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Tradición impensable por 1827kratSN

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Si Nana autorizó su relación, nadie más podría siquiera opinar. Eso fue lo que Reborn dijo y su palabra se convirtió en ley, por eso los reclamos de algunos ajenos fueron ignorados.

Primero fue Iemitsu quien llegó pocos días después de la partida de Nana pues al parecer su esposa no logró detenerlo o no quiso. El rubio y celoso padre baboso que tenía su cielo, llegó con gritos, amenazas, un arsenal de réplicas y un par de armas con las que desafió al pretendiente de su amadísimo hijo, pero obviamente no fue un reto para el hitman. A Reborn le tomó exactamente quince minutos callarlo y eso que dejó que Iemitsu se desahogara un poco para que no le diera un colapso.

Después llegó Dino, con el cual sólo tuvo una plática serena donde se determinaba la veracidad de los sentimientos y nada más, después de todo el rubio no podía hacer algo significativo en contra del demonio que fue su tutor hace años. Como en sincronía con Dino llegó Uni, Byakuran, hasta Squalo apareció por los lugares para verificar que los rumores eran ciertos. Cabe decir que los últimos probaron la furia de Reborn porque estos parecían llegar solamente para frustrar sus preciados momentos con Tsuna en las horas libres de éste… El azabache de patillas disfrutó de amedrentarlos tanto como disfrutaba de torturar a sus víctimas, pero en algún momento debía terminar toda esa ridiculez y fue cuando el propio Tsuna tomó cartas en el asunto.

 

 

—Siempre supe que se llevaban demasiado bien — Timoteo estaba de visita en aquella casa, charlando amenamente con su heredero mientras disfrutaban de un buen café

—Supongo que fue su intuición quien le preparó para la noticia — Tsuna adoró la visita del noveno porque de esa forma calmó todo el estrés que últimamente estaba acumulando

—Lo que me preparó fue tu sonrisa cálida cuando mencionabas a mi buen amigo Reborn

—No me di cuenta que hacía eso — rió nervioso, avergonzado pues no creyó ser tan evidente

—Son cosas inevitables cuando un alma ha encontrado a su compañera

—Timoteo-san, ¿usted cree que en verdad puedo ser el compañero ideal para Reborn? — mencionó con cierto dije de duda. Eran cosas que su mente parecía querer analizar debido a ciertos comentarios que escuchó últimamente pues estaba empezando a dar a conocer su nueva relación

—Lo creo y tú deberías hacerlo también, Tsunayoshi. No te llenes de inseguridades cuando no hay motivo para tenerlas

—Es un poco difícil — sonrió resignado — pues a pesar de que haya cambiado en estos años, sigo siendo… dame-Tsuna, al menos esa esencia nunca morirá

—No te menosprecies, hijo mío — le acarició los cabellos — Y si aún tienes dudas de que has madurado, progresado y ahora eres exitoso, sólo mira lo que has construido. — apuntó a la ventana hacia el patio, en donde Lambo corría huyendo seguramente del castigo a una travesura pues Hayato lo perseguía — Tu familia es amplia, acogedora. Has logrado mantenerla así en base del cambio que has implantado en nuestro círculo social. Eres el líder más influyente y con eso has sido capaz de mantener bajo control a todos aquellos que intentan hacer daño… Yo creo que eso es demasiado.

—Creo que… si Reborn no hubiese llegado a mi vida, nada de esto hubiese sido posible — sonrió con cariño y soltó un leve suspiro. Las palabras del anciano siempre eran como un arrullo para su alma

—Y si tú no hubieses llegado a la vida de Reborn, él tampoco hubiese llegado a este punto. — sonrió divertido por ver la duda sin fundamentos de Tsuna — Nunca lo había visto sonreír con tanta ternura como ahora cuando te mira discretamente

—¿En serio lo hace?

—Confía en las palabras de este viejo

—Nunca dudaría de usted, Timoteo-san… Gracias

 

 

Tiempo…

 

 

Tsuna decidió confirmar su relación formal a sus aliados, familia, CEDEF, Varia, exarcobalenos y demás. Eso bastó como para callar todos los cuchicheos y detener a los curiosos que se acercaban a él para saber detalles. Una amenaza del hitman para que todos cerraran el pico y dejasen de fastidiarle la existencia a su cielo. Un divertido tiempo de adaptación y relación llena de citas extrañas ocasionales, nada más “normal” en esa familia alocada.

Sin darse cuenta el tiempo pasó y su felicidad aumentó, en sí la felicidad de todos, pues si su cielo era feliz,todos lo serían… pero más importante: si Reborn estaba feliz –aunque su expresión serena no lo demostrara-, ellos estarían sanos, completos y sin agujeros.

 

 

—¿Ya lo recordaste? — habían pasado varios meses en ese noviazgo, manteniendo citas como las de ese momento. Salidas a cualquier parte o viajes cortos a algún lugar más o menos turístico a nivel mafioso

—Sí — Tsuna enrojeció cuando pronunció eso — pero en esa mañana yo no estaba… siguiendo esa leyenda

—Pues parecía que sí — se burló Reborn

—¡No es cierto!

—Las damas de Italia madrugan para posarse en sus balcones, terrazas o puertas, y esperan al primer hombre que pase frente a ellas porque será su verdadero amor —no olvidó su satisfacción en ese día—. Esa mañana de 14 de febrero tú estabas en el balcón mirando al cielo aún con pijama, que por cierto era adorable

—Te he dicho que no era así, Reborn — refutaba, pero era complicado llevarle la contraria a ese hombre

—Entonces, ¿qué hacías?

—Pensar

—¿Sobre qué? —ya lo adivinaba, pero quería escucharlo—. Vamos, dímelo… Tsunayoshi

—Sobre como darte el chocolate que hice y confesar que yo sentía algo por ti —respondió lo más natural posible, tratando de ser maduro y no tener vergüenza por algo tan simple como un recuerdo del pasado

—Me desanimas —fingió sentirse dolido—. Yo creí que la leyenda se cumplía

—Se supone que las leyendas son encaminadas a la fantasía de las mujeres

—Pues tu belleza se compara a la de una —sonrió de lado al ver la molestia en su adorado cielo

—No me gusta eso —masculló—. Soy varón, ¡por dios!

—Ahora crees en un dios, y yo pensé que eras budista

—Reborn deja de enredar mis palabras —protestó con frustración porque cambiaban de tema tan bruscamente que estaba desesperándose.

—Entonces — Reborn se cruzó de brazos y miró al menor — ¿No quieres?

—¿Querer qué? — ladeó un poco su cabeza intentando descifrar algo en la mirada o sonrisa de su novio

—Casarte con el primer hombre que viste en la mañana de San Valentín, por supuesto

—¿Eh? —estaba desconcertado, perdido, ni siquiera estaba seguro de haber escuchado que Reborn mencionó la palabra “casarte”

—No esperes que me ponga de rodillas para pedírtelo —adquirió seriedad, riéndose internamente porque Tsuna parecía volver a ser un adolescente ingenuo y despistado

—¿Eh? —quiso decir algo más, pero ¿qué?

—Estás matando el ambiente — volvió a burlarse y emitió una risita debido al rostro sorprendido de su cielo

—¿Qué dices?

—¿Quieres cumplir con la tradición? — sonrió con galantería

—Me… ¿Me estás pidiendo matrimonio? —estupefacto, impactado, confundido

—Sí —Reborn dejó de burlarse, sólo quería ver ese rostro cambiar de color y esa sonrisa que en pocos segundos le fue brindada — ¿Y tu respuesta es?

—Eres muy cursi —rió bajito mientras intentaba que su corazón dejara de latir desbocado o que su rostro se sintiese tan caliente

—Aprovecha que estoy de buen humor, dame-Tsuna… o no me dejaras más opción que arrastrarte hasta una iglesia y apuntarle a un sacerdote para que nos case

—No hagas eso, por favor —rió a pesar de saber que esa amenaza podría ser cumplida al pie de la letra

—Entonces responde

—… —Sonrió unos momentos antes de respirar profundo— Está bien

—Sé más romántico tú también —exigió Reborn mientras posaba su codo en la mesa y su mejilla sobre su palma—. Has hecho que me convierta en esto —se señaló a sí mismo—, así que corresponde con algo equitativo

—Yo no hice nada —rió quedito—. Tú eres el único que ha estado actuando tan…

—¿Tan qué? — elevó elegantemente una de sus cejas

—Raro

—Si quieres vuelvo a lo normal y te arrastro a un motel cercano —frunció sus labios

—No hace falta —sonrió divertido, aunque un poco incómodo porque no habían pasado más allá de las muestras de afecto normales—. Gracias por ser paciente conmigo

—Sigo esperando

—Acepto —sonrió con vergüenza porque jamás pensó que llegaría a una situación como aquella—. Acepto casarme contigo, Reborn —se levantó para acercarse al rostro del mayor y besarlo con dulzura—. ¿Mejor? —sonrió antes de darle otro beso casto

—Más o menos —Reborn sostuvo la nuca del castaño antes de profundizar aquel pacto mudo, de disfrutar de la dicha que no exteriorizaba

 

 

La noticia la dio el hitman al regresar a casa, después de todo, no iba a esperar ni un momento más para presumir su dicha. Aunque en realidad, la dio en la cena, que fue a la hora en que volvió junto con Tsuna y todos los esperaban con miradas meticulosas buscando algo extraño en su cielo, pero claro, como era la voluntad del castaño aún nada pasaba a mayores.

La sonrisa de Tsuna alivianó el ambiente mientras Reborn también tomaba lugar en aquella mesa, se hizo una plática normal y cuando les fue servido el postre, el azabache llamó la atención de todos y sonrió con superioridad, porque claro, estaba feliz.

 

 

—Me casaré con su cielo —amó decir eso y ver a todos soltar sus cubiertos, quedarse en blanco o con la boca abierta—, y como dicta la tradición…

—¡Reborn! —Tsuna intentó pararlo— Sé más sutil y no digas cosas innecesarias —mas, fue ignorado

—Nuestra boda será el 14 de febrero, justo un año después de que la doncella viera al hombre de su vida cuando el amanecer nacía —Reborn adoró mucho más decir eso con orgullo porque sí, podía sonar muy tonto, pero él adoraba pensar que desde ese punto se ató al castaño. ¡Qué cursi se había vuelto! Tal vez Tsuna le puso un hechizo, pero con el tiempo volvería a la normalidad, de eso estaba seguro… o no tanto, porque adoraba ver a Tsuna sonreír con los pequeños detalles que él le brindaba

—No tenías que decir eso —suspiró el castaño

—Juudaime —fue Hayato quien reaccionó primero— ¡Yo!… yo… —o tal vez no tanto

—Cálmense, chicos —rió nerviosamente al verlos a todos en shock. No quería más líos— esto…

—¡Felicidades! —fue Fuuta quien exteriorizó su… algo— ¡Felicidades a ambos!

—Tendremos una boda, ¡al extremo!

—Pobrecito kufufu… casarse con ese… —pero le dispararon, así que se calló—. Tranquilo, exarcobaleno

—No lo obligó, ¿verdad? —Hayato miraba a Tsuna con desesperación

—Claro que no, Hayato

—Entonces creo que todo está bien —sonrió Yamamoto mientras Gokudera volvía a respirar tranquilo—. ¡Será una fiesta enorme!

—La verdad no quiero que sea grande —Tsuna miró a todos en busca de apoyo, pero…

—Eso no puede ser, Tsunayoshi —sonrió Reborn—. Eres el jefe de la mafia más grande y poderosa, obviamente tu boda será un evento mundial. Todos asistirán

—Por favor no

—Quiere presumir, kufufufu —Nagi asintió en apoyo, todos pensaron lo mismo

—Intentaré que no sea así —Tsuna respiró hondo porque desde ya se sentía agotado— quiero algo sencillo

 

 

¿Sencillo? ¡Jamás! Mucho menos cuando Enma, Dino y hasta Iemitsu se enteraron. Los dos últimos armaron tal escándalo de modo que muchas familias ajenas a Vongola se enteraron de la boda venidera. Enma por su parte apoyaba la idea de Tsuna, una sencilla ceremonia parecía lo ideal para evitar inconvenientes dados por sus posiciones en la mafia. Nana llegó a felicitar a su hijo y al nuevo miembro de la familia, llegaba con ideas innumerables, con exigencias dadas por las bodas de ensueño que vio en reportajes, y al final… todo terminó por ser un festejo bastante grande.

Un caos, pero así era Vongola, nada podía ser normal cuando de ellos se trataba.  

Tsuna tuvo que soportar las súplicas de muchos aliados porque desistiera de esa boda, ignorar las protestas de su padre que quería evitar ese matrimonio, a quienes perseguían a Reborn en una súplica para que desistiera, y hasta enfrentó varias amenazas para que dejara en paz al mejor hitman –y por lo visto, el más deseado por las féminas en la mafia, incluso Bianchi estaba en contra en cierto punto–, pero al final, él estaba colocando el anillo en el dedo de Reborn, atándolo a su vida por siempre, disfrutando de saber que todos debieron callar sus protestas y él les ganó a todos. ¡Ahora el que reía era él! ¡Y nadie pudo evitarlo!

Nadie podía reprocharle el tener esos pensamientos de magnificencia después de haber soportado tantas tonterías por un mes entero. Se merecía sentirse superior a todos, aunque sea ese día. Nadie podía quitarle la sonrisa satisfecha cuando era Reborn quien le colocaba el anillo correspondiente mientras lo miraba con tanto amor y sonreía con sinceridad. ¡Nadie! Y quien quisiera hacerlo sería acabado por el hitman o por los guardianes del décimo quienes sólo deseaban la felicidad de su cielo.

Fue perfecto.

El matrimonio más esperado, pero menos deseado por ciertas personas, se dio un 14 de febrero, exactamente un año después de cumplir con aquella “leyenda” sin que siquiera el décimo se diese cuenta o que el propio hitman lo haya planificado.

Los dos hombres vestidos con smoking negro y camisa blanca que unían sus manos y permitían apreciar el brillo de las argollas de matrimonio, demostraban que en ocasiones las historias que parecen irreales o imposibles podían volverse realidad.

 

 

—Estás atado a mí para siempre — habían escapado del festejo y lo apreciaban desde el segundo piso, ocultos en un punto más o menos ciego debido a la carencia de luces encendidas

—Puedo declinar — Tsuna no podía ser más feliz en ese momento

—No te dejaré

—Y yo no desearía hacerlo — sonrió mientras se acomodaba en el pecho del azabache que lo abrazaba por la espalda

—¿Te he dicho que te amo? — su voz serena escondía la felicidad y la incomodidad por estar pronunciando aquello que dijo una sola vez, pues fue un “te amo” el gran discurso que dio como sus votos matrimoniales. Sólo dos palabritas sencillas que seguramente no complació a los asistentes que esperaban una oratoria en donde él expresaba lo inmensamente enamorado que estaba –obviamente el hitman no iba a decir semejantes tonterías en un evento como ese–, pero fueron esas cortas palabras que Tsuna supo apreciar sin protestar

—No — sonrió porque tenía el privilegio de escuchar de nuevo aquello, las palabras que tanto deseó que le dijeran desde hace tanto

—Te lo digo ahora — escondió su rostro en el cuello del castaño y continuó — Te amo

—También te amo, Reborn —buscó la mano ajena y la apretó—. No te fuerces a decirlo si te sientes incómodo

—Sé más egoísta o sufrirás —entrelazó sus dedos con los ajenos y suspiró— pero mientras yo pueda, evitaré que lo hagas

—Aún si sucede —murmuró sintiendo el beso en su mejilla—, te seguiré amando

—¿Por qué debes ser tan… tú? — protestó en voz baja

—Porque no puedo evitarlo

—Eso me gusta —sonrió satisfecho por esa corta respuesta

—Eres de los pocos a los que les gusta —fue tarde cuando Tsuna se dio cuenta de que no debió decir aquello. No. Olvidó que Reborn podía ser un celoso peligroso

—¿Quién más? —frunció su ceño y abrazó posesivamente a su cielo. Nadie más que él podía apreciar el encanto que Tsuna tenía

—Si te lo digo harás cosas exageradas —rió nervioso porque no sería la primera vez. Byakuran lo certificaba—, así que prefiero que todo se quede así

—Ahora me lo dirás, Tsuna — su voz tomó un tono amenazante.

—No

—Te lo sacaré a la fuerza

—Aprendí muchas cosas de ti… Una de ellas es mantener la boca cerrada bajo cualquier circunstancia —sonrió divertido porque los celos de Reborn eran adorables de cierta forma extraña

—Hum —sonrió de lado mientras giraba al castaño para mirarlo a los ojos y besarlo delicadamente—. Aun no sabes qué estrategias puedo usar para interrogarte

—Estoy listo para eso —dictó orgulloso

—Tsunayoshi —advirtió mientras sujetaba esas mejillas entre sus manos— ¿Olvidaste que estamos casados? —llegó la hora de la diversión

—Y eso qué tiene que… —Tsuna se detuvo cuando entendió algo muy importante. Algo que había dejado de lado. ¡ESE ALGO! —. No te refieres a… — rió nervioso y retrocedió un paso

—Que empiece el interrogatorio —sin darle oportunidad de escapar, lo tomó del brazo y procedió a subirlo a su hombro para cargarlo como a un costal

—No… ¡Reborn! —se quejó cuando su intuición le dictaba que estaba a punto de disfrutar algo doloroso—. De-detente… ¡No te atrevas a…!

—El acto marital te encantará… —sonrió con malicia—, y de paso te demostraré que sí puedo sacarte información de cierta forma bastante personal que sólo aplicaré contigo

—No —sintió pánico, ansiedad y también un cosquilleo en su vientre bajo mientras pataleaba para que lo soltasen— ¡Aún tengo que despedir a los invitados!

—Déjale eso a Hayato… Nosotros estrenaremos nuestra nueva habitación insonorizada

—¡Tengo una reunión importante mañana! ¡Exijo que me bajes! — golpeó la espalda del mayor

—Esa excusa no te servirá de nada. Cancelé tu itinerario de esta semana

—¡Reborn, es en serio! No seas bruto — dudó en decir aquello al sentir como los dedos de su esposo se incrustaban en sus muslos causándole escalofríos — ¡Reborn!

—Esperé mucho por esto, Tsuna… No pienso detenerme

—Oh no —murmuró apretando el traje de Reborn y poco a poco dejando de patalear— en serio… No te pases —tenía miedo de lo que pasaría esa noche

—No te escucho

—¡Reborn!

—Guarda energías para el resto de la noche, mio piccolo marito

¡Oka-san me estará buscando! — intentaba buscar alguna cosa que lo ayudara a escapar, aunque estaba claro que eso sería imposible

—Acabas de hacerme recordar el deseo de tu madre, Tsunayoshi —rió bajito— hay que darle una linda copia tuya

—¡Sabes que eso no se puede! ¡Soy un chico, por dios!

—Al menos lo podemos intentar con empeño

—¡Reborn! ¡Bájame ya!

—Cuando lleguemos a nuestra habitación, lo haré

 

 

El cielo aprendería que mantener su boca cerrada en cuanto a ciertos detalles se refería, era lo mejor. Aunque también aprendió que entregar un chocolate de amor no era imposible.

 

 

FIN.

 

 

Notas finales:

¡Adoré escribir este capítulo!

No saben cómo me estoy riendo XDDDDDD

Espero que ustedes también lo hayan disfrutado… y, aunque son cuatro días antes de San Valentín, les deseo que el amor llegue a sus vidas (No como la ficker que vive sola con su soledad XD, pero no es como si le importe mucho XDDD)

Gracias a R27 fan club (the chaos club) por organizar este concurso, porque fue como un detonante para mi imaginación. Y si lo publiqué de una sola vez era porque si no después se me va la inspiración y romanticismo -o un intento de eso XD-

Muchos besos~

Muchos abrazos~

Muchos chocolatitos imaginarios~

Por si las dudas, aclaro que:

  • Esto no tiene m-preg puesto que se supone una continuación del universo cannon
  • Sí… lo que insinué fue un 1869 (a que no se lo esperaban)
  • No haré lemon porque no creo ser capaz de hacerlo y además arruinaría el fluff de la historia
  • Nana adora ver el mundo arder
  • Krat no puede creer que pueda hacer un fluff de este tipo si también hace una historia violenta y angustiante… qué cosas, ¿no?
  • La leyenda o tradición es real. En Italia se la practica, eso según google
  • Lo del bebé se los dejo a su consideración (aunque yo me inclino por el vientre de alquiler :v), pero fue la excusa perfecta para el miniReborn XDDDDDD

 


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