Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Plan conquistar. por 1827kratSN

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Era raro hallarse frente a una casita sencilla, pintada de celeste y violeta en tonos muy suaves, cuya entrada estaba adornada por algunos rosales —o eso parecían— y en la puerta había una especie de corona con flores artificiales pequeñas y de colores. México debía admitir que iba de acuerdo con su maplecito, siendo sencillo y acogedor a primera vista, pero también admitía que pensó ver algo más extravagante como las propiedades de USA, porque a Canadá tampoco era como si le faltara dinero o algo así.

 

—Something happens? —(¿Sucede algo?), indagó por el silencio instaurado.

—Me gusta tu casa —sonrió ingresando lentamente para admirar su alrededor—, es como tú.

—Like me? —(¿Cómo yo?), dio un rápido vistazo, pero no lo entendió.

—Tranquila, hogareña, te dan ganas de… —movió sus manos mientras pensaba—, no sé.

—I don’t understand you —(No te entiendo).

—Ni yo —rio bajito—, solo digo que me gusta tanto como me gustas tú —se internó un poco más, fijándose en las grandes ventanas con cortinas de un solo color.

—Je vous aime aussi —(También me gustas), susurró.

—Canadá —el mencionado se tensó, creyendo que lo escucharon, o peor aún, que lo entendieron—, no quiero asustarte…, pero hay alguien en tu cocina y sostiene un cuchillo —México se puso a la defensiva, listo para arrojar lo primero que tuviera a la mano—. ¿Nos vas a chingar o qué? —le habló al desconocido.

—Si vous vous approchez ... —(Si te acercas), sostuvo fijamente el cuchillo— je n'hésiterai pas à attaquer (no dudaré en atacar), respiró agitado.

—No te entiendo una verga —ambos estaban tensos.

—Quebec —Canadá se apresuró a ingresar a la cocina cuando reconoció esa voz—, pose ça… —(Baja eso), elevó sus manos para calmar a su provincia—. Il est Mexique, notre invité —(Él es México, nuestro invitado).

 

Mala forma de conocer a su futuro hijastro, pero se solucionó ante la intervención de Canadá, quien no tenía idea que una de sus provincias se hallaba en casa. La cosa era que Quebec había ido allí por unos asuntos políticos o algo así, decidió esperar a su padre escuchando música con los audífonos, preparándose un sándwich, y se asustó mucho cuando de pronto vio frente a él a un sujeto no identificado. Fue un pequeño lio sin importancia que se resolvió cuando padre e hijo tuvieron una charla en el idioma “ité, ité”.

México se alejó de esos dos para mirar un poco la casa ajena, tratando de no tropezar o romper algo, cuidadoso porque estar allí era como un regalo y cada detalle un tesoro, era el sitio donde su maplecito pasaba la gran parte del tiempo. Si pudiera ir a la habitación del bicolor estaba seguro de que aprovecharía y abrazaría una almohada de este, cumpliendo una fantasía rara que se le pegó entre sus pláticas con Japón. Pero como solo se halló en la sala, abrazó un cojín.

Estaba tan entretenido en su propio mundito lleno de fantasías donde se casaba con el maplecito, que ni se dio cuenta cuando el tal Quebec se le acercó sonriendo; se asustó un poco, pero mantuvo la postura serena mientras asentía a las palabras que no entendía, aunque reconoció tal vez un “gusto” y un “cuida”. Siguió perdido cuando Canadá intercedió —seguramente explicando que él no sabía francés—, para después verlos sonreírse y despedirse. Así de rápido y fácil.

No se quejó, porque de esa forma tenía a Canadá solo para él.

Serían solo ellos dos en una casita sencilla, platicando, comiendo juntos, sentados en al sofá, viviendo felices por siempre.

Su fantasía hecha realidad.

Aunque había que arreglar un par de detalles, pero por ahora le era suficiente con eso.

 

—It's cold, so you should wear a coat —(Hace algo de frío, así que debes usar un abrigo), Canadá sonrió al ver a México comiéndose algo de queso a la par que guardaba los bocadillos que prepararon para esa salida—. You have one? —(¿Tienes uno?), comentó.

—Hum —México tenía algo para el frío, pero le ganó el deseo de aprovechar esa oportunidad—. No maplecito…, lo olvidé.

 

Se las apañó para llegar a la habitación de Canadá, hurgar entre cajones junto al bicolor, abrazando una almohada cuando el maplecito se distrajo, y vistiendo un abrigo que no era suyo —obviamente—. No era de su talla, le quedaba grande en algunas partes, pero era cálido, y era de Canadá. Lo demás podía valer verga, estaba feliz así. Por eso tenía una sonrisa de oreja a oreja cuando salieron de esa casa en dirección al dichoso parquecito del que olvidó el nombre.

Hacía un frío de la fregada, pero lo compensaba el bonito paisaje que los recibió desde el inicio, porque había un lago y mucha vegetación, barquitos raros, hasta vio un caballo por allí. Siguió temblando como gelatina, pero eso también fue bueno, porque su mano fue sujeta por la ajena y con eso agarró un poco de calor. Aunque poco después Canadá le compró guantes y un gorrito de piel, pero disfrutó mientras se pudo.

Caminaron mientras platicaban sobre sus gustos, siendo México quien se embelesó recordando sus orígenes, creencias y cultura, que mutó con todo lo pasado en sus tierras. Canadá no pudo quitarle los ojos de encima, perdiéndose entre las palabras dadas por esos labios y el suave golpeteo de las olas lejanas que limitaban en sendero.

 

— I think you are wonderful —(Yo creo que eres maravilloso),susurró Canadá antes de fijarse en el final de esa ruta.

—Sí me sigues hablando así, voy a avergonzarme —sonrió—, vas a lograr que yo... me ponga bien pendejo y diga mamadas.

—Am I bothering you? —(¿Te estoy incomodando?), sinceramente no quería eso.

—Es más como... —se tocó el pecho— ¿calentarme?

— But weren't you cold? —(Pero ¿no tenías frío?), se detuvo para mirarlo.

—Maplecito —apretó los labios— si sigues mirándome así voy a inspirarme y a pensar en pendejadas.

—As which? —(¿Cómo cuáles?)

Cómo que quiero sacrificar mis rodillas para llevarte al cielo —rio para sus adentros, porque presentía que no le iban a entender.

—And how would you do that? —(¿Y cómo harías eso?), se sintió afligido—. I don't want you to hurt yourself —(No quisiera que te hicieras daño).

—Maple...

— Your company is enough for me —(Me basta con tu compañía).

—Ey, Ey —rio por aquella confusión—, tranquilo... Sólo... lo malinterpretaste.

—Oh —se sintió tonto—, you explain me? —(¿me explicas?)

—No —siseó—, mejor sigamos el paseo.

 

México logró desviar la atención de Canadá cuando señaló una pequeña zona de descanso y tomó la mano del más alto. No pasó por alto el sonrojo del maplecito, ni el hecho de que sutilmente fuera Canadá quien entrelazó sus dedos mientras apresuraban sus pasos. Lo disfrutó a un nivel nuevo, donde su pecho explotaba en dicha y su mente no hacía más que viajar hacia un futuro más ameno, todo mientras su cuerpo se movía automáticamente para desempacar sus refrigerios.

Comieron en silencio, admirando un velero que circulaba despacio, sentados uno junto al otro, rozando sus dedos de vez en cuando, aprovechando que se quitaron los guantes para no ensuciarlos. Y siguieron así mientras se montaban en uno de esos veleros, caminaban a orillas sobre unas rocas no definidas, cuando se persiguieron entre juguetones retos, y cuando rentaron un par de bicicletas para recorrer una zona bastante amplia.

En ese día solo eran ellos dos.

 

—Me duelen las patas —se quejó cuando ya no pudo más.

— It's time to go home —(Es hora de regresar a casa), sonrió al sentarse junto al mexicano.

—Me divertí mucho. Hay que repetirlo.

—When you want, Mexique —(Cuando quieras, México).

—Maplecito... —iba a explotar de amor—, no me trates tan bonito o me ilusiono.

— I just want to make sure you'll come back —(Sólo quiero asegurarme de que regresarás).

—Me quedaría contigo toda la vida si así lo quieres.

—I... —(yo), enrojeció— would appreciate that…, because I would never stop having fun —(apreciaría eso...., porque jamás dejaría de divertirme).

 

México quiso besar a aquel güero tan dulce, lanzársele encima, abrazarlo y sentarse en esas piernas para aprisionarlo con las suyas. Quiso saborearlo hasta el cansancio, pero no era el momento. No en ese parque, ni en el auto, menos en la entrada de esa casa, el momento preciso fue cuando se quitaban sus abrigos en la sala.

Dudó. Sí. Porque había la posibilidad de que confundiera amabilidad y amistad con algo más, pero esa sonrisa y el sonrojo, además de las miradas que Canadá le dedicaba... ¡eso! Y que sus manos se buscaron entre sí cuando se sentaron en el sofá..., fue lo que lo empujó.

Pues que valga verga.

Era todo o nada.

Se acercó un poco a ese rostro, sintiéndose más enano de lo normal pero también divertido por el color que de pronto adornó el rostro de Canadá, quien no se movió ni dejó de mirarlo. Le apretó la mano y suavemente enredó sus dedos, sonrió sin poder evitarlo y se dio cuenta que sus oídos zumbaban a pesar de que sólo había silencio en esa sala.

 

—Maplecito —susurró muy cerca de ese rostro—, ¿puedo preguntarte algo?

—Mexique —su voz tembló.

—No quiero hacer algo sin tu permiso.

 

Entonces Canadá entrecerró sus ojos y cortó la distancia hasta casi rozar sus labios con los ajenos. Sus manos estaban heladas por los nervios y la adrenalina, sentía mariposas en el estómago, pero halló fuerza para susurrar.

 

— I'm in love with you, Mexico —(Estoy enamorado de ti, México).

 

Y no faltó más pista para que el tricolor uniera sus labios con los del más alto. Fue un besito corto y amable, duró un par de segundos apenas, saboreando ese momento, su felicidad y su desbordado amor. Rio sobre los labios ajenos antes de sentir como Canadá iniciaba otro beso, le correspondió encantado, moviendo sus labios con delicadeza, al ritmo calmo y avergonzado que el maplecito le impuso.

No pudo ser más perfecto.

Siguieron así por un rato más antes de que Canadá perdiera un poco de compostura y empezara a murmurar cosas en francés. México no entendió ni verga, pero no le hizo falta, era mejor si callaba a ese dubitativo güero con un beso un poquito más ansioso que los primeros. Le hizo entender que aquello era real y que los problemas podían irse a la chingada, porque ahora que ya lo ahogó con unos besotes bien sabrosos, jamás lo iba a volver a soltar.

 

 

 

 

Notas finales:

 

Ainsk, me morí con esto.

Ahora… este fanfic fue creado como para subir OS que no tienen relación entre sí, pero terminé haciendo una historia corta, lo que me lleva a la duda de si dejarlo como terminada o aumentar más capítulos sin conexión, no sé, lo meditaré con la almohada.

Espero les haya gustado~

Muchos besos~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).