Ya había transcurrido la clase, ya todos mis compañeros guardaban sus cosas así como yo también lo hacía de la forma más rápida que podía para no llegar tarde al hospital, cuando siento vibrar mi teléfono, extrañado que alguien me llamara, reviso y era el número de la guardería y de inmediato conteste.
-Bueno, habla Naruto- mi voz se escuchaba algo ansiosa y preocupada por lo cual creo que los compañeros que todavía se encontraban en el salón comenzaron a mirarme.
-Naruto, habla Hinata, hablo para informarte que Hiroshi está con mucha fiebre necesitamos que venga de inmediato para que lo lleve a un hospital- las palabras de Hinata me alteraron, un sudor frio comenzó a recorrer mi frente.
- Enseguida voy para allá- colgué el teléfono y como loco metí lo restante de mis cosas a mi mochila, y Salí corriendo, pero como siempre en estos casos de emergencia siempre me pasa algo que me quite el tiempo, choque como alguien y tire sus cosas, me levante rápidamente y comencé a correr, no sin antes gritarle a la persona un lo siento a lo lejos.
Tome un taxi saliendo de la universidad y le indique la dirección, no tardó mucho en llegar a la guardería en donde Hinata ya me esperaba con Hiroshi en sus brazos, pedí al conductor que no se fuera y corrí en dirección a mi hijo, lo tome entre mis brazos y sin despedirme de Hinata subí de nuevo al taxi en donde indique el nuevo destino que era el hospital en donde trabajaba.
...
-¡Abuela Tsunade!- llegue gritando al hospital, todos me miraban como no entendiendo, hasta que una de las enfermeras que me conocían, llego rápidamente a mí y al ver a Hiroshi me lo retiro de los brazos y me pidió que esperara en lo que lo atendían en urgencias, yo no pude quedarme quieto y corrí hacia la oficina de la abuela, en ella era la única que confiaba para que atendiera a mi hijo. Llegue a ella y sin importar nada, entre a la oficina sorprendiendo a su habitante.
-Naruto, ¿Qué demonios te pasa?-la abuela se me quedo viendo enojada por interrumpir en su oficina, se levantó y con paso decidido a darme un buen golpe se acercaba a mí.
-Es Hiroshi, esta con mucha fiebre y creo que deshidratado- con eso la abuela se detuvo y apartándome del camino se dirigió con paso veloz a la zona de urgencias. Yo por el momento no podía entrar no estaba con mi uniforme como para que me permitieran el acceso, así que decidí que tenía que quedarme en la sala de espera, para que me dijeran como estaba mi pequeño.
Pasaba el tiempo y no salían a decirme nada, eso me recordaba a la misma escena que pase hace casi 6 meses con ino y eso me aterraba, y si pasaba lo mismo y si perdía a mi pequeño.
-Naruto, ven un momento- era la voz de la abuela Tsunade que en ese momento se acercaba a mí, me levante de mi lugar y la seguí a la oficina. En todo el trayecto no me había dirigido la palabra por lo cual me sacaba más de nervios.
Llegamos a la dichosa oficina y con una indicación de mano, me invito a tomas asiento, y así lo hice.
-¿Cómo está Hiroshi?- mi voz estaba ansiosa y mucho, la abuela me miro muy seria, pero luego coloco en sus labios una tenue sonrisa.
-Tranquilo, Hiroshi estará bien, solo tiene una fuerte infección en vías respiratorias, lo tendremos en observación unos días hasta que esté en las condiciones adecuadas para que sea recibido en la guardería y así tú no pierdas clases.
Un gran peso se quitó de mi alma, por un momento creí que le perdería, creo que soy un exagerado pero la salud de Hiroshi es algo frágil y enferma con facilidad, creo que soy demasiado protector con él.
Me explico cuál sería el tratamiento y cuales serían los cuidados que tenía que llevar acabo Hiroshi, todo al pie de la letra tenía que seguir las indicaciones para que no fuera a recaer ante la infección.
Ya más tranquilo me dirigí al checador del hospital, en donde me informaron que una de las enfermeras había checado por mí ya que se había enterado de la condición de mi pequeño, agradeciéndole me dirigí a los vestidores y ya una vez cambiado me dirigí a realizar mis labores no sin antes pasar a ver a mi bebé.
-Hola mi niño, ¿cómo te sientes?-era tonto que le preguntara eso a mi hijo, si sabía que no me respondería, pero sus grandes ojos del mismo color de su madre me miraban profundamente, yo solo le sonreía, creo que intentaba decirle que todo estaría bien, comencé a acariciar sus cabellos rubios y poco a poco fue quedando dormido. Antes de retirarme a mis labores acomode la mascarilla que tenia por el momento y con la afirmación de la enfermera que estaría al pendiente de él me retire.
...
Ya había amanecido y me había quedado a dormir en el hospital para estar al pendiente, me di una ducha rápida en los baños de los residentes y me vestí con la ropa de repuesto que siempre tengo en mi casillero, pase de forma rápida a ver a mi pequeño y me dirigí a la universidad.
Al llegar algunos de los chicos se acercaron a mí para preguntarme si todo estaba bien, ya que por la llamada que había recibido había salido alterado y empujando a medio mundo, a lo cual yo solo les respondía que había tenido problemas en casa y que eran urgentes de atender, sin insistir más seguimos platicando de cosas triviales hasta que comenzaron de nuevo las clases.
Todo transcurría de forma normal, incluso la clase del profesor Uchiha, aunque tenía el pequeño presentimiento que me miraba demasiado pero bueno puede ser mi imaginación.
Sonó el timbre que daba por terminada la clase, me levante rápido ya con cosas guardadas para poder salir rápido hacia el hospital pero la voz del profesor me detuvo.
-Joven Uzumaki, donde cree que va tan deprisa- con paso algo temeroso y ansioso por irme me acerque al escritorio en donde todavía se encontraba y me plante frente a él.
-Tal parece que ayer tenía algo importante que hacer, que no se dio cuenta que corría por los pasillos aventando a medio mundo, y uno de ellos fue a mí que al parecer fui el único que salió con algunos raspones- me quede frio y creo que palidecí ante la noticia de que la persona que había tirado tenía que ser justamente el más estricto de todos los profesores.
-Yo realmente lo siento, tenía que irme, era una urgencia- hice una profunda reverencia como disculpa, y no la levante por unos segundos en los cuales seguía repitiendo un &lo siento&
-Tranquilízate, solo espero que no se repita porque alguien más puede salir lastimado si sigues corriendo así, además no te estoy reclamando, si no que ayer al parecer no te diste cuenta pero se te cayo esto- alce la mirada para encontrarme con un manojo de llaves que de inmediato reconocí como las de mi hogar, al no haber llegado a casa no había notado su ausencia, las tome y las guarde en mi mochila.
-Muchas gracias, no me había dado cuenta- con una nueva reverencia me retire, ahora caminando de forma rápida, para llegar lo antes posible al hospital, pero podía sentir la penetrante mirada de mi profesor que seguía mis pasos hasta que me perdió de vista.
...
Había pasado un par de días y Hiroshi ya estaba dado de alta y de nuevo en la guardería y yo bueno yo me encontraba muerto en vida, la razón, el único que había dejado infinidad de tareas era el profesor Uchiha, y eso que solo era la primera semana de clases.
-¿Que pasa Naruto, por qué tan apagado?- era kiba que se acercaba a mi banca en la cual me encontraba recostado.
-Solo estoy cansado, no me acostumbro aun a este nuevo ritmo de vida que llevo- los tres chicos que se encontraban a mi alrededor me miraron algo dudosos.
-Haces algo aparte de venir a la escuela Naruto- era sai el que hablaba en esta ocasión, todos de nuevo me miraron.
-Sí, trabajo en un Hospital como camillero, y más aparte las tareas de aquí más otras obligaciones que tengo en casa, pues digamos que prácticamente no duermo- todos me miraron sorprendidos o eso creo porque en ese momento comenzaba a cerrar mi ojos para quedar profundamente dormido.
...
No sé cuánto tiempo me quede dormido, pero solo a la distancia escuchaba una voz que me llamaba.
-¡Joven Uzumaki!, si no le interesa mi clase se puede retirar de ella- el profesor grito mi nombre lo que ocasiono que saliera de mi sueño, y ahora totalmente despierto por el susto de su grito cerca de mi oído me puse pálido.
-Yo lo siento no era mi intensión, prometo que no volverá a pasar- creo que mi mirada de súplica total esa que por lo regular no falla y no fallo, sin decir nada, regreso a su escritorio a seguir con la clase.
Al finalizar de nueva cuenta me dirigía ya a la salida del salón, pero la mano del profesor Uchiha me detuvo.
-Joven Uzumaki, lamento decirle que a cambio de que lo deje en clase tendrá que hacer algunos trabajos para mí, en estos días le estaré informando de que se trataran y para cuando los requiero, espero que con esto ya no se duerma en clase- sin dejar que dijera algo se marchó con su típica pose recta y esa sonrisa que al parecer se estaba burlando de mí, sin más me retire de la escuela despidiéndome de paso de mis compañeros.
Llegue al hospital y realice mis labores pendientes de ese día, así como la inscripción para los cursos para el área de rehabilitación, un día muy movido, pero la jornada se pasó rápida. Pase a despedirme de la abuela Tsunade y me dirigí a recoger a Hiroshi.
Al llegar mi pequeño me recibió con los brazos abiertos, lo cargue y lo bese en su pequeña y regordeta mejilla, tapándolo muy bien salimos con dirección a una tienda a comprar algunas cosas que le hacían falta y algún dulce por sus recién cumplidos 6 meses.
Pero nunca me di cuenta que alguien a la distancia me había visto con mi pequeño en brazos.