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No tengo que ser el peor de los dos por AbiHummel3007

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Notas del capitulo:

Mis horribles bloqueos como siempre se hacen presentes, ya estoy de vuelta en la universidad así que mis tiempos son una locura, trataré de actualizar con más frecuencia, nos leemos al final

Capítulo 42

Vivir por una noche

 

El beso que el baterista le había dado lo había dejado un tanto perturbado, no había sido algo especialmente intenso, ni siquiera podía definir que se suponía que ese beso significaba, no parecía haber habido una mala intención, ¿podía ser solo la manera que tenía el otro de molestarlo? No se atrevía a acusar al joven de tener una segunda intención, al final no todos son como Debrah, pero simplemente era incapaz de dejarlo pasar como si no tuviera importancia alguna.

 

Compró las prendas que más le gustaron de la selección mientras pensaba en Nathaniel, lo más sano sería no asistir a la dichosa fiesta y simplemente llamar al rubio, con un poco de suerte tal vez podrían organizar una pequeña videollamada, sonaba a un buen plan, especialmente después de ese beso, le entregaron la bolsa con sus compras y él salió con calma del lugar, iría a la habitación, comería algo, asistiría al ensayo de la tarde y luego se excusaría para no asistir a la reunión.

 

Y todo salió a pedir de boca, bueno, al menos hasta que llegó a la parte de dar una excusa para no asistir, el propio representante de Debrah le pidió que asistiera a la fiesta, según él, era importante, puesto que se haría una pequeña rueda de prensa al principio además de que una buena revista quería fotos del grupo completo en ese evento, al parecer patrocinado por dicha revista, así que ahí estaba frente a un compromiso ineludible, no pudo hacer más que acceder, llamaría al rubio antes de irse, le había prometido hacerlo.

 

Se arregló y llamó al rubio, el teléfono sonó y sonó, pero no hubo respuesta alguna, intentó un par de veces y en todas las ocasiones el buzón terminó saltando, suspiró, tal vez el delegado ya dormía, había estado mucho tiempo en el hospital así que era entendible que fuera agotador volver a la rutina, se conformó con dejarle un mensaje, le informó de la fiesta, prometió llamarlo al día siguiente y le dijo que le amaba, colgó y salió de ahí para reunirse con el resto.

 

Hay cosas que los adolescentes no deben hacer, cosas que mientras tienes 15 o 16 años te están prohibidas, y aunque uno se empeñé en sentir que solo lo hacen por molestar la mayoría de las veces hay una buena razón detrás de esa prohibición, beber alcohol es una de esas cosas… Él no era un modelo a seguir y no era un santo, fumaba y bebía, pero por lo menos la bebida no era algo que le fascinará, solo lo hacía en eventos especiales y rara vez más de dos cervezas, sin embargo, hay una realidad innegable y esa es que los adolescentes tienden a portarse peor cuando están rodeados de otros adolescentes.

 

Y si tenía que ser estrictamente sincero él no era la excepción, cuando le ofrecieron una bebida en la fiesta por un segundo se sintió tentado a rechazarla, pero no lo hizo, esa noche era especial, estaba en una gran fiesta y en ese momento él era parte de una banda, en ese momento él era el dueño del mundo así que simplemente aceptó, un par de tragos no le hacen daño a nadie, vivir por una noche como una “estrella” no puede ser tan malo, así que simplemente se dejó llevar por ello, se dejó arrastrar por aquella euforia recién descubierta.

 

Trago tras trago el alcohol se fue acumulando en su cuerpo, la cabeza poco a poco más ligera y el cuerpo más caliente, o al menos eso era lo poco que podía recordar de la experiencia, no estaba seguro de cuanto había bebido para el final de la noche, solo podía recordar un conjunto de sonidos y lo que parecía su voz arrastrando las palabras, recordaba vagamente que alguien le había dicho “Suficiente por una noche…” y a alguien ayudándole a levantarse y arrastrándolo al exterior.

 

A partir de ese punto, sus recuerdos dejaban de existir como algo más que colores y ruidos inconexos, su mente reiniciaba en el preciso momento en el que la luz del sol comenzó a molestarle y lo hizo despertar, le dolía la cabeza como si se estuviese partiendo en dos y tenía una horrible sensación amarga y pastosa en la boca, se giró en la cama para cubrirse la cabeza con las mantas y solo entonces se dio cuenta de que había alguien más compartiendo la cama con él.

 

-¡Qué mierda…!- no pudo evitar alzar la voz y básicamente saltar de la cama, no le tomó más de medio minuto notar que era el baterista y para su felicidad, ambos estaban vestidos, pero eso no eliminaba el hecho de que estaban en la cama y no estaba seguro del por qué

-¿Quieres callarte…? La cabeza me va a estallar si sigues gritando así…- gruño el otro, claramente enfadado por haber sido despertado de ese modo –Es tu puta culpa, cuando te traje no dejabas de hablar de un delegado o algo así y no me dejabas ir…- vio al rubio baterista girarse en la cama para mirarlo –Deberías agradecerme por sacarte de ahí antes de que Debrah te comiera vivo frente a todas las cámaras en lugar de estar gritando…- el chico bostezo y se rascó la cabeza

 

Seguía sin entenderlo del todo, claramente había estado muy borracho, eso lo tenía presente, y entendía que había llegado en una pieza a la habitación gracias al rubio que estaba tumbado en la cama con cara de pocos amigos, suspiro y se rascó la nuca antes de sentarse en el borde de la cama y mirarlo de reojo, necesitaba una mejor explicación al respecto de lo que fuera que había sucedido la noche anterior en la dichosa fiesta, la parte que más le preocupaba era la prensa, no sabía que había hecho o que había sido captado por las cámaras.

 

-¿Qué paso exactamente?- se atrevió a preguntar finalmente con un suspiro, el baterista suspiró levemente también antes de responder

-Bebiste demasiado- eso era evidente, no necesitaba esa parte de la historia –Y Debrah parecía bastante emocionada por ello…- eso no le sorprendía ni un poco, rogaba a lo que fuera que hubiera en el cielo que no hubiera sucedido algo irreversible –No hizo nada demasiado descarado, si eso lo que te preocupa, niño rudo- a pesar de que sonaba aburrido y medio dormido, podía percibir la diversión en el tono ajeno –Simplemente se colgó de tu cuello y estabas tan borracho que ni lo notaste, tal vez hayan un par de rumores… Pero a menos que tu novio sea demasiado celoso dudo que se lo crea…- lo vio estirarse como si de un gato se tratará y enderezarse en la cama antes de sonreírle divertido.

-No creo que se enfade demasiado…- probablemente las inseguridades del rubio podrían salir a relucir con algo como eso pero esperaba que no fuera el caso, no tenía ánimo de lidiar con algo así estando tan lejos de él.

-Dime, niño rudo, ¿eres feliz con alguien así?- la pregunta lo tomo desprevenido, no entendía del todo que quería decirle con una pregunta así, alzó ambas cejas y al parecer la confusión fue bastante obvia ya que el contrario continuo hablando –No te conozco ni lo conozco a él, pero no suena a tu tipo, niño rudo, suena demasiado bueno ¿no es así?- su cerebro seguía embotado por el alcohol de la noche anterior así que le costó lo suyo procesar esas palabras, frunció el ceño conforme el significado comenzaba a hacerse presente en su mente.

 

No se conocían de nada más allá de los ensayos y aquel breve tiempo compartido en el escenario, sintió la ira bullir en su interior, nunca había sido alguien que pensará demasiado antes de actuar y su primer impulso fue golpearlo, no sabía nada de lo que el delegado y él compartían, sentía que no tenía derecho a hablar al respecto, y sin embargo algo lo detuvo, a ciencia cierta no sabía que había sido, pero una molesta voz en el fondo de su cabeza le susurraba que debía considerar las palabras ajenas, que no debía cerrarse, aparentemente sus propias inseguridades le estaba jugando en contra.

 

-Oh vamos, no me has respondido ¿eres feliz?- abrió la boca para responder, él era feliz, amaba al rubio y era feliz con los pequeños gestos, era totalmente a lo que había sentido por Debrah y había asumido que eso era la felicidad, pero en ese momento, estando a distancia, estando sobre un escenario no podía evitar preguntarse si era equiparable.

-Soy feliz…- y a pesar de todo, las palabras salieron de su boca, no sabía a donde planeaba llegar el baterista pero no dejaría que se hiciera ideas extrañas, él mismo no debía permitirse caer en dudas estúpidas generadas por una pregunta tonta, solo debía ser fuerte un poco más.

Notas finales:

Si alguien aún lee esto, les agradezco su apoyo, un beso!


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