Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eternos Enemigos por kurerublume

[Reviews - 85]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, bellos lectores.

Lamento la demora. Me tocó lo del temblor y estuve ocupada estos días. Igual espero que todos estén bien. Lo importante es apoyarnos y velar por los demas; familia, amigosn, vecinos... desconocidos. Estos días me di cuenta que, de verdad, las personas son solidarias; la gran mayoría 😄😄. Eso me alegró muchísimo.

Y bueno, sin más...

Disfruten.

CAPÍTULO XIII: Curioso


Todavía es de noche cuando lo escucho llegar, no me extraña que llegue a esta hora; lleva ya 3 días con eso. Pero algo es diferente esta vez, sus pasos son tan irregulares, casi torpes.


— ¿Lykaios? —pregunto en voz baja— ¿Estás bien? —pero no me responde. Me incorporo sigilosamente para seguidamente agacharme detrás de una pared. Tal vez no sea Lykaios y yo aquí alzando la voz.


Sigo escuchando pasos erráticos hasta que mi corazón me grita moverme. Cierro mis puños y salto en posición de ataque, pero me quedo inmóvil al ver a ese centauro… sangrando; su armadura está en el piso— Lucius —susurra mi nombre y se acerca lo más rápido que puede. Apenas reacciono cuando deja caer su torso sobre mí.


—Lykaios, ¿qué te pasó? —por el peso que tengo encima, voy cayendo lentamente al piso— ¿Lykaios? —escucho sus jadeos y algo caliente cae sobre mi hombro.


«No me hagas esto, estúpido centauro»


Bien podría dejarlo aquí agonizante; bien podría intentar escapar con la esperanza de que esos estúpidos insectos, de la primera vez que intenté escapar, no estén; bien podría simplemente dejarlo morir aquí, solo y “traicionado” por un humano… por mí.


Bueno, no puedo hacerle eso, supongo.


Soltando un grito de frustración, corro hacia donde siempre tiene sus plantas y ungüentos. Comienzo a quitarles la especie de tela que los protege y los huelo detenidamente para saber qué carajos contiene cada recipiente. Soy algo torpe en estas cosas, pues como General, apenas sé lo básico. Agarro un ramo de hierbas, savia y el ungüento que él usó cuando me quemé las manos con las sogas; también en una cuenca pongo agua y agarro varios trozos de tela.

 

Corro nuevamente con Lykaios y me siento a su lado con cautela. Comienzo a limpiar la sangre para saber dónde está herido, pero eso sí, con el ceño fruncido porque esto es algo casi impensable.

 

Demoro unos minutos e inmediatamente comienzo a frotar el ramo de hierbas en sus heridas. Tiene una en su rostro, en sus brazos, pero las más profundas, son en su costado derecho y su pata trasera izquierda.

 

Unto savia en su rostro y después el ungüento en sus demás heridas. Francamente, necesito ayuda con esto. Sé que sus heridas se pueden infectar si no cuido bien de él.

 

¿Cuidar? No, no, no. Ya hice suficiente con esto, ¿cierto?

 

Intento no pensar mucho cuando, con mucho tiempo y esfuerzo, le pongo una piel debajo a Lykaios, lo cual me cuesta horrores ya que es más pesado que cualquier humano, eso y su cuerpo de caballo no ayudan mucho. Tengo que ponerme durante unos segundos sobre él y me siento tan incómodo que me da coraje.


Una vez que logro poner la piel debajo de él, pero con algo de sobra en su cabeza, comienzo a arrastrarlo, ¡mierda que pesa demasiado! En serio, es como arrastrar a tres hombres.

 

En un par de minutos, logro llevarlo a su habitación. Al entrar, siento que estoy metiéndome en la intimidad de alguien, pero ese pensamiento se va cuando recuerdo la situación en la que estamos.

Lo dejo donde no le pegue tanto el frío y corro a buscar algo que le ayude a cicatrizar. Pero noencuentro o no sé qué usar. Sólo logro poner más agua para darle de beber aunque esté inconsciente.


Carajo.


Nuevamente, limpio sus heridas. En eso, le pongo especial atención a su rostro, vaya que es cero apuesto y ya tiene algunas arrugas en la frente por siempre tener el ceño fruncido. Qué curioso, seguro así me veré en unos años más.


Sus ojos se abren lentamente y se posan directamente en mí.


—Lucius, volviste —me dedica una sonrisa y yo, me quedó algo confundido, ¿volví de dónde si siempre estoy aquí?


—Claro —decido responderle eso para no perturbarlo más—. Tienes que levantarte y ponerte en tu…cama, Lykaios. Pesas mucho y no podré hacerlo por mi cuenta —no me responde, pero sí que se levanta soltando algunos quejidos. Toma mi mano y pienso que necesita algo en qué apoyarse, así que lo acompaño apenas unos pasos. Pero al momento de dejarlo en su cama, jala de mi muñeca y me coloca junto a él— ¿Qué haces? Suéltame.


—No, Lucius. Quédate conmigo —pongo los ojos en blanco y le doy algunos golpes suaves para que entienda que hablo en serio—. Te extrañé tanto —siento sus rasposas manos pasearse por mi rostro para obligarme a levantarlo y quedar muy pegados. Pero mi mayor sorpresa es cuando se acerca lentamente y me da un beso en la nariz y otro en la comisura de mis labios—, tanto —se va quedando dormido mientras me apresa de la cintura.


Honestamente, no entiendo un carajo de lo que acaba de pasar.

 

***

Mis jadeos parecen de animal, pero no me importa. No me detendré hasta llegar a Caesonia.


—Discúlpame —digo quedito y sin aliento; sin atreverme a mirar atrás. Vi en sus ojos cuánto asco le causó lo que hice, y no lo culpo. Somos enemigos, nos odiamos y asesinamos en nombre de nuestra causa y por el deber de cualquier soldado. Aun así, me duele… nunca había sentido el rechazo como ahora, tan silencioso.


Mis piernas ceden y caigo directo al césped.


No podría ser más llorón como ahora. No veo bien a causa de todas las lágrimas que, traicioneras, salen para evidenciar la tristeza y vergüenza que se aferra a mí. Me quema, me deja inmóvil y hace que me sienta un completo inútil.


Arruiné todo con esto. Bien pude seducirlo lentamente, así como vengo haciendo inconscientemente desde hace semanas, mediante ligeros toques; seguir durmiendo junto a él, abrazarlo por culpa del sueño, sonreírle abiertamente y hacer que confiara en mí; hacer que me viera hermoso, que me fuera viendo con deseo y muy sutilmente lograr ese cariño que…


¡NO!


No, basta. Fue mi decisión desperdiciar una oportunidad así, y estaré bien con eso. El tiempo que pasé junto a él fue suficiente para probar una de las felicidades más curiosas en la peor situación posible. Lo agradezco, sólo eso.


Me pongo nuevamente de pie y me asusto al escuchar hojas chocando entre sí. Temeroso de cualquier cosa, retomo mi carrera hacia mi hogar. Es extraño, yo realmente quería otro lugar al cual llamar hogar. Ya no será así, al menos no de la forma que quería.


Después de varios minutos, o incluso una hora de trotar lo más veloz que puedo, la veo; Caesonia está frente a mí. Su muralla se mantiene firme y apenas se ven algunos rastros de batallas pasadas. Logro distinguir a dos soldados que hacen guardia, y ya que sigo oculto en el lado boscoso, aún no me ven.


Doy un paso pequeño, pero me detengo.


—¡Cornelius! —un grito demasiado lejano me golpea la espalda. Reconozco esa voz, esa voz que me ha hecho desear como nunca antes; que me ha hecho sentir tan culpable.

 

Y es que no sé cómo decirlo, pero con Arion así son las cosas, es tan cálido estar a su lado, tan familiar y correcto… que me siento culpable por ello. Es mi culpa, enteramente mía.

 

Apenas volteo un poco la cabeza para ver ese punto negro que pretende acercarse a mí.

 

Sonrío cansino, preparado para no verlo nunca más. Curioso, de esa misma manera me despedí de Domitius cuando este Arion me dejó inconsciente; es la segunda vez que me despido de esa manera de alguien y mi pecho aún resiente la última.


Veo cómo se detiene, y en ese momento, continúo mi camino. Sé que ya no me va a seguir porque eso de verdad sería estúpido.


Pero eso no evita que suelte una última lágrima por él, un minotauro; por Arion.

 

***

 

—Mierda, Bronte —dijo quejándome—. Ya te dije que yo me encargo.


—No —ese maldito humor tan característico de él hace que esté a dos de quedarme sin cabello—. Es tan hermoso cuando las mascotas te llaman por tu nombre. Ahora deja que tu dueño te cure— dice coqueto y hace que me hierva la sangre.


—Tú estás loco, y un loco jamás debe encargarse de un herido —le quito la suave tela de la manos y él se me queda viendo con un enojo increíblemente satisfactorio para mí—. Haz esa expresión más seguido y te aseguro que me harás el día —le digo divertido y con una sonrisa.

 

— ¿Quieres saber cómo les hago el día a los más afortunados? —susurra venenoso en mi oído.

 

—Con un carajo, ¡que no! —me muevo incómodo para alejarme de él, porque sí, este pendejo está acostado en la misma puta cama que yo argumentando que es suya— Ya deja de decir tanta estupidez —pretendo levantarme, pero mi herida me reclama regresar a la estúpida cama con ese estúpido sátiro adentro.


—Ven —me exige y jala de mi cintura, lo cual claramente me toma por sorpresa, para ponerme pegado a él—. Ya deja de parecer un virgen, no te voy a hacer eso en estas condiciones, mierda.

 

Pongo los ojos en blanco y luego los cierro para sentir, muy a mi pesar, cómo limpia mi herida y la vuelve a cubrir con una cosa verde que ni puta idea qué sea— ¿Planeas matarme cuando hagas eso? —le pregunto sin ganas y todavía con mis ojos cerrados— Porque la verdad, ni jodida idea tengo qué utilidad tiene un teniente sustituible. A estas alturas, seguro ya tienen a alguien más como yo; a estas alturas, ya me toman por muerto —inhalo profundo para continuar hablando—. Mi punto es que, no entiendo las molestias. Es curioso, si sólo quieres metérmela, no tiene coherencia todo esto que haces.


Silencio es lo que reina, Bronte deja de atenderme y al escuchar cómo rechina un poco la cama, abro mis ojos sólo para encontrarme con los del sátiro; está sobre mí, frente a frente— Entonces, Teniente, me temo que le falta entender estrategias inusuales y efectivas.


— ¿Cómo cuáles? —pregunto con burla— ¿Ponerse sobre el enemigo? Porque eso, mi detestable enemigo, más que asustar, da asco.


Él sólo se comienza a reír roncamente— Entre otras —termina diciendo sobre mis labios.

 

En serio, lo detesto.

Notas finales:

Espero les haya gustado ;)

Nos leemos el próximo martes. 

¡les mando un abrazo y muchos besoos! 😍😍😘😘💜💛💙


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).