Habían pasado unos cuantos días desde que la madre de Cesar le informara que pronto se mudarían, y de que su traslado ya había sido completado con éxito, ya no había vuelta atrás, él tendría que mudarse una vez más
Pero en el transcurso de esos pocos días Marin lo había estado siguiendo todas las mañanas al igual que en las tardes, cuando el chico se regresaba para su casa, el pelinegro estaba ahí, esperándolo apoyado siempre en un árbol, y cuando le encontraba ambos caminaban juntos hasta el parque, hablando como todos los días
- ¿no te cansas de esto?
Preguntaba Cesar Al pelinegro el cual no paraba de insistir en que ambos tuvieran un encuentro más cercano, por supuesto el chico se negaba como ya solía hacer, directa y claramente, más el joven no se daba por vencido, cosa que hacia cuestionarse a Cesar si algún día podría quitárselo de encima
- Para nada
Respondía naturalmente Marin, no tenía intenciones de ceder, no después de que el chico le dejara acompañarle por gran parte del camino que recorría sus idas y venidas
- ¿necesitas que te de un hueso para que dejes de seguirme?
Intentaba molestarlo Cesar con algo que sabía que pudiera ofenderle al joven, más el joven solo respondió
- Lo haría si me dieras otra cosa en vez del hueso
- Muere
No había caso, aquel joven no podía ser repelido fácilmente, al menos no con esos comentarios o palabras, Cesar tendría que buscar una manera más práctica de hacerlo sin lastimarlo, después de todo no le parecía alguien peligroso
- Ya lo intente pero falle
Comento con una sonrisa el joven causando que Cesar se pusiera un tanto triste, al ver como el pelinegro le mostraba sus cicatrices con una sonrisa, realmente no podía alejarse así sin más, no quería ser una cicatriz más en aquellas muñecas
- Entonces te encerrare en un psiquiátrico
Intento amenar el ambiente Cesar, diciéndolo en tono de burla, cosa que hiso reír a Marin por aquella idea, la cual no había considerado
- Volvería a escapar, así que no creo que sea una buena opción
- ………
El chico no pudo negar aquella posibilidad, por lo que sintiéndose derrotado dejo caer su cabeza sobre sus hombros, un tanto derrotado, causando la curiosidad de Marin al ver como este le miraba con preocupación
- ¿Sí?
- Ahaaaaaaa
- Ese fue un suspiro muy largo
Se sorprendió el pelinegro, no esperaba ver al chico rindiéndose a su acoso tan rápido, había tardado menos de lo que tardado el día anterior
- ¿de quién crees que es la culpa?
- Te digo que solo lo hagas conmigo, no vas a perder nada si solo es una vez
Seguía insistiendo el pelinegro, causando que en la espalda de Cesar un escalofrió le recorriera cada vez que lo mencionaba, con aquella voz tan libidinosa
- ¿crees que acaso me puedes pedirme eso?
- ¿Por qué no puedo hacerlo?
- ¿Por qué eres mayor de edad y yo aún soy un menor?
- Viéndolo desde el punto de vista legal, tienes razón
Ciertamente se llevaban una buena diferencia de edad ambos, pero al parecer eso le importaba poco a Marin, para él, el parecido que tenía Cesar con aquella persona era más que suficiente para perseguirlo y acosarlo
- Entonc—
- Aun así seguiré insistiendo, porque tu no me denunciaras, ¿o no?
Marin había recalcado lo evidente, se estaba aprovechando de la empatía que le tenía Cesar, una que no le permitía dañarlo
- Si…….al menos no eres peligroso, de eso estoy seguro
- Si es así tu pod---
- Ni hablar
- Que rápido
Y así eran sus días, era poco el tiempo que pasaban juntos, pero fue el suficiente como para poder entablar una amistad entre ambos
Las semanas pasaron e inevitablemente Cesar tuvo que mudarse otra vez
- ¿tienes todo listo hijo?
- Si, voy a llevar estas cajas a la cocina
- No te apresures mucho, primero empacaremos las cosas de las habitaciones, luego nos encargaremos de la cocina
- Está bien, entonces comenzare por mi cuarto
- Me hare cargo de lo demás, avísame cuando hayas terminado
- Vale
El chico ya había sido dado de baja en el colegio, por lo que le dieron el plazo de una semana para terminar su mudanza antes de que pudiera ser oficial el traslado a su nuevo colegio, en ese tiempo podría tomarse las cosas con calma y despedirse de quienes fueran sus amigos, o al menos eso pensaba que haría el director
Mas no fue así, él se fue sin decir nada, no tenía motivo para despedirse de ellos, no les tenia aprecio mucho menos se había encariñado con ellos, por lo que sabía que dentro de poco tiempo el seria olvidado, eso era lo que esperaba que sucediera
Mas había algo que no podía salir de su cabeza, ese era Marin
- ¿el seguirá viviendo aquí?
Se preguntaba suavemente mientras guardaba sus cosas, para quedarse inmóvil luego de unos pocos segundos después………en su mano tenía un pequeño libro que ya había leído con anterioridad
- ¿será así siempre?
Se preguntó así mismo al ver como aquel pequeño libro le recordaba al joven, le recordaba el día en que leyó su versión más completa, aquel día en la cafetería, el día en que la lluvia no paro
Y por un instante…….su corazón se detuvo en aquel lugar……quiso por un momento no tener que mudarse y quedarse ahí, para poder caminar a casa junto a el……..caminar mientras hablaban
Fue la primera vez que Cesar no quiso mudarse, pero no lo podía decir…..no ahora que su madre había conseguido un mejor trabajo con una mejor paga, aun si el no quería tenía que irse, esa era su realidad
- ¿estás listo?
- Si
- Entonces, sube todas esas cosas al coche, nos vamos
- ¿Qué hay de las cosas de la cocina?
- Nos encargaremos de ello cuando dejemos todas estas cosas primero
- Entendido, vamos
Ese día Cesar se fue de aquel lugar, hacia una nueva ciudad, ese día al ver por la ventanilla del automóvil pensó, que no volvería a verlo, no una vez mas
Pero ya estando en su nuevo colegio y con sus nuevas clases comenzando, sintió una necesidad de saber cómo estaría aquel joven, y también pensó en que hubiera pasado si le hubiera dejado ir más allá de la simple amistad
- Cesar, ¿no te vienes con nosotros al parque?, estaremos buscando algunos insectos para el insectario
- Creo que no será posible, mi madre me mando algunas compras de la tienda, tengo que llegar con ellas antes de que llegue a casa
- Eso es una pena, acompáñanos la próxima vez
- Seguro lo hare, cuenten con ello
- Entonces nos vemos
- Si, adiós
Y otra vez, como lo era en su otro colegio, se apartaba sutilmente de los demás, de sus compañeros, para él seguía siendo como antes
Un día el nuevamente se mudaría y todo eso no tendría sentido, no para él, el conocerlos le era irrelevante e innecesario, un desperdicio de tiempo, nada que pudiera lamentar
Si quisiera pasar tiempo con alguien, Cesar preferiría mil veces pasarlo con aquel pelinegro impertinente y de boca sucia, lo prefería mil veces que a los demás, eso era lo que pensaba, dándose cuenta de que sin querer le había ganado cariño
- ¿Qué tonto?
Se dijo así mismo, sonriendo mientras veía a la tierra y lo seca que comenzaba a estar
- Quisiera verle………
Murmuro Cesar dejándose llevar por sus pensamientos
- No,…….iré a verle
Dentro se preguntaba si estaba comiendo bien, si seguiría tomando alcohol hasta que su olor se impregnara fuertemente, si en sus muñecas había aumentado alguna cicatriz más, o si este le recordara en realidad
Es por eso que un día, aprovechando que fuera un día festivo y no había clases, el chico se apresuró a salir muy temprano de casa
Tomo el bus hasta la siguiente ciudad y camino por aquello que antes fuera su ciudad
Recorrió el mismo camino desde su anterior residencia hasta su antiguo colegio y viceversa, con la certeza de que ese joven estuviera cerca
Estuvo un buen tiempo haciendo eso, hasta que un día lo encontró
El pelinegro se encontraba apoyado en el mismo árbol, en el cual le esperaba cuando él vivía ahí
- …….ahí estas……
- ¡¡!!
Dejo Cesar escapar aquellas palabras trayendo la atención de Marin, quien no lo esperaba a volver a ver, no una vez más
- Gheee estas más delgado, ¿sabes siquiera lo que es la comida?
- …si sé que es la comida, no tomes por tonto niño
Respondió Marin sin poder creer aun que ese chico estaba frente a él, acercándosele mientras le regañaba
- Entonces si lo sabes, aliméntate mejor que vas a terminar en los huesos
Regañaba Cesar al mismo tiempo que agarraba el brazo del joven y lo comparaba con el suyo propio
- Tengo más carne que tú, me hace sentir como un chico gordo y feliz
- ¿Entonces porque no me cuidas de ahora en adelante?, fácilmente me podría convertir en tu mascota si quieres verme regordete y saludable
Molestaba Marin al chico acercando su rostro al suyo, tan cerca que Cesar podía olerlo muy bien
- Eso sería lo me----!!!
Y antes de que pudiera terminar Cesar se dio cuenta de que el olor insistente a alcohol había desaparecido del cuerpo de Marin, cosa que hiso que el chico jalara al joven hacia el para poder olerlo aún mejor, pensaba que talvez su mente le estaba jugando una pasada, pero no fue así
El olor a alcohol de Marin había desaparecido del cuerpo del mismo y no se había dado cuenta
- Dejaste el alcohol
- Si
- Ya veo
Sonrió un poco Cesar al saberlo, el, Marin había dejado de dañarse así mismo……aunque sea un poquito el dejaba de intentar ahogarse inútilmente en la bebida, cosa que le puso feliz
- ¿Cesar?
- ¿dime?
- No cierres los ojos
- ¿para qu---
Sin poder entender a que se refería Marin y antes de poder preguntarlo, sus labios ya eran robados por los del joven, causando que más de una venita le saltara por la rabia del momento al chico
Pero pese a ello Cesar se dejó besar, le daba curiosidad saber hasta donde podían llegar, si fuera solo un mero capricho de Marin o si este se llegaba a enamorar, lo que pasara primero pasara
- Tienes agallas para robarme un beso, lo admito
Dijo Cesar alejando a Marin de su rostro y mirándolo desafiante
- ¿entonces aceptaras?
Reto de igual manera el pelinegro con mirada triunfante
- ¿Por qué no?, veremos que pasara primero, veré si caigo enamorado de ti o si solo puedes tomar mi cuerpo, una de las cosas tendrá que pasar
Sentencio el chico sabiendo que su interés por aquel joven no desaparecería de la noche a la mañana, al menos podía disfrutar de todo aquello, mientras durara estaba bien
- ¿te has rendido a deshacerte de mí?
- En realidad no, solo pienso que si fuera a tener relaciones con alguien estaba bien que fueras tu
- Vaya, resulta que no eres tan niño como pensé
- No te confíes, que puedo hacerte caer
- Bueno si tú dices eso, tendré cuidado
- Más te vale tenerlo
Dicho eso tanto como Marin como Cesar, agregaron un nuevo número a sus celulares, ahora podían comunicarse y pasar tiempo juntos, hasta que pasara lo que tenga que pasar