Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Crónicas de un nigromante por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola

Con la noticia de que la próxima semana es el final de esta historia, así que disfruten el capítulo.

El golpe de una puerta cerrándose me despierta. No me di cuenta de haberme dormido. Estuve usado a un espíritu para investigar el lugar donde esta Razvan. Nunca dijeron el lugar exacto, pero  conozco el edificio por dentro ahora.  Alcanzo a ver movimiento al otro extremo de la habitación, y cuando enfoco mejor, veo a Hadrien acercarse.   Me siento, sin rastros de que hubiera estado dormido.

— ¿Dónde has dejado a tu perro guardián?

— oh, vamos, dejemos esos comentarios. No necesito un guardián— le observo, en la sala a oscuras.  Las preguntas de Razvan me siguen rondando la cabeza.

— ¿Por qué me estas ayudando? No creo que estés aquí solo por una pelea estúpida— Hadrien se ríe.  Las cosas debieron ser así entre nosotros, pero eso ya no importa ahora.

— no puedes dejarlo pasar, ¿eh?

— no comprendo tus motivos, estas arriesgando todo por lo que no quisiste quedarte conmigo por alguien a quien apenas conoces, y por alguien que solo te causo problemas en el pasado.

— Sigues siendo tan formal como antes— suspira— no conoceré a ese chico, pero no necesito conocerlo para saber que sin él, no me dejaras en paz. Esto no es más que ayudarme a mí mismo— Ahora yo sonrió. Debido a esa tonta superstición de que no podemos hacer cosas buenas por los demás sin que nos pasen cosas malas, entiendo que ese sea el mejor motivo para hacer lo que vamos a hacer.

—  contactare a un amigo, quizá pueda ayudarnos a escapar cuando lleguemos a ese lugar.

— ¿y ese lugar es?

— No lo sé todavía,  estuve observando la prisión y el edificio, pero no sé dónde queda…— Hadrien se queda observando por la ventana.

—  antes me reclamaste por no haber hecho nada para sacarnos de ese lugar a todos. No soy muy bueno improvisando, casi todo lo que hago tiene un plan, y como tres más en caso de que algo salga mal. Kiran es mejor que yo improvisando e inventando cosas durante la marcha, por eso siempre termina ganando, es impredecible. Eso me gusta de él.

— entonces hagamos un plan entre los dos. 

— no hay mucho que planear, si vemos las cosas como son. Tú no eres muy conocido, eres mejor pasando desapercibido. Yo no. me encargare de la distracción mientras tú entras por el chico.  Conoces el edificio, yo puedo mantenerme a salvo por mi cuenta. A ti no te conocen, y estoy seguro de que me darán una cálida bienvenida.

— No es algo con lo que debas bromear, Hadrien— La voz viene de la puerta. Kiran está reclinado, con  los ojos cerrados— no me hace nada de gracia.

— es mejor que estar preocupado. Ya dijiste que no ibas a ayudar, ¿acaso cambiaste de opinión?

— no.  Sigo pensando que es una mala, no, una pésima idea. No entiendo cómo es que no estás ni un poco preocupado porque algo salga mal.

— Porque el único que puede vencerme no estará allí— Hadrien sonríe.  No ha pasado mucho tiempo para que alguien ocupe el lugar de Kiran, Hadrien tiene razón en esa parte, pero tanta confianza…

— deberías escucharle. Yo aprendí eso de una forma poco agradable.

— tampoco voy a hacer las cosas fáciles para ellos, lo haré lo mejor que pueda y me iré si las cosas se ponen feas ¿bien?—  ducho mucho que Kiran se quede sin hacer nada si Hadrien va a ponerse en primera línea de combate. Sigo esperando a que el espíritu que envié en busca de Daimmen regrese.

—  dije que no iba a ayudar, pero escuche lo que hablaban. Si es la única forma de resolver cualquier problema… sabes que no puedo ir, seria tomado como  traidor, y sería mejor tener las cosas en orden con todos, después de lo que paso cuando deje el parlamento lo mejor sería mantener un perfil bajo. No te acompañare, conocí un poco a Keegan, y lo más seguro es que ahora mismo estén en Shangri—la.

— Vaya…— Eso es poco para lo que significan las palabras. Shangri—La es la mítica ciudad perdida en donde se supone se encuentra la fuente de la juventud, donde los humanos viven por años sin envejecer. No sé en donde se origino la leyenda, pero no está lejos de la verdad, la ciudad existe, y es desde hace siglos una de las mayores comunidades del parlamento.  Es una ciudad segura, nunca he sabido que un nigromante entre por su cuenta a la ciudad— No sabía que había una prisión en esa ciudad.  

— el parlamento trabaja desde la ciudad desde hace años.

— la ciudad perdida… siempre quise conocerla.

— no es un viaje turístico, Hadrien. La ciudad se encuentra entre las montañas, es imposible acceder allí por magia a menos que tengas el permiso para aparecer. La única forma de entrar es pasando un puente, y dudo mucho que les dejen entrar amigablemente. La ciudad puede protegerse con un mínimo de personas y lo más importante, no encontraras cementerios y no puedes invocar zombis.

— aburrido.

— ¿Cómo podemos entrar? Debe haber una forma de entrar que no sea por ese puente. Siempre hay una forma.

— podrían intentar por el rio. Se pierde en las cuevas de las montañas, no tiene vigilancia, o si la hay, es muy poca— le dirige una mirada a Hadrien— es la única forma de entrar. Para salir también tendrán que encontrar una manera para eludir la magia y salir por cualquier lugar.  

— anular la magia desde dentro es más fácil. No es la primera vez que lo hago, aunque me gustaría tener más tiempo para preparar las cosas. No te preocupes, Kiran, al final de todo, tenemos más oportunidades en esa ciudad, porque nadie espera que aparezca por allí— Kiran no dice nada más, se queda escuchando los detalles de lo que vamos a hacer. No sé si llegado el momento dejara que hagamos eso, o al menos que Hadrien lo haga. Yo no creo que le permitiría a la  persona que quiero hacer algo tan arriesgado por una causa tan poco importante para ellos.

Nuestro plan es sencillo, y a simple vista parece que Hadrien tiene la peor parte. Pero entrar a la ciudad hasta encontrar a Razvan no es sencillo tampoco. Me gustaría estar tan confiado en mis habilidades como Hadrien. Yo no puedo dormir, faltan algunas horas para irnos, Hadrien se ha ido a dormir. Muchas cosas podrían salir mal mañana, me rodeo de espíritus, escuchando, dejando que me digan lo que pasara mañana. No escucho más que lamentos y susurros inentendibles. Escucho pasos, y me desconcentro. Es Kiran, está solo, mirándome.

— ¿Qué quieres?— le pregunto, aún estoy resentido con él.

— te pediré que no maten a nadie en ese lugar. Se lo he dicho a Hadrien. Sera mi culpa por decirles lo que se de la ciudad.

— no me importan tus  juicios morales. Hare lo que sea necesario para sacarlo de allí. No ha hecho nada para estar en una prisión. 

— ¿Por qué te importa tanto?— No respondo. Es la pregunta más importante que me he hecho, y no tengo una respuesta clara. ¿Necesito responder?— Hadrien tiene una idea bastante curiosa del por qué haces esto. Me quiero convencer de que es lo correcto, pero… no es fácil.

— ¿permitirás que Hadrien haga esto? ¿Qué me ayude?

—… si es lo que quiere, sí. Nunca le impediría hacer lo que quiere,  aunque no esté de acuerdo. Y por algún motivo que no logro entender quiere ayudarte. Espero que después de esto no sepamos nada más de ti.

— si todo sale bien, no quisiera verte de nuevo— es imposible convivir con Kiran, y el sentimiento es reciproco.  Es insoportable saber que siempre será mejor. A modo de despedida, dejo que los espíritus se acerquen de nuevo, dejándome aislado en mi espacio.

_________________________________________________________________________

 

No siempre fui bueno.

No puedes vivir casi doscientos años y no haber cometido al menos un acto  en contra de las reglas.  Cuando te quedas solo, sin casa ni dinero, lo único que puedes hacer es robar en lo que consigues estar mejor.

Robe, hui, viví en la calle, aprendí a pelear y a sobrevivir como pude. Me di cuenta pronto que ese camino no me llevaría lejos, por eso, y la preocupación de mis padres,  me empeñe en ser bueno.  Ser bueno no significo quedar indefenso. 

Nadie más se acerca desde que Keegan salió, pero yo no me he dormido. No tengo sueño, y no me siento cansado, todo lo contrario. Estoy alerta, esperando. Siento que algo va a pasar pronto, no tiene que ver con la advertencia de Víktor de que vendrá. No puede tomarme desprevenido.

Razvan— de nuevo el espíritu— estamos por ir allá. Ya sé donde estas.

— bien, esperare. Si puedo, escapare.

no, debes quedarte aquí. Llegar hasta dónde estás no será fácil, no hay  cementerios y no contamos con la distracción de los reanimados. No queremos luchar. Daimmen nos ayudara a salir de aquí, su magia no es tan notoria por ser un  humano que la aprendió.

—  No me queda de otra— el fantasma desaparece. Si me quedo aquí más  tiempo, voy a volverme loco. No puedo medir el tiempo, lo intente cantando una canción, pero me aburrí de lo mismo y perdí la cuenta. Si soy sincero conmigo, estoy aterrado. Nunca he dejado que me controle el miedo, pero esto es distinto. No siento que sea tan importante para que vengan por mí, vamos ¿Cómo van arriesgarse tanto por sacarme cuando no he hecho nada importante? Y aun así están ayudándome. No quiero que Viktor venga aquí, si pudiera evitarlo lo haría.  Quiero verle.

Me preocupa que termine atrapado en este lugar, que no volvamos a vernos. Estoy bien con tratar con él, me gusto sentirme útil, molestarlo y ver como se esforzó por ser una mejor persona hasta que me dio la mejor respuesta que puede dar: No puede cambiar por completo porque entonces no sería él.  No merece estar aquí, nadie merece estarlo solo porque puedo ver a los muertos, es injusto.  Entiendo porque Viktor les detesta, Daimmen les teme y Hadrien estuvo en guerra contra ellos por años.  Y ellos vendrán aquí, a la cueva del lobo. No voy a dejar que les hagan nada,  puedo incluso decir que son mis amigos.

 

Mi madre está frente a mí,  sonríe. No está molesta como pensé que estaría por haber incendiado las plantas que tenía en la mesa. Ella tuvo que apagar las llamas por que iban a quemar la casa completa.

— tienes que tener más cuidado, Razvan.

— no sé cómo hacerlo, solo paso.

— solo tienes que imaginarlo. La magia no es nada si no puedes imaginar las cosas más increíbles. Tu mente es la que hace la magia, nunca lo olvides.

— No entiendo— soy pequeño. Ella se inclina para hablarme, su cabello huele a flores— ¿y si hago algo mal?

— nunca harás nada mal si estás seguro de que es lo quieres.

— Pero a ti no te gusta que haga magia, ¿Qué voy hacer?— siento sus labios en la frente.

— hay otras magias, Razvan. No necesitas la magia, ¿nunca te lo he dicho? Siempre que estoy triste o asustada, te imagino sonriendo… y se me pasa. Esa es tu magia, Razvan.

 

El ruido de la puerta me hace pegar un brinco. Parpadeo, mareado, confundido. Estoy encerrado, no en casa. No me di cuenta que me dormí. Aun me parece oler el perfume a flores, y sentir los labios de mi madre en la frente.

La puerta se está abriendo, y yo aun me siento medio dormido. Keegan y la chica de las pecas plateadas están acompañados por alguien que no conozco. Solo Keegan entra.  

— vamos, levántate.

 — ¿A dónde?

— alguien tiene que decidir qué hacer contigo. No podemos seguir jugando al guardia— no me pasa por alto la poca amabilidad que tiene al hacer que me levante.   Es más alto que yo,  pero yo solo pienso en lo diferente que es a los otros brujos que he conocido. Es muy difícil decidir quién es el villano aquí.

— Entonces me van a hacer un  juicio— no puedo evitar que la burla se filtre en mi voz, a pesar  de que quiero ser educado. Me di cuenta de que comportarme les desconcierta más que verme gritando o intentando escapar. Soy un prisionero ejemplar— entonces no deberíamos demorar— logro no tropezar con los empujones que me dan. Dejo que me saquen y camino despacio, no me jaloneo ni me detengo— ¿Qué va a pasar conmigo? ¿Van a encerrarme?  No creo que tenga derecho a un abogado ¿No? ¿Y testigos?

— Confórmate con tener un juicio y que no te sentenciaran apenas llegaste— su voz suena contenida, quiere gritarme.

— qué curioso, pensé que eso iba a pasar. ¿Por qué tantas molestias? Todos sabemos que seré culpable de lo que sea que me culpen.  No te gusta la idea tampoco… ah, claro, ya recuerdo. No eras tú quien tenía  este trabajo ¿cierto?  Era de Kiran—  por el pasillo solo escucho nuestros pasos.

—  ¿Conoces a Kiran?— es la voz de la chica.

— No, no le conocí— no es buena idea mencionar a Hadrien ahora— ¿fue idea de él eso de los juicios?—  si todo lo que escuche de él es cierto, entonces no me extrañaría. Lástima que no existan más brujos como él, las cosas serían muy diferentes si así fuera.  Fuera de la mala situación en la que estoy, el lugar es increíble. Los  pasillos son muy largos, de paredes blancas y el piso pulido y negro de un material que no conozco.  No hay ventanas por donde camino, por lo que supongo estamos en un nivel  bajo. Todo se alumbra con luces  flotantes que se van apagando conforme pasamos, y se encienden unos pocos segundos antes de que lleguemos a donde están. Subimos unas escaleras  hasta otro pasillo igual de largo.  Ya no hay luces mágicas, la vista que tengo desde la ventana es hermosa. La ciudad parece brillar con la luz del sol, construcciones blancas y algo que parece cristal, arboles muy verdes, el cielo parece falso.  Esto es una ciudad de fantasía. Me acerco un poco, veo varias corrientes de agua transparente. Puedo ver montañas rodeadas de nubes blancas.

— No te detengas— parpadeo, rompiendo el hechizo que parece tiene la ciudad.

— antes de seguir ¿podemos detenernos en un baño? Realmente necesito entrar, sería malo si pasara un accidente— No me responde. Cuando creo que me van a ignorar, me hace entrar por otro pasillo y luego me empuja hacia una puerta.  Es un baño— ¿mis manos? No puedo hacer nada  así…. Oh, vamos, no hare magia, ni siquiera sé cómo hacerla.

— No.

— Keegan— la chica de las pecas se adelanta. No sé que hace con sus manos, pero la cuerda que me ata se afloja y ella la retira— no perdamos tiempo, no hará nada. Entra con él— le dice al otro chico. No me quedo esperando, porque si quiero entrar al baño, no es ningún plan para escapar. Cuando termino, dejo que me aten las manos de nuevo y sigo caminando. Salimos a un patio, lo cruzamos paras entrar a otro edificio más pequeño subiendo unas escaleras larguísimas.  Llego hasta la parte de arriba jadeando, incluso la chica y el que no es Keegan están agitados. Estamos tomando aire, y lo siento. Un leve temblor. Keegan y la chica se miran. La ciudad de ve un poco mejor desde aquí,  se ve claramente como comienza a salir humo de algún lugar, y luego una explosión, y otra y una más. 

— ¡¿Qué demonios está pasando?!— el chico está nervioso.

— Ivette.

— Estoy en eso— desaparece antes de que comiencen los gritos y la magia se siente tanto que casi puedo verla, rodeándonos como aire caleidoscópico. El cielo se oscurece, y un grito colectivo se extiende al mismo tiempo que el aire se enfría y un ambiente de muerte se extiende por todos lados.  ¿Qué está pasando? En serio, si hasta yo puedo notarlo, no imagino cómo deben sentirse todos los demás. Está claro que es mi distracción, pero no puedo dejarme llevar por el momento, o no escapare. Escuchamos el ruido de un derrumbe, y Keegan maldice. 

— parece importante, Keegan ¿Qué hacemos?— Keegan no responde. Hay más ruidos provenientes de donde fue la primera explosión, sonidos que se parecen a lo que escuche en el parque cuando recuperamos el anillo.

  — Quédate con él— desaparece. Bien, es una suerte que el héroe me acompañe, así tiene que irse a salvar lo que tenga que salvar. Este chico es mayor que yo, ahora que está solo, intenta no parecer nervioso. No nos movemos hasta que hay otra explosión y una llamarada color verde ilumina todo.

— vamos…

— ¿aun van a juzgarme? Eso parece más importante— muevo la cabeza en dirección al alboroto.  Muchas personas han salido corriendo en todas direcciones, y no nos prestan atención— eso es magia negra ¿no? creo que allá hay  otro nigromante… ¿crees que llegue a haber reanimados? Nunca he visto uno…  ¿esto pasa muy seguido? Porque si es así, puedo decir en el juicio que no he hecho nada parecido a eso y que deberían dejarme ir porque no soy tan malo como quien destruyo la ciudad ¿piensas que me ayudara?— el pobre está más nervioso con lo que le estoy diciendo— escucha, se cómo solucionar eso. Puedes decirles a los demás que ahora yo seré un héroe, y tú también, porque eso se detendrá cuando yo salga de la ciudad. Así que me iré, y todos estaremos bien— sonrió, él me observa como si yo hubiera perdido la razón, y luego le golpeo, usando los dos puños. Cae hacia atrás, y  no me espero a ver si lo noquee— ¡Lo siento, es por un bien mayor!

Viktor me dijo que esperara en donde estaba, en la celda. Nadie me detiene mientras corro porque no soy el único que va por ahí corriendo. Cruzo el mismo patio, y me alegra haber puesto atención al camino, porque ubico fácil la puerta.  Todo es más grande de lo que pensé,  y me equivoco varias veces con las escaleras antes de llegar al baño. Correr con las manos atadas no es fácil, afuera ya no se escuchan explosiones, creo que todo termino, aunque sigue oscuro y sintiéndose esa aura de muerte.  La puerta que lleva a la celda está cerrada, y no puedo abrirla. Me pongo a patearla de frustración.

— Razvan— me giro, Viktor está  caminando hasta mí— ¿Qué haces?

— estaba… no importa— otra explosión hace que el edificio tiemble— ¿Qué es eso?

— no es “que” es quien. Te dije que Hadrien estaría ayudando— Víktor esta tan tranquilo, vestido con un suéter de tejido blanco, y unos zapatos deportivos— tenemos que irnos.

— Bien— corro de regreso hasta el pasillo por donde entre, en el patio seguramente será más sencillo salir hasta alguna calle. Me detengo cuando me doy cuenta de que Víktor no me está siguiendo. Regreso por el camino, y lo encuentro caminando— Vamos, apresúrate.

— ¿Por qué?— ah, no lo puedo creer. Como puedo, uso mis manos para empujarlo delante de mí y luego para sujetarle de la manga del suéter y hacerle correr conmigo, subir las escaleras y llegar hasta el patio— ¿si quiera sabes a donde vamos?— pregunta, cuando me detengo. Afuera sigue esa oscuridad no normal. Víktor no está jadeando, pero si esta agitado por correr.

— no, pero quiero salir de aquí. No se usar magia.

— no saber a dónde vas es igual que estar encerrado. Además, si estás conmigo no tienes por qué preocuparte por la magia.

— ¿No te preocupa ni un poco todo esto?— alzo las manos, moviéndolas para enfatizar. Víktor se adelanta, no sé qué es lo que hace, pero apenas toca las cuerdas de mis muñecas, estas caen, dejándome libre.

— Ya no más humano, Razvan. No temo porque soy tan capaz de hacer lo que sea, así como Hadrien lo hace ahora mismo— Da miedo el ambiente que se apodero de la ciudad. Si Hadrien es capaz de hacer eso por sí mismo, entiendo porque todos le temen— si vine aquí yo fue solo porque nadie me conoce como a él, él es la mayor distracción  para estos ineptos. No sentirán mi magia ni la tuya por estar concentrados en lo que tienen ante sus ojos. El truco no está en lo que se ve, sino en lo que no se ve.

— ah.

— por aquí.  Y Razvan… no dudes en usar la magia— la caricia y el beso me toma desprevenido, y tengo que correr para alcanzarle, casi saliendo de la plaza. Víktor camina tan despacio, que sigo con ganas de empujarle y correr.  Me pone nervioso el silencio.  No sé si las personas aquí se fueron o están escondidas, porque tampoco veo a nadie.

— estoy nervioso con tanto silencio ¿es normal?                                            

— Termino antes— murmura. Damos la vuelta, y casi suelto una grosería cuando nos topamos con alguien reclinado en la pared, cerca de la esquina— creí que iba a durar más— Hadrien se endereza, y camina unos pasos delante de nosotros.

—  Las cosas se pusieron algo intensas, e intento no matar a nadie, así que…— se encoje de hombros— por otro lado, ya le encontraste. Larguémonos de aquí antes de pase algo más. Quiero regresar a casa.

— ¿Cómo hiciste eso?— señalo el cielo.

— ah, eso más fácil de lo que parece…— hay polvo en su ropa y su cabello— te lo mostraría, pero estoy agotado, y me encontraran si uso magia—  de vez en cuando siento algún cosquilleo, supongo que es alguien haciendo magia, porque estoy seguro de que lo siento es magia.  Hadrien camina un poco más deprisa que Viktor, lo cual me hace sentir más aliviado. No parece que la ciudad sea tan grande, me limito a seguirles por unas calles más.

— ¿A dónde vamos ahora?

— vamos al precipicio, escapar por las montañas es más complicado, y  eso es lo que esperan que hagamos. Podríamos salir por el rio, pero… quizá este vigilado— creo que no es la respuesta. Viktor se detiene, y alcanza a detener a Hadrien a tiempo de evitar que alguien le caiga encima.

— Eres tú,  preciosa ¿hace cuánto que no nos veíamos?— Es la mujer de las pecas, Ivette. Hadrien sonríe, cualquier rastro de que este cansado o que quiera irse se esfuma, y ahora solo es alguien con una sonrisa un poco siniestra. El precipicio está cerca,  Hadrien ya no puede hacer magia sin atraer a un montón de magos y ella puede llamarlos también.

— No te muevas—sisea ella.

— Ella puede perderse en el flujo del tiempo, tenemos unos segundos para irnos o sabrá nuestros planes— Es la voz fantasmal del niño que uso antes Viktor. Hadrien sigue hablando, comentando cosas que seguramente pasaron entre ellos y la chica.  Viktor no hará nada tampoco, creo.  Tengo la distracción, solo… ¿Qué fue lo que escuche en mi sueño? mi mente es la que crea la magia…

— no te perdonare lo que hiciste con Kiran. No tienes idea de lo que lograste con eso.

— ¿Lo que hice?— Hadrien no deja se sonreír, una mala señal, creo— pero si yo no hice nada con Kiran, él mismo quiso venir conmigo… espera ¿estamos hablando de las mismas actividades?— pregunta, y la cara de ella se pone roja de enojo. Un viento anormal comienza a llegar. Es tarde, ya saben dónde está ella y donde estamos nosotros. Imagino muchas presencias acercándose como  luces por el aire.  

Maldición, maldición…  ¿Qué hago? ¿Qué puedo hacer yo?

Hadrien levanta una mano. Si tan solo el piso fuera de  goma… petróleo o cualquier cosa fangosa que les detenga.  Unas manos oscuras salen del suelo y se enredan en los tobillos de la mujer. Aparecen tres personas más y pasa lo mismo. Cuando Hadrien se gira a verme, me doy cuenta de que no es él quien lo está haciendo. Soy yo.

— Vámonos— Viktor sonríe.  La presencia de Keegan es más notoria,  pero no me detengo a ver qué hace. Le escucho gritar algo que Hadrien responde con otro comentario y otra risa.

No hay nada en el abismo.  Hadrien también se detiene, mirando con el ceño fruncido hacia el vacío.  Viktor es el último que llega.  Los otros no deben tardar en liberarse.

— ¿Qué hacemos ahora?

— Déjate llevar—  la mano de Viktor me empuja hacia el borde.  Veo que Hadrien también pierde el equilibrio y luego caigo…

Caigo…

Cierro los ojos esperando el golpe.

Notas finales:

 

Gracias por leer, nos leemos la próxima semana.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).