto.
 
-No se queden aquí que hace frio. -La pequeña casa era acogedora, cálida y se podía sentir el calor familiar, no podía evitar sentirse extraño. Las miradas de la familia le observaban con ojos calculadores, pero a la vez escuchando la voz del menor.
 
-¿Y cómo se conocieron? -El menor giró levemente su rostro sonrojado, podía percibir la sonrisa burlona de Dante, pensó que ya no podía sonrojarse más, hasta cuando Edward apretó su mano. Podía sentir como los celos de su pareja se arremetían con fuerza. Giró levemente su mirada para darse cuenta que el vampiro le estaba observando como una pequeña sonrisa en su rostro.
 
-Fue una tarde. -Sintió su corazón golpeando con fuerza contra su pecho al recordar aquel día. -Jake salió de la nada de unos arbustos, con sus cabellos revueltos y con hojas secas en sus mechones. -Edward acarició los mechones del menor, siendo feliz al ver aquellos hermosos ojos. -Era pequeño y delgado, pero mantenía sus ojos llenos de emoción y sus mejillas fuertemente sonrojadas.
 
-¡Eso… eso no fue así!
 
-Lo sé, pero me gusta recordar aquel día. -El menor se sonrojó fuertemente, sentía como su corazón golpeaba con fuerza dentro de su caja, mientras que escuchaba un reconfortante y complaciente gruñido por parte de su lobo.
 
La pareja salió de aquella casa después de haber recibido las bendiciones de la pareja de esposos, aquellos que ya contaban con más de cincuenta años de casados. Las orejas del pequeño cachorro se encontraban fuertemente sonrojadas, su corazón palpitaba con fuerza y podía sentir el frío de Edward con mucha más claridad.
 
-¿Estás bien? -La mano del mayor se encontraba sobre su frente, y su ceño fuertemente fruncido al sentir el fuerte calor que desprendía aquel pequeño cuerpo. -¿Regresamos al hotel?
 
-No, estoy bien. -Hizo un pequeño puchero al ver como el mayor no le creía. -Además quiero que me lleves a conocer esta ciudad.
 
Le gustaba sentirse amado y mimado por Edward, se sentía feliz, pero no podía evitar sentir como el calor empezaba a aumentar cada vez que el mayor se acercaba a él, era extraño, pero deseaba sentirlo mucho más cerca, veía como sus blancas manos acariciaban parte de su piel, y él deseaba que aquellas caricias se extendieran por todo su cuerpo desnudo.
 
No era tonto, había visto parejas en medio de un celo, su papi le había explicado que para ellos, como hombres, su primer celo era especial, un momento en la cúspide que si se llega a acoplar con su otra mitad puede llegar a preñarse.
 
Levantó levemente su mirada, al darse cuenta que no había podido observar el hermoso atardecer, ahora los colores se habían opacado, dejando que las nubes se alejaran suavemente, mientras el cielo iba oscureciéndose, a su lado podía sentir, extrañamente, el calor que le transmitía el mayor, muy a pesar del viento frio que empezaba a soplar.
 
Apoyó su cabeza sobre aquel fuerte pecho y dejó que sus manos acariciaran suavemente sus azabaches cabellos, podía sentir como su corazón se agitaba con fuerza, como el calor empezaba a acumularse en su cuerpo, como las ansias de que aquellas manos acariciaran su piel desnuda empezaba a aumentar, pero esperaba que el mayor no lo notara.
 
Cerró lentamente sus ojos y sintió como los labios del vampiro besaban con sutileza sus cabellos, bajando lentamente por su frente, sus perladas mejillas, palpó sus párpados cerrados, su respingada nariz y dejó que aquella lengua acariciara sus labios cerrados, y con un suave gemido abrió lentamente sus labios, dejando que la lengua del mayor acariciara sus paredes internas. Pudo sentir como las manos del mayor se aferraron con fuerza a su cuerpo y de un solo movimiento ya no pudo sentir nada más. 
 
Sus pies ya no sentían el suelo, pero podía sentir los pequeños copos de nieve caían lentamente por su rostro, el viento frio recorriendo su cuerpo, los suaves susurros de los pequeños animales, ahora lo sentía con toda claridad, las fuerzas manos del vampiro lo sostenía con una fuerza que era incapaz de lastimarlo
 
Lo amaba tanto.
 
 
No podía apartar su mirada de aquella hermosa ciudad, pero no podía observar nada más que el reflejo de su cachorro, giró su cuerpo al ver como Jacob empezaba a removerse entre las finas mantas, pudo ver como empezaba a manotear, alejando la tela de su cuerpo, se acercó rápidamente al notar como el calor en su cuerpo había aumentado considerablemente, podía observar como su cuerpo empezaba a sudar.
 
Pudo sentir el calor alojarse en su cuerpo al ver como los hermosos ojos del menor le miraban ansiosos y temerosos, cerró sus ojos al sentir como las manos del menor se aferraban con fuerza alrededor de su cuello.
 
Había llamado a Carlise y rápidamente Billy fue el que tomó la llamaba, indicándole los pasos que debía tomar ante el celo del menor. No debía dejarse llevar, sabía que debía hacerlo con calma, con el amor que le profesaba, pero el menor no se lo dejaba fácil. 
 
Los besos de Jacob eran sinuosos, pero demandantes. sabía que el celo había llegado como una fuerte ráfaga, sabía lo que tenía que hacer y sabía que el menor no podía sobrellevarlo él solo, siendo su primer celo.
 
Intentó separarse lentamente y sonrió suavemente al ver como su cachorro hacía un pequeño puchero con sus labios, le dio un pequeño beso en la punta de su nariz, mientras acariciaba la mejilla del omega, observó como el menor intentaba seguir su caricia, sintió los labios del menor lamer sus dedos, mientras que sus mejillas se tornaban de un fuerte carmín. 
 
-Ed. -Su voz salió como un suave suspiro, tan necesitado, y aquello le dolió. Lentamente y con una extreman suavidad empezó a despojarlo de sus ropas, besando cada parte de aquella piel caliente. Acarició sus largas y torneadas piernas, mientras pasaba sus labios por los pequeños, pero erectos pezones, mordió ligeramente uno de ellos y pudo escuchar como el menor soltaba un fuerte gemido, sus dedos empezaron a subir por sus piernas y pudo palpar aquella estrecha abertura, la cual solo podía ser encontrada por la -otra mitad- 
 
Sus dedos se llenaron de aquel líquido espeso, el cual ya empezaba a dilatar aquella entrada, insertó lentamente uno de sus dedos, para luego insertar otro y otro más. El cuerpo del menor empezaba a contornearse, intentando que aquellos dígitos le tocaran más profundo. El calor empezó a nublar su mente, intentaba no dejarse llevar, pero las caricias del mayor tan solo le estaban dando rienda suelta.
 
Edward besó los labios del menor, mientras que ahora sus dedos mojados jugaban con el miembro de su cachorro, las gotas pre seminal se encontraban empapándolo, lentamente fue alejándose de los labios del menor, y acercó sus labios hasta el pedazo de carne, pasó su lengua y algo en su interior se prendió al escuchar como el menor soltaba un gruñido.
 
Engulló aquel pequeño miembro, pasando su lengua por todo el tallo, y besando la punta, sintió las manos del menor aferrarse con fuerza sobre sus hombros, necesitaba de algo fuerte para no caer en la locura, pudo sentir como las uñas se incrustaban en su piel y su boca se llenó de la esencia del cachorro. Cerró lentamente sus ojos dándose el tiempo de probarla, tenía un sabor entre el dulce y lo salado, pero propia volverse adicto a aquel sabor; acarició aquella piel caliente, sabiendo que el menor le pedía mucho más.
 
Se alejó para poder besar los labios del menor, quien rápidamente reclamó sus labios, probando su propia esencia. Aquellos ojos ahora eran más oscuros, podía sentir como el corazón del menor se estaba disparando, su pecho subía y bajaba con rapidez, y él sonrió ligeramente al saber que se encontraba de la misma manera.
 
Ante los ojos del cachorro fue despojándose de sus ropas, observando como los ojos del menor no perdían ningún detalle de su cuerpo desnudo, y aquello le gustaba, lentamente fue quitándose la camisa, dejando su pecho al descubierto, tan limpio, tan lampiño y formado. Pero antes de que el menor le acariciara, atrapó aquellas pequeñas manos y las colocó en la cintura de su ropa interior.
 
-Bájala. -Jacob no sabía si podía sonrojarse más de lo que ya estaba, pero mordió su labio inferior mientras observaba como la tela iba bajando lentamente.
 
El cuerpo del vampiro no era nada comparado al suyo. Era grande y trabajado, tuvo que respirar profundo al ver como el miembro de su vampiro se alzaba viril, lentamente pasó sus dedos, acariciándolo suavemente y con su corazón bombardeando con fuerza, pasó lentamente su lengua por el tronco, sintiendo las saladas gotas, sus dedos jugaron con los testículos, y se sintió genial al escuchar como el mayor soltaba un suspiro.
 
Gruñó por lo bajo al sentir como era alejado de su -nuevo juguete- pero se vio siendo complacido por las caricias del mayor sobre su pecho, sin entender lo que estaba pasando abrió sus piernas, dejando que el vampiro se posicionase entre ellas, alzó lentamente sus manos para acariciar las mejillas del mayor.
 
Cerró sus ojos al sentir como Ed empezaba a besarlo, su cuerpo se contorsionó al sentir como el mayor empezaba a entrar en él, no podía compararlo con los dedos que había tenido antes, esté era mucho más grande, sentía como empezaba a llenarlo, pero no se sentía incómodo, no sentía dolor, tan solo podía sentir la necesidad de tenerlo y sin entenderlo, empezó a mover sus caderas.
 
Las estocadas empezaron suaves y ligeras, pero lentamente Edward empezó a penetrarlo con muchas más fuerza, y en algún momento se vio encima del mayor, apoyó sus manos en el fuerte pecho, dándose impulso, cabalgándolo, cerró sus ojos y gimió fuerte cuando los dientes del mayor se cerraron en uno de sus pezones, sus manos se aferraron al cuello del vampiro, sentía como su miembro iba a explotar, sentía como su interior empezaba a cerrarse en torno al falo del vampiro, sintió la lengua del mayor acariciar su cuello, mientras que sus uñas empezaban a arañar aquella perfecta espalda.
 
Las estocadas del mayor empezaron hacerse más fuertes y certeras, dando en aquel punto exacto, escuchando como el menor soltaba fuertes gemidos, sintiendo como la sangre en su espalda empezaba a salir en pequeñas gotas, dejó que sus colmillos se mostraras y fueron mordiendo ligeramente el bulto de aquel perfecto cuello.
 
Escuchó al menor gemir con fuerza, una estocada más y sintió como el esperma de su cachorro se derramaba entre los vientres, mientras que su propia esencia se derramaba en el interior del menor, sus colmillos perforaron aquella perfecta piel.
 
La pareja soltó un fuerte jadeos al sentir como las vibraciones empezaban esparcirse por sus cuerpos, la electricidad empezó a albergarlo, el cuerpo del mayor cayó lentamente sobre el colchón, llevándose consigo el cuerpo de su cachorro. 
 
Nunca más volvería a soltarlo. 
 
Besó con cariño la frente del menor, y sonrió suavemente cuando le vio cerrar sus hermosos ojos, necesitaban descansar, el menor necesitaba recuperar fuerzas. El celo recién empezaba.
 
Notas finales:

Se acerca el final!!!


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