Ya habían pasado algunas semanas de mi entrada a la universidad, Hiroshi ya se encontraba totalmente repuesto y con más energía que nunca, mis clases en el hospital ya habían terminado y ahora ya podía dar algunas terapias por mi cuenta lo cual me tenía muy feliz, aunque seguía cumpliendo en mis tiempos libres o cuando no había personal las actividades de camillero y la universidad con más trabajos que nunca, por la simple razón de que me sigo durmiendo en clases, así que en vista de mi agotamiento logre llegar a un acuerdo con el profesor Uchiha, explicándole mi situación del trabajo logre que no me sacara de la clase, pero mis castigos siguen siendo los múltiples trabajos que me deja, así que solo los fines de semana tendría para descansar, pero no, por lo regular salgo con Hiroshi al parque un rato y de ahí sigo haciendo mis deberes de la escuela, como lo es hoy.
-Hiroshi, te apetece comer un poco de papilla- me encontraba ya en casa, después de hacer las compras y pasear un rato con mi pequeño, mi bebé solo movía sus manitas de un lado a otro y balbuceaba algunas cosas que solo él podía entender, comencé dándole un poco de papilla de verduras, la cual no le gustaba mucho su sabor. Al terminar de darle de comer termino todo sucio, lleno de papilla que hasta a mí no se me antojaba comer.
Le cambie de ropa así como de pañal y después de un rato logre que tomara su siesta de la tarde, a lo cual aproveche a terminar trabajos que tenía pendientes. Así era mi vida de la casa a la escuela de ahí al trabajo y de nuevo a llegar a la casa a pasar un rato con Hiroshi y no dormir por terminar mis tareas, pero no me quejo, es lo que elegí para poder darle lo mejor posible.
El fin de semana había terminado rápido y logre descansar un poco más, los días de la semana pasaban rápido entre tantas cosas y castigos por resolver, pero aún tenía la sensación de que cada vez que yo salía con mi pequeño, alguien me observaba, lo cual últimamente me ha tenido algo nervioso, pero ahora que lo pienso solo puede ser el estrés de mi vida que se vea reflejada un una paranoia mía.
….
-Bien joven Uzumaki, se ha quedado dormido de nuevo, y la verdad ya no se me ocurren trabajos productivos para usted, así que no sé qué haga pero si quiere que no lo saque de mi clase y su record de asistencia se vea afectado, tendrá que pedir permiso en su trabajo para que le den oportunidad de faltar ya sea un día o que le permitan llegar tarde a su empleo, ya que de ahora en adelante digamos que será mi asistente, por cada llamada de atención serán horas de su tiempo ayudándome, así que piénselo ya está advertido- con esto último de nuevo me quede solo en el salón, como le haría para poder cumplir con esos castigos, porque de algo estaba seguro, y eso era de que seguirían siendo igual de seguidos que antes.
Llegue al hospital algo decaído y antes de comenzar mi trabajo decidí hablar de una vez con la abuela Tsunade, llegue a la oficina, toque la puerta y con el permiso de ella entre, me senté en una de las sillas y comencé a relatarle todo lo que me había dicho el profesor Uchiha.
-Naruto, regresa a la hora de tu salida y te digo que haremos para esos casos, tengo que pensar cuál es la mejor estrategia para que no te afecte tanto a ti ni a tus labores- Salí de su oficina, y continúe con mi jornada, el día de hoy había mucho movimiento, el porqué era simple, había una fuerte tormenta, lo que había ocasionado múltiples choques, yo corría de un lugar a otro, trasladando a pacientes a los diferentes servicios, para que los atendieran, pero llego un joven en estado crítico, tenía 26 años que había sufrido un accidente automovilístico y sus heridas según el reporte eran graves ya que por proteger a su pequeño hijo de 3 años el resulto con las mayores lesiones y así fue como lo encontraron, abrazado a su hijo que lloraba asustado, era una intervención quirúrgica, pero antes de que llegáramos al quirófano sufrió un paro cardiaco, de inmediato lo lleve al carro rojo más cercano y vi cómo tanto doctores como enfermeras intentaban regresarlo, pero después de varios intentos y agotando todos los medios posibles no lo lograron, yo me quede helado, era la primera vez en esos meses que veía como ante mis ojos un ser humano fallecía, no resistí ver el cuerpo que hasta hace unos minutos respiraba, latía… estaba vivo, entre en pánico y me dirigí a uno de los balcones y comencé a llorar, muchas cosas llegaron a mi cabeza en ese momento, desde el amor tan grande de ese hombre para salvar a su hijo, así como la pregunta de, ¿Qué le pasaría a Hiroshi si algún día me sucediera lo mismo?, tenía miedo, no por mí, sino por que dejaría solo a Hiroshi, nunca se sabe en qué momento me podría pasar algo.
Continúe un rato más ahí hasta que una mano me regreso a mi realidad, era la abuela Tsunade que me veía compasiva y me abrazo, llore un rato en su regazo hasta que logre calmarme de nuevo.
-Sé que es impactante Naruto, pero así es la vida tan efímera como un suspiro, entiendo tu reacción, la mía fue igual la primera vez, pero te repondrás ya lo veras- con una caricia en mis cabellos, logre entender que tenía razón, quisiera o no tenía que seguir y no dejarme impactar por este suceso, algo cruel pero tenía que superarlo.
-Te vengo a decir que ya pensé sobre tu situación, así que cuando llegue el momento que tengas que faltar, solo se te quitara el bono de puntualidad, así no se verá tan afectado tu sueldo- esa noticia claro que me alegro, en caso de faltar prácticamente tendría el sueldo que tenía antes con todo y bono así que podría sobrevivir con eso.
-Gracias abuela Tsunade, pero tengo una duda, ¿Por qué desde que me conoce, me ha ayudado tanto?- ella me mira algo desconcertada por mi pregunta, pero era algo que me rondaba por la cabeza desde hace mucho, ya que uno no va por la vida ayudando a la gente como ella lo había hecho conmigo.
-Sabes, yo tenía un hijo, era muy varonil e inteligente, pero… un día igual que hoy, en el que él iba con su familia, su auto se derrapo en la carreta y se volcó, el junto con su esposa y mi nieto perecieron en el accidente, aunque el único cuerpo que no se logró encontrar fue el de mi nieto, los peritos concluyeron que ante el pequeño tamaño que tenía, ya que era un pequeño de menos de un año, pudo a ver muerto quemado en el auto, pero tu Naruto me recuerdas tanto a mi hijo, que creo que por eso nació la necesidad de ayudarte- la mire sorprendido pero mi curiosidad había sido saciada, con paso lento regresamos a realizar nuestros pendientes.
Salí del hospital y fui por Hiroshi, en el camino a casa, seguía meditando lo sucedido el día de hoy, siempre con la mirada fija en mi pequeño que iba en mis brazos jugando con su mordedera, y fue ahí que me prometí que de ser necesario, daría mi vida por mi pequeño Hiroshi.
Seguí caminando un poco más, pero la insistente sensación de que alguien me seguía perduraba en mí, y ahora con mayor intensidad, apresure mi paso hasta que llegue a mi casa, entre y cerré con pasador, pero aun así sentía esa angustia, por lo cual me asome por la ventana y logre ver un auto negro que se estacionaba enfrente de mi casa y pocos minutos después seguía su camino.
Tenía que tener cuidado, ya que ese auto no me daba buena espina para nada, pero por el momento solo me tenía que enfocar en cenar junto con Hiroshi para que ya fuera a dormir, hoy había sido un día muy cansado, y solo quería dormir sintiendo el calor de mi pequeño junto a mí.