Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Inocencia total por 1827kratSN

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Tsuna soportaba las carcajadas, en verdad se esforzaba, pero era casi imposible al tener ante sí la mirada llena de reproche de un adolescente de quince años —solo en apariencia física—, que vestía un traje pulcro con fedora incluida y que se negaba a salir a la fiesta, porque según él, todas las adolescentes asistentes se lanzarían sobre él para coquetearle y odiaba eso.

Tsuna ya había lidiado con aquello muchas veces, pero esta era especial, porque todos debían asistir a esa ceremonia. Y cuando decía todos, era todos. Incluso Kyoya se esforzaría y estaría presente —tuvo que chantajearle con una misión especial en Japón, pero eso era secreto—. Por eso Reborn no podía faltar.

 

—No saldré —se cruzó de brazos.

—Reborn, por favor —Tsuna tuvo la idea de inclinarse para estar a la altura del adolescente, pero no quería iniciar una pelea en ese instante, así que se quedó erguido.

—El que busca esposa eres tú, no yo —frunció parte de su nariz en una mueca de desagrado.

—Pero me tienes que ayudar a juzgar a la candidata —evitó reírse de nuevo.

—Yo no participaré en esa estupidez.

—¿Por qué? —sonrió, enternecido por la pataleta de Reborn.

—Porque no —se giró levemente para no hacer contacto visual.

—Eso me suena a… celos —lanzó el comentario en broma, hasta rio suavemente, pero como respuesta recibió una mirada fría, el silencio y un gruñido bajo—. ¿Me pasé? —no quería pelear con Reborn, así que se disculparía.

—En realidad te has pasado desde hace rato —chistó.

—¿A qué te refieres? —tal vez, la presión estaba funcionando. Eso sería tan genial.

—No te hagas el idiota porque sé muy bien que te has dado cuenta, dame-Tsuna.

—Hace mucho que no me llamabas así —sonrió divertido.

—No cambies el tema.

—No sé de lo que hablas —entrecerró sus ojos, satisfecho por el sendero de aquellas palabras.

—Yo sé que te has dado cuenta —odiaba cuando el castaño fingía ser estúpido y despistado.

—Y yo creo que, tal vez, tenemos una idea diferente de lo que pasa —sonrió nervioso y emocionado—, así que… ¿Qué tal si vamos a la fiesta y…?

—No quiero que te cases con ninguna de esas mujeres idiotas —casi gruñó cada palabra—, ni con alguien más.

—Reborn… —fingió estar sereno, pero en realidad, internamente gozaba de un festejo por un triunfo apresurado.

—Te estoy diciendo que sí —apretó los labios—, ¡estoy celoso de esas cabezas huecas!

—Sólo estaba bromeando —por diversión, presionaría un poco más.

—Pero yo no.

—¿Por qué? —susurró.

—Porque si no detienes esto —Reborn sonrió como si fuera el mismísimo diablo—, tendré que bajar y empezar a disparar para ahuyentar a tus candidatas…, hasta que solo yo pueda tomar el dichoso puesto que tanto ofertabas.

 

En medio de esa plática ambigua, escuchando a lo lejos la música de la fiesta, con la luz de las lámparas en esa habitación, se quedaron mirándose fijamente. Tsuna quiso negarse, pero eso sería mentirse a sí mismo, y hace mucho juró que no lo volvería a hacer. Además, estuvo tanto tiempo buscando aquel conjunto de palabras que avivaran una esperanza casi moribunda. Reborn, por su lado, parecía estar soportando las ganas de tomar su glock e ir a despejar toda la fiesta hasta que todos se fueran o murieran en sus manos.

 

—Gracias.

 

Nadie se imaginaría el peso que le quitaron de los hombros al décimo cielo, ni la dicha que lo embargó. Tanto tiempo jugando con fuego, riéndose de sus desgracias y triunfos, al fin daban resultados. Por eso no pudo quedarse sin hacer nada y simplemente hizo lo que hace tiempo atrás hizo también. Abrazó el cuerpo de Reborn y suspiró en medio de una sonrisa.

 

—Siempre has sido un niño con falta de confianza —Reborn se quedó quieto, sin responder, ocultando una sonrisa aliviada.

—Me gustabas desde hace tanto —confesó sin miedo, con la seguridad plena de que no era ni mal momento, ni mal lugar—, porque siempre fue divertido darte contra.

—Te mereciste cada golpe.

—Ah sí —rio bajito antes de separarse de Reborn—, pero quería estar seguro de todo.

—Jamás me engañaste, dame-Tsuna.

—Y yo creí que al menos oculté algo bien.

—Yo lo sabía todo desde el inicio —se acomodó el traje—. ¿O creíste que no sabía de tu pasado con Varia cuando llegué a ser tu tutor?

—Pues… —rio bajito al recordar esa época—, era un poco ingenuo.

—Y sigues siéndolo —se alejó del castaño.

 

Tantos años habían pasado desde que un camino torcido retomó su rumbo original, tanto caos enfrentado con voluntad de hierro, tantos sueños nuevos que desechó por precaución. Estaba algo inquieto, pero a la vez, sólo estaba feliz. Tsuna supo en ese instante que no tuvo que hacer todo ese teatro de la "elección de su nueva esposa”, para obligar a Reborn a confesar lo que ambos sentían. Ah, pero nadie le quitaba lo divertido del asunto. Porque sí, siempre le gustó alterar la calmada personalidad de Reborn.

 

—¿Puedo besarte, aunque sea una vez?

—No hasta que acabes con esta farsa —bufó, furioso todavía.

—Solo iba a buscar a una chica que fuera vientre de alquiler —se justificó Tsuna en medio de sus risitas—. Jamás me casaría con alguien que no fueras tú, Reborn.

—Muy romántico y todo —hizo una mueca—, pero no veo que hagas algo con esas arpías —señaló la puerta.

—Se supone que el jefe soy yo —dijo divertido antes de caminar hacia la puerta.

—Pues actúa como tal.

—Está bien —miró a Reborn una vez más—, no tardo.

—Jamás dejaste de ser un idiota infantil.

—Y por eso te gusto —elevó su voz desde el pasillo, riendo poco después.

—Tienes buen trasero —siguió el juego.

—¡El tuyo es mejor! —soportó la carcajada—. Siempre quise decirlo —canturreó.

 

Había sido una buena vida, algo alocada y llena de conflictos, pero buena…, y siempre lo sería. Lo sería más cuando encendiera sus guantes y mandara al diablo a todos mientras los amenazaba con sus llamas de la última voluntad, porque ya no servía de nada fingir algo que no quería. Además, de paso se tomaría por mano propia el hecho de amedrentar a un par de individuos cuya lealtad era dudosa y que trataban de envenenarlo con vino.

Tal vez debería hacerles beber ese vino.

Sí.

Sonaba muy bien.

¿A Reborn le gustaría la cabeza de los traidores como primer regalo?

No. Tal vez era demasiado.

Aunque…

No, no.

Era cierto que algunas actitudes aprendidas de los Varia, no pudo dejarlas atrás. Como la fascinación por ceder muerte como obsequio para la “reina”. Lussuria estaría tan orgulloso si le contara sus ideas, pero no, era demasiado. Lo bueno era que dejaron de ser enemigos y ahora eran aliados, y si bien su hermandad jamás pudo volver a demostrarse a plenitud debido a los roces que tuvieron en el pasado, en el fondo se consideraban parte de la familia. Hasta le caía bien Xanxus, porque sus trabajos eran impecables.

Cosas más, cosas menos.

Pero algo jamás cambió.

Los voceros de ese sentimiento fraternal siempre fueron y seguirían siendo Lussuria y Squalo.

 

—¿Tienes wiski, niño? —Squalo solía llegar a la mansión de vez en cuando.

—¿Peleaste otra vez con Xanxus-niichan? —rio por lo bajo ante la mirada fulminante del albino.

 

Debía aclarar que le gustaba llamar “nii-chan” a Xanxus para sacarlo de sus casillas. Oh sí. Nadie le quitaría la dicha de molestar al hijo de Nono, quien le dio demasiados dolores de cabeza en el pasado, y quien lastimó su corazón ilusionado porque no lo dejó formar parte de Varia. Su venganza todavía seguía en pie hasta esa época, aunque fuera algo infantil.

 

—Adoro como suena “oni-chan” en tu boquita —canturreaba Lussuria quien siempre aprovechaba el momento, para excusarse junto a su vice capitán e ir a visitar a su conejito—. Mi Tsuna siempre será lindo.

—¿Pelearon? —preguntó a Lussuria quien asintió—. ¿Qué fue esta vez?

—¡Los estoy escuchado! ¡Maldición! —vociferó Squalo mientras buscaba las botellas.

—Ya decía yo que la admiración de Squalo era algo más que eso —sonrió Tsuna—. Era amor lo que notaba cada que hablabas de Xanxus.

—¡Que te calles! —lo amenazó con su espada.

—Voy a preparar su boda~ —canturreaba Lussuria siguiéndole el juego al castaño.

—Habrá rosas blancas y mucho vino —canturreó Tsuna junto con Lussuria—. Y vivirán felices por siempre.

—Ansío tanto ese momento~

—Mejor planea la boda del mocoso que últimamente anda cariñoso con el niño exarcobaleno —bufó Squalo antes de destapar una botella y beber con prisa.

—Ah~ —el sol de Varia abrazó a Tsuna y restregó sus mejillas como hacía hace años—, mi bebé ya se lo dijo.

—Luss —rio el castaño antes de romper del abrazo—, no me dejas respirar.

—Ahora planearé una boda doble —canturreó Lussuria—. ¿Verdad?

—Reborn es un niño aun —rio por el ánimo del que siempre sería su hermano mayor.

—¡Y qué importa! —chistó antes de sentarse y sacar su celular para buscar algunas cosas—. Somos la mafia, qué nos importa esas nimiedades.

—Ya quiero ver al mocoso de patillas usando vestido —se burló Squalo antes de recostarse en uno de los sofás.

—¿Entonces Xanxus y Squalo si se casarán? —Tsuna se sentó junto a Lussuria para mirar los pasteles de bodas.

—VOOOOIII, ¡Que estoy aquí, estúpidos!

—Será un gran festejo.

—Uh, me gusta ese —Tsuna siguió ignorando las amenazas del ajeno.

—Entonces ese será el pastel de tu boda, Tsu-chan.

—Pero no creo que Reborn acepte.

—Si lo haces bien, lo hará —Lussuria sonrió, iba a ir por una travesura—. Yo te ayudaré con eso.

—Nada de muertos.

—Le quitas diversión a la vida, conejito.

 

Si, los días en Vongola siempre eran alegres a pesar de todo.

Y lo eran más si el cielo estaba feliz.

Lo eran mucho más cuando Reborn no quería matarlos a todos porque interrumpían el tiempo con su cielo.

Todo se acostumbraron ya a cubrirse los ojos antes de entrar a la oficina de su jefe por precaución.

Y también fingían no mirar cuando Tsuna besaba con dulzura a Reborn en los desayunos.

 

 

Notas finales:

 

¿Me perdonan?

No me salen las cursilerías cuando quiero, pero bueno, al menos lo intenté.

Final raro, pero bueno.

Con esto declaro el día 3 de la R27Week2019 finalizado.

Los ama: Krat~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).