Trabajando Juntos
Después de haber calificado para el Grand Prix, como era obvio, Yuri y Viktor tenían un pequeño descanso hasta el momento que les tocara presentarse en la Copa China, en busca de un lugar para el Grand Prix. Primero ahí, después el Rostelcom cup en Rusia, sus dos oportunidades para conseguir un pase a la gran final del Grand Prix.
Pero para la Copa China aún faltaban dos semanas. En ese entre tiempo, Ji al fin los había llamado para ver si podían viajar a América para hacer el anuncio para Exquis. La verdad es que cuando Yuri aceptó trabajar junto a Ji, Leo y Viktor para hacer juntos un anuncio, la verdad no se imaginó eso. Incluso cuando aquel día Leo había bromeado diciendo que los papeles de Viktor y él sería ser seducidos por Ji y Yuri, no se había imaginado eso.
La nueva línea de ropa de Exquis era más bien lencería, una diáfana piecita de ropa llamada Virgin-Killing Sweater. Nada más el nombre era para sonrojarse, pero la pieza de ropa era peor, casi no dejaba nada a la imaginación y Yuri se sentía muy incómodo, tratando de jalar la pieza para cubrir más de sus piernas, pero no podía porque si lo hacía su gran trasero amenazaba con salirse por la parte de arriba de su apenas cubierto posterior, y Ji no estaba mejor, abrazándose así mismo con las mejillas rojas.
¡Oh cielos, y pensar que eso estaría en las principales revistas de moda!, solo pensarlo hacía que Yuri quisiera echarse una manta por encima y salir corriendo.
Por su parte, Leo y Viktor con sus muy decentes ropas, -Viktor usando un sencillo conjunto de pantalón y camisa negros, y Leo una camisa negra con un pantalón blanco, suelto- parecían muy cómodos mientras miraban a Yuri y a Ji como... bueno, pues como un lobo a punto de comerse a Caperucita, y aparentemente, ellos eran Caperucita.
El fotógrafo fue muy amable en todo momento mientras guiaba a los dos omegas al muy iluminado centro de la habitación preparado para la sesión de fotos. Pero la amabilidad y el profesionalismo del fotógrafo no ayudo en nada a Yuri, sobre todo cuando comenzaron a posar para la cámara, al principio todo bastante inocente hasta que de pronto el fotógrafo se convirtió en un dictador, exigiendo más tanto de las fotos individuales como de las fotos en pareja, y mientras de Leo y Ji pedía un enfoque más inocente, dulce e inexperto, a él y a Viktor les exigían un enfoque más eros.
Además, tuvo que soportar 3 cambios de esos indecentes suéteres, y para cuando la sesión terminó, unas 4 horas después, Yuri ya no podía sonrojarse más y su cuerpo estaba tan jodidamente caliente que necesitaba una ducha fría. Viktor Nikiforov no había tenido ninguna piedad de él. El ruso, en cada movimiento, en cada respiración, en cada mirada, no había echo otra cosa que seducirlo... y por todos los cielos, Yuri quería dejarse seducir.
Había ido al médico luego del celo de Yurio por precaución, como era de esperar de un omega responsable, y el medico creía que al menos se adelantaría unos dos meses. Eso dejaría su celo para poco después del Grand Prix finale si su médico no se equivocaba, pero Yuri sacudió la cabeza, pues no quería pensar en eso, le temía, lo aterraba, pero a la vez lo anhelaba. El tema entre él y Viktor estaba en el aire, un paso a la vez.
Una vez vestidos y saliendo de la sede de Exquis, aun tapados, Yuri se sentía caliente y el pobre Ji aún tenía las mejillas sonrojadas. Viktor y Leo tenían una sonrisa enorme en sus caras. Esos dos ni se molestaban en disimular lo mucho que habían disfrutado la sección de fotos con esa desvergonzada prenda que la compañía, famosa entre omegas, había llamado Virgin-Killing Sweater.
Y el nombre era todo un acierto: si te ponías eso frente a un alfa no podías esperar salir virgen de ese encuentro.
Leo y Viktor insistieron en llevarlos a cenar, pero para Yuri fue una tortura. Él quería darse una ducha fría, no sentarse a cenar junto al peliblanco ruso que era el culpable de que la necesitara. No supo cómo sobrevivió la cena, ni le quedó muy claro cómo se las arregló para despedirse de Leo y Ji, menos aun de cómo no salto sobre el ruso en el taxi de regreso al hotel, pero una vez en el hotel corrió directo a su habitación sin esperar a Viktor, sin importarle si eso era algo rudo y se metió directo al baño. Apenas se quitó la ropa antes de meterse debajo del agua fría de la ducha.
Dos meses... solo dos meses y su celo llegaría... y entonces sabría si Viktor era su pareja predestinada o no.
-Por favor que lo sea…-susurró el omega.
Por primera vez en su vida estaba enamorado y no estaba seguro de que su corazón pudiera soportar la decepción si Viktor no era su pareja. Estuvo largo rato en la ducha organizando su caóticamente mente antes de salir. Se puso su pijama y se acababa de poner cómodo cuando Viktor llamó a su puerta. Yuri le abrió y lo dejo entrar.
-¿Estas bien?-le preguntó Viktor.-Te veías algo incómodo en la cena.-le dijo, a modo de comentario. Yuri lo miró y asintió con suavidad.
-Sí, estoy bien.-le aseguró con una sonrisa- ¿Quieres... que veamos una película juntos?-le preguntó, señalándole el sofá frente a la tele dentro de su habitación. Viktor asintió de inmediato, quitándose los zapatos y tirándose sobre el sofá como dueño y señor.
-Yuri…-le llamó abriendo sus brazos.
El omega japonés dudo unos segundos pero al final cedió dejándose caer en ellos. Suspiró al sentirlos a su alrededor. Se sentía tan cálido y correcto que todo su ser se relajaba. Viktor encendió la tele en alguna película al azar que a Yuri no le importo en ese momento. Lo único que le importaba era estar en los brazos de Viktor. El ruso lo ponía nervioso pero a la vez lo relajaba, lo cual era totalmente contradictorio…
Decidido a no pensar en eso, Yuri solo se relajó en brazos de su pareja de patinaje, disfrutando del momento, un paso a la vez.
Continuará...