"El cocinero"
Si bien su tiempo se había adelantado, podía disfrutar de gran comodidad al cambiar a cada uno de los restantes, pues Yesung tenia grandes métodos y avances con el menor, su primo ayudo enormemente con Henry y solo le quedaban 4.
2 fieras, un conejo y un mmm infantil chico...
Tao vez no era necesaria la fuerza, castigos y ese tipo con el pelirrojo, pero este había sentenciado su forma de trabajar al susurrar un:
"Vete a la mierda"
Si bien, el le hizo enojar al quitarle sus peluches, no era para que el enano se molestara.
âš«âš«
Durante 3 días seguidos el pelirrojo suplico por sus peluches, hizo berrinches no muy propios de un príncipe y finalmente exploto.
Si bien Kangin le considero solo un "conejo" este era una bestia al enojarse incluso peor que sus hermanos.
Estos se encontraban en la sala cuando eso ocurrió.
-Basta!- Grito de la nada el pelirrojo.
-¿Eh?- Pregunto Kangin leyendo un libro en voz alta en el que repetía que cada persona especializada en su área, sabia que hacer y que no, eso era para que el enano entendiera que no podía andar por ahí fastidiando a los pobres cocineros.
Días antes ya había pedido mil disculpas a estos, con tal de recuperar su jirafa de peluche, pero por obvias razones y siendo de gran ayuda dicho peluche, no lo regresaría hasta terminar con el.
Seria solo 1 semana..
-Que ya me fastidio tu voz, estar contigo, estar aquí perdiendo el tiempo, juro que no pondré un pie de nuevo en la cocina, por mi se pueden morir los malditos chismosos y llorones cocineros.- Dijo cambiando su semblante.
No pudo evitar soltar la carcajada al ver enojado al pequeño, se veía tierno..
El mas pequeño levanto una ceja y sonrió de lado.
-De verdad no me hagas enojar hyung, ya tuve paciencia contigo.- Repitió negando con la cabeza.
-Mira enano, tienes que cambiar tu actitud, no eres para nada un buen príncipe.- Aclaro Kangin.
-Me importa una mierda si soy o no príncipe, solo quiero mi herencia y ser chef de mi propio negocio, no quiero lujos, no quiero esta vida y no quiero verlo a usted, es demasiado gordo para mi vista.- Agrego con seriedad.
-Usted ya me tiene hasta la ****, Y me regresara a mi bugsi antes de irse a la ***** y mucho mas lejos de ahí, cuidado y me vuelva a hacer ***** porque le partiré su ****..¿Ok?- Susurro irritado.
Kangin abrió enorme los ojos ante lo que escuchaba.
-Usted desea que deje de causar problemas, lo único malo en mi es que molesto a los chefs así que he prometido no entrar de nuevo a ese lugar, punto, su tarea a terminado conmigo ¿Estamos?- Pregunto tonando con fuerza el cuello de la playera de Kangin.
Este seguía estático.
-Appa Kangin me dejo libre..¿Puedo comer helado? - Pregunto con un puchero abrazando al recién llegado.
El abrazo fue correspondido por Shindong.
Antes de irse, el pelirrojo tomo al peluche y susurro.
-Gracias por su amabilidad al cuidarlo, ahora sera mio de nuevo.- Agrego apretando este con una enorme y bella sonrisa mientras su mirada expresaba todo lo dicho a solas y por obvias razones pedía silencio.
-Me voy..-Susurro besando la mejilla de Shindong.
-Es un amor..- Susurro con una sonrisa el rey mientras lo observaba irse.
-S...Si..- Susurro Kangin aun en shock.
-Con el seguro terminas antes..es muy obediente y respetuoso..- Susurro Shindong con una sonrisa.
-¿Usted alguna vez le ha visto ..- Intento preguntar pero el pelirrojo regreso.
-Olvide esto..- Susurro agarrando lo primero que vio, mientras a espaldas del rey amenazaba con señas a Kangin.
El rey volteo a ver a Ryeo y este sonrió.
-Estaba viendo si pintaba la pluma..- Fingió rayar su mano mientras hacia pucheros.
-Dios se apiade de sus hijos rey.- Se dijo internamente Kangin
-¿Cuando termitas con el?- Pregunto Shindong.
-Ya terminamos ¿No?- Preguntó inocente Ryeo hacia Kangin.
-S..Si ya termine con su hijo mi rey.- Agrego sin quitar su vista del pelirrojo.
-Mis cosas.- Ordeno entre dientes.
-En el sótano..-Susurro Kangin y Ryeo levanto una ceja.
-¿Debo ir yo por ellas?- Pregunto apretando los dientes.
-Mas tarde las subiré yo.- Aseguro Kangin pasando saliva.
-Gracias, usted es un amor.- Dijo riendo.
-Bueno veo que se llevan muy bien, debo ir a ver a Kyu, espero ya pueda comenzar con Leeteuk pues es uno de los mas difíciles y debe estar corregido para la gala el siguiente sábado, no pido que al 100% pero si que su actitud cambie como la de Kyu.- Pidió Shindong.
-Trabajaré en ello mi señor, le pediré a Yesung sus métodos para corregir a Teuk con la misma velocidad.- Aseguro Kangin.
-Pues te dejo, tiene tiempo que no veo a Kyu.
-Ryeo debes estudiar, o s padres de Siwon desean conocerte al igual que a Sungmin, ambos deben causar buena impresión tanto con padres como con su hijo- Pidió el rey.
-¿Pero Kyu es su prometido no?- Pregunto el pelirrojo.
-Ese mocoso lleva huyendo de mi desde aquella cena, dudo que acepte si quiera hablar con Siwon, así que deseo Soo causar buena impresión, ya el futuro decidirá quien se queda con ese rey.- Aseguro Shindong.
-iré con Kyu.- Recordó Shindong nuevamente y se fue.
-Yo también te dejo hyung..- Agrego con una sonrisa el menor.
-Maldito mocoso..- Agrego enojado Kangin mientras tomaba una foto de su siguiente objetivo.
-Vas tu..- Susurro acariciando la foto.
âš«âš«
-Hyung dejemos los libros..- Pidió el castaño muy cerca del rostro del contrario.
-Ok ok..- Susurro divertido el pelinegro.
El castaño unió sus labios a aquellos a los que se había hecho adicto.
El beso que comenzó leve, se intensificó un poco.
Los s libros que antes se encontraban en la cama, terminaron en el suelo.
Y aquellos que estudiaban terminaron en la cama.
Yesung sostenía al menor de la contera mientras este aferraba sus brazos a su cuello, impidiéndole despegarse ni un poco.
Si bien, estas no eran sus intenciones y su interior gritaba que debía deterse, no podía hacerlo.
Introdujo lentamente sus manos bajo la playera del castaño, quien al sentir su tacto, soltó un leve gemido.
âš«âš«
-Tocas pésimo..- Se burlo un pelinegro del profesor de musica.
-¿Eh?- Pregunto con una ceja alzada.
-Le enseñaras a mi hermano, pero eres pésimo.- Ataco con su lengua afilada.
-Tal vez debas venir a mostrarme como lo hace un experto.- Susurro rodando los ojos.
-Claro, pero no puedo hacerlo gratis.- Dijo caminando con fiereza hacia el.
-¿Qué es lo que deseas?- Preguntó.
-Salir.- Dijo simple.
-¿Qué?- Pregunto sorprendido el chino.
-De estos muros, idiota, ni que tuvieras tanta suerte.- Dijo con una mueca.
-¿Porque yo? ¿Y tus amigos?- Pregunto confuso.
-Son unos idiotas que Solo dicen tonterías, aunque los últimos dijeron que era muy creído y prepotente, pero dios, soy un futuro rey y mas que eso soy perfecto.- Se alago así mismo.
-Ante todo, la bondad.- Dijo burlón el chino.
-Te espero mañana a las 8, si no vienes, consideraré despedido.- Amenazó mientras colocaba sus dedos en el piano.
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