Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Apariencias que engañan por KylieNova

[Reviews - 69]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola de nuevo!! Este ha sido el capitulo mas largo que he escrito de este fic, estoy contenta, espero que lo disfruten y no olviden dejar su comentario.

Dijo aquello sin pensarlo, hasta él mismo se sorprendió de su rápida respuesta y más lo estaba Eric, decir que se sintió feliz era dejarse corto, se sintió entusiasmado y un sonrojo en sus mejillas acompañado de una gran sonrisa fue lo último que observo Damián cuando este se fue.

Eric siguió la espalda de Sebastián el cual se hallaba cerca del auto. Subieron, el auto arrancó y pasaron unos segundos de silencio hasta que Sebastián habló.

- ¿De dónde se conocen tú y Damián? - le preguntó sin despegar la vista del camino.

-De la universidad- respondió algo nervioso- aunque no estamos en la misma carrera

-Ya veo, entonces lo sabes ¿No? - tenía un tono más calmo a comparación con su actitud risueña, pero no quitó su sonrisa- Lo que hace con su personalidad.

-Si, aunque no entiendo por qué- talvez si hablaba al respecto con él este le diría porque Damián era así.

-Tiene sus razones supongo.

- ¿Tú sabes por qué? - preguntó dudoso, cuidándose de no parecer entrometido.

-Si, pero no debo decirte, - respondió- creo que es algo personal de Damián, lo siento- lo miro unos segundos y le dedico una cálida sonrisa, Eric se sintió desalentado por su respuesta.

-No hay problema.

-Pero me siento aliviado- esto había hecho pensar a Eric. El camino no era muy extenso así que llegaron rápido. Se despidieron y esa noche Eric durmió con un poco de emoción, mañana iría a ver a Damián.

Esa misma noche Damián estuvo meditando, reflexionando de todo lo que había pasado ese día. Por primera vez había llevado a un amigo a su departamento, a su hogar y él no era una persona que llevara a cualquiera a su hogar, pero lo que más le sorprendió fue el hecho de haber llamado a Eric "amigo". Y no lo dijo por compromiso, lo había dicho de corazón. Se dio cuenta que disfrutaba la compañía del chico, él era diferente a los demás, podría describir a Eric como alguien amable y honesto.

En la mañana Damián se despertó temprano como de costumbre, pero aun su garganta dolía un poco, debió haberse tomado algún medicamento el día anterior. Recordó que ese día llegaría Eric, se levantó como pudo y empezó a ordenar su departamento, pero antes se miró en el espejo, observó que tenía unas grandes ojeras y además su cabello estaba desordenado así que tomo una ducha rápidamente y se arregló, aunque aún se veía enfermo. No sabía a qué hora llegaría, así que tenía que estar preparado, entre todo el ajetreo de estar ordenando una idea vino a su mente haciendo que parara abruptamente.
¿Qué le estaba sucediendo? Arreglando su departamento, preocupándose por cómo se verá, pensando en él la noche... ¿Acaso era una niña enamorada? Sacudió su cabeza y se sintió ridículo, levantó de nuevo sus defensas pensando que en realidad a Eric no le importaba, además solo porque había dicho que era su amigo no quería decir que eran cercanos. Dejó de ordenar y se fue a su habitación a dormir un poco más, no era común de él dormir tanto, pero se sentía cansado. Se acostó sobre su cama y solo se despertó cuando escuchó el timbre del departamento.

Se reincorporó y supo que era Eric, fue hacia la entrada y observó en el reloj de pared que eran las doce de la tarde. Rápidamente abrió la puerta y en esta se encontraba Eric el cual le sonrió. En ese momento todas sus dudas acerca de su amistad se fueron, esa sonrisa había movido algo en su interior, algo que le dijo que no se preocupara, que podría bajar sus defensas con este chico.

- ¿Cómo te sientes? - le preguntó con amabilidad mientras pasaba.

-Mejor que ayer- Eric sacó algo de su mochila, un pequeño retenedor el cual llamó su atención.

- ¿Qué es eso?

-Es caldo de pollo, pensé que te ayudaría.

- ¿Tú la hiciste para mí? - preguntó con una sonrisa socarrona para molestarlo, él reaccionó al principio sorprendido seguido después de un sonrojo en sus mejillas. Se dio cuenta de que le gustaba ver ese gesto en Eric.

-C-claro que no- dijo con una risa nerviosa- mi madre la hizo por casualidad y pensé en traerte un poco- ni siquiera el mismo se convenció de la mentira que acababa de inventar. La verdad es que en la noche se había dedicado a hacer ese caldo de pollo que por experiencia había aprendido que curaba la gripe. Le preguntó a su madre cómo era su preparación, esta se sorprendió y le preguntó porque lo hacía, a lo que simplemente respondió: "Es para un amigo"

Le pareció chistoso y a la misma vez encantador que Eric tratara de mentirle tan lamentablemente, pero decidió seguirle la corriente. Después de que Damián probará un poco del caldo que le había preparado se fue a recostar un rato ya que se sentía cansado, Eric iba a esperarlo en la sala y ver televisión mientras descansaba como lo había hecho la vez anterior.

-Quédate aquí- le pidió Damián, estaba impresionado ya que él no era de pedir favores por lo que no se pudo negar, ni quería.
Mientras Damián estaba acostado él se sentó rígido en la orilla de la cama a una distancia considerable, un tanto incomodo, pero más que todo nervioso, Damián se dio cuenta de esto y le pidió que se acostara en la cama y se relajara- No te voy a hacer nada- bromeó.

Al principio hubo un silencio entre los dos, pero poco a poco empezaron a hablar de sus pasatiempos y lo que harían en un futuro, el que más hablaba era Eric, pero no se extrañó ya que sabía que Damián era reservado, en cambio a él le gustaba oír las anécdotas de Eric, pero en general le gustaba oír su voz.

En medio de una de las anécdotas de Eric se quedó dormido sin querer, su voz lo relajaba y para cuando Eric se dio cuenta de esto el otro estaba en un sueño bastante profundo, bufó y sonrió al mirar su rostro más de cerca y cada detalle de esta. Cerró los ojos y empezó a reflexionar ¿Y si Damián supiera que él había estado enamorado de él? ¿Lo alejaría con repudio o serian amigos igualmente? De todas formas, no le dio importancia, nunca le diría que en secreto había sido su amor platónico, no era información necesaria. De este modo también Eric cayó en el mudo onírico.

Cuando Damián despertó solo habían pasado un par de horas como máximo, estiró sus músculos en la cama y se dio cuenta que Eric se encontraba dormido, sonrió y observó la cara de serenidad que el chico tenía al dormir, se acercó un poco más por curiosidad sin darse cuenta que alguien lo estaba viendo desde la puerta que habían dejado abierta.
Sebastián lo llamó levemente captando su atención, se sobresaltó y se preguntó cuánto tiempo había estado allí.

-Eso fue rápido- dijo Sebastián en voz baja para no despertar a Eric- ¿Ahora te gustan los chicos? - pregunto con son de burla.

-No sé a qué te refieres- expresó con un semblante molesto.

-Tú sabes exactamente a lo que me refiero- le guiñó un ojo y salió de su habitación. Se levantó a malas lentamente de su cama para no despertarlo y se fue a reunir con Sebastián a la sala.

- ¿Por qué putas entras a mi habitación como si nada? - Sebastián sonrió con burla, inmune a su mal y ya típico vocabulario.

-Bueno fue suerte que no haya entrado mientras estaban haciéndolo, - Damián gruñó como respuesta- al menos cierren la puerta.

- ¿Acaso tener amigos me hace gay? - dijo con sorna

-Que te los folles... talvez- Sebastián sabía que Eric y Damián no lo habían hecho y que esa no era su relación, pero le encantaba fastidiar a su primo, hacerlo enojar le hacia el día feliz.

- ¿De qué mierda hablas? Claro que no me lo follé.

-Lo que vi hace un rato demuestra lo contario. Lo estabas mirando como una quinceañera enamorada mientras dormía, es también algo aterrador si lo piensas-iba a protestar, pero se dio cuenta que solo lo quería molestar, tomó una bocanada de aire y trato de no darle importancia.

-Eres muy maduro- respondió con sarcasmo- ¿Por qué llegaste tan temprano?

-Solo decidí almorzar aquí, un poco de comida casera no hace mal- se fue a la cocina dejando solo a Damián en la sala, observó que había caldo de pollo, lo que le extrañó- ¿Acaso cocinaste? - le preguntó desde la cocina.

-No, Eric lo trajo.

- ¿No es eso adorable? - Damián rodó lo ojos, aunque concordaba con Sebastián-Tengo que darle crédito, últimamente estas de buen humor.

-Estoy igual que siempre.

-Damián- suspiro lentamente y lo vio directamente a los ojos-, eres la persona más testaruda que conozco.
Sebastián almorzó rápidamente, sin olvidar de molestar a Damián en el tiempo que estuvo allí, quiso despedirse del chico que se encontraba en la recamara de su primo, le había caído bien, pero siguió durmiendo como un bebé. Damián quedo unos minutos en la sala, caminaba sin rumbo por toda esta, ordenando y colocando todo en su lugar hasta que se aburrió. Volvió a su recamara y se encontró al chico en la misma posición como lo había dejado, se acostó a su lado y cerró los ojos, pero no pudo conciliar el sueño.

Mientras tanto Eric tenía una pesadilla, en esta se encontraba corriendo por un callejón oscuro el cual parecía más un laberinto sin fin. No sabía porque corría, pero un miedo intenso se apoderaba de su cuerpo haciendo que sus piernas se movieran por si solas. Al girar en una esquina se encontró un gran acantilado con olas azotando fuertemente contras las rocas. Tenía que tomar una decisión, saltar o quedarse con lo que fuera que lo estuviera persiguiendo, empezó a entrar en pánico y llorar desesperadamente, y de repente saltó.

Abrió los ojos rápidamente al percibir la sensación de caída en su sueño, su frente tenía apenas por una fina capa de sudor, su corazón estaba acelerado a mas no poder y el miedo que sentía en su sueño se había transportado al mundo real.

- ¿Estas bien? - se giró encontrándose con la silueta de Damián muy cerca de él con una expresión de preocupación. Se extrañó de mirar a Damián, pero enseguida recordó porque estaba allí. Se sintió avergonzado por su reacción y además por la escena que había hecho al tener una pesadilla, como un niño de ocho años.

-Si, fue solo una pesadilla.

-Ya veo- se alejó al notar la falta de espacio personal que le estaba dejando. Se levanto y fue a la cocina. Cuando volvió traía consigo un vaso con agua-Ten, te ayudara- Eric se tomó el líquido rápidamente, después se reincorporó y estiró sus músculos.

-Se me está haciendo una costumbre dormir aquí- le dijo con una sonrisa, quería olvidar su pesadilla.

-Yo soy el enfermo y aun así duermes más que yo- Damián rio instintivamente, dejando cautivado a Eric.

- ¿Eso que veo es una sonrisa? - rápidamente Damián quito su sonrisa mientras Eric reía.

-Es bueno saber que lo puedes hacer de vez en cuando- Eric se levantó de la cama y arregló superficialmente su ropa- ¿Ya te sientes bien?

-Creo que estoy curado, ese caldo fue milagroso- añadió- gracias por hacerla para mí- ahora Eric era el que se encontraba avergonzado.

-Te dije que yo no la hice, fue casualidad que...

-Si si como sea- Damián iba a decir algo más pero su celular empezó a sonar, al ver el nombre en la pantalla inconscientemente giro sus ojos con molestia, era uno de sus falsos amigos.

-Hola- le dijo Damián con una voz más animada, aunque no concordara con su ánimo.

-¡Damián! Amigo, siento que hace mucho no te veo ¿Qué has estado haciendo?

-Nada importante, estaba algo enfermo.

-Pero te siente ya bien ¿Verdad? Hay una fiesta a las ocho de la noche en la casa de Alicia, va estar increíble, tienes que ir.

-No creo que vaya aún estoy...

-No seas aguafiestas, ven- Damián iba a dar otra excusa, pero sabía que el chico no cedería- ¿Puedo llevar a un amigo? - dirigió una mirada cómplice hacia Eric y sonrió, dejándolo completamente confundido.

-¿Quién? ¿Lo conozco?

-No creo pero es alguien de la universidad.

-Como quieras- Simplemente ven ¡Habrá varias chicas! - Puso una cara de fastidio, se despidió y colgó. Eric tenía una cara de consternación.

-Al parecer iremos a una fiesta.

-Pero no quiero ir, creí que la pasaríamos aquí juntos- Eric se dio cuenta tarde de como sonaron sus palabras y el malentendido que podría darse, pero Damián no dijo nada.

-Vamos, será divertido- trato de convencerlo, pero ni siquiera el mismo se lo creía.

-Si no quieres ir ¿Por qué simplemente no dijiste que no y ya?

- ¿Cómo sabes que no quiero ir? - Eric lo miro con una expresión clara de que sabía que no quería ir.

-¿Por qué tu no quieres ir? ¿No te gustan las fiestas?

-Si me gustan, pero... no conozco a esas personas y no quiero pasar en una fiesta solo.

-¿Y que soy yo? ¿Un desconocido? - al decir aquellas palabras Eric sintió algo en su pecho- No te dejaré- Eric se estaba quedando sin argumentos para no ir a aquella fiesta.

- ¿Y a ti te gustan las fiestas? - Damián quedó unos segundos en silencio.

-No

- ¿Entonces porque vas?- preguntó, a veces no entendía que pasaba por la cabeza de Damián. Trató de buscar razones para validar su respuesta pero no encontró ninguno.

-Solo vayamos de una vez- Eric no estaba seguro, pero después de que Demian persistiera un poco más el chico aceptó.

Decidieron comer algo, aún faltaban algunas horas y unos amigos de Damián pasarían por ellos. La fiesta quedaba bastante lejos de donde vivían así que tuvieron tiempo para ver televisión y hablar de cosas banales. Eric estaba nervioso y preocupado, no quería ir a aquella fiesta porque sabía que Damián estaría rodeado de sus amigos y en ese entorno cambiaría, se sorprendió a si mismo al llegar a la conclusión de que le agradaba más ese Damián con el que había pasado la tarde que con el que aparentaba ser.

Finalmente, el amigo de Damián pasó a recogerlos en una camioneta negra, al entrar se encontraron a dos chicos y una chica, ella estaba en el asiento del copiloto y saludó animadamente a Damián al igual que los otros dos, en ese momento Damián cambió y Eric se desanimó un poco.

Llegaron a la fiesta, era en una casa bastante grande, había personas por todos lados desde el jardín delantero hasta el posterior, la música retumbaba fuertemente y el olor a alcohol, cigarros y marihuana se hizo presente de manera fuerte. Damián no pudo evitar su cara de disgusta al entrar, no le gustaban este tipo de fiestas, prefería estar en una casa con unas cuantas personas tranquilamente.

En cuanto a Eric, se intimidó al entrar y se acercó más al lado de Damián, caminaron juntos hasta llegar al jardín trasero en donde se encontraba una chica sobre una tarima improvisada.

-¡Esta fiesta es para darle la bienvenida a los de primer año!- dijo estruendosamente, se notaba que estaba alcoholizada. Al decir esto los aplausos y ovación de los de primer año no se hicieron esperar.

Se fueron a una esquina del jardín en donde repartían cerveza y otras bebidas, Eric tomò un vaso y se extrañó de que el otro no hiciera lo mismo.

- ¿No quieres?- le preguntó.

-No bebo.

- ¿Qué?- respondió atónito-¿Por qué no?

-No quiero correr el riesgo de embriagarme y que después...- hizo un ademan el cual Eric entendió.

-Y después comportarte como eres realmente- finalizó Eric, se llevó el vaso de plástico hacia su boca para dar el primer trago.

Hablaron por unos segundos hasta que Damián se vio rodeado de todos sus amigos dejando a Eric aparte y fuera de la conversación, se dio cuenta de que no pertenecía al ambiente de Damián o no de esta manera, se sintió como un intruso y a los pocos minutos quiso irse a casa. Se dio media vuelta e hizo ademan de irse, pero el brazo de Damián lo sostuvo.

- ¿Adónde vas?- le pregunto con su falsa actitud haciendo que Eric se enojara y frunciera el ceño, en verdad odiaba cuando fingía con él.

-Solamente iré al baño- se soltó de su agarré bruscamente y empezó a caminar. No era que estuviera enojado con Damián, talvez estaba exagerando por la culpa del alcohol que había ingerido, pero estaba enojado consigo mismo al creer que se sentiría bien allí. Solo quería pasar tiempo con Damián, no con gente embriagada a la cual no conocía.

Iba caminando en medio de "la pista de baile" cuando una chica lo empujó por la espalda, Eric casi cae a no ser que se sostuvo de un chico fuertemente, lamentablemente a este se le cayó la bebida encima y se dio rápidamente la vuelta para encarar al culpable.

- ¡Lo siento mucho!- se dio cuenta que era un chico con cabello rubio, unos cuantos centímetros más bajo que él.

-No, tranquilo- le sonrió amablemente- fue un accidente- su camisa estaba toda empapada.

- ¿Estas bien?- se acercó rápidamente otro chico más alto de cabello castaño el cual miraba amenazadoramente a Eric.

-No te preocupes Marcus- le dijo para tranquilizarlo.

-En serio lo siento mucho- dijo Eric algo apenado y un poco asustado por el chico que castaño.

-Está bien...- quiso decir su nombre a lo que Eric reaccionó.

-Eric- se presentó.

-Soy Christopher- Eric iba a responder "mucho gusto" pero al girarse vio como Damián se hacía paso entre la multitud con una expresión fría, pero sobre todo enojada mirándolo directamente a él.

Notas finales:

Sebastian los shipea jajaja. Espero que les haya gustado y los que han leido mi otro fic sabran del cameo y para los que no, vayan a mi otro fic y leanlo!! Diganme por favor que les ha parecido y dejen su comentario.

PD: Si son lectores diganme... ¿Cual es su libro preferido? me gustaria saber. Uno de los mios es 1984 y siempre lo recomiendo jaja

Hasta luego y feliz noche!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).