La final del mundial de quidditch habia sido espectacular para James, pero no porque Inglaterra le gano Francia, ni porque Alistair vio que Scorpius ahora era su novio, como siempre debió haber sido. Sino porque la compañía y la emoción reflejada en los ojos y rostro de su rubio era todo lo que necesita para disfrutar de cualquier cosa en su vida.
Y para su sorpresa un día después de este recibió una lechuza de parte de Narcissa invitándolo a cenar.
La abuela de su novio lo invitaba a cenar regularmente, aunque esta era la primera vez que le mandaba una lechuza. Sin embargo él agradecía siempre sus invitaciones.
Aun no sabía cómo Narcissa habia descubierto que era novio de Scorpius. En el tiempo que llevaba tratándola nunca habían hablado de ello, la matriarca Malfoy actuaba como si no estuviera enterada de la relación que mantenía con su nieto. Aunque para él era evidente que lo sabía.
Llego temprano a Malfoy Manor y charlo hasta que la cena estuvo lista con su rubio y Astoria.
La cena transcurrió normal, igual a otras cenas que ya habia compartido con la familia de su rubio. Hasta que el postre llego y después de darle el primer sorbo a su tasa de té. Tanto Lucius como Draco se le quedaron viendo inquisitivamente.
Antes de que pudiera reaccionar ante las miradas de los dos Malfoy.
Lucius le pregunto— ¿Desde cuando sales con mi nieto a nuestras espaldas?—
Sus ojos se abrieron muy ampliamente, giro un poco la cabeza para ver a su novio, pero Scorpius se encontraba igual o más sorprendido que él ya que parecía petrificado.
Instintivamente empezó a reír, como si hubiera escuchado un chiste muy gracioso «que chistoso señor»: fue la respuesta que se formuló decir en su cabeza. Sin embargo lo que dijo fue— desde antes de las vacaciones de Pascua.
Carraspeo un poco al mismo tiempo en que su semblante palidecía al ver la sonrisa del padre y abuelo de su novio, dándose cuenta que le habían puesto Veritaserum en su tasa de té.
Rápidamente miro a Narcissa sintiéndose traicionado, pero la bruja solo se encogió de hombros.
—Abuelo, pero que estás diciendo— dijo Scorpius saliendo de la petrificación momentánea en la que había estado.
—Scorpius Hyperion Malfoy, luego hablaremos contigo, ahorita estamos atendiendo al señor Potter, no seas descortés— dijo Lucius.
Astoria, quien estaba igual de sorprendida que los dos jóvenes, decidió guardar silencio ya que algo en la mirada de su esposo y suegro, le decía que esa conversación era solo entre ellos y el chico Potter.
—Así que desde antes de Pascua, ahora es evidente porque te acercaste a mi esposa y a mí en la reunión en la que Albus anuncio que era novio de Lorcan. Bien jugado, pero no lo suficiente— dijo Draco sin dejar de mirar a James acusador.
—Yo solo, quería ganarme su aprobación— dijo James.
—James nos agradas, pero no lo suficiente para permitir que estés con Scorpius— soltó Lucius.
—Por la sencilla razón que eres un hombre y mestizo—añadió Draco.
Scorpius iba a decir que lo que estaba diciendo su padre era una tontería, pero antes de que pudiera pronunciar palabra alguna. James tomo su mano y mirando fijamente a los Malfoy dijo—Con todo respeto, Draco, Lucius. Sinceramente esperaba que después de conocerme más, me aceptaran como pareja de Scorpius sin objeción alguna. Pero si no quieren aceptarme, la verdad es que no me importa yo amo a Scorpius y voy a estar a su lado con o sin su aprobación.
No me importa ser hombre y tampoco me importa ser mestizo, estoy orgulloso de ser ambas cosas del mismo modo que estoy orgulloso de todo el amor que siento por Scorpius, porque el es la persona más maravillosa que conozco, lo amo más que nada en el mundo y no pienso volver a alejarme de su lado—
Las palabras de James embargaron a Scorpius de tanta felicidad, que no le importo que su familia estuviera presente y se acercó hacia su James para besarlo profundamente. Dándole a entender a su padre y abuelo que él tampoco estaba dispuesto a separarse del exgryffindor.
Cuando se terminó el beso entre Scorpius y James, ambos chicos miraron a los mayores desafiantes. Solo para ser testigos de cómo Draco y Lucius tenían una ligera sonrisa, y su mirada dejaba de ser inquisidora.
Scorpius alzo una ceja al verlos y estos lo imitaron.
— ¿Porque sonríen? —cuestiono el rubio menor.
—Tenías razón Narcissa— dijo Lucius, mirando a su esposa.
—Ya te lo habia dicho, el joven Potter ama mucho a nuestro nieto y Scorpius a el—
—Podrían explicarme que está pasando— dijo Scorpius confundido a sus abuelos.
—Scorpius nosotros te amamos mucho y queremos tu felicidad, sin importar cuál sea. No obstante teníamos que estar seguros de que el amor de James hacia ti fuera igual o más grande que el nuestro. No podemos permitir que estés con alguien que no te merezca— explico Draco.
—Entonces no se oponen a que este con James—
—Claro que no querido, si el joven Potter es tu felicidad, nosotros estamos bien, ya hemos cometidos muchos errores en el pasado, como para cometer otro evitando tu felicidad— dijo Narcissa con una sonrisa.
—Todo fue una prueba, estaban poniendo mi amor a prueba— soltó James un poco indignado, pero internamente aliviado de que la familia de su rubio, si lo aceptara.
—Claro que era una prueba, teníamos que estar completamente seguros, de tu amor por nuestro Scorpius—
—Podrían habérmelo dicho directamente, yo no me hubiera reusado a tomar el Veritaserum—
—Eso le hubiera quitado un poco de emoción al asunto, además ustedes no son muy buenos ocultando su relación, Narcissa los descubrió la primera vez que viniste a cenar y yo en el mundial de quidditch. Y si van a seguir ocultando su noviazgo, mínimo que este pequeño susto les sirva para que sean más precavidos— dijo Lucius.
—No sé, si sentirme indignada o feliz de ver que mi lindo Scorpius por fin tiene una pareja. Porqué nadie me informo sobre esto— soltó Astoria, mirando primero a su esposo y suegros, para después mirar a los más jóvenes.
—Querida, tú no eres muy buena guardando secretos— dijo Draco dándole una mirada de disculpa a su esposa.
Astoria miro no muy convencida a Draco y antes de que volviera a reclamar. James dijo—aunque me siento un poco indignado de que hallan dudado de mi amor por Scorpius, quiero que sepan que yo me hare cargo de hacer feliz a Scorpius cada día que tenga de vida. Y como ya no hay secretos entre nosotros, no hay razón para que este también lo sea— James tomo la mano en donde Scorpius llevaba su anillo de compromiso y bajo la radiante mirada de amor que Scorpius le dedico. Cambio el anillo al dedo anular del rubio.
Cuando llego a Grimmauld Place, no pudo evitar tirarse en su cama con una radiante sonrisa, debido a que la familia de su rubio había aceptado con buenos ojos su futura boda.
Y no querido seguir ocultándole su felicidad a su familia decidió que en el desayuno les contaría sobre su relación con Scorpius.
Lorcan estaba pasando unos días en la casa de los Potter, le encantaba pasar tiempo con Albus, aunque también extrañaba un poco a Lysander.
Aún seguía un poco sorprendido de encontrarse a los mellizos Lévesque, Dior habia sido una buena amiga para él y aunque él no podia corresponder al afecto que esta le tenía. Habían acordado mantenerse como buenos amigos y seguir mandándose cartas. Esperaba que algún día esta encontrara a su alma gemela.
Habia bajado a desayunar, para encontrase con un alegre Albus, quien le hacía señas para que se fuera a sentar con el. Por lo que sin dudarlo fue hacia su novio y le dio un beso de buenos días antes de sentarse a su lado y ver que habia de desayuno.
Comía soñadoramente al lado de Albus, cuando James bajo, se sentó en la mesa y mientras se servía zumo de calabaza les dijo—Estoy saliendo con Scorpius, algún día nos vamos a casar, pero será un secreto hasta que Scorpius salga de Hogwarts—
Todos incluyendo a Kreacher se quedaron en silencio. Él giro a ver a su novio el cual, solo se pegó levemente en la frente por lo dicho por su hermano.
— ¡James tú y Scorpius son novios!— exclamo Lily emocionada rompiendo el silencio.
—El amo James se va a casar con el señorito Scorpius, Kreacher pude irse a vivir con ustedes— dijo el viejo elfo ilusionado, ya que de los tres hijos de Harry su favorito siempre habia sido James, a pesar de que este habia ido a Gryffindor y Albus y Lily a Slytherin.
—Por supuesto Kreacher— le dijo James con una sonrisa.
Lorcan miro a Harry y a Ginny que se habían quedado en silencio, hablando con miradas entre ellos.
—Bueno, supongo que tendremos que mandarte con tu tío Charlie a Rumania una temporada, porque Draco y Lucius van a querer crucciarte cuando se enteren que pretendes terminar con su línea sanguínea — dijo Harry con una sonrisa, confirmando que aprobaba la relación de su hijo con el heredero de los Malfoy.
—Descuida papá, ellos ya lo saben. Me han dado su bendición—soltó James con una radiante sonrisa.
Lorcan y Albus se miraron sorprendidos entre ellos, por lo fácil que James habia logrado que los Malfoy aceptaran su relación con su rubio amigo, hasta que Ginny dijo —Lily, algún secreto que quieras confesar, porque no puedo creer, como mis dos hijos me ocultaron a sus novios, y si también lo estoy diciendo por ti Albus—
Cuando Lysander se dio cuenta ya se encontraba en el expreso a Hogwarts listo para cursar su séptimo y último curso en Hogwarts.
Se le hacía curioso como de haberse enamorado su primer año de su rubio amigo ahora estuviera enamorado de Ellen, Jamás se habia imaginado que terminaría enamorado de Ellen, pero ahí estaba él mirando soñadoramente a su novia, estaba igual de enamorado de la azabache, que su gemelo de Albus.
Apenas estaba a punto de llegar al castillo, para empezar el curso y ya no veía la hora de que este acabara para poder, irse a viajar con su novia por el mundo. Lo tenían todo planeado, el investigaría a los animales fantásticos de los lugares a los que viajaran y Ellen escribiría un libro de sus aventuras.
Le dolía separarse de Lorcan pues prácticamente toda su vida habían estado juntos, pero sabía que ambos tenían que seguir sus caminos. Su hermano muy seguramente decidiría estudiar algo relacionado con plantas mágicas y que le permitiera estar cerca de Albus.
Durante el banquete de bienvenida, no pudo evitar notar como todos sus amigos se veían radiantes de felicidad. Rose desde la mesa de Gryffindor veía amorosamente a Garrett en la mesa de Revenclaw, Su gemelo y Albus no disimulaban para nada el amor que se tenían y Scorpius y James cada que podían se dedicaban rápidas miradas que, para la mayoría de los presentes pasaban desapercibidas.
La primera semana de inicio de curso, Scorpius se dio cuenta que tenía cosas más importantes en que pensar, que poner en orden los horarios de entrenamiento de quidditch, habia pospuesto el momento pero ya era tiempo en que decidiera que haría cuando se graduara de Hogwarts.
Apenas terminara el curso, James le regresaría el puesto de defensa contra las artes oscuras al profesor William e iniciaría su entrenamiento en la academia de Aurores.
Quería estar con James todo el tiempo que le fuera posible, pero no se veía como auror, tampoco se veía como medimago, aunque ahora se encontrara leyendo infinidad de libros de anatomía tanto de autores mágicos como muggles.
La idea de trabajar en el ministerio tampoco lo ilusionaba mucho, pero momentáneamente era una mejor opción que seguir con los negocios de su familia, sabía que en algún momento se tenía que hacer cargo de estos, pero mientras su papá y abuelo se encontraran a la cabeza de estos, estaba más que seguro que su presencia no era requerida.
Además que tenía que hacer algo que le diera la oportunidad de poder seguir con la investigación que estaba realizando, el departamento de misterios le parecía tentador, pero no estaba muy seguro de querer ser un inefable.
Al final decidió que el departamento de aplicación de la ley mágica era un buen departamento para trabajar además de que estaría casi en la misma rama de trabajo que James.
Una tarde a unas pocas semanas de navidad, se encontraba con todos sus amigos reunidos en la biblioteca, ya casi no se reunían todos y cuando lo hacían, no podia evitar sentirse feliz.
—Ya saben que quieren hacer cuando se termine el colegio, yo me decidí por ser un inefable— les dijo Garrett.
—Ellen y yo viajaremos por el mundo— respondio Lysander.
—Y yo escribiré nuestras aventuras o desventuras— añadió Ellen.
—Creo que me dedicare al quidditch profesional— dijo Albus mientras sostenía la mano de Lorcan.
—Yo estudiare todos los tipos de plantas mágicas— soltó Lorcan.
—Scor, Rosy ustedes que harán— dijo Albus al ver que su rubio amigo y prima no habían dicho nada.
—Aun no estoy muy seguro, pero creo que trabajare en el ministerio— dijo Scorpius.
—Yo también trabajare en el ministerio, en el departamento de aplicación de la ley mágica— les dijo Rose y Scorpius le sonrió. Si su amiga trabajaba en el mismo departamento que el habia pensado entonces sería más divertido estar ahí.
La navidad transcurrió aún más alegre que otras navidades, la madriguera desbordaba alegría y felicidad. Ha, Albus aún le costaba un poco ver como su hermano, se encontraba hablando de lo más casual y alegre con Draco y Lucius Malfoy, cuando solo unos años atrás los odiaba sin razón.
Se alegraba de ver que la plática que habia tenido con su hermano en Beauxbatons, si le habia servido. Ya que él fue testigo de cómo el tontito de su hermano estuvo dispuesto a sacrificar dos años de su entrenamiento de Auror solo para poder recuperar el amor de su rubio amigo.
Dejo de mirar a los Malfoy y hermano y se fue a hablar un momento con Teddy, para después ir a abrazar a su rubio con mirada soñadora favorito.
Cuando las vacaciones de navidad terminaron, Rose se cuestionó un poco su decisión de trabajar en el ministerio, quería hacer algo importante por la comunidad mágica, como lo habia hecho su mamá, pero no quería ser un reflejo exacto de la castaña.
Y siendo la hija de la Ministra de magia, no podia dejar de pensar que en ella estaban puestas muchas expectativas.
Podia usar la influencia de su mamá y empezar en un buen cargo o empezar desde abajo como lo habia hecho su mamá en el departamento de regulación y control de criaturas mágicas.
Como ella no era Hermione de soltera Granger, sino Rose Weasley al final se decidió por quedarse con su opción del departamento de aplicación de la ley mágica. En los servicios administrativos del Wizengamont.
No era un trabajo con mucha categoría pero sabía que con esfuerzo y dedicación tal vez algún día seria la jefa suprema del Wizengamont.
Su investigación iba viento en popa, pero aún estaba muy verde. Y él solo no podría realizar lo que se proponía. Así que decidió pedirle ayuda a Lorcan.
Aprovecho una noche en la que Albus estaba haciendo sus guardias para plantearle su idea.
— ¿Lorc, tú has pensado en tener hijos con Al? —
—Claro que lo he pensado, nada me gustaría más que tener hijos con Al. Pero es imposible a menos que adoptemos o lo tengamos por medio de esos métodos muggles novedosos de inseminación artificial y vientre rentado—
—Veo que has estado investigando—
—Sí, un poco—
—Y si yo te dijera que estoy investigando, para crear una poción que permita modificar temporalmente el cuerpo de un hombre para que sea capaz de albergar una vida en su interior, que me dirías—
—Te diria, que cuentas conmigo—
—Me alegra oír eso Lorc, pero esto debe ser un secreto solo entre nosotros como en los viejos tiempos, no quiero ilusionar a James. Si logramos crear exitosamente la poción tiene que ser una sorpresa para Al y James.
Lorcan sonrió soñadoramente y dijo— descuida lo entiendo, en que te puedo ayudar—
—En las plantas mágicas Lorc, no conozco a nadie más aparte del profesor Longbottom que sepa tanto de plantas mágicas y muggles que tu—
Para cuando se dio cuenta habia terminado otro año de dar clases. Y estaba que no cabía de la alegría. Por fin ya no era profesor de Scorpius y podia gritarle al mundo mágico entero que Scorpius Hyperion Malfoy era su futuro esposo.
Su ingreso en la academia de Aurores fue tal y como siempre lo espero a excepción, de que nunca había imaginado que algunos de sus compañeros fueran chicos a los que él les dio clases. Era raro, pero al mismo tiempo interesante.
El tiempo paso rápido y para cuando termino su primer año en la academia, decidió unir su vida para siempre a la de su amado rubio, él ya habia unido sus vidas en cuerpo y alma. No obstante quería jurarle amor eterno, al amor de su vida frente a todos sus seres queridos, y la comunidad mágica.
No fue fácil, pero logro convencer a su rubio de que celebraran una gran boda. Ya que Scorpius quería una boda sencilla, solo con la familia presente.
Cosa que él no podia permitir, aunque eso significara que hasta Alistair y Dior estarían presentes en su boda.
Cuando la lechuza con la invitación de la boda de Scorpius les llego rápidamente él y Ellen empacaron para regresar a Londres.
Se encontraban en Estambul y estaban muy emocionados por regresar a su Inglaterra, a ver a su familia y amigos, mantenían comunicación constante con ellos pero no era lo mismo que verlos en persona.
Se encontraba en un laboratorio de pociones que habia instalado en Malfoy Manor exclusivamente para poder trabajar con Lorcan.
Habían hecho avances significativos en su investigación. Por lo que en ese momento se encontraban probando como reaccionaba entre ellas ciertas mezclas de pociones que habían hecho.
Aunque no se quedaron mucho tiempo, debido a que Scorpius tenía que regresar al ministerio y Lorcan se habia quedado de ver con Albus después del entrenamiento del azabache con los Chudley Cannons.
—Ya se van— les dijo Myrtle apareciéndose de la nada. Ya que antes de salir de Hogwarts Scorpius le propuso al fantasma ir a vivir a Malfoy Manor.
Y aunque el creyó que su fantasmagórica amiga aceptaría sin dudar. Lo que el fantasma decidió fue ir a verlo constantemente, ya que después de vivir tantos años en Hogwarts no veía mejor lugar para pasar toda su eternidad, que en aquel mágico castillo.
—Myrt, donde estabas— le dijo Scorpius a su fantasmagórica amiga.
—Di un rápido paseo, como van con las mezclas—
—Bien hasta ahorita ninguna ha reaccionado volátil— dijo Lorcan, quien también se habia vuelto amigo de la fantasma.
Cuando salió del ministerio acompañado de Rose se despidió rápidamente de su amiga, y camino hasta su futuro esposo para besarlo con devoción.
—Como estuvo el trabajo ministerial— le dijo James cuando terminaron su beso.
—Un poco aburrido, tuve que hacer mucho papeleo, pero que tal tu día, como te fue en el entrenamiento de auror, futuro señor Malfoy—
—Excelente, hoy tuvimos una prueba de rastreo, y yo fui el mejor, futuro señor Potter—
—Enserio futuro señor Malfoy, porque creo que en ese caso se merece un premio—
—Por supuesto que es enserio futuro señor Potter y sabe, escogí mi premio cuando venía en camino—
—Así y que escogió— dijo Scorpius pícaro.
—A ti— le dijo James antes de devorar sus labios.
La familia de su rubio, su mamá y abuela se habían encargado de organizar todo.
Para cuando se dio cuenta ya se encontraba en el altar listo para jurarle amor eterno a su rubio amado, todos sus conocidos estaban presentes. Lysander y Ellen habían interrumpido su viaje para estar presentes, su tío Charlie habia viajado desde Rumania, su primo Louis que ahora vivía en Francia también habia viajado para acompañarlos. Todos sus amigos de curso de Hogwarts y Durmstrang que habia invitado, estaban presentes incluyendo a Alan, Myrcala y su antiguo director Viktor Krum. Estaban sus compañeros Aurores y hasta los mellizos Lévesque habían ido con sus respectivas nuevas parejas.
Todo era tal y como lo habia esperado.
Unos pocos años atrás James Sirius Potter jamás se hubiera imaginado que algún día estaría vestido con una túnica negra de gala, parado frente a un altar apunto de unir su vida a Scorpius Hyperion Malfoy. Sin embargo ahí estaba maravillado ante el heredero Malfoy el cual portaba una túnica negra de gala muy parecida a la suya.
Sus miradas se encontraron y por unos segundos no fue necesario decir palabra alguna, todo el amor que se tenían, se reflejaba claramente en sus ojos, los cuales refulgían de amor puro.
—Damas y caballeros... Hoy nos hemos reunido para celebrar la unión de dos almas nobles— dijo el mago encargado de la ceremonia sacando a ambos jóvenes de la ensoñación en la que se encontraban, al verse parados frente a la persona que más amaban.
—James Sirius, ¿aceptas a Scorpius Hyperion...?
—Sí, acepto—dijo James desbordando amor— y añadió—Te amo Scorpius y ante todos los aquí presente, te prometo dedicar cada día de mi vida a hacerte feliz y amarte siempre—
—Scorpius Hyperion, ¿aceptas a James Sirius...?
—Sí, acepto,…te amo James y siempre lo haré— dijo Scorpius con una radiante sonrisa.
—... Así pues, los declaro unidos de por vida— dijo el mago alzando su varita por encima de las cabezas de los novios y, acto seguido, una lluvia de estrellas plateadas descendió sobre ellos trazando una espiral alrededor de sus entrelazadas figuras.
Todos los invitados empezaron a aplaudir y Rose hizo aparecer pétalos de rosas dorados por todo el salón.
Exactamente un año después de la boda de James y Scorpius, Lysander y Ellen en uno de sus viajes de visita anunciaron que se casarían dentro de dos meses en Japón. A la boda de los exgryffindors, le siguió la de Albus y Lorcan.
Y finalmente un año después Rose decidió unir su vida a la de Garrett.
Su vida era perfecta, su trabajo en el ministerio ya no era aburrido sino que se hacía cada vez más interesante y su vida con James era maravillosa. Vivía en Malfoy Manor con su esposo y aunque habia ido una temporada a ver casas a escondidas con James para mudarse y vivir solos. Al final decidieron quedarse en Malfoy Manor, ya que esta era lo suficientemente grande como para que pudieran tener la privacidad que unos casados necesitaban.
Lo único que sentía que le faltaba a su vida era tener un hijo del amor de su vida.
Dos años pasaron rápido y cuándo se dio cuenta él y Rose habían sido los dos miembros más jóvenes en lograr entrar al Wizengamont. Y se rumoraba que en un futuro uno de ellos sería talvez, el próximo ministro o ministra de magia.
Ser ministro de magia no le resultaba mala idea. Sin embargo sabía que ha Hermione Weasley, aún le faltaba mucho camino por delante como ministra. Por lo que él y Rose la ayudarían desde su departamento en el ministerio, hasta que esta quisiera retirarse del cargo.
Y en lo que esto pasaba seguiría intentando junto con Lorcan crear una poción para que un hombre lograra concebir.
Cuando Scorpius le habia propuesto en Hogwarts la idea de crear una poción para que un hombre quedara embarazado, acepto sin dudar, amaba a Albus y nada lo haría más feliz que tener un hijo de él que heredara los ojos verdes que siempre habia amado del azabache. Aun sabiendo que lo que planeaban hacer era algo que ningún mago antes habia intentado y si lo había intentado no lo había logrado conseguir.
Los primeros años después de graduarse tanto él como su rubio amigo se dedicaron a sus carreras, investigar y experimentar, obteniendo avances moderados.
Y después de su boda con Albus sus ánimos se empezaron a menguar un poco, hasta que gracias a una carta que le habia mandado su hermano hablándole de su reciente investigación sobre las propiedades del cabello de Veela, descubrió que este era el último ingrediente que necesitaban.
Gracias a Dior consiguió pelo 100% de Veela y junto a Scorpius se metieron de lleno a preparar su poción.
Gracias al descubrimiento de Lorcan habían logrado crear su poción, el único problema era que funcionara en humanos.
La poción funcionaba muy favorablemente en ratones, pero, ni él ni Lorcan querían probar la poción en otro animal.
Así que teniendo como respaldo los ratones bebes que habían nacido de un ratón macho por cesárea. Scorpius decidió probar la poción en él.
Cuando regresaba de la oficina de Aurores o de una misión lo único que deseaba era abrazar y besar a su esposo el cual, siempre lo recibía con una radiante sonrisa.
Y esa noche no fue la acepción ya que apenas llego a la parte de Malfoy Manor en donde Vivía con su rubio, este lo recibió con un desesperado beso.
Conocía tan bien a su esposo, que sabía que cuando este lo besaba de esa manera, era porque sin lugar a dudas, lo deseaba dentro de el.
Por lo que James no hiso esperar a su pareja y rápidamente se apareció en su alcoba.
Las manos de Scorpius empezaron a desnudar y acariciar con devoción cada parte del cuerpo del auror que recorrían. Al rubio le encantaba sentir cada parte del cuerpo de su esposo y ver como este se ponia caliente.
James por su parte solo se dejaba hacer, amaba cuando su esposo tomaba la iniciativa.
Una vez que Scorpius desnudo por completo al azabache, no dudo en atacar el cuello de este, con los años habia descubierto que al joven auror al igual que él le gustaba que mimaran esa parte de su anatomía. Del cuello descendió a su clavícula en donde repartió varios besos y lamidas. Antes de bajar al pecho en donde se entretuvo besando las pecas que tanto amaba, antes de jugar un poco con los pezones del azabache, mientras balanceaba su cuerpo al compás de los besos y mordidas que daba.
James se balanceaba y jadeaba al ritmo que el rubio marcaba. Hasta que de un momento para otro. Scorpius lo invito a sentarse y recargarse en la cabecera de la cama.
Dejando al azabache disfrutar de como Scorpius se desvestía lentamente invitándolo a tocar cada parte de su cuerpo.
Pero el exslytherin no tenía intenciones de dejarse tocar un por su esposo así que antes de que James lo atrajera a su cuerpo.
Se puso en cuatro y degusto toda la extensión del erecto miembro del auror, antes de metérselo por completo.
Levantando la mirada para ver las reacciones de James, el cual Jadeaba y soltaba pequeños gemidos.
Las felaciones del rubio volvían loco al exgryffindor, quien después de un rato siempre terminaba colocando su mano en los rubios cabellos marcando el ritmo de la felación, al igual que en los sueños que tenía cuando aún era un estudiante.
El miembro de James se sentía tan duro y caliente en la boca de Scorpius, que el rubio no podia dejar de succionar y lamerlo.
Hasta que de un momento para otro, se acercó a su esposo y colocando sus brazos alrededor de su cuello se dejó caer, en el turgente y caliente miembro de su James. Empezando a mover sus caderas al mismo tiempo en que devoraba la boca del azabache.
El auror tomo las caderas del rubio y empezó a aumentar el ritmo de sus estocadas, escuchando los gemidos de Scorpius como dulces melodías para sus oídos.
Después de un rato James posiciono a Scorpius boca abajo y lo volvió a penetrar mientras dejaba caer todo su cuerpo sobre su rubio tratando de fusionar sus cuerpos en uno solo.
Con cada estocada, Scorpius gemía y se aferraba cada vez más fuerte a la cama, listo para recibir la semilla de James.
El rubio estaba a punto de llegar al orgasmo, cuando James cambio la posición y ahora colocándolo boca arriba. Levanto y abrió sus piernas, para adentrarse nuevamente en el apretado y caliente interior de su esposo.
Apunto de llegar al orgasmo, Scorpius tomo entre sus manos el rostro de James y mirando con devoción el rostro del hombre que amaba le dijo—Te amo— antes de darle un profundo beso.
Entre un demandante beso lleno de amor, Scorpius y James llegaron al orgasmo al mismo tiempo.
Cinco semanas después de que su ahora cuñado se ofreciera a probar su poción, Lorcan se encontraba con este y Rose. Viendo un partido de quidditch de su esposo. Cuando Scorpius se mareo antes de desmayarse.
Preocupado por la salud de su amigo, rápidamente entre él y Rose trasladaron al rubio a San Mungo.
Y una vez que el medimago examino y les dijo lo que tenía su amigo, tuvo que sostener a su pelirroja amiga. Quien no podia creer lo que oía, mientras el no podia dejar de sonreír.
Estaba entrando a la oficina de Aurores cuando, el Patronus de Lorcan se apareció informándole que Scorpius se habia desmayado. Por lo que rápidamente se apareció en San Mungo.
Lo primero que vio cuando llego fue a Lorcan, Así que corrió hacia su cuñado, desconcertándose un poco por la sonrisa soñadora que este traía en su rostro.
— ¿Lorcan, donde esta Scorpius?—pregunto desesperado.
—Tranquilo James, Scor está bien, pero hay algo que tiene que decirte—
James, no sabía que pensar de las palabras de Lorcan, su cuñado parecía emocionado, aunque la situación no era la adecuada para estarlo.
Cuando entro a la habitación en la que estaba su rubio, Este no se encontraba en la cama, sino que estaba en un amplio sillón con una sonriente Rose. Quien en cuanto lo vio ensancho aún más su sonrisa antes de dejarlo a solas con su esposo.
Antes de que Rose saliera de la habitación James corrió hacia su esposo abrazándolo aliviado, al ver que se encontraba bien.
—Mi amor, no sabes el susto que me diste, que te paso, estas bien— dijo de un Jalón.
Scorpius sonrió radiante miro a James con ojos destellantes y tomando la mano del auror, la coloco dulcemente sobre la ropa justo en el vientre antes de decir—Estoy embarazado, vamos a tener un hijo—
— ¿Qué? — dijo James, pasmado, creyendo que habia escuchado mal lo dicho por su esposo.
—Mi vida, estoy embarazado, vamos a tener un hijo— le dijo Scorpius tomando su rostro entre sus manos, para que se vieran a los ojos.
— ¡¡Vamos, a tener un hijo!! —Exclamó James lleno de júbilo, cargando y besando a su esposo, Iba a empezar a girar de la emoción cuando algo le hiso clip.
— ¿Pero cómo?—pregunto James algo confundido.
—Bájame y te lo explico todo— le dijo Scorpius a su esposo dándole un rápido beso para que este lo bajara.
—Por Merlín amor, tengo que tomarles una foto a Lucius y a Draco cuando, le digamos la noticia—dijo James antes de bajar a su rubio.
La noticia de que Scorpius Potter estaba esperando un bebé, no solo habia dado de que hablar en el Londres mágico, sino que habia recorrido, todo el globo mágico, tan rápido. Que la noticia les habia llegado a Lysander y a Ellen aún más rápido que la propia carta del rubio contándoles la buena nueva.
Y aunque tanto a Scorpius como Lorcan estaban más que dispuestos a revelarle al mundo mágico, la poción que habían creado. Acordaron mantenerla en secreto hasta que el embarazo de Scorpius finalizara y Lorcan lograra embarazarse de Albus.
Acababa de cumplir tres meses de embarazo, y toda la familia lo trataba como si ya estuviera a punto de dar a Luz en especial James. Pero lejos de molestarse a Scorpius le encantaba que su esposo lo mimara de ese modo
Todos, hasta la comunidad mágica habían tomado la noticia mejor de lo que se imaginaba, no lo habían sacado del Wizengamont y eso lo hacía sumamente feliz, ya que quería que su amado bebé, tuviera una vida normal, y nadie lo mirara raro por haber nacido de un hombre, por eso sabía que en cuanto Lorcan quedara embarazado de Albus, debían revelar los ingredientes y la preparación de la poción, para que todas las parejas que quisieran formar una familia igual que ellos. Pudieran tener esa oportunidad.
Cuando cumplió cinco meses de embarazo se encontraban en verano, así que convenció a James de que lo dejara ir con Teddy, Victoire y el pequeño Remus al callejón Diagon a comerse unos helados y caminar un poco.
Una vez en el callejón, el pequeño Remus habia jalado a Teddy y Victoire a ver las Escobas, así que él y James siguieron caminado por el callejón agarrados de la mano, le encantaba sentir la mano de este entrelazada a la suya.
Pensaba en lo dichoso que era, cuando vio pasar junto a ellos a un niño, el cual movía muy emocionado su varita de un lado a otro, haciendo que inevitablemente recordara el día que vio a James por primera vez.
Aquel día, no habia querido ir con su mamá al callejón Diagon a comprar, porque sabía que era la temporada en la que todas las familias de magos, iban al callejón a comprar todas las cosas de la lista de Hogwarts e ir en esa temporada, solo lo hacía recordar que aún era muy joven para poder ir a ese majestuoso castillo. Pero su mamá se lo pidió con una sonrisa y el no pudo negarse.
Caminaba al lado de su mamá sin fijarse mucho en todas las niñas y niños que paseaban con su familia cargando escobas, calderos, lechuzas y varitas. Hasta que su mirada se fijó en un chico de cabello azabache alborotado, hermosos ojos color avellana y hermosa sonrisa, lo vio y le fue imposible apartar su mirada de él.
Perdido en sus propios pensamientos, soltó un pequeño suspiro que James noto y dándose cuenta que veía al pequeño mover su varita. Aferro más su mano a la suya, mientras que con la otra tomaba delicadamente su rostro, para conectar sus miradas, al mismo tiempo en que le decía—Te amo—
Habían pasado 14 años y aún seguía sin poder apartar su mirada de aquel chico.
Fin