Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El obrero y el arquitecto por kurerublume

[Reviews - 132]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Perdón la demora. Hasta estoy en un taxi subiendo esto jaja. Ojalá les guste. Mil gracias por su enorme apoyo. Hasta me quedé de woooow con sus reviews jaja les gustó el cap pasado y eso me alegra. 

CAPÍTULO XXIII: Todos son putos.


No soy muy listo, pero tampoco soy estúpido. Sé que algo pasó entre Fer y Rafa. Son tan obvios cuando se pelean y quieren evitarse. Parecen señoras cuando se molestan, nada más falta que se agarren a golpes.


Y claro que quiero saber qué carajos pasó, la vez pasada ya ni supe qué ocurrió, pero hoy será sí o sí.


Como sé que Fernando, el pinche de Fernando, no me dirá nada, voy con Rafa. Está diciéndole algo a mis compañeros sobre unas piezas de madera que hicieron para hacer soporte. Una vez que se van, voy con él.


—Hola, Rafita —me pongo a su lado y hago una cara triste—. Estuvo feo lo que pasó entre Fer y tú, ¿no?


La cotorrita voltea a verme con cara de asustado— ¿Te contó? —mmm su cara de verdad es de espanto. No quiero echarle la culpa a Fer.


—No, lo intuí. Son muy obvios. En especial Fernando.


—¿Obvios? Yo jamás me di cuenta hasta que me dijo —creo que voy por buen camino. Aunque aún no entiendo de qué habla.


—Bueno, pero no es tan terrible si lo piensas bien, ¿no crees? Su amistad es más importante.


Rafa me mira con tristeza antes de responderme— También pensé eso, pero Fernando me dijo que no podía porque me seguía viendo de esa forma.


¿De qué forma?


—¿Y qué le dijiste?


—Pues me enojé un poco. Se supone que él me había dado mi espacio para procesarlo, pero me molestó que de la nada él decidiera cómo íbamos a funcionar. Es que… jamás me di cuenta que le gustaba. Sigo sin creerlo.


Ok, un momento. ¿Acaba de decir que Fer le dijo que le gusta? ¡¿Lo dijo?!


¿Qué jodidas madres está pasando?


Oh, por Dios. Oh, Santo Dios. No mames, pues con razón se pelearon. Hasta yo estoy en shock.


¡¿En qué chingado momento a Fernando le gustó un hombre?! Maldito pendejo, no me contó eso.


Ahora yo también estoy enojado con él. Pinche Fernando mala onda.


Y de repente, me doy cuenta que me he quedado en silencio bastante tiempo. Debo contestar algo casual— Pues claro que sí. Yo estaría igual que tú. Pero… Fer no dice las cosas a la ligera.


—Me dijo cosas muy feas —su tono de voz casi me deprime. En verdad que esos dos se metieron en un tema muy turbio.


—¿En serio? ¿Se confesó y luego te dijo estupideces?


Veo que Rafa se pone más incómodo de lo que ya estaba— Tal vez no lo dijo en serio. Pero no pienso volver a hablarle.


No soy nadie para decirle que no haga eso. Si Fer se portó como un idiota, pues no hay mucho que hacer. Suspiro y sonrío un poquito— Es tu decisión. Si quieres seguir platicando, sabes que cuentas conmigo —le doy unas palmadas en la espalda.


Me voy de ahí con mi corazón latiendo muy rápido. En serio, por Dios que jamás imaginé esto. Ni de chiste hubiera adivinado por qué se habían peleado.


Ahora tengo que ir con Fernando a saber más. No me puede dejar así. Ese idiota me debe una que otra explicación. Me vale madres si parezco periodista, pero de que contesta todas mis preguntas, las contesta.


-----


Sigo y sigo pinches trabaje y trabaje. Partiéndome el culo como esclavo, ¿para qué? Para que el cabrón de Santiago se ponga de perro no solo conmigo, con todos. Anda en sus aires de rey o dictador. No sé, pero ya a todos los trae vueltos locos.


Desde hace unos días está pero si de estúpido con su carota. Ya ni siquiera sonríe, solo anda de mal humor y sé que me está evitando.


Y ahora estoy en la maldita oficina con el nuevo contratista y con este payaso mamón de Santiago.


—¿Entonces? —¡ahhh, alguien que me saque de aquí!


Estos dos me trajeron para saber cómo se han sentido los demás con lo de las becas y todo eso. Pero sus preguntas son algo invasivas, me incomodan y enojan.


—Pues sí todo bien. No sé.


—Gabriel, te estamos preguntando algo que nos importa.


Por favor, boca, contrólate. No lo digas, no lo digas— Se nota, papacitos. Se nota —oh, no. Lo digo con sarcasmo—. Algo que te importa no lo dejas tan a medias, así que no me vengan a llamar para saber cómo se sienten todos porque yo NO hablo por todos. Es simple lógica. Ahora, que si de verdad quieren saberlo, pueden usar esas piernas y esa boquita para pararse e ir a preguntar —me pongo de pie y doy media vuelta. Antes de abrir por completo la puerta, Santiago me detiene.


—Gabriel, espera —su mirada se ve entre sorprendida y molesta—. Se supone que por esto eres nuestro intermediario.


—Intermediario, no vocero de todos los obreros. Con permiso —me zafo de sus manos y me voy de ahí.


Estoy emputadísimo con esos cabrones. Pinches ganas de no meterse en problemas.

 

El turno termina. Nadie se atrevió a molestarme mientras revisaba unas vigas de una muestra que solicitó este Rafita. Se notaba que estaba lo que le sigue de enojado.


Así que cuando termino, a eso de las cinco de la tarde, me largo. Camino hacia mi camión, pero un claxon muy familiar empieza a sonar. Ah, ni madres. Ni loco me meteré al carro de ese hijo de la chingada.


—¡Gabriel! —comienza a gritarme pero yo lo ignoro y camino más rápido— ¡Gabriel, espera!


Antes de llegar a la parada, me jalan— ¡¿Qué quiere?! No me esté jalando —me zafo de su asquerosa mano y él se queda callado—. ¿Entonces qué rayos quiere? ¿Ahora sí tiene pies y cara para hablar o solo viene a pedirme que sea un buen perro? ¿Qué es?


Se queda callado unos segundos y cuando por fin se digna a verme, me siento algo intimidado— No tienes por qué hablarme así. Sé que hice mal, venía a pedirte una disculpa y a ver si querías que te llevara a tu casa.


—No, gracias —me cruzo de brazos, esperando el puto camión. Pero Santiago no se mueve—. ¿También se va a subir o qué? —pregunto desesperado porque su presencia me impone. Vale, Gabriel no puede ser tan bravo todo el tiempo y menos junto a semejante payaso.


—Sí.


—Ah.


—Iré a ver a un posible cliente y no hay dónde estacionar el carro.


—Ok —a ver quién te cree esa mentira, pinche mentiroso.


El camión llega y antes de dar un paso, Santiago me jala— Ya, no te enojes, Gabriel. Vente —me abraza y rodea mis hombros, pegándome a él.


—¡No estoy enojado! —comienzo a moverme como lombriz para que me suelte de una maldita vez, pero no me deja este imbécil— ¡Ya suéltame!


—¡Ya te pedí disculpas!


—¡Puta, pues perdón si sigo enojado! ¡No sabe cuánto me pinches apena que le enoje eso! —lo empujo y al fin me suelta— A la próxima solo dígame qué quiere de mí para no andar jugando de esta manera y tener que soportar sus pinches caras de mamón —sí, justo eso es lo que me molesta: que me hayan dicho una cosa y acabara siendo otra.


—Yo no estoy jugando contigo, ¿eso es lo que te enojó? ¿Que estuviera jugando contigo y que ya no te sonriera?


¡Ahora este cabrón de qué está hablando!


—¿Disculpe? —no, no, no. Está malinterpretando mis palabras. Yo no… no estoy molesto por su actitud tan distante. Estoy molesto porque me está usando descaradamente.


Se acerca a mí a pasos lentos— ¿Es eso, Gabriel? —se agacha un poco para estar cara a cara— No sabía que requirieras tanta atención y cuidados.


—¡No soy una mascota, animal! —me tapo la boca porque acabo de insultarlo— No animal de… yo… —la lengua se me está atorando, maldita traidora—. Es que yo…


Santiago empieza a reírse— Pues ya vente —lo sigo en silencio. Entre la vergüenza y el coraje. Me caga hacerle caso—. Ponte el cinturón —dice cuando hemos entrado a su auto.


El camino es muy callado, así es el doble de incómodo. Ni siquiera quiero voltearlo a ver, solo veo las calles y algunos árboles que llaman mi atención. Ya pensándolo mejor, me hubiera ido corriendo cuando pude.


—Gracias —digo en cuanto me deja frente a mi casa, por alguna razón me da un poco de penita que la vea tan descuidada.


—Fue un placer —me quito el cinturón y abro la puerta.

Pero antes de salir, le digo la decisión que tomé en estos minutos— Hace unas semanas me dijo que podía buscar a otro intermediario. Pues bien, mañana le daré a alguien para eso. Ya no quiero seguir siéndolo —salgo medio apurado y cierro la puerta.


Llego a las escaleras de mi casa y ahí soy estampado contra una pared. Me asusto porque pienso que me van a asaltar para terminar con broche de oro el día, pero no.


Para nada es eso.


Es como un maldito drama. ¿Qué está haciendo?


—No dejas que haga lo correcto.


—¿De qué rayos habla? —su expresión casi me da miedo. ¿Qué carajos se trae ahora? Pinche raro.


—Se suponía que no haría nada.


—¿Nada? —sus ojos se ponen muy serios. Y me da miedo este tipo frente a mí. Siento que me va a golpear por haberle hablado así.


Se acerca a mí hasta que termina dándome un beso en la frente— Nada intenso. ¿Qué es un beso en la frente? —sonríe y su cara se vuelve llena de… nada nada bueno.


—¿Qué insinúa?


—Que te quiero todavía junto a mí. Es divertido tenerte cerca —dice y se arrima más a mí. Más a mi… cadera.


Empiezo a abochornarme y estoy seguro que en cualquier momento empezaré a sudar— No me importa. Ya le dije que no seré su perro —su puto cuerpo casi me está tapando. Que no mame, ya que se abra a la chingada.


—No es así, te diría que eres más como un gatito rebelde y bonito, pero supongo que también te ofendería —empiezo a deslizarme hacia mi izquierda para ya salir de ese rincón.


Me vale madres que me haya dicho que soy un gatito. Ya me quiero meter a mi casa.


—Sí, sí, soy un gato huraño.


—Me gustas así —toma mi mano un momento y después se aleja—. Te veo después en el trabajo, Gabriel.


Creo que este pendejo se hizo el sordo cuando le dije que ya NO quiero trabajar con él. Quiero reclamarle y gritarle que deje de estar chingando.


Pero parece que mi lengua se desmayó porque nada más no reacciona.


Solo lo veo entrar a su carro y largarse.


En serio que yo nunca tengo días tranquilos. Hoy supe que casual todos, aparte de putos, son gays. Todo el pinche mundo es homosexual ahora.

 

Notas finales:

Nota: Gabo dice 'putos' en el sentido de que todos son unos cobardes.

Ojalá les haya gustado. Perdonen la hora. 

Mañana respondo sus reviews. Mil gracias por ellos, disfruté leerlos <3

Bonitas fiestas. Pásenla hermoso.

¡BESOS!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).