Sin que se diera cuenta ya habían pasado dos fines de semana en los que habia estado acompañado de James y para su absoluta sorpresa él se encontraba, un poco ansioso por que el viernes llegara para poder estar a solas con el Gryffindor.
—Es bueno verte comer normal, me preocupaba que te fueras a enfermar— dijo Regulus con una sonrisa a su amigo.
—Yo solo no habia tenido apetito un par de días— declaro Severus mientras miraba muy disimuladamente a James en la mesa de Gryffindor y esperaba que la tarde llegara pronto.
Y cuando esta llego y acudió al lugar donde se reunía con James se sorprendió a sí mismo a punto de entrar al aula con una sonrisa.
« Pero que estás haciendo Severus » se dijo internamente y entro rápidamente al aula con una expresión neutral.
— ¿Qué tal tu día hoy Sev?—
—Normal y el tuyo—
—Excelente, aunque contigo a mi lado se está volviendo aún mejor.
Severus puso una cara de fastidio fingida y acercándose a James dijo—Mejor saca tu libro.
Era lunes por la mañana cuando las lechuzas llegaron con el correo, Severus vio como una lechuza le llevaba carta a Regulus y aunque él no habia esperado carta, aun así una lechuza también le dejo una.
Su amigo rápidamente inspecciono la suya y sin mucho interés dijo—parece que mi prima Bellatrix por fin se va a casar.
—Enhorabuena por ella— soltó Severus también sin mucho interés. Para apurarse a comer y llegar a su clase de transformaciones. Donde se sentó al lado de una muy alegre Lily.
La clase transcurrió tranquila con uno que otro regaño por parte de la profesora McGonagall a Sirius, quien a cada rato se dormía.
No habia sido su intención pero cada que la profesora regañaba a Sirius el volteaba ligeramente solo para ver a James despertar al Black con un codazo en la costilla. Le era un poco divertido ver a Sirius brincar de sorpresa por el dolor, pero lo que en verdad buscaba al girar, no era ver al Black, sino ver la traviesa sonrisa que James ponia cada que la profesora regañaba a su amigo y este tenía que despertarlo.
—Increíble Bellatrix se va a casar— le dijo Sirius a sus amigos en su sala común, mientras descansaban.
—Oye, espero que a esta boda no tengas que meter a Andrómeda— dijo James.
—No creo que ella quiera ver a Bellatrix. De toda la familia fue la que peor reacciono cuando se enteró que Andrómeda tenía un novio muggle y ya ni hablar de cuando se fugó.
— ¿Y cuándo será la boda?—pregunto Peter.
—En las vacaciones— respondio Sirius con desagrado.
—No seas grosero Canuto es la boda de tu prima— le dijo Remus.
—Dices eso porque no la conoces, y si no me crees pregúntale a Cornamenta él ya tuvo la desdicha de conocerla.
—No sé de qué hablas Canuto, tu prima Bella es un encanto de persona, tanto que no me dirigió la palabra en toda la boda de Narcissa— dijo James con ironía.
En cuanto se encontró en su habitación, Severus no espero para leer la carta que Narcissa le habia enviado.
No se sorprendió mucho al leer que Bellatrix se casaba pues esto ya se lo habia contado Regulus en la mañana, lo que si lo habia sorprendido habia sido que Narcissa quería que el asistiera a la boda.
Pensó en ir a esta pero no tenía mucho interés en estar presente en la boda de la hermana de su amiga y ver a Bellatrix así que decidió no ir. Ya por la mañana le escribiría una carta a la rubia disculpándose por no poder ir a la boda como invitado de ella.
A la mañana siguiente durante la clase de pociones James se encontraba un poco distraído. Sus pensamientos iban y venían incesantes. Sirius les habia dicho que no iría a la boda de su prima y él creía que esa era una estupenda idea. No obstante no podia evitar pensar que tal vez al igual que en la boda de Narcissa era muy probable que Severus estuviera presente. Y si, su Slytherin iba a estar en esa boda, entonces el podia tolerar ir como invitado de Sirius. Su único problema era que su amigo no estaba nada dispuesto a ir.
Necesitaba preguntarle a su Slytherin si iba a ir a la boda y no podia esperarse a que el viernes llegara.
Por lo que en cuanto las clases terminaron y sus amigos se encontraban en sus propios asuntos el aprovecho y busco la motita con el nombre de Severus en el mapa.
Desconcertándose un poco al no encontrar a su Slytherin. No era la primera vez que quería saber dónde se encontraba este y no lo encontraba. Donde se metía su Slytherin cuando no aparecía en el mapa era un misterio que todavía le faltaba por descubrir.
Espero un largo tiempo hasta que por fin apareció en el mapa la motita de Severus dirigiéndose a la lechucería.
No lo pensó mucho y entro rápido a su habitación a buscar una carta que iba a enviar a sus papas y se encamino rumbo a la lechucería con el mapa y la carta en mano.
Cuando llego a su objetivo, Severus le estaba dando una carta a una lechuza y aunque sabía que seguramente la carta era para Lucius o Narcissa, no pudo evitar decir— Sev que sorpresa encontrarte aquí. ¿A quién le envías carta?
—James— dijo Severus sorprendido y extrañamente un poco feliz de ver al Gryffindor frente a él.
—No me vas a decir para quien es la carta— soltó James al ver que Severus habia guardado silencio unos minutos.
—Eso no es de tu incumbencia—
James sonrió divertido se imaginaba que Severus le diria algo así, por lo que camino hacia su lechuza y mientras le daba la carta que iba a enviar a sus padres, como quien no quiere la cosa dijo— A Sirius le llego la invitación de la boda de su prima Bellatrix, yo me preguntaba si tú también estas invitado.
Severus se sorprendió momentáneamente por las palabras de James pero rápidamente dijo— Narcissa me pidió que fuera como invitado de ella.
—Entonces debo suponer que estarás presente—menciono el Gryffindor mientras todos los engranes de su cabeza se ponían a girar para encontrar la forma de convencer a Sirius para que fuera a la boda y lo invitara.
—Debes suponer que la hermana de Narcissa es una persona a la que no me gustaría tener el placer de ver en mis vacaciones— aseguro Severus.
Causando que todos los planes que James se estaba formulando en su cabeza, se detuvieran súbitamente.
—Y yo que esperaba con ansias verte en la boda, así verías nuevamente mis habilidades para meter gente—
—Sera una lástima perderme semejante espectáculo, pero creo que puedo vivir con ello— dijo Severus con una ligera sonrisa, antes de marcharse y dejar a James con ganas de abrazarlo.
Cuando Sirius se dio cuenta el fin de curso estaba cada vez más cerca, lo que para él significaba que tenía que volver a su casa y soportar a su madre, padre y su pesado elfo doméstico. Durante la mayor parte de su niñez pudo tolerarlos.
Aunque nunca simpatizo con sus tontas creencias y la manera en que sus padres intentaron cambiarlo constantemente. Cuando entro a Hogwarts y quedo en Gryffindor fue un mensaje firme y claro para su madre que nunca sería el heredero Black que ella esperaba que fuera.
Y aun a pesar de eso su madre seguía intentando forzarlo a que adoptara sus creencias y costumbres familiares, cada año durante las vacaciones de navidad, pascua y fin de curso.
También lo irritaban las tontas comparaciones de su madre. Apenas ponia un pie en King's Cross esta empezaba a compararlo con Regulus. Que si Regulus habia quedado en Slytherin, que si era el buscador del equipo, que si sus notas eran excelentes y nunca estaba castigado. Odiaba que lo compararan de esa manera y que aun si año tras año intentara volverlo igual a su hermano.
Los años y el empecimiento de su madre por compáralos habían logrado que se distanciara de Regulus, lo seguía queriendo ya que era su hermano pequeño. Sin embargo eso no evitaba que pensara que este era un tonto por creer la idiota manía por la sangre pura de su familia.
El año se habia acabado y mientras Severus hacia su última maleta no pudo evitar pensar en que durante las vacaciones ya no vería a James.
Habia intentado mantenerse alejado del Gryffindor, por Merlín que lo habia intentado. Sin embargo habia fallado rotundamente en cada uno de sus esfuerzos.
Sin que se diera cuenta, James Potter se habia metido en sus pensamientos, como lo habia hecho, solo el mismo Salazar lo sabía.
A su memoria llego un viejo texto que habia leído antes de entrar a Hogwarts, que dejaba muy claro que aquello que más se buscara repeler seria atraído casi magnéticamente a uno.
Y aquello le quedo claro ese día, cuando se dio cuenta que por muy inverosímil y retorcido que pareciera él se habia enamorado como un tonto del idiota de James Potter.
En qué momento pasó aquello, no lo sabía con exactitud. No sabía en qué momento se dejó cometer la imprudencia de enamorarse del Gryffindor.
«Soy un tonto » se dijo a si mismo antes de salir de su habitación. Encontrándose en la sala común a Regulus el cual lo esperaba para que fueran hacia los carruajes juntos.
Iba caminando por el castillo, cuando sintió un ligero toque en su mano. Miro a su alrededor y vio como ligeramente una puerta se habría, pero decidió no hacerle caso y siguió caminando con su amigo.
Fue uno de los primeros en entrar al tren y agarrar compartimiento y mientras esperaba a Lily. James entro en este igual de rápido que una Snitch y antes de que pudiera hacer o decir nada le dio un rápido abrazo mientras le susurraba—Te extrañare Sev—para después darle un fugaz beso en la frente y salir del compartimiento con una radiante sonrisa.
Dejando a Severus todo sonrojado.