Me rio hasta que me falta el aire. ¿Cómo no reír? Esto es tan tonto. Viktor ignora mi ataque de risa, verle mirar a Kiran, con el aire a su alrededor oscureciéndose me hace reír mas. Kiran es el único que luce confundido aquí. ¿Qué esperaba encontrar? Le veo mirarme de reojo, incluso parece que va a sonreír.
— ¿Qué haces aquí?— repite Víktor.
— ¿Qué has estado haciendo?— le pregunto a Víktor— para que él tenga que venir.
— no ha hecho nada, de hecho te estaba buscando a ti.
— tampoco he hecho nada.
— ¿De verdad creíste que me quedaría con tus palabras?— arqueo una ceja. ¿Entonces está aquí para hablar conmigo?
— pensé que eso ya estaba terminado. ¿Acaso no fui claro?
— lo fuiste, demasiado. Pero no terminamos— sonrió. No puedo evitarlo ¿Por qué justo cuando decido algo, alguien más termina haciendo lo contrario? Sigo sentado ahí, mirando a Kiran. El también sonríe.
— he dicho que termínanos, ¿por qué no lo dejaste así?
— oh, vamos Hadrien— se queja.
— ¡Basta!— oh, Víktor sigue aquí. No se ve nada contento. Kiran se pone serio de nuevo. Me levanto, solo porque sé que las cosas no van a salir bien— no tienes nada que hacer aquí, ni hablar con nadie. No eres bienvenido en este lugar.
— eres Víktor ¿cierto? me costó mucho encontrar algo sobre ti. Nunca tuve la oportunidad de conocerte— Víktor no dice nada— pero ahora tenemos un problema.
— el único problema que tenemos es que estas aquí.
—el problema es que estas reteniendo a alguien importante para mí.
— no estoy reteniendo a nadie.
— no, no lo está— añado. Cruzo los brazos, sonriendo aun. Kiran puede ser tan predecible a veces. Esta vez me ha sorprendido. Esta aquí, por mí— vine aquí por que quise— si dice las palabras correctas…
— ah, lo suponía— dice, negando con la cabeza.
— entonces puedes dar la vuelta y regresar— si, ¿Dónde quedaría mi imagen de villano si no lo decía? Además, después de todo lo que hemos pasado, quisiera estar seguro de que este es mi verdadero destino.
— ya lo escuchaste.
— no lo voy hacer. ¿Tienes idea de todo lo que he hecho para encontrarte? No voy a irme solo porque me lo digas.
— ¿y si no quiero verte? ¿Qué es lo que tengo que hacer para que te vayas?— contrario a lo que pienso, Kiran sonríe.
— venir conmigo.
— ¡No! Hadrien está conmigo. No puede irse, hicimos un trato— casi siento decepción de Viktor. Había creído que era alguien genial, alguien que podía ser mucho más de lo que aparentaba. Ahora no me parece más que un mocoso haciendo una rabieta.
— con que eso fue.
— Si, como veras, no puedo irme— hablo sin mirarle, mi vista clavada inocentemente en el techo.
— entiendo. En ese caso, tendré que hacer algo al respecto— Kiran da un paso hacia mí, Viktor también se mueve.
— No voy a dejar que se vaya a ningún lado— técnicamente no estoy yendo a ningún lado, ni iré a ningún lado por mi propia voluntad, claro que si me llevan la cosa se pone distinta. Apenas y termina de decir eso, un viento anormal hace que Kiran casi salga impulsado hacia atrás. Me alejo, llegando al límite que me permiten los muros. No quiero intervenir, porque esto sería tomar partido, y no soy idiota. No hare nada que me cause problemas con Viktor por si no puedo salir de aquí.
— Bien, esperaba no tener que pelear— Kiran suspira. Se ve tan tranquilo, aunque no confiado. Pero solo se queda ahí, esperando. ¿Alguna vez dos personas han estado peleando por ti? Creo que es lo más extraño que me ha pasado, y créeme, siendo un nigromante, me pasan demasiadas cosas extrañas. ¿En qué momento termino así?
— Claro, si se matan entre ustedes quedo libre— murmuro, tan bajo que sé que ninguno me escucho. Siento el llamado como si lo hubiera hecho yo, el llamado de los muertos. De seguro Viktor los está llamando, la habitación se oscurece. Kiran alza la mano justo cuando todo se oscurece y una decena de esferas doradas se dispersan por la habitación, produciendo una luz cálida… y que no permite entrar los cadáveres. A penas estos entran en contacto con la luz caen inanimados al suelo. ¿Desde cuándo puede hacer eso? frunzo la frente. Viktor tiene la mandíbula apretada.
— ¿Crees que solo puedo hacer eso?— llamas estallan alrededor de Viktor. Hacer aparecer agua en este lugar será una tarea titánica.
— Solo…— las llamas se alzan hacia Kiran, como una serpiente furiosa. El primer golpe le da, puedo ver como en su brazo aparecen unas brillantes ampollas.
¿Debería intervenir? Este lugar no sirve para un duelo y ya no quiero quedarme más. El piso se abre y varias raíces salen, enredándose por las paredes, cubriendo el suelo. El fuego se apaga. Ah, estupendo, no había notado que yo soy algo así como el trofeo.
No me gusta.
— Hadrien se quedara conmigo— Viktor está molesto ¿Por qué esta tan molesto? Nunca es buena señal mostrar emociones como esas, suelen volverte irracional, confiarte. Él debería saber eso. Ya no hay fuego, ahora solo envía una onda de magia que hace caer a Kiran otra vez. Una estela de luz azul impacta a Viktor, y también le hace caer.
— tsk… es imposible hacerle algo ¡es un niño!
— Pero que idiota— resoplo, exasperado. Tenía que ser el siempre moralista y heroico Kiran. Kiran se levanta primero, pero no hace nada. Logra evitar un hechizo, que a juzgar por el color morado, no era nada leve— te informo, por si lo no has notado, que si no haces algo, él va a matarte.
— Gracias por la observación— Kiran salta hacia un lado para evitar otro hechizo, quedando muy cerca ya de mí— volveremos a casa, Hadrien.
— ¿Y qué lugar es ese exactamente?— con su magia detiene un par de maldiciones más. Se para delante de mí, y me besa. El beso casi me hace delirar de placer.
— Conmigo— un grito nos saca de nuestra ensoñación. Todo se oscurece, el ambiente se pone pesado. Conozco lo que pasa, porque yo lo he hecho varias veces antes también. Las esferas de Kiran comienzan a apagarse. El suelo comienza a temblar, las cosas caen y las paredes comienzan a crujir.
— ¡No, no!— ¿Kiran lo hizo a propósito? Viktor ha perdido por completo el control, su porte. Los hechizos salen volando en todas direcciones, ni siquiera cerca de darle a Kiran. Su expresión es la cara de la furia. Me muevo, alejándome de la pared cuando un gran pedazo del techo cae. El polvo me provoca un ataque de tos.
Sigo oyendo el chismorreo que producen los hechizos, incluso tengo que agacharme para evitar algunos. El cielo de afuera está nublado, no hay mucha luz.
— ¿¡Hadrien!?
— Estoy bien— una gota de agua cae en mi mano. ¿Es lluvia? Miro al cielo nublado. Esto… me pongo a reír otra vez. ¿Aun dudan del porque estoy loco por Kiran?
La lluvia cae más fuerte, mojando todo. El polvo pronto se va, y puedo ver a Kiran, oculto tras un pedazo del techo. Se ve cansado, y se sujeta el brazo con una mueca de dolor. Viktor camina hacia él. La oscuridad se mueve con él, como me pasa a mi cuando pierdo el control.
— ya fue suficiente ¿Por qué tienes que venir? Hadrien está mejor conmigo ¿Cómo puedes si quiera pensar en él si nunca has hecho nada por él?
— yo…
— Yo he hecho mucho por él…— su voz es un gruñido molesto.
— no es así… no eres más que un mocoso encaprichado que no sabe cómo tratar con las personas.
— ¡Soy mayor que tú! Podría matarte con tanta facilidad… y es lo que hare. No me conoces. Y sin duda, no mereces a Hadrien.
— ¿y tú sí?
— Por supuesto— Viktor luce más calmado. Kiran no puede verlo, pero yo si veo la mirada de triunfo en sus ojos, ¿Qué es lo que piensa? ¿Cuál es su plan?
— Es una lástima— Kiran ríe también. ¿Qué demonios están pensando? Casi tengo ganas de largarme— porque Hadrien no te quiere. Y de hecho no va quererte nunca, porque él me pertenece— me siento ridículamente feliz. ¿Yo, feliz? Es extraño, me dan ganas de reír. ¿Yo, pertenecerle? Sin duda. Por más que seamos enemigos, por más que intentemos odiarnos, es inevitable que estamos atraídos hacia el otro.
— Calla— Viktor aprieta los puños. La magia chispea, lanzando chispas rojas de sus manos. El suelo tiembla un poco de nuevo. No sé qué es lo que espera Kiran, pero cuando el temblor termina, rueda hacia un lado. Viktor está listo también, su hechizo le pasa cerca de la cabeza a Kiran, la mano de Kiran se alza y un fuerte estruendo hace retumbar lo poco que queda de este lugar. Alguien grita, y luego una luz cegadora.
¿Desde cuándo planeo esto? posiblemente desde que llego. Invocar la lluvia no es una tarea fácil. Puede llevar horas hacer que las nubes se acumulen y tengan la suficiente fuerza para producir una lluvia como esta. Invocar un relámpago puede ser un suicidio. Apenas y pude colocarme lejos del agua para no acabar electrocutado también.
— ¿Estás bien?— Kiran me mira, sus pies colocados sobre lo que fuera una mesa de madera.
— estas demente. Pero eso fue genial ¿siempre luchas así?
— No… es la primera vez que hago mucho de lo que hice hoy— sonríe, avergonzado. Bajo de los escombros. Una pelea de magos no dura mucho tiempo, y puede ser tan aburrida que ni parece que sea una lucha de verdad.
— ¿Cuándo hiciste lo de la lluvia? Solo he visto a un mago más invocar lluvia.
— cuando entre a la casa. Tuve suerte de que hubiera pronóstico de lluvia— ¿lo había o solo es una broma? Como sea.
Viktor está en el suelo, no está muerto. Sus ojos clavados en el cielo. Esta mojado, su ropa humea un poco y su cabello está un poco de erizado. Pienso que apenas y logro evitar que le diera el rayo. Me agacho a su lado.
— lo siento— digo, aunque no sea verdad. Viktor me da pena, conozco lo que es estar solo, no tener a nadie— pero no puedo quedarme contigo. Lo intente, de verdad que lo intente pero no puedo hacer esto.
— ¿Por qué?— murmura.
— nunca estuvimos destinados a ser. Cuando te conocí tenía otros planes en mente, quizá si no hubieras querido imponer tu voluntad sobre mí… ahora que pienso diferente, eso no ha cambiado.
— no entiendo.
— serás mayor que nosotros, pero aun te falta aprender muchas cosas. Consigue un aprendiz, aprende el concepto de amigo. Un amo no es un amigo, Viktor— me levanto. Ya sueno como Kiran.
— ¿Termino?
— eres detestable. ¿Sabes que humillante ha sido esto?
— ¿Qué?
— ¿sabes que sigo siendo un adulto perfectamente capaz de defenderse? Oh por… Sigo siendo un villano, el señor del mal y tú me has convertido en algo así como la princesa en apuros. ¡No necesito que me rescaten!
— nunca dije… yo…
— Como sea, solo llévame con Hanley— tengo muchas preguntas que hacer. ¿Cómo me encontró? Nunca vi a Kiran luchar con alguien que no fuera yo, debo admitir que siempre imagine como seria. Con Kiran contándome sus historias cuando era un chiquillo, no es para nada extraño que siempre le viera como un héroe.
— ¿Por qué viniste aquí?
— porque así lo quise. Entiendo que no puedan vivir sin mí— sonrió. Aunque también es cierto que yo no puedo alejarme mucho de ellos. Lo intente, pero hay personas que simplemente no salen de nuestra vida por más que lo intentemos.
— estuvo preocupado. Fue él quien me ayudo a encontrarte.
— ¿ah sí? Interesante…— me giro al escuchar un suspiro. Víktor se está poniendo de pie. Luce más joven que nunca, y no porque haya rejuvenecido, no tiene la mirada de siempre, vacía, inteligente, serena. Ahora parece no controlar lo que siente, a veces se ve molesto, triste…
— ¿te vas?
— No voy a quedarme— le repito. Pasea su mirada de Kiran a mí, quedándose de pie en su lugar.
—… ¿aunque…?
— ¿Qué?— pregunto, al ver que se queda callado. Kiran se acerca a mí.
— Te irías aunque no hubiera venido— sus ojos se quedan clavados en Kiran, le mira con odio. ¿Aun está dispuesto a luchar? Eso es bueno, me hubiera decepcionado mucho si solo se quedaba tirado.
— quien sabe.
— No es una pregunta— veo el espíritu detrás de él. Ah, mi maestro también solía tener un espíritu con él todo el tiempo. Yo hice que uno siguiera a Kiran, verlo significaba que también vería a Kiran, y yo decidía si me quedaba o me iba— todo estaba bien, lo estaba. Y lo seguiría estando si él no hubiera venido.
— el mundo cambia en segundos.
— si… lo hace.
— Hadrien… vamos.
— lo entiendo… entiendo. Pero si no vas a estar conmigo, entonces tampoco con él— señala a Kiran. En la mano de Viktor, finos hilos oscuros comienzan a formar una esfera.
— ¡Kiran!— exclamo. ¿Cuándo lo hizo? Maldición. ¿Cuándo nos volvimos tan descuidados? Ni yo ni Kiran dejaríamos algo así al azar. Somos idiotas. No estamos listos para un ataque sorpresa como este. Mi primer impulso es solo intentar apartar a Kiran de esto, incluso Kiran se pone en una posición más defensiva, esperando el ataque. Pero lo que sea que esté haciendo Víktor no llega.
— Así estamos mejor— ¿ah? Me giro de nuevo, a tiempo solo para verlo, sentirlo. El dolor en mi pecho, la mirada de nuevo inexpresiva de Víktor.
Ah… entiendo. A esto se refería. Nunca fue Kiran, era yo. Víktor nunca quiso matar a Kiran, quiso matarme a mí. La fuerza me hace caer hacia atrás, pero no siento nada, solo de pronto estoy mirando al techo. Algunas luces destellan ¿o solo es mi imaginación? Me cuesta respirar, alzo mis manos, las veo completamente ensangrentadas. ¿Es mi sangre?
Esto no luce nada bien. Cierro los ojos y caigo en la oscuridad. El dolor es lo único que puedo sentir, extendiéndose desde mi pecho hacia todos lados. Dolor y más dolor, incluso me parece ver el dolor en un tono rojo oscuro, como sangre.
— Hadrien— mi nombre suena lejano, muy lejos. El dolor comienza a bajar, un calor agradable hace que me dé cuenta que de hecho estoy sintiendo frio. Un montón de voces comienzan a susurrar mi nombre, una y otra vez. Lo repiten, comienzan a hablar más, murmuran cosas que no entiendo. Ante mis ojos, la oscuridad comienza a tomar formas, figuras casi humanas que elevan sus brazos vaporosos hacia mí.
— ¡Hadrien!— no sé si me nuevo, pero intento ubicar esta nueva voz. El calor se extiende más ¿o yo soy quien está dejando de sentir?— vamos, despierta— ¿Despertar? No siento que este dormido. Hay mucha agonía en la voz que me llama. Me suplica que despierte. Una luz brillante me ciega. Vuelve la oscuridad, y la luz otra vez.
Ah, estoy parpadeando. Las voces se calman, pero siguen susurrando. Ahora que se cómo hacerlo, abro mis ojos, con más cuidado esta vez. Unas manos están sobre mi pecho, se mueven, produciendo una luz azulada. Hay mucha sangre. El sonido sube y baja a ratos. Cierro los ojos de nuevo.
— N…— intento hablar, pero la boca me sabe a metal. No encuentro el aire suficiente para hacer una palabra.
— ¡Hadrien! ¿Me escuchas? Eso es, vamos… despierta— Kiran.
—D-duele…
— Shh... esto va a estar bien… esto…— le veo. Su expresión… ¿Qué significa esa expresión? No entiendo, me cuesta pensar, recordar… sé que no es bueno.
— No…— lo entiendo. Voy a morir… estoy muriendo. Esta vez sí entiendo lo que dicen las voces, me invitan a ir con ellas, a quedarme en la oscuridad, donde no se siente nada, no hay dolor, ni penas. Nada.
— Hadrien…
— Este… es…— me desagrada el sabor metálico en la boca— mi destino— hablar me causa dolor, mi voz sale entrecortada, apenas un suspiro tembloroso.
— no, claro que no. siempre… siempre creíste en el destino, pero… El destino no es lo que te va a pasar, si no lo que quieres que te suceda. No dejes que te suceda esto… no…— ¿está llorando? Kiran está llorando por mí.
Suspiro. ¿Con que así se siente morir? No estoy asustado, y de hecho es mucho más tranquilo de lo que pude haber pensado. Es mucho más de lo que pude haber pedido al morir. Dejo de oír a Kiran, y las voces se vuelven más fuertes. Mi cuerpo parece desaparecer. Siento que solo Kiran me mantiene aquí.
No me importa morir. Estoy muriendo con Kiran aquí, siempre supe que íbamos a terminar de esta manera, que Kiran me esté despidiendo es mucho más de lo que merezco.
— l-lo siento…— logro murmurar, lo último que digo antes de volver a la oscuridad. Me suelto, uniéndome al coro de voces que me llaman.