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Mil dudas y una respuesta. por neblinadesol

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Notas del capitulo:

18/12/2017

Buenas tarde!! tanto tiempo!!!, bueno les agradezco la paciencia, les dejo otro capitulito.

 

 

Resumen para recordar (?  , Naruto salió de la cárcel gracias a la ayuda de las conexiones de Nara y apostado junto con los demás en un bar escucha la noticia bomba de la noche  "un ataque masivo de paros cardiacos en la departamental en donde se llevaron a Sasuke"  ---  ¿Kira quizas?  =P.

 

 

 

Los personajes son de Kishimoto sensei--->

 

 

 

 

Hyuuga Neji salió apurado tras el montón de gente que se reunía en el exterior del edificio policial, miró a ambos lados buscando al doncel de destructoras curvas y disculparse (de nuevo) de la mala atención de su personal y sobre todo de su irresponsable actitud, y con la idea de resarcimiento, porque él era un hombre de modales, pensaba en invitarlo a comer como compensación, acomodándose la corbata esquivó un par de ambulancias y lo localizó a punto de cruzar la calle a escasos metros, se peinó atándose su coleta y exhaló para recomponer su figura y más que nada de darse valor, antes depoder acercarse quedó obnubilado ante las piernas blancas que relucieron por la luz  de una larga limusina que se detuvo a su lado, un hombre con tatuajes se bajó y por la forma en que se comportó dedujo que era algún amigo o conocido y le disgustó cuando el hombre pasó su brazo por la cintura del azabache que se adentró al vehículo en silencio. Suspiró derrotado. Pero antes de darse la vuelta y volver al edificio vio la patente de la limu y abrió los ojos sorprendido, sacó su celular y marcó un número que conocía muy bien.

 

 

 

 

Sentado y de piernas cruzadas se rascaba inconscientemente el brazo derecho y ponía su mejor cara de inocencia mientras esperaba que sus compañeros logren rastrearlo y sacarlo del nuevo lio. Sus borceguís escondían en sus tacos el rastreador, y antes de subir a la limusina disimuladamente lo había encendido, miró por la ventana del elegante auto en el que viajaba las luces nocturnas de las calles de la ciudad y suspiró, luego fijó su vista a las dos personas que estaban sentadas en frente suyo, una con una mirada fiera y la otra bebiendo de una fina copa que apartó lentamente para hablar, realmente se le veía bastante borracho.

—…¿Me …acompa-ñaas?... — su voz resbalosa y suave no coincidía con el rostro casi descarado que le recorría el contorno de su cuerpo.

Sasuke miró desaprobatoriamente la bebida y luego suspiró—…Te lo agradezco, pero no.—optó por ser cortés, pero luego su vista la clavó al joven moreno de mirada enojada y cara tatuada.

—Sí,… lo suponía. Pero no perdía nada con… preguntaaaar….—dijo su interlocutor cambiando su semblante a uno más suave, incluso le sonrió un poco retorcido, eso hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal del Uchiha, maldijo por dentro a aquel poli traidor quien quiera que sea, vendido y arrastrado por darle la información a su ahora “captor”, ya lo averiguaría y le mandaría los hombres de su hermano para que lo dejen desnudo en algún descampado pero antes debía librarse de ese baboso pelirrojo, Sabaku no Gaara.

Lo escaneó nuevamente por el rabillo del ojo, por alguna razón su comportamiento era demasiado raro comparado a cuando lo conoció, independientemente de que estuviera bebido, sus ojos tenían un tinte vivaz que difería de los cansados y maduros del pasado, miró hacia el exterior. Debió preguntarle qué rayos le pasó  al cara pintada del hermano pero su orgullo se lo impidió.

Estaba tan centrado en sus pensamientos  que no vio que su acompañante se había sentado a su lado y suavemente le tocó la rodilla, acción que lo hizo casi saltar de la impresión e incómodo alejó su pierna del tacto, arrinconándose en la esquina del rodado, el chico a su lado lo miró sorprendido y luego esbozó una sonrisa tonta.

—Lo siento,Sar,  je,je¿te asusté? —El azabache solo negó automáticamente ante las palabras…. ¡Claro que si, degenerado!  ¡Mierda!¿ y ahora qué…?... Se mordió los labios a fin de no dejar salir nada, el yakuza sonrió otra vez y le acarició la mano.—Creo que es el instinto ¿no? —Sasuke solo movió la cabeza negativamente …¡claro que si baboso!...el verle portarse tan descarado era espeluznante….¡Maldito Kankuro!...lo fulminó con sus ojos noche mientras el aludido solo atinaba a ignorar la situación mientras jugaba con el revólver en sus manos.

 

 

 

 

Sasuke sólo quería irse de allí y no pasar la noche en una sucia y compartida celda con otros donceles y chicas, así que se propuso coquetear con algún alto funcionario para obtener el favor mientras era trasladado, pero ni bien bajo de la camioneta junto al grupo detenido, varios ojos se posaron en su persona y en un abrir  y cerrar de ojos ya estaba rodeado de varios empleados, no era demasiado decir que su anatomía los atraía, era el más lindo del grupito de reos y al parecer los polis estaban bastantes descuidados por sus parejas como para que se pelearan literalmente delante de su nariz por tomarles las huellas, ganando el más inútil de todos a sus ojos, un poli de Nombre Chouji.

La exhibición no había terminado ya que custodiado por todo el nocturno personal masculino y ante los gritos del joven jefe clamando orden sin que le hicieran un mísero caso, terminó en la habitación más grande de interrogatorios, ¿para qué? …Pues ni modo…había pensado y se encogió de hombros, se metería en el bolsillos a todos, y vaya que al principio lo logró deleitándose con sus primeras reacciones, pero luego de ver que por su atrevido movimiento varios cayeron con un ataque cardiaco y los más jóvenes estaban aturdidos- por no decir eufóricos por la muestra-  asustado se  levantó de su lugar y se agachó a ayudar a uno que parecía un hombre muy  mayor y fue en ese momento que escuchó varios golpes en el piso, los que aún estaban medios lucidos, se desangraron al verle la retaguardia, la idea sobre la cebilidad que algunos-todos, bah- practicaban obligados por los extensos horarios de trabajo y el acumulamiento desmedido de  hormonas  juveniles  le hizo rodar los ojos de buen humor, en fin, tuvo que quitarle el celular al joven jefe  (además de bajarse la remera antes de llamar a emergencias) que lastimosamente se agarraba el pecho mientras se esforzaba en recuperar la respiración y recuperar su ritmo cardiaco.

Daba la desprolijidad en la seccional por lo sucedido, tuvieron que desistir en seguir con lo que llamaban investigación y todos los donceles y chicas detenidas esa misma noche fueron liberados con la condición de presentarse otro día a declarar, porque pronto llegarían los noticieros y el vergonzoso caos seria mayor.

Pudo eludir eficientemente a algunos agentes que sospechosamente insistían en querer acompañarlo hasta su casa, pero no contaba con que el hermano de Sabaku no, pistola en mano lo encañonara ni bien bajó de la limusina en medio de los polis aludiendo ser su preocupado cuñado.

“Has lo que dice mi hermano o te mato” fueron sus palabras.

 

Lo obligó a recorrer otro camino.

 

 

 

¡Qué lindo eres! —dijo el pelirrojo  y lo estrechó entre sus brazos,….¡¡¡Suigetsu, Juugooo!!! ¡¡AAAHH!...gritaba internamente mientras paralizado sentía el vello de la barbilla del peligroso mafioso  restregarse en su lampiña cara buscando más caricia. Gaara comenzó a darle pequeños y lentos besos en la mejilla, su mano tomó sus cabellos azabaches y acariciándolos dulcemente tomó un mechón y tirando de ellos expuso el cuello albino para enterrar la nariz en él, Sasuke trataba de quedarse lo más quieto posible, sus manos en puños a ambos lados de su cuerpo y la rectitud de su espalda indicaba que no la estaba pasando nada bien, era peor….Dócil, no le rompo el mentón porque soy bueno…se repetía, si hacía un movimiento brusco el hermano de Gaara que ahora los observaba interesado en frente le volaría los sesos…¡maldito voyeurista!

 Sintió que el pelirrojo intentaba colar su mano bajo la larga remera, se estremeció incómodo en el asiento…no siento nada… la mano alcanzó uno de sus glúteos y lo apretó con fuerza, —….Ugh… —Sasuke  casi jadeo de la excitación,… ¡maldición!…  pero se mordió el labio para no emitir sonido alguno, el ambiente dentro del vehículo estaba caldeándose ¡y él no era de madera!,  la mano juguetona ahora delineó su cadera y bajó hasta rozar su miembro, dio otro respingo sonrojandose…¡Mierda!… incluso el hermano de Gaara ya tenía un buen bulto entre sus piernas.

Se correría ahí mismo si el colorado seguía manoseándolo, maldijo a su cuerpo traicionero, joven, pecaminoso y lujurioso, desde infante era un imán para los varones de su clase, de no ser por la meditación y la medicación para bajar sus altos humos ya habría acabado embarazado desde el comienzo de su edad reproductiva.  

Pero ya tenía un elegido y aunque la líbido estaba haciendo estragos con él, con toda la fuerza de su ser respiró y soltó en un susurro lastimero.

Me da vergüenza... y tu hermano nos mira……—se lo dijo en el oído y el pelirrojo detuvo todos sus movimientos y le miró, Sasuke puso su mejor cara de avergonzado…je… Recordó aquella noche donde casi estuvo a punto de elegir a Gaara, ese mafioso lucía pecaminoso y lo había estudiado a conciencia, llenaba casi todas sus expectativas, excepto su reputación, mientras se acerca al yakuza  por las noches, un rubio idiota se detuvo en la vidriera de su “negocio temporal” y lo miró como bobo por media hora, su reacción lo desconcertó y más cuando lo vio al día siguiente y al otro y al otro y al otro dia, ya sea en la floristería, en el puesto de diarios de la esquina, en el bar del frente contemplándolo sin cruzar, simplemente estaba allí, comenzó a preguntarse si ese chico podría valer la pena y el continuo acecho descuidado del empleaducho rubio  le irritó a tal punto que escupía entre dientes el “Por qué no da el primer paso?” “¡¡ rubio oxigenado encarame ya!!” una y otra vez, dando vueltas en el negocio, tan pendiente de verle en algún lado escondido en alguno de los negocios de la calle que hubo ratos que descuidaba su trabajo.

Lo maldijo mil veces.

 

 

 

—Oh, si discúlpame amor,…jejeje…—… ¿Amor?¡Amor las pel…de su ojo izquierdo surgió un tic nervioso.

¿Qué cómo conoció a Gaara? nada más tuvo que leer el informe que sus amigos le dejaron en el correo como uno de los posibles candidatos cuando llegó a la ciudad.

Ir y frecuentar los bares en los que era habitué, acercarse lentamente y llamar su atención con su cuerpito seductor fue demasiado fácil.

Lo más resaltable según sus amigos fué pelea con la chica pelirrosa en las tablas por un concurso de baile exótico, fué digna de grabar, ambos justamente estaban en la misma situación y con el mismo objetivo. Pero ganó con el atrevido conjunto de colegiala y su andar gatuno. Lo demás fue casi de manual, fue citado fuera del bar a la noche siguiente y llevado a una mansión, ni bien comenzó el jueguito de manos algo en Sasuke le hizo echar todo atrás, llámese instinto o sexto sentido, pero en sus ojos nunca vió el inconfundible “anhelo” que esperaba, esa mirada boba como la de Naruto, y terminó drogando al pelirrojo, casi burlándose de él al cambiarle algunas cosas de lugar.

 

Naruto, tan raro como su nombre, le molestaba inconscientemente y lo entristeció a la vez, por no dar el paso, por no acercarse, todo tuvo que hacerlo él, junto a sus compañeros.

 

Cerró los ojos y deseó que el rubio siguiera con la firme determinación de querer permanecer a su lado. ¿Lo aceptaría con su historial? No sabía cómo reaccionaría, negó suavemente sintiéndose mal por ilusionarse, pero ¿qué podía hacer si era el único modo de conseguirlo todo?

—Sai…—el pelirrojo le acarició la mejilla y la besó suavemente, Sasuke solo se limitó a cerrar los ojos y permanecer quieto. —Relájate…—y miró de reojo a su hermano que bufó. —si quieres podemos hacer un trío ¿qué dices… Sal?

Sasuke quedó perplejo —¿Q-qué?...

—Mmm…me lo pensaré…—sonrió Kankuro mientras se pasaba una mano por su entrepierna, en toda su cara se veía la palabra “venganza”. El pelirrojo abrazó a Sasuke que no salía de su asombro.

 —¡Eres un amor! —y le dio otro beso en la mejilla, mientras Sasuke cerraba los puños fuertemente conteniéndose…¡Pero no dije nada malnacido!...estaba a punto de protestar perouna gota de sudor rodó por su sien al escuchar el clik del arma….¡Mierda!...

Pronto llegarían a la mansión y ahí tendría que hacer uso de todo su intelecto o fuerza física para evitar que Gaara o su hermano se le tiraran encima.

 

 

 

 

 

El grupo liderado por Naruto salió a los minutos de oír la noticia, el rubio desaforado salió corriendo a la calle.

—¡Oi, oi, cálmate! —decía el Nara viéndolo alejarse, sospechando que la noticia no cayó nada bien en Uzumaki, teniendo ideas descabelladas sobre la posibilidad de que Sasuke estuviera en algún tipo de peligro.

—¡Pero si Sasuke está allí, me aseguraré de que llegue seguro a su casa-ttebayo! —gritó, el Nara suspiró, las noticias despertaron la curiosidad del detective que aunque pareciese aburrido hasta la muerte por dentro un chispa de emoción comenzaba a prenderse por las extrañezas de su caso: ¿qué sucedió al otro lado de la ciudad?

 

 

 

— ¡Sube! — Juugo alzó su voz desde el asiento delantero.

—Ya, ya sé…—un joven de cabellos celestes entró al pequeño y negro volvo c30 de dos puertas, pero antes de preguntarle al piloto el destino se giró hacia atrás ante el vaivén y extraño ruido del asiento trasero.

— ¡Arranca-ttebayo!

—¡¿Qué caraj..?! —Ahí sentado detrás de él con los ojos achinados y los labios en línea estaba un chico rubio. Juugo también se sobresaltó al verle por el espejito retrovisor.

—¡AAh! —gritaron al unísono Naruto y Suigetsu por la impresión de ver a otra persona.

— ¡Wooa! . — …¿Cómo rayos entró en un auto de dos puertas?...pensó el pelinaranja

Nara junto con su asistente, Kiba y Aburane, pusieron caras de asombro al oír los gritos de los ocupantes del pequeño auto que estaba estacionado delante del suyo.

—Naruto…¡ese no es el auto!—  Kiba aguantaba la risa mientras se aproximaba al volvo negro a disculparse por su amigo ¿cómo pudo Naruto confundir un auto negro del blanco? Ni que estuviera bebido.

—¡Bájate tonto! — Suigetsu empezó a tirar de la camisa del rubio para sacarlo del vehículo.

—¡Tú eres ese chico! —Naruto lo reconoció apuntándole en medio de la nariz como el acompañante de Sasuke en la pista de baile, el peliceleste le manoteó la mano molesto y el rubio clavó los dedos en el asiento con obvias intenciones—¡Conoces a Sasuke-ttebayo!

—¿Ah?¡ Bájate! —pero el ojicielo movió su cabeza negativamente.

—¡Necesito respuestas-dattebayo!

—¡Escucha pedazo de...!

—¡No hay tiempo que perder Suigetsu! —habló el Juugo, el copiloto bufó abrochándose el cinturón de seguridad y se volvió al frente y en un abrir y cerrar de ojos el auto arrancó, dejando confundidos a lo demás.

 —¡¿Qué rayos?! —gritó Inuzuka mientras tosía.

—Nara, tu cliente es excéntrico —dijo el abogado mientras se sacudía el humo de su traje y asentía para sí mismo, el detective rodó los ojos ante lo obvio y sacando otro cigarrillo de su saco se lo acomodó en los labios, hizo seña con la cabeza de que se subieran al audi, que silenciosamente todos obedecieron ante su actitud tan pasiva, Shikamaru se acomodó en el asiento y encendió su pucho, luego de darle una sabrosa calada y cerrar con suavidad la puerta pisó a fondo el acelerador para no perder de vista el otro vehículo dejando una estela de humo.

 

 

—…¿Hola?

—Me llamo Naruto…

—…Ho…¿la?…

—Yo… ¡creo que me equivoqué-ttebayo! —se rascó la mejilla pensativo—pero necesito saber en verdad sobre Sasuke… ahm…

Maldito torpe—rezongó Suigetsu mientras masajeaba su frente, si ya tenía los nervios a flor de piel con ir a buscar a Sasuke, soportar al chillón detrás suyo aumentaba su estrés.

—¿Me están secuestrando-ttebayo? —les miró horrorizado, rebuscó de entre sus bolsillos y los miró confundido mientras  miraba sus palmas con sus pertenencias—No traigo más que 30 pesos y 10 monedas de un peso, dos de cincuenta y la tarjeta de viaje, oh y un caramelo.—¿Por qué no me contestan?...¿No soy de su clase? —achinó los ojos cielo. Suigetsu rebuscó  impaciente en la guantera, mientras Juugo suspiraba.

— ¿A dónde vamos?

—…

—¿Podemos parar?, necesito ir al baño-tteba...

—¡Ya cállate, o te vuelo los sesos! —le apuntó a la frente con el revólver y el rubio dio un gritito de rata y su cara se tornó azul, pasaron solo segundos de silencio.

—NO te hiciste…¿verdad? —rumió el copiloto con cara de asco.

—¡¿Qué?! —Naruto se escandalizó —¡Solo estaba bromeando-ttebayo…!¿sabes..?

—¡Deja de hacer preguntas!¡cuando nos detengamos, te bajas! —masculló  Suigetsu con un vena en la frente.

 El  amigo del peliceleste bufó mientras observaba el gps instalado delante del volante, dio un volantazo a gran velocidad y giró casi noventa grados por una calle estrecha.

—Si es posible, cerca de alguna parada de tren-ttebayo. —murmuró el rubio pegado al vidrio, tendría que esperar a bajarse e intentar dar con la ubicación de Sasuke, se acomodó mientras observaba las calles vacías pasar velozmente  ante sus ojos  y suspiró derrotado ante la indiferencia de sus ocupantes.

 

Otra vez estaba alejándose de su amor.

 

Llegaron a una parada de semáforo en rojo viendo los segundos y un auto blanco de alta gama se posicionó a la izquierda del negro, el rugido del motor del blanco aumentó, la respuesta del volvo no se hizo esperar. El vidrio polarizado bajó y lo mismo sucedió con la ventana del auto negro, la cara del abogado se dejó ver mientras se ajustaba los lentes.

—Eso es privación ilegítima de la libertad…

—¡Shino! —reprendió Nara. El abogado nunca perdía oportunidad de hacer su trabajo.

—…Si no son reincidentes puedo facilitarles un arreglo con el juez…—haciendo oídos sordos al Nara extendió la mano para ofrecerles su tarjeta de presentación a lo que Juugo educadamente tomó y asintió.

—Su presencia probablemente será de ayuda. —dijo sin más y arrancó haciéndole señales con las luces traseras para que lo siguieran.

—Ya no entiendo nada—dijo Kiba

—Yo tampoco ¡qué emocionante! —chilló Lee.

 

 

 

 

La limusina frenó ante la elegante casona de tres pisos ubicada en la zona más “privilegiada” de la ciudad, el auto luego de pasar por un tupido jardín de más de 300 metros, sus ocupantes descendieron y subieron las escasas escalinatas de la entrada, Sasuke se mordía la lengua, mirando de reojo que  había cambiado un poco en cuanto a seguridad y el tener al hermano de Gaara a su lado constantemente apuntándole con el arma no era muy favorecedor. El anfitrión abrió las grandes puertas luego de cuatro intentos de colocar el dedo en el pequeño lector digital.

—Te ensellanía las …casssa, pe…. —La cara del pelirrojo tomó un tinte verdoso, Sasuke y Kankuro con caras inexpresivas dieron dos pasos hacia atrás alejándose de Gaara que se agachó y vomitó en la blanca alfombra del vestíbulo. El pelinegro hizo una mueca de asco mientras avanzó adentrándose al salón principal…ni loco le permito que me bese…el pelinegro meditó: el lugar por ser de noche estaría vacío salvo por los matones afuera de la propiedad, sabiendo que no había otro tipo de ayuda, exploró con lentitud a su alrededor, recordaba los floreros que se posicionaban en diferentes lugares dando un aspecto muy hogareño y luego levantó la vista al gran candelabro de incontables luces que colgaba en el centro del salón  dando así la fastuosa bienvenida a los ingresantes, sonrió, una pequeña idea cruzó su mente.

—Yo lo llevo arriba —dijo su hermano para luego empujar al pelinegro ante las escaleras, mientras el yakuza hacia señas para que lo dejaran descargar la mescla del día. —Niño, será mejor que complazcas a mi hermano y tal vez te dejemos ir. —Sasuke rodó los ojos ante la burlesca declaración y subió las  sinuosas escaleras moviendo su cadera y mirando desde el hombro a su captor, sonrió. —Claro. — dijo y se rió internamente al ver que Kankuro se atrasaba al seguirle, bastante entretenido en verle la retaguardia.

En el primer piso como en todas las grandes mansiones había dos hermosos floreros apoyados en una de las esquinas del final de las escaleras, las grandes azucenas y girasoles estaban en su esplendor y Sasuke tuvo que estirar apenas su mano para tomarla y dando una vuelta la arrojó hacia su objetivo, Kankuro apenas levantó la mano  para cubrirse del impacto, lo tomó desprevenido y se odió ante el encanto del pelinegro, tropezó hacia atrás y se apresuró en agarrarse de la baranda, descuidando así a su prisionero, Sasuke corrió a tomar el otro florero y lo lanzó hacia al gran candelabro,  logrando el cortocircuito, las chispas anunciaron el inminente apagón. Y haciendo uso del mapa mental corrió a ocultarse. 

—¡¡Maldito!!

—¡Qué raios!¡ no veo naada! —gritó Gaara desde abajo y se sentó limpiándose  la  boca con manga  de su caro traje.

—¡Gaara!¡ mueve tu trasero, el maldito doncel va a robarte de nuevo! —el pelirrojo al oírle se levantó y caminó tambaleante, el alcohol aun nublaba en su mente, ¿alguien quería robarle a su Sam?,… lo mataré…un chasquido y algo húmedo en su zapato hizo que todo su cuerpo se estremecía, había pisado algo muy, muy blando.

 

 

 

El volvo negro se detuvo.

—Escucha, rubio tonto, ve con tus amigos. —Suigetsu abrió la puerta y se fue hacia el baúl de su vehículo, Juugo suspiró y luego de mirar a modo de despedida a Naruto, salió y se unió al peliceleste.

—O-oigan…—Naruto les miró intrigado y al salir del auto vio a Lee apuntar hacia afuera de la ventana desde el otro auto que frenó  a metros detrás del suyo.

—¡Miren! —Lee señaló a la oscuridad  a las distintas linternas que a lo lejos se movían de un lado a otro.

—No hay luz en esa  zona, mmm… —dijo Nara mientras descendía y se acercaba al peliceleste que se agachaba y sacaba algo de su baúl.

—¿Algún intento de sabotaje? —preguntó el doncel aun dentro del audi.

—Creo que imaginas mucho. —Kiba salió para estirarse y ver a Naruto que se acercó corriendo y se apoyó en su ventana.

—Estos tipos son raros—pero un silbido del Nara les hizo prestar atención.

—No deberían allanar una propiedad sin orden judicial, pero dada las circunstancias…—Naruto escuchó al abogado, luego murmuraron algo, caminó hacia el grupo por la curiosidad y con la poca luz de un alejado farol vio como el grandote y el chico de dientes de tiburón estaban con chalecos, cascos y con las dos manos guardaban lo que creyó eran cartuchos. Abrió los ojos como platos

 —¿Qué está sucediendo?,¡lo sabía son matones! —les apuntó con su dedo bastante asustado,…¡¡¡Por Kami el arma era de verdad-ttebayo!!!... pero antes de seguir divagando vio que Nara se ponía el chaleco junto con el abogado. —¡¿Qué, qué hacen?! — El detective lo miró aburrido por un segundo y dijo mientras se ajustaba el casco y veía al abogado examinar un par de anteojos nocturnos.

—Vamos a sacar a Uchiha de la casa de un yakuza, ¿qué más?.

 

 

 

 

Notas finales:

hola nuevamente!, dejo un pequeño dibujo que será portada en wattpad, nos leemos! y por las dudas felices fiestas, pasenla bien!!

 

Tambien pueden verlo en tumblr. portada =3


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