El domingo llegó, y tal como dijo el pelinegro, estuvo a las 1 en punto en la puerta de la casa del castaño. Nana lo hizo pasar a la sala a esperar a Tsuna, quien se encontraba preparando para la salida y no tardaba en bajar.
La castaña sabía acerca de la relación que su hijo tenía con Hibari, cosa que le alegró mucho; sobre todo porque Tsuna se veía muy feliz, además Hibari era un chico muy apuesto, respetuoso y caballeroso, "un verdadero príncipe", pensaba Nana cada vez que veía al pelinegro.
Al bajar Tsuna, Hibari no pudo evitar decirle lo hermoso que se veía, cosa que hizo sonrojar de sobremanera al castaño. Tras despedirse de Nana, los dos fueron rumbo al centro y Hibari llevó a Tsuna a parque de diversiones, esta acción alegró mucho al menor ya que esos lugares eran muy ruidosos y llenos de gente, 2 cosas que odiaba el pelinegro; sin embargo, estaba haciendo un esfuerzo por él y eso le hizo darse cuenta, aún más todo lo que significaba para el prefecto.
Estuvieron paseando por varios juegos, el castaño tan solo sonreía y apretaba fuertemente la mano de Hibari, este por su parte cumplió todos los caprichos de Tsuna, desde algodones de azúcar hasta fotos de pareja, todo sea por hacer feliz a su herbívoro.
Sin que se dieran cuenta cayó la noche, las estrellas brillaban muy intensamente al igual que la hermosa luna llena. De camino a casa de Tsuna, Hibari le indicó al castaño que se detuvieran un momento en un parque, se sentaron cerca del centro donde había una hermosa pileta con la figura de dos hermosos cisnes.
-Hibari-san gracias hoy fue uno de los día más felices de mi vida, me divertí mucho, pero lo mejor fue pasar todo el día a tu lado- dijo el castaño
-Tsunayoshi- Hibari acarició con una mano el rostro del castaño- para mí también fue un día muy especial- se acercó y besó al castaño con dulzura- quiero entregarte algo- añadió el pelinegro al término del beso
Hibari buscó en su bolsillo una cajita de color negro y se la entregó a Tsuna
-Ábrela- dijo el prefecto
Tsuna asintió y tras hacerlo no pudo evitar emocionarse mucho, eran 2 anillos de plata con detalles en dorado y tenían grabado sus nombres en cada uno
-Hibari-san, esto es...-Tsuna ya estaba al borde de las lágrimas
-Tsunayoshi ¿quieres pertenecerme?- preguntó el pelinegro- ¿quieres comprometerte conmigo?
¿Estaba escuchando bien? La persona que amaba estaba pidiendo su mano... "Podría morir en este instante"
-Claro que sí -Tsuna se lanzó a abrazar a Hibari, el pelinegro lo rodeó con sus brazos y besó su frente- quiero estar contigo para siempre Hibari-san
-También quiero pasar el resto de mi vida contigo, adorable y dulce herbívoro
-Te amo- dijo Tsuna para que luego sus labios fuesen tomados por el pelinegro
Tras separase, cada uno colocó el anillo en el dedo anular del contrario, como muestra del gran amor que se tenían.
-Tsunayoshi-Hibari miró fijamente al castaño- hoy, ¿quieres quedarte en mi casa?
Tsuna entendió a qué se refería el pelinegro y se sonrojó, sintió deseo en la mirada de Hibari, deseo que él también sentía recorrer por todo su cuerpo.
-Sí - respondió el castaño- me quedaré contigo
El pelinegro sonrió de lado, le dio un casto beso y tomó al castaño del brazo para irse de allí, no podía esperar por llegar a su departamento.
.....
Tras cerrar la puerta de la entrada, Hibari abrazó por la espalda a su herbívoro y comenzó a darle pequeños besos en el cuello, provocando pequeños suspiros en el castaño.
-Te deseo tanto, Tsunayoshi- susurró Hibari en el oído de Tsuna parea luego lamer su lóbulo
-Hi-Hibari-san- Tsuna se estremecía con cada toque y palabra dicha por el prefecto, la voz que escuchaba era sumamente ronca y llena de deseo, sintió corrientes eléctricas recorrer su columna con solo escucharla
-Vamos a la habitación
Al llegar al cuarto de Hibari, este echó suavemente a Tsuna en la cama y se colocó encima, observando detenidamente a su pareja
"Es tan hermoso"
Hibari empezó a desabrochar la camisa del castaño mientras lamía su delgado cuello y lo mordía ligeramente dejando marcas... quería marcara a Tsuna como suyo.
-Hueles delicioso- Hibari terminó por sacarle la camisa y luego prosiguió a estimular los pequeños pezones de Tsuna, quien solo gemía por todas las sensaciones que le provocaba su novio
-Ahh...Hi-Hibari-san, me siento...extraño
-Tsunayoshi- el pelinegro dejó de lamer los, ahora erectos, pezones de su pareja para apoderarse de sus rosados labios - di mi nombre, quiero escucharte
-Ahh- Ky-Kyoya...- gemía sonoramente el castaño mientras Hibari frotaba su miembro sobre su pantalón
-Te duele aquí, ¿verdad?-
El pelinegro señaló con su dedo índice el bulto en los pantalones de Tsuna y el castaño solo podía asentir mientras mordía su labio inferior.
Hibari comenzó a desabrochar los pantalones del menor para que luego de unos segundos, estos y la ropa interior del castaño acabaran en el piso.
-No es justo.... que sea yo e- el único desnudo- dijo Tsuna con la cara completamente roja por la excitación, sentía su piel quemar por todas las caricias que antes su amado pelinegro le había brindado
Hibari sonrió ladino; rápidamente se quitó la camisa y los pantalones quedando igual que el castaño y lo miró expectante...adoraba las reacciones de su herbívoro.
-Ahora estamos igual- se acercó y comenzó a lamer nuevamente el pecho de Tsuna mientras con sus manos acariciaba todas las partes del cuerpo que lo volvía loco.
"Puede que no te des cuenta pero soy un completo herbívoro cuando se trata de ti; si me dijeras que hiciera algo lo haría sin dudarlo un segundo... me tienes a tus pies"
Tsuna gemía y se estremecía con cada toque; las sensaciones que le provocaba Hibari eran de lo más placenteras y hacían que su mente quedase totalmente en blanco.
Hibari fue bajando por el pecho de Tsuna llegando a su ombligo, lamió e introdujo su lengua en este para luego llegar a su miembro engullirlo completamente.... el sabor de su herbívoro era delicioso.
-¡Ahh! Kyoya... nngh, n-no lamas a-ahí
Hibari simulaba envestidas con su boca en el miembro del castaño, Tsuna tan solo gemía, estaba llegando al clímax, era una sensación desconocida para él, pero muy placentera por lo experimentaba en ese instante
-Kyoya, para... yo...v-voy ...- Tsuna se corrió por primera vez y su esencia fue tomada completamente por Hibari
-Simplemente delicioso- dijo el pelinegro mientras lamia la comisura de sus labios con una sonrisa en el rostro
-Kyoya...- Tsuna alargó sus brazos y atrajo hacia sí a su novio para luego iniciar un beso
-Tsunayoshi, ya no aguanto más- dijo el pelinegro separándose y acercándole 3 dedos a Tsuna. El menor entendió el mensaje inmediatamente, los metió en su boca y comenzó a lamerlos como cuando degustaba algún caramelo.
-Ya es suficiente- Hibari retiró sus dedos de la caliente boca de su herbívoro y los dirigió a su pequeña entrada
-Ahh... ngh k-kyoya- se quejó un poco al sentir el primer dedo entrar en él, era extraño pero no le desagradaba
-Relájate- Hibari esperó a que Tsuna se acostumbrara a la intromisión y cuando escuchó que este no se quejaba prosiguió a introducir el segundo y luego le siguió el tercero... tenía que prepararlo bien, no quería hacerle daño.
-Ahh, Kyoya...ya, no aguanto...- Tsuna quería sentir a Hibari, sabía que eso le dolería pero quería ser uno con la persona que tanto amaba
-Yo tampoco puedo esperar más- el pelinegro saco de golpe sus tres dedos del interior del castaño, provocando que este gimiera sonoramente para luego dirigir su grande y duro miembro hacia su entrada
Lo penetró lentamente para no hacerle daño y cuando estuvo completamente dentro, comenzó a embestirlo lentamente
-Ahh, Kyoya... nngh
-ngh... tan estrecho- Hibari se acercó al castaño para darle un beso mientras se movía encima de él
-Ahh!... Kyoya- el gemido de Tsuna fue más sonoro que los otros y provocó una sonrisa en el pelinegro
- Es aquí ¿verdad?- le dijo Hibari para volver a envestir en aquel punto que hacía gritar de una manera tan lasciva a su herbívoro
-Ahh!... no...ahh! Kyoya...
-Tsu...Ahh Tsunayoshi, me encantas- gemía Hibari mientras seguía con las envestidas que cada vez se tornaban más violentas- gime mi nombre
-Me gusta, k-Kyoya...más profundo- Tsuna no sabía lo que decía, el placer nublaba su mente, lo único que quería era sentir más dentro, si era posible, el miembro de su amante
-No tienes que pedirlo- Hibari aceleró aún más sus envestidas y besó nuevamente al castaño; luego de un tiempo, Tsuna sintió una corriente eléctrica por todo su cuerpo y supo que se vendría de nuevo
-Ahh...me vengo, Kyoya...
-También estoy en mi límite, Tsunayoshi-después de unas cuantas envestidas, los dos se corrieron al mismo tiempo, Tsuna en los vientres de ambos y Hibari en el interior del castaño
Se dejaron caer agotados. Hibari atrajo hacia su pecho al menor, tapó a ambos con una sábana y lo envolvió en un abrazo
-Kyoya...- Tsuna miró a los ojos al pelinegro- desde que llegaste a mi vida todo cambió, fuiste una luz en el mundo de sombras en el que me encontraba, soy muy feliz a tu lado...Te amo
La sonrisa que le dedicó al prefecto ocasionó un casi imperceptible sonrojo en el siempre inexpresivo rostro de Hibari
"Definitivamente soy todo un herbívoro a tu lado"
El pelinegro le dio un tierno beso en la frente y acarició su rostro
-Tú también eres mi luz, una luz que me ilumina cada día, Tsunayoshi -Hibari le dio un casto beso-prométeme que pase lo que pase siempre estarás a mi lado
-Te lo prometo, siempre estaré a tu lado, te amare por toda la eternidad Kyoya- Tsuna se acurrucó en el pecho de Hibari, quien sonrió y apretó contra sí a su castaño
-Te amo
Dio un pequeño salto al escuchar al prefecto, su corazón se aceleró y no pudo evitar que una lágrima se derramase y recorriera una de sus mejillas.
-También te amo
Luego de unos minutos los dos se rindieron a los brazos de Morfeo, pensando en todo el amor que se tenían y en el futuro que les esperaba... juntos.
"El amor es el emblema de la eternidad: confunde la noción del tiempo, borra toda la memoria de un comienzo, todo el temor de un final"
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