Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eternos Enemigos por kurerublume

[Reviews - 85]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tímidamente aquí les dejo este cap >.<

Me fui de vacaciones y luego a cuidar a mi abue. Por eso no pude actualizar estas semanas. Mis más sinceras disculpas.

Agradezco infinitamente a Inita y Enniz por sus reviews :)

¡DISFRUTEN!

CAPÍTULO VIII: Conversaciones

 

Pasaron apenas tres días y me siento desesperado. Vergonzosamente desesperado. Lykaios de verdad ni se ha asomado por aquí, no sé dónde ha estado ni cuándo va a regresar. No puedo salir, no hablo con nadie más, sólo conmigo; casi no he comido ni tengo ganas de.

 

Afortunadamente ese centauro dejó las hierbas medicinales para mi tobillo, mis manos y rostro. Pero da igual, sigue doliendo y tarde o temprano todo eso se acabará al igual que la comida. Esta es, por mucho, la peor situación en la que he estado y todo por culpa de la soledad y el remordimiento; es nefasto.

 

-Ya regresa – comienzo a decir, soltando una pequeña lágrima. ¿Cuándo en la vida me he sentido así? ¡Jamás!

 

Pero qué se le puede hacer.

 

-¿Con quién hablas? – suelto un grito al saber que Lykaios está detrás de mí, observándome. Mi corazón late y late con más fuerza. Si no fuera porque lo odio, diría que estoy feliz de verle. Pero no.

 

No, no y no.

 

-Con alguien más interesante que tú. Conmigo.

 

Ignora mi comentario y me avienta una bolsa muy pesada.

 

-Toma, tampoco quiero que mueras por no alimentarte bien – lo veo dispuesto a marcharse de nuevo.

 

-Da igual, a este paso me volveré loco – se detiene y voltea apenas para verme.

 

-¿Por qué? Tienes todo lo necesario.

 

-¿No sabes que el hombre es un ser social por naturaleza? – tal vez si le doy un buen argumento… funcione.

 

-¿En serio? Porque tengo entendido que es malo por naturaleza. Y eso te lo digo yo; la experiencia.

 

-No es cierto, no es así. Es social, es político y siempre busca el bien común – lo veo cruzarse de brazos para plantarse frente a mí.

 

-¿Bien común? Por favor, no me quieras ver la cara de idiota. Nos llaman “criaturas inferiores”, ¿cierto? Bien, ¿pero sabes cómo les llamamos a ustedes? Te aseguro que no les llamamos ni seres sociales, ni políticos, y mucho menos, benevolentes.

 

-¿Y dices que fuiste benevolente al sólo quemar mis manos y lastimar mi cuerpo?

 

-¿Y tú crees que me iba a dejar asesinar? Porque si es así, te das más importancia de la que mereces.

 

-No, pero el que empezó esto fuiste tú al volverme tu prisionero.

 

-Lo empezaron los humanos, ¡lo empezó ese al que llamas “padre”! Y claro, como ustedes son tan idiotas, le siguieron en su estúpida persecución contra cualquier ser vivo que no sea como ustedes. Guiados por instintos tan básicos y necesidades tan mundanas.

 

-¡¿Y qué querías que hiciera?! Es mi rey, mi padre. Desde pequeño me educó para combatir y vencer.

 

-Sí, educó a un soldado, no a su hijo – eso… eso… contra eso no puedo decir nada; es verdad. Siempre lo sentí así, no debería de sorprenderme que me lo digan en la cara, a pesar de que jamás nadie lo había hecho. Pero se siente diferente cuando tú lo sabes a que alguien más llegue y te escupa tu mayor tristeza en la cara, sin tacto.

 

-¿Y eso qué? Si estamos en guerra, vale más un soldado que un hijo. Vale más alguien que pueda defender que un inútil que sólo se ponga a llorar – mi voz se empieza a quebrar, pero mi expresión no cambia.

 

-Eso es lo triste, Lucius. Que nunca sabrás sobre ese amor paternal y que jamás te valorarás como hijo; tu familia son sólo piezas y tú para ellos eres poco más que un peón.

 

-¡Cállate! Fui yo quien decidió este camino. ¡Sabía sus consecuencias, así que ya cierra esa boca tuya que sólo sirve para decir cosas ofensivas!

 

-¿Qué? ¿Acaso te duele que te digan las cosas en la cara? Pues ahí lo tienes, aprende a vivir con eso. Te aseguro que hay seres más crueles que yo o que tu despreciable padre.

 

Sólo cuando se va, es que comienzo a llorar como nunca antes lo había hecho. Caigo sobre mis rodillas, intentando secar cuanta lágrima cae mi rostro. Ya no quiero saber nada más de eso. Ese estúpido centauro me ha dicho cosas que no tenía que. ¿A él qué le importa si soy o no soy querido como hijo? ¿Qué le voy a andar importando yo como persona cuando lo único por lo que debería de preocuparse es que no vuelva a intentar asesinarlo?

 

Es estúpido, estúpido con ganas.

 

-No pasa nada, no pasa nada – me digo a mí mismo repetidas veces – todo está bien. Ya lo sabías, ya lo sabías – cierro mis ojos para respirar profundamente.

 

-Oye…

 

-¡Lykaios! – me pongo de pie de un solo movimiento – yo... – me callo al momento de verme rodeado de unos grandes brazos.

 

-Disculpa, no fue correcto decirte todo eso. No fue correcto – comienzo a darle ligeros golpes en el pecho – No lo volveré a hacer, te lo juro, Lucius – me hundo por completo en su cuerpo. Dijo mi nombre y se disculpó. Dijo mi nombre al disculparse; se siente como una victoria. Este terco centauro ha pedido perdón y me ha hecho un juramento.

 

-Está bien. También fue mi culpa – nos quedamos apenas un ratito más así antes de que me separe para tomar una bocanada de aire – lo que dijiste era cierto, punto.

 

-Aun así, lo siento – en eso, hacemos algo que hace mucho no hacíamos… mirarnos fijamente.

 

-¿Te quedarás? – le pregunto con un poquito de timidez. Sobando mis manos suavemente. Parece pensarlo mucho.

 

-Es mi hogar después de todo.

 

-Pero todo era tan…

 

-Vivo con lo necesario. Aunque desde que llegaste han habido algunos cambios – lo noto sonreír al decir eso último.

 

-Supongo que sí. Disculpa las molestias – comienza a reírse suavemente.

 

-¿Qué? ¿Acaso ahora eres mi invitado? – oh, maldición – porque me encantaría que así fuera.

 

-¿Cómo? – no estoy procesando nada, lo último seguro fue una treta de mi mente.

 

-¿Tienes problemas para escuchar o para entender? – que se espere un momento, ¿está bromeando conmigo?

 

-Ni una ni otra, sólo quería comprobar que lo que escuché fue cierto.

 

-Pues lo fue. Si te parece, quedemos en algo… hagamos un trato, ¿está bien?

 

-¿Y en qué va a consistir? – pregunto curioso por esa propuesta que, podría beneficiarnos a ambos.

 

                                                                              ***

 

-Oye, ¿por qué Lykaios se quedó a dormir? – le pregunto cuando han pasado ya tres días…y noches desde ese vergonzoso acontecimiento en el que yo…

 

-Porque… me lo pidió – wow, no se me hubiera ocurrido.

 

-¿Y por qué?

 

-Fue necesario.

 

-¿Y por qué fue necesario? – me voy acercando inconscientemente a él.

 

-Porque fue lo mejor.

 

-¿Y por qué?

 

-Porque él es sabio y punto.

 

-¡No me puedes dejar con la duda! ¡Vamos, Arion! – tomo su brazo para jalarlo hacia mí – dime, dime – me gusta ser así de molesto e infantil con él – anda.

 

-No, sería traicionar la confianza de mi amigo – me encojo al escuchar eso. Es un buen punto y no puedo ir contra eso.

 

-Bien. ¿Y hoy volverá a dormir aquí?

 

-No lo sé.

 

-¿Quieres que te prepare algo para comer? – acaricio su brazo tiernamente mientras le sonrío.

 

-Está bien – él me regresa la caricia y de repente me entran unas ganas enormes de abrazarlo. No lo pienso mucho y lo hago.

 

-Te gustará, ya verás – salgo corriendo para cocinar, aunque obvio la carne la como yo.

 

No me entiendo. Tengo 18 años y a veces me comporto como niño pequeño buscando atención, recompensa, amor. Quiero que Arion me aprecie, y no sé por qué.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, actualizo el viernes :) porque igual me voy de vacaciones la próxima semana jeje y no quiero dejarles sin otro cap algo más largo.

Les deseo un hermoso día.

¡BESOS!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).