Título: Amante inocente
Resumen: Él y solo él era la persona que tanto había buscado…
Categoría: Naruto
Clasificación: Mayores de 16 años
Género: AU. Romance. Drama.
Advertencia: Lemon. Mpreg.
Autor: Haruka Eastwood
~ * o0O0o H.E o0O0o * ~
Amante inocente
Epílogo: Amante mío
“No necesitaba entender todo lo que estaba sintiendo, bastaba con demostrárselo cada día de su vida”
—
Menma miró a su padre en completo silenció mientras dejaba aquel enorme ramo de rosas frente a la tumba de su abuelo Jiraiya, haciendo una oración como ya era costumbre cada que iban ahí. Él no lo había conocido, pero estaba seguro que debió ser una persona genial si su padre visitaba su tumba cada que podía, dejándole flores muy bonitas.
—Papi…
—Mande, bebé.
—¿Tu querías mucho al abuelo?
Sasuke se levantó tomando a Menma entre sus brazos mientras lo veía con cierta curiosidad. La verdad es que no podía decir que quiso a aquel hombre, sino todo lo contrario. En un principio lo único que le generaba era una cierta aversión, incluso rechazo por cómo era. Un hombre impositivo que no aceptaba ver sus errores y que deseaba mandar sobre todos los que estaban a su alrededor importándole muy poco lo que pensaran o sintieran.
Pese a todo ello, cariño es lo único que no sentiría por Jiraiya Namikaze. Y si iba a dejarle flores era como muestra de respeto y una enorme gratitud, porque pese a lo bastardo que podía ser, si no fuera por él, su pequeño Menma no estaría en esos momentos entre sus brazos. Claro que no podía decirle todo eso a su bebé, por lo que suspiró y le regaló una pequeña sonrisa a Menma, quien sujetó sus mejillas, dándole un beso en la nariz.
—El abuelo Jiraiya era una persona… difícil de tratar.
—¿Difícil?
—Sí, difícil porque era muy enojón.
—Oh…
—Pero estoy muy agradecido con él porque si no fuera por tu abuelo, tal vez tu no estuvieras aquí, entre mis brazos queriendo morder mi nariz.
La dulce risita de Menma, provocó una amplia en Sasuke, y tras una rápida despedida, caminaron de regreso al auto rumbo al hospital. Habían pasado tres meses desde que Minato y él hablaron sobre la posibilidad de desconectar a Naruto, sin embargo, ya estaba descartada, debido a que la última semana Naruto había dado señales de estar a punto de despertar, y una enfermera le vio abrir los ojos.
—¿Mami va a despertar? —cuestionó en la entrada del hospital, sujetando con fuerza la mano de Sasuke.
—Es muy probable —se agacho a su altura peinando los rebeldes cabellos con sus dedos—. Pero prométeme que, si mami aun no puede despertar, tú no te pondrás triste.
—Pero quiero que mami este con nosotros.
—Lo sé —lo tomó en brazos, besando su frente—. Yo también quiero que Naru este con nosotros.
En silenció, Sasuke caminó hasta la habitación de Naruto saludando a las enfermeras y médicos del lugar, mientras su pequeño se acurrucaba más contra su cuerpo, jugueteando con los botones de su camisa y negándose a levantar la vista. Lo cierto es que Menma también estaba muy triste porque su padre doncel no despertaba, todos hablaban de lo lindo que era y no podía esperar más para abrazarlo y escuchar su voz.
Incluso había hecho oración en la iglesia junto a su abuelita Mikoto, pidiendo que su papi Naru despertara, pero hasta la fecha nada pasaba, por lo que suspiró entre pucheros viendo de soslayo como su padre abría la puerta del cuarto de mami, cerrando sus ojitos con miedo, sin embargo, de un momento a otro, el cuerpo de Sasuke comenzó a temblar y unas pequeñas gotitas cayeron sobre su cara, obligándolo a levantar el rostro.
Asustado, vio a su padre llorando mientras sus labios se abrían y cerraban sin poder articular una sola palabra. Y dentro de su inocencia infantil, todo lo que pudo hacer fue abrazarse a su cuello y besar el ojo izquierdo de Sasuke, como si aquello pudiera detener sus lágrimas. Y pese a que estas no pararon, fue suficiente para traerlo de regreso a la realidad, avanzando hasta la cama en donde depositó a Menma, para abrazar el delgado cuerpo de Naruto, quien estaba recargado en la cabecera de la cama, esbozando una débil sonrisa.
—Despertaste… realmente despertaste.
—Sasu… —su voz fue un susurró apenas entendible, que bastó para generar el llanto del Uchiha.
Ahora todo estaba bien, Naru, su Naru había despertado después de casi cuatro años, y aquel miedo visceral que estuvo presente todo ese tiempo ante la idea de poder perderlo se esfumó por completo, y ya no sabía si lloraba de alegría, de tranquilidad o como una manera de desahogar todo lo que no había podido, alejando sus miedos ante aquella suave voz que tanto anheló volver a escuchar.
No tenía idea de cuánto tiempo se aferró al pequeño cuerpo del doncel, sin embargo, su llanto ceso, se incorporó lo suficiente para ver sus preciosos ojos de un azul imposible brillando por las lágrimas que sin pretender había soltado, y todo lo que pudo hacer, fue besarlo con dulzura, con mimo y con gratitud de poder tenerlo una vez más entre sus brazos.
—No tienes idea de cuánto te extrañe. Me has hecho tanta falta…
—Sasuke-kun —la voz de Orochimaru los trajo a la realidad y de mala gana, Sasuke volteó viendo como sostenía al pequeño Menma que no paraba de removerse entre sus brazos alegando que él también quería abrazar y besar su madre—. No es recomendable que por el momento Naruto-kun se fuerce a hablar, ni a hacer muchos movimientos porque podría lastimarse. Y justo cuando entraste acababa de terminar de examinarlo, necesitará terapia para recuperar la movilidad, y es probable que tenga que utilizar silla de ruedas por algún tiempo.
—No importa —volvió a centrar su vista en Naruto, y acunando sus mejillas con ambas manos se inclinó hasta que sus narices se rosaron—. No importa porque yo siempre estaré aquí para ti…
—Sasu… lamento haber tardado tanto…
—No importa, nada de eso importa… —se separó de él y caminó hasta Orochimaru tomando a Menma en brazos para regresar con Naruto—. Cariño, ¿por qué no saludas a mami? —le susurró al pequeño de manera confidencial, reprimiendo una risita al notar lo inquieto que estaba.
—Pero Oro-chan dijo que mami no podía hacer muchos movimientos.
—Pero puedes abrazarlo y darle muchos besitos.
Con mucho esfuerzo e intentando contener las lágrimas, Naruto recibió a Menma, abrazándolo tan fuerte como su deteriorado cuerpo le permitió, notando que era un niño muy grande y dulce, porque la realidad es que ya no era aquel pequeño bebé que anheló conocer el día en que le avisaron que harían la cesaría.
Orochimaru le dijo que estuvo en coma tres años y nueve meses, pero no fue hasta que tuvo a su hijo en brazos que la realidad le golpeó de frente, siendo consciente de que se había perdido los primeros años de su niño, su primera palabra, sus primeros pasos y la dicha de poder verlo llegar hasta ese punto. Si bien no era mucho, Sasuke había tenido que cargar con toda la responsabilidad él solo.
—No pienses en tonterías —lo conocía tan bien, que era fácil saber lo que pasaba por su linda cabecita rubia, así que tocó su frente con dos de sus dedos, sonriendo de lado—. Lo importante es que a partir de ahora vas a estar con nosotros. ¿Verdad?
—Pero…
—No hay pero que valga —lo besó fugazmente—. Tan solo hay que recuperar el tiempo perdido. ¿No crees?
Naruto sonrió y besó a Menma en la frente, dispuesto a darlo todo de sí para recuperar el tiempo perdido y compensar todos esos años de ausencia.
———
—¿Enserio hiciste todo esto ttebayo?
—Sabía que eras tan dobe que no te quedarías en paz —sonrió mientras empujaba la silla de ruedas de Naruto dentro de la enorme biblioteca, ya que poco después del nacimiento de Menma, Sasuke había decidido vivir en la casa que Jiraiya le regalo a su rubio—. Puedo hacer palomitas.
Ofreció con una amplia sonrisa, viendo la cara de incredulidad en su hermoso doncel mientras veía la infinidad de cintas de video y el montón de álbumes acomodados por fecha en los libreros. Y es que desde que le entregaron a Menma, uno de los pasatiempos favoritos de Sasuke, fue grabar a su niño y tomarle fotos con la idea de enseñárselos a Naruto para que no se perdiera momentos tan valiosos, pero conforme pasaban los años las cintas y fotos se iban acumulando más y más, y Naruto no daba señales de despertar pronto.
—Sasuke…
—¿Mmm?
—Te amo tanto… tanto ttebayo —susurró bajito, apretando la mano del Uchiha mientras contenía a duras penas las lágrimas.
—Yo también te amo —se agachó frente a él, tomando sus manitas entre las suyas, para llevarlas hasta sus labios, besando el dorso de cada una—. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida… y no hay palabras, poemas o tonadas que puedan expresar lo que siento cada vez que veo tus bonitos ojos y pienso que todo está bien, que estoy completo y que soy el hombre más afortunado del mundo —con mucho cuidado, deslizó un anillo en el dedo anular de Naruto, el cual poseía un bonito diamante rosa—. Naru… ¿me permitirías estar contigo cada día de mi vida y demostrarte cuanto te amo?
Finalmente, las lágrimas descendieron por sus sonrojadas mejillas mientras sus ojos brillaban con una chispa diferente, llena de un profundo amor y devoción hacía Sasuke, como si fuera el centro de su universo y tal vez así era, por lo que sonrió y con cuidado soltó sus manos del sutil agarre de Sasuke, llevándolas hasta sus mejillas, las cuales acunó con mimo, inclinándose o suficiente para poder rosar su nariz con la contraria.
—No podría estar un solo día de mi vida alejado de ti tteba —cerró los ojos y permitió que sus labios se rosaran con los de Sasuke en un contacto suave, efímero y lleno de emociones incomprensibles que lo hacían sonreír y sentir un mar de mariposas revolotear dentro de su estómago—. Eres más que mi complemento, Sasuke… eres mi amigo, mi novio, padre de nuestro pequeño Menma… mi esposo… mi dulce amante.
—Y tu mi amante inocente… —sonrió capturando sus labios en un beso profundo, sellando así aquel pacto de amor.
~ * o0O0o H.E o0O0o * ~
Fin