Después de dejar a James durmiendo en la enfermería, Peter se fue al gran comedor y Sirius se fue a la torre de Gryffindor para ver como seguía Remus.
Camino a la torre no pudo evitar pensar en lo que les habia dicho James tanto a él como a Peter, Snape no le agradaba nada, nunca le habia agradado y estaba seguro que su sentir era más que reciproco. No obstante hasta él era consciente de que sus acciones esta vez sí habían sobrepasado los límites de una simple broma-venganza.
Habia cruzado la línea y James se lo habia dejado muy claro.
En cuanto llego a su habitación casi corrió hasta la cama de Remus, encontrando a su amigo durmiendo muy calmadamente, por lo que con mucho cuidado para no despertarlo, le acaricio el castaño cabello por unos segundos, antes de dejarse caer en su propia cama.
Para cuando se despertó, Peter ya estaba dormido y Remus estaba sentado en su cama mirándolo muy fijamente.
— ¿Dónde está James? — pregunto Remus apenas audible, con algunas imágenes dispersas de lo que habia sucedido la noche anterior, rodeando su cabeza.
—Está en la enfermería— dijo Sirius, pero al ver la cara de terror y preocupación que puso Remus, añadió rápidamente—pero está bien, no le pasó nada grave—
— ¿Yo soy el culpable de que este en la enfermería, verdad? —cuestiono el castaño, con la cabeza agachada aferrándose a los doseles rojos.
— ¡Tú no eres culpable de nada Rems, el único culpable de lo que paso soy yo! —exclamo Sirius parándose de un brinco hiendo hacia la cama de Remus para darle un fuerte abrazo, al mismo tiempo en el que le contaba todo lo que habia pasado aquella noche.
Antes de ir a desayunar con Sirius y Peter al gran comedor, Remus quiso ir primero a la enfermería a ver como seguía James, Sirius lo habia puesto al corriente de todo, y aunque gracias a Merlín no le habia hecho nada grave ni a James ni a Snape. Eso no evitaba que se sintierra terrible por lo que pudo haberles hecho. Detestaba su condición de hombre lobo, pero lo que más odiaba era no poder tener el control de sus acciones cuando se transformaba.
Mientras caminaba con Sirius y Peter a su lado aún se sentía un poco molesto con ellos, le costaba entender lo que habían hecho, y agradecía que mínimo aquella horrible situación le hubiera abierto los ojos a James, respecto a sus bromas hacia Snape.
Dio un gran suspiro de tranquilidad y alegría en cuanto vio que James estaba bien, tal y como le habia dicho Sirius, pero sentía que también tenía que ir a ver como se encontraba Snape y pedirle perdón por atacarlo.
Estuvo un tiempo en la enfermería haciéndole compañía a James junto con sus amigos hasta que noto que James parecía querer estar solo, así que pensando que James quería descansar se fue junto con Sirius y Peter rumbo a las cocinas.
Durante la cena, como aún seguía un poco molesto con Sirius en vez sentarse al lado del Black como siempre hacia prefirió sentarse junto a Lily, la cual noto la ausencia de James debido a la extraña aura que traían Sirius y Peter.
—Rems y ¿Potter?, Black y Pettigrew han estado sumamente tranquilos desde el sábado, no estarán planeando nada raro verdad— dijo la pelirroja.
Remus guardo silencio unos segundos, confiaba en Lily, pero no estaba muy seguro de contarle la razón por la que James no estaba y Sirius y Peter se veían un poco decaídos.
Al final decidió decirle, ya que la pelirroja siempre lo habia apoyado—Lily lo que te diré es un secreto vale—
Lily asintió con la cabeza y Remus continuo—la noche de luna llena, Sirius le quiso dar un susto a Snape, la broma se salió un poco de control y estuve a punto de dañarlo muy gravemente— al escuchar aquello la mirada de Lily rápidamente viajo a la mesa de Slytherin en donde ubico a Severus comiendo al lado de Regulus. Soltó un suspiro al ver que su amigo de Slytherin se encontraba bien y después miro a Sirius igual que un basilisco.
—Descuida, Snape está bien, James me detuvo antes de que pudiera hacer algo horrible—
—Potter salvo a Sev— dijo Lily asombrada y agradecida de la acción del Gryffindor.
—Sí, James no sabía nada y cuando se dio cuenta llego justo a tiempo para salvar a Snape—
Toda la noche y la mayor parte del día, se la paso pensando en que James Potter habia sido su admirador secreto y la cena no fue la acepción. Casi ni probo bocado alguno, solo jugueteaba distraído con su comida.
Pinchaba sin mucho interés un guisante con el tenedor, cuando noto que Lily lo miraba, capto un poco de preocupación en sus verdes ojos. Y no tuvo que tomar la asignatura de adivinación, para saber que la preocupación de esta se debía a que muy seguramente Lupin quien se encontraba al lado de ella, le habia contado lo sucedido la noche del viernes.
Por lo que le sonrió ligeramente a la pelirroja, dándole a entender que se encontraba bien, antes de retirarse del gran comedor acompañado de Regulus.
A la mañana siguiente mientras intentaba desayunar nuevamente lo único que pudo hacer fue picar su comida no podia dejar de pensar en James, no quería pensar en el Gryffindor, pero lo acontecido se lo imposibilitaba un poco.
Dejo a atrás sus cavilaciones al percatarse de la mirada de Lily y Remus sobre él, comprendiendo rápidamente que Lily quería hablar con él y con Remus de lo sucedido, así que pico un poco más la comida que se encontraba en su plato antes de irse a su primera clase para hablar con los Gryffindor antes de que esta empezara.
En cuanto su pelirroja amiga entro al aula de encantamientos acompañada por Remus, y lo vio sentado en su lugar habitual le dio un fuerte abrazo, antes de retarlo un poco por no haberle dicho nada. Para después intentar llevarlo a la enfermería.
Cuando convenció a Lily de que estaba bien, Remus se disculpó por lo que habían hecho sus amigos y lo que el hizo mientras se encontraba transformado en hombre lobo. Cosa que no le importo mucho, ya que si alguien tenía que disculparse, para él ese alguien era Black no Lupin.
Acepto las disculpas de Lupin, pero eso no significaba que serían ahora amigos, así que agradeció que más gente empezara a llegar al aula y Remus se fuera a sentar a su lugar habitual.
Su semana transcurrió normal, excluyendo el hecho de que no podia dejar de pensar en James, sus sospechas hacia el Gryffindor eran cada vez más grandes. No quería admitirlo pero una parte de él quería ir a ver a James a la enfermería para preguntarle directamente. Sin embargo cada vez que se dirigía hacia esta, se detenía justo en la puerta, al recordar los besos que le habia dado el Gryffindor.
Y cuando se dio cuenta James Potter ya se encontraba mirándolo desde la mesa de Gryffindor con una mirada que le era difícil descifrar.
— ¿No vas a desayunar?— le pregunto Regulus al ver que no habia tocado para nada la comida que tenía en el plato.
—No tengo hambre hoy— le dijo antes de levantarse, para salir rápido del gran comedor, sintiendo la intensa mirada de James sobre él.
Estuvo la mayor parte de ese sábado en la sala de los menesteres leyendo, y cuando creyó que ya era de noche, se fue a la torre de astronomía en busca de una buena visión del firmamento.
Paso 20 minutos, en la torre con la única compañía de la luz de la luna, hasta que escucho unos pasos dirigirse hacia él. Sin embargo en vez de levantarse rápidamente y alejarse como su cabeza le decía que hiciera, solo se quedó quieto con la mirada fija en la luna.
— ¿Qué haces aquí?— dijo, sin quitar su mirada del cuerpo celeste.
James soltó un profundo suspiro antes de sentarse al lado del Slytherin y decir— te traje un poco de comida, no fuiste al gran comedor en toda la tarde— mientras desenvolvía un pedazo de pay de manzana.
—No tengo hambre— dijo Severus aun sin moverse ni un ápice.
—Severus yo…—
— ¿A qué juegas? —
—Yo no juego a nada Severus, nunca lo he hecho— dijo James con aplomo.
— ¿Tú eras mi admirador secreto verdad?—inquirió Severus, inclinando un poco la cabeza.
Los ojos del Gryffindor se abrieron muy ampliamente, al mismo tiempo en que su cuerpo se tensaba un poco, por las palabras dichas por Severus.
—No dirás nada— dijo Severus levantando y girando el rostro para ver a James a los ojos.
Los avellanas ojos de James se encontraron con los negros y profundos del Slytherin, aquellos que habían llamado irremediablemente su atención desde que lo vio en el expreso a Hogwarts, provocando que no pudiera resistirse a colocar su mano en la mejilla de Severus para después juntar sus labios con un delicado beso.
Severus no se apartó, pero tampoco correspondo el beso de James, solo permaneció quieto sintiendo los labios del Gryffindor unidos a los suyos.
—Me gustas Severus, siempre me has gustado— dijo James en cuanto termino el beso.
Severus lo miro inquisitivo.
—No me mires de esa forma, sé que es difícil de creer, pero es verdad. Desde que te vi me gustaste quise llamar tu atención pero tú solo tenías ojos para Lily—
—Me estás diciendo que todas aquellas estúpidas bromas, eran para llamar mi atención—
Las palabras de Severus hicieron sentir a James como un tonto, pero eso era lo que habia sido, así que inhalo profundo y dijo— Sé que suena tonto pero yo quería que te fijaras en mí, deseaba que me notaras y tu simplemente pasabas de todo, a excepción de Lily o cuando te peleabas con Sirius. Por eso yo creí que así tú me notarias—
—Y valla que te note— dijo Severus mientras se levantaba, con intenciones de marcharse.
—Espera, no te vayas—
—Ya no quiero oírte, toda la semana estuve rompiéndome la cabeza pensando en ti, en porque me habías besado, en porque me habías salvado, en porque te portabas decente, en porque decías que te gustaba. Preguntándome una y otra vez si tú habías sido mi admirador secreto. Pero ahora veo que aquello fue un error— dijo Severus ignorando las palabras de James.
Sin embargo antes de que pudiera dar un paso siquiera, James se levantó y lo sujeto al mismo tiempo que decía—vas a huir de nuevo—
—Yo no estoy huyendo—
—Enserio, a mí me parece todo lo contrario—
—Suéltame— dijo Severus forcejeando. Pero James afianzo más su agarre y arrinconando al Slytherin a la pared más cercana y dijo—mírame Severus, mírame y dime que no sientes nada por mí—
—Estás loco, suéltame— soltó Severus girando su rostro para no ver los avellana ojos de James.
—Solo admite que te gusto, sé que fui un tonto, por haber querido ganarme tu atención así, pero ya no soy el mismo niño tonto de once años. Estoy enamorado de ti, mis sentimientos hacia ti son verdaderos, cada una de las palabras que te escribí en las cartas fueron sinceras. Porque yo quiero estar a tu lado, solo que no sabía cómo acercarme a ti, sin que me lanzaras una maldición. Y siento que muy en el fondo yo no te soy indiferente, así que no huyas y admite que también me quieres— dijo James mientras se acercaba lentamente al rostro de Severus.
—Suéltame— dijo Severus con voz trémula.
—No te soltare. Porque puedo escuchar muy claramente como tu corazón late igual de rápido que el mío, solo dame una oportunidad—susurro James al oído de Severus, antes de buscar el rostro de este y unir sus labios con un profundo y demandante beso.