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Amante inocente por Haruka Eastwood

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Título: Amante inocente

Resumen: Él y solo él, era la persona que tanto había buscado...
Clasificación: Mayores de 16 años.
Género: AU. Romance. Drama.
Advertencias: Lemon. Mpreg.

Autor: Haruka Eastwood

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Amante inocente

Capítulo 10: Prometo amarte

Titubeó por unos segundos con la mano en la cerradura. Aun seguía sorprendido por lo rápido que pasaba el tiempo, ya que dentro de dos días, exactamente el lunes, sería su cumpleaños. Sin embargo todo valía la pena y todo se volvía más ameno cada que estaba en compañía de Naruto. Sin pretenderlo, una sonrisa se dibujó en sus labios mientras entraba al departamento y caminaba hasta la pequeña cocina.

Su lindo rubio iba constantemente. Y en cada ocasión terminaba por arreglar algo, primero decoró la habitación, colocó unas bonitas cortinas azules y sin saber cómo o por qué, le dio un toque “femenino”, que seguramente se debía al peluche sobre la cama, los perfumes y cremas de rosas en el tocador o el florero con girasoles artificiales en una mesita del rincón. Lo mismo paso con el baño y la sala-estancia-comedor. Y a petición suya —traduzcase como insistencia de Sasuke—, Naruto comenzó a llevar algunas de sus cosas.

Y es que la idea de comenzar una vida con él le llenaba de felicidad, claro que aun era muy pronto para ello, su rubito aun tenía catorce años, sin embargo, muy dentro de si, consideraba aquel pequeño departamento como el hogar de ambos. Podía cerrar los ojos y visualizarlo en cada parte de la casa con su enorme sonrisa mientras hacía pucheros al llamarlo, entonces se dijo que dos años, dentro de dos años ambos iniciarán una vida juntos.

Con su clásico “Hn” dio por aprobada su idea. En ese momento se fijó bien en todo, había una tetera caliente sobre la estufa, y encima de la mesa encontró una taza de té derramada junto a un paquete de galletas. Sin embargo, lo que terminó por alertarlo fue la silla en el suelo. Su mirada preocupada recorrió el lugar sin ver a Naruto pero cuando estaba a punto de llamarlo, escuchó el ruido de algo caerse seguido de una tos.

A grandes zancadas llegó hasta el baño que permanecía con la puerta entreabierta y la luz apagada, aun así la figura de Naruto sosteniéndose de la pared y devolviendo el estómago fue más que clara. Sin pensarlo, abrió completamente la puerta, prendió la luz y se acerco al pequeño rubito, rodeando su cintura para evitar que cayera, sujetando su cabello con la otra mano. Tras varias minutos, ayudó a Naruto a incorporarse, acercandolo al lavamanos para que se lavara los dientes y la cara.

—¿Te encuentras mejor? —cuestionó observando la palidez en su rostro y aquellas ojeras que comenzaban a formarse bajo sus bonitos orbes.

—Lo lamento —murmuró dejándose abrazar—. Y si… no te preocupes, solo comi algo que me hizo daño.

—Dobe —con delicadeza, acunó ambas mejillas del menor, apretando los labios al darse cuenta que tenía fiebre—. Tienes que descansar —acarició sus singulares marquitas con mimo, viendolo a los ojos—, vamos al cuarto para que duermas un poco, ¿si?

—Estoy bien ttebayo.

—No lo estas.

—Si lo estoy —afirmó mientras rodeaba el cuello de Sasuke con ambos brazos, alzándose de puntillas para depositar un beso ahí, donde el pulso era más evidente—, debo regresar a casa y preparar la comida, hoy es sábado y papá llega a las dos. Además, solo vine a traer algo para tu despensa, después de todo el lunes viviras oficialmente aquí.

—Son las nueve, al menos duerme hasta las once. Hoy debo entrar a trabajar a las doce, si quieres yo puedo preparar la comida.

—Suenas como un esposo preocupado ttebayo.

—Soy un esposo preocupado de mi dobe.

—Teme —refunfuñó con las mejillas sonrojadas, mientras se apartaba de él, saliendo de baño con pasos lentos para dirigirse a la cocina—. Solo me tomaré un té, con eso estaré mucho mejor, regresare a casa, preparare la comida y después de eso te prometo que descansare el resto de la tarde.

—Tsk, eres imposible —limpió la mesa y levantó la silla, observando fijamente la menuda figura de Naruto—. Ahora que lo pienso, nunca hablas de tus padres, y rara vez nombras a alguno… como ahora.

—Es algo complicado —se sirvió el té, llendo hasta Sasuke, sentándose junto a él mientras le entregaba una taza—. Mi padre trabaja mucho y casi nunca esta en casa, mamá… ella… —sus manitas apretaron con fuerza la taza, entonces sintió los brazos de Sasuke rodeandole con cariño.

—No importa —se separó bebiendose rápidamente el té—. ¿Quieres que te acompañe a casa?

—Claro.

●●●

Era consciente de que le había mentido a Sasuke descaradamente. No estaba bien, llevaba días sintiéndose mal pero no quería molestarlo con su salud, suficiente tenía con la universidad, el trabajo y su familia como para agregarle más cosas. Así que en cuanto llegó a casa, buscó el dinero que Minato le dejaba —y casi nunca gastaba, por lo que tenía una considerable suma— esperando una media hora, como si al salir Sasuke lo estuviera esperando para reclamarle por andar “paseando” en su estado.

No era para tanto, solo una simple fiebre, sin embargo, el malestar que se formaba en él no disminuía ni un ápice por más que se repitiera que aquello no era nada, seguía más que preocupado, rogando para que no sea lo que estaba pensando. Años atrás, Sakura le había enseñado a cuidarse al tener sexo, recalcando que si por alguna cosa u otra no podía, y solo en caso de verdadera emergencia, tomara un té muy cargado de cohosh negro y azul, con poleo y canela, que básicamente era un arma de doble filo que podía resultar incluso mortal. La verdad dudaba que alguien tomara esa cosa.

Pensandolo bien, era imposible que estuviera embarazado. Se había cuidado, claro que lo hizo, incluso más que antes, por lo que inhaló y exhaló varias veces para calmarse, repitiendose que solo estaba cansado por la escuela, que las náuseas se deben a que toda la semana compró comida hecha y que la fiebre seguramente era por infección estomacal. Al final, no sirvio de nada, seguia con los nervios a flor de piel. Y transcurridos los treinta minutos, se levantó del sofá, tomó sus llaves y salio de casa.

Estaba un poco mareado, aun así iría a una pequeña clínica que se encontraba a una hora de allí, Kakashi-sensei e Iruka-sensei eran viejos amigos de Sakura y lo habían atendido varias veces. Ambos lo conocían y les había tomado un gran cariño, sobre todo a Iruka quien era dulce, sonriente, paciente y muy cálido. Le gustaba pasar tiempo con él y conversar de cualquier cosa por horas, la verdad es que entendía el porqué Kakashi se había enamorado de él a pesar de que ambos eran varones.

Había descubierto su relación unos cuatro años atrás, cuando los pilló besándose. De principio fue incomodo, hasta que les aclaro que no le veía nada de malo, ambos se querían y estaban juntos, lo realmente malo sería que no fueran novios si se amaban, al menos desde su punto de vista, claro que después Sakura le dio una larga charla, explicando que debía guardar como secreto el hecho de que eran una pareja porque las personas lo veían como algo “anormal”. No entendió muy bien los motivos pero obedeció.

Ahora que lo pensaba, tenía muchos meses sin acudir a verlos, preguntandose si sabían que Sakura se marchó a la aldea de la cascada la primera semana de Febrero, aunque le restó importancia en cuanto entro. El lugar era pequeño, completamente blanco y olía a antiséptico, contaba con una recepción, sala de espera y dos consultorios. La recepcionista-enfermera-secretaria era una mujer muy amable de nombre Rin quien corrio a abrazarlo en cuanto lo vio, diciendo lo grande que estaba.

—Rin-chan —murmuró con dificultad—, me ahogas ttebayo.

—Lo siento —sonrió apartandolo un poco de su cuerpo—, pero es que hace mucho no venías a verme —hizo un puchero—, y llegas justo en buen momento, como puedes ver, no hay gente y la agenda de ese par está libre el resto del día, así que tendrás que aceptar quedarte a comer con nosotros.

—Claro tteba, pero…

—Nada de peros —lo miro fijamente, y aquel fingido enfado se transformó en preocupación al ver las mejillas sonrojadas de Naruto y su acelerado respirar—, estas ardiendo en fiebre, ¿por qué no me dijiste que te sentias mal?

—Es qué…

—Nada —le silenció—. ¡Kakashi! ¡Iruka! —ambos salieron de sus respectivos consultorios, mirando con extrañeza a Rin—, es Naruto.

Por la expresión seria de la fémina, sabian que el pequeño rubito no estaba ahí para platicar. Al final, ambos adultos terminaron por atenderlo mientras Rin cerraba el consultorio; era sábado, ya no tenían más citas programadas y podían darse ese lujo, después de todo, aquel lugar constaba de dos pisos, en la planta baja atendían a los pacientes, en el primer piso había un enorme laboratorio y en el segundo vivian Kakashi e Iruka, dueños de la pequeña clínica al igual que Rin.

Claro que después de un par de horas en las que Naruto fue sometido a una minuciosa revisión y preguntas por demás vergonzosas, el rostro de los varones era de absoluta seriedad mientras que él estaba cada vez más pálido y preocupado, comenzando a frotarse las manos con anticipación. Veía como Iruka revisaba unos papeles, fruncia el ceño y cuestionaba a Kakashi antes de negar y volver a revisar todo.

—¿Es muy grabe ttebayo?

—No tenemos ninguna duda del resultado —admitió Kakashi—, pero con la muestra de sangre que te saque voy a hacer una última prueba, aunque no es necesaria.

—Es necesaria —Iruka lo miró de soslayo antes de centrar su atención en Naruto—. Creo que te imaginas cual es el resultado, ¿verdad?

—¿E-Estoy… estoy embarazado?

—Sí —admitió con pesar—. Kakashi y yo analizaremos tu sangre para rectificar el resultado y saber como te encuentras. Ahorita me preocupa más tu anemia, niveles de hierro y el que tus defensas haya bajado tanto.

Quiso maldecir, pero el enorme nudo en su garganta se lo impidió, sabiendo que si abría la boca comenzaria a balbucear cosas sin sentido. Lo único que le quedaba era rodearse a sí mismo sintiendo que caia al vacio en picada comenzando a ser presa de un miedo atenazante y siniestro. Era un hecho que cuando Minato se enterara nada bueno iba a suceder después, no tenía ni idea de lo que haría, mucho menos de como reaccionaria, entonces su mundo terminó por derrumbarse al pensar en Sasuke. ¿Cómo se lo tomaría él? Fue lo último que pensó antes de sumergirse en la oscuridad, escuchando su nombre a lo lejos, como un eco que se desvanecía con decadencia.

Cuando volvió a abrir los ojos, parpadeo varias veces centrándose en el lugar, todo era de un blanco impoluto, estaba sobre una camilla en una habitación bastante grande en donde había otras cinco en fila, separadas por unas cortinas que actualmente permanecían sujetas. Y justo frente a él, vio un enorme ventanal cerrado y cubierto con cortina de gasa blanca, por la luz de afuera, supuso que estuvo inconsciente unos veinte minutos. La cabeza le dolía horrores y tenía náuseas a pesar de no haber comido nada, aunque cuando movió el brazo derecho, se percató del suero conectado a él.

—Ni se te ocurra quitarlo —escuchó la voz serena de Kakashi, quien entraba con una bandeja con un poco de fruta picada, jugo y algo que no alcanzo a distinguir bien—. Ayer nos diste un gran susto.

—¿Ayer? —cuestionó desorientado, volviendo a mirar el lugar—. ¿Donde estoy?

—¿Recuerdas aquella puerta doble que Sakura jamás te dejo abrir cada que venían? —tras el pequeño asentimiento, señaló a su espalda—. Bueno, creo que él misterio de lo que había tras ella a desaparecido —le dedicó una pequeña sonrisa, colocando la bandeja sobre sus piernas, sentándose a su lado—. Sera mejor que comas.

—No tengo hambre ttebayo.

—Intentalo o Iruka se enojara y no lo quieres ver molesto.

—Solo un poco —susurró viendo la bandeja, lo único que no le daba tantas nauseas era la fruta—. Aun no me responde, Kakashi-sensei —picó la manzana, llevándose un trozo a la boca—. ¿Cómo que ayer?

—Mmm… si ayer —rectificó—. Ya es domingo, te desmayaste en el consultorio, te trajimos aquí pero en la tarde tenias mucha fiebre, es normal que no despertaras, por eso te puse el suero —miró su reloj—, y son las ocho de la mañana.

—Naru, me alegra que despertaras —la suave voz de Iruka lo sacó de su ensoñación—. Tu padre debe estar preocupado, puedo llamarle si quieres.

—No es necesario, esta de viaje, llegara hoy en la tarde ttebayo.

—Ya veo —suspiró colocandose a un lado de Kakashi—. Tus resultados ya estan, no hay ninguna duda de que estas embarazado pero por tu condición, será bastante arriesgado y peligroso —se acercó, sentándose en la camilla del rubio, tomando su manita entre las suyas en señal de apoyo—. Naru, tu embarazo es muy "especial” y delicado.

—N-No entiendo.

—En la mayoría de estos casos la última palabra la toma el padre, pero me has dicho que Sasuke-kun esta en la universidad, ¿cierto? —contempló el pequeño asentimiento antes de seguir—. Por lo tanto él es mayor de edad y quien debe decidir.

—Iruka-sensei, yo…

—Naru —la tranquila voz de Kakashi llamó su atención—. Cuando un doncel o mujer tiene menos de diesiseis años, se embaraza y ese embarazo pone en riesgo su vida, siempre es el padre el que toma la decisión si se debe seguir adelante con la gestación, pero en tu caso es diferente —suspiró con cansancio—. Tu pareja es mayor de edad, a menos que él niegue al bebé y su relación, él debe decidir si continuar o no con el embarazo.

—Sasuke cumplira diesiocho mañana —su voz se rompió, ni siquiera fue capaz de refrenar el sollozo que salió de sus labios.

Se sentía perdido e impotente, sobre todo al saber que no podía decidir ni siquiera sobre el futuro del bebé que crecía en su interior, pese a lo tonto y arriesgado que sonara, el deseaba a ese niño, era una vida, un pequeño inocente que no tenía la culpa de nada y tenía todo el derecho de nacer, de ver el mundo y tener a alguien que lo ame con toda el alma, porque en aquel instante no importaba si Minato lo repudia o Sasuke lo negaba. Él lo tendría lo amaría y protegería siempre, dándole el amor que no tuvo.

 

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Continuará

Notas finales:

Hola!! La verdad no iba a actualizar tan rápido, pero el capítulo me estaba quedado muy largo, por eso decidí dividirlo nwn para desgracia o fortuna, los spoilers que di vendrian siendo para el siguiente capítulo que aun no acabo :v no sé, tal vez se me aloque y sean para el cap 12 (? Todo puede pasar conmigo, los dejare con la duda y sere mala 7u7r

En fin, gracias por leer nwn  ♥ 

Haruka Eastwood


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