Apoyado junto a Potter, podía sentir el calor que irradiaba de su cuerpo, el cual agradecía ya que por aquel pasillo en pleno mes de Noviembre hacía bastante frío.
No hablaron mucho, pero se mantuvieron pegados el uno al otro, ninguno parecía realmente incómodo con la situación, ninguno notó que les llevo casi una hora recorrerlo.
Malfoy estaba impaciente por ver dónde acabaría aquel pasillo, cuando parecieron llegar al final, Potter le dijo cerca de su oído.
- Ahora, debemos estar bien callados.- unas suaves cosquillas provocadas por el aliento del moreno, le hicieron erizar el vello de su nuca.- Mantente muy pegado a mi.- Eso podría hacerlo, se felicitó Malfoy.
Potter abrió la puerta que tenían delante y se coló algo de luz mostrando lo que parecía ser un almacén. Se aproximaron a una escalera con una puerta entreabierta al final, a la señal de Potter, la cruzaron, y Malfoy se sorprendió a verse en la tienda de caramelos Honeydukes de Hogsmeade, realmente lo habían hecho, estaban allí, rodeados de alumnos de Hogwarts y lugareños, ocultos tras la capa de invisibilidad.
Aprovecharon que un grupo de alumnos entraba en la tienda y se colaron por la puerta mientras esta seguía abierta, la facilidad con la que se movía Potter bajo la capa le hizo saber que la había estado usando con mucha asiduidad.
Le siguió sin hablar por las calles nevadas del pueblo, pisando únicamente por las calzadas sin nieve, para no revelar sus huellas, hasta que llegaron a un callejón próximo a la taberna Cabeza de Puerco.
- Conozco al dueño de la taberna, si quieres podemos estar en un reservado y tomar unas cervezas de mantequilla, tranquilamente para luego seguir recorriendo el pueblo.
- Vale.- contestó únicamente Malfoy.
- Bien, a partir de ahora, sólo tu llevarás la capa, no te despegues de mi lado, eso sí.- le dijo guiñándole un ojo.
Malfoy se maldijo por lo bajo, realmente no quería separarse de él. Aunque solamente le sonrió y vio como Potter abandonaba su lado de la capa.
Reconoció que debajo de la capa bien podría examinarle a gusto sin que nadie le pudiera ver, no era tan mala cosa estar solo ahí.
Siguió los pasos de Potter cómo le había indicado y esperó tras él mientras hablaba con el mesero, un hombre que le recordaba vagamente a alguien y no conseguía recordar a quien. Su cara era un tanto hosca pero cuando vio a Harry una amplia sonrisa le cruzó el semblante, no le gustó nada comprobar que no era el único en caer ante el encantador "chico que vivió".
"¿Celoso, Malfoy?".- dijo esa vocecilla en su cabeza, ante esto bufó sin darse cuenta que lo había hecho demasiado alto, cuando se encontró con la mirada de Potter justo sobre él. Algo avergonzado se mantuvo en silencio y quieto todo el tiempo que esos dos estuvieron hablando.
Finalmente, Potter se movió y le hizo avanzar hacia el final de la taberna, tras una cortina había un pequeño reservado, aunque estaba bien protegido con la capa, agradeció poder quitársela durante un rato. Se sentaron en una pequeña mesa con cuatro sillas, el lugar aunque reconociera que en su otra vida, jamás hubiera frecuentado, se le antojaba íntimo y casi acogedor, un lugar ideal para una cita o una reunión secreta, ¿dónde podría situar lo que ambos estaban haciendo ahora?
Había una pequeña ventana que dejaba entrar la pálida luz del exterior, debía tener alguna clase de encantamiento, pues ellos podían ver lo que sucedía fuera pero nadie podía verlos a ellos.
Frente a ellos aparecieron dos jarras con cerveza de mantequilla. Se daba cuenta en ese momento de la sed que tenía, dieron sendos tragos mientras se miraban sin poder apartar la mirada, apurando prácticamente todo el contenido de las jarras.
- Gracias.- dijo sin poder apartar la mirada del moreno.
Éste sólo sonrió, algo que agradeció profundamente, no era alguien que se caracterizara por su carácter humilde. En ese momento sintió que el otro entendía que no sólo le estaba agradeciendo ese momento de calma sino todo lo que había hecho por él en el pasado.
La sala de los menesteres, aquella pesadilla que intentaba olvidar, ante el Ministerio cuando testificó a su favor, no podía olvidar que también lo hizo con su madre aunque reconocía que en ese caso todo estaba perdido, aquel gesto jamás lo olvidaría.
Empezó a notar demasiado tarde como sus ojos comenzaban a humedecerse, intentaba no pensar demasiado en ellos, era una impotencia tal que le dejaba noqueado y sin respiración. No es que hubieran sido unos padres afectuosos pero eran sus padres, la única familia con la que contaba.
Notó cuánto había expresado con sus gestos cuando sintió el brazo de Potter sobre sus hombros, no quería mostrarse débil ante nadie, pero no rechazó ese momento de consuelo. Tan sólo se dejó hacer. Ahora que lo pensaba no recordaba haber sido abrazado por nadie de ese modo. En su casa el contacto era un tabú, en la escuela había recibido algún manotazo de felicidad tras alguna victoria de su equipo de Quidditch. Pero un gesto como el que le estaba brindando Potter, jamás.
Se dijo que por una vez no pasaría nada, de hecho disfrutó de la fuerza y decisión con la que el otro le estrechaba. Sin darse cuenta ambos permanecieron así hasta que otras dos jarras de cerveza aparecieron ante ellos.
Siguieron charlando con más naturalidad con la que hubieran hablado nunca, algo que Harry agradecía profundamente. Malfoy no lo había apartado de un golpe cuando no pudo soportar no acercársele y brindarle consuelo. Algo le inundó el pecho, subiéndole hasta la garganta, sintiendo que en ese abrazo iba algo más, sintió una conexión que no había sentido antes con nadie.
Cierto es que había abrazado a sus amigos, aquel año tras los Horrocruxes había puesto en jaque la resistencia de su amistad, los había abrazado y querido más de lo jamás había querido a nadie, incluso el breve periodo que había durado su relación con Ginny. Pero esto que estaba sintiendo ahora mismo, abrazando a Malfoy, le hacía sentir debilidad y fortaleza a la par. No se apartaría hasta que el rubio lo quisiera, poder ser un sostén para él en ese momento le parecía la mejor misión que había tenido nunca. ¿Tenía algo de sentido?
Ambos habían agarrado sus jarras, pero Harry seguía rodeando los hombros de Malfoy, bien sabía que el tiempo del "consuelo" había pasado pero no quería despegarse de él, y el otro, que de sólito tendía a apartarse de él, tampoco hacía el amago de alejarse. No quería parecerle un acosador, de hecho creía recordar que le había prometido que no iría más allá. Pero era demasiado agradable sentir el calor y el peso del rubio en su costado.
Bebieron sus cervezas mientras charlaban sobre la primera vez que habían podido visitar Hogsmeade, Potter le confesó que su primera visita fue de esa misma manera, bajo la capa de invisibilidad que había recibido en su primer año en la escuela. Él del mismo modo que Draco en esta ocasión, no contaba con el permiso de nadie para poder visitar el pueblo, y se escapó con sus amigos.
Le miró sorprendido cuando se percató de que aquel año había sucedido aquel extraño episodio cerca de la casa de los gritos, lo achacó a que Granger les habría lanzado cualquier tipo de hechizo, no de que hubiera sido Potter el que andaba detrás de todo aquello.
Le dio un suave empujón con su hombro que aún seguía recostado sobre el del moreno, y le miró fingiéndose ofendido.
- ¿Eras tú, verdad?.- le dijo fingiendo su más ofendida mueca.
- ¿Cómo podría haberme resistido?.- aquello fue dicho medio en burla medio cargado de un significado más profundo, que hizo tragar fuerte al rubio.
Mierda, no quería volver a ponerse intenso con Malfoy, no sabía que le ocurría que cuando le miraba así, perdía parte del dominio que creía poseer, e intentaba seducirlo, o lo que él presuponía que era seducir, pues era un comportamiento tan nuevo para él, como el sentimiento de querer abalanzarse sobre alguien y besarlo por toda su piel.
- Te veías tan tonto sin saber de dónde te venía el golpe.- intentó arreglar burlón.
El otro tardó en reaccionar, pero comenzó a reír a carcajadas, eso sí que no lo esperaba Harry, lo normal hubiera sido, tratándose de Malfoy, que le hubiera mirado ofendido o le hubiera respondido con un comentario más ácido, pero esa carcajada sincera, algo que realmente pocas veces había podido ver en el rostro del rubio, lo dejó fuera de juego.
Lo miraba atónito, descolocado por su reacción, podía entenderlo perfectamente, no era la reacción más lógica, y menos en él, pero pudo imaginarse a sí mismo con la cara que estaba mirando en esos momentos.
- Hablando de cara de tontos.- le dijo aún escapándosele risas sin control.
Una tonta sonrisa se dibujó en la cara de Potter, así como un leve sonrojamiento en sus mejillas, adorable, pensó Malfoy. Y sin darse mucha cuenta de lo que hacía, besó los cálidos labios del chico.
Bien, aquello sí que le debió colocar en el primer puesto en el podium de los "cara de tontos" del momento. Hasta se tocó los labios cuando Malfoy se despegó, bueno vale, quería otro beso, y dejar de parecer un crío enamoradizo. Pero no le dio mucho tiempo a reaccionar cuando el rubio se levantó y recogió la capa.
- Hora de dar un paseo, Potter.- dijo este colocándose la capa aún con esa maravillosa sonrisa en los labios.
"Tocado y hundido, amigo" se dijo a sí mismo, y salió tras los pasos de Malfoy.