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Crónicas de un villano por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 

La primera actualización del año,, muchas gracias por haberme leido hasta aquí, y espero que lo que escribo les siga gustando.

Por lo pronto, muchas gracias a aquellas personas que han comentado, me alegra mucho leerlos chicxs, les quiero <3

El hotel es de la misma persona que el hotel americano, así que aunque llegue todo mojado y luciendo peor que nunca, nos dejan pasar e incluso pido que nos lleven comida y ropa nueva. Si cuando inicio todo esto el ambiente se sentía tenso, el silencio de ahora es más bien negativo.  Kiran y los gemelos tienen esa mirada vacía, como si hubieran perdido una gran guerra.

— Hadrien…

— ¿ahora qué?— miro a Hassim. Incluso Hanley permanece callado, acariciando a Morrigan. Todos nos hemos cambiado ya, pero la comida sigue intacta sobre la mesa.

— lamento no haberme dado cuenta antes, fui descuidado.

— no es tu culpa. Yo también deje que llegara tan lejos— todo por estar jugando con ellos, esperando. Debí haberla encerrado, impedir que usara su magia o alguna de esas cosas. Pero claro, quería jugar al héroe. Yo no soy ningún héroe. Las cosas salieron terriblemente mal por querer ser alguien que no soy.

— Lo sé, pero como sigues siendo el portador del anillo, tengo que disculparme de todos modos— aun con eso no tengo muchas ganas de bromear.  Ellos lucen mal, no me sirven así, no ahora que esa la rastreadora de Kiran se quedo allá, y también el tal Keegan tiene su propio rastreador. ¿Ivette sabía a dónde veníamos? No sé si Kiran llego a decirle.

—   ¿le dijeron a dónde veníamos? ¿A alguno?

— no lo sé, no lo recuerdo. Quizá se lo dije a Jency— el tono de Kiran es tan… ausente.  Ellos están completamente destrozados, perdidos, traicionados. Suspiro.

—  lo digo porque si es así, tenemos que movernos rápido.

— ¿Podrías darnos unos minutos, por favor?— Kiran me mira,  hay una chispa de molestia en sus ojos.

— no, no tenemos unos minutos. No hay tiempo para detenerse y lamerse las heridas— no me importa ser cruel— no es nada irremediable.

— ¿no?

— ¿alguien murió? ¿Perdió la cordura?

— ¡Son nuestros amigos! Y les dejamos atrás. Pero tú no lo entenderías…— ruedo los ojos. Me importa poco que me recrimine— ¿puedes solucionar eso?  Nos han traicionado también.

— ¿y que si no lo entiendo? ¿Y que si les traicionaron? No serán los primeros. ¿Qué quieres que haga Kiran? No soy el mago de oz. No puedo darte un corazón, un cerebro o valor. Busca mejor a la bruja mala del este. 

—  Hadrien…

— ¿quieres solucionarlo? Levántate de ahí y has algo— Kiran me mira,  no logro descifrar su mirada.

— ¿Podemos esperar unos minutos?— suspiro, un poco cansado de esto

— Bien, tienen veinte minutos para lamentarse— de todos modos es el tiempo que necesito para encontrar el cementerio.  Les dejo ahí, no necesito esto ahora. Me dirijo a la parte más sola que encuentro sin alejarme mucho: la parte de atrás del hotel. Ya no llueve tanto.

 No es un lugar viejo, y me cuesta más invocar algún espíritu, pero lo hago.  Me concentro escuchándoles, aunque solo sea para saber si algo saldrá mal porque sería fácil solo ordenarle a alguno que me guie.

— ¿Hadrien?— abro los ojos, no me di cuenta en qué momento los cerré. Kiran está en la puerta de servicio por donde salí, mirando a los espectros a mí alrededor— ¿todo está bien?

—  estaba haciendo una consulta.

—…  ¿y?

— para nuestra suerte no queda tan lejos. Aunque tendremos que llegar de algún modo. Podría pedirle a Hassim que nos lleve, pero quizá no sea bueno usar magia, aun la de Hassim.

— tal vez solo debamos tomar un autobús.

— eso es tan aburrido. Pero será lo mejor— Kiran no dice nada mas, yo no quiero decir nada más. Y ahí estamos, de pie, sin decirnos nada.

—Hadrien, yo... gracias por no dejar que…

— no lo hice por ustedes. Aun tenemos que hacer y si te das por vencido, estás dando permiso a los demás para derrotarte. A mí nadie me derrota.

— Gracias— le hago una seña indiferente. No necesito que me agradezca— y Hadrien… sobre lo de nosotros…

— No hay tal cosa— Kiran no debe estar conmigo, aunque lo queramos, no aun. Quizá cuando las cosas estén a mi favor, quizá en un futuro más lejano, pero no ahora. ¿De qué me sirve haber  hecho todo lo que hice? ¿Convertirme en lo que soy si Kiran ya no va estar ahí? Kiran ama demasiado ser un héroe. Lo ama incluso más de lo que podría amarme a mí si es que lo hace.

— Hadrien, ¿Qué fue todo eso entonces? no creo que todo fuera solo una actuación.

— No puedes saberlo— sonrió— si están listos, será mejor que nos vayamos ya— el camino a la estación de autobuses es lento y se siente todavía el ambiente de tristeza, el clima no ayuda mucho.  No tenemos a ningún rastreador ahora que nos diga si estamos siendo seguidos o que están haciendo las personas que nos persiguen.

— ¿A dónde vamos?— Han me pregunta, despegando la mirada de la ventana.

— a un cementerio. El zafiro está ahí, enterrado en la tumba de su dueño— Hassim me mira, incrédulo.

— ¿de verdad? Ni muerto ese pobre hombre se libro de él.

— el museo donde estaba no lo quiso mantener más tiempo y se lo regreso a la hija. Ella lo enterró en la tumba de su padre, hace algunos años.

— ¿Cómo sabes todo eso?

— Pregunte— miro aburrido a la ventana. Nos hemos alejado de la ciudad, y ahora solo vemos un camino más natural.  Podríamos estar yendo directo a una trampa, y aun así—ah, Kiran, lo olvide, posiblemente estamos estar ante una trampa.

— ¿ah? ¿Y me lo dices ahora?

— Ya dije que lo olvide— no  quería hablarte idiota. Le resumo lo que me dijo Hassim de la anterior casa y el hecho de que nos llevaran ahí.

— ¿no sería Ivette? Quizá solo era una distracción para saber más sobre lo que hacíamos, aun no sabía nada del segundo diamante.

— Quizá, pero no sería inteligente ir creyendo que todo saldrá bien— guardo silencio, hay más personas en el autobús y no quiero llamar la atención más de lo que hacemos. Es una suerte que no venga nadie más con nosotros. Cierro los ojos, dejando que el sueño venga. Es un largo camino. Hay algo que he querido recordar, pero simplemente no viene a mi memoria. Creo que es importante, algo que pase por alto.

El autobús da un brusco movimiento y abro los ojos. Todo sigue en calma, y ya no soy el único que duerme. Afuera está completamente oscuro. El camino esta horrible, y los movimientos que hace el vehículo duran otro rato hasta que finalmente llegamos. Las luces se encienden, y Kiran da un gracioso brinco en su asiento.

— ¿Dónde estamos?— Han, que va a mi lado, bosteza.

— justo donde tenemos que estar— me levanto primero, y sigo a los que bajan del autobús.  Afuera no está lloviendo, pero parece que lo estuvo haciendo toda la tarde— justo el clima perfecto para profanar una tumba.

—  eso no suena confortador.

— pero si la tierra será más fácil de remover si esta mojada— Han ríe, y casi puedo jurar que da un par de saltitos— lo siento— el chico gemelo hace una mueca, y una mancha de lodo aparece en su zapato  deportivo blanco.

— no importa.

— vamos.

— ¿sabes donde esta?— no volteo a ver a Kiran, solo sigo caminando.

— es un cementerio ¿en serio me quieres preguntar a mi si sé donde esta un cementerio?—  no aguanto una risa. Ellos no son los únicos que tienen formas de saber si nos espera o no una sorpresa. Alzo la mano, y un par de espíritus llegan de entre las calles. No les digo nada, y no se detienen ante mí.

— ¿Por qué nos detenemos?— la chica gemela suena nerviosa. Suspiro.

— los espíritus me dirán si hay algo en el cementerio. Tener las almas de los muertos bajo tu control es útil cuando no quieres ir a algún lado. La mayoría de las personas no los ven a menos que yo así lo quiera— pero como no tiene caso no mostrar todo lo que puedo hacer, siempre alardeo haciéndolos visibles.

— Hadrien, no vamos a pelear contra nuestros conocidos—  le miro mal, pero él no me está mirando. ¿Y yo quien demonios soy?

— ellos con gusto pelearan con ustedes.

— pienso que la opción más inteligente es evitar la confrontación— Hassim nos observa, sentando en una banca, con los brazos cruzados y una tranquila expresión— seremos minoría, y solo contamos con la ventaja de la sorpresa. Si esto sale mal, quedaran muy mal parados.

— Gracias— dice Kiran.

— solo digo lo que puede pasar. Además, realmente solo nosotros tres podríamos hacer algo de utilidad, sin ofender chicos— uno de los espíritus regresa, comienza a susurrar en mi oído.

— tenemos un comité de bienvenida, pero solo por la entrada. Se supone que solo existe una entrada, podríamos rodearla, pero aun así nos verían trabajar.

— No si los gemelos hacen lo de la bodega ¿podrían?— sonrió un poco. Kiran vuelve a brillar, ser el héroe. El destino de personas como yo solo es ese: hacer brillar a alguien más.

— Podemos— responden a la vez.

— aun así, sentirían la magia. No… una distracción— murmuro, mirando el arco de la entrada del cementerio, visible de donde estamos.

— ¿hacerles creer que estamos ahí? Si, podría funcionar, habría suficiente magia para ocultarnos.  Violet, vendrás con nosotros, mantennos ocultos mientras buscamos el zafiro.

— Han, invocaciones. Muchos zombis— Han sonríe, ya tiene en la mano una tiza.

— ¡Yo puedo ayudarle!— Arg, ya que, aunque le dirijo una mala mirada al chico gemelo— puedo ocúltanos también.

— Hassim ¿puedes darnos una gran distracción también? ¿Algunos golem quizá?

— Hecho— también sonríe. Esto es como hacer una gran travesura. Kiran asiente con la cabeza, mira al cementerio y luego se pone a caminar.

— iremos por la parte de atrás, chicos, quizá convenga que nos oculten, para iniciar esto seguro— la ola de magia es tan leve, que no creo que se sienta en el cementerio.  Nos movemos en silencio, rápido. No se siente nada en el cementerio, pero las presencias son fáciles de ocultar.  Si algo se de los cementerios, es que siempre hay una forma de entrar, los humanos a veces se creen listos y piensan que jugar en un cementerio es divertido. Encontramos una zona derrumbada, es fácil trepar por ahí si apoyas bien los pies en el muro.

— ¿Y ahora?— soy el último en subir.

— nos separamos y cada quien hace lo que le toca— me giro a mirar a Hassim y al chico gemelo—  no dejen que le pase nada a Han.

— Claro— Hassim levanta el pulgar en mi dirección y se pierden en la oscuridad.

— ¿Hacia dónde?— miro a Kiran. Es hora de concentrarse. Invocar almas en un cementerio es como buscar una tiza en medio del carbón. Muy fácil. El espectro aparece delante de nosotros.

— llévanos a la tumba del zafiro— creo que no funciona, y no recuerdo el nombre de ese sujeto. Ah, esperen, se mueve— ahora a seguirlo— caminamos hacia el lado contrario, a la zona donde las tumbas parecen más viejas y abandonadas. No nos detenemos ni cuando una pequeña corriente de magia pasa cerca de nosotros, posiblemente alguien ocultándose. Kiran mira en la dirección donde está la entrada.

 — con que así es como lo haces. Todo es tan sencillo.

— La sencillez siempre es lo mejor— digo, sonriendo. Si lo que quieres es no llamar la atención entonces no vale la pena esforzarse en hacer algo elaborado. Me detengo, mirando una pala, dejada junto a un nuevo foso en medio de las tumbas. No pienso cavar todo el rato, pero si no inicia pronto la distracción al menos puedo hacer que Kiran hago algo.

— ¿es ahí?

— Si— el espectro se ha detenido.  El lugar es tal como en mi sueño, el mismo montón viejo de tierra, los mausoleos alrededor— aquí.

— esto es tan aterrador.

— Violet, concéntrate.

— me pongo nerviosa si Ione no está conmigo. Siempre hacemos estas cosas juntos— un suspiro tembloroso sale de sus labios.

— Ten— le extiendo la  pala a Kiran. Él me mira— ¿Qué? al menos remueve las losas—  y se pone a hacerlo.  Me agacho para mover con las manos las que quedan sueltas, no tenemos mucho cuando el piso retumba. Siento la presencia de almas, almas y más almas encadenándose a un cuerpo putrefacto.

— Vamos— Kiran arroja la pala. Me levanto, extendiendo las manos para mover la tierra con magia. La tierra vibra un poco mientras hacemos que se remueva, que se comience a acumular en los bordes.  Los destellos de luz no tardan en comenzar, ya están intentando detener a los zombis de Han. Escucho un gruñido inhumano. Tenemos mucho tiempo aun.

— Vamos, vamos, vamos…— murmuro.

— Alguien viene— son solo zombis. Pero si alguien viene detrás o algo así. Le hago una seña para que los ignore. La tierra esta lodosa, y me cuesta trabajo manipularla.

— Parece que la lluvia no fue tan buena después de todo— Kiran me sonríe, y me contengo para no decirle una grosería. ¿Qué tan profundo puede estar este féretro?— alto.

— Lo veo— nos arrodillamos en el lodo para ver  los restos de madera que están en el fondo.

— esto está un poco… Violet, vigila mientras sacamos esto.

— no hay tiempo.

— ¡Hadrien!— Kiran no grita, pero sisea de forma chistosa, en cualquier caso ya he saltado al foso, sosteniéndome en las partes que veo más sólidas. Comienzo a arrojar los trozos de madera, abriendo más espacio— eso es desagradable.

— cosas de nigromante— murmuro, mirando el esqueleto. Los restos de ropa  pudriéndose y el olor a muerte— ¿Dónde está?

— ¿No hay nada?— Kiran se asoma.

— o-oigan…

— no sé dónde puede estar, esa chica no pudo meterlo hasta aquí…— murmuro, el lodo hace difícil ver, y no puedo solo destrozar el esqueleto.

— oigan ¿no está todo muy silencioso?

—  Hadrien, mira, en la mano, creo que vi un destello.

— si… si, ¡Sí! ¡Aquí esta!— lo tomo, quitándolo de las manos esqueléticas, me levanto, sosteniéndolo en mi mano, mirándolo contra luz. Tan pequeño, es increíble que una cosa como esta sea mi llave a un nuevo ciclo… por fin puedo dejar de soñar imposibles.

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Si algo puede hacer olvidar lo desagradable que es desenterrar un ataúd en medio de la noche, es que esa cosa sea algo hermoso.  Hadrien se endereza, sosteniendo esa pequeña joya.  ¿Alguna vez dude de que pudiéramos tenerla? No lo recuerdo, pero siento que hemos hecho una gran proeza.     

La sonrisa de Hadrien es contagiosa, al igual que su expresión de victoria. Le ayudo a salir, apoyando una rodilla en el suelo. Las manos de Hadrien están sucias. Nos quedamos arrodillados, muy cerca. Hadrien me sonríe,  por primera vez en años su expresión es como la que recuerdo.  Nos miramos, sonriendo. Él extiende las manos entre nosotros, el zafiro purpura en sus manos abiertas.  Nos miramos otra vez, alzo mi  mano para limpiarle la cara.

Un destello blanco.

Unos segundos que me dejan cegado. Mi mano sigue extendida. Hadrien sigue sonriendo, pero poco a poco se va desvaneciendo la expresión de su rostro. Entre nosotros vuelan en el aire miles de pequeños brillos purpuras.  Sus manos extendidas ahora están vacías.

— ¡¿Qué has hecho?!— la voz de Violet es un chillido agudo. ¿En qué momento dejo que cubrirnos? Aun estoy un poco cegado, solo veo la silueta de alguien. Otro destello, esta vez amarillo le da directo en el pecho.

— ¡Violet!— ella cae hacia atrás, inconsciente. Tropiezo hacia ella, la muevo, intentando despertarla— Violet…— oigo una risa. Yo… conozco… yo… conozco…

— Vaya, no espere llegar a verte así Kiran— no conozco la sonrisa. No conozco la voz de esta persona aunque se quién es. Ahora es completo desconocido para mí. Algo se extiende como veneno desde mi pecho. Dolor. Traición.

— ¿tú hiciste todo esto? ¡¿Por qué?!  ¡Eres mi amigo! ¿Por qué, Jency?— ¿lo hable o solo fueron mis pensamientos? No encuentro mi voz. Esto es tan irreal.

— ¿Qué pasa, Kiran? Parece que viste un fantasma— sonríe, una sonrisa demente, de alguien que no conozco ya. ¿Jency? ¿Mi amigo? ¿Quién me ha acompañado por tanto tiempo? Él me conoce, le conozco bien ¿y esto? ¿Cómo paso esto?

— ¿todo este tiempo has sido tú? Pero… Ivette…

—  fue muy conveniente ¿no crees? Ella se puso actuar como si fuera la culpable— ¿no fue Ivette? Pero…

— Jency, ¿Cómo?— no puedo procesarlo. Escucharle hablar de cómo sospechamos de Ivette, como si fuera muy gracioso… me molesta. Me levanto— ¿acaso no son tus amigos? ¿Cómo puedes mirarles a la cara después de lo que les hiciste? A Lou…

— Dime, ¿Qué se siente no ser el héroe esta vez?— otra carcajada— fracasaste Kiran, al fin no eres bueno en algo. Todo iba  perfecto, por fin podría tener  mi momento, ¿Qué eran solo unas cuantas perdidas?

— ¡¿De qué estás hablando?!

— solo iba hacer algo pequeño, algo para que al fin me reconocieran. ¿Sabes lo que es estar bajo tu sombra todo el tiempo? Siempre tú, siempre Kiran. Todos hablan de lo que hizo Kiran, de lo grandioso y valiente que es. De las cientos de personas que salvas. ¿Y yo? ¿Se olvidan que yo he estado ahí también? ¿No merezco ser reconocido? ¡Soy tan impórtate como tú!

— estás diciendo tonterías— ese…. Ese no es mi amigo. La tristeza es dolorosa, es muy dolorosa. 

—  quería encontrar algo, algo que no pudieras resolver y yo sí.  Lou me iba a ver salir de la bóveda, me iba a descubrir, no podía permitirlo. Pero luego se te ocurrió la grandiosa idea de involucrarle a él.

— ¡Esta no es forma de resolverlo! Vas a matarles…

— y es una tragedia. Tuve que ser cuidadoso, seguirles. No sabía cómo impedir que se detuvieran, eres realmente terco—  Jency ¿nunca se preocupo por los demás? ¿Fue quien nos delato? Él…— ahora volveré como el héroe. Sabes que es mala idea involucrarse con villanos, Kiran. Es una suerte que estemos en un cementerio, menos trabajo.

— Jency…— mi voz es una súplica dolorosa. ¿Cuándo se convirtió mi amigo en esto?

— Volveré y diré que estuviste equivocado, que te controlaron y no quedo de otra— le miro. No puedo… no puedo ni levantar una mano para defenderme de él. ¿Cómo hacerlo? ¡¿Cómo luchas contra tu mejor amigo?!

El ambiente se vuelve pesado. Cuesta respirar. Brotan chispas del aire, como si estuviera sobrecargado. Chispas oscuras.

Hadrien.

Me olvide por completo de él y me cuesta girar la cabeza para mirarle. Está de pie, la cabeza gacha, mirando su mano vacía. Las sombras oscurecen su rostro, no puedo verle los ojos.

— ¿Esto es un chiste?— murmura, como si hubiera notado que le ponemos atención.

— ah, si… será…

— ¡CALLA, CERDO HIPOCRITA!— la magia estalla, literal. Las sombras cobran vida, agitándose furiosas. Me hacen retroceder y cubrirme. Hadrien está molesto.

Mucho más que eso. Furioso. Sus ojos solo muestran odio, fijos en Jency. Hadrien da un paso adelante, las sombras se mueven a su alrededor.

— Hadrien…— debo detenerlo, esto no  terminara bien. Nunca, en toda mi vida vi a Hadrien con esa expresión. 

— ¿¡Me estás diciendo que esto paso solo porque estabas celoso?! ¿Le hiciste eso a Hanley solo porque estabas celoso?— Jency retrocede, no luce ya tan confiado. ¿Quién lo estaría? Ha despertado a un demonio.

— tú… no vas a detenerme.  Todos pensaran que esto es tú culpa.

— lo único de lo que me culparan es de tu muerte— su mano se alza, la oscuridad se lanza contra Jency.  Detente, no lo hagas… son palabras que se quedan atascadas en mi garganta. No puedo moverme. Jency las evita, salta, hace alguna invocación incluso reconozco la maldición que uso, ninguno pasa ni cerca de Hadrien, todos son desviados. Dos, tres, cuatro veces hasta que las sombras se aferran a su cuello, como una mano.  

—Suel-ta…

— ¿De verdad creíste que podías enfrentarte a mí?—  doy unos pasos hacia delante, por fin puedo moverme.

— Hadrien, detente…— escucho pasos y voces acercándose. La misma magia oscura me impide acércamele—  ¡Hadrien!

—  la basura como tú no tiene lugar en este mundo—  una fina y larga aguja de oscuridad se materializa.

— ¡Hadrien, no!—  lucho desesperadamente con la fuerza que no me deja avanzar. La primera aguja se clava y atraviesa el hombro izquierdo de Jency. Sus venas alrededor comienzan a oscurecerse.  No, no… esto no puede terminar de esta manera.

Mas agujas oscuras de materializan. Una a una va clavándose en Jency mientras intento detener esto. Mi magia simplemente rebota en esa fuerza, Hadrien no me escucha,  no parece estar escuchando nada más que los gritos  de Jency.

—  patético…—  alzo la mirada, Jency se mantiene de pie, pero las  agujas siguen clavadas en su cuerpo. Solo queda una, suspendida en el aire. No, aun si fui traicionado, aun si todo esto comenzó por Jency,  no puedo dejar que muera de esta forma, no puedo verle morir.

—  Hadrien…—  contento la magia en un solo punto, y siento que lo que me impide avanzar se rasga, hago más esfuerzo, sin apartar la mirada de lo que tengo frente a mí.  Casi caigo hacia delante cuando la fuerza que me detenía cede.  Corro hacia Hadrien, pero él ya ha levantado la mano, y comienza a bajarla, la aguja sigue su movimiento. Me arrojo contra Hadrien, tirándole al piso, caemos al lodo.

Pero es tarde, la aguja ya ha caído.  Me quedo mirando al suelo, con los brazo alrededor de Hadrien. Los ojos de Jency me miran, sus labios se mueven y aun donde estoy puedo leerlos y saber lo que dice. Hadrien esta temblado, apenas lo noto ¿frio, rabia, o acaso está llorando?

—  ¡Violet!—  Ione corre hacia nosotros, también reconozco a Keegan, a Ivette… yo regreso la mirada al cuerpo del que fuera mi mejor amigo por décadas.

Sus últimas palabras: Ahora tendré mi lugar.  

     

 

Notas finales:

 

¿Alquien quiere un brindis con clorox? 

¿Soprendidos? Pues si, el culpable de todo era nada mas y nada menos que Jency, no Ivette (aunque tambien se merecia sus insultos por ser traidora pero en otro sentido XD)  Ya se han resuelto mas misterios y quedan pocos por resolver.

Espero que fuera un capitulo decente, aun me cuesta demasiado describir peleas, y vaya que me esfuerzo (Fue mas facil escribir lemon que peleas :P) Pero hago mi mejor esfuerzo.

Gracias por leer, y nos leemos la siguiente semana.

 

*Sorry si se me paso un errorcirto. 


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