Hace ya 45 minutos se había marchado del burdel, para su suerte no se encontró a Colonello en la recepción así que salió de allí rápidamente.
Condujo como un loco y apenas llegó a su departamento no pudo evitar desfogar la furia que llevaba dentro con sus adornos de sala
“Soy un idiota, un bastardo, un hijo de…”
De sus ojos caían lágrimas y aquellas imágenes que llevaba guardadas en el fondo de su memoria volvieron a mostrarse
“Como pude hacer algo así”
Golpeó fuertemente su puño contra las paredes de la sala y se sentó en el suelo a fumar un cigarrillo mientras trataba de despejar su mente de aquellos dolorosos recuerdos.
------- -------------------------------------------------------
Trascurrieron 15 minutos desde que el pelinegro se marchó de la habitación, en todo ese tiempo el adolescente permaneció en la misma posición en la que lo dejó Reborn.
Lambo trataba de todas las formas de sacar fuerzas para levantarse de aquella cama, las fuerzas para seguir por Aria… por él.
Poco a poco las lágrimas fueron cayendo de sus ojos nuevamente y como si se tratase de la señal que le indicaba que seguía vivo, que seguía respirando, se levantó como pudo de la cama y fue hacia el baño para ducharse y borrar de su cuerpo, aunque fuese un poco, las profundas marcas que había dejado ese hombre en él.
Al terminar de asearse miro su cuerpo en el gran espejo del baño. Observó marcas en partes de su torso por alguno de los golpes recibidos, también en sus muñecas producto de lo fuerte que fueron amarradas y que decir de mordidas y chupetones por todo su pecho. Solo tenía un pequeño moretón en el rostro el cual tocó suavemente ya que aún le dolía
-No dejaré que me vean así, Tsuna, Fuuta, Ryohei, Hayato, Colonello-san… no dejaré que me vean destrozado- limpió las lágrimas que se formaron en sus ojos y se apresuró a vestirse
Tomó una camiseta blanca y unos pantalones negros que había en el closet de la habitación, se vistió con ellas no sin antes sacar del botiquín del baño una crema y untársela en los golpes de su torso, luego trató de cubrir como pudo el moretón de su rostro con algo de maquillaje que allí había
-No puedo hacer nada con las marcas de mis muñecas pero no son un gran problema… ya sé que decir si me preguntan por ellas- se dijo Lambo mientras se acercaba a la mesita de noche que había en el cuarto y apretaba fuertemente el papel de color blanco que había sobre esta
“No dejaré que esto me derribe Aria-san… te lo juro”- dijo dirigiéndose con el papel hacia el primer piso del burdel, tenía que hablar con Colonello en ese instante
-----------------------------------------------------
-Emma…
-Dime Fuuta ¿qué ocurre?
-Quería decirte que él ya está aquí
El pelirrojo sintió que su corazón latía fuertemente y buscó al rubio que ocupaba sus pensamientos rápidamente
Lo vio siendo recibido por Tsuna, para luego irse con este hacia las escaleras rumbo al segundo pido donde de seguro usarían la habitación de siempre
-Emma… yo
-Gracias por avisarme Fuuta, me alegra poder haberlo visto- respondió sonriendo el pelirrojo
-Pero ahora tus ojos se notan tristes, Emma
-Sabes que cuando él viene por mí retoman su brillo, no tienes que preocuparte, solo faltan unos pocos días
-P-Pero…
-Allí vienen dos clientes Fuuta, vamos
-S-Sí…
-¿Gustan que los acompañemos?- dijeron los dos con una sonrisa
----------------------------------------------------------------
-¿Esperaste por mí?- dijo un rubio sensualmente al oído de Tsuna
-mmm... claro Dino, siempre espero muy ansioso el verte- respondió el castaño sonriéndole
-Vamos a la tina, sabes que amo hacerte el amor en ella- el rubio lamió los labios del menor como pidiendo q este le dejase saborear su exquisita boca
Tsuna dejó pasar la lengua de Cavallone y juntos iniciaron una danza de lo más placentera hasta que la falta de aire se hizo presente
-Vamos, que no puedo esperar más, Dino- dijo de manera agitada Tsunayoshi mientras el pintor se lo llevaba hacia allí
Tsuna ya había preparado todo como a Dino le gustaba, aromatizantes, velas alrededor, todo de forma romántica, como si ellos fuesen una pareja de recién casados, sin duda los fetiches de Dino eran de los más divertidos para el castaño
…
-Ahh… Dino, más... más profundo- gemía Tsuna mientras el miembro del rubio entraba y salía de su interior
El mencionado agarraba fuertemente las caderas del castaño mientras lamía su pecho de forma suave y placentera, lo penetraba de manera continua y cada cierto tiempo obligaba a que Tsuna lo mirase para besarlo demandantemente
-nghh… ahh… m-me vengo
-Tsuna… ahh, eres estupendo
Tsuna se paró rápidamente para que Dino pudiera sacarse el condón y eyacular placenteramente, por su parte él también se vino manchando el pecho del rubio… la sesión de sexo fue espectacular como siempre con uno de sus clientes favoritos
-nngh… estuviste magnífico- respiraba agitado el pintor
-Igual tú, me encantas, ya te lo había dicho ¿no?- sonrió y se acercó para besar lascivamente a Dino
-Si me lo dijeras sintiéndolo realmente me enamoraría, Tsuna jaja- rio tras el término del beso
-Me conoces bien, por eso me gustas
Tú también me gustas, ¿sino porque vendría cada semana a verte?- Dino aspiro el aroma del cuello de Tsuna y comenzó a besarlo pausadamente
-Umm… entonces debe de gustarte también mucho Emma ¿no?- los besos del mayor se detuvieron en cuanto Tsuna mencionó al pelirrojo y esto hizo que el castaño sonriera internamente
-Pues… si te digo que sí ¿te pondrías celoso?- dijo Dino mientras lo miraba expectante
-Claro que sí, eres uno de mis clientes favoritos ¿no debería de sentirme así?
-Uhm… si lo de dijeras en serio me enamoraría, ya te lo dije
-Me conoces muy bien - Tsuna se levantó de la gran tina y junto con Dino salieron del baño con una bata de baño puesta
-Antes de volver a lo nuestro tenemos que disfrutar de esto- habló Tsuna mientras tomaba una cereza con chantillí de una de las fuentes que se hallaban sobre la gran mesa que mandó a preparar, para luego dársela en la boca al más alto
-Delicioso como tú -dijo el pintor tras comer lo que Tsuna le otorgó
-Como siempre alagándome– dijo divertido de forma provocadora mientras guiaba a Dino a la gran cama de la habitación.
------------------------------------------------------------
-Colonello-san- Lambo reunió toda la fuerza de voluntad que pudo y le plantó cara al rubio de la bandita militar
- ¡¿L-Lambo?! Pero q…
-Reborn-san ya se marchó- el chico al mencionar el nombre de aquel hombre no pudo evitar tensarse mientras luchaba por no llorar y que su voz flaquease- dejó esto- el chico le entregó el papel rectangular al dueño esperando lo que le preguntaría
-¡Lambo!... tus muñecas
-No se preocupe, estoy bien, a Reborn-san le gusta jugar brusco, nada más
Esa respuesta no convenció del todo al rubio, podía notar que algo no andaba bien por la forma de hablar y de mirar del adolescente, pero por ahora dejaría todo como estaba, ya vería la forma de que Lambo le contase lo ocurrido
-Está bien, pero si te duele, Fuuta sabe de unas cremas que te ayudarán
-Gracias
-Ahora…- dijo Colonello mostrando el cheque en blanco que tenía entre sus manos- ¿porque dejaría Reborn esto?
-Debería cobrar de ahí lo pensado inicialmente, de seguro Reborn-san no tenía efectivo
-El siempre caga efectivo, esto es algo muy extraño, Lambo, dime por favor
-Estoy muy cansado, Colonello-san- Lambo bajó la mirada tratando que la fachada que había forjado no se derrumbara allí mismo- y por las marcas en mis muñecas no podré seguir trabajando, al menos no por un tiempo ¿no cree?... quería preguntarle si puedo ir a dormir por favor
Colonello no supo que decir, algo había pasado para que Lambo estuviese así, pero sabía bien que el adolescente no diría nada en ese momento, así que prefirió que este se fuera a descansar, ya al siguiente día le interrogaría
-No necesitas preguntar, ve a dormir pequeño
-Hasta mañana entonces- respondió el pelinegro para irse hacia el cuarto piso del edificio
...