Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eternos Enemigos por kurerublume

[Reviews - 85]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Capítulo listooooo jaja

Agradezco a Enniz y a  Inita por sus reviews.

Disfruten ¬w¬

 

CAPÍTULO X: Cosas diferentes


No podía encontrar un castigo apropiado para un centauro. Seguíamos caminando de regreso y mi cabeza era un caos masivo, mi objetivo se limitaba a no desaprovechar la oportunidad.


Caminé con eso en mente, hasta que recordé qué es lo más les molesta.


-Lykaios, ya sé cuál será tu castigo por perder – le digo antes de entrar a su casa – pero tiene que ser aquí afuera y será mañana antes de que amanezca.


-¿Qué planeas? – una sonrisa es todo por mi parte para irme a comer algo – te hice una pregunta, Lucius.


-Y obtuviste respuesta: mi silencio – sonrío aún más al ver cómo se rasca la nuca con fastidio para no decir nada más y marcharse.


-------------


A la mañana siguiente, ni lento ni perezoso me levanto muy ansioso para irme directamente hacia el cuarto de Lykaios. Ahora que lo pienso, realmente nunca he entrado, así que no sé bien cómo sea. Tal vez no deba.


-¿Lykaios? – pregunto en voz alta para que me responda – Lykaios – me voy asomando lentamente, pero manteniendo los ojos cerrados -¡Hey, Lykaios! – me desespero y le grito para que reaccione de una maldita buena vez.


-Calla, Lucius – abro poquito mis ojos para saber qué está haciendo, aunque obvio su voz toda rasposa me dice que estaba bien dormido.


-Es hora. Tienes que cumplir, te recuerdo que tienes una apuesta que acatar.


-Una apuesta que ganaste por tus trampas. ¡Maldición, Lucius! Es demasiado temprano.


-Ya deja de quejarte y levántate de una vez por todas o iré yo por ti – escucho cómo se empieza a reír.


-¿Y entrar a mis… aposentos? No lo creo – doy media vuelta al escuchar que se pone de pie y camina hacia mi dirección – vamos entonces.


Salimos de ahí y es entonces que me pongo serio.


-Bien, después de no mucho tiempo de pensar, tu castigo es llevarme en tu espalda hacia esa colina de la vez pasada – veo cómo abre los ojos.


-¿Qué? ¿Quieres que te lleva en mi espalda? Escucha, Lucius, la vez pasada fue una excepción porque estabas herido, pero esto es diferente. ¿Sabes lo denigrante y molesto que es que un humano se monte como si fueras sólo un animal? No, no lo sabes. Pide otra cosa, eso no – se cruza de brazos intentado imponer.


-¿Entonces tengo que lastimarme aún más mi tobillo para que accedas? Porque todavía sigo cojeando, Lykaios – mi método de persuasión es indiscutible – Además, perdiste la competencia. Yo pensaba que los centauros eran de palabra, en especial viniendo de su líder. Y esto no quebranta nuestro trato. Vaya que eres voluble – en ese tiempo no dijo nada, sólo suspiró después de unos segundos para demostrar su derrota.


-Pero ni se te ocurra jalarme del cabello o patearme porque te juro no lo pensaré dos veces para quitarte de encima sin delicadeza alguna, ¿entiendes?


Asiento en silencio.


-Hey, no me cargues – me pongo algo nervioso al notar que al poner sus manos en mi cintura y apretarla, es para ponerme en él – puedo hacerlo yo mismo – le quito sus manos con un buen golpe con la mano abierta y logro zafarme de su agarre.


Pongo mis manos sobre su lomo, y antes de que diga algo, me impulso con mis piernas para montarlo adecuadamente.


-Ni siquiera ha salido el sol, maldición.


-Ya deja de quejarte. Ahora llévame – comienza un trote que hace que rebote mucho y me empiece a doler la entrepierna – baja un poco la velocidad, me estás lastimando.


-No fue con intención – Lykaios y su sarcasmo, ¡claro que lo hizo adrede! Mugroso centauro.


Tardamos unos minutos más en llegar a ese lugar tan hermoso. De inmediato me bajo de él y camino hacia la orilla.


Hice esto con dos intenciones, sí fue para molestar a Lykaios, pero realmente quería esto: ver el amanecer. Sí, esto es lo que quería desde hace mucho tiempo, pero no podía llegar y decirle lo más infantil del mundo, no, señor. Por eso mejor hice la apuesta y me empeñé en ganar.


-Así que esto querías – me dice a mis espaldas, pretendo no escucharlo – cuando quieras podemos volver a ver el amanecer – acaricia mi cabello y agradezco que me diera mi espacio al marcharse a unos metros de mí.


Mis mejillas las siento algo calientitas, seguro por la brisa fría que se la lleva el sol al salir, y eso, apenas está ocurriendo. Froto mis manos y tomo asiento junto a un árbol.


Al ver cómo el sol comienza a iluminar todo el lugar, mis ojos se van cerrando. Y es hasta que el sol sale por completo y que las nubes dejan de verse rosadas, que me quedo dormido.


 


                                             ***


Esta es la tercera vez que duermo con Arion. Él es quien me invita y yo, quien no lo rechaza.


En definitiva, dormir con él, es lo mejor. Siempre tan afelpado y suave; tan calientito.


-Cornelius – me llama suavemente – despierta. A comer.


-S-Sí – el sueño se me va por completo al ver cómo Arion tiene su cara muy cerca de la mía – ya voy – volteo hacia otra parte, intentando evitar sus enormes ojos negros. No quiero verlo ahorita, no gracias. Anoche… dioses, anoche yo… tuve un sueño raro.


Y no quiero ver su cara porque, ¡porque me pone! De sólo recordar mi sueño, me pongo caliente, y más si los dos protagonistas están la misma habitación.


¡No entiendo! Me doy miedo, ¿qué me pasa?


Ahora resulta que me prenden los toros, ¿no? ¡Qué asco!


-Vamos – jala de mi muñeca y mi mundo se cae.


-¡Ahh, no! – me intento cubrir, pero es muy tarde. Mi erección matutina me delata y me traiciona como ninguna otra – A-Arion, disculpa. ¡No me mires! – me aviento como costal a la cama y le doy la espalda – ahorita voy contigo, pero no me veas – cubro mi cara en la almohada porque en serio no, mi suerte no puede ser tan mala.


-Cornelius – lo noto acercarse a mí y yo por reacción me alejo. Hasta que me jala del tobillo para ponerme boca arriba – Cornelius – sorpresivamente acaricia mi rodilla – tranquilo.


Mi corazón se detiene.


Me está sonriendo.


Es como ver a un adulto decirle a un niño que esto es natural, ¡qué vergüenza!


Ah, pero su cara.


-Arion, vete, por favor – junto mis rodillas y aprieto las cobijas que están debajo de mí – no quiero que me veas así, no es normal – me estoy excitando muchísimo… ¡ya sólo vete, Arion!


-Respira – acaricia mi mejilla con sus manos - ¿estás bien? Estás rojo y respiras rápido.


-Ah, dioses, estoy bien, en serio – estoy bien, sólo que quiero que me veas masturbándome frente a ti – me enojaré si no me das mi espacio, Arion. Por favor, enseguida iré.


Por fin me escucha y sale de aquí.


Estúpido cuerpo traicionero hijo del mal, ¿qué te pasa?


Mientras me intento tranquilizar, mi olfato ahora es el que me mete el pie: todo esto huele a él. Huele a Arion, y es delicioso su aroma.


-¿Por qué? – me pongo boca abajo y con lentitud y muchísima vergüenza dirijo mi mano a mi falo – Esto no está bien, para, Cornelius – contradiciendo mis palabras, toco apenas la puntita - ¡mhn! Para, para – con pena voy envolviendo mi pene con mis manos para empezar a apretar e ir de arriba hacia abajo – dios… - jadeo más y más. Pero mi cuerpo idiota no tiene suficiente. Me voy empinando, levantando mi trasero y moviendo mi cadera – así… más… ah, A-Ari… - quiero parar, en serio quiero, pero siento que ya no puedo detenerme, no cuando imagino que es su mano la que me está dando cariño – me gusta – un hilillo de saliva sale de mi boca.


Con mi mano libre logro sentarme con las piernas abiertas, el bultito que se hizo con las pieles que me cubrían me da justo en mi entrada.


-Mierda – arqueo mi espalda y muevo más mi cadera sin dejar de masturbarme. Mi mente… mi mente está volando muy lejos, ya no puedo pensar correctamente.


¿En qué momento pasó esto?


No se suponía que esto pasara así. Para nada.


Mi imaginación me hace pensar que es un toro negro el que está debajo de mí. Moliendo su pene con mi trasero.


-¡Ah! ¡ahh! ¡ahh! – no quiero ni pronunciar ese nombre, ¡no quiero! – más, más – me tapo la boca para no gemir tan ruidosamente -¡Ahhhh! – y con eso, termino mi enferma fantasía. Eyaculando en mi mano.


¿Ahora qué haré? 

Notas finales:

La verdad que el título me costó pensarle jaja si alguien tiene una idea, adelante :D

 

¡MIL GRACIAS POR LEER!

¡BESOOOS! jajaja

Me divierte tanto este Cornelius.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).