La triste y suplicante mirada de James rápidamente se transformó en una radiante y cálida sonrisa, soltó la mano de Severus, compuso su postura y extendiendo nuevamente su mano hacia el Slytherin dijo— empecemos de nuevo vale. Soy James Potter y creo que Slytherin es una gran casa.
Severus esbozo algo parecido a una sonrisa y pensando que muy seguramente se terminaría arrepintiendo de lo que estaba haciendo, acepto la mano de James y estrechándola dijo—Severus….Severus Snape.
Al recibir la mano del Slytherin la sonrisa de James se intensifico aún más en su rostro y no pudo evitar decir— Vamos a decirle a los chicos que somos amigos—
El semblante de Severus palideció un poco y mirando a James no muy convencido de querer que los amigos del Gryffindor conocieran sobre su reciente amistad dijo — yo no estoy muy seguro de querer que Black, Pettigrew y Lupin estén enterados que ahora somos amigos—
—Pero hace poco dijiste qu…. — dijo James, pero Severus lo interrumpió y añadió rápidamente— sé lo que dije y por eso mismo creo que por el momento lo mejor sería mantener nuestra amistad en secreto—
El alegre rostro de James se perdió y desconcertado soltó— quieres mantener oculta nuestra amistad, ¿Por qué?—
—Puedo tolerarte a ti y a Lupin, pero siendo sincero no creo poder tolerar ni a Black ni a Pettigrew—
—Puedes darles una oportunidad—
—Apenas y puedo aceptar tener una amistad contigo—
James miro dudoso a al Slytherin y dijo—está bien seremos amigos secretos como, cuando te mandaba las cartas. Pero tienes que darme clases de pociones mínimo cinco días a la semana y no evitarme— El Gryffindor no estaba muy contento de ocultar su amistad con su Slytherin. Si le preocupaba un poco lo que sus amigos dijeran de su repentina amistad con Severus, pero también pensaba que esa era la oportunidad perfecta para ir preparándolos, así cuando el por fin lograra que Severus aceptara sus sentimientos. A estos ya no les tomaría tan de sorpresa su amor por el Slytherin.
—Oye no pienso, pasar cinco días de mi semana enseñándote pociones, si acaso dos y si empiezas a acosarme con tu mirada ten por seguro que te evitare—
—Vale, no te mirare tanto, pero que te parece si me das clases los viernes, sábados y domingos—
—Severus alzo ligeramente una ceja y dijo— está bien, ahora si no te importa me retiro, tengo cosas importantes que hacer—
Después de dejar a James, Severus camino muy rápido hacia su sala común. Procesando en su cabeza como era posible que hubiera aceptado ser amigo de James Potter y verlo su fin de semana.
Todo el trayecto hacia su sala común, James se la paso con una sonrisa boba en el rostro, que solo se desvaneció cuando encontró en su habitación a un Sirius con mirada curiosa.
—Canuto, y esa mirada, espero que no estés planeando una broma sin mí—
—Descuida Cornamenta no estoy planeando ninguna broma divertida sin ti—
—En ese caso a que se debe esa mirada que te cargas—
—Mmmm, yo solo me preguntaba dónde estabas y porque te llevaste el mapa contigo—
James se sorprendió un poco por lo dicho por su amigo, pero rápidamente dijo traviesamente— Eso mi querido Canuto es un secreto—
—No sabía que teníamos secretos entre nosotros— dijo Sirius aún más curioso.
—Solo este, pero descuida si todo sale como lo planeo, muy pronto ya no lo será— dijo James sonriendo muy ilusionadamente.
El Black sonrió pícaramente y antes de que pudiera decir algo. Remus y Peter entraron.
—Qué bueno que los encuentro, McGonagall los busca y no está muy feliz— dijo Remus.
—En ese caso, creo que no queda más que ir a cumplir con el castigo que nos asignó, esperaba poder evadirlo otra semana, pero si no queda de otra— expreso Sirius resignado.
—En marcha Canuto, tenemos una cita con un montón de trofeos viejos— soltó James antes de salir de su habitación con Sirius siguiéndole el paso.
Para cuando termino de limpiar todos los trofeos, Sirius se encontraba agotado, los trabajos domestico al estilo muggle no eran lo suyo. Y aun así se las habia ingeniado para dejar los trofeos decentemente limpios, a pesar de que la mayor parte del tiempo mientras los limpiaba, solo habia pensado en el secreto de James.
Era evidente para el que su amigo andaba detrás de una chica, y aquello lo llenaba de mucha curiosidad, porque nunca en el pasado habia visto a James tan ilusionado por un probable enamoramiento. Habia visto a su amigo desaparecerse algunas veces para ir a lo que el suponía citas, pero en ninguna de esas ocasiones lo habia visto tan entusiasmado como ahora.
Y ver a su amigo así tan ilusionado por el amor lo hacía querer buscar también una pareja para él. Cosa que se le hacía muy poco probable, porque el nunca habia sido una persona romántica. Habia tenido una que otra cita por ahí pero nada serio. Ninguna de las chicas de Hogwarts lograba llamar tanto su atención. La única persona que lograba cautivarle de una forma amorosa era Remus, y para su mala suerte Black este era uno de sus mejores amigos.
Si cerraba sus ojos, podia imaginar el grito que daría su madre al enterrase que deshonraría nuevamente el apellido Black al estar de pareja con un hombre que además era licántropo. Definitivamente lo borraría del árbol familiar y desheredaría. Y todo aquello a él no le importaría en lo más mínimo si con eso pudiera estar con Remus. Siempre y cuando este también lo quisiera como algo más que un amigo.
A pesar de que desdés que James habia salido de la enfermería ya no se sentía enojado con Sirius, por momentos se alejaba un poco de este y pasaba un poco más de tiempo con Lily. Le agradaba la compañía de la pelirroja, pero si habia alguien con el que disfrutara estar sin importar que hicieran o de que hablaran ese era Sirius.
No entendía porque siempre que se encontraba junto a su amigo, sentía una inexplicable tranquilidad y la sensación de estar protegido.
— ¿Rems, me acompañas a la biblioteca?— pregunto Lily, durante la comida.
Remus iba a contestar afirmativamente a la petición de la pelirroja, pero Sirius se adelantó y dijo—oh no Evans, has estado acaparando mucho a Lunático últimamente, así que tú puedes ir a la biblioteca pero nosotros iremos a caminar por el lago negro.
Lily frunció ligeramente el ceño, pero la rápida mirada de perdónalo que le dedico Remus, fue suficiente, para que relajara sus facciones y le sonriera a su amigo. Antes de levantarse de la mesa e ir a la biblioteca con sus amigas.
—No debiste de ser grosero con Lily— le dijo Remus a Sirius cuando vio que la chica salía del gran comedor.
—No fue mi intención ser grosero, es solo que tengo que contarte algo y no encuentro la oportunidad para hacerlo— dijo Sirius casi en un susurro para que ni James ni Peter lo oyeran.
— ¿Que broma tonta hiciste ahora? — cuestiono Remus con el mismo tono de voz que Sirius, sin notar que Peter estaba perdido en su comida y James más ocupado con sus ojos en la mesa de Slytherin.
—En ninguna, pero tengo que contarte algo sobre…— soltó Sirius mirando levemente a James, para luego inmediatamente fijar su mirada en los ojos miel de Remus.
En cuanto terminaron de comer subieron a su sala común, y mientras James le enseñaba a Peter la forma correcta de hacer un hechizo, el y Sirius bajaron a caminar al lago negro.
—Cornamenta está enamorado de alguien— fue lo primero que Sirius dijo, cuando se encontraron solos en el lago.
—Cornamenta está enamorado— repitió incrédulo Remus.
—Sorprendentemente si—
— ¿De quién? —
—No tengo ni idea—
—Entonces como sabes que está enamorado—
—Ayer antes de que llegaras con Colagusano descubrí a Cornamenta llegando con una sonrisa igual a la que tenía Narcissa el día de su boda. Le pregunte porque se habia llevado el mapa y el me contesto que era un secreto—
—Vaya, no me imagino a Cornamenta romántico con alguien—
—Ni que lo digas— dijo Sirius con una sonrisa, al mismo tiempo en que le revolvía el cabello cariñosamente a Remus.
El sol se posó en el firmamento anunciando que ya era un nuevo día y Severus hubiera preferido que este se hubiera quedado oculto.
Era viernes y él habia quedado con James de enseñarle pociones viernes, sábado y domingo. Lo aguardaban tres largos días de estar con el Gryffindor y aquello ciertamente lo asustaba un poco.
Las primeras horas de su día transcurrieron normal, James no lo miro en el desayuno ni en sus clases. Sin embargo apenas llego al aula en donde le daba clases al Gryffindor, este ya lo estaba esperando con una sonrisa parecida a la que Narcissa le dedicaba a Lucius.
—Hola Sev como estuvo tu día—
—Bien supongo— dijo Severus adentrándose en el aula, al mismo tiempo en sacaba su libro de pociones.
Y a pesar de que habia entrado a aquella aula con un poco de miedo y no muy seguro de lo que estaba haciendo allí, una vez que se encontró explicándole las pociones a James y su correcta preparación. Todos los pensamientos de miedo e inseguridad que habia tenido se desvanecieron, bajo la cálida y atenta mirada que James le dedicaba.