Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Poquito de todo por 1827kratSN

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

—Come on, I need to go now! —(Vamos, ¡necesito irme ya!)

—Frère, calme-toi, ils vérifient juste l'avion —(Hermano, tranquilo, solo están revisando el avión).

—Well, hurry up! —(¡Pues que se apuren!)

 

Poco pudieron detenerlo. Apenas se habilitaron los vuelos y lo autorizaron a usar su avión privado para cursar la ruta respectiva, tomó una maleta en la que metió lo primero que halló y en menos de dos horas estuvo colocándose el cinturón de seguridad para trasladarse junto a Canadá hacia Ecuador. Fueron las peores horas para él, muchas veces quiso gritarle al piloto que se apurara, y era allí donde el canadiense lo detenía con alguna de las estrategias aprendidas desde hace años.

Todo fue muy tenso hasta que USA logró dar con la casa donde se suponía estaba refugiado su pequeño tricolor, información que la propia Pichincha le dio, porque según ella, su padre lo necesitaba. Sin embargo, cuando el par de norteamericanos arribó, se hallaron con una barricada constituida por casi todos los hijos del ecuatoriano, los supo reconocer porque Ecuador le mostró decenas y decenas de fotografías de sus “guambritos”.

 

—Largo de aquí, gringo —vio a un chico parecido a Pichincha, pero con sus franjas de forma horizontal—. Que por ahora papá tiene que descansar.

—No queremo’visitas —siguió otro, mismo que sujetaba algo parecido a una ¿espada?

—Suficiente problema tenemo’ahora.

 

Reclamos y miradas cargadas de tristeza y cansancio. Los norteamericanos lograron identificar en muchos de esos chicos, las grietas y vendas en evidencia del desastre que acababan de superar. Eran alrededor de diez muchachos los que intentaban espantarlos, amenazándolos con machetearlos si les daban más problemas, pero también estaban dos muchachitas paradas cerca de la puerta, quienes señalaban algunas cosas y discutían en voz baja.

 

—Yo solo quiero verlo —USA miró a todos, sin amedrentarse, intentando vocalizar correctamente—. Yo estoy preocupado —se ganó varias miradas extrañadas.

—¿No te da gracia el gringuito? —canturreó el que parecía ser el más joven de ellos—. Habla bien chistoso y todo.

—Yo no me fío de él —bufó una de las hermanas.

—Necesito verlo —USA se estaba esforzando por no dar una mala imagen, intentaba no marcar demasiado su acento—. Por favor… Quiero cuidar de su padre.

—Ehm… Pichincha debió explicar a todos —segundó Canadá, porque estaba decidido a ayudar a su hermano.

—Explicar nada, colorado —meneó su machete y golpeó ligeramente su pierna con este—, lárgate ante’de perder mi paciencia.

—I want to see him! —(¡Quiero verlo!), ya no aguantaba tantas formalidades.

—Frère, calme-toi —(Hermano, cálmate), le sostuvo del brazo para que no hiciera una locura.

—¡Váyansen! —bufaron las provincias—. No queremos más tonteras aquí.

 

Pelea iniciada en medio del bullicio de quienes estaban en contra de los gringos, intentos de quienes parecían indecisos sobre la situación, y cada vez más alteración en los que al parecer buscaban a sus hermanos faltantes. Los ánimos se elevaban, algunos gritos se dieron, palabras al viento, todos intentando cuidar de quien amaban con devoción, ninguno pensando en que estaban armando un escándalo innecesario.

 

—¡¿Qué carajos pasa aquí?! —de pronto salió uno de esos hermanos, una provincia de franjas horizontales celestres y blancas que además tenía algunas estrellitas en su rostro—. ¡Les dije que papá necesita silencio, bola de…! —se quedó en silencio cuando su hermana Orellana señaló a los recién llegados.

—El que más bulla hace eres tú —bufaron los demás en protesta.

—Me advirtieron que vendrías —Guayas se cruzó de brazos—, y me dijeron que te echara cuando te viera, gringo.

—No sé quién… —lanzó un bufido antes de carraspear—. I don't know who put them against me —(No sé quién los puso en mi contra), ya no podía concentrarse con todo, así que volvió a su idioma natal—, but I clarify that my intentions are not bad —(pero les aclaro que mis intenciones no son malas).

—Queremos hablar con Pichincha —añadió Canadá—, ella sabe de nuestra llegada —odiaba que aun silbara entre frases, pero no le quedó de otra.

—No me gusta su acento —Guayas hizo una mueca—, hablen en su idioma gringolés, les entiendo —suspiró antes de masajear su entrecejo—, y les aclaro que no…

—¡Les dije que me avisaran apenas llegaran!

 

Esa voz calmó a los recién llegados, porque Pichincha era aliada suya, su contacto con tierras latinas. Aunque no pudieron siquiera sonreírle o agradecerle, porque tuvieron que ahogar una risa cuando la vieron patear la espalda baja de su hermano mayor, Guayas, para que este le dejara de cortar el paso. Además, la vieron insultar a los demás para que se callaran.

 

—Y quiero que ustedes dejasen de portarse como unos mocosos. ¡Carajo! —suspiró antes de acomodarse el cabello—, ya suficiente tengo con el tío Vene.

—He is here? —(¿Él está aquí?), susurró Canadá cuando Pichincha se le acercó.

—Sí —tosió un poco antes de acercarse para besar la mejilla de ambos gringos como saludo—, pero al menos logré que tío Colombia y tío Panamá se turnaran para venir a cuidar de papi, así que solo tendrán que lidiar con uno de ellos por ahora.

—Dear, I can't keep standing here —(Querida, no puedo seguir parado aquí), USA señaló frenéticamente la entrada, hasta su pierna se movía para golpear el piso—, I need to see him, it's urgent! —(Necesito verlo a él, ¡es urgente!)

—Lo sé —se sujetó el pecho e hizo una mueca, aun no se sentía del todo bien—, y ahora es cuando —sonrió tomando la mano de USA—, logré que tío Vene fuera a la tiendita—también tomó la mano de Canadá.

—When did you do that? —(¿Cuándo hiciste eso?)

—Cuando escuché el griterío y espié por la ventana —rio entre dientes.

—But won't you have problems with them? —(Pero ¿no tendrás problemas con ellos?), Canadá señaló a los hermanos que aun formaban la barrera.

—¡Se quitan o saco el cabestro y los persigo por el monte! —elevó su voz, pero mucho caso no le hicieron—. ¿O quieren que le cuente a papi lo de la borrachera de hace un año?

—¡Tas loca! —muchos se agitaron y otros empezaron a maldecir entre dientes.

—¡Entonces quítate, carajo!

 

A empujones y amenazas, así fue que logró Pichincha deshacerse de los molestos de sus hermanos y hermanas para casi correr por el pasillo de esa gran casona que usaban cuando todos llegaban para las fiestas familiares. Dio un par de giros y sin decir mucho señaló el cuarto correcto. Ella también se veía en malas condiciones, una grieta la atravesaba desde el mentón a la mejilla, pero aun así les sonreía animada, pidiéndoles de favor que animaran a su padre. USA la abrazó entre agradecimientos antes de casi correr para abrir la puerta.

 

—¿Tú no irás? —Pichincha miró a Canadá.

—No —sonrió—. My brother deserves his moment of privacy —(Mi hermano merece su momento de privacidad).

—Ta’ bien —sonrió antes de unir sus manos sobre su vientre—. Entonces tú me ayudas a impedir que mi tío Vene quiera venir por la cabeza de tu ñaño —le dio un golpecito en el brazo.

—I have to do it? —(¿Tengo que hacerlo?), rio de forma nerviosa.

—Míralo de esta forma. Si tú me acolitas, tu ñaño tiene un poco más de tiempo para estar con mi papi.

—It's okay —(Está bien), suspiró—, It sounds fair —(suena justo).

 

Canadá solo se acercó a ese cuarto para dar un ligero vistazo, sonreír por la forma dudosa en que su hermano caminaba hacia el ecuatoriano dormido entre penumbras, y después cerrar esa puerta para seguir con las instrucciones de Pichincha. Esperaba darles el suficiente tiempo, es más, intentaría hacer que Venezuela… No, lo creía imposible…, pero al menos lo intentaría. Iba a hablar con Venezuela para que permitiera que ese noviazgo, o al menos esa visita, se diera sin problemas.

USA había entrado a esa habitación sumamente confiado y enérgico, pero al estar ahí…, sintió un escalofrío recorrerle la espalda, porque no sabía qué decir o hacer. Solo sabía que, al fin, después de tantos días, por fin estaba así de cerca del tricolor. Con euforia y un ligero miedo, de esa forma dio el par de pasos para acercarse mientras se quitaba sus gafas y las colgaba de su camiseta.

Dejó de respirar mientras más se acercaba a aquella cama, sentía su pecho vibrar por los latidos frenéticos, sus manos le temblaban y ni apretando sus puños pudo controlarlas, todo porque ante sus ojos se hallaba la pequeña figura durmiente de su adorado tesoro. No podía creer que al fin logró llegar hasta él.

 

—Darling —susurró muy bajito.

 

Gracias a la suave luz que se colaba por entre las cortinas, pudo ver ese rostro pacífico que ahora era adornado por largas grietas que asemejaban a las ramificaciones de un árbol. Notó los vendajes, los rasguños, y varias manchitas negruzcas en esos labios separados al suspirar entre sueños. Aun en ese estado Ecuador era muy hermoso. Se acercó lentamente para deslizar sus dedos por un mechón amarillo que cubría uno de esos párpados, lo apartó y se fijó en las ojeras marcadas.

Apretó los labios y suspiró.

No podía evitar sentir pena.

Se quedó quieto cuando lo vio hacer una mueca y luego darse vuelta para quedar boca arriba, sonrió al escuchar algunos susurros inentendibles, y después solo se sentó en el filo de esa cama sin saber si era correcto cortar ese sueño tan agradable. Grandes eran sus ganas de abrazarlo, hundir su rostro en ese cuello calientito, besar esos labios que extrañamente siempre sabían dulce, pero sinceramente se conformaba con solo deslizar sus dedos por esa mejilla.

 

—Dejáme dormir un rato más —refunfuñó aun dormido, frunciendo el ceño y girando su rostro—, o vas a ver, guambra.

—No —USA rio entre dientes, carraspeando apenas antes de recordar todo el español que podía pronunciar decentemente—. Es hora de comer.

—¿Qué cocinó Vene? —manoteó al aire sin abrir los ojos, acomodándose para seguir durmiendo.

—Fritada —USA tuvo que cubrirse la boca para no reír cuando vio a Ecuador destaparse automáticamente y hacer un par de muecas.

—Ya voy.

 

La evidencia de esos días terribles se marcó en esa piel, el estadounidense lo sabía, pero verlo directamente fue algo que le trajo malos recuerdos y un amargo en su boca. Suspiró, controló sus dedos para que no tocaran las vendas, pero no pudo callarse por mucho tiempo.

 

—You are very beautiful anyway, you know? —(Eres muy hermoso de cualquier forma, ¿sabes?), sonrió—. But I like you more when you don't wear these bandages —(Pero me gustas más cuando no llevas estas vendas).

—¿Hermoso yo? —rio entre dientes—. Tas meco hoy… —entonces se fijó en dos cosas—, ¿mijo? —su cerebro hizo clic.

—No —rio entre dientes antes de acariciarle la mejilla.

 

Ecuador hizo una mueca antes de abrir su ojo derecho, pestañeando varias veces y tratando de enfocar. La cosa era que se dio cuenta de que le hablaron en inglés, además de que no era la voz de alguno de sus hijitos, así que… intentó saber quién era. Aún estaba medio dormido, rendido por el cansancio acumulado, no podían culparlo por no captar las cosas más rápido de lo normal. Restregó sus ojos con prisa para acostumbrarse a la oscuridad parcial y así mirar bien a su acompañante.

 

—Oh… —sus brazos se relajaron y los dejó caer a cada lado de su cabeza.

—Only that will you say, darling —(Solo eso dirás, cariño), fingió un sollozo—. How bad are you —(Qué malo eres).

—¡Genial! —Ecuador frunció sus labios—. Estoy delirando de nuevo —bufó—. ¡Necesito una col!

—I don't understand why you need that —(No entiendo para qué necesitas eso), rio antes de tomar esa mano y acercarla a su rostro—. Hey, look at me, honey —(Ey, mírame, cariño).

 

Sonrió cuando esas manos se quedaron quietas y logró deslizar las suyas para extenderlas y juntarlas con las palmas ajenas. Lentamente entrelazó sus dedos, sin dejar de admirar a aquel tricolor, esperando a que la mente del ecuatoriano captara esa situación. Estaba atento a cualquier reacción, y maldijo mentalmente porque se olvidó de las miles de disculpas que repasó para decirlas en ese momento.

 

—¿Gringuito? —su voz fue apenas un susurro.

—Darling… I want… —(Cariño…, yo quiero…)

 

USA se sorprendió porque Ecuador fuese el que se lanzara a sus brazos, pero no se quejó, por el contrario, solo pudo rodearlo y suspirar lleno de alivio. Escuchó el respirar agitado cerca de su oído, sintió como esos brazos que rodeaban su cuello temblaban con ligereza, y él solo pudo deslizar sus dedos cuidadosamente por esa espalda herida. Era tan feliz por tenerlo consigo de nuevo.

 

—I wanted… —(Yo quería…)

—América, toy bien feliz de verte —sus labios temblaron.

—I missed you —(Te extrañé).

—Ay… Voy a chillar —se quejó ocultando su rostro en el cuello ajeno—. Justo ahora voy a…

—I'm sorry —(Lo siento), USA no podía dejar de decirlo—. I'm sorry I used that ugly word to... —(Lamento haber usado esa fea palabra para…)

—Cállese, gringo —su voz se quebró—, solo abrázame un ratito, ¿quieres?

 

Sus lágrimas se desbordaron porque esa visita que no previó, desestabilizó sus emociones. Ecuador culpaba al gringo de que su máscara de calma y su sonrisa siempre amable se rompiera para dar paso a un tembloroso country que buscaba confort y consuelo, porque estaba tan emocionado de por fin ver al desgraciado americano, y se sentía tan a gusto y en confianza, que pudo desahogar todo el dolor acumulado por tantos días. Lloró en brazos estadounidenses, ocultándose cual niño en el pecho ajeno, sollozando suavecito mientras susurraba incoherencias y confesaba sus temores.

Sintió besos en su cabello, sus sienes, sus mejillas, y eso solo le ayudó a desahogarse por completo. No observó que un par de lágrimas también se le escaparon al de cincuenta estrellas, muestras de que aquella potencia también podía acumular estrés y miedo de vez en cuando. Y así se quedaron hasta que el más pequeño pudo al fin exteriorizar sus penas, en un silencio confortable, en medio de ese cuarto adornado por cuadros y cajitas con regalos bien conservados. Fue su pequeño momento.

 

—Mi ñaño va a matarte cuando se dé cuenta.

 

Ecuador se limpió las lágrimas entre risas y dejó que las manos ajenas le ayudaran a terminar esa tarea. Escuchó además un par de burlas en inglés, y una suave risita brotando forzosamente de aquel gringo que parecía temeroso de la afrenta venidera. Pero después fueron solo ellos dos mirándose, intentando verificar que el otro estaba bien, rozando sus manos o tocando sus rostros, perdiéndose en la intimidad de su reencuentro.

Se anhelaba un beso.

 

—¡No! … ¡Párale! —el tricolor empujó el rostro del gringo que se le acercó demasiado.

—Why not —(¿Por qué no?), sujetó las muñecas ajenas y suavemente luchó para alejarlas—. It will only be one… one and enough —(Solo será uno…, uno y ya), pidió entre risitas mientras besaba las palmas ajenas.

—Ahora no… —quitó sus manos—, y no me muches las manos… ¡se siente raro! —hizo una mueca con sus labios.

—Only one —(Solo uno).

—¡Espera! —volvió a huir, haciéndose a un lado—. No es que no quiera —sostuvo el rostro ajeno con sus manos para ganarse su atención—, pero aún estoy expulsando el gas lacrimógeno… —señaló su boca—, la contaminación creció en estos días.

—It's not that bad —(No es tan malo).

—Lo es… así que… ngh

 

No hubo protesta válida, su boca fue tomada con prisa, sus labios mordisqueados con suavidad, su risita ahogada, esas manos se enredaron en su cintura y le hicieron cosquillas. Correspondió divertido, dejando que sus movimientos se acoplaran al ritmo ajeno, reconociendo la ansiedad del gringo, disfrutando de ese pequeño momento antes de que…

 

—Ugh… —la mueca del gringo fue de fotografía—, is very strong —(es muy fuerte).

—Advirtiendo… estuve —estalló en carcajadas.

 

Criaturas extrañas eran los countries, porque eran el reflejo de su territorio, de la prosperidad, pero también del dolor, fuego y problemas. Ecuador había estado tosiendo una mezcla de humo y gas lacrimógeno desde que despertó en el hospital, sus labios estaban marcados por pequeños puntos negros, incluso tenía un sabor amargo que no lo dejaba en paz, y así seguiría hasta que la limpieza en los sitios de las protestas se terminara, incluso después seguiría tosiendo por la contaminación.

¡Por eso no quería ser besado! Pero no le creyeron las advertencias.

 

—Ya habrá tiempo para ponernos melosos, gringuito —se limpió las lágrimas por la risa—. Cálmate un poco.

—I don’t care —(No me importa), se cruzó de brazos.

—¿Cómo qué no?

—Worth it —(Vale la pena), meneó sus cejas antes de gatear para arrinconar a Ecuador.

—No, espera —entre risas intentó alejar a USA—, ¡tas loco!

—I wanna kiss you, my love —(Quiero besarte, mi amor).

 

Forcejeos entre risas e insultos, o burlas por su estado de salud mental, una travesura que ambos siguieron sin ser groseros. Jugaban como solían hacer hasta antes de que todo ese problema se desarrollara. Riña que siguió cuando USA logró derribar al ecuatoriano y le brindó muchos besos mariposa por todo ese rostro marcado, pataleos del más pequeño que cubría su boca y tosía suavecito entre sus protestas. Empujones y giros. La sonrisa de Ecuador cuando quedó sentado sobre el abdomen del gringo y elevó sus brazos en victoria. Jadeos y muecas por algún tipo de dolor.

 

—Dear, you shouldn't try so hard —(Cariño, no deberías esforzarte tanto), detuvo todo el forcejeo.

—Estoy bien, América —lo llamaba así de vez en cuando—, por cosas peores he pasado y sigo vivito y coleando.

—I want your wounds to heal properly —(Quiero que tus heridas sanen correctamente), se sentó con el tricolor sobre su regazo, suspirando antes de cuidadosamente revisar las vendas.

—Y yo quiero que me des de comer —rio suavecito—, pero si te saco de aquí te matarán.

—Then I'll stay here... Anyway, it will be fun —(Entonces me quedaré aquí… De todas formas, será divertido).

—Uy, ¿eso es una propuesta? —picó el pecho ajeno con su dedo índice.

—Let's say yes —(Digamos que sí), sonrió de lado antes de acercarse mucho al rostro de Ecuador.

 

Complicidad en medio de las sombras, un ataque más de besos mariposa y susurros llenos de adoración. Todo era felicidad y mimos, eso hasta que se dio una vuelta mal calculada y una caída dolorosa resonó por toda la casa. Ecuador ya no podía reír más mientras veía al gringo bajo de él en el suelo, fungiendo una mueca de dolor por el golpe, tuvo que burlarse de ese descuido, pero terminó sosteniendo su pecho porque ya empezaba a dolerle las heridas.

Un besito lleno de dulzura como compensación fue dado, Ecuador se acomodó para recostarse sobre el cuerpo de USA, y finalmente… ¡un portazo tan fuerte que la chapa se marcó en la pared!

Ecuador apenas y pudo sentarse sobre la pancita del gringo para averiguar quién carajos entraba sin tocar a su cuarto. Dio gracias al cielo que cayeron del lado contrario a la puerta, así que estaba medio escondido de esa mirada furibunda.

 

—¡¿Dónde está ese malparío?!

—Oh, Vene… —el menor apretó el pecho del gringo para que siguiera en el suelo—, ¿de quién chucha hablas?

—No me trates de gafo, Ecu —lo miró con los ojos entrecerrados—. ¿Dónde está el gringo?

—No sé —sonrió intentando parecer inocente mientras le cubría la boca a USA.

—Sé que está aquí —bufó—. Su hermano lo delató —señaló hacia su espalda donde Canadá saludaba mientras sonreía y pedía disculpas con un gesto de su mano.

—Bien —debía cambiar de estrategia—. ¡Dijiste que lo tolerarías, Vene! ¡¿Por qué me mientes?!

—Coñoe’ la madre —dio un rápido vistazo para analizar los posibles escondites—. Está bajo la cama, ¿verdad?

—No exactamente… —Ecuador sintió la mano del gringo en su cintura.

 

Sí, no fue muy buena estrategia el dejar que los encontraran en tan comprometedora posición, pero no tuvieron tiempo y así pasó. No fue fácil calmar a Venezuela y Canadá lo certificaba, porque fue él quien, aprovechándose de su altura y fuerza, apenas y pudo contener a un muy enfadado hermano mayor sobreprotector.

Eran y serían buenos días.

Un tanto problemáticos, pero buenos, al fin y al cabo.

 

 

 

Notas finales:

 

Quiero que esta historia sea todo dulces y caramelos, pero me falla, perdonen a esta alma dramática y pendeja.

Krat confiesa que el USAxEcuador le parece bien bonis ahora, pero en un inicio lo hizo por puro mame jajajajaja. Al menos resultó bien… creo…

No sé cuándo le aumente más cosas~

Nos veremos en la próxima~

Los amo~

Feliz navidad a todos~

Besitos y caramelos~

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).