Acaricia con cuidado la imagen grabada en aquella cueva, concentrado totalmente en su tarea, ignorando por completo la hora que era y el ruido que había a su alrededor, como normalmente pasaba cuando se despegaba casi por completo de la realidad para poder pensar lo mejor posible.
Hasta que demasiado movimiento finalmente capto su atención, cuando uno de varios Mawile rozó su pierna mientras pasaban a retirarse del lugar. Tal acción no llamo totalmente su atención, así que regreso su mirada a la piedra rojiza que tenia en frente, lamentablemente, ya no fue capaz de regresar a su estado mental anterior cuando el ruido fue demasiado fuerte como para ignorarlo.
Fue entonces que lo vio.
Cuando se apresuro a rescatarlo del nido de Mawile en el que había caído, probablemente siendo un entrenador inexperto que no había aprendido a moverse entre criaturas tan engañosas.
—¿Te encuentras bien?
No pudo evitar acercarse lo más posible, intentando respetar cierto limite del espacio personal, pero al menos lo suficiente como para poder apreciar mejor sus ojos, que por el momento reflejaban abiertamente la sorpresa, probablemente por haber sido rescatado en un instante y el constante ruido que generaban los Mawile que intentaban subir a donde ellos se encontraban. Sin olvidarse, que el Poochyena que aún seguía abajo, entre las fauces de los Pokémon, parecía ser del chico.
“—Que ojos más hermosos…”
—Huff, huff… Muchas gracias.
—Es una manada de Mawile, el Pokémon engañador.
Por su propio bien y al notar que el chico tampoco parecía ser capaz de quitarle la vista de encima, se alejo lentamente de su lado para acercarse al borde de donde se encontraban a salvo, observando las fauces que intentaban saltar hacia ellos y finalmente escuchando al chico hablar, apresurándose a buscar información sobre el nombre que acababa de soltar, extrañado, tomando en cuenta los Pokémon que tenía, había pensando que si era de la región, pero por la forma en que buscaba la información, probablemente acabara de llegar, de otra forma, no hubiera caído tan fácilmente en aquel nido.
Rápidamente las cosas tomaron su ritmo, las piedras que tenia guardadas en su chaqueta brillaron cuando el Skitty se acerco demasiado, notando entonces como también el otro Pokémon que seguía abajo, brillaba de igual manera, el anuncio de que ambos habían llegado a su nivel perfecto para evolucionar y seguir adelante con una nueva apariencia.
Sonrió, observando la situación y totalmente seguro de lo que iba a realizar a continuación, después de todo, ahora también se encontraba atrapado junto con el chico de ojos parecidos al rubí.
—Me llamo Steven, ¿trabajarías conmigo?
—¡¡S-Si!!
Siguió atento a la situación, buscando el momento exacto en que finalmente el Skitty y el Poochyena terminaran de cambiar para poder intervenir en el nido de Mawile, pensando seriamente en la estrategia y la manera más rápida de escapar de ellos sin poner la seguridad del chico y la propia en peligro.
Tan distraído estaba, que tardo varios minutos en darse cuenta que el chico ya no se encontraba a sus espaldas y en cambio, había decidido bajar sin avisarle, poniendo en riesgo su seguridad y corriendo el peligro de alborotar aún más al nido.
—¿Qué estás haciendo?
—¡Grabando a los Pokémon! ¿No todos los entrenadores lo hacen?
Quiso pensar en lo inconsciente que era al realizar tal cosa en medio de tal situación, si quería hacer algo así, ¿no sería más fácil llevar un registro y quedar con otro entrenador para hacerlos evolucionar en un momento más adecuado?
Al final decidido no exteriorizar ese pensamiento, antes de tomarlo de la chaqueta y jalarlo fácilmente mientras corría, escapando por poco de las fauces de los Mawile que habían estado a segundos de caerles encima, claramente esperando por esa oportunidad en que tuvieran la guardia totalmente baja para poder hacerse con una buena cena.
"—Si tuviera dieciséis podría haber sido perfecto…"
Se acomodo mejor encima de Metagross, quien continuaba flotando mientras se alejaba del lugar. El chico, cuyo nombre hacia total referencia a sus propios ojos, no había resultado tan malo en seguir su plan, aunque se veía claramente que no estaba muy interesado en su platica sobre las gemas y mucho menos en las batallas Pokémon.
"—Dieciséis…"
Pensó detenidamente en aquel número, tragando saliva con un poco de dificultad, antes de sacar su Pokenave, buscando rápidamente entre sus llamadas perdidas y varios mensajes aquel que deseaba ver, sin éxito alguno.
Drew seguía sin contactarse con el e intentar investigar sobre si se había conseguido un numero nuevo estaba fuera de discusión, no solo porque no había nadie a quien preguntarle, sino también porque ahora ya no tenia tiempo que perder, justo como le había comentado a Ruby, estaba en la búsqueda de alguien que peleara a su lado en contra del Team Aqua y Magma, quienes se encontraban mas presentes que hace algunos meses, todo parecía ir encaminado a que estaban a pocos pasos de completar sus planes, mientras que ellos se encontraban lejos de poder detenerlos.
—Ahora que recuerdo, es el mes de la Cornalina y Rubí… Mm, no me interesa, pero, esta piedra solar, podría ser una gema de regalo.
Una de muchas disculpas que iba a tener que dar.