Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Plan conquistar. por 1827kratSN

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Le gustaba abrazarse a la camisa que México le regaló, porque de esa forma podía embriagarse de esa emoción infantil por tener entre sus manos un detalle dado por su amado novio. Sonreía, escondía su rostro avergonzado entre la tela, intentaba calmar el calor en sus mejillas, y después respiraba profundo para volver a la realidad. Debía actuar como un adulto de nuevo, pero en el fondo no era más que un adolescente disfrutando de una nueva aventura.

 

—If you go out with that… country —(Si sales con ese… country), USA aun intentaba mantener una convivencia amena con México, pero era obvio que le costaba.

—Bro —suspiró—, are you sure you don't want to come? —(¿estás seguro que no quieres venir?)

—Let me finish what I was going to say —(Deja que termine lo que iba a decir), hizo una mueca y se levantó los lentes oscuros para mirar a su hermano directamente—. If you go out with that… again, let him go to a public place —(Si sales de nuevo con ese…, que sea a un lugar público).

—USA —se quejó.

—I have eyes everywhere —(Tengo ojos por todos lados), advirtió antes de acomodarse los lentes—, don’t forget —(no lo olvides).

—Is seriously? —(¿Es en serio?)

—A single failure and I will destroy the beaner —(Un solo fallo y destruiré al frijolero), bufó antes de darse media vuelta.

—He hasn't done anything to make me sad or something —(Él no ha hecho nada para ponerme triste o algo así).

—Anyway, I warn you —(De todas formas, lo advierto), revisó su celular y procedió a alejarse.

—USA —elevó un poco su voz—, Are you sure you don't want to invite Ecuador and thus have a double date? —(¿seguro que no quieres invitar a Ecuador y así tener una cita doble?)

—No —siguió caminando—. I'm not going to ruin my date —(No me voy a arruinar la salida).

 

Canadá no dijo más, por ahora era mejor dejarlo ser, después de todo, su hermano se veía feliz. USA seguía siendo ese precavido y algo histérico hermano mayor, pero al menos estaba más distraído y era fácil perderlo de vista. Como en esa ocasión, cuando escuchó la puerta de la entrada cerrarse y se halló solo en el comedor de casa de su hermano. No le molestaba desayunar solo, no si podía tararear mientras planeaba qué haría en ese día junto a México, además, tampoco iba a demorar mucho en esa soledad.

 

—On time —(A tiempo), sonrió al ver el reloj.

 

Se había hospedado en casa de su hermano para no hallarse tan lejos de territorio mexicano, es más, solo debía esforzarse un poco y conducir un par de horas para traspasar frontera y llegar a sus citas. Le gustaba ese pacto conveniente que tenía con USA mientras las obligaciones se lo permitieran, porque de esa forma todos salían ganando. Su hermano lo mantenía vigilado y así estaba más tranquilo, y Canadá podía verse más seguido con México ya fuera en su territorio o fuera de este.

Perfecto.

Iba mejor de lo que en un inicio creyó que sería, lo agradecía infinitamente, y apreciaba cada segundo. La vida ya le enseñó que debía disfrutar del momento y eso hacía. Gozaba de cada imagen que tenía de la ciudad vecina mientras caminaba alrededor del lugar pactado, descubría siempre algo nuevo por lo que preguntar después, percibía nuevos aromas, conocía a alguien, iba perfeccionando su español, y luego solo reía al ver la agitación de su novio.

 

—Llegué, maplecito —casi ni respiraba, seguramente porque terminó corriendo para llegar a tiempo.

—Drink a little —(Bebe un poco), le cedió una botellita de agua que compró para ese instante.

—Ay wey —sujetó a botella—, me va a dar algo.

—Just breathe, Mexique —(Solo respira, Mexique), reía entre dientes como cada vez.

 

Poco a poco conocía ciertas manías del tricolor, apreciaba un cambio nuevo, a veces una grieta de la que no comentaba para no hacerlo sentir mal, en otras solo se perdía en esa sonrisa risueña o en esos ojos llenos de vida, y terminaba un poquito más enamorado que antes, porque consideraba cada momento como un tesoro invaluable. No importaba si muchos decían que era un comportamiento algo tonto o estúpido, no podía evitarlo.

 

—I need to kiss you.

 

Solía decir eso en media disculpa de México, cuando este trataba de hallar una excusa para su tardanza. Sonreía cuando el mexicano trababa su lengua y no terminaba sus frases. Disfrutaba de verlo sonrojarse un poquito, y después solo extendía su mano para sostener la ajena y llevárselo a un lugar un poco menos concurrido. Porque le daba vergüenza. Porque le gustaba besar a México sin miradas sobre él, disfrutando de esa acción que debería ser solo suya, de los dos.

Definitivamente estaba perdido.

 

—Maplecito —susurraba todavía hundido entre la dulzura—, si me besas así, nos quedaremos un buen aquí.

 

Canadá solía alejarse lentamente, haciendo una leve mueca con sus labios, rascando uno de sus brazos y encogiendo los hombros, pero México entendió hace tiempo que esa postura no era de repelús sino de pura vergüenza. El canadiense era el que iniciaba ese beso lento y largo, pero era el que más se avergonzaba después… ¡y era demasiado lindo! México sentía que se iba a morir de amor en algún momento.

 

—I’m sorry —(Lo siento).

—¿Te he dicho que estoy enamorado de ti?

—Sí —sus mejillas se encendían en un instante.

—Po’s tengo que decírtelo de nuevo, maple.

—Please… no —casi suplicaba, porque el corazón se le iba a salir del pecho.

 

Risas. Después de aquella pequeña muestra de que ambos se morían por el otro, siempre terminaban en risas. México era quien tomaba la mano de Canadá, le besaba los nudillos, sonreía y se limitaba a guiar a su novio en silencio, le daba tiempo a recuperarse y se recuperaba también. Poco después todo volvía a la normalidad, retomaban su plan del día y se perdían entre callejuelas o placitas, porque siempre había algo que hacer juntos.

 

—¿Me dices que aprender francés es fácil?

—Yes.

—No creo, maple —se cruzaba de brazos—. A ver, y ¿cómo vergas le haces?

—Just repeat a little —(Solo basta con repetir un poco), se encogió de hombros—. I will teach you —(Yo te enseñaré).

 

Se lo llevó a su actual casa, donde tenía decenas de libros como guías que USA dejó olvidadas cuando ya dominó un porcentaje aceptable de aquel idioma, libros que su hermano no volvió a usar porque tuvo la loca idea de volver el inglés un idioma universal. Hace tantos años de eso, y hasta ahora le parecía increíble que eso de verdad se hubiese logrado. Como sea, iba a cumplir con su palabra y lograría que México aprendiera francés.

Aunque para eso tuvo que lidiar con su hermano.

Lo bueno fue que lo ayudaron.

Desde entonces cada tarde, cada dos días, se hallaba en el comedor o en la sala, repasando algunos libros junto con México, intentando mantenerlo centrado en el aprendizaje, y riéndose por las muchas veces que cayó en la trampa y se desviaba del tema inicial. México era un reto, pero le gustaban los retos. Por eso se halló con una forma práctica de lograr el interés real de su novio por aprender francés.

 

—J'aime tes yeux —susurró mientras deslizaba su mejilla contra la ajena.

—No sé qué vergas me dijiste, pero me gustó —cerró sus ojos—. ¿Me lo repites más cerquita?

—J'aime tes yeux —deslizó sus labios sobre los ajenos y dio una pausa entre cada palabra.

—¿Y qué significa? —suspiró sobre esos labios que se alejaban de los suyos cada que intentaba besarlos.

—You know what it means “J’aime” —(Tú sabes lo que significa “J'aime”), le acarició la mejilla para alejarlo un poco y mirarlo.

—¿Gustar?

—Yes —deslizó su pulgar por esos labios.

—¿Y lo demás?

—J'aime tes yeux —se acercó despacio para darle un besito—. I like your eyes —(Me gustan tus ojos).

—Merezco un beso más.

 

Funcionaba, Canadá estaba consciente de eso, porque estaba aplicando el método de recompensa. ¿Sería malo ver a México como un cachorrito? Bueno, no lo sabía, pero el método era efectivo, y ninguno se aburría mientras seguían en aquella rutina de añadir vocabulario y empezar a formar oraciones. México hasta empezó a llegar a tiempo y era quien insistía en seguir, incluso ignoraba los intentos de USA por empezar una pelea.

 

—If he doesn't answer me, it's not fun —(Si no me responde, no es divertido).

—Bro —suspiró Canadá—, Do you really like to bother him so much? —(¿en serio te gusta molestarlo tanto?)

—That's not important. I just think you are apparently influencing him for good and that makes him more tolerable —(Eso no es lo importante. Solo creo que al parecer lo estás influyendo para bien y eso lo hace más tolerable).

 

Todo mejoraba, eso lo hacía feliz. Tal vez por eso empezó a obviar algunas cosas, como que a veces pasaba más tiempo en casa de su hermano que en la propia, que USA empezó a desaparecer a ciertas horas del día, o que no había recibido más que llamadas o mensajes esporádicos de parte de su madre, padre o hermanos. Se estaba dejando llevar por la fortuna que tenía de que alguien sostuviera su mano en los momentos correctos, pero no podían culparlo, era extremadamente feliz.

 

—Je peux déjà parler français —(Ya puedo hablar francés)—. A huevo que sí.

—Congratulations —(Felicidades), Canadá sonrió divertido por lo animoso que se hallaba México en ese día—, but to be able to pronounce only a few sentences correctly, is not to speak French completely —(pero poder pronunciar solo unas frases de forma correcta, no es hablar francés en totalidad).

—Me rompes las ilusiones, maple

—I’m sorry —(Lo siento).

—Nada que lo siento —fingió enojarse—, véngase pa’cá y deme un beso en compensación.

 

No se negaría a eso, porque gustaba de besar a México mientras pudiera, era mejor si eran solo los dos. Reía entre sus labios por alguna cosa que el mexicano decía, se inclinaba un poco para dejar su peso de lado y tener la facilidad de una mano libre que acariciara esas mejillas, se perdía en el momento, y a veces olvidaba lo que intentaba hacer desde hace algún tiempo.

 

—J'aime tout ce que je découvre sur toi. Je pense que je suis complètement perdu pour toi. Tu sais —(Me gusta cada cosa que descubro de ti. Creo que estoy completamente perdido por ti. ¿Sabes?)

 

Se detuvo un momento para encontrar aquellos ojos que brillaban como luceros, sonrió, pero poco después cayó en cuenta que la habilidad de México por entenderle estaba mejorando. Sintió pánico. Lo que dijo fue simple honestidad que tal vez era demasiada para decirlo en ese instante, y no quería arruinar la relación que tanto les costó empezar.

Rogó porque México no entendiera, pero supo que fue todo lo contrario cuando esos ojos se agrandaron un poco y un suspiro se escapó por entre esos labios.

Oh mierda.

México lo entendió.

 

—Je ne veux pas que tu te sentes mal à l'aise —(No quiero que te sientas incómodo), susurró alterado—, je viens de le dire sans réfléchir —(solo lo dije sin pensar).

—Maple, ¿de verdad me amas tanto?

—Oui, mais cela ne veut pas dire que... Je sais que notre relation est dans sa phase initiale, donc il pourrait sembler que je me dépêche ou que je presse et... Mexique, je suis désolé —(Sí, pero no significa que… Sé que nuestra relación está en su etapa inicial, así que pude parecer que estoy apresurándome o presionando y… México, lo siento).

—Hablas y sigues hablando —rio entre dientes sosteniendo esas manos para que no se le escapara—. ¿Te das cuenta siquiera que así no te entiendo ni vergas?

—Mais… —(Pero…)

—Y que quede claro que entendí solo lo del inicio y un poco de lo demás —se acercó a ese rostro abochornado—, pero me basta.

—It seems that I want to force you into something serious... and I don't know if you want something like that —(Pareciera que quiero forzarte a algo serio… y no sé si tú quieres algo igual).

—Contigo, quiero lo más serio que se pueda —se deslizó en el sillón hasta que se sintió cómodo y pudo acercarse por completo a su maplecito.

—I don't want this to be ruined —(No quiero que esto se arruine).

—Arruinar solo si no me besas ahorita, maple.

 

Euforia, ansiedad, y miles de inseguridades. Cada uno con sus reacciones, compartiendo solo un momento más en sus días. Un besito torpe e inseguro, tal y como fue el primero, tal como serían muchos más porque era el encanto del momento. Uno más calmado en el que intentaban hallar la seguridad en el otro. La primera caricia de sus dedos que jugueteaban hasta entrelazarse delicadamente mientras respiraban y se miraban. Los susurros entre sus labios y el movimiento casi instintivo de sus cuerpos para acomodarse mejor. Un abrazo necesario para darse la confianza de seguir.

 

—¿Recuerdas que estuvimos así hace un tiempo?

—I remember —(Lo recuerdo), sus mejillas rojas ya no podían estar más calientes.

—Ey, maple… No me digas que querías detenerte esa vez.

—I didn't want... and now neither —(No quería… y ahora tampoco).

 

Nervioso y un poco desorientado, tal y como esa vez. Emocionado y feliz como en muchas otras ocasiones. Canadá soltó un suspiro cuando mordieron su labio inferior y su gorrito de maple cayó al suelo porque esos dedos se deslizaron por sus cabellos desde la nuca y ascendieron un poco más. Sus propias manos se deslizaron entonces para acariciar esa espalda y rodear esa cintura, disfrutando del calor corporal del tricolor. Solo sabía que quería sentir a su novio más cerca y se dejó llevar por el beso alterado que le robaba el aliento.

La lengua de México jugaba con la suya sin descaro, y cerraba sus ojos con fuerza por la vergüenza de eso, porque incluso sintió un suave hilillo de saliva resbalarse por su labio. No hubo posibilidad de disculpas, porque el tricolor solo le sonrió de lado antes de lamerle la evidencia, y de paso empujarlo un poco hasta que cayeron recostados en el sofá. Se sintió tan indefenso al estar debajo del mexicano, y más cuando él se quitaba el paliacate porque al parecer le estorbaba o algo así.

 

—¿Te he dicho que te amo, maplecito? —se recostó sobre Canadá, acariciándole las mejillas, besándolo entre palabras.

—I don't know... Right now I can't remember —(No lo sé… Ahora mismo no puedo recordar).

—Pues eso —unió sus labios con los ajenos en un roce apenas, disfrutando de ese silencio vergonzoso—. Como que te amo, maple.

—Je suis tellement en amour avec vous —(Estoy muy enamorado de ti).

—Eso sí le entendí.

 

Risitas cómplices mientras volvían a besarse, recostados sobre ese mueble bastante cómodo, dejando que entre sus movimientos se acomodaran para seguir en eso. Explorándose un poco, dejando que los besos se deslizaran en la piel ajena por zonas que antes no tocaron, permitieron que esas manos fueran libres de acariciar con dulzura y lentamente, sintiendo que de pronto hacía más calor de lo normal y que preferían no respirar tan a menudo si de esa forma se podían devorar a besos cada vez más necesitados.

Tan perdidos estaban que se olvidaron dos detalles muy importantes.

Uno de ellos carraspeó de forma ruidosa, pero fue ignorado a la primera, así que optó por solo hacer ruiditos con su popote mientras buscaba algo entre sus bolsillos. Sí, “ese” detalle estaba aguantándose la risa para que el “otro” detalle que estaba en el segundo piso no se diera cuenta de lo que pasaba en la sala. Pero tampoco quería que sus santos ojos vieran una escena de adultos tan de cerca, no si él no participaba.

 

—Tengo pensamientos bien mensos a veces —terminó riéndose por lo que pensó.

 

“Ese” detalle siguió riéndose cuando el par de jovencitos detenía ese fogoso beso en el sillón, negó divertido cuando México elevó su mirada y lo acusó de forma silenciosa por arruinarle el momento, para al final solo suspirar. Ecuador era inmune a esas miradas matadoras, sino pregúntenle a Panamá, así que solo se encogió de hombros y siguió sorbiendo de su batido mientras Canadá estaba que se moría y cubría su cara con sus manos.

 

—¿Qué vergas?

—Es un condón —Ecuador les lanzó el paquetito—, por lo que veo a ustedes les va a servir.

—Pero ¿qué?

—Ya que el gringo no me afloja —se encogió de nuevo de hombros y bebió su batido—, se los regalo.

—Pinchi chaparro, ¿qué carajos haces aquí?

—Chito —siseó divertido mientras seguía su camino hacia las escaleras—, que si no mi darlincito se va a dar zona de que quieres comerte a su hermano.

—¡Qué chinga’os! —iba a mandarlo al diablo, pero… recordó que esa casa no era la suya, ni la de Canadá—. Ay, verga.

—Ya, ya —Ecuador agitó su mano en despedida—, yo te distraigo al gringo, solo no hagan tanto ruido o vayan a un cuarto.

—¡Wey! ¡¿No podías decirme antes?!

—No —ahogó una risita—. Ustedes ni me tomaron en cuenta cuando fui a la cocina, menos después —subió las escaleras.

 

Avergonzado era poco, con cada palabra que escuchó de Ecuador, Canadá se sentía cada vez más… más mal hermano o algo así. No tenía idea de lo que sentía, pero ni siquiera quería apartar las manos de su rostro. Lo que quería era que de verdad fuera una broma de su mente adormilada y no hubiese olvidado que estaba en casa de su hermano. También se sintió muy mal porque terminó deseando que todo eso hubiese pasado en su casa, en privacidad, y se sintió peor porque de verdad quería continuar aquello que empezó.

 

—Maplecito —susurró México después de un rato, primero dejó que Canadá respirara un poco—. Ey, maplecito…

—I didn't hear it... I really didn't —(No lo escuché… En serio no lo hice).

—Estábamos entretenidos —sonrió de lado.

—If he had been USA —(Si hubiese sido USA), murmuró muy bajito.

—Ey —acarició esas manos y las separó lentamente—, tranquilo… No estábamos haciendo nada malo.

—Mexique —se quejó en susurros—, we could be… —(pudimos estar), sus labios temblaron y tuvo que voltear su rostro.

—Ey… maple —intentó mirarlo de frente—, ¿tuviste un pensamiento sucio justo ahorita?

—¡No!

—Tu cara rojita me dice lo contrario —se burló sin mala intención.

—Is my flag! —(¡Es mi bandera!)

—¿Por qué tan a la defensiva, maple? —terminó riéndose por aquella expresión avergonzada—. Ey, maplecito de mi vida…, así me encantas, con todo pensamiento que tengas.

—I didn't think of anything bad! —(¡No pensé en nada malo!)

—Ah ¿sí?

—Mexique, stop —(México, basta), pidió sin poder más—, and please, get up —(y por favor, levántate).

—¿Que no nos vamos a besar otro ratito?

—No.

—Ándale, solo un rato y ya.

—USA can go down —(USA puede bajar).

—No creo —besó la mejilla de Canadá—, así que puedo besarte un ratito más.

 

Lamentablemente no pudo, porque justo después, por un movimiento repentino, al suelo cayó cierto paquetito platinado que no solo puso incómodo a Canadá, sino que el propio mexicano admitió que no era el momento. El encanto se había roto desde hace rato, y de cierta forma así fue mejor.

 

—¿Pa’ dónde ibas, darlincito? —lo detuvo a la mitad del pasillo

—Canada and the Mexican have not made noise in a long time. I will go to check —(Canadá y el mexicano no han hecho ruido en mucho tiempo. Iré a revisar).

—Vengo de ahí —Ecuador agitó su batido—, tan estudiando —lo tomó de la mano—. Tranquis, gringuito.

—I don't trust that Mexican —(No me fío de ese mexicano).

—Gringo, estás histérico —se lo llevó al cuarto, no dio opción a reclamo.

—I have to go see —(Tengo que ir a ver).

—Ñe —no lo soltó, es más, cerró la puerta—. Deja a los pelados en paz.

—I will go for something from the kitchen —(Iré por algo de la cocina).

—Hay suficiente batido para los dos.

—Some gummies —(Unas gomitas).

—Aun sobran —señaló la funda.

—A hamburger —(Una hamburguesa).

—Pidamos pizza.

—Why don't you let me down? —(¿Por qué no me dejas bajar?)

—¡Estoy intentando seducirte porque estamos solitos y no te dejas! —Ecuador se quejó dramáticamente, y en parte estaba siendo sincero, por otro lado, sería fiel a su idea de ayudar a los tórtolos de la planta baja.

—Honey, we talked about that —(Cariño, ya hablamos de eso).

—En realidad no.

—Of course —(Claro que sí), USA se cruzó de brazos—, and you were the one with the idea —(y tú fuiste el de la idea).

—Ah, sí —suspiró—. Bueno, ya… Entonces sigamos jugando —señaló el computador.

—I thought you were bored by the game —(Pensé que te aburrió el juego).

—No dije que siguiéramos con ese juego —le dio los auriculares al gringo—, probaremos con otro… de preferencia uno más ruidoso —susurró.

—Why? —(¿Por qué?)

—¡Para sentir la emoción!

 

 

 

Notas finales:

 

Los amo.

~Krat~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).