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Detras de una Promesa por Maria-sama

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Ya habían pasado algunas semanas desde que comencé a &ayudar& a Uchiha-sensei, no era lo que me había imaginado, a diferencia de cuando estaba en clase, que era estricto y más serio que nadie, en su oficina era una persona, un poco menos formal, como relajado, pero claro también era arrogante y creo que un poco narcisista, pero lo que más me sorprendió fue el día en que lo vi sonreír por primera vez.

Flash back

Me encontraba en la oficina, realizando uno de los tantos pedidos que me había encargado Uchiha-sensei, el cual consistía en acomodar los diferentes libros que tenía regados en su respectivo lugar lo cual era bastante pesado ya que prácticamente tenía una biblioteca personal, con una escalera colocaba los libros que ibas en la parte más alta, cuidando de no caer en el intento, ya casi estaba por terminar cuando, el sensei entro de improvisto a la oficina, lo cual hizo que de la sorpresa o mejor dicho del susto, cayera trayendo conmigo algunos libros que fueron a parar justo en mi cabeza, quedando al final sepultado entre libros y con un gran dolor de cabeza.

-Naruto ¿te encuentras bien?- me ayudo a levantarme quitando libros que se encontraban sobre mí, pero cuando retiro uno de ellos, algo cayo de él.

Lo tome y al verlo descubrí que era una fotografía, en donde se encontraba una hermosa mujer muy parecida a Uchiha-sensei, así que deduje que era su madre. El sensei la tomo de mis manos y la quedo mirando un rato y fue ahí donde una tenue y nostálgica sonrisa se posó en sus labios, me quede un poco impactado pero bueno era normal al final seguía siendo humano.

-Ella es mi madre, es la última foto que le tome- en ningún momento separo la mirada de la foto, yo dudaba en que decir.

-Es muy hermosa, y ¿dónde está ella?- su sonrisa desapareció en el momento en que termine mi pregunta, y por fin alzo su mirada.

-Ella falleció cuando yo tenía 16 años, falleció junto con mi hermano que estaba por nacer- por un momento me sentí identificado, ese escenario hasta cierto punto se me hacía familiar, me apene de haber hecho esa pregunta tan íntima y dolorosa para él.

-Yo, lo siento mucho no tenía por qué preguntar algo tan íntimo… auch- al momento de hacer mi reverencia el fuerte dolor de mi cabeza hizo que me detuviera a la mitad.

-No tienes por qué disculparte, además yo también me disculpo por mi culpa te caíste y te hiciste daño, así que será mejor de té retires a tu casa a descansar- se sentó en la silla de su escritorio para seguir revisando algunos documentos de la escuela y algunos documentos de casos que llevaba, ya que a su corta de edad de 24 años era uno de los mejores abogados de la ciudad.

-Gracias, pero antes de retirarme le puedo pedir un favor- me miro esperando a que continuara hablando.

-Me gustaría que de ahora en adelante me llamara por mi nombre- me miro algo ¿sorprendido? Por mi petición pero con una sonrisa arrogante como son la suyas acepto, pidiéndome que yo también le llamara por su nombre aunque con el sensei al último, y con todo arreglado me retire por mi pequeño

Fin del Flash back

Estaba recogiendo mis cosas para ir directo al hospital, cuando el celular de Sasuke-sensei comenzó a sonar, por un momento parecía que la conversación era normal, pero de un momento a otro, solo escuche como a paso rápido salía del aula y comenzaba a alzar la voz, al parecer discutía con alguien por el celular. Sin darle realmente importancia me dirigí al hospital, justo cuando entraba una fuerte tormenta se soltaba, igual que la vez pasada, lo que era seguro eran lo múltiples accidentes por la misma.

Por un par de horas el trabajo estuvo tranquilo, al parecer me había equivocado, pero al paso de otra media hora, llegaba el reporte de un accidente en donde uno de los conductores se encontraba con fracturas expuestas en piernas, aparentemente también tenía fractura de algunas costillas y múltiples contusiones.

De inmediato corrí a la entrada de urgencias para poder hacer el traslado, a lo lejos logre escuchar cómo se acercaba la ambulancia, hasta que llego a donde estaba, de forma rápida lo bajamos de ella y cuando me disponía prácticamente correr para que lo atendieran, mire su rostro y cuál fue mi sorpresa en encontrarme ahí, totalmente inconsciente.

-Sasuke-sensei- mentiría si dijera que no me afecto, claro que sí pero reaccione a tiempo y ahora con mucha más velocidad lo conduje al quirófano en donde ya lo esperaba el ortopedista para realizar la cirugía pertinente y poder colocar los huesos en su lugar, me quede en la parte externa, y pedí a uno de los enfermeros que en cuanto terminaran me avisara, me miro algo confundido, pero con mi respuesta de que es conocido mío, accedió a darme la información.

Me retire a cumplir con mis deberes, pero la preocupación estaba ahí, en mi pecho, la razón, no tenía ni idea cual era, probablemente era porque le conocía, era mi maestro o simple, ante tanta convivencia y que hasta cierto punto me ha dejado conocerle más, me encariñara con él o le tuviera algún tipo de aprecio.

Justo cuando terminaba mi turno, el enfermero me avisaba que la operación había sido un éxito que lo habían trasladado a recuperación y que probablemente mañana lo colocaban en alguna habitación, aunque lo siguiente que me dijo me dejo algo alterado.

-Naruto, tengo que decirte que sus fracturas fueron graves y dañaron algunos músculos, por suerte los nervios se salvaron, pero lo más seguro es que después de que cierren sus heridas y que el hueso se solidifique de nuevo, no podrá caminar de inmediato, así que necesitara todo tu apoyo tanto como amigo que supongo que eres de él, así como en su rehabilitación, será necesario para que no queden secuelas en él y pueda caminar lo más pronto posible.

Como en ese momento no estaba consciente y no se tenía permitido las visitas, me fui del hospital por mi pequeño, que ya me esperaba en la entrada de su guardería, al verme me extendió sus manitas y yo lo cargue con una mano para poder sostener el paraguas con la otra, camine unas cuadras y logre tomar un taxi que me dejo en la entrada de mi departamento, entre a este y coloque a Hiroshi en si pequeño corral que recién le había podido comprar, por costumbre desde aquella vez, me asomaba a la ventana para verificar que nada sospechoso pasar, y de hecho ya no había vuelto a ver el auto, claro está hasta el día de hoy que ante la tormenta se detenía de nuevo enfrente, se quedaba unos minutos y arrancaba de nuevo.

Eso ya era demasiado sospechoso, así que estaba decidido a reportarlo a la central de policía para que tuvieran vigilada la zona, ya que con tanta inseguridad que hay hoy en día nunca se sabe con qué intensiones se te acerque la gente.

Sin ya darle más vueltas al asunto, cargue de nuevo a Hiroshi y le comencé a dar su biberón, mientras lo arrullaba, cuando ya llevaba la mitad de leche comenzó a quedar profundamente dormido, aunque su reflejo de succión seguía presente devorando su comida, después de muchos minutos logro terminarla así que con mucho cuidado le saque el aire y lo acomode para que durmiera.

Comencé a hacer mis tareas, pero la preocupación del estado de sensei me tenía inquieto creo que más que el tema del auto negro o de mi psicosis de persecución. Termine todos mis pendientes a altas horas de la madrugada cuando por fin me dispuse a dormir, aunque la verdad esa sensación de angustia por el sensei evito que realmente descansara, quería que fuera de mañana para que así llegara la tarde y poder saber su estado, saber que él ya se encontraba totalmente fuera de peligro y claro despierto para poderle ver.

Pero nunca me di cuenta que el auto negro había regresado y que ahora no solo se había quedado enfrente de mi casa, si no que ahora también un hombre bajaba del vehículo y miraba fija y muy seriamente hacia mi ventana.


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